Foro El secreto de Puente Viejo
La Biblioteca (A - K)
#0
17/08/2011 13:26
EL RINCÓN DE AHA
El destino.
EL RINCÓN DE ÁLEX
El Secreto de Puente Viejo, El Origen.
EL RINCÓN DE ABRIL
El mejor hombre de Puente Viejo.
La chica de la trenza I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII.
EL RINCÓN DE ALFEMI
De siempre y para siempre.
Hace frío I, II.
Pensando en ti.
Yo te elegí a ti.
EL RINCÓN DE ANTOJEP
Bajo la luz de la luna I, II, III, IV.
Como un rayo de sol I, II, III, IV.
La traición I, II.
EL RINCÓN DE ARICIA
Reacción I, II, III, IV.
Emilia, el lobo y el cazador.
El secreto de Alfonso Castañeda.
La mancha de mora I, II, III, IV, V.
Historias que se repiten. 20 años después.
La historia de Ana Castañeda I, II, III, VI, V, Final.
EL RINCÓN DE ARTEMISILLA
Ojalá fuera cierto.
Una historia de dos
EL RINCÓN DE CAROLINA
Mi historia.
EL RINCÓN DE CINDERELLA
Cierra los ojos.
EL RINCÓN DE COLGADA
Cartas, huidas, regalos y el diluvio universal I-XI.
El secreto de Gregoria Casas.
La decisión I,II, III, IV, V.
Curando heridas I,II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII.
una nueva vida I,II, III
EL RINCÓN DE CUQUINA
Lo que me sale de las teclas.
El origen de Tristán Ulloa.
EL RINCÓN DE EIZA
En los ojos de un Castañeda.
Bajando a los infiernos.
¡¿De qué?!
Pensamientos
EL RINCÓN DE FERMARÍA
Noche de bodas. (Descarga directa aquí)
Lo que no se ve.
En el baile.
De valientes y cobardes.
Descubriendo a Alfonso.
¿Por qué no me besaste?
Dejarse llevar.
Amar a Alfonso Castañeda.
Serenidad.
Así.
Quiero.
El corazón de un jornalero (I) (II).
Lo único cierto I, II.
Tiempo.
Sabor a chocolate.
EL RINCÓN DE FRANRAI
Un amor inquebrantable.
Un perfecto malentendido.
Gotas del pasado.
EL RINCÓN DE GESPA
La rutina.
Cada cosa en su sitio.
El baile.
Tomando decisiones.
Volver I, II.
Chismorreo.
Sola.
Tareas.
El desayuno.
Amigas.
Risas.
La manzana.
EL RINCÓN DE INMILLA
Rain Over Me I, II, III.
EL RINCÓN DE JAJIJU
Diálogos que nos encantaría que pasaran.
EL RINCÓN DE KERALA
Amor, lucha y rendición I - VII, VIII, IX, X, XI (I) (II), XII, XIII, XIV, XV, XVI,
XVII, XVIII, XIX, XX (I) (II), XXI, XXII (I) (II).
Borracha de tu amor.
Lo que debió haber sido.
Tu amor es mi droga I, II. (Escena alternativa).
PACA´S TABERN I, II.
Recuerdos.
Dibujando tu cuerpo.
Tu amor es mi condena I, II.
Encuentro en la posada. Historia alternativa
Tu amor es mi condena I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI
#601
14/09/2011 18:17
Sigo con el desenlace de mi historia, que hoy ni ganas tengo de ver el capítulo.
En cuanto al problema de espacio en la cabecera, si sirve de algo podeis retirar mis fics, que a mí no me importa.
-El desenlace- (parte 2)
Uno de los hermanos Castañeda había escuchado la conversación y sentía como su corazón se resquebrajaba. No podía quedarse allí, no quería que nadie pudiese ver su dolor. Así que dio media vueltar sobre sus pasos y retornó al pueblo. Ya regresaría más tarde, cuando nadie pudiese adivinar que los celos le comían las entrañas.
El resto de la tarde transcurrió lentamente. Rosario y Mariana acabaron las faenas de casa. Belén regresó al cabo de una hora , ya más tranquila., dispuesta para terminar con los preparativos de las clases del día siguiente, cosa que hizo unos minutos antes de la hora de la cena, justo cuando Alfonso y Juan llegaban con hambre. La maestra aprovechó que estaban casi todos para contarles la oferta que había recibido de Galicia. Nínguno de los muchachos supo que decir.
Cuando Ramiro regresó de la taberna se encontró a sus hermanos sentados en la mesa de la cocina. Su madre, que solía acostarse pronto, ya estaba durmiendo. Tambien Belén se había ido a la cama, con la excusa de que le dolía la cabeza. Mariana, Juan y Alfonso parecían estar contrariados.
-¿A que vienen esas caras de funeral? ¿Es que ha ocurrido algo?-preguntó preocupado.
-¡Bajal la voz!, que madre y Belen están durmiendo-rechistó malhumorado Alfonso.
-Está bien, no te pongas así. Pero me podríais contar que está pasando, que no creo que esas caras largas se deban a que os ha sentado mal la cena-ironizó.
-Anda siéntate-le instó Juan-que parece que no te enteras de nada.
-¿De que me tendría que enterar?.
Fue Mariana la encargada de explicar lo sucedido. Con voz baja y triste le refirió que su prima estaba pensando en retornar a Galicia, pues tenía una oferta para trabajar en un colegio de Lugo, muy cerca de la casa de su padre. No se atrevió a confesar que había más razones para que quisera abandonar Puente Viejo.Ramiro permaneció en silencio.
-¿No dices nada?-le increpó Juan. Parece que te igual que se vaya. Nunca te ha caído bien, ¿verdad?
-No digas tonterías-se defendió el muchacho-.Pero es lógico que quiera volver a su tierra, que ya estará cansada de andar recorriendo el mundo, un año en un pueblo y al siguiente en otro distinto.
-Visto así, Ramiro tiene razón-musitó Alfonso.-Hay que ver, el pequeñín siempre pensando con la cabeza. Siempre manteniendo la calma….
Ninguno dija nada más. Era hora de irse a descansar porque tenían por delante un duro día de trabajo.Mariana trató de no hacer ruído al entrar en la habitación que compartía con su prima, que parecía estar durmiendo tranquilamente. Los tres muchachos se retiraron a su cuarto.
Las horas pasaban sin que Ramiro pudiera conciliar el sueño. Oía la respiración agitada de Juan, que parecía estar tenieno una pesadilla.Alfonso permanecía tumbado de lado, inmóvil. Desde que Severiano había sido encarcelado parecía que volvía a dormir tranquilo. Fuera, se oían los ruídos típicos del campo: el canto de los grillos, alguna rana que croaba cerca del río, el ulular de las lechuzas. Todo era calma, menos en su interior. Si seguía dando vueltas en el camastro corría el riesgo de que alguno de sus hermanos se despertara. Y no tenía ganas de dar explicaciones. Así que se levantó despacio, procurando no hacer ruído. Se puso una vieja chaqueta encima y salió al patio trasero. Necesitaba aire, porque sentía que se estaba ahogando. Se sentó en el pequeño banco con los codos apoyados en las rodillas y las manos sujetando la cabeza.. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que Alfonso lo había seguido, hasta que sintió su mano en el hombro.
-¿No puedes dormir?-le preguntó.
-No. Creo que no me sentó bien la cena en la posada.-trató de excusarse Ramiro.
-Ya, y voy yo y me lo creo. ¿A quien quieres engañar?
-No se de que me hablas.-murmulló de un modo casi inaudible.
-Venga hombre, que soy tu hermano mayor y te conozco. Nunca te he visto así. ¿Cuándo te ha quitado a ti el sueño algo?
-Alguna vez tendría que ser la primera-replicó minetras Alfonso se sentaba a su lado y con una mano le acariciaba el pelo.
-Anda zagal, cuentame que es lo que atormenta esa cabecita. Tú siempre has escuchado mis cuitas y mis lamentos. Me has aconsejado, has aguantodo mis enfados sin reproches. Y yo nunca te lo he agradecido.
-No tienes nada que agradecerme, Alfonso. Para eso están los hermanos.
-Pues aplícate el cuento. Puedes confiar en mí-calló unos segundos, pensando en como abordar el tema.- Crees que no me he dado cuenta que estás sufriendo por Belén.
-No sé de que me hablas-trató de defenderse Ramiro.
-Pues de que estás loco por esa muchacha. ¿Crees que no veo como la miras cuando piensas que nadie te ve?. Por no hablar del día en que el malnacido de Severiano la atacó. Tú….-Alfonso ya no pudo continuar al ver el temblor que se estaba apoderando de su hermano pequeño- Ven aquí-le susurró mientras lo abrazaba con fuerza. Le partía el alma verlo sufrir de aquel modo, sobre todo porque él comprendía perfectamente su dolor.
-Tienes que decirle lo que sientes-trató de aconsejarlo-No cometas el mismo error que yo cometí.
-¿Y si me rechaza?
Alfonso no pudo reprimir una sonrisa burlona, ni la tentación de mofarse cariñosamente de su hermano.
-Nunca pensé que vería a Ramiro Castañeda amedrentado ante algo-le dijo mientras le soltaba una cariños colleja. ¿No eras tú el que me decía que tenía que ir con la verdad por delante?
-No te burles, caradura-se quejó, aunque esbozando una tímida sonrisa..
En cuanto al problema de espacio en la cabecera, si sirve de algo podeis retirar mis fics, que a mí no me importa.
-El desenlace- (parte 2)
Uno de los hermanos Castañeda había escuchado la conversación y sentía como su corazón se resquebrajaba. No podía quedarse allí, no quería que nadie pudiese ver su dolor. Así que dio media vueltar sobre sus pasos y retornó al pueblo. Ya regresaría más tarde, cuando nadie pudiese adivinar que los celos le comían las entrañas.
El resto de la tarde transcurrió lentamente. Rosario y Mariana acabaron las faenas de casa. Belén regresó al cabo de una hora , ya más tranquila., dispuesta para terminar con los preparativos de las clases del día siguiente, cosa que hizo unos minutos antes de la hora de la cena, justo cuando Alfonso y Juan llegaban con hambre. La maestra aprovechó que estaban casi todos para contarles la oferta que había recibido de Galicia. Nínguno de los muchachos supo que decir.
Cuando Ramiro regresó de la taberna se encontró a sus hermanos sentados en la mesa de la cocina. Su madre, que solía acostarse pronto, ya estaba durmiendo. Tambien Belén se había ido a la cama, con la excusa de que le dolía la cabeza. Mariana, Juan y Alfonso parecían estar contrariados.
-¿A que vienen esas caras de funeral? ¿Es que ha ocurrido algo?-preguntó preocupado.
-¡Bajal la voz!, que madre y Belen están durmiendo-rechistó malhumorado Alfonso.
-Está bien, no te pongas así. Pero me podríais contar que está pasando, que no creo que esas caras largas se deban a que os ha sentado mal la cena-ironizó.
-Anda siéntate-le instó Juan-que parece que no te enteras de nada.
-¿De que me tendría que enterar?.
Fue Mariana la encargada de explicar lo sucedido. Con voz baja y triste le refirió que su prima estaba pensando en retornar a Galicia, pues tenía una oferta para trabajar en un colegio de Lugo, muy cerca de la casa de su padre. No se atrevió a confesar que había más razones para que quisera abandonar Puente Viejo.Ramiro permaneció en silencio.
-¿No dices nada?-le increpó Juan. Parece que te igual que se vaya. Nunca te ha caído bien, ¿verdad?
-No digas tonterías-se defendió el muchacho-.Pero es lógico que quiera volver a su tierra, que ya estará cansada de andar recorriendo el mundo, un año en un pueblo y al siguiente en otro distinto.
-Visto así, Ramiro tiene razón-musitó Alfonso.-Hay que ver, el pequeñín siempre pensando con la cabeza. Siempre manteniendo la calma….
Ninguno dija nada más. Era hora de irse a descansar porque tenían por delante un duro día de trabajo.Mariana trató de no hacer ruído al entrar en la habitación que compartía con su prima, que parecía estar durmiendo tranquilamente. Los tres muchachos se retiraron a su cuarto.
Las horas pasaban sin que Ramiro pudiera conciliar el sueño. Oía la respiración agitada de Juan, que parecía estar tenieno una pesadilla.Alfonso permanecía tumbado de lado, inmóvil. Desde que Severiano había sido encarcelado parecía que volvía a dormir tranquilo. Fuera, se oían los ruídos típicos del campo: el canto de los grillos, alguna rana que croaba cerca del río, el ulular de las lechuzas. Todo era calma, menos en su interior. Si seguía dando vueltas en el camastro corría el riesgo de que alguno de sus hermanos se despertara. Y no tenía ganas de dar explicaciones. Así que se levantó despacio, procurando no hacer ruído. Se puso una vieja chaqueta encima y salió al patio trasero. Necesitaba aire, porque sentía que se estaba ahogando. Se sentó en el pequeño banco con los codos apoyados en las rodillas y las manos sujetando la cabeza.. Estaba tan absorto en sus pensamientos que no se dio cuenta que Alfonso lo había seguido, hasta que sintió su mano en el hombro.
-¿No puedes dormir?-le preguntó.
-No. Creo que no me sentó bien la cena en la posada.-trató de excusarse Ramiro.
-Ya, y voy yo y me lo creo. ¿A quien quieres engañar?
-No se de que me hablas.-murmulló de un modo casi inaudible.
-Venga hombre, que soy tu hermano mayor y te conozco. Nunca te he visto así. ¿Cuándo te ha quitado a ti el sueño algo?
-Alguna vez tendría que ser la primera-replicó minetras Alfonso se sentaba a su lado y con una mano le acariciaba el pelo.
-Anda zagal, cuentame que es lo que atormenta esa cabecita. Tú siempre has escuchado mis cuitas y mis lamentos. Me has aconsejado, has aguantodo mis enfados sin reproches. Y yo nunca te lo he agradecido.
-No tienes nada que agradecerme, Alfonso. Para eso están los hermanos.
-Pues aplícate el cuento. Puedes confiar en mí-calló unos segundos, pensando en como abordar el tema.- Crees que no me he dado cuenta que estás sufriendo por Belén.
-No sé de que me hablas-trató de defenderse Ramiro.
-Pues de que estás loco por esa muchacha. ¿Crees que no veo como la miras cuando piensas que nadie te ve?. Por no hablar del día en que el malnacido de Severiano la atacó. Tú….-Alfonso ya no pudo continuar al ver el temblor que se estaba apoderando de su hermano pequeño- Ven aquí-le susurró mientras lo abrazaba con fuerza. Le partía el alma verlo sufrir de aquel modo, sobre todo porque él comprendía perfectamente su dolor.
-Tienes que decirle lo que sientes-trató de aconsejarlo-No cometas el mismo error que yo cometí.
-¿Y si me rechaza?
Alfonso no pudo reprimir una sonrisa burlona, ni la tentación de mofarse cariñosamente de su hermano.
-Nunca pensé que vería a Ramiro Castañeda amedrentado ante algo-le dijo mientras le soltaba una cariños colleja. ¿No eras tú el que me decía que tenía que ir con la verdad por delante?
-No te burles, caradura-se quejó, aunque esbozando una tímida sonrisa..
#602
14/09/2011 18:24
Otra idea es ir editando los mensajes en que hayas escrito para ir añadiendo los nuevos banners o crear otro hilo biblioteca 2 donde solo se pongan los enlaces de las nuevas creaciones que vayan subiendo, Y en esta se pueden seguir dejando los textos tan maravillosos que creáis de las escenas
#603
14/09/2011 18:42
hombre puede ser lo mas factible y lo que menos trabajo genere (que se agradeceria que fuera asi pa que nos vamos a engañar) se puede poner LA BIBLIOTECA DE LA A-K Y DE LA L-Z por poner un ejemplo, lo unico k habria k conseguir k nos anclaran la otra tambien pero vamos yo creo k es lo mas facil ¿que opinas mari?
#604
14/09/2011 21:38
La última parte de VERDADERO AMOR
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/453/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/453/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#605
14/09/2011 23:52
Como factible y fácil, me parece la creación de un segundo hilo la mejor idea. Ahora habría que ver si los moderadores están dispuestos y si a la gente del foro le parece bien.
La solución de eliminar fanfics no me pasa por la mente, Pepa, ni mucho menos!
La solución de eliminar fanfics no me pasa por la mente, Pepa, ni mucho menos!
#606
15/09/2011 00:10
Mi historia paralela está llegando al final. Es tiempo de despedidas.......
-LA DESPEDIDA-
Nada extraordinario pasó en Puente Viejo durante las dos semanas siguientes, lo que no dejaba de ser noticia en aquel pueblo acostumbrado a ir de sobresalto en sobresalto. El tiempo pasaba demasiado rápido para Belén, que apuraba los últimos días antes de viajar a Galicia, donde pasaría el verano y aprovecharía para analizar la oferta de trabajo del colegio de Lugo, antes de tomar una determinación definitiva. Así que el día que tanto temía había llegado. Tenía que coger la diligencia de La Puebla a las once y media. Pero como tanto su tía como sus primos tenían que acudir a la faena bien temprano, nadie de su familia podía acompañarla a esa hora y tuvieron que anticipar la despedida unas cuantas horas. Allí estaban de pie su tía Rosario, Juan y Alfonso, cariacontecidos y Mariana sorbiéndose las lágrimas.Belén trató de consolar a su prima.
-Pero no llores, criatura, que no se ha muerto nadie. Prometo escribirte todas las semanas y espero que tú hagas lo mismo, que quiero que me sigas contando tus secretillos-le dijo mientras le daba un cariñoso golpecito en el mentón.
A continuación le tocó el turno a Rosario, que cogió entre sus manos la el rostro de su sobrina.
-Hija, ya sabes que aquí tienes tu casa y tu familia-le dijo con su dulzura habitual
-Lo sé, tía. Muchas gracias por todo-logró decir antes de que la emoción quebrase su voz mientras se abrazaba a aquella mujer que la había tratado como a una hija más.
Juan sacó algo del bolsillo de su pantalón. Extendió su mano hacia Belén con lo que parecía un papel doblado.
-Toma, esto es para ti.
La maestra desplegó el papel y se topó con un dibujo en el que se distinguía la casa que había sido su hogar durante los últimos meses y los rostros de quienes se había convertido en su familia. En la esquina su primo había escrito una frase: “Para que siempre nos recuerdes”. Belén emocionado se abrazó a él.
-Prometeme que nunca dejarás de pintar-le pidió mientras le besaba en la frente.
Alfonso apretaba nervioso su gorra entre las manos. Tal era la fuerza de la presión que sus nudillos estaban blancos. Quería decirle tantas cosas, pero una vez más la emoción atenazaba su garganta. Aunque entre ellos dos no eran necesarias las palabras. Se miraron a los ojos y quedó todo dicho. El muchacho la abrazó con tanta desesperación que le hizo daño, pero Belén no se quejó y le susurró al oído “No te rindas”.
Rosario preguntó donde se había metido Ramiro y Alfonso tuvo que mentir diciendo que su hermano tenía recados que hacer para Mauricio y había salido antes del amanecer, pero que si le daba tiempo se acercaría por la plaza para despedirse de su prima.
Al cabo de unos minutos llegó Sebastián, que se había ofrecido a llevarle el equipaje hasta la casa de comidas antes de partir a su trabajo en la conservera. Belén esperaría en la posada hasta la hora de salida de la diligencia y así podía aprovechar para despedirse tambien de los Ulloa. Departió un buen rato con Sebastián, Raimundo y don Anselmo, que había acudido a despedirla. El tiempo pasó volando y cuando se dieron cuenta la campana de la iglesia anunció que eran las once, momento de despedirse.
Don Anselmo le dio un cariñoso abrazo y le deseó un buen viaje. Belén se acercó a Sebastián y se atrevió a decirle algo que llevaba mucho tiempo pensando.
-Sabes, tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida. Pero es una lástima que siempre esten tristes-logró espetarle ante el asomo de los presentes. Sebastián la abrazó con cariño mientras le decía que echaría mucho de menos sus conversaciones.
Tambien Emilia había salido de la cocina para despedirse. La maestra se sintió algo cohibida porque seguía pensando que tal vez las cosas hubieran sido distintas si se hubiese atrevido a hablar antes.
-Emilia….yo siento no haber….-balbuceó
-Calla tonta-le respondió mientras le cogía ambas manos entre las suyas.-Tú no tienes porque pedirme disculpas. Además, Pepa ya me contó todo ocurrido. Soy yo la que siente todo lo que has tenido que pasar.
Ambas muchachas se abrazaron con cariño y Belén aprovechó para decirle al oído “estoy segura que vas a ser muy feliz”.Emilia la miró un tanto sorprendida.
Ya solo le quedaba el patriarca de los Ulloa. Una de las cosas que más iba a echar de menos de su estancia en Puente Viejo eran las tertulias literarias con aquel hombre tan encantador.
-Raimundo, no sabe usted como le voy a echar de menos-le dijo mientras le besaba en la mejilla.
-Y yo a ti, muchacha. Ha sido un placer poder hablar de literatura contigo. Bueno, de literatura y de otras cosas, sobre todo cuando me ayudabas a llevarle la cotraria a don Anselmo-bromeó el tabernero.-Ah, casi se me olvidaba, esto es para ti-prosiguió mientras le mostraba un paquete envuelto en papel de regalo.
-A ver que lo adivine…¿es un libro? preguntó socarronamente Belén-.Pero no tenía porque molestarse.
-No te engañes muchacha, que este presente no es mío-se disculpó Raimundo.- Creo que la costumbre de ir dejando por ahí regalos sin dar la cara es cosa de tu familia…….
La muchacha rasgó el envoltorio. Dentro había un ejemplar de “Jane Eyre”, uno de sus libros favoritos. Pero, ¿quién era el autor del ragalo? Pronto encontró la respuesta. Entre las páginas de la novela halló un sobre. Sólo dos palabras “Para Eiza”
¿Qué dirá esa carta?.......Mañana más.....o tal vez no, que casi es mejor que deje a vuestra imaginación el final.
-LA DESPEDIDA-
Nada extraordinario pasó en Puente Viejo durante las dos semanas siguientes, lo que no dejaba de ser noticia en aquel pueblo acostumbrado a ir de sobresalto en sobresalto. El tiempo pasaba demasiado rápido para Belén, que apuraba los últimos días antes de viajar a Galicia, donde pasaría el verano y aprovecharía para analizar la oferta de trabajo del colegio de Lugo, antes de tomar una determinación definitiva. Así que el día que tanto temía había llegado. Tenía que coger la diligencia de La Puebla a las once y media. Pero como tanto su tía como sus primos tenían que acudir a la faena bien temprano, nadie de su familia podía acompañarla a esa hora y tuvieron que anticipar la despedida unas cuantas horas. Allí estaban de pie su tía Rosario, Juan y Alfonso, cariacontecidos y Mariana sorbiéndose las lágrimas.Belén trató de consolar a su prima.
-Pero no llores, criatura, que no se ha muerto nadie. Prometo escribirte todas las semanas y espero que tú hagas lo mismo, que quiero que me sigas contando tus secretillos-le dijo mientras le daba un cariñoso golpecito en el mentón.
A continuación le tocó el turno a Rosario, que cogió entre sus manos la el rostro de su sobrina.
-Hija, ya sabes que aquí tienes tu casa y tu familia-le dijo con su dulzura habitual
-Lo sé, tía. Muchas gracias por todo-logró decir antes de que la emoción quebrase su voz mientras se abrazaba a aquella mujer que la había tratado como a una hija más.
Juan sacó algo del bolsillo de su pantalón. Extendió su mano hacia Belén con lo que parecía un papel doblado.
-Toma, esto es para ti.
La maestra desplegó el papel y se topó con un dibujo en el que se distinguía la casa que había sido su hogar durante los últimos meses y los rostros de quienes se había convertido en su familia. En la esquina su primo había escrito una frase: “Para que siempre nos recuerdes”. Belén emocionado se abrazó a él.
-Prometeme que nunca dejarás de pintar-le pidió mientras le besaba en la frente.
Alfonso apretaba nervioso su gorra entre las manos. Tal era la fuerza de la presión que sus nudillos estaban blancos. Quería decirle tantas cosas, pero una vez más la emoción atenazaba su garganta. Aunque entre ellos dos no eran necesarias las palabras. Se miraron a los ojos y quedó todo dicho. El muchacho la abrazó con tanta desesperación que le hizo daño, pero Belén no se quejó y le susurró al oído “No te rindas”.
Rosario preguntó donde se había metido Ramiro y Alfonso tuvo que mentir diciendo que su hermano tenía recados que hacer para Mauricio y había salido antes del amanecer, pero que si le daba tiempo se acercaría por la plaza para despedirse de su prima.
Al cabo de unos minutos llegó Sebastián, que se había ofrecido a llevarle el equipaje hasta la casa de comidas antes de partir a su trabajo en la conservera. Belén esperaría en la posada hasta la hora de salida de la diligencia y así podía aprovechar para despedirse tambien de los Ulloa. Departió un buen rato con Sebastián, Raimundo y don Anselmo, que había acudido a despedirla. El tiempo pasó volando y cuando se dieron cuenta la campana de la iglesia anunció que eran las once, momento de despedirse.
Don Anselmo le dio un cariñoso abrazo y le deseó un buen viaje. Belén se acercó a Sebastián y se atrevió a decirle algo que llevaba mucho tiempo pensando.
-Sabes, tienes los ojos más bonitos que he visto en mi vida. Pero es una lástima que siempre esten tristes-logró espetarle ante el asomo de los presentes. Sebastián la abrazó con cariño mientras le decía que echaría mucho de menos sus conversaciones.
Tambien Emilia había salido de la cocina para despedirse. La maestra se sintió algo cohibida porque seguía pensando que tal vez las cosas hubieran sido distintas si se hubiese atrevido a hablar antes.
-Emilia….yo siento no haber….-balbuceó
-Calla tonta-le respondió mientras le cogía ambas manos entre las suyas.-Tú no tienes porque pedirme disculpas. Además, Pepa ya me contó todo ocurrido. Soy yo la que siente todo lo que has tenido que pasar.
Ambas muchachas se abrazaron con cariño y Belén aprovechó para decirle al oído “estoy segura que vas a ser muy feliz”.Emilia la miró un tanto sorprendida.
Ya solo le quedaba el patriarca de los Ulloa. Una de las cosas que más iba a echar de menos de su estancia en Puente Viejo eran las tertulias literarias con aquel hombre tan encantador.
-Raimundo, no sabe usted como le voy a echar de menos-le dijo mientras le besaba en la mejilla.
-Y yo a ti, muchacha. Ha sido un placer poder hablar de literatura contigo. Bueno, de literatura y de otras cosas, sobre todo cuando me ayudabas a llevarle la cotraria a don Anselmo-bromeó el tabernero.-Ah, casi se me olvidaba, esto es para ti-prosiguió mientras le mostraba un paquete envuelto en papel de regalo.
-A ver que lo adivine…¿es un libro? preguntó socarronamente Belén-.Pero no tenía porque molestarse.
-No te engañes muchacha, que este presente no es mío-se disculpó Raimundo.- Creo que la costumbre de ir dejando por ahí regalos sin dar la cara es cosa de tu familia…….
La muchacha rasgó el envoltorio. Dentro había un ejemplar de “Jane Eyre”, uno de sus libros favoritos. Pero, ¿quién era el autor del ragalo? Pronto encontró la respuesta. Entre las páginas de la novela halló un sobre. Sólo dos palabras “Para Eiza”
¿Qué dirá esa carta?.......Mañana más.....o tal vez no, que casi es mejor que deje a vuestra imaginación el final.
#607
15/09/2011 01:30
Mari pues esperemos un poco a ver que le parece a la gente, sobretodolos que suben fics pero cuanto mas esperemos mas se nos acumula el trabajo a nosotras, porque no van a parar de subir fics mientras tanto, asi que a ver si en poco tiempo se toma una decision y nos ponemos, creo que no hace falta que para lo que sea aqui me tienes no?? sea via privi, sea via face, via twitter o hasta si quieres te doy mi telefono y nos güaseamos!!
Pepa mi siamesa,me encanta, pero escribelooooo que es mi carta a medias con mi gemeliña belen y quiero leerlaaaaaaa de tu boca!!!!
Pepa mi siamesa,me encanta, pero escribelooooo que es mi carta a medias con mi gemeliña belen y quiero leerlaaaaaaa de tu boca!!!!
#608
15/09/2011 12:54
Anoche subi un trocito mas de "En los ojos de un Castañeda" a partir del comentario #16
#609
15/09/2011 17:04
Lapuebla, me encantaaaaa!!! no nos dejes así!!!!!
#610
16/09/2011 13:26
Escena alternativa que escribí sobre el momento en que Raimundo salva a Francisca de Virtudes,visto desde los ojos de Francisca.Y rematado con lo que en realidad,debía haber pasado.Espero que os guste ;)
""LO QUE DEBIÓ HABER SIDO..."
Estoy aterrada.Y a la vez, otro sentimiento empieza a tomar forma ante mi.No tengo palabras para explicarlo,y solo puedo mirarte.Mirarte como siempre lo he hecho,poniendo mi corazón al servicio de mis ojos.Acabas de matar a esa mujer por…salvarme la vida.No reaccionas.Te sientas en una de las sillas de la biblioteca sin saber qué hacer,sin saber qué decir.Solo eres capaz de mirarte las manos ensangrentadas.Y de repente,pones tus ojos en mi.El corazón me explota en el pecho.Siempre fuimos capaces de decirnos todo con una simple mirada…
Sufres y yo sufro contigo,pues no se qué palabras decir para aliviar tu pena. Me acerco y me arrodillo a tu lado con el único deseo de tocarte,de besarte…pero no me atrevo.No quiero volver a sentirme rechazada por ti.Abandonada.No sería capaz de soportarlo de nuevo.Si tan solo tu sintieras lo mismo…
-Raimundo…- susurro junto a ti mientras te toco levemente el brazo con mi mano,aguantándome las ganas de correr hacia ti como antes...Y vuelves a mirarme a los ojos,y yo vuelvo a sentir tu pena.Y no se cómo consolarte.
Soledad.Ella me llama y noto la preocupación en su voz.Pero yo no quiero separarme de tu lado. Ella insiste. –Enseguida voy,hija- le respondo para calmar su temor.Y me vuelvo otra vez hacía ti. –Raimundo…-
De nuevo me hablas con tu mirada.Y yo deseo con todas mis fuerzas leer lo que dicen tus ojos.Y por un instante,creo que logro llegar a ti…Pero te levantas y otra vez vuelvo a sentirte tan lejos…aunque nuestros cuerpos casi puedan tocarse.Dejas la pistola encima de la mesa como si su simple contacto te quemara las manos…
-Gracias Raimundo…- es lo que sale por mi boca pero no es lo que está gritando mi corazón. Me dices que no tengo porqué agradecerte,que solo has evitado un crimen
Un crimen.Las palabras resuenan en mi cabeza.Soy consciente de que podía haber muerto,pero tú me has salvado.Me has vuelto a dar la vida…igual que cuando te conocí.Igual que cuando te empecé a amar
-Si,pero ha sido el mio-. Cómo desearía que gritaras que lo has hecho porque me amas.Porque a pesar de todo el dolor y el sufrimiento,aún sigo siendo tu pequeña. –Me has salvado la vida y eso nunca podré olvidarlo- Como jamás he podido olvidarte a ti…pero de nuevo mis labios ocultan lo que mi corazón grita.
Tú tampoco vas a olvidarlo.Lo se.El cruel destino quiso que Sebastián amara a esa mujer que ahora ha muerto a tus manos.Y sientes que vas a perder a tu hijo.Y yo de nuevo,intento consolar tu alma. Pero fallo en el intento. Solo ves que la has matado.No ves que a mi,me has salvado.Y de repente,mi corazón se impone por un instante a la razón
-En estos duros momentos es cuando un hombre demuestra lo que está dispuesto a hacer por alguien a quien…a quien aprecia- tengo miedo de poner palabras a este sentimiento.Tengo miedo de que todo sea un espejismo y tu no sientas lo mismo. Agachas la cabeza,pero aún así no puedo callar –Me has protegido arriesgando tu propia vida Raimundo.Dios ha querido que elijas y no lo has dudado ni un instante- tus ojos me miran intensamente,queriéndome dar unas respuestas que yo no consigo ver.Y yo me digo a mi misma: No sigas corazón mio…no sigas hablando…pero no se da a razones y prosigue –porque has querido…que viva yo- agachas de nuevo la mirada,queriéndome ocultar lo que sientes. Y yo sigo tan ciega en mi orgullo,que soy incapaz de verlo.
-Si hubiera sido al contrario,yo tampoco habría dudado- Daría mi vida por ti amor mio.Y me dices que quisieras creerme.El corazón me sangra.Porque sabe que te he dado motivos para que pienses así.Pero a pesar de ello,no se resigna,y como si tuviera vida propia,me lleva a ti.Agarro tus manos en un impulso que ya no logro dominar.Son tantas las ganas que tengo de tocar tu piel… -Creeme Raimundo- Te lo suplico amor,creeme…
-Cuán distinto hubiera sido todo si tu…nosotros…- me duele recordar. Ojalá el destino no hubiera sido tan cruel. Mi miras y me dices que lo hubieras dado todo por mi. Mi alma lucha por salir de mi cuerpo y llegar de nuevo a ti.Porque yo,también lo hubiera dado todo por ti.Pero lo que mas me aterra y a la vez me da esperanza,es que aún ahora,lo seguiría dando todo por ti.
-¿Por qué?, ¿por qué las cosas no fueron de otra manera…?-
No controlo ya mi cuerpo.Y lo que me resulta más desconcertante: ya no quiero seguir controlándolo más. Mi mano se eleva hacía ti, necesita de tu contacto.Vuelvo a sentir el calor de tu piel en mi piel. Cierro los ojos,mientras las lágrimas me brotan desde lo más profundo de mi ser.Y ya no me importa que tu las veas.Necesito que sepas que sigues siendo el dueño de mis días y de mis noches. Que sigues siendo el dueño de mi corazón.Abro los ojos lentamente,para encontrarme reflejada en los tuyos. Lloras.Pero tus lágrimas no me impiden ver tu corazón. Tú…me amas.
Sonreimos al descubrirnos juntos de nuevo.Como ha sido siempre…Nuestros labios se unen como dos imanes.Tu boca explora la mía recordando.Saboreando cada rincón.Me aferro a ti intentando llegar a lo más profundo de tu ser,queriendo absorver tu alma,al mismo tiempo que yo te estoy entregando la mia.El tiempo se detiene para nosotros dos.No existe nada ni nadie en este momento,en esta habitación.Te separas de mi un instante y siento que ya noto tu ausencia.Me desnudas lentamente. Yo no soy tan paciente y te rompo la camisa.Sonries y yo me derrito.Atacas de nuevo mi boca mientras tus manos recorren cada centímetro de mi cuerpo,yo no puedo dejar de acariciarte.Nos reconocemos el uno el otro.Como si nunca hubiéramos estado separados.
Te introduces en mi suavemente y yo solo puedo gritar de felicidad por volver a sentirte mio.Por volver a sentir que de nuevo somos un solo corazón.La pasión nos ciega,nos consume,nos abrasa.¡Qué muerte tan deliciosa! Me susurras palabras de amor mientras nuestros cuerpos se mueven al compás de la pasión.Y al fin,nos fundimos y siento que toco de nuevo las estrellas con la punta de los dedos.Pero de nuevo bajamos a la tierra.Y me abrazo a ti, queriendo evitar que el destino,nos vuelva a separar.
""LO QUE DEBIÓ HABER SIDO..."
Estoy aterrada.Y a la vez, otro sentimiento empieza a tomar forma ante mi.No tengo palabras para explicarlo,y solo puedo mirarte.Mirarte como siempre lo he hecho,poniendo mi corazón al servicio de mis ojos.Acabas de matar a esa mujer por…salvarme la vida.No reaccionas.Te sientas en una de las sillas de la biblioteca sin saber qué hacer,sin saber qué decir.Solo eres capaz de mirarte las manos ensangrentadas.Y de repente,pones tus ojos en mi.El corazón me explota en el pecho.Siempre fuimos capaces de decirnos todo con una simple mirada…
Sufres y yo sufro contigo,pues no se qué palabras decir para aliviar tu pena. Me acerco y me arrodillo a tu lado con el único deseo de tocarte,de besarte…pero no me atrevo.No quiero volver a sentirme rechazada por ti.Abandonada.No sería capaz de soportarlo de nuevo.Si tan solo tu sintieras lo mismo…
-Raimundo…- susurro junto a ti mientras te toco levemente el brazo con mi mano,aguantándome las ganas de correr hacia ti como antes...Y vuelves a mirarme a los ojos,y yo vuelvo a sentir tu pena.Y no se cómo consolarte.
Soledad.Ella me llama y noto la preocupación en su voz.Pero yo no quiero separarme de tu lado. Ella insiste. –Enseguida voy,hija- le respondo para calmar su temor.Y me vuelvo otra vez hacía ti. –Raimundo…-
De nuevo me hablas con tu mirada.Y yo deseo con todas mis fuerzas leer lo que dicen tus ojos.Y por un instante,creo que logro llegar a ti…Pero te levantas y otra vez vuelvo a sentirte tan lejos…aunque nuestros cuerpos casi puedan tocarse.Dejas la pistola encima de la mesa como si su simple contacto te quemara las manos…
-Gracias Raimundo…- es lo que sale por mi boca pero no es lo que está gritando mi corazón. Me dices que no tengo porqué agradecerte,que solo has evitado un crimen
Un crimen.Las palabras resuenan en mi cabeza.Soy consciente de que podía haber muerto,pero tú me has salvado.Me has vuelto a dar la vida…igual que cuando te conocí.Igual que cuando te empecé a amar
-Si,pero ha sido el mio-. Cómo desearía que gritaras que lo has hecho porque me amas.Porque a pesar de todo el dolor y el sufrimiento,aún sigo siendo tu pequeña. –Me has salvado la vida y eso nunca podré olvidarlo- Como jamás he podido olvidarte a ti…pero de nuevo mis labios ocultan lo que mi corazón grita.
Tú tampoco vas a olvidarlo.Lo se.El cruel destino quiso que Sebastián amara a esa mujer que ahora ha muerto a tus manos.Y sientes que vas a perder a tu hijo.Y yo de nuevo,intento consolar tu alma. Pero fallo en el intento. Solo ves que la has matado.No ves que a mi,me has salvado.Y de repente,mi corazón se impone por un instante a la razón
-En estos duros momentos es cuando un hombre demuestra lo que está dispuesto a hacer por alguien a quien…a quien aprecia- tengo miedo de poner palabras a este sentimiento.Tengo miedo de que todo sea un espejismo y tu no sientas lo mismo. Agachas la cabeza,pero aún así no puedo callar –Me has protegido arriesgando tu propia vida Raimundo.Dios ha querido que elijas y no lo has dudado ni un instante- tus ojos me miran intensamente,queriéndome dar unas respuestas que yo no consigo ver.Y yo me digo a mi misma: No sigas corazón mio…no sigas hablando…pero no se da a razones y prosigue –porque has querido…que viva yo- agachas de nuevo la mirada,queriéndome ocultar lo que sientes. Y yo sigo tan ciega en mi orgullo,que soy incapaz de verlo.
-Si hubiera sido al contrario,yo tampoco habría dudado- Daría mi vida por ti amor mio.Y me dices que quisieras creerme.El corazón me sangra.Porque sabe que te he dado motivos para que pienses así.Pero a pesar de ello,no se resigna,y como si tuviera vida propia,me lleva a ti.Agarro tus manos en un impulso que ya no logro dominar.Son tantas las ganas que tengo de tocar tu piel… -Creeme Raimundo- Te lo suplico amor,creeme…
-Cuán distinto hubiera sido todo si tu…nosotros…- me duele recordar. Ojalá el destino no hubiera sido tan cruel. Mi miras y me dices que lo hubieras dado todo por mi. Mi alma lucha por salir de mi cuerpo y llegar de nuevo a ti.Porque yo,también lo hubiera dado todo por ti.Pero lo que mas me aterra y a la vez me da esperanza,es que aún ahora,lo seguiría dando todo por ti.
-¿Por qué?, ¿por qué las cosas no fueron de otra manera…?-
No controlo ya mi cuerpo.Y lo que me resulta más desconcertante: ya no quiero seguir controlándolo más. Mi mano se eleva hacía ti, necesita de tu contacto.Vuelvo a sentir el calor de tu piel en mi piel. Cierro los ojos,mientras las lágrimas me brotan desde lo más profundo de mi ser.Y ya no me importa que tu las veas.Necesito que sepas que sigues siendo el dueño de mis días y de mis noches. Que sigues siendo el dueño de mi corazón.Abro los ojos lentamente,para encontrarme reflejada en los tuyos. Lloras.Pero tus lágrimas no me impiden ver tu corazón. Tú…me amas.
Sonreimos al descubrirnos juntos de nuevo.Como ha sido siempre…Nuestros labios se unen como dos imanes.Tu boca explora la mía recordando.Saboreando cada rincón.Me aferro a ti intentando llegar a lo más profundo de tu ser,queriendo absorver tu alma,al mismo tiempo que yo te estoy entregando la mia.El tiempo se detiene para nosotros dos.No existe nada ni nadie en este momento,en esta habitación.Te separas de mi un instante y siento que ya noto tu ausencia.Me desnudas lentamente. Yo no soy tan paciente y te rompo la camisa.Sonries y yo me derrito.Atacas de nuevo mi boca mientras tus manos recorren cada centímetro de mi cuerpo,yo no puedo dejar de acariciarte.Nos reconocemos el uno el otro.Como si nunca hubiéramos estado separados.
Te introduces en mi suavemente y yo solo puedo gritar de felicidad por volver a sentirte mio.Por volver a sentir que de nuevo somos un solo corazón.La pasión nos ciega,nos consume,nos abrasa.¡Qué muerte tan deliciosa! Me susurras palabras de amor mientras nuestros cuerpos se mueven al compás de la pasión.Y al fin,nos fundimos y siento que toco de nuevo las estrellas con la punta de los dedos.Pero de nuevo bajamos a la tierra.Y me abrazo a ti, queriendo evitar que el destino,nos vuelva a separar.
#611
16/09/2011 14:24
Llego al final de la historia con el personaje que me inventado. Os resumo, porque son más de 30 páginas: Belen, prima de los hermanos Castañeda se hace cargo de la escuela de Puente Viejo. Entabla una buena relación con casi todos los vecinos y muy a su pesar juega un importante papel para desenmascarar a Severiano. Pero el curso llega a su final y tiene que regresar a su Galicia natal. Parece que la felicidad le es algo esquiva, o tal vez no......
-LA CARTA-
“Espero que te guste la novela aunque sé que ya la has leído, que en una ocasión escuché como le relatabas emocionada la historia a Mariana. No sabes como me gustaba oírte hablar siempre con pasión de los libros. O de cualquier cosa. Imagino que pensabas que no te prestaba atención, como tú tampoco me la prestabas a mi, pero lo cierto es que yo estaba pendiente de todo lo que hacías, de cada una de tus palabras y cada uno de tus movimientos.
Tengo tantas cosas que decirte, pero soy un cobarde. Me he pasado las últimas semanas pensando la manera de hablarte, de contarte lo que siento, como decirte que ansiaba que llegara el amanecer para toparme contigo en la cocina, como contaba la horas para que llegaras de la escuela, como me sentí morir el día que aquel desgraciado casi te mata. No sabes lo insignificante que me llegué a sentir cada vez que te veía del brazo de Sebastián o incluso los celos que me corroían cuando espiaba las confidencias con Juan o los abrazos con Alfonso. Ahora sé que lo hacías porque para ti somos como tus hermanos, aunque yo no puedo verte como a una hermana y hasta he deseado que no fueras mi prima.
Siento si mis palabras te ofenden o te causan repulsa, que no es mi intención hacerte daño. Pero necesitaba desahogarme, ahora que sé que no nos volveremos a ver. Sólo me resta desearte buen viaje y que seas muy feliz allá en tu tierra. Estoy seguro que vas a ser la mejor maestra de todo Lugo”.
Ese papel le quemaba en el bolsillo de la chaqueta. Había tardado horas en escribirlo, buscando las palabras adecuadas y afanándose en lograr una caligrafía legible, pues pocas eran las oportunidades que tenía de entregarse a la escritura y se lamentaba de su falta de práctica con la pluma y el tintero. Pero finalmente, como si de un mal hereditario se tratara, se dejó vencer por la cobardía y no fue capaz de hacer llegar esa carta que tanto le había costado escribir a su destinataria. En su lugar le dejó una breve nota.
“Querida prima:
Espero que te guste el libro, auque no sé si lo ya lo habrás leído antes. Disculpame por no haber estado en casa para despedirme, pero Mauricio me endilgó unos encargos que me han obligado a marchar muy temprano. Buen viaje y mucha suerte con tu nuevo trabajo”.
Belén trató de disimular la decepción, pero una cortina de tristeza se apoderó de su rostro. Y Raimundo, que como bien decía él, era un perro viejo al que pocas cosas se le escapaban, se dio cuenta de que aquella nota había acrecentado la pena de la maestra.
-¿Qué sucede, muchacha?, ¿alguna mala noticia?
-No, no se preocupe don Raimundo, que no ocurre nada. Es sólo que es bien cierto que los humanos somos los únicos animales que tropezamos dos veces en la misma piedra.
-¿Por qué dices eso?
-Tonterías mías-dijo Belén tratando de forzar una sonrisa-.Lo que sucede es que se me había olvidado que los finales felices sólo acontecen en las novelas.
La diligencia con destino a La Puebla partió puntual con sólo tres viajeros a bordo: un matrimonio de ancianos que iban a visitar a uno de sus hijos y una joven muy seria y callada que trataba de memorizar todos los detalles del camino porque sabía que jamás lo volvería a recorrer. Mientras, el cielo se estaba oscureciendo por momentos. Del noroeste llegaban unos negros nubarrones que anunciaban un tormenta que no tardaría en descargar. “Vaya, por una vez el cielo parece estar de mi parte. Menuda forma de llorar”, pensó Belén para sus adentros mientras el carruaje enfilaba la entrada de la capital de la comarca. La parada de la diligencia se encontraba en la plaza mayor del pueblo. Todos los edificios que conformaban aquel gran espacio rectangular tenían soportales, algo que en un día como aquel todos los vecinos y forasteros agradecían enormemente.
La joven tendría que esperar varias horas antes de la partida de la diligencia que iba para Galicia. Pero el conductor le advirtió que era mejor que buscase un alojamiento para pasar la noche, porque con la que estaba cayendo los caminos se volverían intrasitables y casi seguro que habría que aplazar el viaje hasta que el tiempo mejorase.
-Lo que me faltaba-se lamentó la muchacha en voz baja. Ahora que sabía que jamás volvería a Puente Viejo lo que quería era abandonar aquellas tierras cuanto antes. Su único consuelo es que pronto estaría cerca de su padre, en aquella vieja ciudad rodeada de murallas.
Belén se resguardó de la lluvia en uno de los soportales, buscando un lugar que estuviera poco concurrido. Quería estar sola. Necesitaba estar sola, para cerrar los ojos y rememorar algún instante feliz que le ayudase a soportar el dolor que sentía en aquel momento. A su mente vinieron risas de niños jugando en el recreo, su tía Rosario cocinando una deliciosa sopa mientras Mariana canturreaba. Don Anselmo y Raimundo discutían en la taberna sobre la existencia de Dios y Emilia servía una jarra de vino a unos parroquianos. Pepa y Tristán paseaban por la plaza con Martín y saludaban a Sebastián, que venía de la conservera. Dolores y Pedro regañaban a Hipólito. Juan pintaba por enésima vez el río de Puente Viejo mientras Alfonso le sonreía desde la orilla. Alguien la llamaba Eiza. Nadie la volvería a llamar de aquel modo. O quizás sí.
Pensó que era su imaginación pero alguien le estaba susurrando aquel nombre. Abrió los ojos y se encontró con los de Ramiro. Una sacudida atravesó su cuerpo y la hizo levantarse de un salto del banco donde estaba sentada.
-Lo siento, no quería asustarte-se disculpó Ramiro con voz temblorosa.
-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó desconcertada.
-Tengo que pedirte disculpas.
-¿Por qué?. Que yo sepa no me has causado ningún mal.
-Pero voy a faltarte al respeto-le contestó mientras le sujetaba el rostro con ambas manos. Vaciló solo un segundo antes de besarla, con ternura, con calma, como acostumbraba a hacer él casi todas las cosas. Sólo se atrevió a acariciar sus labios.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?-le preguntó Belén sonriente mientras le acariciaba la mejilla.-
Ramiro la abrazó con fuerza mientras le susurraba al oído “No lo sé, yo sólo quiero estar contigo ”
FIN
-LA CARTA-
“Espero que te guste la novela aunque sé que ya la has leído, que en una ocasión escuché como le relatabas emocionada la historia a Mariana. No sabes como me gustaba oírte hablar siempre con pasión de los libros. O de cualquier cosa. Imagino que pensabas que no te prestaba atención, como tú tampoco me la prestabas a mi, pero lo cierto es que yo estaba pendiente de todo lo que hacías, de cada una de tus palabras y cada uno de tus movimientos.
Tengo tantas cosas que decirte, pero soy un cobarde. Me he pasado las últimas semanas pensando la manera de hablarte, de contarte lo que siento, como decirte que ansiaba que llegara el amanecer para toparme contigo en la cocina, como contaba la horas para que llegaras de la escuela, como me sentí morir el día que aquel desgraciado casi te mata. No sabes lo insignificante que me llegué a sentir cada vez que te veía del brazo de Sebastián o incluso los celos que me corroían cuando espiaba las confidencias con Juan o los abrazos con Alfonso. Ahora sé que lo hacías porque para ti somos como tus hermanos, aunque yo no puedo verte como a una hermana y hasta he deseado que no fueras mi prima.
Siento si mis palabras te ofenden o te causan repulsa, que no es mi intención hacerte daño. Pero necesitaba desahogarme, ahora que sé que no nos volveremos a ver. Sólo me resta desearte buen viaje y que seas muy feliz allá en tu tierra. Estoy seguro que vas a ser la mejor maestra de todo Lugo”.
Ese papel le quemaba en el bolsillo de la chaqueta. Había tardado horas en escribirlo, buscando las palabras adecuadas y afanándose en lograr una caligrafía legible, pues pocas eran las oportunidades que tenía de entregarse a la escritura y se lamentaba de su falta de práctica con la pluma y el tintero. Pero finalmente, como si de un mal hereditario se tratara, se dejó vencer por la cobardía y no fue capaz de hacer llegar esa carta que tanto le había costado escribir a su destinataria. En su lugar le dejó una breve nota.
“Querida prima:
Espero que te guste el libro, auque no sé si lo ya lo habrás leído antes. Disculpame por no haber estado en casa para despedirme, pero Mauricio me endilgó unos encargos que me han obligado a marchar muy temprano. Buen viaje y mucha suerte con tu nuevo trabajo”.
Belén trató de disimular la decepción, pero una cortina de tristeza se apoderó de su rostro. Y Raimundo, que como bien decía él, era un perro viejo al que pocas cosas se le escapaban, se dio cuenta de que aquella nota había acrecentado la pena de la maestra.
-¿Qué sucede, muchacha?, ¿alguna mala noticia?
-No, no se preocupe don Raimundo, que no ocurre nada. Es sólo que es bien cierto que los humanos somos los únicos animales que tropezamos dos veces en la misma piedra.
-¿Por qué dices eso?
-Tonterías mías-dijo Belén tratando de forzar una sonrisa-.Lo que sucede es que se me había olvidado que los finales felices sólo acontecen en las novelas.
La diligencia con destino a La Puebla partió puntual con sólo tres viajeros a bordo: un matrimonio de ancianos que iban a visitar a uno de sus hijos y una joven muy seria y callada que trataba de memorizar todos los detalles del camino porque sabía que jamás lo volvería a recorrer. Mientras, el cielo se estaba oscureciendo por momentos. Del noroeste llegaban unos negros nubarrones que anunciaban un tormenta que no tardaría en descargar. “Vaya, por una vez el cielo parece estar de mi parte. Menuda forma de llorar”, pensó Belén para sus adentros mientras el carruaje enfilaba la entrada de la capital de la comarca. La parada de la diligencia se encontraba en la plaza mayor del pueblo. Todos los edificios que conformaban aquel gran espacio rectangular tenían soportales, algo que en un día como aquel todos los vecinos y forasteros agradecían enormemente.
La joven tendría que esperar varias horas antes de la partida de la diligencia que iba para Galicia. Pero el conductor le advirtió que era mejor que buscase un alojamiento para pasar la noche, porque con la que estaba cayendo los caminos se volverían intrasitables y casi seguro que habría que aplazar el viaje hasta que el tiempo mejorase.
-Lo que me faltaba-se lamentó la muchacha en voz baja. Ahora que sabía que jamás volvería a Puente Viejo lo que quería era abandonar aquellas tierras cuanto antes. Su único consuelo es que pronto estaría cerca de su padre, en aquella vieja ciudad rodeada de murallas.
Belén se resguardó de la lluvia en uno de los soportales, buscando un lugar que estuviera poco concurrido. Quería estar sola. Necesitaba estar sola, para cerrar los ojos y rememorar algún instante feliz que le ayudase a soportar el dolor que sentía en aquel momento. A su mente vinieron risas de niños jugando en el recreo, su tía Rosario cocinando una deliciosa sopa mientras Mariana canturreaba. Don Anselmo y Raimundo discutían en la taberna sobre la existencia de Dios y Emilia servía una jarra de vino a unos parroquianos. Pepa y Tristán paseaban por la plaza con Martín y saludaban a Sebastián, que venía de la conservera. Dolores y Pedro regañaban a Hipólito. Juan pintaba por enésima vez el río de Puente Viejo mientras Alfonso le sonreía desde la orilla. Alguien la llamaba Eiza. Nadie la volvería a llamar de aquel modo. O quizás sí.
Pensó que era su imaginación pero alguien le estaba susurrando aquel nombre. Abrió los ojos y se encontró con los de Ramiro. Una sacudida atravesó su cuerpo y la hizo levantarse de un salto del banco donde estaba sentada.
-Lo siento, no quería asustarte-se disculpó Ramiro con voz temblorosa.
-¿Qué estás haciendo aquí?-le preguntó desconcertada.
-Tengo que pedirte disculpas.
-¿Por qué?. Que yo sepa no me has causado ningún mal.
-Pero voy a faltarte al respeto-le contestó mientras le sujetaba el rostro con ambas manos. Vaciló solo un segundo antes de besarla, con ternura, con calma, como acostumbraba a hacer él casi todas las cosas. Sólo se atrevió a acariciar sus labios.
-¿Y ahora qué vamos a hacer?-le preguntó Belén sonriente mientras le acariciaba la mejilla.-
Ramiro la abrazó con fuerza mientras le susurraba al oído “No lo sé, yo sólo quiero estar contigo ”
FIN
#612
16/09/2011 14:49
Pepa tengo los pelitos de punta!!!!! y aqui no hay aire acondicionao!!!!
ERES LA MEJOR GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS Y MIL VECES GRACIAS!!!!
PD: quiero un 10 años despues o algo!
ERES LA MEJOR GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS GRACIAS Y MIL VECES GRACIAS!!!!
PD: quiero un 10 años despues o algo!
#613
17/09/2011 00:52
os dejo el link de un nuevo fanfic
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/474/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Se titula VOLVER y esta a partir del comentario #9463
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/474/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Se titula VOLVER y esta a partir del comentario #9463
#614
17/09/2011 01:08
Yo también os dejo otro, se podría titular "El orgullo de Alfonso"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/474/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/474/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
#615
17/09/2011 13:28
"Amor,lucha y rendición"
Capitulo 10
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/120/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Capitulo 11
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/123/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Continuación
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/124/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Capitulo 12
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/126/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Capitulo 10
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/120/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Capitulo 11
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/123/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Continuación
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/124/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
Capitulo 12
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/126/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo-queremos-escena-pasional-de-encamamiento/
#616
17/09/2011 16:20
Ais qué bonitooooooooooooooooo!!!! Belén y Ramiro no creo que les pongan ningún problema no son primos y con pedir dispensas al cura y papa no problem no? jejeje!
#617
17/09/2011 18:50
Aqui os dejo la continuación de Volver
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/479/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Espero que os guste.
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/479/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Espero que os guste.
#618
17/09/2011 19:31
Supongo que bastará con la bula papal.......Con respecto a una continuación 10 años despues, va a ser que no, que hoy llueve en esta esquina y cuando llueve me da por escribir cosas tristes y estos dos se merecen felicidad. Supongo que Belén volverá a Galicia, pero con Ramiro, que ayudará en el negocio del padre. Tendrán por lo menos 3 hijos y de vez en cuando irán a Puente Viejo.
Pero ya os dije que llovía. Así que esto es lo último que ha parido mi neurona. Aviso:no hay final feliz, ni siquiera hay final. Sólo una persona que sufre, y por una vez no es Alfonso.
-SIN RUMBO-
Sin darse cuenta la noche había caído y ni siquiera sabía donde se encontraba. Llevaba horas vagando por el monte, sin rumbo. No había un lugar al que dirigirse. El frío se estaba apoderando de sus huesos, del mismo modo que la pena se había adueñado de su alma. Por primera vez en su vida no tenía ganas de seguir luchando. Ella, la incansable trabajadora, la hija devota que no se dejó vencer por la desesperación cuando su padre se quedó ciego. Ella, la muchacha que se levantaba despues de cada uno delos golpes que la vida se empeñaba en darle. Había soportado la temprana muerte de su madre, había sobrellevado la ausencia de su hermano durante muchos años. Soportó con la cabeza alta la pérdida de la fortuna familiar y las continuas humillaciones de los Montenegro. Fue el pilar en el que su padre de apoyó durante su enfermedad y su convalecencia. Pero ese pilar había recibido tantos mazazos que acabó por resquebrajarse. Y lo hizo de un modo rápido, en pocos días sucesivos desengaños y algún que otro error propio fueron suficientes para destrozar su existencia.
Recordó el inicio de aquella semana aciaga. Su amigo Alfonso trató de prevenirla por enésima vez de las intenciones de Severiano. Pero ella, ciega por una ilusión, deseosa de ser la heroína de una novela romántica, no sólo no le creyó, sino que lo acusó de desleal y egoísta. La ira habló por su boca. “Eres un envidioso. Como a ti no te hace caso la moza de la que andas enamoriscado, no soportas que los demás seamos felices. No puedo creer que hayas cambiado tanto, tú que siempre has sido un buen muchacho y un buen amigo”. Él bajó la mirada. Por un momento le vió apretar los puños y pensó que trataría de defenderse de las acusaciones. Aun ciega como estaba pudo sentir que la rabia se estaba apoderando del mayor de los hermanos Castañeda. Pero Alfonso sólo acertó a mascullar entre dientes “Espero que el tiempo nunca me de la razón”. Lo vió alejarse por la plaza y sintió que algo se rompía en su interior. No acertaba a entender por qué le dolía tanto discutir con aquel necio.
El viento soplaba con bastante fuerza, no en vano ya había comenzado el otoño y pronto llegarían las lluvias y las nieves. Sintió aullar una alimaña a lo lejos. Recordó de nuevo las palabras de Alfonso cuando le dijo que un lobo andaba rondando los rebaños y por eso era menester tener preparadas las escopetas. Ella trató de hacer chanza de la situación diciendo que ya no era nínguna caperucita. “Nunca se sabe” le contestó él, muy serio. Y como casi siempre llevaba razón. Seguía siendo una caperucita, una niña tonta que se deja engañar por el primer lobo disfrazado de piel de cordero. Había caído en las redes de aquel tunante de Villalpanda, se dejó conquistar con cuatro piropos, dos requiebros y algún que otro beso. Pero fueron sus propios ojos, esos que habían estado tan ciegos, los que la desengañaron cuando lo sorprendió medio borracho y babeando encima de una muchacha. Ni siquiera se defendió, como en ocasiones anteriores cuando llegaba borracho y le echaba la culpa a los Castañeda.
Su orgullo se hizo trizas. Hubiera querido compartir la pena que sentía con Pepa. Pero su amiga del alma tenía problemas mayores. Quién era ella para irle con lamentos porque un zagal al que apenas hacía un mes que conocía la había engañado, cuando Pepa sufría la peor incertidumbre que puede padecer un ser humano: no saber si su hijo estaba vivo o no. Porque no hay vínculo mayor que el que une a las madres con sus hijos. Y a los padres. Pensó en refugiarse en el suyo, la persona más importante de su vida. Pero el golpe más fuerte estaba aun por llegar.
Esa mañana había visto como su padre discutía con un desconocido en el patio. Se había acercado sigilosa para espiar la conversación. En el pecado fue su penitencia. No podía creer lo que estaba oyendo. Ella no era hija de Raimundo Ulloa. Su padre ya no era su padre, su hermano ya no era su hermano. Su vida ya no era su vida, sino una gran farsa que duraba más de veinte años. ¿Cómo habían podido engañarla de ese modo? ¿Cómo se habían podido burlar de ella de esa forma?.
El dolor y la rabia nublaron su mente. Sólo quería huír de aquel lugar. Cruzó la plaza y se encaminó por el callejón que llevaba a la salida del pueblo. Atravesó los huertos, recorrió la vereda de junto al río, pasó cerca de la casa de los Castañeda pero nadie la vio. Nadie se percató de que caminaba llorando y que sus pasos la llevaban a adentrarse en el bosque. Y ahora estaba sóla, aterida de frío, escuchando el lugubre aullido de los lobos. Se acurrucó junto a una roca que la resguardaba del viento. Estaba agotada, cansada de caminar y cansada de llorar. Recordó lo que siempre le decía la que creía había sido su madre. “Cuando te duela algo, cierra los ojos y busca un recuerdo agradable”. A su mente vinieron imágenes de su infancia. Hacía sol y todos los críos se bañaba en el río. O jugaban a rodar por la era. Olía los pucheros que cocinaba su madre y las meriendas que les daba Rosario. Alfonso le regalaba un ramo de lavandas. Raimundo les leía “Veinte mil leguas de viaje submarino” a sus hijos y a los Castañeda. Sonaba la música de una guitarra en la plaza e Hipólito cantaba un pasodoble mientras Alfonso la sacaba a bailar, pero la melodía cambiaba y ahora escuchaba el soniquete de una caja de música. Tenía mucho frío pero sonreía. Ya no escuchaba el viento ni los aullidos. Ya no escuchaba nada. Estaba insconsciente.
Pero ya os dije que llovía. Así que esto es lo último que ha parido mi neurona. Aviso:no hay final feliz, ni siquiera hay final. Sólo una persona que sufre, y por una vez no es Alfonso.
-SIN RUMBO-
Sin darse cuenta la noche había caído y ni siquiera sabía donde se encontraba. Llevaba horas vagando por el monte, sin rumbo. No había un lugar al que dirigirse. El frío se estaba apoderando de sus huesos, del mismo modo que la pena se había adueñado de su alma. Por primera vez en su vida no tenía ganas de seguir luchando. Ella, la incansable trabajadora, la hija devota que no se dejó vencer por la desesperación cuando su padre se quedó ciego. Ella, la muchacha que se levantaba despues de cada uno delos golpes que la vida se empeñaba en darle. Había soportado la temprana muerte de su madre, había sobrellevado la ausencia de su hermano durante muchos años. Soportó con la cabeza alta la pérdida de la fortuna familiar y las continuas humillaciones de los Montenegro. Fue el pilar en el que su padre de apoyó durante su enfermedad y su convalecencia. Pero ese pilar había recibido tantos mazazos que acabó por resquebrajarse. Y lo hizo de un modo rápido, en pocos días sucesivos desengaños y algún que otro error propio fueron suficientes para destrozar su existencia.
Recordó el inicio de aquella semana aciaga. Su amigo Alfonso trató de prevenirla por enésima vez de las intenciones de Severiano. Pero ella, ciega por una ilusión, deseosa de ser la heroína de una novela romántica, no sólo no le creyó, sino que lo acusó de desleal y egoísta. La ira habló por su boca. “Eres un envidioso. Como a ti no te hace caso la moza de la que andas enamoriscado, no soportas que los demás seamos felices. No puedo creer que hayas cambiado tanto, tú que siempre has sido un buen muchacho y un buen amigo”. Él bajó la mirada. Por un momento le vió apretar los puños y pensó que trataría de defenderse de las acusaciones. Aun ciega como estaba pudo sentir que la rabia se estaba apoderando del mayor de los hermanos Castañeda. Pero Alfonso sólo acertó a mascullar entre dientes “Espero que el tiempo nunca me de la razón”. Lo vió alejarse por la plaza y sintió que algo se rompía en su interior. No acertaba a entender por qué le dolía tanto discutir con aquel necio.
El viento soplaba con bastante fuerza, no en vano ya había comenzado el otoño y pronto llegarían las lluvias y las nieves. Sintió aullar una alimaña a lo lejos. Recordó de nuevo las palabras de Alfonso cuando le dijo que un lobo andaba rondando los rebaños y por eso era menester tener preparadas las escopetas. Ella trató de hacer chanza de la situación diciendo que ya no era nínguna caperucita. “Nunca se sabe” le contestó él, muy serio. Y como casi siempre llevaba razón. Seguía siendo una caperucita, una niña tonta que se deja engañar por el primer lobo disfrazado de piel de cordero. Había caído en las redes de aquel tunante de Villalpanda, se dejó conquistar con cuatro piropos, dos requiebros y algún que otro beso. Pero fueron sus propios ojos, esos que habían estado tan ciegos, los que la desengañaron cuando lo sorprendió medio borracho y babeando encima de una muchacha. Ni siquiera se defendió, como en ocasiones anteriores cuando llegaba borracho y le echaba la culpa a los Castañeda.
Su orgullo se hizo trizas. Hubiera querido compartir la pena que sentía con Pepa. Pero su amiga del alma tenía problemas mayores. Quién era ella para irle con lamentos porque un zagal al que apenas hacía un mes que conocía la había engañado, cuando Pepa sufría la peor incertidumbre que puede padecer un ser humano: no saber si su hijo estaba vivo o no. Porque no hay vínculo mayor que el que une a las madres con sus hijos. Y a los padres. Pensó en refugiarse en el suyo, la persona más importante de su vida. Pero el golpe más fuerte estaba aun por llegar.
Esa mañana había visto como su padre discutía con un desconocido en el patio. Se había acercado sigilosa para espiar la conversación. En el pecado fue su penitencia. No podía creer lo que estaba oyendo. Ella no era hija de Raimundo Ulloa. Su padre ya no era su padre, su hermano ya no era su hermano. Su vida ya no era su vida, sino una gran farsa que duraba más de veinte años. ¿Cómo habían podido engañarla de ese modo? ¿Cómo se habían podido burlar de ella de esa forma?.
El dolor y la rabia nublaron su mente. Sólo quería huír de aquel lugar. Cruzó la plaza y se encaminó por el callejón que llevaba a la salida del pueblo. Atravesó los huertos, recorrió la vereda de junto al río, pasó cerca de la casa de los Castañeda pero nadie la vio. Nadie se percató de que caminaba llorando y que sus pasos la llevaban a adentrarse en el bosque. Y ahora estaba sóla, aterida de frío, escuchando el lugubre aullido de los lobos. Se acurrucó junto a una roca que la resguardaba del viento. Estaba agotada, cansada de caminar y cansada de llorar. Recordó lo que siempre le decía la que creía había sido su madre. “Cuando te duela algo, cierra los ojos y busca un recuerdo agradable”. A su mente vinieron imágenes de su infancia. Hacía sol y todos los críos se bañaba en el río. O jugaban a rodar por la era. Olía los pucheros que cocinaba su madre y las meriendas que les daba Rosario. Alfonso le regalaba un ramo de lavandas. Raimundo les leía “Veinte mil leguas de viaje submarino” a sus hijos y a los Castañeda. Sonaba la música de una guitarra en la plaza e Hipólito cantaba un pasodoble mientras Alfonso la sacaba a bailar, pero la melodía cambiaba y ahora escuchaba el soniquete de una caja de música. Tenía mucho frío pero sonreía. Ya no escuchaba el viento ni los aullidos. Ya no escuchaba nada. Estaba insconsciente.
#619
17/09/2011 20:45
Pepa, se que siempre te digo lo mismo, pero es k tengo toda la piel de gallina y el vello de punta!!!!! Eres la mas mejó!! y aunque sea triste es muy profundo y muy muy bonito!!!
PD: te cambio la lluvia por el viento, hace?
PD: te cambio la lluvia por el viento, hace?
#620
18/09/2011 02:04
Lapuebla, absolutamente genial!! Tienes el don de hacer vibrar con tus palabras, de verdad...
Aquí os dejo la tercera parte de "el orgullo de Alfonso"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/480/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Aquí os dejo la tercera parte de "el orgullo de Alfonso"
https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/480/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/