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Foro El secreto de Puente Viejo

La Biblioteca (L - Z)

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eiza
eiza
23/10/2011 12:32
labibliotecal-z

EL RINCÓN DE LADYG
labibliotecal-z
El único entre todos I, II, III, IV, V

EL RINCÓN DE LAPUEBLA
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Descubriendo al admirador secreto
Los Ulloa se preocupan por Alfonso
La vida sigue igual
Los consejos de Rosario
Al calor del fuego I, II, III
Llueve I, II
La voz que tanto echaba de menos
Para eso están las amigas
El último de los Castañeda
No sé
Pensamientos
La nueva vecina I - IV, V, VI - VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV
Sin rumbo I, II, III, IV
Un corazón demasiado grande
Soy una necia
Necedades y Cobardías
El amor es otra cosa
Derribando murallas
El nubarrón
Una petición sorprendente I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII , IX – XII
Deudas, cobardes y Victimas I (I) (II), II (I) (II), III, IV, V, VI,
El incendio
Con los cinco sentidos

EL RINCÓN DE LIBRITO
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Hermanos para siempre. Las acelgas. Noche de ronda
Tertulia literaria, La siembra
Cinco meses I-IV

EL RINCÓN DE LNAEOWYN
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Mi destino eres tú
Eres mi verdad
Raimundo al rescate
Rendición
Desmayo
Masaje
Qué borrachera, qué barbaridad...

EL RINCÓN DE MARTILEO
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Cuenta la leyenda
El amor de mi vida

EL RINCÓN DE MARY
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Cumpliendo un sueño I, II, III, IV

EL RINCÓN DE MIRI
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Recuperando la fe
La verdad
Una realidad dolorosa
Yo te entiendo
De adonis y besos

EL RINCÓN DE NHGSA
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Raimundo, Francisca y Carmen: un triángulo peligroso
Confesión I, II

EL RINCÓN DE OLSI
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Descubriendo el amor I, II
El amor todo lo puede
Bendita equivocación
Sentimientos encontrados I, II
Verdadero amor I, II, III, VI
El orgullo de Alfonso I, II, III, VI
Descubriendo la verdad I, II
Despidiendo a un crápula I, II
Siempre estaré contigo I, II
La ilusión del amor I, II
El desengaño I, II, III
Sola
Reproches I(I), I(II), II, III, IV
Tenías que ser tú I, II, III
Abre los ojos I, II, III, VI, V
Ilusiones rotas
El tiempo lo cura todo I, II
La despedida

EL RINCÓN DE RIONA
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Abrir los ojos
Su verdad
Si te vas
Y yo sin verte I, II, III, IV, V
Cobarde hasta el final
Un corazón que late por ti
Soy Emilia Ulloa Soy Alfonso Castañeda
La mano de un amigo I, II, III, IV, V

EL RINCÓN DE RISABELLA
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Como a un hermano
Disimulando
Alfonso se baña en el río
Noche de pasión

EL RINCÓN DE VERREGO
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Lo que tendría que ser...

EL RINCÓN DE VILIGA
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Tristán y Pepa: Mi historia

EL RINCÓN DE YOLANADA
labibliotecal-z
¡Cómo Duele! I, II, III, IV, V, VI, VII

EL RINCÓN DE ZIRTA
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El despertar de Emilia Ulloa
Atrapado en mis recuerdos
La última carta
Contigo o sin tí (With or without you)
Tiempo perdido (Wasted time)
Si te vas
El tiro de gracia
Perro traidor
#181
lapuebla
lapuebla
27/11/2011 17:45
LA COCINERA Y EL SEGADOR (parte 4)

Otoño de 1885.

Rosario se encontraba bastante cansada, pues pocas semanas le quedaban ya para dar a luz a su cuarto hijo.Así que mientras todos los demás se afanaban por deshojar las mazorcas de maíz, ella y Natalia preparaban la cena para todos los invitados. La “esfolla”, como decían José y su primo Paco, era una costumbre que los dos amigos gallegos habían importado de su tierra. Cada año, cuando llegaba el mes de noviembre, metían en la leñera todas las mazorcas de maíz que cultivaban en la pequeña parcela que les habían cedido los Montenegro. Luego reunían a familia y amigos en una noche mezcla de trabajo y fiesta. Tenían entre todos que quitar las hojasque cubrían las mazorcas para después hacer ristras que colgarían a secar.

Así que aquella noche todo era algaravía alrededor de la hoguera y la montaña de maíz. Sin duda, los que más disfrutaban de esa jornada eran los niños, que se afanaban en encontrar la mazorca reina, una mazorca con los granos de color rojo. El que encontrara la reina ganaba un modesto presente, que este año era un juguete de madera que había tallado el patriarca de la familia Castañeda. Por su parte, los mayores charlaban sin quitar ojo a las correrías de los más pequeños. Juan, el segundo de los hijos de Rosario y José, y Sebastián,el primogénito de Natalia y Raimundo Ulloa, se peleaban por encontrar la reina. Ambos acababan de cumplir los siete años. A su lado, Paquito, el hijo de Paco el portugués, jugaba con Mariana, la benjamina de la familia. Los dos primos eran inseparables y a sus cuatro años no dejaban de barruntar trastadas con las que traían de cabeza a sus madres. La última de sus ocurrencias había sido cortarse el pelo mutuamente, con lo que la melena de la niña había quedado trasquilada para desesperación de Rosario. Mientras, en una esquina, Alfonso, trataba de hacerle una muñeca con palos y hojas de mazorca a Emilia, la hermana pequeña de Sebastián. Alfonso, a sus poco más de nueve años, siempre ejercía de hermano mayor, y sin que nadie se lo pidiese se cargaba con la responsabilidad de cuidar de todos los demás críos, especialmente de la pequeña Ulloa, a la que siempre tenía pegada a sus pantalones.

Mientras trajinaban en la cocina, Natalia y Rosario charlaban sobre sus cosas y las últimas novedades del pueblo. Los ánimos andaban un tanto revueltos porque Salvador Castro, el cacique, cada día se mostraba más inflexible en su trato con los jornaleros. El marido de Francisca Montenegro había resultado un ser duro y desalmado que se escondía tras una fachada de educado caballero. Pero si malo era el trato que dispensaba a sus trabajadores, no menos horrible era el que tenía para con su propia familia. Todo el mundo en la casona sabía que maltrataba a su mujer y a sus hijos, Tristán y Soledad. Los dos pequeños sólo encontraban refugio en los brazos de Rosario, pues tambien su propia madre se había vuelto una persona fría e intransigente. La cocinera no podía acabar de creerse en que tipo de mujer se había convertido la que antaño fuera su amiga y confidente. Raro era el día que no tenía una mala palabra o un grito. Pero la Rosario aguantaba callada, tanto por necesidad como por lealtad. Era cierto que tanto ella como su marido necesitaban el trabajo y la pequeña vivienda que habían convertido en el hogar de su familia. Pero Rosario tampoco podía olvidar aquellos días que parecían tan lejanos, cuando Francisca Montenegro le había dado todo su cariño y protección.

Rosario sintió como su pequeño se movía, aunque era un niño bastante tranquilo y había disfrutado de un buen embarazo. Al sentir la patada se tocó el vientre y su comadre Natalia se percató.

-¿Se ha movido?

-Sí, un poquito. Pero no me puedo quejar, que este parece que lleva camino de ser tan tranquilo como Alfonso. Apenas da patadas. Y espero que salga tan bueno y responsable como su hermano mayor.

-Pues menos mal, porque si te sale tan traste como Juan y Mariana no sé cómo vas a hacer para mantenerlos controlados-se burló su amiga.- Por cierto, ya sabes que si necesitas una cuna no tienes nada más que pedírmela.

-No, te lo agradezco. Pero este niño va a utilizar la misma que usaron sus hermanos. Esa cuna es muy especial para mí y quiero que este hijo también duerma en ella.

-Como quieras. Por cierto, ahora que estamos tranquilas, ¿por qué no me cuentas la historia de la dichosa cuna?.
#182
lapuebla
lapuebla
27/11/2011 17:48
Rosario sonrió y se sentó, dispuesta a contarle todo lo acontecido hacía ya más de diez años. Recordó como José había tenido que regresar a su tierra precipitadamente al enterarse del fallecimiento de su madre. Pero las desgracias nunca vienes solas, y al llegar a su casa de Lugo se encontró con que su hermano Froilán estaba también muy enfermo. Los médicos temían que la tuberculosis que había segado la vida de su madre tambien podría acabar con la suya. Así que de la noche a la mañana José se encontró al frente de la explotación familiar. Ya no podría regresar a Puenteviejo y así se lo había hecho saber en una carta a Rosario. La joven cocinera de los Montenegro sintió como su vida se derrumbaba. Se había enamorado perdidamente de aquel jornalero gallego tan callado como atento, junto al que soñaba pasar el resto de su vida. Y ahora él la dejaba sola, por mucho que en sus cartas le dijese que la amaba. Sola y con una criatura gestándose en su vientre. A las pocas semanas de la partida de José las nauseas y los mareos no dejaban lugar a dudas; estaba embarazada. Estaba aterrada, porque ser madre soltera era el papel más díficil que le podía tocar a una mujer, sobre todo si era pobre y, como ella, no tenía una familia que la apoyase. Menos mal que la señorita Francisca estaba allí para darle su cariño y protección. La joven heredera de los Montenegro le juró que mientras ella viviera en aquella casa nunca le faltaría trabajo y un techo bajo el que criar a su hijo. Incluso bromeaba con la posibilidad de ser la madrina de la criatura que venía en camino. También le insistía en que debía escribir a José para contarle lo que sucedía.

-Rosario, no seas cabezota y cuéntale lo que ocurre. Seguro que regresa corriendo a tu lado, que bien se ve que ese muchacho está loco por ti.

-No insista señorita. Él tiene su vida en Galicia y debe cuidar de su familia.

-¡No seas necia! ¿Qué familia más importante puede haber que un hijo?-trataba de rebatir una y otra vez la joven ama, pero sin ningún éxito.

La muchacha estaba dispuesta a afrontar su maternidad en solitario. Al menos tenía un buen trabajo, que le permitiría cuidar de su hijo sin la ayuda de ningún hombre. Haría lo mismo que antes había hecho su propia madre. Pero la joven cocinera no contaba con la testarudez de su señorita. Ésta estaba convencida de que el jornalero al menos debía saber que iba a ser padre. Después ya sería cosa suya decidir si quería hacerse responsable del niño que venía en camino o escurrir el bulto, algo que por desgracia solían hacer bastantes hombres. Así que hizo llamar a otro trabajador temporero , que por lo que tenía entendido,era el mejor amigo de José. La reunión tuvo lugar en el despacho de su padre, fuera de las miradas de Rosario y del resto del servicio.

-Tú debes ser ese muchacho al que llaman Paco, el portugués.

-Sí señorita, para servirla-le respondió nervioso. Temía que hubiesen llegado a oídos de la joven ama los muchos trapicheos en los que andaba envuelto.

-No te preocupes, que no te he mandado llamar por lo de tus pequeñas fechorías-a la Montenegro no se le escapaba nada de lo que ocurriese en sus dominios-.Es otro asunto el que me importa.

-Pues usted dirá, señorita.

-Necesito que le lleves esta carta a tu amigo José-le dijo mientras alargaba la mano para entregarle un sobre.- Según creo sois del mismo pueblo.

-Sí, nos hemos criado juntos. La casa de mis padres y la suya están en la misma parroquia. No se preocupe, que yo le llevo la carta. Imagino que será de Rosario.

-En eso te equivocas-le contestó de modo seco.-Escúchame bien, ella no debe enterarse de que te he dado una carta para José, ¿entendido?.

-Está claro como el agua, señorita-le dijo con una sonrisa pícara. Al fin y al cabo, Paco el portugués era un muchacho avispado y sabía que no le convenía contradecir a quien le proporcionaba trabajo.

Rosario, ocupada con sus quehaceres habituales y ajena a los cotilleos, nada supo de la conversación entre doña Francisca y Paco. Pero un mes después, cuando salía por la puerta de la cocina camino del jardín, se encontró con un ramo de flores encima de un tronco de madera. El corazón le dio un vuelco cuando al levantar la vista vio a José que le sonreía a pocos metros. Y sin poder evitarlo empezó a derramar todas las lágrimas que se había guardado en los últimos meses. De ese modo estaba liberando todo el miedo y todo el sufrimiento que había pasado. José la abrazó con fuerza. Ambos permanecieron callados durante varios minutos, porque no necesitaron decirse nada con palabras. Finalmente fue Rosario la que rompió el silencio.

-¿Se puede saber qué es ese tronco que entorpece la entrada de la cocina?-le preguntó con fingido enfado.

-Es un berce.

-¿Y se puede saber qué diablos es un berce?. Porque a mí me parece que es un trozo de haya.

-Es como llamamos en Galicia a las cunas-le dijo mientra con su mano le acariciaba el vientre, que ya empezaba a abultar.-No tengo mucho que ofrecerte a ti y al niño, sólo mis manos. Y siempre se me ha dado bien trabajar la madera. Así que por lo menos nuesto hijo tendrá la mejor de las cunas.
#183
yolanada
yolanada
27/11/2011 20:16
Lapuebla, que bonito.
Preciosa la historia que nos lleva a la infancia de Alfonso y Emi.
Gracias
#184
krisruz
krisruz
27/11/2011 20:41
La puebla es precioso. Muchas gracias
#185
martileo
martileo
27/11/2011 20:58
Precioso
#186
eiza
eiza
27/11/2011 21:19
Triestrellasara añadire tu rincon y tu fic en cuanto solucione los problemas de edicion de la cabecera, estoy trabajando en ello, con ayuda de muchas niñas escritoras muy apañas que me tienen que ir mandando mails, lo que pasa es que de tiempo vamos todas justas y esto va a ir lento, pero no te preocupes que yo prometo que en cuanto me deje lo primero que hago es añadirte :)
#187
olsi
olsi
27/11/2011 23:11
todavía no he podido leerlo... qué rabiaaa diablo con la debilidad que tengo por los relatos de Pepa!

"El hombre de sus sueños"

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/690/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#188
Triestrellasara
Triestrellasara
28/11/2011 08:09
Vale, no pasa nada, esperare.
#189
Triestrellasara
Triestrellasara
28/11/2011 20:48
Por cierto alguien me puede decir como puedo poner una foto? es que no se
#190
Nhgsa
Nhgsa
29/11/2011 10:46
Aquí os dejo otro fic que he comenzado sobre mi tocaya Natalia. Espero que os guste.


LA HISTORIA DE NATALIA. EL AMOR QUE SALVÓ A RAIMUNDO DE LA OSCURIDAD

https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/1511/1/la-historia-de-natalia-el-amor-que-salvo-a-raimundo-de-la-oscuridad/

Os dejo además aquí el primer capítulo para que le echéis un vistazo

- ¡Natalia! ven a cenar cielo.
- Ya voy mamá.
Natalia bajó las escaleras que la llevaban a la taberna donde sus padres la aguardaban con un plato de lentejas caliente. Tenía 10 años. Su madre sabía que le encantaban así que siempre hacía más por si quería repetir.
- ¿Qué hacías ahí arriba? – preguntó su padre.
- Leyendo el libro que me regaló el tío Alfonso madre. Es muy divertido.
- ¿Ah sí? ¿Cómo se llama? – preguntó su madre.
- “Veinte mil leguas de viaje submarino”.
- Vaya… parece divertido. – dijo su padre con una sonrisa mientras le revolvía el pelo a su pequeña. – La historia del capitán Nemo y del Nautilus ¿no? Tu tío no deja de decir que es el mejor libro del mundo.
- Bueno… de momento vamos a cenar y después nos cuentas de qué va. Toma cariño. – dijo su madre acercándole el plato.
- Gracias mamá.
__
Esa noche Natalia quería preguntarle algo especial a su madre.
- ¿Qué ocurre mi amor?
- Mamá… ¿vosotros servís bebidas malas?
Ésta se quedó estupefacta ante la pregunta de su hija.
- ¿Por qué me preguntas eso cielo?
- Es que en la escuela unos niños se burlaban de Alicia porque dicen que su padre es malo porque bebe mucho y siempre está triste. ¿Es verdad?
- No cariño. Verás… - no sabía cómo decirle eso. Sabía de qué niña se trataba. – El problema de los papás de Alicia es que han dejado de quererse. No es que él sea malo.
- Es que le hacían daño a la niña diciéndole que su padre era un borracho.
- ¿Y tú qué has hecho?
- Les grité que la dejaran en paz y me fui con ella a otro lado.
Su madre le dio un beso en la frente aprobando ese gesto.
- Eso te honra cariño.
- Me da mucha pena porque su papá siempre ha sido muy bueno conmigo y su mamá también.
- Ya cariño y a mí. Es que las cosas de adultos son muy complicadas a veces cielo y muy duras. Tanto que uno puede llegar a desesperarse como le pasa a su papá. Pero eso no quiere decir que sea malo sino que está un poco perdido. Y cuando eso ocurre es muy fácil juzgar en lugar de hacer algo. – le dio un beso lleno de amor a su hija en la mejilla. – Tú sigue cuidando de Alicia en el patio y ya verás cómo pronto todo se arregla.
- Vale mamá.
Su padre entró en su habitación en ese momento.
- Buenas noches pequeña.
- Buenas noches papi.
- Buenas noches cielo. – dijo su madre dándole otro beso en la frente.
- Buenas noches mamá.
__
Cuando estuvieron solos en la habitación ella se acercó a él y se recostó en su pecho.
- ¿Has oído lo que ha dicho Natalia, Álvaro?
- Sí, María. Pobre Alicia…
- Me preocupa que después la tomen con Natalia.
- Tranquila. Nuestra hija es fuerte. Soportará todo lo que se proponga. Ahora intenta dormir. – dijo con un tierno beso en su pelo.
#191
eiza
eiza
29/11/2011 15:22
Ngsha añadido al word....espero algun dia poder editar, estoy en proceso de buscar un apaño, pero no se si funcionara, al final ya veras como hay que abrir una tercera biblioteca jejeje

no espero que funcione!!

por cierto me gusta mucho!! a ver si saco tiempo y lo leo entero muchos besos
#192
Triestrellasara
Triestrellasara
29/11/2011 15:56
Alguien a leído la mía?
#193
lapuebla
lapuebla
30/11/2011 10:44
SALTO TEMPORAL

Aquellos meses transcurrieron de modo lento, demasiado lento para todos. Pepa había decidido poner tierra de por medio para olvidar la gran tragedia en la que se había convertido su vida. Aceptó la oferta de su madre y ambas se trasladaron a Madrid, donde la joven empezó sus estudios de medicina. Aquel no era un reto fácil, pues tenía que luchar con uñas y dientes para hacerse un sitio en un mundo de hombres. Pero los comentarios maliciosos a su espalda cuando recorría los pasillos de la facultad, las bromas de sus compañeros o los desprecios de sus profesores, no eran nada comparado con las muchas adversidades a las que tenía que haber hecho frente en su vida. Además, contaba con el apoyo incondicional y el cariño de su madre. Eso sí, a veces echaba de menos las confidencias con Emilia, la única amiga que había tenido en su vida y que jamás le había fallado. Pero por lo menos se mantenían en contacto mediante las cartas que se escribían casi a diario. Fue por las misivas por las que se enteró de la evolución de su embarazo, de las murmuraciones y las críticas que hubo de soportar, del apoyo incondicional de su padre y su hermano y del cariño que le mostraron algunos amigos, como el bueno de Hipolito o don Anselmo. Tambien supo que Alfonso la seguía defendiendo a capa y espada, pero que ya no frecuentaba la taberna. Simplemente se había rendido. Había hecho todo lo que estaba en su mano para intentar romper la coraza de Emilia, pero todos los intentos habían fallado. No había servido de nada abrirle el corazón y repetirle cientos de veces que la quería y que quería a la criatura que venía en camino. Y menos eficaces fueron las serenatas y los regalos que hizo espoleado por un Hipólito metido a fracasado casamentero. Así que Pepa imaginó que el muchacho evitaba a Emilia, no porque estuviera enfadado; simplemente le dolía verla y saber que lo había rechazado una y otra vez.

“ De buena gana te daría una colleja, tan fuerte que te haría volar la trenza. No entiendo cómo puedes rechazar al hombre que amas, sabiendo que él está loco por ti. Y no me vengas con la cancioncilla de que no puedes hacerle cargar con un hijo que no es suyo. Tú mejor que nadie deberías saber que los lazos de sangre son menos fuertes que los del corazón”. Este era el pensamiento que le repetía una y otra vez en las cartas. Pero no había forma de convencer a Emilia de que cambiase de opinión. La última esperanza de Pepa es que el nacimiento inminente de aquel niño la hiciese recapacitar.

La antigua partera de Puenteviejo cumplió su promesa y regresó al pueblo justo a tiempo de traer al mundo a su ahijado. El pequeño Pepe nació una soleada mañana del mes de abril, tras varias horas de dolorosas contracciones y algún que otro susto que la destreza de Pepa logró solventar. Pero cuando al final el llanto del pequeño resonó en casa de los Ulloa, muchas personas derramaron lágrimas de alegría. Lloró el emocionado abuelo, lloró el orgulloso tío, lloró la feliz madrina y, en un rincón sin ser visto, lloró Alfonso Castañeda, el hombre que más quería a su madre.

Aquel fue un día de celebración en la casa de comidas. Raimundo Ulloa convidó a vino y aguardiente a todos los parroquianos, que brindaron por la llegada de aquel nuevo vecino. La algaravía duró horas, hasta que llegó un momento en que Pepa tuvo que imponer orden para que dejaran descansar tanto a la madre como al hijo. El problema era que el chiquillo había salido revoltoso y no paraba de llorar, demostrando que tenía fuertes pulmones. Sólo cesó su llanto mientras permaneció enganchado al pecho de su madre. Pero tan pronto acabó de mamar volvieron los berrinches. De nada sirvieron los arrumacos de Pepa, ni los del abuelo y el tío. Al final, decidieron sacarlo un rato de la habitación, para que Emilia pudiese descansar, pues estaba agotada. Raimundo lo acunaba mientras paseaba por la taberna, soportando las risas de Sebastián y Pepa al ver su impotencia por no poder acallar a su nieto. Es estos menesteres estaban cuando Alfonso entró pora la puerta. Se había marchado horas antes,tan pronto pudo comprobar que tanto Emilia como la criatura estaban bien. Y ahora, cuando ya había caído la noche, había regresado para ofrecer su ayuda, sabedor de que los Ulloa estarían desbordados.

-¡Hombre Alfonso, ya se te echaba de menos!-fue Sebastián el primero en saludarlo.

-Es que tenía mucha faena-se disculpó.-Sólo venía a ver si necesitaban algo, que me supongo yo que con tanto jaleo no les vendría mal un poco de ayuda.

-Pues mira, sí que necesitamos que nos eches una mano-le respondió Pepa, con una pícara sonrisa.-Este zagal ha salido muy llorón y nínguno de nosotros es capaz de calmarlo. Quizás contigo se calle….

-¿Yo?.....Pero yo…..yo no…..-empezó a balbucear mientras Raimundo ya le estaba depositando en los brazos a su nieto.

Todos callaron al ver aquella imagen tan entrañable. Todos, incluso el pequeño Pepe. Nadie se atrevió a romper el repentino silencio. Mientras, Alfonso miraba embobado aquella carita sonrosada, la mata de pelo rubio y unos ojos que se empezaban a cerrar derrotados por el cansancio. Finalmente fue Pepa la que habló, casi en susurros, temerosa de que el pequeñajo despertara.

-Vaya, se ve que le gustas-le dijo sonriendo.-Y ahora que has conseguido que ese pequeño demonio se duerma, ¿por qué no lo llevas a su cuna?

-¿A la cuna?-preguntó entre sorprendido y asustado.-No creo que a Emilia le haga mucha gracia verme en su habitación.

-Sí, hombre, sí. Ella está dormida, así que procura no despertarla.

Quiso negarse, pero la muchacha le hizo un gesto contundente y no tuvo más remedio que obedecerla. Al cabo de un minuto Alfonso abría con cuidado la puerta del cuarto de Emilia. La luz de una pequeña vela colocada en la mesilla le permitía ver su rostro, que le pareció más hermoso que nunca. Cuando comprobó que estaba completamente dormida empezó a hablarle en susurros al chiquillo.

“Tienes que portarte bien, que tú no sabes el genio que se gasta tu madre cuando se enfada. Y tienes que dejarla descansar, que hoy ha tenido un día muy duro. “

Se acercó a la cuna con intención de acostar al niño, pero no pudo. Una diminuta mano le tenía agarrado el dedo pulgar y no mostraba la más mínima intención de soltarlo. Se emocionó al sentir alquel contacto y sin darse cuenta siguió hablándole en voz bajita mientras se sentaba en la vieja butaca.

“Hay que ver pequeñín qué suerte has tenido. Tu madre es la mujer más maravillosa que he conocido. Es guapa, es lista, es trabajadora. Y no sabes lo valiente y decidida que puede ser. No se amedrenta ante nadie y seguro que te va a cuidar y proteger con uñas y dientes. ¡Pobre del que quiera hacerte daño!”.

Lo que no sabía Alfonso era que alguien en aquella habitación lo estaba oyendo. Emilia seguía con los ojos cerrados, pero no dormía. Escuchaba emocionada aquellas palabras que estaban derribando la frágil muralla que había construído para mantenerlo lejos de su vida.

“Y si alguien se mete contigo, no dudes en acudir a mí. Ya sé que tienes a tu abuelo Raimundo, y a tu tío Sebastián. Pero yo estaré siempre que me necesites............ ¿Sabes una cosa? A mí me gustaría ser tu padre, pero la cabezota de tu madre no me quiso aceptar. Yo la quiero con todo mi ser, pero eso no es suficiente. No la culpo, porque ella se merece algo mejor. Pero tu tío Alfonso siempre estará para ti”.

Emilia no pudo seguir conteniendo la emoción. Las lágrimas que corrían por su mejillas no tardaron en ir acompañadas de sollozos. El muro se había derrumbado de todo. Durante meses había librado una dura batalla contra sus propios sentimientos y había perdido. No podría imaginarse su vida al lado de otra persona que no fuera Alfonso Castañeda. Y ya era hora de decírselo.

Esa noche los tres durmieron en el mismo cuarto.
#194
eiza
eiza
30/11/2011 14:05
Pepa, se que no es ni necesario que te diga que me encanta, que me encantas, que eres unica, que me maravilla, que es precioso, que me lo imagino a la perfección y que cada día te quiero mas (obi obi obi oba), porque ya lo sabes, pero aun asi te lo digo porque si!!

sublime una vez mas

Por cierto aun me estoy riendo con tu avatar!! me tengo k poner yo tambien el vestio para la boda???
#195
lapuebla
lapuebla
30/11/2011 14:23
Gracias siamesa!! Eres el sol que alumbra desde el sureste....

Vosotras ireis a la boda con modelazo, taconazos y pamela (o mantilla, para gustos). Pero como yo soy la oficiante me pondré mis galas de meiga-druida, porque con la mitra de obispo no me veo....
#196
krisruz
krisruz
30/11/2011 16:08
Precioso la puebla. tus relatos hacen que se le alegre a una el día.
Muchas gracias por ellos.

Simplemente precioso
#197
Triestrellasara
Triestrellasara
30/11/2011 22:09
Os dejo mi fic para el que le quiera leer.
El secreto de puente viejo. Historia alternativa.
En puente viejo habían pasado 5 meses desde el funeral de Martin, Pepa y Tristán seguían separados, por otro lado Francisca y Raimundo cada día estaban más unidos la enfermedad de Francisca los unió, pero Francisca todavía no ha sido capaz de contarle toda la verdad…
Emilia dejo a Severiano ya que se entero de todo, la chica sigue sufriendo ya que hace tan solo 3 meses que le dejo Alfonso esta hay para apoyarla y ya le ha confesado su amor Emilia le ha dicho que la de tiempo porque tiene que asimilar todo lo acontecido en los últimos meses.
Sebastián se ha enamorado de Mariana y son novios ya que la chica también está enamorada.
Soledad y Olmo tan solo son amigos ya que Soledad perdono a Juan y vuelven a estar juntos en esta ocasión viven en la casona con Francisca ya que Soledad y Francisca están muy unidad Francisca está de acuerdo con Soledad porque ella se ha dado cuenta de que da igual que los separe por que el amor nunca se olvida y esto se lo ha hecho ver Raimundo, Soledad está esperando un hijo ya que finalmente se demostró que si que puede tener hijos y la pareja esta más feliz que nunca.
Tristán sufre cada día cuando ve a Pepa venir a visitar a su hermana, sufre sin poder decirla nada porque él cree que ya no le ama pero no es así.
Pepa se arrepiente a cada instante de lo que le dijo a Tristán ya que lo ama, por otro lado ella ha superado la desaparición de su hijo y en estos momentos mantiene una amistad con la doctora Casas.


Pepa se despertó con los primeros rayos de sol que ya entraban por su ventana, Pepa se levanto y se vistió ya que esa mañana tenía que ir a visitar a Soledad que estaba embarazada ya de 3 meses. Pepa se vistió y fue a la posada a desayunar allí se estaba Emilia.
Emilia: Pepa buenos días.
Pepa: Buenos días Emilia.
Emilia: ¿Quieres que te ponga algo para desayunar?
Pepa: Si, gracias ponme una taza de chocolate.
Emilia: Si esperas 5 minutos lo tendrás.
Pepa: Date prisa Emilia que tengo que visitar a Soledad.
Emilia: Ya esta.-Le dijo la muchacha llevándole la taza a la partera.
Pepa: Gracias Emilia.
Emilia: Entonces tiene que ir a visitar a Soledad ¿verdad?
Pepa: Si, Emilia ¿porque me lo preguntas?
Emilia: Por qué va s a ver a Tristán y creo que ya va siendo hora de que le digas lo que sientes.
Pepa: Emilia y si se lo digo y el ya no me ama ¿que pasara he Emilia?
Emilia: Eso nunca va a ocurrir vi el otro día la mirada que puso al verte.
Pepa: Bueno Emilia me tengo que ir.- Dijo la partera levantándose de la silla.
Emilia: ¿Se lo dirás?
Pepa: No lo sé ya veré.-Dijo la partera saliendo por la puerta.

En mientras en la casona.
Tristán: Sebastián amigo ¿Qué tal estas?
Sebastián: Muy bien ¿y tú?
Tristán: Bueno… bien como siempre.
Sebastián: Amigo, es por Pepa ¿verdad?
Tristán: ¿Y por quien sino? Sebastián aun la amo.
Sebastián: Amigo pues díselo, estoy seguro de que ella también te ama.
Tristán: Eso no lo sé, ella me dijo que ojala nunca me hubiera conocido.
Sebastián: Pero eso lo hizo en un momento en el que ella estaba sufriendo seguro que hoy se arrepiente de ello.
Tristán: No lo sé.
En ese momento llego Mariana.
Mariana: Señor
Tristán: ¿Que ocurre Mariana?
Mariana: Pepa acaba de llegar.
Tristán: Pues acompaña la hasta la habitación de mi hermana.
Mariana: Señor, es que quiere hablar con usted.
Tristán: ¿Conmigo?
Mariana: Si, señor.
Tristán: Pues hazla pasar a él despacho.
Mariana: Si, señor.-Dijo Mariana mientras se retiraba.
Sebastián: Tristán, no pierdas esta oportunidad díselo.
Tristán: Así lo aré.
Sebastián: Bueno yo me retiro para que podáis hablar tranquilamente.
Pepa entro en el despacho. Y cerró la puerta.
Pepa: Tristán tenemos que hablar.
Tristán: Yo también quería hablar contigo.
Pepa: Empieza tú.
Tristán: No empieza tú.
Pepa: Bueno empezare yo.
Tristán: Vale.
Pepa: Tristán, siento mucho lo que te dije esa tarde porque en realidad no lo sentía, yo todavía te amo…-Tristán la interrumpió.
Tristán: Pepa no hace falta que sigas, yo también te amo y nunca te he dejado de amar ni nunca dejare de amarte.-Dijo Tristán mientras se acercaba a Pepa.
Pepa: Tristán, ¿de verdad todavía me amas?- Tristán la beso apasionadamente.
Tristán: ¿Hace falta que te conteste?-Pepa le beso.
Pepa: No, no hace falta.- Dijo Pepa sonriendo.
Pepa y Tristán salieron del despacho de la mano y subieron a la habitación de Soledad, llamaron a la puerta y entraron.
#198
Triestrellasara
Triestrellasara
30/11/2011 22:09
Continuación:

Pepa y Tristán salieron del despacho de la mano y subieron a la habitación de Soledad, llamaron a la puerta y entraron.
Soledad: ¿Anda y esto?-Dijo la muchacha sorprendida al verles agarrados de la mano.
Tristán: Nos hemos reconciliado, ya que todavía nos amamos.-Dijo Tristán mientras la besaba en la frente.
Soledad: Me alegro.
Pepa y Tristán: Gracias.
Pepa: Bueno Soledad vengo a revisarte a ver qué tal va ese embarazo.
Soledad: Pues perfectamente porque estoy haciendo todo lo que me ordenas y Juan no me deja desobedecerte.
Pepa: Pues me alegro de que así sea.
Pepa reviso a Soledad y vio que todo marchaba perfectamente.
Tristán: ¿Que tal esta mi sobrino?
Pepa: Perfectamente.
Soledad: Que alivio.
Pepa: Si sigues mis instrucciones todo saldrá a las mil maravillas.
Tristán: Hermana ya has escuchado a Pepa ósea que a cuidarte.
Soledad: Así lo aré no os preocupéis.
Tristán y Pepa salieron y se pararon en el pasillo a hablar.
Pepa: Tristán ya me marcho, ¿Cuándo nos volveremos a ver?
Tristán: Si me esperas me voy contigo.-Dijo Tristán con una sonrisa picarona.
Pepa: Como no mi capitán les espero lo que haga falta.-Dijo Pepa sonriendo.
Tristán: Pus vámonos a que esperamos.
Tristán y Pepa bajaron hasta el salón sonde se encontraba doña Francisca.
Francisca: Partera ¿qué tal esta mi hija?
Pepa: Perfectamente, todo marcha perfectamente.
Francisca: eso espero, hijo ¿a dónde vas?
Tristán: Me voy a acompañar al pueblo a Pepa.
Francisca: ¿Como que vas a acompañar a Pepa?
Tristán: Si madre, Pepa y yo nos hemos reconciliado ya que nunca nos dejamos de amar.
Francisca no daba crédito a las palabras de su hijo. Y salió de la sala con un enfado de órdago.
Tristán: Pepa no pasa nada ya se la pasara, ahora vámonos.
Pepa: ¿Tú crees que se la pasara?
Tristán: No lo sé pero si no se la pasa me da igual.
Tristán beso a Pepa dulcemente, y salieron por la puerta.
En el camino al pueblo.
Tristán: Pepa soy el hombre más feliz sobre la tierra.-Dijo mientras la miraba sonriendo.
Pepa: Y yo la mujer que más te ama.
Tristán beso a Pepa.
Tristán: Pepa ven que quiero que vayamos a un sitio.-Dijo Tristán con una sonrisa.
Pepa: Esta tarde Tristán ahora tengo que ir a atender a las parturientas.
Tristán: Esta bien pero esta tarde no te escapas.
Pepa: No me escapare mi capitán estoy a sus órdenes.
Tristán: Tampoco pensaba dejar que te escaparas.
Tristán y Pepa siguieron en camino hacía el pueblo entre risas y beso hasta que por fin llegaron a la plaza.
Pepa: Tristán vamos a darle la noticia a Emilia que fue ella quien me dijo que hablara contigo.
Tristán: Esta bien, la daré las gracias.
Tristán y Pepa entraron en la posada de la mano.
Emilia: ¿Es cierto lo que estoy pensando?.- Pregunto a Pepa.
Tristán: Si estas pensando que Pepa y yo nos hemos reconciliado si, sino no.
Emilia: Que alegría me dais ya no veré a Pepa llorando por las esquinas.-Dijo la muchacha riendo.
Tristán: ¿Ósea que llorabas por las esquinas por mi?
Pepa: Yo no lloraba por las esquinas por ti. Solo que…
Tristán: No me engañes.
Tristán y Emilia se empezaron a reír. Y Pepa se quedo mirándolos como que estaba enfadada.
Tristán: No te enfades mujer que solo estamos bromeando.-Dijo y después la beso.
Emilia: Bueno me voy a la cocina que se me quema el guiso.
Pepa: ¿Tristán me acompañas a visitar a Claudina?
Tristán: Como no, yo no me volveré a separar de ti.
Pepa y Tristán se fueron más tarde Tristán y Pepa se fueron a comer en la cocina de la casona. Más tarde Pepa marcho hacia el consultorio ya que tenía que ir a atender a una parturienta y más tarde Tristán fue al consultorio a recoger a Pepa para llevarla a un lugar.
Tristán llamo a la puerta del consultorio.
Tristán: ¿Se puede?
Gregoria: ¿Quién es?
Tristán: Soy Tristán.
Gregoria: Pase.
Tristán: Buenas tardes.
Pepa y Gregoria: Buenas tardes.
Tristán: Venia a buscar a Pepa.
Pepa: Si es cierto.
Gregoria: Muchacha pues marcha a que esperas no hagas esperar a Don Tristán.
Pepa: Gracias Gregoria, ¿seguro que puedes atender tu a las parturientas?
Gregoria: Si marcha tranquila que yo las atiendo a todas.
Tristán: Hasta más ver.
Pepa: Adiós.
Gregoria: Adiós.
Tristán: Pepa vamos que tengo una sorpresa para ti.
Pepa: ¿A dónde vamos?
Tristán: Es sorpresa.
Tristán y Pepa marcharon hacia el bosque, en mientras en las casona.
Rosario: Señora acaba de llegar Raimundo.
Francisca: Pus hazlo pasar a mi despacho a que espera.
Rosario: Como usted mande.
Raimundo entro al despacho acompañad de Rosario.
Francisca: Rosario puedes retirarte.
Rosario salió por la puerta y la cerro.
Raimundo: Buenas tardes mi pequeña.
Francisca: Buenas tardes amor mío.
Raimundo: venia a ver si querías dar un paseo conmigo.
Francisca: Como no.
Francisca y Raimundo se fueron a dar un paseo por el bosque.
En mientras Pepa y Tristán.
Tristán: Pepa cierra los ojos.
Pepa: ¿Para qué?
Tristán: Tú confía en mí.
Pepa: Vale.
Tristán cogió de la mano a Pepa y la condujo hasta el chozo, donde él había preparado una merienda.
Tristán: Ya puedes abrir los ojos.
Cuando Pepa abrió los ojos vio una mesa con unas velas y unos platos y en la cama vio unos pétalos de rosa formando un corazón. Pepa se dio la vuelta y miro hacia Tristán y lo beso.
Pepa: Tristán, gracias nunca nadie había echó algo así por mí.
Tristán: No me des las gracias esto lo hago con mucho gusto ya que es para la mujer a la que amo.
Pepa: Gracias Tristán, gracias por hacerme la mujer más feliz.
Tristán la beso apasionadamente.
Tristán: ¿Merendamos?
Pepa: Por supuesto.
Tristán separo la silla de la mesa y la dijo a Pepa que se sentara, Pepa se sentó y Tristán también.
Tristán y Pepa merendaron. (Aunque eso más que una merienda para dos parecía una cena para cuatro). Cuando acabaron de cenar Tristán y Pepa se levantaron y se empezaron a besar.
Tristán: Pepa te amo.
Pepa: Y yo a ti.
Pepa empezó a quitar el chaleco a Tristán, Tristán seguía besando a Pepa y después la fue bajando los tirantes del vestido, Pepa siguió quitando la ropa a Tristán hasta que solo quedaban los pantalones, Tristán siguió quitando la camisa a Pepa y desatando el nudo de el vestido hasta que Pepa quedo desnuda, Pepa quito los pantalones a Tristán y los 2 quedaron desnudos se comenzaron a besar y Tristán agarro a Pepa para llevarla hacia la cama una vez allí se siguieron besando y abrazando, estaban tocando el cielo con la yema de los dedos hasta que finalmente el cansancio pudo con ellos Pepa se abrazo al pecho de Tristán y se quedo dormida, al poco tiempo Tristán también se durmió.
Amanecía en Puente viejo cuándo Tristán se despertó Pepa seguía durmiendo en los brazos de Tristán, Tristán no quería despertarla ósea que no se movió. Al poco tiempo Pepa se despertó.
#199
yolanada
yolanada
02/12/2011 16:13
Dejo el enlace del último fic que escribí. Eiza , guapa, para cuando se pueda organizar esta sección de la biblioteca.

La hora de la verdad Parte 1 y 2
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/693/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja.

La hora de la verdad Parte 3
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/694/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja.
#200
eiza
eiza
03/12/2011 00:54
Gracias yolanada, en verdad ahora no tengo tiempo, asi que se va a retrasar mas de lo que me gustaria, y es que mal que me pese ha llegado la navidad al corte ingles, que asco tia, que harta estoy de trabajar y lo que me queda...en fin, a ver si cuando pase un poco esto y nos libremos un poco de curro, la puebla, olsi, riona y yo vamos adelantando algo, aunque sigo pensando que puede ser muy posible que haya que abrir una tercera parte, pero bueno ya veremos a ver si lo podemos arreglar como hemos pensado y si no pues nada, otra parte mas jejeje!!

miles de besos y gracias!
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