El Rincón de Raimundo y Francisca. 16 años después... ¡Queremos gozo en el otoño de la vida!
#0
20/08/2012 18:46
#381
30/09/2012 12:29
Dios, que apuesto tenía que haber sido Raimundo*_*
#382
30/09/2012 12:54
Jejeje... tienes mucha razón, Chatosara. Yo a Raimundo de chaval me lo imagino con el pelo oscuro revuelto, los ojos castaños y sagaces y una expresión en la cara entre risueña, traviesa e inteligente. Como un chico malo que en el fondo es más bueno que el pan XD
Bueno... sigamos....
_______________________________
La tarde transcurrió apacible y feliz. Francisca descubrió que aquello de pescar podía ser muy divertido, especialmente cuando Raimundo en su ansia por atrapar una escurridiza trucha acabó cayendo de cabeza a un remanso del río. La muchacha casi se murió de la risa mientras un enfadado y empapado Raimundo la miraba reprobador.
- ¡No le veo la gracia!- le espetó.- Te dije que sujetases la caña con fuerza mientras yo le quitaba el anzuelo a la trucha.
- Lo siento…- intentó poner cara de pena, pero enseguida las carcajadas se apoderaron de ella. Retrocedió sujetándose el estómago mientras reía.
Raimundo suspiró. Sí, la situación era muy graciosa… especialmente porque no era ella la que estaba empapada. Tiritó levemente. Si seguía con aquella ropa mojada encima, cogería una pulmonía. Sin más, se sacó rápido el chaleco y la camisa. Francisca dejó de reírse automáticamente mientras sentía una oleada de pudor.
- ¿Qué estás haciendo?- preguntó.
- ¿Tú qué crees? No voy a pescar una pulmonía sólo porque a ti no te dio la gana de hacer lo que te dije.- repuso mientras se disponía a quitarse los pantalones.
- ¡No puedes… hacer eso delante de una señorita!- replicó ella, sintiendo que la vergüenza le subía al rostro.
- ¿Una señorita?- el muchacho la miró y después miró a su alrededor.- Yo no veo ninguna.
Raimundo rió interiormente. Después se quitó los pantalones, quedándose en polainas. Recogió toda su ropa y empezó a tenderla en las ramas de un árbol vecino como si fuese lo más natural del mundo, ignorando totalmente a Francisca. La chica le observó confusa. Desde luego, ese muchacho era un sinvergüenza, un ateo y un caradura. No parecía avergonzarse por nada. Ella se sintió a partes iguales enfadada y un tanto envidiosa. Le gustaría hacer lo mismo. Despreocuparse de las opiniones de los demás y ser un poquito más libre. Finalmente, meneó la cabeza. Ya no se sentía tan indignada. A decir verdad, si había que elegir entre una pulmonía y el decoro… A riesgo de que a su madre le diese un infarto, en lo más profundo de su mente reconocía que Raimundo tenía razón.
Sin embargo, se irritó de nuevo al recordar que Raimundo había dicho que ella no era una señorita. Se acercó a él.
- Yo soy una señorita.- recalcó adoptando su típica pose orgullosa.
Raimundo terminó de colgar toda su ropa y se giró hacia ella, meneando la cabeza.
- Claro… una señorita que trota por el campo, trepa a los árboles y tiene una estupenda puntería. Pero señorita al fin y al cabo.- terminó irónico.
Por vez primera, Francisca se quedó sin palabras. Se enfureció consigo misma. Raimundo sonrió.
- No te preocupes por eso, Francisca. Las señoritas son demasiado aburridas. Además, es una soberana tontería eso de que las chicas tienen que bordar y los chicos tienen que trepar. Si te sirve de consuelo… mi pasatiempo favorito no es precisamente el más acorde para un chico.- dijo un poco incómodo.
Ella le miró presa de una irrefrenable curiosidad.
- ¿Cuál es?
- Leer.
Francisca le miró.
- Cuando estabas sentado al pie del castaño, estabas cabizbajo pero no estabas leyendo.
Raimundo sonrió con tristeza.
- No, no lo hacía. Mi padre odia que lea. No le parece una actividad suficientemente “viril” para el futuro heredero Ulloa.- dijo con sarcasmo.- Encontró mi libro favorito, “Veinte mil leguas de viaje submarino”.- la sonrisa del chico se apagó, sustituida por una expresión de dolor.- Lo arrojó a la chimenea. Ese libro me lo regaló mi madre cuando me enseñó a leer.
Francisca sintió que la tristeza también la invadía a ella. No sabía por qué, pero no le gustaba ver a Raimundo con el dolor tan patente en su cara. Sin pensarlo, apoyó suavemente la mano en su brazo, intentando reconfortarlo.
- Lo siento.- susurró.
Raimundo sacudió la cabeza con una sonrisa triste, procurando restarle importancia. Miró la mano que se posaba en su brazo y al hacerlo su expresión cambió.
- ¿Qué te ha ocurrido en la mano?- preguntó preocupado. La tomó con cuidado examinando las rojas marcas que había en el dorso. Francisca procuró retirarla pero él la retuvo y la miró.
- No es nada… Mi madre… me castigó ayer por llegar con el vestido roto.- Francisca parecía súbitamente tímida.- En serio, no es nada.
El chico sintió que la cólera hervía en sus venas. Meneó la cabeza, desesperado.
- Francisca… no sé si esto es una buena idea.
- ¿A qué te refieres?- preguntó ella inquieta.
- A que tú y yo seamos amigos. No quiero meterte en problemas. Y si seguimos siendo amigos, los tendrás. Los Montenegro y los Ulloa se odian desde que tengo memoria.
La chica se estremeció. Sabía que tenía razón. Se acordó de las palabras de su padre. Le miró triste.
- Tú… ¿no quieres que seamos amigos?- preguntó con una burbuja de pena en su pecho.
- Por supuesto que quiero.- respondió él.- Lo que no quiero es que…- respiró hondo.- …por mi culpa te castiguen.- meneó la cabeza, desesperado.- Mírate… otra vez con el vestido hecho un desastre y hasta mojado.
Francisca sintió una indescriptible alegría al ver la cara de preocupación que estaba poniendo él. En un impulso, le echó los brazos al cuello y le dio un sorpresivo beso en la mejilla. Después se separó de él y se levantó a toda prisa.
- Vamos, coge tu ropa y vístete. Se me acaba de ocurrir una idea fantástica.- dijo entusiasmada.
Sin más preámbulos, Francisca Montenegro dio media vuelta y empezó a andar. Raimundo se quedó en su sitio totalmente paralizado. Sentía un extraño cosquilleo en su mejilla y un nudo en la garganta. Se llevó la mano al rostro.
- ¿Qué demonios…?
Vio que Francisca estaba ya muy lejos. Se levantó como un resorte y recogió toda su ropa. Intentó ponerse los pantalones con tanta prisa que tropezó y cayó de cabeza al suelo. Gruñó por lo bajo. Al menos su ropa estaba casi seca. Terminó de vestirse y corrió tras ella.
Bueno... sigamos....
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La tarde transcurrió apacible y feliz. Francisca descubrió que aquello de pescar podía ser muy divertido, especialmente cuando Raimundo en su ansia por atrapar una escurridiza trucha acabó cayendo de cabeza a un remanso del río. La muchacha casi se murió de la risa mientras un enfadado y empapado Raimundo la miraba reprobador.
- ¡No le veo la gracia!- le espetó.- Te dije que sujetases la caña con fuerza mientras yo le quitaba el anzuelo a la trucha.
- Lo siento…- intentó poner cara de pena, pero enseguida las carcajadas se apoderaron de ella. Retrocedió sujetándose el estómago mientras reía.
Raimundo suspiró. Sí, la situación era muy graciosa… especialmente porque no era ella la que estaba empapada. Tiritó levemente. Si seguía con aquella ropa mojada encima, cogería una pulmonía. Sin más, se sacó rápido el chaleco y la camisa. Francisca dejó de reírse automáticamente mientras sentía una oleada de pudor.
- ¿Qué estás haciendo?- preguntó.
- ¿Tú qué crees? No voy a pescar una pulmonía sólo porque a ti no te dio la gana de hacer lo que te dije.- repuso mientras se disponía a quitarse los pantalones.
- ¡No puedes… hacer eso delante de una señorita!- replicó ella, sintiendo que la vergüenza le subía al rostro.
- ¿Una señorita?- el muchacho la miró y después miró a su alrededor.- Yo no veo ninguna.
Raimundo rió interiormente. Después se quitó los pantalones, quedándose en polainas. Recogió toda su ropa y empezó a tenderla en las ramas de un árbol vecino como si fuese lo más natural del mundo, ignorando totalmente a Francisca. La chica le observó confusa. Desde luego, ese muchacho era un sinvergüenza, un ateo y un caradura. No parecía avergonzarse por nada. Ella se sintió a partes iguales enfadada y un tanto envidiosa. Le gustaría hacer lo mismo. Despreocuparse de las opiniones de los demás y ser un poquito más libre. Finalmente, meneó la cabeza. Ya no se sentía tan indignada. A decir verdad, si había que elegir entre una pulmonía y el decoro… A riesgo de que a su madre le diese un infarto, en lo más profundo de su mente reconocía que Raimundo tenía razón.
Sin embargo, se irritó de nuevo al recordar que Raimundo había dicho que ella no era una señorita. Se acercó a él.
- Yo soy una señorita.- recalcó adoptando su típica pose orgullosa.
Raimundo terminó de colgar toda su ropa y se giró hacia ella, meneando la cabeza.
- Claro… una señorita que trota por el campo, trepa a los árboles y tiene una estupenda puntería. Pero señorita al fin y al cabo.- terminó irónico.
Por vez primera, Francisca se quedó sin palabras. Se enfureció consigo misma. Raimundo sonrió.
- No te preocupes por eso, Francisca. Las señoritas son demasiado aburridas. Además, es una soberana tontería eso de que las chicas tienen que bordar y los chicos tienen que trepar. Si te sirve de consuelo… mi pasatiempo favorito no es precisamente el más acorde para un chico.- dijo un poco incómodo.
Ella le miró presa de una irrefrenable curiosidad.
- ¿Cuál es?
- Leer.
Francisca le miró.
- Cuando estabas sentado al pie del castaño, estabas cabizbajo pero no estabas leyendo.
Raimundo sonrió con tristeza.
- No, no lo hacía. Mi padre odia que lea. No le parece una actividad suficientemente “viril” para el futuro heredero Ulloa.- dijo con sarcasmo.- Encontró mi libro favorito, “Veinte mil leguas de viaje submarino”.- la sonrisa del chico se apagó, sustituida por una expresión de dolor.- Lo arrojó a la chimenea. Ese libro me lo regaló mi madre cuando me enseñó a leer.
Francisca sintió que la tristeza también la invadía a ella. No sabía por qué, pero no le gustaba ver a Raimundo con el dolor tan patente en su cara. Sin pensarlo, apoyó suavemente la mano en su brazo, intentando reconfortarlo.
- Lo siento.- susurró.
Raimundo sacudió la cabeza con una sonrisa triste, procurando restarle importancia. Miró la mano que se posaba en su brazo y al hacerlo su expresión cambió.
- ¿Qué te ha ocurrido en la mano?- preguntó preocupado. La tomó con cuidado examinando las rojas marcas que había en el dorso. Francisca procuró retirarla pero él la retuvo y la miró.
- No es nada… Mi madre… me castigó ayer por llegar con el vestido roto.- Francisca parecía súbitamente tímida.- En serio, no es nada.
El chico sintió que la cólera hervía en sus venas. Meneó la cabeza, desesperado.
- Francisca… no sé si esto es una buena idea.
- ¿A qué te refieres?- preguntó ella inquieta.
- A que tú y yo seamos amigos. No quiero meterte en problemas. Y si seguimos siendo amigos, los tendrás. Los Montenegro y los Ulloa se odian desde que tengo memoria.
La chica se estremeció. Sabía que tenía razón. Se acordó de las palabras de su padre. Le miró triste.
- Tú… ¿no quieres que seamos amigos?- preguntó con una burbuja de pena en su pecho.
- Por supuesto que quiero.- respondió él.- Lo que no quiero es que…- respiró hondo.- …por mi culpa te castiguen.- meneó la cabeza, desesperado.- Mírate… otra vez con el vestido hecho un desastre y hasta mojado.
Francisca sintió una indescriptible alegría al ver la cara de preocupación que estaba poniendo él. En un impulso, le echó los brazos al cuello y le dio un sorpresivo beso en la mejilla. Después se separó de él y se levantó a toda prisa.
- Vamos, coge tu ropa y vístete. Se me acaba de ocurrir una idea fantástica.- dijo entusiasmada.
Sin más preámbulos, Francisca Montenegro dio media vuelta y empezó a andar. Raimundo se quedó en su sitio totalmente paralizado. Sentía un extraño cosquilleo en su mejilla y un nudo en la garganta. Se llevó la mano al rostro.
- ¿Qué demonios…?
Vio que Francisca estaba ya muy lejos. Se levantó como un resorte y recogió toda su ropa. Intentó ponerse los pantalones con tanta prisa que tropezó y cayó de cabeza al suelo. Gruñó por lo bajo. Al menos su ropa estaba casi seca. Terminó de vestirse y corrió tras ella.
#383
30/09/2012 13:34
Jajajaja, sí, yo también me lo imagino así. Un chico de estos que vuelven loca*_* Que adoraaaaable es Francisca:3 Y Rai, por supuesto. Me encanta esta historia, me has enganchado con cola e.e
CHICAAAAAS, deciiiiidme que habéis leído el avance 'Sin pretextos, Francisca va en busca de Raimundo, lo cual es toda una declaración de intenciones. Momento de confidencias como no han tenido otro igual.'
Dios, dios, diooooooos. Es demasiado.
CHICAAAAAS, deciiiiidme que habéis leído el avance 'Sin pretextos, Francisca va en busca de Raimundo, lo cual es toda una declaración de intenciones. Momento de confidencias como no han tenido otro igual.'
Dios, dios, diooooooos. Es demasiado.
#384
30/09/2012 15:07
Aish el escenón es el viernes <3
Capítulo 410: lunes 1 octubre
Raimundo da un ultimátum a Francisca. Si está dispuesta a arriesgarse, debe demostrarlo.
Capítulo 411: martes 2 octubre
Francisca ofrece a Fernando un puesto de trabajo para evitar que se lleve a María lejos de ella.
Fernando promete pensárselo. Fernando, muy contento, le cuenta a su padre que Francisca le ha ofrecido trabajo. Aceptará. El matrimonio de Emilia y Alfonso está receloso con Raimundo. Lo notan raro y creen que es por el telegrama. Raimundo convence a su hija de que el telegrama no tiene ninguna importancia. Miente.
Sin pretextos, Francisca va en busca de Raimundo, lo cual es toda una declaración de intenciones. Momento de confidencias como no han tenido otro igual. Gonzalo se anima a confesar a Tristán que es su hijo.
Capítulo 412: miércoles 3 octubre
La buena relación que parece haber entre Raimundo y Francisca deja perplejos a quienes les rodean. Francisca reconoce ante María que está retomando su vieja amistad con Raimundo. Emilia ha encontrado los restos de un telegrama quemado y Raimundo asegura desconocer el asunto.
Francisca “aprueba” la iniciativa de Gonzalo de crear una escuela para adultos.
Capítulo 413: jueves 4 octubre
Francisca nombra a Fernando gerente de sus negocios textiles.
Capítulo 414: viernes 5 octubre
Raimundo presiona a Francisca para que le cuente a qué se debió su reacción de ayer. Francisca abre su corazón a Raimundo y le explica sus miedos.
Capítulo 410: lunes 1 octubre
Raimundo da un ultimátum a Francisca. Si está dispuesta a arriesgarse, debe demostrarlo.
Capítulo 411: martes 2 octubre
Francisca ofrece a Fernando un puesto de trabajo para evitar que se lleve a María lejos de ella.
Fernando promete pensárselo. Fernando, muy contento, le cuenta a su padre que Francisca le ha ofrecido trabajo. Aceptará. El matrimonio de Emilia y Alfonso está receloso con Raimundo. Lo notan raro y creen que es por el telegrama. Raimundo convence a su hija de que el telegrama no tiene ninguna importancia. Miente.
Sin pretextos, Francisca va en busca de Raimundo, lo cual es toda una declaración de intenciones. Momento de confidencias como no han tenido otro igual. Gonzalo se anima a confesar a Tristán que es su hijo.
Capítulo 412: miércoles 3 octubre
La buena relación que parece haber entre Raimundo y Francisca deja perplejos a quienes les rodean. Francisca reconoce ante María que está retomando su vieja amistad con Raimundo. Emilia ha encontrado los restos de un telegrama quemado y Raimundo asegura desconocer el asunto.
Francisca “aprueba” la iniciativa de Gonzalo de crear una escuela para adultos.
Capítulo 413: jueves 4 octubre
Francisca nombra a Fernando gerente de sus negocios textiles.
Capítulo 414: viernes 5 octubre
Raimundo presiona a Francisca para que le cuente a qué se debió su reacción de ayer. Francisca abre su corazón a Raimundo y le explica sus miedos.
#385
30/09/2012 16:56
ayyyyyyyyyyy si es que ya no se que decir, estoy alcanzado cotas alucinatorias nunca alcanzadas por empastillada alguna, por Dios, si parece que sea yo Francisca de los nervios que llevo, esto no puede ser normal.
Para mí que esta semana tenemos beso yo creo que:
El lunes es la megaescenacita de "Francisca ¿tú me quieres?" y lo de "apoyar tu cabeza en mi pecho y despertar enredada en mis brazos"
El martes es la escena de la Paca en la posada, que solo de recordarlo me parto yo sola, ver la cara de Raimundo cuando se la encuentre ahí va a ser memorable, me lo imagino con esa peazo de sonrisa y esos ojazos brillando felices y esas confidencias mirándose a los ojos muy cerquita el uno del otro y me quedo así:
El miércoles Francisca pasando mucho de la gente reconoce que está enamorada ¡¡OLE TUS OVARIOS FRANCISCAAAAA!!, lo malo es que el puñetero telegrama sigue rondando por ahí pero bueno, ya trataremos ese tema cuando toque,así que hoy aplauso para la Paca por que a pesar de sus miedos no le pone barreras al amor
El jueves...Ay el jueves, yo creo que aquí hay cita y beso, creo que Raimundo la besa y ella se marcha asustada y como eso ocurra yo
O mejor no, mejor espero al viernes cuando Francisca se confiese con Raimundo, cuando le cuente con esa carita de dolor que tan bien conocemos como fue su vida desde que él la dejó, cuando Raimundo se quede roto por dentro y se den ese pedazo de abrazo "lo siento amor", "te quiero tanto..." lo escribo con un nudo en la garganta, presiento sesión de lloros en el bus 24
En cuanto a los relatos...Jess sigue por Dios y Lourdes ¿sabes qué? que mejor pensado podías haber dejado el relato en un enlace y seguir con la historia, echo demasiado de menos a mi Alejandro.
Para mí que esta semana tenemos beso yo creo que:
El lunes es la megaescenacita de "Francisca ¿tú me quieres?" y lo de "apoyar tu cabeza en mi pecho y despertar enredada en mis brazos"
El martes es la escena de la Paca en la posada, que solo de recordarlo me parto yo sola, ver la cara de Raimundo cuando se la encuentre ahí va a ser memorable, me lo imagino con esa peazo de sonrisa y esos ojazos brillando felices y esas confidencias mirándose a los ojos muy cerquita el uno del otro y me quedo así:
El miércoles Francisca pasando mucho de la gente reconoce que está enamorada ¡¡OLE TUS OVARIOS FRANCISCAAAAA!!, lo malo es que el puñetero telegrama sigue rondando por ahí pero bueno, ya trataremos ese tema cuando toque,así que hoy aplauso para la Paca por que a pesar de sus miedos no le pone barreras al amor
El jueves...Ay el jueves, yo creo que aquí hay cita y beso, creo que Raimundo la besa y ella se marcha asustada y como eso ocurra yo
O mejor no, mejor espero al viernes cuando Francisca se confiese con Raimundo, cuando le cuente con esa carita de dolor que tan bien conocemos como fue su vida desde que él la dejó, cuando Raimundo se quede roto por dentro y se den ese pedazo de abrazo "lo siento amor", "te quiero tanto..." lo escribo con un nudo en la garganta, presiento sesión de lloros en el bus 24
En cuanto a los relatos...Jess sigue por Dios y Lourdes ¿sabes qué? que mejor pensado podías haber dejado el relato en un enlace y seguir con la historia, echo demasiado de menos a mi Alejandro.
#386
30/09/2012 17:11
¡Buenas tardes!
Estamos disfrutando de unas escenas tan maravillosas que a veces se nos antoja imposible que puedan superarse. Pero el caso es que así está siendo. Cada semana se presenta mucho mejor que la anterior, y si en el capítulo 403 Francisca no quería ni recibir a Raimundo, en estos días que nos adentramos en el 410 tenemos a Francisca abriéndole su corazón y confesando su amor por él.
No tengo palabras para expresar todo lo que Ramón y María nos están haciendo sentir. Y como dije no hace mucho, todo lo que estamos viendo y lo que nos espera, supera con creces y compensa todo el padecimiento que hemos tenido. ¡Gracias a los dos!
En cuanto a los relatos, Jessi, continúa guapa . Y Lourdes, yo también venía a proponer que pongas todo el relato en un enlace para que se lo descargue quien quiera y continúes desde donde lo dejaste. Bien aquí o bien en un hilo propio que abras para ello. Eso ya, tú misma.
Y como lo prometido es deuda y se lo debía a mucha gente, aquí está un pequeño mini. No es exactamente de la escena que me habiais pedido, pero espero que os guste igualmente. Esta dividido en dos partes. Hoy os dejo la primera.
.......................................
Aferraba con fuerza su pequeño bolso, que reposaba descuidadamente sobre sus rodillas. Permanecía con la cabeza erguida, queriendo demostrar que aquello no la perturbaba. Que no le hacía temblar por dentro imaginando lo que todos estaban pensando. Fácil de adivinar si se observaba sus rostros contrariados y sus miradas de soslayo.
Raimundo le había pedido dar un paso más en su relación. Sonrió de manera imperceptible al escuchar en su mente la palabra “relación”. Hacía apenas unas semanas todo esto le hubiese parecido un sueño difícil de alcanzar. Raimundo estaba lejos, muy lejos de ella. Y se había pasado dieciséis años extrañándolo. Echándolo de menos cada vez que cerraba la puerta de su alcoba y se perdía en la soledad de unas sábanas blancas ausentes de él. Y sin embargo ahora… todo era completamente diferente. Él estaba en Puente Viejo. Le había declarado su amor y ella se había permitido de nuevo soñar con un futuro a su lado.
Estaba aterrada no obstante. Se había pasado toda la vida ocultando un corazón y unos sentimientos que hasta llegó a creer que no poseía. ¿Cómo luchar contra eso? No era tarea fácil derribar el muro de protección que se había forjado a lo largo de demasiados años a base de rencor y miedo. Rencor hacia quien creía causante de una vida plagada de desdichas. Miedo por seguir amándole a pesar de ello.
Pero la fuerza arrolladora con la que Raimundo había irrumpido de nuevo en su vida, había logrado resquebrajarlo de tal manera, que allí estaba ella. Dispuesta a arriesgarse.
A amar y a dejarse amar.
Raimundo no se encontraba presente en la posada cuando había ido a buscarlo. Sentía ganas de reír al recordar la cara de incredulidad de Emilia y el rostro lleno de estupor de Alfonso. Había decidido sin embargo esperarlo allí, sentada en una de las mesas de la recepción de la posada. En silencio. Esquivando la mirada curiosa del Castañeda.
Los minutos iban pasando y ella empezaba a sentirse cada vez más incómoda. ¿Qué hacía allí? Las dudas comenzaron a embargarla. Tal vez se había precipitado y no estaba preparada para dar un paso más. ¿Por qué no llegaba Raimundo? Dirigió su mirada por milésima vez hasta la entrada, esperando que su figura se dibujara a lo lejos encaminándose por fin hasta ella y librándola del mar de recelos que ahora mismo la acuciaban. Pero no era así. Él no llegaba y ella comenzó a llenarse de miedos. Lo mejor y más sensato sería marcharse de allí enseguida.
Se puso en pie tan bruscamente que casi derriba la silla. Alfonso levantó la vista del libro de cuentas y la miró.
- ¿Es que se marcha ya Doña Francisca? -.
Su tono no podía revelar más que alivio con aquella decisión. A pesar de tratar de ser respetuosos el uno con el otro por el bien de María, era más que evidente que su relación era tensa. Educadamente tensa.
- Tengo mil asuntos que atender y no puedo estar toda la mañana aquí -. Se acercó hasta el mostrador. - Cuando llegue Raimundo… -, suavizó extremadamente su tono de voz. -… dile que estuve esperándole, y que… -. Se quedó en silencio. Pensativa.
- Y que… -, repitió Alfonso, esperando que así ella continuara. - ¿Desea que le diga algo más a mi suegro? -.
La impetuosidad de él le hizo callar. - No, nada más que estuve aquí -.
- Será mejor que lo demás que tenga que decir, me lo diga a mí mismo -.
Tensó su espalda mientras miles de sensaciones revolotearon a través de ella penetrando en todos y cada uno de sus sentidos. Su voz siempre conseguía estremecerla aunque durante años hubiese estado cargada de reproches. No se volvió hacia él. Se apoyó sobre el mostrador queriendo lograr algo de apoyo, buscando las fuerzas que había perdido paulatinamente mientras le esperaba. Su respiración se tornó dificultosa cuando sintió el calor que emanaba su cuerpo tras ella.
- Alfonso, creo que Emilia te andaba buscando en la taberna -.
Él frunció el ceño. - ¿Emilia? Pero si ella estaba… -.
- Alfonso… -. Le apremió. - Desaparece. Por favor -.
Estamos disfrutando de unas escenas tan maravillosas que a veces se nos antoja imposible que puedan superarse. Pero el caso es que así está siendo. Cada semana se presenta mucho mejor que la anterior, y si en el capítulo 403 Francisca no quería ni recibir a Raimundo, en estos días que nos adentramos en el 410 tenemos a Francisca abriéndole su corazón y confesando su amor por él.
No tengo palabras para expresar todo lo que Ramón y María nos están haciendo sentir. Y como dije no hace mucho, todo lo que estamos viendo y lo que nos espera, supera con creces y compensa todo el padecimiento que hemos tenido. ¡Gracias a los dos!
En cuanto a los relatos, Jessi, continúa guapa . Y Lourdes, yo también venía a proponer que pongas todo el relato en un enlace para que se lo descargue quien quiera y continúes desde donde lo dejaste. Bien aquí o bien en un hilo propio que abras para ello. Eso ya, tú misma.
Y como lo prometido es deuda y se lo debía a mucha gente, aquí está un pequeño mini. No es exactamente de la escena que me habiais pedido, pero espero que os guste igualmente. Esta dividido en dos partes. Hoy os dejo la primera.
.......................................
TE QUIERO TANTO...(PRIMERA PARTE)
[/b]Aferraba con fuerza su pequeño bolso, que reposaba descuidadamente sobre sus rodillas. Permanecía con la cabeza erguida, queriendo demostrar que aquello no la perturbaba. Que no le hacía temblar por dentro imaginando lo que todos estaban pensando. Fácil de adivinar si se observaba sus rostros contrariados y sus miradas de soslayo.
Raimundo le había pedido dar un paso más en su relación. Sonrió de manera imperceptible al escuchar en su mente la palabra “relación”. Hacía apenas unas semanas todo esto le hubiese parecido un sueño difícil de alcanzar. Raimundo estaba lejos, muy lejos de ella. Y se había pasado dieciséis años extrañándolo. Echándolo de menos cada vez que cerraba la puerta de su alcoba y se perdía en la soledad de unas sábanas blancas ausentes de él. Y sin embargo ahora… todo era completamente diferente. Él estaba en Puente Viejo. Le había declarado su amor y ella se había permitido de nuevo soñar con un futuro a su lado.
Estaba aterrada no obstante. Se había pasado toda la vida ocultando un corazón y unos sentimientos que hasta llegó a creer que no poseía. ¿Cómo luchar contra eso? No era tarea fácil derribar el muro de protección que se había forjado a lo largo de demasiados años a base de rencor y miedo. Rencor hacia quien creía causante de una vida plagada de desdichas. Miedo por seguir amándole a pesar de ello.
Pero la fuerza arrolladora con la que Raimundo había irrumpido de nuevo en su vida, había logrado resquebrajarlo de tal manera, que allí estaba ella. Dispuesta a arriesgarse.
A amar y a dejarse amar.
Raimundo no se encontraba presente en la posada cuando había ido a buscarlo. Sentía ganas de reír al recordar la cara de incredulidad de Emilia y el rostro lleno de estupor de Alfonso. Había decidido sin embargo esperarlo allí, sentada en una de las mesas de la recepción de la posada. En silencio. Esquivando la mirada curiosa del Castañeda.
Los minutos iban pasando y ella empezaba a sentirse cada vez más incómoda. ¿Qué hacía allí? Las dudas comenzaron a embargarla. Tal vez se había precipitado y no estaba preparada para dar un paso más. ¿Por qué no llegaba Raimundo? Dirigió su mirada por milésima vez hasta la entrada, esperando que su figura se dibujara a lo lejos encaminándose por fin hasta ella y librándola del mar de recelos que ahora mismo la acuciaban. Pero no era así. Él no llegaba y ella comenzó a llenarse de miedos. Lo mejor y más sensato sería marcharse de allí enseguida.
Se puso en pie tan bruscamente que casi derriba la silla. Alfonso levantó la vista del libro de cuentas y la miró.
- ¿Es que se marcha ya Doña Francisca? -.
Su tono no podía revelar más que alivio con aquella decisión. A pesar de tratar de ser respetuosos el uno con el otro por el bien de María, era más que evidente que su relación era tensa. Educadamente tensa.
- Tengo mil asuntos que atender y no puedo estar toda la mañana aquí -. Se acercó hasta el mostrador. - Cuando llegue Raimundo… -, suavizó extremadamente su tono de voz. -… dile que estuve esperándole, y que… -. Se quedó en silencio. Pensativa.
- Y que… -, repitió Alfonso, esperando que así ella continuara. - ¿Desea que le diga algo más a mi suegro? -.
La impetuosidad de él le hizo callar. - No, nada más que estuve aquí -.
- Será mejor que lo demás que tenga que decir, me lo diga a mí mismo -.
Tensó su espalda mientras miles de sensaciones revolotearon a través de ella penetrando en todos y cada uno de sus sentidos. Su voz siempre conseguía estremecerla aunque durante años hubiese estado cargada de reproches. No se volvió hacia él. Se apoyó sobre el mostrador queriendo lograr algo de apoyo, buscando las fuerzas que había perdido paulatinamente mientras le esperaba. Su respiración se tornó dificultosa cuando sintió el calor que emanaba su cuerpo tras ella.
- Alfonso, creo que Emilia te andaba buscando en la taberna -.
Él frunció el ceño. - ¿Emilia? Pero si ella estaba… -.
- Alfonso… -. Le apremió. - Desaparece. Por favor -.
#387
30/09/2012 17:12
Durante breves instantes se sintió algo incómodo por haber hablado así a su yerno. Tantos como tardó éste en salir por la puerta que comunicaba con la taberna. Su premura se debía a las ganas que tenía de estar a solas por fin con Francisca. Su corazón se había detenido en el mismo momento en que había divisado su presencia desde la plaza.
Había salido temprano aquella mañana después de resultar totalmente infructuosos sus intentos por conciliar el sueño. Francisca estaba continuamente en sus pensamientos y temía haber tensado demasiado la cuerda al presionarla de aquella manera. La había soñado y anhelado durante años. Sin embargo desde que tomó la decisión de no dejar pasar más tiempo sin estar a su lado, las ansias de poseer su alma y su cuerpo nuevamente se habían adueñado de su ser hasta casi enloquecerlo.
La observó enamorado. No había variado su posición. Seguía con las manos apoyadas en el mostrador. Tan solo el ligero temblor que recorría su cuerpo, delataba su estado. Frágil… Dulce… Estaba tan bella y él deseaba tanto amarla…
- Me sorprende encontrarte aquí, Francisca -. Murmuró en voz tan sumamente baja y delicada que advirtió cómo la piel de su nuca se estremecía. Sonrió al comprobar que él no era el único que temblaba.
- ¿De verdad te sorprende, Raimundo? -, le respondió ella tras unos segundos en silencio. - Me pediste que diera un paso al frente. Que no temiera que los demás hablaran acerca de nosotros… -.
Desvió la mirada hacia las manos de Raimundo, de pronto apoyadas a ambos lados de ella en el mostrador de la recepción de la posada. Rodeándola hasta casi hacerla desaparecer entre sus brazos. Cerró los ojos cuando su cálido aliento le golpeó en el cuello.
- ¿Estás dispuesta a arriesgarte conmigo, amor? -. Tuvo que aferrar con fuerza la madera para que sus manos no saltaran hacia ella. - ¿Estás dispuesta a reconocer que me amas tanto como yo te amo a ti, pequeña? -.
El ritmo de su respiración se aceleró ante el tono susurrante de su voz. Estaban tan sumamente cerca que el pecho de Raimundo ya rozaba su espalda. Hasta podía escuchar los latidos de su corazón. O tal vez eran los suyos propios. Se sentía tan mareada que parecía que flotaba.
- Dime que me amas -. Susurró antes de rozar su nuca con los labios. - Dímelo, pequeña… -.
- Raimundo… -. Gimió ella. - Detente te lo suplico… -.
- Llevo demasiados años deteniéndome, amor… -, movió sus manos hasta cubrir con ellas las de Francisca. - No me pidas que controle lo que siento por ti -.
Enterró los labios en su pelo adorando la fragilidad de su cuerpo, que se estremecía con cada caricia de sus labios. Estaba tan deseoso de ella que le costaba controlar su ardor. Su irrefrenable pasión por ella. Muy lentamente la fue girando hasta que quedaron frente a frente.
Francisca seguía con los ojos cerrados y la cabeza agachada, incapaz de luchar contra su mirada. Para ella suponía un shock enfrentarse abiertamente a sus sentimientos. Y no sabía si aún estaba preparada para ello. Se debatía entre salir corriendo de allí o quedarse para siempre a su lado.
- Mírame amor mío… -. Había subido su mano hasta rozar su mejilla. Abrió muy despacio los ojos, temerosa de perderse en los de Raimundo. - Te quiero Francisca -.
Rozó sus labios con tanta ternura como disponía en ese momento. La que ella le provocaba. Quiso saltar de júbilo cuando ella, temerosa, acarició su rostro con la yema de los dedos. Cuando le comenzó a devolver aquel tímido beso que pronto se le antojó insuficiente. Apretó su cuerpo contra el de Francisca queriendo hacer el beso mucho más intenso y profundo. Y no sintió cómo ella se tensaba en sus brazos, ni cómo intentaba zafarse de él hasta que sus lágrimas mojaron sus labios.
- Francisca, mi amor… -.
Pero ella salía ya apresurada por la puerta, sin volver la vista atrás.
Había salido temprano aquella mañana después de resultar totalmente infructuosos sus intentos por conciliar el sueño. Francisca estaba continuamente en sus pensamientos y temía haber tensado demasiado la cuerda al presionarla de aquella manera. La había soñado y anhelado durante años. Sin embargo desde que tomó la decisión de no dejar pasar más tiempo sin estar a su lado, las ansias de poseer su alma y su cuerpo nuevamente se habían adueñado de su ser hasta casi enloquecerlo.
La observó enamorado. No había variado su posición. Seguía con las manos apoyadas en el mostrador. Tan solo el ligero temblor que recorría su cuerpo, delataba su estado. Frágil… Dulce… Estaba tan bella y él deseaba tanto amarla…
- Me sorprende encontrarte aquí, Francisca -. Murmuró en voz tan sumamente baja y delicada que advirtió cómo la piel de su nuca se estremecía. Sonrió al comprobar que él no era el único que temblaba.
- ¿De verdad te sorprende, Raimundo? -, le respondió ella tras unos segundos en silencio. - Me pediste que diera un paso al frente. Que no temiera que los demás hablaran acerca de nosotros… -.
Desvió la mirada hacia las manos de Raimundo, de pronto apoyadas a ambos lados de ella en el mostrador de la recepción de la posada. Rodeándola hasta casi hacerla desaparecer entre sus brazos. Cerró los ojos cuando su cálido aliento le golpeó en el cuello.
- ¿Estás dispuesta a arriesgarte conmigo, amor? -. Tuvo que aferrar con fuerza la madera para que sus manos no saltaran hacia ella. - ¿Estás dispuesta a reconocer que me amas tanto como yo te amo a ti, pequeña? -.
El ritmo de su respiración se aceleró ante el tono susurrante de su voz. Estaban tan sumamente cerca que el pecho de Raimundo ya rozaba su espalda. Hasta podía escuchar los latidos de su corazón. O tal vez eran los suyos propios. Se sentía tan mareada que parecía que flotaba.
- Dime que me amas -. Susurró antes de rozar su nuca con los labios. - Dímelo, pequeña… -.
- Raimundo… -. Gimió ella. - Detente te lo suplico… -.
- Llevo demasiados años deteniéndome, amor… -, movió sus manos hasta cubrir con ellas las de Francisca. - No me pidas que controle lo que siento por ti -.
Enterró los labios en su pelo adorando la fragilidad de su cuerpo, que se estremecía con cada caricia de sus labios. Estaba tan deseoso de ella que le costaba controlar su ardor. Su irrefrenable pasión por ella. Muy lentamente la fue girando hasta que quedaron frente a frente.
Francisca seguía con los ojos cerrados y la cabeza agachada, incapaz de luchar contra su mirada. Para ella suponía un shock enfrentarse abiertamente a sus sentimientos. Y no sabía si aún estaba preparada para ello. Se debatía entre salir corriendo de allí o quedarse para siempre a su lado.
- Mírame amor mío… -. Había subido su mano hasta rozar su mejilla. Abrió muy despacio los ojos, temerosa de perderse en los de Raimundo. - Te quiero Francisca -.
Rozó sus labios con tanta ternura como disponía en ese momento. La que ella le provocaba. Quiso saltar de júbilo cuando ella, temerosa, acarició su rostro con la yema de los dedos. Cuando le comenzó a devolver aquel tímido beso que pronto se le antojó insuficiente. Apretó su cuerpo contra el de Francisca queriendo hacer el beso mucho más intenso y profundo. Y no sintió cómo ella se tensaba en sus brazos, ni cómo intentaba zafarse de él hasta que sus lágrimas mojaron sus labios.
- Francisca, mi amor… -.
Pero ella salía ya apresurada por la puerta, sin volver la vista atrás.
(Continuará...)
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#388
30/09/2012 17:16
Hombre, Miri, eso de que el escenón es el viernes... Yo creo que tenemos escenón todos los días jijijijiji:$ Es que joder, cuando Francisca se declareUFFF, Puente Viejo va a temblar.
#389
30/09/2012 18:08
hola chicas! que tal va el finde? es la primera vez en mi vida que estoy deseando que pase ya el fin de semana solo por ver las escenas!
bueno esta semana se genial! yo apuesto a que hay beso antes de la declaracion de francisca y ese "te quiero tanto" . Ay dios! lo escribo y tiemblo! Pero antes de esto, es impagable ver a francisca entrando por la posada y eso que lo hemos visto muchas veces...o acaso ya no os acordais la de veces que francisca ha ido a la posada a ver al ulloa con alguna excusa tonta..pero claro no es lo mismo! esta vez va a buscar a su amor y no a discutir con el! es que no me lo creo...! y el viernes escenon del bueno! (lo veremos el jueves). Que tiemble puente viejo! y es que hoy por hoy y seguro que estais de acuerdo conmigo Puente viejo es Raipaquista!!
miri, cuenta conmigo para el chat el jueves...ya vamos poniendo hora y eso!
Ruth gracias por tu relato, como siempre fabuloso...!
Lourdes...me encanta como escribes y me imagino totalmente asi a francisca y a raimundo! abre hilo para esta historia ya!
jess muy bien tu relato, continua por fa...
mañana comentare escena por si hay alguien que no ha visto el premium aunque a estas alturas yo creo que todo el mundo lo ha visto!
un besazo a todas!!
bueno esta semana se genial! yo apuesto a que hay beso antes de la declaracion de francisca y ese "te quiero tanto" . Ay dios! lo escribo y tiemblo! Pero antes de esto, es impagable ver a francisca entrando por la posada y eso que lo hemos visto muchas veces...o acaso ya no os acordais la de veces que francisca ha ido a la posada a ver al ulloa con alguna excusa tonta..pero claro no es lo mismo! esta vez va a buscar a su amor y no a discutir con el! es que no me lo creo...! y el viernes escenon del bueno! (lo veremos el jueves). Que tiemble puente viejo! y es que hoy por hoy y seguro que estais de acuerdo conmigo Puente viejo es Raipaquista!!
miri, cuenta conmigo para el chat el jueves...ya vamos poniendo hora y eso!
Ruth gracias por tu relato, como siempre fabuloso...!
Lourdes...me encanta como escribes y me imagino totalmente asi a francisca y a raimundo! abre hilo para esta historia ya!
jess muy bien tu relato, continua por fa...
mañana comentare escena por si hay alguien que no ha visto el premium aunque a estas alturas yo creo que todo el mundo lo ha visto!
un besazo a todas!!
#390
30/09/2012 19:10
Chicas hay va la continuacion de mi relato,espero que os guste y gracias por vuestros comentarios sois maravillosas.
LA FELICIDAD CUESTA TRABAJO ALCANZARLA II
Llego a los muros de lo que antaño fue una gran mansión, comprobó que aun quedaban restos del incendio ocurrido hace mas de 16 años.Se entristeció al pensar que Tristan había quedado tan hundido en la tristeza tras la muerte de Pepa que no había tenido fuerzas para reparar la casa.Respiro profundamente para tratar de templar sus nervios y llamo a la puerta,Rosario abrió.
-Hola Rosario-saludo a la que fuera su fiel criada y confidente-vengo a ver a Tristan.
-No creo que quiera recibirla,Raimundo estuvo aquí y lo hecho con cajas destempladas-le refirió la buena mujer.
-Me arriesgare-digo tratando de esbozar una sonrisa.
-Como quiera-Rosario se hizo a un lado para que pasara.
Entro al salón y lo que observo la lleno de profunda tristeza,todo estaba descuidado y desordenado,aquella casa reflejaba sin duda el animo de su dueño.
-Trato de arreglar la casa lo mejor que puedo-se disculpo Rosario-pero es demasiado para mi sola y su hijo se niega a contratar a nadie.
-No tienes que disculparte Rosario-se giro hacia ella y la miro-se muy bien cual es el estado de animo de mi hijo.
-¿Y si lo sabe a que ha venido Francisca?-puso especial enfasis en su nombre-¿a regodearse en mi desgracia?-.
Francisca se giro a hacia su hijo al que hacia demasiado tiempo que no veia,desde que la hecho de alli junto a las demás mujeres el día que habían ido a rezar el rosario en memoria de Pepa. Al mismo tiempo que este le pedía a Rosario que se retirara.La buena mujer le dedico una ultima mirada a Francisca y se marcho.
-He venido a hablar contigo hijo- trato de tocar su brazo,pero Tristan se aparto bruscamente,aquel gesto le dolió pero continuo hablando-A pedirte que nos entiendas a tu padre y a mi.
-¿Que los entienda? tiene gracia-dijo Tristan irónico--¿usted me entendió a mi?-los ojos de Tristan reflejaban tanto dolor que Francisca sintió que se le partía el corazón.
-¿Me entendió cuando le dije que amaba a Pepa con toda mi alma?-dijo sujetándola del brazo lleno de furia.
-Tristan suéltame me haces daño-dijo en tono de suplica.
A la mente de Tristan acudieron los recuerdos de como su madre le suplicaba al que durante tantos años creyó su padre y como se juraba que nunca seria como el y soltó su agarre.-Márchese de mi casa-dijo dándole la espalda.
-No me pienso ir hasta que no me escuches-se puso frente a su hijo para que la mirase-se que aun queda en ti algo de ese Tristan que fuiste,ese muchacho bueno y noble al que todos querían
-Ese Tristan murió con Pepa-aparto la mirada de su madre.
-No,ese Tristan no ha muerto,solo esta sepultado bajo esa profunda pena-ella cogio a su hijo del mentón para obligarlo a mirarla.-Yo sigo viendo a ese niño al que le leía cuentos para dormir-sintio aflorar las lagrimas ante ese recuerdo-¿recuerdas lo que me decias?-pregunto mirandolo expectante-¿lo recuerdas?-.
Aquella pregunta transporto a Tristan a un momento feliz,cuando apenas era un niño y su madre le leia cuentos de valientes caballeros que salvaban a princesas en castillos encantados.-que yo seria como esos caballeros y estaría siempre a su lado-dijo esbozando una ligera sonrisa por aquel recuerdo.
-Veo que lo recuerdas-le devolvió a su hijo la sonrisa-pues ahora te necesito mas que nunca y no solo yo sino también tu padre y toda la gente que te quiere-acaricio el rostro de su hijo con ternura-no te pido que la olvides,pero tienes que luchar por salir adelante-.
Tristan miro a su madre con lagrimas en los ojos,parece que gracias a su padre habia vuelto a ser la mujer que recordaba de niño.Francisca enjugo sus lagrimas con suma delicadeza y ambos se fundieron en un emotivo abrazo.
-Fui muy injusto con padre cuando vino a verme-Tristan se separo de su madre y la miro a los ojos.-Y también con usted-acaricio el brazo de su madre en la zona donde antes había presionado-¿le duele?-.
-No mi amor-acaricio la mano de su hijo que estaba aun en su brazo-lo que me dolía era tu desprecio-acaricio su rostro-tu padre esta en la casona,si quieres vamos juntos-lo miro expectante.
-Claro que si madre-esbozo una sonrisa.
Tras darle a Rosario la feliz noticia de su reconciliación partieron rumbo a la casona.
CONTINUARA
LA FELICIDAD CUESTA TRABAJO ALCANZARLA II
Llego a los muros de lo que antaño fue una gran mansión, comprobó que aun quedaban restos del incendio ocurrido hace mas de 16 años.Se entristeció al pensar que Tristan había quedado tan hundido en la tristeza tras la muerte de Pepa que no había tenido fuerzas para reparar la casa.Respiro profundamente para tratar de templar sus nervios y llamo a la puerta,Rosario abrió.
-Hola Rosario-saludo a la que fuera su fiel criada y confidente-vengo a ver a Tristan.
-No creo que quiera recibirla,Raimundo estuvo aquí y lo hecho con cajas destempladas-le refirió la buena mujer.
-Me arriesgare-digo tratando de esbozar una sonrisa.
-Como quiera-Rosario se hizo a un lado para que pasara.
Entro al salón y lo que observo la lleno de profunda tristeza,todo estaba descuidado y desordenado,aquella casa reflejaba sin duda el animo de su dueño.
-Trato de arreglar la casa lo mejor que puedo-se disculpo Rosario-pero es demasiado para mi sola y su hijo se niega a contratar a nadie.
-No tienes que disculparte Rosario-se giro hacia ella y la miro-se muy bien cual es el estado de animo de mi hijo.
-¿Y si lo sabe a que ha venido Francisca?-puso especial enfasis en su nombre-¿a regodearse en mi desgracia?-.
Francisca se giro a hacia su hijo al que hacia demasiado tiempo que no veia,desde que la hecho de alli junto a las demás mujeres el día que habían ido a rezar el rosario en memoria de Pepa. Al mismo tiempo que este le pedía a Rosario que se retirara.La buena mujer le dedico una ultima mirada a Francisca y se marcho.
-He venido a hablar contigo hijo- trato de tocar su brazo,pero Tristan se aparto bruscamente,aquel gesto le dolió pero continuo hablando-A pedirte que nos entiendas a tu padre y a mi.
-¿Que los entienda? tiene gracia-dijo Tristan irónico--¿usted me entendió a mi?-los ojos de Tristan reflejaban tanto dolor que Francisca sintió que se le partía el corazón.
-¿Me entendió cuando le dije que amaba a Pepa con toda mi alma?-dijo sujetándola del brazo lleno de furia.
-Tristan suéltame me haces daño-dijo en tono de suplica.
A la mente de Tristan acudieron los recuerdos de como su madre le suplicaba al que durante tantos años creyó su padre y como se juraba que nunca seria como el y soltó su agarre.-Márchese de mi casa-dijo dándole la espalda.
-No me pienso ir hasta que no me escuches-se puso frente a su hijo para que la mirase-se que aun queda en ti algo de ese Tristan que fuiste,ese muchacho bueno y noble al que todos querían
-Ese Tristan murió con Pepa-aparto la mirada de su madre.
-No,ese Tristan no ha muerto,solo esta sepultado bajo esa profunda pena-ella cogio a su hijo del mentón para obligarlo a mirarla.-Yo sigo viendo a ese niño al que le leía cuentos para dormir-sintio aflorar las lagrimas ante ese recuerdo-¿recuerdas lo que me decias?-pregunto mirandolo expectante-¿lo recuerdas?-.
Aquella pregunta transporto a Tristan a un momento feliz,cuando apenas era un niño y su madre le leia cuentos de valientes caballeros que salvaban a princesas en castillos encantados.-que yo seria como esos caballeros y estaría siempre a su lado-dijo esbozando una ligera sonrisa por aquel recuerdo.
-Veo que lo recuerdas-le devolvió a su hijo la sonrisa-pues ahora te necesito mas que nunca y no solo yo sino también tu padre y toda la gente que te quiere-acaricio el rostro de su hijo con ternura-no te pido que la olvides,pero tienes que luchar por salir adelante-.
Tristan miro a su madre con lagrimas en los ojos,parece que gracias a su padre habia vuelto a ser la mujer que recordaba de niño.Francisca enjugo sus lagrimas con suma delicadeza y ambos se fundieron en un emotivo abrazo.
-Fui muy injusto con padre cuando vino a verme-Tristan se separo de su madre y la miro a los ojos.-Y también con usted-acaricio el brazo de su madre en la zona donde antes había presionado-¿le duele?-.
-No mi amor-acaricio la mano de su hijo que estaba aun en su brazo-lo que me dolía era tu desprecio-acaricio su rostro-tu padre esta en la casona,si quieres vamos juntos-lo miro expectante.
-Claro que si madre-esbozo una sonrisa.
Tras darle a Rosario la feliz noticia de su reconciliación partieron rumbo a la casona.
CONTINUARA
#391
30/09/2012 23:04
No había visto el relato de Ruth o.o Quiero la segunda parte YAAAAAAAAAAAAA. Lo adoro<3 Últimamente Francisca huye en todos los relatos xdd.
Jessica, creo que ha quedado un poco surrealista la segunda parte, no sé, que Tristán la perdone así... Pero da igual, para esto están los fanfics, para darnos las alegrías que los guionistas no nos dan! Así que continúa:)
Jessica, creo que ha quedado un poco surrealista la segunda parte, no sé, que Tristán la perdone así... Pero da igual, para esto están los fanfics, para darnos las alegrías que los guionistas no nos dan! Así que continúa:)
#392
30/09/2012 23:11
Acabo de ver la escena Rai-Paca de Mañana! Qué guapa está María Bouzas en esta escena. Esta mujer de joven debía ser Muy Guapa. Habéis encontrado fotos de ella joven? Una lástima no haberla conocido antes como actriz!
Qué química tiene este par cada vez va a más y qué Tarde nos los Han Juntado! Argggggggg!
Qué química tiene este par cada vez va a más y qué Tarde nos los Han Juntado! Argggggggg!
#393
30/09/2012 23:17
Que va, de joven joven no sé, encontré solo esto.
¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬ También vi esto, mis ojooooooooos:C Ella con la bichaD:
¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬¬ También vi esto, mis ojooooooooos:C Ella con la bichaD:
#394
30/09/2012 23:18
Bueno no sé ahí qué tendría unos 30 o así?
Gracias por la foto!
p.d: Vale es que he buscado los Años porque no sabía ver qué edad tiene ahora. María es del 62 y Ramón del 58. Así que 50 y 54 años respectivamente. En la serie aparenten 65 o por ahí no? jajaja!
Gracias por la foto!
p.d: Vale es que he buscado los Años porque no sabía ver qué edad tiene ahora. María es del 62 y Ramón del 58. Así que 50 y 54 años respectivamente. En la serie aparenten 65 o por ahí no? jajaja!
#395
30/09/2012 23:21
Abril, de joven? Pero si maria es joven aun!!!
Creo que en el hilo de maria bouzas hay fotos! Busca el hilo y las veras! Por cierto que estoy de acuerdo contigo: en esa escena esta guapa no, lo siguiente!! Pero es que nuestra maria ha sido, es y sera guapa!! (Sobra decir que aqui la adoramos no?)jejeje
Edito: esa foto es de la peli una mujer invisible creo, y es de 2007. Ahi debia tener unos 45 años si la fecha de nacimiento de la wikipedia esta bien claro! Como ves esta espectacular!!
Creo que en el hilo de maria bouzas hay fotos! Busca el hilo y las veras! Por cierto que estoy de acuerdo contigo: en esa escena esta guapa no, lo siguiente!! Pero es que nuestra maria ha sido, es y sera guapa!! (Sobra decir que aqui la adoramos no?)jejeje
Edito: esa foto es de la peli una mujer invisible creo, y es de 2007. Ahi debia tener unos 45 años si la fecha de nacimiento de la wikipedia esta bien claro! Como ves esta espectacular!!
#396
30/09/2012 23:23
Ya pero me refería a fotos de cuando empezaba a ser actriz jajaja!
Ojalá le salga un papelón para cine esta mujer es muy Grande!
Ojalá le salga un papelón para cine esta mujer es muy Grande!
#397
30/09/2012 23:31
Pero Francisca ahora está 10000000000000000000 guapa que antes.
#398
30/09/2012 23:35
Es que antes entre el Tupé y lo Enlutada que iba telita! Ahora años 20 pues se ha modernizado en el vestir y el rosa empolvado le sienta Genial!!
#399
30/09/2012 23:43
El amor de raimundo es lo que le sienta bien!! Jajaja
En serio, el cambio de vestuario le ha favorecido mucho y a raimundo tambien!! Pero si estan mas jovenes que hace 16 años!!
En serio, el cambio de vestuario le ha favorecido mucho y a raimundo tambien!! Pero si estan mas jovenes que hace 16 años!!
#400
30/09/2012 23:46
Totalmente de acuerdo con vosotras chicas,estan muchisimo mas guapos que hace 16 años y es que no hay nada como el amor para rejuvenecer