El Rincon de Alfonso y Emilia. No concibo mi vida sin ti.
#0

22/06/2011 18:43
“Si de tanto que te quiero me duele.”

Canales






Sandra Cervera y Fernando Coronado.









Mundo fan.







Síguenos en….









Vídeos FormulaTV
#14861

29/01/2012 13:44
He leído por aqui que a varias os pone nerviosa Emi con la barriga... yo soy otra a la que le pone nerviosa, no he estado embarazada ni he visto embarazadas a mi alrededor, pero eso es normal? es que no hay escena en la que no se la esté tocando, véase las capturas de Grini (miles de gracias siempre las cojo todas :D).
Y nada la semana que viene pinta interesante, creo que Alfonso devolverá el dinero a Mariana (k pena me da la pobre...) y lo de Emilia con Severiano espero que lo mande muy lejos y no vuelva... aunque no caerá esa breva, algo todavia se guardará en la manga...
Y nada la semana que viene pinta interesante, creo que Alfonso devolverá el dinero a Mariana (k pena me da la pobre...) y lo de Emilia con Severiano espero que lo mande muy lejos y no vuelva... aunque no caerá esa breva, algo todavia se guardará en la manga...
#14862

29/01/2012 13:53
Ay, Cuquina que bueno...casi me imagino al pregonero, trompetilla en mano.......
"Por orden del señor alcalde"......"Se hace saber".......jajaja.....
Yolanada, Lapuebla, geniales como siempre.
Krisruz, que te mejores pronto¡¡
Bienvenida a los nuevos, que disfrutéis la lectura.
"Por orden del señor alcalde"......"Se hace saber".......jajaja.....
Yolanada, Lapuebla, geniales como siempre.
Krisruz, que te mejores pronto¡¡
Bienvenida a los nuevos, que disfrutéis la lectura.
#14863

29/01/2012 15:00
Yo soy tu padre 3
Pasaron tres meses de la ultima vez que tuvieron noticias de Severiano.Poco a poco la calma habia llegado a la taberna aunque Sebastián seguia en sus trece sin conocer a su sobrina cosa que le dolia en lo mas profundo a Raimundo.
Por su parte Tristan ocupaba el lugar de Sebastián cuidando a su padre y a su hermana recien descubiertas.Aunque todo podia querer arreglarse con Pepa,los problemas no cesaban para ellos.Aunque se amaban las constantes disputas entre las dos madres y su posicionamiento cada uno al lado de la suya les estaba distanciando.
Aquel dia en la taberna era como un dia cualquiera.Todos ocupados en sus menesteres mientras Emilia atendia a la niña en el patio donde habian instalado una cuna en la que la mantenia cerca si lloraba.
La pequeña eran la niña de los ojos de Alfonso.No podia quererla mas,alguna vez habia oido a Raimundo decir que aunque Emilia no era su hija de sangre la queria como si lo fuera.Y eso sentia el por aquella pequeña regordeta que se parecia tanto a su madre.Cuando Emilia estaba en la cocina aprovechaba a escabullirse al patio y tomarla en brazos para contarle historias de su niñez o simplemente verla dormir.
La union de los dos era sin duda lo que mas orgullosa le hacia sentir a Emilia.En los peores momentos era el quien calmaba su llanto,la pequeña lejos de separarles como temio en un principio les habia unido mas que nunca.Eran tan felices.
Pepa se lo acababa de confirmar.Seria mama de nuevo en unos meses,casi no se habia recuperado del primer embarazo y ya venia otro en camino.Se sintio tan dichosa.Era la reafirmacion de que todo lo pasado con ellos era de verdad que estaba en alguna medida bendecido en lo alto.
Queria decirselo a Alfonso,pero primero daria de comer a la niña.Le extrañaba que con lo glotona que era no se hubiera despertado.Se acerco a la cuna pero la encontro vacia.
-Otra vez la han sacado de la cuna.-refunfuño-Que hombres estos me la estan malcriando.A ver si cuando sean dos tienen tantas ganas de niños.
Se encamino a la taberna y vio a Alfonso limpiando unos vasos de la cocina salio su padre con un pote de lentejas.¿Donde estaba la niña?.
-¿Y la niña?-dijo nerviosa-¿Dónde esta la niña?¿La habeis metido adentro?.
Alfonso salio de la barra.Tambien la intranquilidad de su esposa le estaba poniendo nervioso.
-No,esta en la cuna.Hace un rato lloro y la fui a poner el chupete.Y tu padre no se ha movido de aquí.
Emilia empezo a llorar.
-No esta,Alfonso,no esta en la cuna….¿donde esta la niña?¿Donde esta?.
Alfonso recorrio el poco espacio de la taberna al patio y miro dentro de la cuna.La niña no estaba.Llamo a Raimundo quien se quedo estuperfacto mirando la cuna vacia.Alli no estaba la niña,ni su mantita que la habia regalado Rosario y que habia pertenecido a Alfonso.Ante los gritos Pepa salio de la habitación viendo a una Emilia histerica llorando abrazada al almohadón de la cuna.
-Me han robado la niña,me la han robado.
De la calle como una exhalación llego Hipolito.Salud que habia estado en el colmado les habia dicho que habia visto a Severiano entrar en la taberna y salir con un bulto en brazos.Raimundo quiso cerrar la taberna explicando a los parroquianos lo que acontecia.
Pronto el clamor popular fue indescriptible.Los parroquianos se organizaron en la plaza del pueblo para hacer batidas para encontrar a la niña.
-Por Raimundo y Alfonso,tenemos que encontrar a la niña-gritaban los hombres.
Pasaron tres meses de la ultima vez que tuvieron noticias de Severiano.Poco a poco la calma habia llegado a la taberna aunque Sebastián seguia en sus trece sin conocer a su sobrina cosa que le dolia en lo mas profundo a Raimundo.
Por su parte Tristan ocupaba el lugar de Sebastián cuidando a su padre y a su hermana recien descubiertas.Aunque todo podia querer arreglarse con Pepa,los problemas no cesaban para ellos.Aunque se amaban las constantes disputas entre las dos madres y su posicionamiento cada uno al lado de la suya les estaba distanciando.
Aquel dia en la taberna era como un dia cualquiera.Todos ocupados en sus menesteres mientras Emilia atendia a la niña en el patio donde habian instalado una cuna en la que la mantenia cerca si lloraba.
La pequeña eran la niña de los ojos de Alfonso.No podia quererla mas,alguna vez habia oido a Raimundo decir que aunque Emilia no era su hija de sangre la queria como si lo fuera.Y eso sentia el por aquella pequeña regordeta que se parecia tanto a su madre.Cuando Emilia estaba en la cocina aprovechaba a escabullirse al patio y tomarla en brazos para contarle historias de su niñez o simplemente verla dormir.
La union de los dos era sin duda lo que mas orgullosa le hacia sentir a Emilia.En los peores momentos era el quien calmaba su llanto,la pequeña lejos de separarles como temio en un principio les habia unido mas que nunca.Eran tan felices.
Pepa se lo acababa de confirmar.Seria mama de nuevo en unos meses,casi no se habia recuperado del primer embarazo y ya venia otro en camino.Se sintio tan dichosa.Era la reafirmacion de que todo lo pasado con ellos era de verdad que estaba en alguna medida bendecido en lo alto.
Queria decirselo a Alfonso,pero primero daria de comer a la niña.Le extrañaba que con lo glotona que era no se hubiera despertado.Se acerco a la cuna pero la encontro vacia.
-Otra vez la han sacado de la cuna.-refunfuño-Que hombres estos me la estan malcriando.A ver si cuando sean dos tienen tantas ganas de niños.
Se encamino a la taberna y vio a Alfonso limpiando unos vasos de la cocina salio su padre con un pote de lentejas.¿Donde estaba la niña?.
-¿Y la niña?-dijo nerviosa-¿Dónde esta la niña?¿La habeis metido adentro?.
Alfonso salio de la barra.Tambien la intranquilidad de su esposa le estaba poniendo nervioso.
-No,esta en la cuna.Hace un rato lloro y la fui a poner el chupete.Y tu padre no se ha movido de aquí.
Emilia empezo a llorar.
-No esta,Alfonso,no esta en la cuna….¿donde esta la niña?¿Donde esta?.
Alfonso recorrio el poco espacio de la taberna al patio y miro dentro de la cuna.La niña no estaba.Llamo a Raimundo quien se quedo estuperfacto mirando la cuna vacia.Alli no estaba la niña,ni su mantita que la habia regalado Rosario y que habia pertenecido a Alfonso.Ante los gritos Pepa salio de la habitación viendo a una Emilia histerica llorando abrazada al almohadón de la cuna.
-Me han robado la niña,me la han robado.
De la calle como una exhalación llego Hipolito.Salud que habia estado en el colmado les habia dicho que habia visto a Severiano entrar en la taberna y salir con un bulto en brazos.Raimundo quiso cerrar la taberna explicando a los parroquianos lo que acontecia.
Pronto el clamor popular fue indescriptible.Los parroquianos se organizaron en la plaza del pueblo para hacer batidas para encontrar a la niña.
-Por Raimundo y Alfonso,tenemos que encontrar a la niña-gritaban los hombres.
#14864

29/01/2012 15:00
Tristan que venia a una de sus visitas diarias a su padre se ofrecio para ir a denunciar el hecho a la guardia civil.Le pidio a Pepa que le acompañara ya que el no conocia muy bien fisicamente a Severiano.
El pueblo reacciono como cuando Raimundo perdio los materiales de la posada.Todo era el clamor popular:Por Raimundo y Alfonso,ese extranjero no se va a llevar a la niña de Castañeda.
Alfonso se quiso unir a la batida pero el estado de nervios de Emilia que solo queria estar con el le dejo en la casa de comidas consolandola.Ella se abrazaba a el con fuerzas ,abrazandole con desesperación.El dia que ella soñaba con ser el mas feliz de su vida se habia convertido en una pesadilla.
Se tomo una tila que su marido la habia tomado.Ahora tambien tenia que cuidar al pequeño que venia de camino,aunque estaba destrozada de haber perdido a su hija.Pero no podia contarle su embarazo a Alfonso,no era el momento.
El cansancio hizo mella en Emilia que con las hierbas relajantes se quedo levemente dormida en el cuarto de Pepa.A su lado su marido la contemplaba dormir.Entonces le oyo sollozar.
-Alfonso,no llores.
-No puedo Emilia.Ese desgraciado nos ha quitado la niña.Mi hija,por que yo soy su padre.
-La encontraran-dijo ella autoconvenciendose de lo que decia-La encontraran.Lo veras.No nos lo puede quitar todo dios,Alfonso la encontraremos.
Se abrazaron como nunca se habian abrazado sintiendo el uno en el otro las fuerzas que les faltaban.Llamaron a la puerta.Alfonso se levanto raudo.Tras ella un mozalbete le llevaba un papel.
‘Tengo a mi hija.Si quereis la niña teneis que darme dinero.3000₧ o si no me la dejare morir.Severiano’.
Alfonso interrogo al muchacho.El no sabia decirle solo le dio la descripción de Severiano y dijo que le acompañaba una mujer extranjera por que hablaba raro y la mujer llevaba un bebe en brazos.
Mientras en un chozo abandonado cerca de la casona Severiano estaba histerico.Temia a Alfonso,sabia como se las gastaba el mayor de los Castañeda,sabia que no era hombre de palabras si no de actos.Ademas la dichosa niña no callaba.Su amiga la francesita del lupanar de la Puebla no era de mucha ayuda.En vez de ayudarle estaba dando mas problemas quejandose de que la niña olia mal y que no la habia contado que iban a secuestrar una niña.
-Eres idiota.Es nuestro billete a las Americas.Atiendela por que si su padre no nos da el dinero,olvidate de que te saque de donde Pardo.
-Esta niña necesita comer.No tengo leche tendras que traer leche de algun sitio y algo para cambiarla el pañal.
-Esta bien,eres una inútil.Ire a ver si consigo leche en algun sitio.Tu no dejes a la niña sola.
Salio por la puerta con la intencion de comprar algo de leche a algun aldeano.Mientras su amiga la francesa espero un momento para salir detrás de el.
-Lo siento mi petit cheri,lo siento por que yo me voy.No voy a cargar carcel por tu secuestro.Que tengas buena suerte.
Las noticias que llegaban a la casa de comidas no eran muy alentadoras.Nadie habia visto a Severiano y menos a la niña.Las batidas se turnaban por encontrar a la niña.Emilia no paraba de llorar por la niña.Alfonso rumiaba su pena por no darle mas quebraderos de cabeza a su mujer.
Cuando llego Raimundo a la taberna le dejo con ella.No podia quedarse mas tiempo esperando noticias sin hacer nada.Salio con una nueva partida de hombres que iban a buscar a la niña.
Pero no todo eran sinsabores ese dia.Por la taberna aparecio Sebastián del brazo de la doctora.Se habia enterado por esta del secuestro de la niña y se encamino a ayudar.
Emilia abrazo a su hermano.Al fin estaban juntos como una familia aunque el precio era tan caro.Gregoria se quedo acompañando a Emilia y Raimundo mientras que Sebastián se unia a su cuñado en la partida de busqueda.
La puerta del chozo se abrio.Unos pasos se acercaron al bebe que lloraba.Unas manos la cogieron en brazos y pronto el llanto ceso.
El hombre la acuno hasta que quedo dormidita.
-Bebe,Efrén te llevara con Rosario.Rosario buena.Rosario cuidar de bebe.
La tapo con su chaqueta para darla su calor como otras veces habia visto a Mauricio hacerlo con el de pequeño y se encamino a la casona.
Mauricio consolaba a Rosario por la noticia de la niña mientras que la doña le urgia de montar una partida de hombres para que ayudaran a encontrar a la nieta de Raimundo.
Rosario le dio las gracias por la ayuda,lo que la doña respondio con un mohin que era lo menos que debia hacer ya que era la sobrina de su hijo.
Pero se quedaron estuperfactos con la llegada de Efrén que saco de su chaqueta a la bebe poniendola en brazos de Rosario.
-Efren encontro bebe,Efrén traer con Rosario,Rosario buena.
Rosario no podia creerselo.Era su nieta.Beso a Efrén que no sabia muy bien por que esas muestras de jubilo mientras Mauricio le daba palmaditas en el hombro diciendo que habia sido un heroe.
-Efren,es mi nieta,Elena.La han robado de casa de mi hijo,Alfonso.¿Te acuerdas del yerno de Raimundo?.
Mauricio le pregunto de donde habia sacado al bebe y el se dispuso a enseñarselo.Mientras Rosario con la niña en brazos llego a la taberna donde Emilia casi se desmaya al ver a su suegra con la niña en brazos.
-Efren la encontro.Ha ido con Mauricio a enseñarle donde estaba.Hija dala de comer algo.Esta muerta de hambre.La he dado un poco de manzanilla en la casona para que aguantara hasta aquí.Ya la cambie el pañal.Esta muy bien.
Continuara.
El pueblo reacciono como cuando Raimundo perdio los materiales de la posada.Todo era el clamor popular:Por Raimundo y Alfonso,ese extranjero no se va a llevar a la niña de Castañeda.
Alfonso se quiso unir a la batida pero el estado de nervios de Emilia que solo queria estar con el le dejo en la casa de comidas consolandola.Ella se abrazaba a el con fuerzas ,abrazandole con desesperación.El dia que ella soñaba con ser el mas feliz de su vida se habia convertido en una pesadilla.
Se tomo una tila que su marido la habia tomado.Ahora tambien tenia que cuidar al pequeño que venia de camino,aunque estaba destrozada de haber perdido a su hija.Pero no podia contarle su embarazo a Alfonso,no era el momento.
El cansancio hizo mella en Emilia que con las hierbas relajantes se quedo levemente dormida en el cuarto de Pepa.A su lado su marido la contemplaba dormir.Entonces le oyo sollozar.
-Alfonso,no llores.
-No puedo Emilia.Ese desgraciado nos ha quitado la niña.Mi hija,por que yo soy su padre.
-La encontraran-dijo ella autoconvenciendose de lo que decia-La encontraran.Lo veras.No nos lo puede quitar todo dios,Alfonso la encontraremos.
Se abrazaron como nunca se habian abrazado sintiendo el uno en el otro las fuerzas que les faltaban.Llamaron a la puerta.Alfonso se levanto raudo.Tras ella un mozalbete le llevaba un papel.
‘Tengo a mi hija.Si quereis la niña teneis que darme dinero.3000₧ o si no me la dejare morir.Severiano’.
Alfonso interrogo al muchacho.El no sabia decirle solo le dio la descripción de Severiano y dijo que le acompañaba una mujer extranjera por que hablaba raro y la mujer llevaba un bebe en brazos.
Mientras en un chozo abandonado cerca de la casona Severiano estaba histerico.Temia a Alfonso,sabia como se las gastaba el mayor de los Castañeda,sabia que no era hombre de palabras si no de actos.Ademas la dichosa niña no callaba.Su amiga la francesita del lupanar de la Puebla no era de mucha ayuda.En vez de ayudarle estaba dando mas problemas quejandose de que la niña olia mal y que no la habia contado que iban a secuestrar una niña.
-Eres idiota.Es nuestro billete a las Americas.Atiendela por que si su padre no nos da el dinero,olvidate de que te saque de donde Pardo.
-Esta niña necesita comer.No tengo leche tendras que traer leche de algun sitio y algo para cambiarla el pañal.
-Esta bien,eres una inútil.Ire a ver si consigo leche en algun sitio.Tu no dejes a la niña sola.
Salio por la puerta con la intencion de comprar algo de leche a algun aldeano.Mientras su amiga la francesa espero un momento para salir detrás de el.
-Lo siento mi petit cheri,lo siento por que yo me voy.No voy a cargar carcel por tu secuestro.Que tengas buena suerte.
Las noticias que llegaban a la casa de comidas no eran muy alentadoras.Nadie habia visto a Severiano y menos a la niña.Las batidas se turnaban por encontrar a la niña.Emilia no paraba de llorar por la niña.Alfonso rumiaba su pena por no darle mas quebraderos de cabeza a su mujer.
Cuando llego Raimundo a la taberna le dejo con ella.No podia quedarse mas tiempo esperando noticias sin hacer nada.Salio con una nueva partida de hombres que iban a buscar a la niña.
Pero no todo eran sinsabores ese dia.Por la taberna aparecio Sebastián del brazo de la doctora.Se habia enterado por esta del secuestro de la niña y se encamino a ayudar.
Emilia abrazo a su hermano.Al fin estaban juntos como una familia aunque el precio era tan caro.Gregoria se quedo acompañando a Emilia y Raimundo mientras que Sebastián se unia a su cuñado en la partida de busqueda.
La puerta del chozo se abrio.Unos pasos se acercaron al bebe que lloraba.Unas manos la cogieron en brazos y pronto el llanto ceso.
El hombre la acuno hasta que quedo dormidita.
-Bebe,Efrén te llevara con Rosario.Rosario buena.Rosario cuidar de bebe.
La tapo con su chaqueta para darla su calor como otras veces habia visto a Mauricio hacerlo con el de pequeño y se encamino a la casona.
Mauricio consolaba a Rosario por la noticia de la niña mientras que la doña le urgia de montar una partida de hombres para que ayudaran a encontrar a la nieta de Raimundo.
Rosario le dio las gracias por la ayuda,lo que la doña respondio con un mohin que era lo menos que debia hacer ya que era la sobrina de su hijo.
Pero se quedaron estuperfactos con la llegada de Efrén que saco de su chaqueta a la bebe poniendola en brazos de Rosario.
-Efren encontro bebe,Efrén traer con Rosario,Rosario buena.
Rosario no podia creerselo.Era su nieta.Beso a Efrén que no sabia muy bien por que esas muestras de jubilo mientras Mauricio le daba palmaditas en el hombro diciendo que habia sido un heroe.
-Efren,es mi nieta,Elena.La han robado de casa de mi hijo,Alfonso.¿Te acuerdas del yerno de Raimundo?.
Mauricio le pregunto de donde habia sacado al bebe y el se dispuso a enseñarselo.Mientras Rosario con la niña en brazos llego a la taberna donde Emilia casi se desmaya al ver a su suegra con la niña en brazos.
-Efren la encontro.Ha ido con Mauricio a enseñarle donde estaba.Hija dala de comer algo.Esta muerta de hambre.La he dado un poco de manzanilla en la casona para que aguantara hasta aquí.Ya la cambie el pañal.Esta muy bien.
Continuara.
#14865

29/01/2012 16:12
os dejo unos links con casi todas las fotos que tengo de Alfonso y Emilia... he tenido que hacerlos de 100 en 100 porque si no me daba errores y llevo horas luchando contra ello.
agradecería las que tuvierais facebook que lo pusierais en el face de Emilia y Alfonso y ya sería un pasada que etiquetarais a Fer para que las pudiera ver.... muchisimas gracias.
http://img833.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201201h.png
http://img201.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201201ae.png
http://img834.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201201y.png
http://img11.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201112rv.png
http://img847.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201112ws.png
http://img824.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201112l.png
http://img580.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201108df.png
agradecería las que tuvierais facebook que lo pusierais en el face de Emilia y Alfonso y ya sería un pasada que etiquetarais a Fer para que las pudiera ver.... muchisimas gracias.
http://img833.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201201h.png
http://img201.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201201ae.png
http://img834.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201201y.png
http://img11.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201112rv.png
http://img847.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201112ws.png
http://img824.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201112l.png
http://img580.imageshack.us/slideshow/webplayer.php?id=capturadepantalla201108df.png
#14866

29/01/2012 16:15
¡Hola a tod@s!
Últimamente voy de domingo en domingo y tiro porque me toca… Muuuuuu mal por mi parte ¿eh? Me he propuesto escribir más en el foro durante la semana para que nuestro rinconcito no pierda la actividad por la que me animé a participar en él. De todas formas vengo con las tareas hechas, ya veréis:
TAREA nº1
Dar la bienvenida a las nuevas incorporaciones. Espero que estéis tan “agustito” en este rincón como lo estoy yo.
TAREA nº2
Comentar las tramas de la semana.
La trama de SoleOlmozzzzzz… me resulta soporífera, menos mal que ver el capi en MODO SALÓN tiene sus ventajas… ya me entendéis ¿no? Respecto a Sebastostón o sdlpc (sebas de la puta conservera- como lo ha bautizado Cuquita- jejejejeje, qué grande eres), qué os voy a contar que ya no sepáis. Eso sí, en la escena en la que se pasa cuatro pueblos con Emilia y ella se da la vuelta, yo esperaba un bofetón bien dado por parte de Emiliabarriguitas (a mí tb me pone muuuuu nervi lo de la mano en la barriga), se lo merecía. Ahora le toca a Alfonso. Con el regreso de sdlc ha vuelto tb el Alfonso inseguro, nervioso, precipitado y “desnortado” como diría mi querido Raimundo (que me hace mucha gracia en su etapa adolescente con Agueda). A mí no me disgusta este Alfonso, la verdad. Ese Alfonso de arranques, pasional, visceral… pero no quiero que la trama del vispris se prolongue demasiado, por favor, ¡no! Me gustaría que Alfonso se lo contara a Emilia (¿no fue él el que pidió sinceridad en la pareja?) y que pudiera comprobar la reacción de su mujer en primera persona.
Por otra parte, bravo por Mauricio, Paquito y Mariana. Los Mirañar me aburren un poquito y Juan… ¿cómo decirlo? Lleva 3 temporadas con la misma expresión en la cara…uf uf uf.
TAREA nº3
Daros las gracias por los fics. Yolanada me ha gustado mucho el final feliz de tu historia. Y Lapuebla, me tienes en un “ay” con tu relato. Y por supuesto Kumita! No tenemos que hacer esfuerzo alguno para ser benévolas porque me encanta esa sensibilidad con la que escribes. Que no se me olvide Cuquita… esas peazo de crónicas Puenteviejeras con las que me río muchísimo…
Nos dais mucha “vidilla” en el foro chicas.
Mil gracias.
TAREA nº4
Las capturas de Grini. Gracias guapa. Ya me he enterado que tb haces retransmisiones de los capítulos ¿no? ¡Pero bueno! ¡Tú eres una joya!
TAREA nº5
Esos videos que nos van poniendo Susivo y Cueva que de tanto verlos ya me sé los diálogos de memoria. Os sigo chicas.
TAREA nº6
Mucho ánimo y pronta recuperación para las que andáis un pelín “pachuchillas”. Ponéos buenas chicas!
Ufffff… pero vaya rollo que he soltado ¿no? Es lo que tiene no escribir en una semana jajajajajaja. De todas formas hoy por la tarde me voy a pasar a menudo por aquí pq aquí en el Cantábrico hace un frío que pela y con mi mantita y el portátil estoy enclaustrada en casita.
¡Hasta ahora serran@s!
Últimamente voy de domingo en domingo y tiro porque me toca… Muuuuuu mal por mi parte ¿eh? Me he propuesto escribir más en el foro durante la semana para que nuestro rinconcito no pierda la actividad por la que me animé a participar en él. De todas formas vengo con las tareas hechas, ya veréis:
TAREA nº1
Dar la bienvenida a las nuevas incorporaciones. Espero que estéis tan “agustito” en este rincón como lo estoy yo.
TAREA nº2
Comentar las tramas de la semana.
La trama de SoleOlmozzzzzz… me resulta soporífera, menos mal que ver el capi en MODO SALÓN tiene sus ventajas… ya me entendéis ¿no? Respecto a Sebastostón o sdlpc (sebas de la puta conservera- como lo ha bautizado Cuquita- jejejejeje, qué grande eres), qué os voy a contar que ya no sepáis. Eso sí, en la escena en la que se pasa cuatro pueblos con Emilia y ella se da la vuelta, yo esperaba un bofetón bien dado por parte de Emiliabarriguitas (a mí tb me pone muuuuu nervi lo de la mano en la barriga), se lo merecía. Ahora le toca a Alfonso. Con el regreso de sdlc ha vuelto tb el Alfonso inseguro, nervioso, precipitado y “desnortado” como diría mi querido Raimundo (que me hace mucha gracia en su etapa adolescente con Agueda). A mí no me disgusta este Alfonso, la verdad. Ese Alfonso de arranques, pasional, visceral… pero no quiero que la trama del vispris se prolongue demasiado, por favor, ¡no! Me gustaría que Alfonso se lo contara a Emilia (¿no fue él el que pidió sinceridad en la pareja?) y que pudiera comprobar la reacción de su mujer en primera persona.
Por otra parte, bravo por Mauricio, Paquito y Mariana. Los Mirañar me aburren un poquito y Juan… ¿cómo decirlo? Lleva 3 temporadas con la misma expresión en la cara…uf uf uf.
TAREA nº3
Daros las gracias por los fics. Yolanada me ha gustado mucho el final feliz de tu historia. Y Lapuebla, me tienes en un “ay” con tu relato. Y por supuesto Kumita! No tenemos que hacer esfuerzo alguno para ser benévolas porque me encanta esa sensibilidad con la que escribes. Que no se me olvide Cuquita… esas peazo de crónicas Puenteviejeras con las que me río muchísimo…
Nos dais mucha “vidilla” en el foro chicas.
Mil gracias.
TAREA nº4
Las capturas de Grini. Gracias guapa. Ya me he enterado que tb haces retransmisiones de los capítulos ¿no? ¡Pero bueno! ¡Tú eres una joya!
TAREA nº5
Esos videos que nos van poniendo Susivo y Cueva que de tanto verlos ya me sé los diálogos de memoria. Os sigo chicas.
TAREA nº6
Mucho ánimo y pronta recuperación para las que andáis un pelín “pachuchillas”. Ponéos buenas chicas!
Ufffff… pero vaya rollo que he soltado ¿no? Es lo que tiene no escribir en una semana jajajajajaja. De todas formas hoy por la tarde me voy a pasar a menudo por aquí pq aquí en el Cantábrico hace un frío que pela y con mi mantita y el portátil estoy enclaustrada en casita.
¡Hasta ahora serran@s!
#14867

29/01/2012 16:26
Para l@s impacientes como yo aquí va una de spoliers de la semana que viene. Gracias a monkey girl y a Tania por ponerlos en varios hilos.
SPOILER (puntero encima para mostrar):Mariana echa en falta el dinero y piensa que ha podido ser Paquito. Al chico le duele su desconfianza. Después entenderá que ha podido ser su hermano y trata de lanzarle indirectas por si se echa para atrás. Mariana pilla a Alfonso devolviendo el dinero; no puede estar más dolida, pero su hermano se justifica.
Alfonso le oculta a Emilia lo de Severiano. ¿Lo hace por protegerla o por inseguridad?
MARTES 31
Severiano vuelve para hablar con Emilia.Le reclama otra oportunidad porque la quiere a ella y al niño.
MIÉRCOLES 1
Emilia defiende su amor por Alfonso ante Severiano, al que repudia. Paquito teme que éste último contrataque.
#14868

29/01/2012 16:26
2
#14869

29/01/2012 16:26
3
#14870

29/01/2012 20:15
Un poquito mas de lectura, chic@s.
<<<<<<<<<<<<<<Enredos V>>>>>>>>>>>>>>>>
Rastrearon el monte desde bien temprano. Dejaron a Mariana al cuidado de su madre sin advertirla de nada mas, que ya tenía bastante la mujer para agobiarla con más penas. Paquito recordó que había unas cuevas en la dirección de la que vio venir a Severiano y hacia allí se encaminaron.
Fue difícil hallarlas, esa mañana hubo mucha niebla y andaban con mucha precaución para poder sorprenderlo aunque, como descubrieron mas tarde, no hubiera hecho falta, porque encontraron la cueva, pero no al hombre. Las señales de una hoguera apagada en la entrada de una de ellas les dio la pista y al registrarla descubrieron mantas y algunas ropas. No fue difícil distinguir alguna prenda conocida entre ellas y uniéndolas con las botellas de licor vacías abandonadas por los rincones llegaron pronto a la conclusión de que habían hallado el escondrijo de Severiano y a la razón de porque nadie sabía donde paraba.
Lo que no encontraron fue ningún indicio de los planes del Guapo, del porque de su vuelta.
Lo esperaron toda la mañana, pero no dio señales de vida, así que quedaron en hacer guardias uniendo fuerzas con algunos hombres de Juan. Esta vez lo atraparían.
Alfonso volvió a la Casa de Comidas para dar noticias de lo acontecido, había dejado muy preocupada a Emilia cuando le contó sus propósitos y quería tranquilizarla. Pero también se daba prisa por él mismo. Se sentía muy próximo a ella ahora que habían aclarado las cosas, tanto que le costaba alejarse de su lado. Habían pasado una noche entera de confidencias y promesas y había sido un consuelo para su alma. Nunca estuvo en su carácter el hablar demasiado, preferían demostrar con hechos lo que sentía, pero las palabras también eran necesarias en ocasiones, esa noche había sido una demostración perfecta.
Todos quedaron a la espera de noticias, no quedaba mucho para enfrentarlo y procurar que confesara cual era la causa de su vuelta y de sus visitas a Mariana y a la propia Casa de comidas. Seguían desasosegados, pero con la esperanza de ver un pronto final a aquel entuerto. Y unidos, que era lo más importante.
La mañana en que todos lo andaban buscando fue la elegida por Severiano para conseguir una pequeña fortuna. Si jugaba bien sus cartas, se acabarían todas sus penurias de una vez, podría hacer lo que quisiera, incluso irse a América, su sueño dorado. Pero no lo haría sin liberarse de las humillaciones recibidas en Puente Viejo, solo así podría sentirse libre de emprender una vida nueva.
Había encadenado unas cuantas deudas en los últimos tiempos, la suerte parecía haberle abandonado, y cuando el acoso de los acreedores se hizo insoportable, decidió buscar un sitio más tranquilo y que mejor que aquel pueblo. Y aun tenía un as guardado en la manga.
Al robar a su penúltima conquista, antes de abandonarla para siempre, se llevo la sorpresa de dar con una joya de gran valor, pero nada discreta. No era prudente ponerla en circulación en las cercanías de la ciudad en la que se hizo con ella, si lo hacía, alguien la vería y no tardarían en seguirle la pista y encontrarle.
Solo tenía que seguir siendo discreto una temporada y podría volver al estilo de vida que le gustaba. Le estaba volviendo loco el tener tanto dinero encerrado en el brillo hipnótico de la alhaja y tener que andar pasando hambre y frio en aquella cueva perdida del monte.
Después de sopesarlo con cuidado había decidido hacer un trato con Pardo por la joya. No podía venderla de manera legal, serian demasiadas preguntas incomodas y le pareció que el usurero no tendría tantos escrúpulos, su fama le precedía.
Pero las cosas no habían salido como esperaba. Pardo no estaba dispuesto a quedarse con aquella pieza tan comprometida, que tampoco el podría hacer efectiva en años sin llevarse una buena comisión sobre su valor….habían negociado duramente y les llevo todo el día llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos.
Pardo le prometió el dinero que quería a cambio de que realizara un trabajo para él. Le hablo de sus planes de abrir un nuevo negocio en Puente Viejo y de los problemas que le estaba ocasionando sus subordinados, quería ayuda para forzar las cosas un poco. Severiano sintió la suerte volvía con él, cuando se enteró de a quien tenía que vigilar era nada más y nada menos que a Juan Castañeda. Era la ocasión perfecta para arruinarle la vida. Casi babeaba de gusto al saber lo que sufriría Alfonso con los problemas de su hermano. Y como le remataria al decirle que toda la culpa de lo que le pasaba a su familia era suya, solo suya.
También Mariana tenía planes secretos en mente. Ella comprendía que la advirtieran contra el Guapo, pero no que la trataran como a una niña tonta, fácil de engañar, ¿Quiénes se creían ellos para tratarla así? Había observado muy bien el comportamiento de Severiano para con ella y no parecía representar ningún peligro, de hecho, se manejaba muy cortésmente. Quería verle, aunque fuera solo una vez más, para despedirse y también agradecerle su presente, que con un golpe de ingenio les había ocultado a sus hermanos y a Paquito, dándole un anillo viejo, del que estaba cansada, a cambio. Por las noches a solas se regocijaba al contemplar el brillo de su pulsera, que tanto le recordaba a la de la sonrisa del que se lo regaló.
Paquito la observaba preocupado, la veía muy pensativa y sabia que no había quedado contenta con la bronca que le cayó. Además ella le echo la culpa a él, por delatarla y no le hablaba desde entonces. Pero le prometió a Alfonso que la cuidaría y lo haría, quisiera ella o no. Nunca podría perdonarse si le pasara algo malo.
Todos los días la seguía al trabajo y la esperaba a la salida, a una prudente distancia para que ella no le viera. Aunque ella procuraba hacer el camino a casa a solas, no le estaba siendo fácil conseguirlo. Y mientras así fuera, no creía que Severiano se le acercara. Pero le parecía que buscaba con la mirada entre los arbustos y recodos del camino, e incluso miraba mucho su muñeca. Decidido a descubrir que ocultaba, registró su habitación y encontró la pulsera de plata que ella escondía bajo el colchón.
No puedo dejar de preocuparse, eso solo podía significar que Mariana pensaba en ese ingrato del Guapo. Había hecho bien su trabajo conquistando a la chica. Y ni las advertencias, ni las preocupaciones de todos los demás la habían hecho recapacitar. Y sabia que si el volvía a acusarla, no se lo perdonaría nunca.
Cavilando sobre la mejor forma de actuar se le ocurrió una idea que podría dar resultado. Hablaría con Emilia para que ella tuviera una charla tranquila con Mariana, así no habría de decírselo a Alfonso, ni a Juan. Ella conocía bien los trucos de Severiano y podría aconsejar mejor a la muchacha. Desde luego era la solución más acertada.
Se acerco a la taberna cuando sabia que Alfonso no estaría y buscó hablar con ella a solas. Emilia se extraño, pero no le costó mucho convencerla cuando Paquito le conto sus suposiciones y pesquisas. No dudó un momento en la conveniencia de mantener esa charla con Mariana. No pudo dejar de ver la similitud con la situación con la que ella misma vivió, una chica inocente engañada por un truhan sin corazón y un buen hombre preocupado por ella en silencio.
---continua---
<<<<<<<<<<<<<<Enredos V>>>>>>>>>>>>>>>>
Rastrearon el monte desde bien temprano. Dejaron a Mariana al cuidado de su madre sin advertirla de nada mas, que ya tenía bastante la mujer para agobiarla con más penas. Paquito recordó que había unas cuevas en la dirección de la que vio venir a Severiano y hacia allí se encaminaron.
Fue difícil hallarlas, esa mañana hubo mucha niebla y andaban con mucha precaución para poder sorprenderlo aunque, como descubrieron mas tarde, no hubiera hecho falta, porque encontraron la cueva, pero no al hombre. Las señales de una hoguera apagada en la entrada de una de ellas les dio la pista y al registrarla descubrieron mantas y algunas ropas. No fue difícil distinguir alguna prenda conocida entre ellas y uniéndolas con las botellas de licor vacías abandonadas por los rincones llegaron pronto a la conclusión de que habían hallado el escondrijo de Severiano y a la razón de porque nadie sabía donde paraba.
Lo que no encontraron fue ningún indicio de los planes del Guapo, del porque de su vuelta.
Lo esperaron toda la mañana, pero no dio señales de vida, así que quedaron en hacer guardias uniendo fuerzas con algunos hombres de Juan. Esta vez lo atraparían.
Alfonso volvió a la Casa de Comidas para dar noticias de lo acontecido, había dejado muy preocupada a Emilia cuando le contó sus propósitos y quería tranquilizarla. Pero también se daba prisa por él mismo. Se sentía muy próximo a ella ahora que habían aclarado las cosas, tanto que le costaba alejarse de su lado. Habían pasado una noche entera de confidencias y promesas y había sido un consuelo para su alma. Nunca estuvo en su carácter el hablar demasiado, preferían demostrar con hechos lo que sentía, pero las palabras también eran necesarias en ocasiones, esa noche había sido una demostración perfecta.
Todos quedaron a la espera de noticias, no quedaba mucho para enfrentarlo y procurar que confesara cual era la causa de su vuelta y de sus visitas a Mariana y a la propia Casa de comidas. Seguían desasosegados, pero con la esperanza de ver un pronto final a aquel entuerto. Y unidos, que era lo más importante.
La mañana en que todos lo andaban buscando fue la elegida por Severiano para conseguir una pequeña fortuna. Si jugaba bien sus cartas, se acabarían todas sus penurias de una vez, podría hacer lo que quisiera, incluso irse a América, su sueño dorado. Pero no lo haría sin liberarse de las humillaciones recibidas en Puente Viejo, solo así podría sentirse libre de emprender una vida nueva.
Había encadenado unas cuantas deudas en los últimos tiempos, la suerte parecía haberle abandonado, y cuando el acoso de los acreedores se hizo insoportable, decidió buscar un sitio más tranquilo y que mejor que aquel pueblo. Y aun tenía un as guardado en la manga.
Al robar a su penúltima conquista, antes de abandonarla para siempre, se llevo la sorpresa de dar con una joya de gran valor, pero nada discreta. No era prudente ponerla en circulación en las cercanías de la ciudad en la que se hizo con ella, si lo hacía, alguien la vería y no tardarían en seguirle la pista y encontrarle.
Solo tenía que seguir siendo discreto una temporada y podría volver al estilo de vida que le gustaba. Le estaba volviendo loco el tener tanto dinero encerrado en el brillo hipnótico de la alhaja y tener que andar pasando hambre y frio en aquella cueva perdida del monte.
Después de sopesarlo con cuidado había decidido hacer un trato con Pardo por la joya. No podía venderla de manera legal, serian demasiadas preguntas incomodas y le pareció que el usurero no tendría tantos escrúpulos, su fama le precedía.
Pero las cosas no habían salido como esperaba. Pardo no estaba dispuesto a quedarse con aquella pieza tan comprometida, que tampoco el podría hacer efectiva en años sin llevarse una buena comisión sobre su valor….habían negociado duramente y les llevo todo el día llegar a un acuerdo satisfactorio para ambos.
Pardo le prometió el dinero que quería a cambio de que realizara un trabajo para él. Le hablo de sus planes de abrir un nuevo negocio en Puente Viejo y de los problemas que le estaba ocasionando sus subordinados, quería ayuda para forzar las cosas un poco. Severiano sintió la suerte volvía con él, cuando se enteró de a quien tenía que vigilar era nada más y nada menos que a Juan Castañeda. Era la ocasión perfecta para arruinarle la vida. Casi babeaba de gusto al saber lo que sufriría Alfonso con los problemas de su hermano. Y como le remataria al decirle que toda la culpa de lo que le pasaba a su familia era suya, solo suya.
También Mariana tenía planes secretos en mente. Ella comprendía que la advirtieran contra el Guapo, pero no que la trataran como a una niña tonta, fácil de engañar, ¿Quiénes se creían ellos para tratarla así? Había observado muy bien el comportamiento de Severiano para con ella y no parecía representar ningún peligro, de hecho, se manejaba muy cortésmente. Quería verle, aunque fuera solo una vez más, para despedirse y también agradecerle su presente, que con un golpe de ingenio les había ocultado a sus hermanos y a Paquito, dándole un anillo viejo, del que estaba cansada, a cambio. Por las noches a solas se regocijaba al contemplar el brillo de su pulsera, que tanto le recordaba a la de la sonrisa del que se lo regaló.
Paquito la observaba preocupado, la veía muy pensativa y sabia que no había quedado contenta con la bronca que le cayó. Además ella le echo la culpa a él, por delatarla y no le hablaba desde entonces. Pero le prometió a Alfonso que la cuidaría y lo haría, quisiera ella o no. Nunca podría perdonarse si le pasara algo malo.
Todos los días la seguía al trabajo y la esperaba a la salida, a una prudente distancia para que ella no le viera. Aunque ella procuraba hacer el camino a casa a solas, no le estaba siendo fácil conseguirlo. Y mientras así fuera, no creía que Severiano se le acercara. Pero le parecía que buscaba con la mirada entre los arbustos y recodos del camino, e incluso miraba mucho su muñeca. Decidido a descubrir que ocultaba, registró su habitación y encontró la pulsera de plata que ella escondía bajo el colchón.
No puedo dejar de preocuparse, eso solo podía significar que Mariana pensaba en ese ingrato del Guapo. Había hecho bien su trabajo conquistando a la chica. Y ni las advertencias, ni las preocupaciones de todos los demás la habían hecho recapacitar. Y sabia que si el volvía a acusarla, no se lo perdonaría nunca.
Cavilando sobre la mejor forma de actuar se le ocurrió una idea que podría dar resultado. Hablaría con Emilia para que ella tuviera una charla tranquila con Mariana, así no habría de decírselo a Alfonso, ni a Juan. Ella conocía bien los trucos de Severiano y podría aconsejar mejor a la muchacha. Desde luego era la solución más acertada.
Se acerco a la taberna cuando sabia que Alfonso no estaría y buscó hablar con ella a solas. Emilia se extraño, pero no le costó mucho convencerla cuando Paquito le conto sus suposiciones y pesquisas. No dudó un momento en la conveniencia de mantener esa charla con Mariana. No pudo dejar de ver la similitud con la situación con la que ella misma vivió, una chica inocente engañada por un truhan sin corazón y un buen hombre preocupado por ella en silencio.
---continua---
#14871

29/01/2012 20:20
Así que, en cuanto la divisó haciendo compras por la plaza, le salió al encuentro y le pidió charlar un momento, buscando un rincón tranquilo en el patio de la Posada.
-Bueno, Emilia, tú dirás. ¿Por qué tanto misterio?
-Mariana, quería que charláramos un poco, tu hermano me ha contado lo que te ha pasado con Severiano y quería saber si estabas bien.
Mariana irguió la espalda ante las palabras de su cuñada, no estaba dispuesta a escuchar más advertencias.
-Emilia, Alfonso ya me ha abroncado. No necesito que nadie más me llame insensata.
-No es esa mi pretensión, no te preocupes. Yo solo quería saber si tú estabas bien.- la tranquilizó.
-Uummm…si, claro. En realidad no ha pasado nada, ¿Por qué habría de estar mal?-preguntó la chica escamada.
-Bueno, recuerda que yo conozco bien a Severiano. Sé cómo me afectaba su sonrisa y las palabras bonitas que es capaz de decir para conseguir sus objetivos. Sobre todo recuerdo el impacto que causó sus atenciones en mí….que solo conocía las mañas de Hipólito.
Era evidente la comparación y eso hizo crecer el interés de Mariana. Decidió confiar en Emilia, era la única que de verdad comprendería su situación.
-Si…tiene una sonrisa preciosa.-suspiró soñadora.
-Es verdad, nadie puede negar que es apuesto.
-Y galante. Ay, Emila….no sabes lo difícil que resulta resistirse.
-Y lo especial que te hace sentir.- concedió ella.
-Sí. Tienes razón. Aun sabiendo todo lo que le había hecho a Juan y…..a ti. No sé cómo, hizo que me olvidara de todo.
-Lo sé. Ese es su don, Mariana. Y sabe muy bien cómo utilizarlo, te lo digo yo que lo sufrí.- y dicho esto se acaricio la incipiente barriguita que anunciaba al mundo su embarazo.
Mariana enrojeció, entendiendo la indirecta.
-Pero Emilia…..yo solo he hablado unos minutos con él. No...no ha pasado nada.
-Mariana, así empieza. Primero te dirá buenas palabras, sin malicia, sin tacha….y luego te dejará caer algún halago, pronto te buscará un mote cariñoso……cuando menos te des cuenta estarás mintiendo por él a los que quieres…….-Emilia se entristecía por momentos ante el recuerdo.
-¡Dios mío! –Mariana no salía de su asombro. Le estaba describiendo paso por paso la conversación que mantuvo con Severiano. Como si la estuviera leyendo en un libro.
-Llegará un momento que ya no escucharas más que lo que él te diga-continuo Emilia- Te separará de todos y no harás caso a los consejos de los que te quieren bien. –tragó con dificultad. Aun le dolía lo mal que trató a Alfonso en esos tiempos.- Mariana, incluso te convencerá de que lo que ven tus ojos no es cierto. Lo sé muy bien.
Mariana quedó pensativa, no podía haber sido más tonta. En su ingenuidad pensó que Severiano solo quería agradecer el trato recibido en su casa. Se tragó todos sus embustes, quedando prendada de sus lindezas. Incluso le agradaba pensar que él tuviera algún interés en ella. La hizo sentir especial, mas mujer incluso. Pero las palabras de Emilia hicieron que lo bajara de un tirón del pedestal en que lo había colocado. Le había quitado la careta definitivamente. Ya solo le quedaba una duda.
-Emilia, ¿Cómo hiciste para olvidarlo?
-Mariana, cada uno trata su dolor de una manera diferente. – sonrió a su pesar, pero comprendía bien la pregunta de Mariana. No podía dejar de ayudarla.- Mira, te confieso que tardé bastante en deshacerme de su recuerdo, incluso después de sacarme los duros y engañarme con todas las faldas que se le pusieran por delante, incluso cuando supe que estaba embarazada…….a veces me sorprendía recordando cómo me hacía sentir cuando estábamos juntos, lo que nos reíamos….echaba de menos el saber que había alguien que me quería y que pensaba en mi…
-Pero, pero….-Mariana estaba abrumada por esa confesión y no conseguía hilar las palabras
-Ya sé que tú no has llegado a ese punto, gracias a Dios, lo que quiero decir es que pensarás en él, a veces incluso con cariño...y que eso no es malo, solo es parte del proceso. Cuando pase recuerda que nadie que te ame de verdad hará que te separes de los que te quieren.
Mariana la miraba estupefacta. Nadie le había hablado nunca con tanta claridad de los asuntos del corazón. Comprendía que podía ser un sentimiento maravilloso y a la vez aterrador. Que podía encumbrarte o despeñarte, había visto los ejemplos en sus hermanos. Desde luego no era el juego infantil al que ella estaba acostumbrada, era más profundo y peligroso.
-Emilia, ¿te arrepientes?- quiso ahondar.
-Sí y no. – respondió Emilia en voz queda – No me puedo arrepentir de seguir a mi corazón, es su momento, creí hacer lo correcto, tenía muchas ganas de querer a alguien y ser correspondida……me arrepiento de dejarme cegar….de no hacer caso a mi padre….ni a tu hermano….de hacerles daño incluso. Me arrepiento de que me hiciera perder la confianza en la bondad de los hombres. Pero también me hizo descubrir cómo debían ser las cosas en las relaciones, como debían ser cuando el amor era de verdad. Y el suyo no lo era.
-¿Y cómo deberían ser? ¿Cómo lo distingues?
-Mariana. Quien te quiere, te cuida. Te protege hasta de ti misma, aunque tú no quieras, aunque te resistas con todas tus fuerzas. Es sincero, es leal, es paciente. Te respeta y te escucha. Perdona y comprende. Te da confianza, te acompaña. –Emilia no necesitaba pensar más que en las cualidades de su esposo para describir con certeza lo que era el amor – Y tú te sentirás única en el mundo, admirada, deseada, hermosa, fuerte….pero también delicada. Querrás ser mejor para él, y cuidarle y protegerle tú también. Y cuando creas que le aqueja algún mal, el corazón se saltará un latido, antes de ser capaz de proseguir su ritmo. Querrás cuidar de ese sentimiento como si de un frágil tesoro se tratase y no habrá nada mejor en la vida que él te regale una sonrisa….
-Eso es precioso, Emilia. Mi hermano tiene mucha suerte.
-No Mariana. La suerte la tengo yo.
-Y pensar que siempre lo tuviste tan cerca, Emilia.
-Solo hace falta mirar con más atención, Mariana. – Y le dio un suave apretón en las manos cargado de intención.- A veces, solo hace falta saber dónde mirar.
Las muchachas se miraron y se abrazaron, aliviadas las dos por compartir ese momento. Las confidencias las habían unido como ninguna cosa lo hiciera antes. Pasado un rato, tuvieron que volver a sus tareas. Mariana regresó a la casa de la Doña y Emilia a atender a los parroquianos.
---continua---
-Bueno, Emilia, tú dirás. ¿Por qué tanto misterio?
-Mariana, quería que charláramos un poco, tu hermano me ha contado lo que te ha pasado con Severiano y quería saber si estabas bien.
Mariana irguió la espalda ante las palabras de su cuñada, no estaba dispuesta a escuchar más advertencias.
-Emilia, Alfonso ya me ha abroncado. No necesito que nadie más me llame insensata.
-No es esa mi pretensión, no te preocupes. Yo solo quería saber si tú estabas bien.- la tranquilizó.
-Uummm…si, claro. En realidad no ha pasado nada, ¿Por qué habría de estar mal?-preguntó la chica escamada.
-Bueno, recuerda que yo conozco bien a Severiano. Sé cómo me afectaba su sonrisa y las palabras bonitas que es capaz de decir para conseguir sus objetivos. Sobre todo recuerdo el impacto que causó sus atenciones en mí….que solo conocía las mañas de Hipólito.
Era evidente la comparación y eso hizo crecer el interés de Mariana. Decidió confiar en Emilia, era la única que de verdad comprendería su situación.
-Si…tiene una sonrisa preciosa.-suspiró soñadora.
-Es verdad, nadie puede negar que es apuesto.
-Y galante. Ay, Emila….no sabes lo difícil que resulta resistirse.
-Y lo especial que te hace sentir.- concedió ella.
-Sí. Tienes razón. Aun sabiendo todo lo que le había hecho a Juan y…..a ti. No sé cómo, hizo que me olvidara de todo.
-Lo sé. Ese es su don, Mariana. Y sabe muy bien cómo utilizarlo, te lo digo yo que lo sufrí.- y dicho esto se acaricio la incipiente barriguita que anunciaba al mundo su embarazo.
Mariana enrojeció, entendiendo la indirecta.
-Pero Emilia…..yo solo he hablado unos minutos con él. No...no ha pasado nada.
-Mariana, así empieza. Primero te dirá buenas palabras, sin malicia, sin tacha….y luego te dejará caer algún halago, pronto te buscará un mote cariñoso……cuando menos te des cuenta estarás mintiendo por él a los que quieres…….-Emilia se entristecía por momentos ante el recuerdo.
-¡Dios mío! –Mariana no salía de su asombro. Le estaba describiendo paso por paso la conversación que mantuvo con Severiano. Como si la estuviera leyendo en un libro.
-Llegará un momento que ya no escucharas más que lo que él te diga-continuo Emilia- Te separará de todos y no harás caso a los consejos de los que te quieren bien. –tragó con dificultad. Aun le dolía lo mal que trató a Alfonso en esos tiempos.- Mariana, incluso te convencerá de que lo que ven tus ojos no es cierto. Lo sé muy bien.
Mariana quedó pensativa, no podía haber sido más tonta. En su ingenuidad pensó que Severiano solo quería agradecer el trato recibido en su casa. Se tragó todos sus embustes, quedando prendada de sus lindezas. Incluso le agradaba pensar que él tuviera algún interés en ella. La hizo sentir especial, mas mujer incluso. Pero las palabras de Emilia hicieron que lo bajara de un tirón del pedestal en que lo había colocado. Le había quitado la careta definitivamente. Ya solo le quedaba una duda.
-Emilia, ¿Cómo hiciste para olvidarlo?
-Mariana, cada uno trata su dolor de una manera diferente. – sonrió a su pesar, pero comprendía bien la pregunta de Mariana. No podía dejar de ayudarla.- Mira, te confieso que tardé bastante en deshacerme de su recuerdo, incluso después de sacarme los duros y engañarme con todas las faldas que se le pusieran por delante, incluso cuando supe que estaba embarazada…….a veces me sorprendía recordando cómo me hacía sentir cuando estábamos juntos, lo que nos reíamos….echaba de menos el saber que había alguien que me quería y que pensaba en mi…
-Pero, pero….-Mariana estaba abrumada por esa confesión y no conseguía hilar las palabras
-Ya sé que tú no has llegado a ese punto, gracias a Dios, lo que quiero decir es que pensarás en él, a veces incluso con cariño...y que eso no es malo, solo es parte del proceso. Cuando pase recuerda que nadie que te ame de verdad hará que te separes de los que te quieren.
Mariana la miraba estupefacta. Nadie le había hablado nunca con tanta claridad de los asuntos del corazón. Comprendía que podía ser un sentimiento maravilloso y a la vez aterrador. Que podía encumbrarte o despeñarte, había visto los ejemplos en sus hermanos. Desde luego no era el juego infantil al que ella estaba acostumbrada, era más profundo y peligroso.
-Emilia, ¿te arrepientes?- quiso ahondar.
-Sí y no. – respondió Emilia en voz queda – No me puedo arrepentir de seguir a mi corazón, es su momento, creí hacer lo correcto, tenía muchas ganas de querer a alguien y ser correspondida……me arrepiento de dejarme cegar….de no hacer caso a mi padre….ni a tu hermano….de hacerles daño incluso. Me arrepiento de que me hiciera perder la confianza en la bondad de los hombres. Pero también me hizo descubrir cómo debían ser las cosas en las relaciones, como debían ser cuando el amor era de verdad. Y el suyo no lo era.
-¿Y cómo deberían ser? ¿Cómo lo distingues?
-Mariana. Quien te quiere, te cuida. Te protege hasta de ti misma, aunque tú no quieras, aunque te resistas con todas tus fuerzas. Es sincero, es leal, es paciente. Te respeta y te escucha. Perdona y comprende. Te da confianza, te acompaña. –Emilia no necesitaba pensar más que en las cualidades de su esposo para describir con certeza lo que era el amor – Y tú te sentirás única en el mundo, admirada, deseada, hermosa, fuerte….pero también delicada. Querrás ser mejor para él, y cuidarle y protegerle tú también. Y cuando creas que le aqueja algún mal, el corazón se saltará un latido, antes de ser capaz de proseguir su ritmo. Querrás cuidar de ese sentimiento como si de un frágil tesoro se tratase y no habrá nada mejor en la vida que él te regale una sonrisa….
-Eso es precioso, Emilia. Mi hermano tiene mucha suerte.
-No Mariana. La suerte la tengo yo.
-Y pensar que siempre lo tuviste tan cerca, Emilia.
-Solo hace falta mirar con más atención, Mariana. – Y le dio un suave apretón en las manos cargado de intención.- A veces, solo hace falta saber dónde mirar.
Las muchachas se miraron y se abrazaron, aliviadas las dos por compartir ese momento. Las confidencias las habían unido como ninguna cosa lo hiciera antes. Pasado un rato, tuvieron que volver a sus tareas. Mariana regresó a la casa de la Doña y Emilia a atender a los parroquianos.
---continua---
#14872

29/01/2012 20:22
Cuando Emilia atravesó la puerta hacia la Casa de Comidas, descubrió a Alfonso sentado en la mesa más próxima a la ventana del patio. El la había buscado al regresar, como hacia siempre, y Raimundo le había indicado donde andaba, pero al acercarse escuchó el nombre de Severiano de boca de su mujer, y la punzada que sintió en el pecho le paralizo en el sitio.
Luego había asistido a la conversación entre las mujeres mientras un batiburrillo de sentimientos contradictorios le acosaban. El frio atenazó sus miembros y pasó del miedo, a los celos, a la culpabilidad de saberse escuchando algo que no debía, a la curiosidad. Más tarde a la indignación por Mariana, al pesar por el sufrimiento de Emilia….y luego al escucharla hablar del amor, hablar de él, de lo que la hacía sentir……un agradable calor le recorrió la espalda…y ahora, al verla allí, ante él, alegre…fue como si todo quedara suspendido en la eternidad de una sola respiración.
-Ven- la llamó.
Y ella acudió a su lado con una sonrisa, él ni siquiera se levantó. La abrazo por la cintura, apoyando la cara directamente en su tripita de madre dichosa. La estrecho con fuerza contenida, mientras ella le acariciaba el pelo y entonces, para completar la felicidad, sintió por primera vez el movimiento de su hijo. Su instinto le llevo a besar el lugar donde apareció el pequeño bulto pregonando la vida, luego busco la mirada de Emilia y la encontró atenta en su reacción. Su boca sonreía complacida.
Por su parte Mariana fue directa a su habitación en busca de su secreto. Después de la conversación con Emilia, no podía soportar la idea de tener aquella baratija en su poder. Se había convertido en el símbolo de su estupidez. Salió hecha una exhalación de la habitación y choco con Paquito en la puerta. Se sonrojó un poco, pensando en lo mal que lo había tratado últimamente y sin pensarlo le puso la pulsera en la mano. “Deshazte de ella, por favor”, le dijo, le dio un tierno beso en la mejilla símbolo de su disculpa y dio media vuelta para volver a esconder su vergüenza en su alcoba. Paquito sonrió, su plan había dado resultado.
Poco tiempo le dio a ufanarse cuando Juan entro presuroso en su busca, sus hombres le habían avisado de que Severiano estaba en su escondite. Lo tenían. Solo quedaba por avisar a Alfonso y ponerse en camino.
Los tres hombres emprendieron la caminata en silencio, cada uno perdido en sus propias preocupaciones. Juan es el que estaba más calmado de los tres, se sentía seguro respaldado por el poder de Pardo, ahora no sería tan fácil meterlo en problemas. Además contaba con Enriqueta en su vida, lo ayudaba a centrarse, lo aconsejaba bien. Era un tesoro de muchacha y aun así, no podía obligarse a sentir por ella lo mismo que había sentido por Soledad. Esa parte de su corazón había muerto para siempre.
Paquito y Alfonso compartían preocupación por Mariana. Aunque ambos ya sabían que ya no debían temer más por ella, ya no dejaría que se le acercara nadie sin avisarlos.
Alfonso era el que llevaba peor la situación, tenía mucho que perder y conocía lo bastante a Severiano como para saber que era muy capaz de volver las tornas a su favor. No solo se preocupaba por Emilia, lo hacía por todos. Era muy consciente de que era muy posible que todo se hubiera desencadenado por él y eso lo atormentaba. Humillar a ese desgraciado, por sacar de su engaño a Emilia, le iba a salir caro.
La inquietud les hacia avanzar rápido y no tardaron en encontrarse ante la entrada de la cueva en la que se refugiaba el hombre. Los hombre de Juan, lo habían inmovilizado y amordazado, a la espera de instrucciones.
-Sacad aquí a esa escoria- les ordenó y le arranco la mordaza de un tirón en cuanto lo tuvo enfrente.
-Hombre, la familia Castañeda al completo. –Tuvo la osadía de saludar el otro- Siento no poder daros una bienvenida más…. apropiada.
-¡Calla, rata!- Juan no estaba dispuesto a consentirle nada- Ahora mismo nos vas a decir que estás haciendo aquí.
-Echaba de menos la tranquilidad de este pueblo- ironizó Severiano.
-Este no está entendiendo su situación – intervino Paquito- Déjame aleccionarlo.
-No, no va ha hacer falta.- siguió Juan- ¿Verdad, Severiano Garcés, alias El Guapo? Sabe a lo que se expone, ¿no es cierto?
-Está bien, está bien – se amedrentó un poco Severiano – A ver que queréis….
-De sobra lo sabes –irrumpió Alfonso, harto de guardar silencio – Que nos digas de una vez que te ha traído a Puente Viejo.
-Saludar a los viejos amigos, que si no.-contesto chulo, pero Paquito le propino un puñetazo en el estomago, que lo dejo son aire.
-No te lo voy a preguntar mas- intervino de nuevo Juan.
-¿Qué hacías el otro día en la Casa de Comidas de los Ulloa?- preguntó Alfonso alterado.
-¿Y que querías de Mariana? – espetó rápido Paquito.
-¿Y cómo te atreves a asomar el hocico, sabiendo las ganas que te tengo?- remató Juan.
Severiano resolló inquieto, no estaba en buena situación.
-Aunque no lo creáis, mi visita nada tiene que ver con vosotros.
-Entonces, ¿con quién, no me iras a decir que con Mariana? – Paquito no podía evitar la preocupación por ella.
-La muchacha está de buen ver – al sentir 3 pares de ojos asesinos fijos en el, reculó- pero nada más lejos de mi intención.
-Déjalo Paquito, que este lo que ha venido es por dinero, como siempre….y seguro que por eso estaba rondando a Emilia – aventuró Alfonso.
- Vaya, Alfonso, amigo, que bien me conoces. –Severiano estaba recuperando su confianza – Siempre fue fácil de convencer, tú debes saberlo bien.
-¡¿Que quieres decir, malnacido?!-Alfonso lo agarraba por las solapas de su chaqueta, enfurecido, pero él no abandonaba su sonrisa.
-¡A que va a ser! Si todos saben que casó preñada. Aunque no debes tenerla muy contenta –tanteo el terreno el Guapo – cuando no tardó ni un segundo en venir a buscarme.
--- continua---
Luego había asistido a la conversación entre las mujeres mientras un batiburrillo de sentimientos contradictorios le acosaban. El frio atenazó sus miembros y pasó del miedo, a los celos, a la culpabilidad de saberse escuchando algo que no debía, a la curiosidad. Más tarde a la indignación por Mariana, al pesar por el sufrimiento de Emilia….y luego al escucharla hablar del amor, hablar de él, de lo que la hacía sentir……un agradable calor le recorrió la espalda…y ahora, al verla allí, ante él, alegre…fue como si todo quedara suspendido en la eternidad de una sola respiración.
-Ven- la llamó.
Y ella acudió a su lado con una sonrisa, él ni siquiera se levantó. La abrazo por la cintura, apoyando la cara directamente en su tripita de madre dichosa. La estrecho con fuerza contenida, mientras ella le acariciaba el pelo y entonces, para completar la felicidad, sintió por primera vez el movimiento de su hijo. Su instinto le llevo a besar el lugar donde apareció el pequeño bulto pregonando la vida, luego busco la mirada de Emilia y la encontró atenta en su reacción. Su boca sonreía complacida.
Por su parte Mariana fue directa a su habitación en busca de su secreto. Después de la conversación con Emilia, no podía soportar la idea de tener aquella baratija en su poder. Se había convertido en el símbolo de su estupidez. Salió hecha una exhalación de la habitación y choco con Paquito en la puerta. Se sonrojó un poco, pensando en lo mal que lo había tratado últimamente y sin pensarlo le puso la pulsera en la mano. “Deshazte de ella, por favor”, le dijo, le dio un tierno beso en la mejilla símbolo de su disculpa y dio media vuelta para volver a esconder su vergüenza en su alcoba. Paquito sonrió, su plan había dado resultado.
Poco tiempo le dio a ufanarse cuando Juan entro presuroso en su busca, sus hombres le habían avisado de que Severiano estaba en su escondite. Lo tenían. Solo quedaba por avisar a Alfonso y ponerse en camino.
Los tres hombres emprendieron la caminata en silencio, cada uno perdido en sus propias preocupaciones. Juan es el que estaba más calmado de los tres, se sentía seguro respaldado por el poder de Pardo, ahora no sería tan fácil meterlo en problemas. Además contaba con Enriqueta en su vida, lo ayudaba a centrarse, lo aconsejaba bien. Era un tesoro de muchacha y aun así, no podía obligarse a sentir por ella lo mismo que había sentido por Soledad. Esa parte de su corazón había muerto para siempre.
Paquito y Alfonso compartían preocupación por Mariana. Aunque ambos ya sabían que ya no debían temer más por ella, ya no dejaría que se le acercara nadie sin avisarlos.
Alfonso era el que llevaba peor la situación, tenía mucho que perder y conocía lo bastante a Severiano como para saber que era muy capaz de volver las tornas a su favor. No solo se preocupaba por Emilia, lo hacía por todos. Era muy consciente de que era muy posible que todo se hubiera desencadenado por él y eso lo atormentaba. Humillar a ese desgraciado, por sacar de su engaño a Emilia, le iba a salir caro.
La inquietud les hacia avanzar rápido y no tardaron en encontrarse ante la entrada de la cueva en la que se refugiaba el hombre. Los hombre de Juan, lo habían inmovilizado y amordazado, a la espera de instrucciones.
-Sacad aquí a esa escoria- les ordenó y le arranco la mordaza de un tirón en cuanto lo tuvo enfrente.
-Hombre, la familia Castañeda al completo. –Tuvo la osadía de saludar el otro- Siento no poder daros una bienvenida más…. apropiada.
-¡Calla, rata!- Juan no estaba dispuesto a consentirle nada- Ahora mismo nos vas a decir que estás haciendo aquí.
-Echaba de menos la tranquilidad de este pueblo- ironizó Severiano.
-Este no está entendiendo su situación – intervino Paquito- Déjame aleccionarlo.
-No, no va ha hacer falta.- siguió Juan- ¿Verdad, Severiano Garcés, alias El Guapo? Sabe a lo que se expone, ¿no es cierto?
-Está bien, está bien – se amedrentó un poco Severiano – A ver que queréis….
-De sobra lo sabes –irrumpió Alfonso, harto de guardar silencio – Que nos digas de una vez que te ha traído a Puente Viejo.
-Saludar a los viejos amigos, que si no.-contesto chulo, pero Paquito le propino un puñetazo en el estomago, que lo dejo son aire.
-No te lo voy a preguntar mas- intervino de nuevo Juan.
-¿Qué hacías el otro día en la Casa de Comidas de los Ulloa?- preguntó Alfonso alterado.
-¿Y que querías de Mariana? – espetó rápido Paquito.
-¿Y cómo te atreves a asomar el hocico, sabiendo las ganas que te tengo?- remató Juan.
Severiano resolló inquieto, no estaba en buena situación.
-Aunque no lo creáis, mi visita nada tiene que ver con vosotros.
-Entonces, ¿con quién, no me iras a decir que con Mariana? – Paquito no podía evitar la preocupación por ella.
-La muchacha está de buen ver – al sentir 3 pares de ojos asesinos fijos en el, reculó- pero nada más lejos de mi intención.
-Déjalo Paquito, que este lo que ha venido es por dinero, como siempre….y seguro que por eso estaba rondando a Emilia – aventuró Alfonso.
- Vaya, Alfonso, amigo, que bien me conoces. –Severiano estaba recuperando su confianza – Siempre fue fácil de convencer, tú debes saberlo bien.
-¡¿Que quieres decir, malnacido?!-Alfonso lo agarraba por las solapas de su chaqueta, enfurecido, pero él no abandonaba su sonrisa.
-¡A que va a ser! Si todos saben que casó preñada. Aunque no debes tenerla muy contenta –tanteo el terreno el Guapo – cuando no tardó ni un segundo en venir a buscarme.
--- continua---
#14873

29/01/2012 20:24
Pero Alfonso no cayó en la trampa. Después de haber hablado con Emilia la noche anterior no le quedaban dudas de sus intenciones, Severiano no iba a conseguir nada por ese camino. Pero el hombre era porfiado, y viendo que el otro no reaccionaba, decidió asestar su última puñalada a ciegas.
-¿Nunca has pensado que ese niño podría ser mío? ¿Qué Emilia te tomó por tonto y se aprovecho de ti?
Alfonso hacia esfuerzos por respirar, no podía ser que ese maldito supiera nada, a ojos de todos, el niño era suyo, solo suyo. Tenía que calmarse, sino descubriría sus cartas.
-Siempre te dije que Emilia era una buena muchacha. No sé cómo puedes tener la caradura de intentar ensuciar su nombre.-masculló entre dientes con esfuerzo.
No estaban consiguiendo nada. Juan volvió a intervenir.
-¡Bueno, basta de tonterías!-atajó.- Mira Severiano, sabemos que algo te traes, descubrimos tu otra guarida, y hablamos con la muchacha que dejaste allí. Huiste como el perro que eres. Y Paquito vio como hablabas con Mariana y rondabas la taberna. ¡Atrévete a negarlo si eres hombre!
-Sí que estáis interesados en mi persona. – Severiano se mantenía confiado. – Te veo muy tranquilo, Juan. Cuando tu eres el que tenía que estar más preocupado.- Era hora de gastar su última cartucho.
-¿Y eso por qué?- Juan no alcanzaba a comprender el tono de amenaza de Severiano.
-Por Pardo, hombre. Que yo sepa te tiene entre la espada y la pared. ¿Y a que no sabes a quien ha encargado tu vigilancia?
Juan palideció, eso no se lo esperaba. Si Severiano tenía tratos con Pardo, tendría que andar con pies de plomo. El mismo se encontraba en una situación delicada. No podía fallar esta vez, corría peligro su vida…. y la de Enriqueta.
-No te creo.-fue capaz de articular.
-¿Ah, no? - ¿Y quién me contaría que necesita montar un lupanar en Puente Viejo y que a ti no se te estaba dando muy bien el encargo?
El maldito no mentía. Solo una persona podría haberlo informado con tal precisión. Todo el aplomo que sentía se esfumó en el aire y le dio la espalda a Severiano mientras pensaba.
Tampoco los demás estaban preparados para esa salida. Por mucho que quisieran echarlo de allí con cajas destempladas, el riesgo por la vida de Juan pesaba más que cualquier otra preocupación.
Alfonso no dejaba de maldecirlo, si es que siempre se las apañaba para caer de pie, ¡Maldito desgraciado!
Había una solución fácil a todos los problemas que les causaba Severiano, si se atreviera……Juan buscó la mirada de su hermano mayor y este negó con la cabeza. No, no iba a permitir que se manchara las manos de sangre por ese imbécil. Y tampoco podía retenerlo, si no informaba a Pardo cuando tuviera convenido sospecharía primero de él y no tardaría en meterse en graves problemas.
-Está bien. Por ahora te has librado Severiano.- admitió Juan derrotado – Pero te voy a mantener vigilado. No te vas a librar de nosotros tan fácilmente. Y no te vuelvas a acercar a ningún miembro de nuestra familia.- amenazó consciente de la poca fuerza de sus palabras.
-Ya nos veremos, Castañedas.- se ufano prepotente.
Aunque la rabia los consumía por dentro, no podían hacer nada más. Y regresaron a casa a lamerse las heridas, buscando una solución que no implicara acabar con la vida de nadie. Severiano había ganado una batalla, pero no iban a permitir que les ganara más terreno
No os preocupéis, que ya solo queda un capitulo para terminar de daros la paliza ¡¡
-¿Nunca has pensado que ese niño podría ser mío? ¿Qué Emilia te tomó por tonto y se aprovecho de ti?
Alfonso hacia esfuerzos por respirar, no podía ser que ese maldito supiera nada, a ojos de todos, el niño era suyo, solo suyo. Tenía que calmarse, sino descubriría sus cartas.
-Siempre te dije que Emilia era una buena muchacha. No sé cómo puedes tener la caradura de intentar ensuciar su nombre.-masculló entre dientes con esfuerzo.
No estaban consiguiendo nada. Juan volvió a intervenir.
-¡Bueno, basta de tonterías!-atajó.- Mira Severiano, sabemos que algo te traes, descubrimos tu otra guarida, y hablamos con la muchacha que dejaste allí. Huiste como el perro que eres. Y Paquito vio como hablabas con Mariana y rondabas la taberna. ¡Atrévete a negarlo si eres hombre!
-Sí que estáis interesados en mi persona. – Severiano se mantenía confiado. – Te veo muy tranquilo, Juan. Cuando tu eres el que tenía que estar más preocupado.- Era hora de gastar su última cartucho.
-¿Y eso por qué?- Juan no alcanzaba a comprender el tono de amenaza de Severiano.
-Por Pardo, hombre. Que yo sepa te tiene entre la espada y la pared. ¿Y a que no sabes a quien ha encargado tu vigilancia?
Juan palideció, eso no se lo esperaba. Si Severiano tenía tratos con Pardo, tendría que andar con pies de plomo. El mismo se encontraba en una situación delicada. No podía fallar esta vez, corría peligro su vida…. y la de Enriqueta.
-No te creo.-fue capaz de articular.
-¿Ah, no? - ¿Y quién me contaría que necesita montar un lupanar en Puente Viejo y que a ti no se te estaba dando muy bien el encargo?
El maldito no mentía. Solo una persona podría haberlo informado con tal precisión. Todo el aplomo que sentía se esfumó en el aire y le dio la espalda a Severiano mientras pensaba.
Tampoco los demás estaban preparados para esa salida. Por mucho que quisieran echarlo de allí con cajas destempladas, el riesgo por la vida de Juan pesaba más que cualquier otra preocupación.
Alfonso no dejaba de maldecirlo, si es que siempre se las apañaba para caer de pie, ¡Maldito desgraciado!
Había una solución fácil a todos los problemas que les causaba Severiano, si se atreviera……Juan buscó la mirada de su hermano mayor y este negó con la cabeza. No, no iba a permitir que se manchara las manos de sangre por ese imbécil. Y tampoco podía retenerlo, si no informaba a Pardo cuando tuviera convenido sospecharía primero de él y no tardaría en meterse en graves problemas.
-Está bien. Por ahora te has librado Severiano.- admitió Juan derrotado – Pero te voy a mantener vigilado. No te vas a librar de nosotros tan fácilmente. Y no te vuelvas a acercar a ningún miembro de nuestra familia.- amenazó consciente de la poca fuerza de sus palabras.
-Ya nos veremos, Castañedas.- se ufano prepotente.
Aunque la rabia los consumía por dentro, no podían hacer nada más. Y regresaron a casa a lamerse las heridas, buscando una solución que no implicara acabar con la vida de nadie. Severiano había ganado una batalla, pero no iban a permitir que les ganara más terreno
No os preocupéis, que ya solo queda un capitulo para terminar de daros la paliza ¡¡
#14874

29/01/2012 20:44
¿Darnos la paliza dices?
¡Pues yo estoy encantada Kumita! Deseosa estoy de leer ese desenlace wapa.
¡Pues yo estoy encantada Kumita! Deseosa estoy de leer ese desenlace wapa.
#14875

29/01/2012 21:11
Por fin pude volver por este hilo, y es q vaya la d regalitos q me he encontrado entre fics y demás, muchas gracias a todas...
Por fin mañna podré ver la serie en directo, haber q tal, porque desde q empezó a aparecer Severiano, no la pude ver, pero todo ha terminado y por fin espero, volver a emocionarme con esta pareja...
Por fin mañna podré ver la serie en directo, haber q tal, porque desde q empezó a aparecer Severiano, no la pude ver, pero todo ha terminado y por fin espero, volver a emocionarme con esta pareja...
#14876

29/01/2012 22:42
ahí estamos con la sesión habitual fotográfica.... otra vez una pelea por la conservera....

#14877

29/01/2012 22:42

#14878

29/01/2012 22:46
me encanta como Emilia le tiene cogido el pañuelo....

#14879

29/01/2012 22:48

#14880

29/01/2012 22:48
kumita cielo tus fics son una maravilla, asik de tortura nada. Me ha encantado la conversación de Emilia con Mariana, parecía poesía. Gracias por este regalito antes de irme a la cama.
Buenas noches a tod@s.
Buenas noches a tod@s.