Foro El secreto de Puente Viejo
La Biblioteca (A - K)
#0
17/08/2011 13:26
EL RINCÓN DE AHA
El destino.
EL RINCÓN DE ÁLEX
El Secreto de Puente Viejo, El Origen.
EL RINCÓN DE ABRIL
El mejor hombre de Puente Viejo.
La chica de la trenza I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII.
EL RINCÓN DE ALFEMI
De siempre y para siempre.
Hace frío I, II.
Pensando en ti.
Yo te elegí a ti.
EL RINCÓN DE ANTOJEP
Bajo la luz de la luna I, II, III, IV.
Como un rayo de sol I, II, III, IV.
La traición I, II.
EL RINCÓN DE ARICIA
Reacción I, II, III, IV.
Emilia, el lobo y el cazador.
El secreto de Alfonso Castañeda.
La mancha de mora I, II, III, IV, V.
Historias que se repiten. 20 años después.
La historia de Ana Castañeda I, II, III, VI, V, Final.
EL RINCÓN DE ARTEMISILLA
Ojalá fuera cierto.
Una historia de dos
EL RINCÓN DE CAROLINA
Mi historia.
EL RINCÓN DE CINDERELLA
Cierra los ojos.
EL RINCÓN DE COLGADA
Cartas, huidas, regalos y el diluvio universal I-XI.
El secreto de Gregoria Casas.
La decisión I,II, III, IV, V.
Curando heridas I,II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII.
una nueva vida I,II, III
EL RINCÓN DE CUQUINA
Lo que me sale de las teclas.
El origen de Tristán Ulloa.
EL RINCÓN DE EIZA
En los ojos de un Castañeda.
Bajando a los infiernos.
¡¿De qué?!
Pensamientos
EL RINCÓN DE FERMARÍA
Noche de bodas. (Descarga directa aquí)
Lo que no se ve.
En el baile.
De valientes y cobardes.
Descubriendo a Alfonso.
¿Por qué no me besaste?
Dejarse llevar.
Amar a Alfonso Castañeda.
Serenidad.
Así.
Quiero.
El corazón de un jornalero (I) (II).
Lo único cierto I, II.
Tiempo.
Sabor a chocolate.
EL RINCÓN DE FRANRAI
Un amor inquebrantable.
Un perfecto malentendido.
Gotas del pasado.
EL RINCÓN DE GESPA
La rutina.
Cada cosa en su sitio.
El baile.
Tomando decisiones.
Volver I, II.
Chismorreo.
Sola.
Tareas.
El desayuno.
Amigas.
Risas.
La manzana.
EL RINCÓN DE INMILLA
Rain Over Me I, II, III.
EL RINCÓN DE JAJIJU
Diálogos que nos encantaría que pasaran.
EL RINCÓN DE KERALA
Amor, lucha y rendición I - VII, VIII, IX, X, XI (I) (II), XII, XIII, XIV, XV, XVI,
XVII, XVIII, XIX, XX (I) (II), XXI, XXII (I) (II).
Borracha de tu amor.
Lo que debió haber sido.
Tu amor es mi droga I, II. (Escena alternativa).
PACA´S TABERN I, II.
Recuerdos.
Dibujando tu cuerpo.
Tu amor es mi condena I, II.
Encuentro en la posada. Historia alternativa
Tu amor es mi condena I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI
#821
12/10/2011 22:18
Sin palabras me hayo Pepa... y con las lagrimas arrejuntadas en los parpados XD...
Simplemente... GRACIAS!!!!
Simplemente... GRACIAS!!!!
#822
12/10/2011 22:37
Y ahora el final, de verdad.
---------
Pensó que el corazón se le iba a salir del pecho cuando giró la manilla de la puerta de su habitación. Sobre la mesilla había una vela, cuya luz le permitió ver a su mujer durmiendo de lado, con una sonrisa dibujada en el rostro y la mano colocada sobre un pequeño bulto. Al acercarse vió que asomaba una pequeña mata de pelo oscuro, unos ojos cerrados y una carita que intuía sonrosada.
Jamás encontraría las palabras adecuadas para describir lo que sintió en aquel momento. Se moría de ganas de abrazar a su mujer y besar a su retoño. Pero obedeció la orden de no despertar a Emilia. Por nada del mundo haría algo que pudiese perjudicarla, aunque eso significara pasar otra noche durmiendo en aquella incómoda silla, con la cabeza apoyada en el colchón, rozando el brazo de su mujer.
No quedaba ni rastro de la fiesta en la taberna cuando Emilia se despertó. “Este hombre no tiene arreglo. Mira que dormir en esa silla, con el frío que hace”. Con suavidad empezó a acariciarle el cabello y susurrar su nombre.
-Alfonso, despierta.
-Emilia….¿como estás?-le dijo mientras se desperezaba-Siento no haber llegado a tiempo, pero he tenido…….
-No importa cariño. Lo importante es que ya estás aquí pero seguro que estarás congelado. Anda, metete en cama-le ordenó cariñosamente.
No le quedó mas remedio que obedecerla. Se desvistió y con sumo cuidado se acostó a su lado, abrazando su espalda y susurrándole al oído que la quería mientras miraba embobado aquel minúsculo cuerpo envuelto entre los brazos de su mujer.
-¿Y has decidido qué nombre le vamos a poner?-le preguntó mientras la besaba en el pelo.-Porque tendrías que ver tremenda discusión que tenían ahí fuera.
-Sí tú estás de acuerdo, creo que deberíamos llamarlo Ramiro, como su tío.
Alfonso sintió un nudo en la garganta que se desató a modo de lágrimas silenciosas.
-Gracias-logró decirle a su mujer mientras la abrazaba con más fuerza.
Por un momento creyó ver a su hermano que le sonreía desde la puerta.
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Pensó que el corazón se le iba a salir del pecho cuando giró la manilla de la puerta de su habitación. Sobre la mesilla había una vela, cuya luz le permitió ver a su mujer durmiendo de lado, con una sonrisa dibujada en el rostro y la mano colocada sobre un pequeño bulto. Al acercarse vió que asomaba una pequeña mata de pelo oscuro, unos ojos cerrados y una carita que intuía sonrosada.
Jamás encontraría las palabras adecuadas para describir lo que sintió en aquel momento. Se moría de ganas de abrazar a su mujer y besar a su retoño. Pero obedeció la orden de no despertar a Emilia. Por nada del mundo haría algo que pudiese perjudicarla, aunque eso significara pasar otra noche durmiendo en aquella incómoda silla, con la cabeza apoyada en el colchón, rozando el brazo de su mujer.
No quedaba ni rastro de la fiesta en la taberna cuando Emilia se despertó. “Este hombre no tiene arreglo. Mira que dormir en esa silla, con el frío que hace”. Con suavidad empezó a acariciarle el cabello y susurrar su nombre.
-Alfonso, despierta.
-Emilia….¿como estás?-le dijo mientras se desperezaba-Siento no haber llegado a tiempo, pero he tenido…….
-No importa cariño. Lo importante es que ya estás aquí pero seguro que estarás congelado. Anda, metete en cama-le ordenó cariñosamente.
No le quedó mas remedio que obedecerla. Se desvistió y con sumo cuidado se acostó a su lado, abrazando su espalda y susurrándole al oído que la quería mientras miraba embobado aquel minúsculo cuerpo envuelto entre los brazos de su mujer.
-¿Y has decidido qué nombre le vamos a poner?-le preguntó mientras la besaba en el pelo.-Porque tendrías que ver tremenda discusión que tenían ahí fuera.
-Sí tú estás de acuerdo, creo que deberíamos llamarlo Ramiro, como su tío.
Alfonso sintió un nudo en la garganta que se desató a modo de lágrimas silenciosas.
-Gracias-logró decirle a su mujer mientras la abrazaba con más fuerza.
Por un momento creyó ver a su hermano que le sonreía desde la puerta.
#823
12/10/2011 22:38
Pepa gracias....imagino que sera Ramiro,el nombre elegido...Ayss que bonito por dios...
#824
12/10/2011 22:51
#825
13/10/2011 00:56
Bueno SIAMESA, ya lo has conseguido, me has echo llorar garrafones, no lloraba asi con un "libro" desde MIRADA CIEGA y hace muuuchos años de eso. Ahora eso si, es precioso, pero me olvido de él rápidamente, para quedarme con Ramiro corriendo tras Belén(Eiza) y viviendo el amor de la mano, y me quedo por supuesto con que RAMIRO es el último CASTAÑEDA, y llegará a viejo, que tu lo vaticinaste. AUN A PESAR DE QUE ME ARREBATES EN ESTA HISTORIA LO QUE YO MAS QIERO DE TODO PUENTE VIEJO, ME DAS TANTO COMO ME QUITAS Y ES QUE RAMIRO SIEMPRE SERA UN ANGEL Y QUE MEJOR NOMBRE, SI ES QUE....AYYS EMPEZARIA ABRAZANDOTE A TI, LUEGO A EMILIA POR DECIR EL NOMBRE Y LUEGO A ALFONSO PORQUE EN EL MOMENTO EN EL QUE DABA LAS GRACIAS YO LO UNICO QUE QUERIA ERA ABRAZARLO PORQUE HEMOS SENTIO LO MISMO Y YO TAMBIEN HE VISTO A RAMIRO APOYAO EN EL MARCO DE LA PUERTA, Y COMO SIEMPRE LA CULPABLE ERES TU, QUE ERES MUY GRANDE!!!!GRACIAS PORQUE LLORAR AVECES POR COSAS FICTICIAS ES MAS SANO QUE LLORAR POR LAS DE VERDAD Y SIENTA BIEN PARA LIMPIAR EL CUERPO!!
ANITA, que no me olvido de ti!!! Que me encanta, me encantan me encanta y me encanta
ANITA, que no me olvido de ti!!! Que me encanta, me encantan me encanta y me encanta
#826
13/10/2011 01:03
Lapuebla... me has hecho llorar... precioso precioso de verdad! gracias!!!
Colgada, el tuyo me tiene intrigada... continúaaaaa jejeje
Colgada, el tuyo me tiene intrigada... continúaaaaa jejeje
#827
13/10/2011 01:24
Pepa, Aricia, Rosa, colgada.... menudo empacho de fics.... y con ganas de más me he quedado!!! Todos buenísimos! Da gusto entrar en la biblioteca para levantarnos un poco el ánimo! Muchísimas gracias chicas!
#828
13/10/2011 02:52
terminéeeeeeeeeeeeeeeeeeee no veas la paliza q me he metido me he leido todos los fics q tenía pendientes fijaros q hora es me duelen los ojos y la cabeza de estar delant del ordenador y me voy a dormir con una congoja xese magnifico fic pepa de verdad eres fantástica lo he dixo mxas veces xro no veas como me ha llegado esa historia q bonita xfavor mientras leia ías intrigadísima con ganas de más no podía leer o pensar otra cosa sólo esperaba el fic y vaya final xica q pedazo de escrito me gustaría preguntarte algo no se si te incomoda es un hobbi esto de la escritura, no se xk q manera de plasmar una historia haces q vivas, q te metas en la historia, tienes una manera de transmitir y enganxarte, ufff emocionas mxisimo mxisimas gracias x compartir esta OBRA DE ARTE connosotras
Y a las demás riona,cuquina, colgada, olsi, ariza enhorabuena sois fantásticas los fic estupendo me gustan mxisimo de verdad q pedazo de foro tenemos xk estas las tías más increibles del mundo jajaj de verdad seguid escribiendo y xfa compartir con nosotras estos pedazos de fic xk sepais q siempre habrá una persona q os lea y os siga un saludo a todas xicas hasta mañana
Y a las demás riona,cuquina, colgada, olsi, ariza enhorabuena sois fantásticas los fic estupendo me gustan mxisimo de verdad q pedazo de foro tenemos xk estas las tías más increibles del mundo jajaj de verdad seguid escribiendo y xfa compartir con nosotras estos pedazos de fic xk sepais q siempre habrá una persona q os lea y os siga un saludo a todas xicas hasta mañana
#829
13/10/2011 13:53
Aquí os dejo el fic de ayer, que con el sueño que tenía no lo traje... jejej
"Tenías que ser tú"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/588/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
"Tenías que ser tú"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/588/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#830
13/10/2011 15:25
Muy pronto estrenaré mi historia, El secreto de Puente Viejo, el origen.
Los personajes serán:
Pepa Balmes
Tristán Ulloa
Martín Castro
Águeda, Olmo y el duque de Moraña
Eloísa Garcín Núñez del Moral, Duquesa de Caldas
Francisca Montenegro
Raimundo Ulloa
Los marqueses de Peñaflor
Vicenta Montenegro (hermana de Francisca)
Los Mirañar
Alberto Guerra
Gregoria
Carlos y Elvira
4 personajes nuevos
Los Castañeda
Soledad
Los Ulloa
Don Anselmo
Y posiblemente el fantasma de Angustias.
Y los fans de la doña, ¡os quedaréis de piedra con lo que le pasará a la doña, os quedaréis O.O, y eso que no tiene nada que ver con Raimundo! Ah y en mi historia, la osea no se lía con Juan eh.
Los personajes serán:
Pepa Balmes
Tristán Ulloa
Martín Castro
Águeda, Olmo y el duque de Moraña
Eloísa Garcín Núñez del Moral, Duquesa de Caldas
Francisca Montenegro
Raimundo Ulloa
Los marqueses de Peñaflor
Vicenta Montenegro (hermana de Francisca)
Los Mirañar
Alberto Guerra
Gregoria
Carlos y Elvira
4 personajes nuevos
Los Castañeda
Soledad
Los Ulloa
Don Anselmo
Y posiblemente el fantasma de Angustias.
Y los fans de la doña, ¡os quedaréis de piedra con lo que le pasará a la doña, os quedaréis O.O, y eso que no tiene nada que ver con Raimundo! Ah y en mi historia, la osea no se lía con Juan eh.
#831
13/10/2011 16:40
lapuebla,simplemente.....INCREÍBLE, es precioso, de verdad. Y la historia de Ramiro, puf, aún tengo los pelos de punta....Mi sister (yari) me dijo anoche cuando lo leyó que estaba llorando y ahora la entiendo....eres muy grande lapuebla, muy muy grande. Precioso jaja, de verdad, podría estar dandote calificativos positivos toda la tarde. Sensacional :D
#832
13/10/2011 22:58
La segunda parte de "Tenías que ser tú"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/589/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/589/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#833
14/10/2011 00:21
La decisión
---------------
Parte 3.-
El amanecer encontró a Alfonso sentado de espaldas a un árbol en la orilla del lago. Aquella noche no conseguía pegar ojo, y decidió salir a tomar el aire. Mientras tiraba piedras distraídamente al agua, dejaba vagar sus pensamientos libremente. Tras lo ocurrido la mañana anterior no podía olvidar el sabor de sus labios y eso lo volvía loco... pero lo que en verdad lo atormentaba era la posibilidad de haber roto con aquel beso el frágil vínculo que aún lo unía con Emilia. Justamente ahora, cuando la muchacha más lo necesitaba, con todo lo que estaba pasando... Tiró con fuerza una piedrecilla que rebotó en la superficie un par de veces y se hundió... Siguiendo su estela, otra piedrecita chocó tres veces contra el agua y se hundió casi en el mismo lugar. Alfonso se giró alzando la vista. De pie detrás suyo, Emilia sonreía divertida.
-¡Gané!-dijo sentándose a su lado y abrazándose las rodillas.
-Siempre ganabas cuando éramos niños...-recordó Alfonso.
-Sí, pero sospecho que entonces te dejabas ganar.
-Puede-sonrió.
Se quedaron en silencio. Alfonso continuaba tirando piedritas mientras observaba disimuladamente a Emilia, que enterraba la nariz en la falda, mirando al lago.
-Ayer tuve una conversación con mi padre y con mi tío Eulalio -hablaba sin apartar la vista del agua, meciéndose ligeramente adelante y atrás.- les comuniqué la decisión que había tomado. Quiero conocer a mi verdadera familia -Alfonso tomó aire al oir estas palabras- pero mi padre es Raimundo, y mi vida está aquí.-en este punto giró la cabeza para mirarle, apoyando la mejilla en las rodillas.
Alfonso sintió como se derretía por dentro, bajo esa mirada suya. Se obligó a hablar.
-Creo que has tomado la decisión correcta. Raimundo te ha querido bien y te ha cuidado todos estos años. Sabes que daría la vida por ti. Eso es ser padre.
-Lo sé... sin embargo...- la muchacha se interrumpió. Volvió a perder la mirada en el horizonte.
-¿Que sucede, Emilia?
-Anoche Raimundo me confesó que estuvo implicado en el accidente en el que murieron mis padres. Fue en la época en que tenía problemas con la bebida. Aquel día volvía borracho guiando el carro, entonces los caballos se desmandaron y él no pudo sujetarlos, mis padres se cruzaron en su camino y...-no pudo terminar la frase- No sé como voy a poder aceptarlo, Alfonso. En verdad, no lo sé.
-Date tiempo Emilia.-Alfonso se acercó a ella tímidamente, poniendo una mano sobre el hombro de la muchacha- Tú lo quieres y él te quiere. No tengas prisa.
Emilia puso su mano sobre la de él.
-Gracias. Necesitaba oírlo.-sonrió triste- Últimamente no tengo a mucha gente con quien hablar.
-Tienes a Severiano...-le dolía aquella realidad, pero se obligó a decirla. Notó como el cuerpo de Emilia se tensaba bajo su mano.
-No. No lo tengo. -replicó- Severiano ya no existe para mí.
-¿Qué... -Alfonso la miraba alarmado por el tono que había empleado.
-Ojalá te hubiese escuchado antes.-Se levantó sacudiéndose la falda, las lágrimas pugnaban por salir de sus ojos y se mordió los labios para aplacarlas- Debo ir a abrir la casa de comidas.
-Te acompaño. -Alfonso se puso en pie.
-No seas tonto, los campos están en la otra dirección. Estaré bien. No te preocupes. -cogió su cara entre las manos y plantó un beso en su mejilla. Dió media vuelta antes de que Alfonso pudiera reaccionar y salió corriendo de vuelta al pueblo.
Alfonso la vió alejarse como en un sueño.
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Parte 3.-
El amanecer encontró a Alfonso sentado de espaldas a un árbol en la orilla del lago. Aquella noche no conseguía pegar ojo, y decidió salir a tomar el aire. Mientras tiraba piedras distraídamente al agua, dejaba vagar sus pensamientos libremente. Tras lo ocurrido la mañana anterior no podía olvidar el sabor de sus labios y eso lo volvía loco... pero lo que en verdad lo atormentaba era la posibilidad de haber roto con aquel beso el frágil vínculo que aún lo unía con Emilia. Justamente ahora, cuando la muchacha más lo necesitaba, con todo lo que estaba pasando... Tiró con fuerza una piedrecilla que rebotó en la superficie un par de veces y se hundió... Siguiendo su estela, otra piedrecita chocó tres veces contra el agua y se hundió casi en el mismo lugar. Alfonso se giró alzando la vista. De pie detrás suyo, Emilia sonreía divertida.
-¡Gané!-dijo sentándose a su lado y abrazándose las rodillas.
-Siempre ganabas cuando éramos niños...-recordó Alfonso.
-Sí, pero sospecho que entonces te dejabas ganar.
-Puede-sonrió.
Se quedaron en silencio. Alfonso continuaba tirando piedritas mientras observaba disimuladamente a Emilia, que enterraba la nariz en la falda, mirando al lago.
-Ayer tuve una conversación con mi padre y con mi tío Eulalio -hablaba sin apartar la vista del agua, meciéndose ligeramente adelante y atrás.- les comuniqué la decisión que había tomado. Quiero conocer a mi verdadera familia -Alfonso tomó aire al oir estas palabras- pero mi padre es Raimundo, y mi vida está aquí.-en este punto giró la cabeza para mirarle, apoyando la mejilla en las rodillas.
Alfonso sintió como se derretía por dentro, bajo esa mirada suya. Se obligó a hablar.
-Creo que has tomado la decisión correcta. Raimundo te ha querido bien y te ha cuidado todos estos años. Sabes que daría la vida por ti. Eso es ser padre.
-Lo sé... sin embargo...- la muchacha se interrumpió. Volvió a perder la mirada en el horizonte.
-¿Que sucede, Emilia?
-Anoche Raimundo me confesó que estuvo implicado en el accidente en el que murieron mis padres. Fue en la época en que tenía problemas con la bebida. Aquel día volvía borracho guiando el carro, entonces los caballos se desmandaron y él no pudo sujetarlos, mis padres se cruzaron en su camino y...-no pudo terminar la frase- No sé como voy a poder aceptarlo, Alfonso. En verdad, no lo sé.
-Date tiempo Emilia.-Alfonso se acercó a ella tímidamente, poniendo una mano sobre el hombro de la muchacha- Tú lo quieres y él te quiere. No tengas prisa.
Emilia puso su mano sobre la de él.
-Gracias. Necesitaba oírlo.-sonrió triste- Últimamente no tengo a mucha gente con quien hablar.
-Tienes a Severiano...-le dolía aquella realidad, pero se obligó a decirla. Notó como el cuerpo de Emilia se tensaba bajo su mano.
-No. No lo tengo. -replicó- Severiano ya no existe para mí.
-¿Qué... -Alfonso la miraba alarmado por el tono que había empleado.
-Ojalá te hubiese escuchado antes.-Se levantó sacudiéndose la falda, las lágrimas pugnaban por salir de sus ojos y se mordió los labios para aplacarlas- Debo ir a abrir la casa de comidas.
-Te acompaño. -Alfonso se puso en pie.
-No seas tonto, los campos están en la otra dirección. Estaré bien. No te preocupes. -cogió su cara entre las manos y plantó un beso en su mejilla. Dió media vuelta antes de que Alfonso pudiera reaccionar y salió corriendo de vuelta al pueblo.
Alfonso la vió alejarse como en un sueño.
#834
14/10/2011 01:10
La tercera parte de "Tenías que ser tú"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/590/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/590/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#835
14/10/2011 14:54
#836
15/10/2011 12:42
ABRE LOS OJOS
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/593/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/593/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#837
15/10/2011 16:24
La decisión
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Parte 4.-
La mañana siguiente a aquel primer encuentro casual, acudieron entre esperanzados y temerosos de descubrir al otro al pie del sauce, junto al lago. Al encontrarse se saludaron azorados, sentándose después bajo las ramas del viejo árbol a esperar el amanecer. Pero pronto la timidez dejó paso a la vieja familiaridad, y el resto del tiempo, hasta la hora de irse cada uno a atender sus obligaciones, lo pasaron conversando bajo los primeros rayos de sol de aquel día luminoso.
Acabó por convertirse en costumbre. Cada mañana, antes de que los quehaceres diarios les reclamaran, Alfonso y Emilia se encontraban a la orilla del lago para ver amanecer y conversar un rato. Al principio hablaban sobre todo de Raimundo y de Juan, preocupaciones que les tenían angustiados a los dos, pero con el tiempo, esas heridas fueron cicatrizando y sus charlas pasaron a tratar temas más animados. En realidad no importaba mucho el tema, cualquiera hubiese servido, porque lo que ambos buscaban aquellas mañanas de junio, era la compañía del otro.
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Parte 4.-
La mañana siguiente a aquel primer encuentro casual, acudieron entre esperanzados y temerosos de descubrir al otro al pie del sauce, junto al lago. Al encontrarse se saludaron azorados, sentándose después bajo las ramas del viejo árbol a esperar el amanecer. Pero pronto la timidez dejó paso a la vieja familiaridad, y el resto del tiempo, hasta la hora de irse cada uno a atender sus obligaciones, lo pasaron conversando bajo los primeros rayos de sol de aquel día luminoso.
Acabó por convertirse en costumbre. Cada mañana, antes de que los quehaceres diarios les reclamaran, Alfonso y Emilia se encontraban a la orilla del lago para ver amanecer y conversar un rato. Al principio hablaban sobre todo de Raimundo y de Juan, preocupaciones que les tenían angustiados a los dos, pero con el tiempo, esas heridas fueron cicatrizando y sus charlas pasaron a tratar temas más animados. En realidad no importaba mucho el tema, cualquiera hubiese servido, porque lo que ambos buscaban aquellas mañanas de junio, era la compañía del otro.
#838
15/10/2011 16:30
Colgada, breve pero buenísimo! Espero la continuación cuanto antes!!!
ABRE LOS OJOS Parte 2
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/594/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
ABRE LOS OJOS Parte 2
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/594/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#839
15/10/2011 22:34
La decisión
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Parte 5.-
Aquella iba a ser una jornada calurosa. En el ambiente ya se respiraba un calor que de seguro se intensificaría una vez el sol asomara por el horizonte. Alfonso aún no había llegado. Emilia dejó sus alpargatas junto al tronco del sauce y caminó descalza para sentarse a la orilla y sumergir los pies en la frescura del lago.
-¡Qué rico!-murmuró chapoteando.
Alfonso se acercó sin hacer ruido, se sentó con la espalda contra el árbol y sonrió para sí, observándola juguetear con los pies en el agua. Aquella sí era la Emilia que conocía y que amaba.
En estos últimos tiempos habían recuperado la confianza de antaño, que incluso se había intensificado, pues no había asunto que no trataran y desmenuzaran en sus conversaciones bajo el sauce. Salvo uno. Severiano. En varias ocasiones trató de sacar el tema, pero cada vez que lo hacía, la mirada de ella se ensombrecía y ponía cualquier excusa para volverse al pueblo. Algo grave debió de hacerle ese malnacido, pero ella no soltaba prenda, y Alfonso presentía que hasta que no fuera capaz de hablar de ello, Emilia no recuperaría del todo su alegría.
Pero él estaba dispuesto a esperar. Si había esperado todo este tiempo, ahora que volvía a sentirla cerca, tendría fuerzas para acallar esos sentimientos que le llenaban el pecho hasta que estuviera preparada. Le bastaba con verla así, los pies chapoteando en el agua, los ojos cerrados, la cara levantada buscando los primeros rayos del sol...
-Te quiero Emilia.
La muchacha se quedo quieta, abrió los ojos y fijó la mirada en el agua, delante de ella. Alfonso no podía creer lo que acababa de decir, pero ya no había vuelta atrás.
-No recuerdo un tiempo en que no te quisiera, ¡es tan fácil!... eres inteligente y alegre, siempre tienes una sonrisa para todos... cuando entras en una sala es como si la iluminaras con tu presencia. Eres fuerte y luchadora, quieres y cuidas a los tuyos como una leona si hace falta... y yo... yo no quiero otra cosa que cuidar de ti y amarte...
Emilia giró la cabeza ocultando la cara a la vista del joven. No dijo nada. Alfonso sólo veía su espalda y sus hombros, que subían y bajaban al ritmo de su respiración agitada.
-No te preocupes, sé que sólo me ves como un hermano,...-tragó saliva- pero yo no puedo evitar lo que siento, ni sé si quiero hacerlo.
Se levantó y partió rumbo a los campos. Algo se estaba desmoronando en su pecho, y mirarla sólo acrecentaría el dolor que lo traspasaba. Andaba con zancadas largas y decididas, deseando poner tierra de por medio.
Oyó unos leves chasquidos a su espalda y se volvió, extrañado. Paró en seco. Emilia se acercaba corriendo, descalza, con la falda recogida en un revoltijo entre sus manos. Se detuvo frente a él, casi sin resuello. Gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Pero sonreía.
-Yo...-jadeaba- no sé si te merezco, Castañeda, pero te quiero.
Alfonso salvó la distancia que los separaba de una zancada y la tomó entre sus brazos. Se quedo quieto, mirándola a los ojos, con la cara a pocos centímetros de la suya. Deseaba recordarla por siempre así, como estaba ahora, arrebolada y sin aliento, llorosa y sonriente...
-Repite eso. -dijo con una sonrisa, dando un apretón a su cintura.
-Te amo, Alfonso.-se echo a reír- Te amo, te amo, te...
No pudo seguir. Su boca estaba ocupada en otros menesteres.
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Parte 5.-
Aquella iba a ser una jornada calurosa. En el ambiente ya se respiraba un calor que de seguro se intensificaría una vez el sol asomara por el horizonte. Alfonso aún no había llegado. Emilia dejó sus alpargatas junto al tronco del sauce y caminó descalza para sentarse a la orilla y sumergir los pies en la frescura del lago.
-¡Qué rico!-murmuró chapoteando.
Alfonso se acercó sin hacer ruido, se sentó con la espalda contra el árbol y sonrió para sí, observándola juguetear con los pies en el agua. Aquella sí era la Emilia que conocía y que amaba.
En estos últimos tiempos habían recuperado la confianza de antaño, que incluso se había intensificado, pues no había asunto que no trataran y desmenuzaran en sus conversaciones bajo el sauce. Salvo uno. Severiano. En varias ocasiones trató de sacar el tema, pero cada vez que lo hacía, la mirada de ella se ensombrecía y ponía cualquier excusa para volverse al pueblo. Algo grave debió de hacerle ese malnacido, pero ella no soltaba prenda, y Alfonso presentía que hasta que no fuera capaz de hablar de ello, Emilia no recuperaría del todo su alegría.
Pero él estaba dispuesto a esperar. Si había esperado todo este tiempo, ahora que volvía a sentirla cerca, tendría fuerzas para acallar esos sentimientos que le llenaban el pecho hasta que estuviera preparada. Le bastaba con verla así, los pies chapoteando en el agua, los ojos cerrados, la cara levantada buscando los primeros rayos del sol...
-Te quiero Emilia.
La muchacha se quedo quieta, abrió los ojos y fijó la mirada en el agua, delante de ella. Alfonso no podía creer lo que acababa de decir, pero ya no había vuelta atrás.
-No recuerdo un tiempo en que no te quisiera, ¡es tan fácil!... eres inteligente y alegre, siempre tienes una sonrisa para todos... cuando entras en una sala es como si la iluminaras con tu presencia. Eres fuerte y luchadora, quieres y cuidas a los tuyos como una leona si hace falta... y yo... yo no quiero otra cosa que cuidar de ti y amarte...
Emilia giró la cabeza ocultando la cara a la vista del joven. No dijo nada. Alfonso sólo veía su espalda y sus hombros, que subían y bajaban al ritmo de su respiración agitada.
-No te preocupes, sé que sólo me ves como un hermano,...-tragó saliva- pero yo no puedo evitar lo que siento, ni sé si quiero hacerlo.
Se levantó y partió rumbo a los campos. Algo se estaba desmoronando en su pecho, y mirarla sólo acrecentaría el dolor que lo traspasaba. Andaba con zancadas largas y decididas, deseando poner tierra de por medio.
Oyó unos leves chasquidos a su espalda y se volvió, extrañado. Paró en seco. Emilia se acercaba corriendo, descalza, con la falda recogida en un revoltijo entre sus manos. Se detuvo frente a él, casi sin resuello. Gruesas lágrimas corrían por sus mejillas. Pero sonreía.
-Yo...-jadeaba- no sé si te merezco, Castañeda, pero te quiero.
Alfonso salvó la distancia que los separaba de una zancada y la tomó entre sus brazos. Se quedo quieto, mirándola a los ojos, con la cara a pocos centímetros de la suya. Deseaba recordarla por siempre así, como estaba ahora, arrebolada y sin aliento, llorosa y sonriente...
-Repite eso. -dijo con una sonrisa, dando un apretón a su cintura.
-Te amo, Alfonso.-se echo a reír- Te amo, te amo, te...
No pudo seguir. Su boca estaba ocupada en otros menesteres.
#840
15/10/2011 23:44
Pongo aquí mi historia, la tengo puesta en un post en el subforo de la casona.
12 de octubre de 1911
El camino dejó de estar tranquilo, un carruaje avanzaba a toda velocidad, los caballos corrían y el cochero les daba latigazos, una partera andaba por el camino, oyó el ruido y se apartó del camino, el cochero se dispuso a tomar la curva pero por la velocidad, la calesa volcó. Pepa se aproximó rápidamente al carruaje, el cochero yacía inconsciente en el suelo con una brecha en la cabeza, le buscó el pulso, tenía, en ese instante bajó una criada del vehículo y se acercó a Pepa. -Vete -le dijo. -Vete o su ira caerá sobre ti -Pepa no entendió nada pero en ese momento se escuchó un grito -Balboa -. Era una voz joven y fuerte, que a Pepa le sonó un tanto familiar, la mujer la empujó para que se fuera y dijo -voy marqués -. Pepa se alejó y vio como un joven asomaba por la ventana de la calesa. Era un chico guapo, de no mas de 16 años seguramente, con cabello castaño que salía a chorros y despeinado en la coronilla, y unos ojos castaños muy hermosos que Pepa creía que había visto en alguna parte, el joven reparó en ella, y la partera salió corriendo en dirección a Puente Viejo.
-Así es doña Francisca, con el viaje en calesa he perdido día y medio, el atraso es la seña de identidad de este pueblucho, tal vez debería mandar construir carreteras -. La duquesa de Caldas y Francisca se sentaron en el sofá. -En eso estamos doña Eloísa, en eso estamos. -Le agradezco una vez mas su cortesía al dejarme hospedarme en su casa hasta la llegada del telegrama que me diga si debo ir a Girona o a la capital, que entre nosotras, prefiero mil veces la capital, he oído que el sol abrasa en Girona por estas fechas y creo que podría darse por bien pagada si consiguiera que instalaran luz eléctrica en su casa -. -Se lo agradecería, y mi hijo también, cuando regrese de la capital claro está -. -Muy bien, mañana mismo escribiré a una amiga, Alicia Alarcón, del Gran Hotel de Cantaloa en Asturias, he estado allí este verano y bueno, sabe de una empresa que trata estos asuntos -. -Conozco el hotel, yo y mi difunto esposo, Salvador Castro pasamos nuestra luna de miel allí-. -Me habría gustado conocerle-. -No lo creo doña Eloísa él...- se vio interrumpida, Mariana entró en la estancia con un bebé en los brazos. -Duquesa, su hijo ya está aseado -le dijo dándole al bebé. -Gracias querida -la duquesa se quedó contemplando a su hijo. - Me dijo que se llamaba, Álvaro ¿no? -preguntó doña Francisca.
-Entonces, ¿me he roto el pie? -preguntó el joven. -No señorito, pero si deberá usar un bastón durante un período de tiempo -contestó el doctor Guerra. -Había una mujer- comenzó el joven, -era joven, bastante agraciada, de cabello y ojos castaños, de rostro serio y mirada penetrante, una muchacha de estatura media, andar firme y movimientos delicados, salió corriendo, ¿sabría quién es? -preguntó. -Pues ese tipo de mujeres abundan en la comarca señorito y... -en ese momento entró el alcalde en el consultorio. -Buenos días doctor Guerra, me presento señor marqués -hizo una reverencia tan exagerada que casi se besa los pies, -soy Pedro Mirañar López Regueria Jaca de Togores y Pérez de Pulgar -dijo casi sin aliento. Miró al joven por primera vez a los ojos y se quedó paralizado. Dolores llegó resoplando al consultorio, -Pedro, que sea la última vez que me dejas atrás, -le dijo a su esposo. -Señor marqués ya conoce a mi marido, Pedro Mirañar y Pérez de Pulgar, yo soy su mujer, Dolores Asenjo de Mirañar, y ¿usted es...? -preguntó la alcaldesa. -Marcos Fernando Juan de todos los Santos Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba y Bermúdez de Castro y Díez, nieto del marqués de Peñaflor y heredero del título de duque de Santa Lucía -dijo el joven de una sentada. -Ahhh, Pedro te has quedado blanco eh, bueno don Marcos, ahora mismo le llevamos a casa de doña Francisca Montenegro, la mas acaudalada terrateniente del lugar -dijo con una sonrisa, -Pedro -gritó. -Si Dolores si -contestó con un sobresalto el alcalde, Alberto observaba la escena anonadado.
En la casa de comidas, Raimundo leía un periódico con Emilia, había poca gente en el local y se podían permitir ese descanso. -Un gran sitio el Gran Hotel Emilia, quise llevar a Francisca allí, cuando nos amábamos, pero el cerdo de Castro se adelantó a mi regreso de la capital -dijo Raimundo, que, sin darse cuenta, había empezado a romper el periódico. -Padre no se sulfure, pero a parte de su amor con doña Francisca cuya historia me narró hace 9 años, no sabía que era usted un viajero -le dijo risueña la chica. -Lo fui, en otra época, o en otra vida me atrevería a decir, bueno me voy a la conservera a ver a Sebastián -dijo. -Pero padre... -dijo Emilia, pero Ulloa ya se había marchado, entró entonces Sebastián en el local, -¿y padre? -preguntó. -Se ha ido a la conservera a ver si se puede encontrar con Francisca Montenegro, se le ha olvidado que hoy tu librabas porque tenías que ir a Villalpanda para lo del tipo este que han asesinado, ese tal, -pensó un instante, -Severiano Garcés Flores -dijo Sebastián. -Eso, pues se le ha olvidado de las ganas que tiene de verlas, lo que me gustaría ver la cara de la doña -dijo entre risas.
12 de octubre de 1911
El camino dejó de estar tranquilo, un carruaje avanzaba a toda velocidad, los caballos corrían y el cochero les daba latigazos, una partera andaba por el camino, oyó el ruido y se apartó del camino, el cochero se dispuso a tomar la curva pero por la velocidad, la calesa volcó. Pepa se aproximó rápidamente al carruaje, el cochero yacía inconsciente en el suelo con una brecha en la cabeza, le buscó el pulso, tenía, en ese instante bajó una criada del vehículo y se acercó a Pepa. -Vete -le dijo. -Vete o su ira caerá sobre ti -Pepa no entendió nada pero en ese momento se escuchó un grito -Balboa -. Era una voz joven y fuerte, que a Pepa le sonó un tanto familiar, la mujer la empujó para que se fuera y dijo -voy marqués -. Pepa se alejó y vio como un joven asomaba por la ventana de la calesa. Era un chico guapo, de no mas de 16 años seguramente, con cabello castaño que salía a chorros y despeinado en la coronilla, y unos ojos castaños muy hermosos que Pepa creía que había visto en alguna parte, el joven reparó en ella, y la partera salió corriendo en dirección a Puente Viejo.
-Así es doña Francisca, con el viaje en calesa he perdido día y medio, el atraso es la seña de identidad de este pueblucho, tal vez debería mandar construir carreteras -. La duquesa de Caldas y Francisca se sentaron en el sofá. -En eso estamos doña Eloísa, en eso estamos. -Le agradezco una vez mas su cortesía al dejarme hospedarme en su casa hasta la llegada del telegrama que me diga si debo ir a Girona o a la capital, que entre nosotras, prefiero mil veces la capital, he oído que el sol abrasa en Girona por estas fechas y creo que podría darse por bien pagada si consiguiera que instalaran luz eléctrica en su casa -. -Se lo agradecería, y mi hijo también, cuando regrese de la capital claro está -. -Muy bien, mañana mismo escribiré a una amiga, Alicia Alarcón, del Gran Hotel de Cantaloa en Asturias, he estado allí este verano y bueno, sabe de una empresa que trata estos asuntos -. -Conozco el hotel, yo y mi difunto esposo, Salvador Castro pasamos nuestra luna de miel allí-. -Me habría gustado conocerle-. -No lo creo doña Eloísa él...- se vio interrumpida, Mariana entró en la estancia con un bebé en los brazos. -Duquesa, su hijo ya está aseado -le dijo dándole al bebé. -Gracias querida -la duquesa se quedó contemplando a su hijo. - Me dijo que se llamaba, Álvaro ¿no? -preguntó doña Francisca.
-Entonces, ¿me he roto el pie? -preguntó el joven. -No señorito, pero si deberá usar un bastón durante un período de tiempo -contestó el doctor Guerra. -Había una mujer- comenzó el joven, -era joven, bastante agraciada, de cabello y ojos castaños, de rostro serio y mirada penetrante, una muchacha de estatura media, andar firme y movimientos delicados, salió corriendo, ¿sabría quién es? -preguntó. -Pues ese tipo de mujeres abundan en la comarca señorito y... -en ese momento entró el alcalde en el consultorio. -Buenos días doctor Guerra, me presento señor marqués -hizo una reverencia tan exagerada que casi se besa los pies, -soy Pedro Mirañar López Regueria Jaca de Togores y Pérez de Pulgar -dijo casi sin aliento. Miró al joven por primera vez a los ojos y se quedó paralizado. Dolores llegó resoplando al consultorio, -Pedro, que sea la última vez que me dejas atrás, -le dijo a su esposo. -Señor marqués ya conoce a mi marido, Pedro Mirañar y Pérez de Pulgar, yo soy su mujer, Dolores Asenjo de Mirañar, y ¿usted es...? -preguntó la alcaldesa. -Marcos Fernando Juan de todos los Santos Pérez de Barradas y Fernández de Córdoba y Bermúdez de Castro y Díez, nieto del marqués de Peñaflor y heredero del título de duque de Santa Lucía -dijo el joven de una sentada. -Ahhh, Pedro te has quedado blanco eh, bueno don Marcos, ahora mismo le llevamos a casa de doña Francisca Montenegro, la mas acaudalada terrateniente del lugar -dijo con una sonrisa, -Pedro -gritó. -Si Dolores si -contestó con un sobresalto el alcalde, Alberto observaba la escena anonadado.
En la casa de comidas, Raimundo leía un periódico con Emilia, había poca gente en el local y se podían permitir ese descanso. -Un gran sitio el Gran Hotel Emilia, quise llevar a Francisca allí, cuando nos amábamos, pero el cerdo de Castro se adelantó a mi regreso de la capital -dijo Raimundo, que, sin darse cuenta, había empezado a romper el periódico. -Padre no se sulfure, pero a parte de su amor con doña Francisca cuya historia me narró hace 9 años, no sabía que era usted un viajero -le dijo risueña la chica. -Lo fui, en otra época, o en otra vida me atrevería a decir, bueno me voy a la conservera a ver a Sebastián -dijo. -Pero padre... -dijo Emilia, pero Ulloa ya se había marchado, entró entonces Sebastián en el local, -¿y padre? -preguntó. -Se ha ido a la conservera a ver si se puede encontrar con Francisca Montenegro, se le ha olvidado que hoy tu librabas porque tenías que ir a Villalpanda para lo del tipo este que han asesinado, ese tal, -pensó un instante, -Severiano Garcés Flores -dijo Sebastián. -Eso, pues se le ha olvidado de las ganas que tiene de verlas, lo que me gustaría ver la cara de la doña -dijo entre risas.