¿YO? LA MÁS PUTA | Recta Final de serie - Capítulo 26: Allí abajo.


Serie de culto narrada en primera persona ficticia con altas dosis de drama, comedia y thriller. No apta para todos los públicos.
Capítulos:
Primera Temporada:
1. La puta madre.
2. El alumbramiento.
3. Yo, bebé.
4. Fin del climaterio.
5. La vida sigue igual.
6. Pablo Iglesias y la habitación 003.
7. La transexual Conchita Wurst y amistades. (Título propuesto por 6Gerardo6)
8. Conchita y el sexo débil.
9. Como una ola de poder.
10. El pecado de Dios.
11. El cordero de Dios.
12. La proposición.
13. La sexta noche.
14. Ríos de sangre.
15. Sexorcio Asesino.
Segunda Temporada:
16. Dos Mil Pesetas.
17. El gran dictador.
18. Parece que va a llover.
19. El mayor sueldo es cobrarlo.
20. Cenizas divinas.
21. La despedida más dolorosa.
22. Lactancia adolescente.
23. A bocajarro.
24. Blanca Navidad.
25. Cabeza de cerdo.
26. Allí abajo.


En la próxima temporada...
- Nuevas muertes
- Nuevos personajes
- Pruebas de paternidad
- Grandes eventos
- Giros dramáticos
- Saltos temporales
- Nuevas posturas
- Nuevos fornicios
- Y mucho más






(No leas si no quieres saber)
Hija, para nada le he ignorado. De hecho, incluso antes de la proposición estaba en mis pensamientos su cameo. No tardará en llegar.

-Segunda Temporada-

Capítulo 16. Dos Mil pesetas.
(Salto temporal de 15 años)
Madrid, 1 de Septiembre de 1993.
Había llegado el día. Hoy heredaría el trabajo de mi madre. Seguiría sus pasos.
Mi madre, orgullosa, me deseaba suerte y emocionada me ayudaba a enfundarme las bragas de felpa que ella misma me había cosido para el gran estreno. -Lo harás genial- me decía mientras una lágrima le caía.
Botas hasta las rodillas, una falta tan corta que dejaba ver las bragas de felpa que mi madre me había regalado y los morros pintados de rojo putilla, como debe ser.
Puerta del sol. Cientos de personas abarrotaban la plaza. Unas diez prostitutas estábamos distribuidas allí. Mi primer cliente, un hombre de unos cincuenta años, peludo, barrigudo y falto de alguna que otra pieza dental.
Yo no era virgen, para qué nos vamos a engañar. Mi madre me decía: -para ofrecer un buen servicio, primero debes aprender-. Yo no iba vacía en conocimientos, con mi madre, llevaba cursando un máster toda la vida.
-Te he elegido por tu belleza- me dijo el cliente mientras me acariciaba la cara y se fumaba su purito post-coito.
-Me gustan las niñas como tú. Me gustan tus rasgos, me resultan familiares. Eres preciosa.- seguía el hombre, que me sonrojaba y me hacía sentir bien en aquella primera vez. Primera vez cobrando, reitero.
Me gustó aquella primera vez, fue placentera. A pesar de la edad de aquél hombre, había sido tierno en el acto y me había hecho el apaño contratual con delicadeza. Sabía cómo tratar a una mujer. Me pagó dos mil pesetas. Me compré unas botas y una yogurtera.



Quiero ver a asuntos sociales pisando sus bigotes, hombre ya!!
SPOILER (puntero encima para mostrar)
En cuanto a lo anterior... ganas enormes tengo que llegue el gran capítulo jejej

El próximo lector, podrá elegir el título del siguiente capítulo de entre los siguientes:
Capítulo 17. El martillo pilón.
Capítulo 17. Sociedad Limitada.
Capítulo 17. El gran dictador.
Capítulo 17. Las llaves de Mª Teresa.
Capítulo 17. Café con maría.








Capítulo 17. El gran dictador.
(15 años antes)
Habían pasado varias semanas desde los asesinatos de Conchita y aquél policía. El negocio había estado precintado desde tal fatídico suceso. Nada habían concluido las investigaciones policiales.
Los ingresos del negocio habían caído en picado, aunque no la actividad sexual de mi madre, que con frecuencia recurría al cuerpo del Padre Miguel para satisfacer sus necesidades más básicas. La relación, aunque llevada en secreto, se había convertido en más propia de una pareja, a pesar de que el pecado divino, seguía estando presente. Eran habituales los desfogues del párroco en la sacristía antes de predicar la palabra de Dios, o incluso en el confesionario, donde realizaban un verdadero esfuerzo de contorsionismo más propio del Circo del Sol.
Un soldado judío del ejército de la nación de Tomania y barbero de profesión acababa de salvar la vida del oficial Schultz ayudándole a escapar en su avión. Cines Taramona de Salamanca, se proyectaba en el cine el clásico “El gran dictador”. Cualquier sitio era bueno para captar clientes y mi madre se situaba donde siempre, en la última fila a la izquierda, donde los solteros, o casados insatisfechos acudían con ánimo de satisfacción. Siempre era con cita previa. No había mucha gente, la película llevaba demasiadas semanas en cartel, pero sí la suficiente para que los clientes sintieran el morbo que tanto les generaba hacerlo en el cine.
Terminado el largometraje, y sin dar tiempo a terminar de leer los créditos finales, el cliente de mi madre corría hacia el baño. Se orinaba el buen hombre, este en concreto tenía cierta edad y con ello problemas de próstata. No era consciente de que sería su última meada. Nunca saldría con vida de ese baño. No moría por viejo, había sido asesinado. Una nota acompañaba a la escena del crimen: “Lo avisé”.

Terminado el largometraje, y sin dar tiempo a terminar de leer los créditos finales, el cliente de mi madre corría hacia el baño. Se orinaba el buen hombre, este en concreto tenía cierta edad y con ello problemas de próstata. No era consciente de que sería su última meada. Nunca saldría con vida de ese baño. No moría por viejo, había sido asesinado. Una nota acompañaba a la escena del crimen: “Lo avisé”.
Este párrafo vale oro



Buen capítulo


En el próximo capítulo...
Seguimos en la misma etapa...
o volvemos a un salto temporal de 15 años...
EL PRÓXIMO USUARIO ELIGE
TÚ HACES '¿YO? LA MÁS PUTA'.