Foro El secreto de Puente Viejo
La Biblioteca (A - K)
#0
17/08/2011 13:26
EL RINCÓN DE AHA
El destino.
EL RINCÓN DE ÁLEX
El Secreto de Puente Viejo, El Origen.
EL RINCÓN DE ABRIL
El mejor hombre de Puente Viejo.
La chica de la trenza I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII.
EL RINCÓN DE ALFEMI
De siempre y para siempre.
Hace frío I, II.
Pensando en ti.
Yo te elegí a ti.
EL RINCÓN DE ANTOJEP
Bajo la luz de la luna I, II, III, IV.
Como un rayo de sol I, II, III, IV.
La traición I, II.
EL RINCÓN DE ARICIA
Reacción I, II, III, IV.
Emilia, el lobo y el cazador.
El secreto de Alfonso Castañeda.
La mancha de mora I, II, III, IV, V.
Historias que se repiten. 20 años después.
La historia de Ana Castañeda I, II, III, VI, V, Final.
EL RINCÓN DE ARTEMISILLA
Ojalá fuera cierto.
Una historia de dos
EL RINCÓN DE CAROLINA
Mi historia.
EL RINCÓN DE CINDERELLA
Cierra los ojos.
EL RINCÓN DE COLGADA
Cartas, huidas, regalos y el diluvio universal I-XI.
El secreto de Gregoria Casas.
La decisión I,II, III, IV, V.
Curando heridas I,II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII.
una nueva vida I,II, III
EL RINCÓN DE CUQUINA
Lo que me sale de las teclas.
El origen de Tristán Ulloa.
EL RINCÓN DE EIZA
En los ojos de un Castañeda.
Bajando a los infiernos.
¡¿De qué?!
Pensamientos
EL RINCÓN DE FERMARÍA
Noche de bodas. (Descarga directa aquí)
Lo que no se ve.
En el baile.
De valientes y cobardes.
Descubriendo a Alfonso.
¿Por qué no me besaste?
Dejarse llevar.
Amar a Alfonso Castañeda.
Serenidad.
Así.
Quiero.
El corazón de un jornalero (I) (II).
Lo único cierto I, II.
Tiempo.
Sabor a chocolate.
EL RINCÓN DE FRANRAI
Un amor inquebrantable.
Un perfecto malentendido.
Gotas del pasado.
EL RINCÓN DE GESPA
La rutina.
Cada cosa en su sitio.
El baile.
Tomando decisiones.
Volver I, II.
Chismorreo.
Sola.
Tareas.
El desayuno.
Amigas.
Risas.
La manzana.
EL RINCÓN DE INMILLA
Rain Over Me I, II, III.
EL RINCÓN DE JAJIJU
Diálogos que nos encantaría que pasaran.
EL RINCÓN DE KERALA
Amor, lucha y rendición I - VII, VIII, IX, X, XI (I) (II), XII, XIII, XIV, XV, XVI,
XVII, XVIII, XIX, XX (I) (II), XXI, XXII (I) (II).
Borracha de tu amor.
Lo que debió haber sido.
Tu amor es mi droga I, II. (Escena alternativa).
PACA´S TABERN I, II.
Recuerdos.
Dibujando tu cuerpo.
Tu amor es mi condena I, II.
Encuentro en la posada. Historia alternativa
Tu amor es mi condena I, II, III, IV, V, VI, VII, VIII, IX, X, XI, XII, XIII, XIV, XV, XVI
#521
11/09/2011 15:42
Ais madre alguien celoso por la Maestra? Sebastián? Ramiro?
Pepa y Soledad en el Armario y Alfonso en la Ventana
Raimundo y Francisca y sus Miradas
Definitivamente escribís mejor que los Lionistas Bravo Bravo y Bravo !!!!!
Quiero seguir leyendo vaya engancheeeeeeeeeeeeeee!
Pepa y Soledad en el Armario y Alfonso en la Ventana
Raimundo y Francisca y sus Miradas
Definitivamente escribís mejor que los Lionistas Bravo Bravo y Bravo !!!!!
Quiero seguir leyendo vaya engancheeeeeeeeeeeeeee!
#522
11/09/2011 16:37
Mari k palizon te has dado de editarlo todo, juro k keria hacerte mas recopilacion pero no me ha dao tiempo por k ma venio la inspiracion.
Te has dejado uno:
Rincon de LNAEOWYN:
Masaje --> https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/97/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo/
Y yo acabo de publicar un songfic que se llama ¿¡De qué!? --> https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/421/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Sorry por darte mas curro en vez de kitartelo y ahora si me voy a leer fics hasta que fran me reclame!!! hasta mañana
Te has dejado uno:
Rincon de LNAEOWYN:
Masaje --> https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/500/97/el-rincon-de-dona-francisca-y-raimundo/
Y yo acabo de publicar un songfic que se llama ¿¡De qué!? --> https://www.formulatv.com/series/el-secreto-de-puente-viejo/foros/877/421/el-rincon-de-alfonso-y-emilia-post-para-hablar-de-esta-pareja/
Sorry por darte mas curro en vez de kitartelo y ahora si me voy a leer fics hasta que fran me reclame!!! hasta mañana
#523
11/09/2011 16:43
¿Qué título tiene el de arriba? qué despiste...
Ahora los añado.
Ahora los añado.
#524
11/09/2011 17:28
Parte 7 La chica de la trenza
Sofía se levantó temprano. No había podido dormir mucho planeando cómo iba a decirle a Emilia lo que pasaba con Alfonso. Sabía que iría a desayunar allí y que dejaría caer algunas cosas pero no estaba segura de si funcionaría.
Antes de salir dejó una nota encima de la mesa para Rosario para que no se preocupara diciéndole que iba a hablar con Sebastián unas cosas para sus artículos.
Al llegar a la plaza del pueblo no había nadie le parecía increíble que un rato después aquello se pusiera de gente hasta arriba. Entró a la Casa de Comidas y vio a Emilia entrar a la cocina pero ella no la vio entrar.
Se sentó en una mesa y esperó y decidió darle una ojeada a sus artículos.
Emilia salió de la cocina y la vio. Qué elegante pensaba y qué confianzas se trae con Alfonso la muy no pudo terminar la frase en su mente porque se dio cuenta de que Sofía la había visto mirarla...
Hola, buenos días qué madrugadora!!!
Si la verdad es que sí. Tengo que hablar con tu hermano me dijo que me pasase temprano así le podría entrevistar para mis artículos.
Vaya pues Sebastián no vino Tristán casi de amanecida una de las máquinas se ha roto e imagino que estarán arreglándola.
Pues vaya no sé si acercarme luego por si dispone de un momento o esperar a que arreglen la máquina. Mientras me lo pienso podrías servirme el desayuno?
Claro! dijo Emilia.
Le trajo una buena taza da leche con tostadas y aceite.
Qué hambre tengo la verdad dijo Sofía.
No cenaste noche muchacha? Preguntó Emilia
Pues la verdad es que no mucho ando algo preocupada por Alfonso y yo no debería estar aquí contando lo que no debo disculpa dijo Sofía
Le pasa algo a Alfonso? dijo Emilia muy intrigada y con cara de preocupación
Está triste muy triste. Intuyo que anda tras una moza pero ésta no le hace ni caso.
Ahh si algo sé dijo Emilia la verdad es que no sé porqué la chica lo rechazó. Si es un cachito de pan!! Es noble, trabajador, atento, divertido, es guapo, tímido pero al mismo tiempo echado para delante, gracioso... La verdad es que nunca me dijo quién era la chica dijo Emilia.
Pues hasta dónde yo sé lleva colgado por ella toda su vida. Me dijo que era de la pandilla de cuando eran pequeños. Lo mismo la conoces le dijo Sofía.
Ahh pues igual si. Podrías contarme algo?
Pues verás me dijo que de pequeño él siempre estaba con Tristán y Sebastián, más sus hermanos y Soledad. Se iban al río a jugar con las ranas a tirar piedras. O a veces Tristán conseguía sacar a escondidas algún pony y se iban al campo. Recuerda que siempre tras él iba una niña con una trenza algo más pequeña que siempre quería estar con él. Que si Alfonso ayúdame a cruzar el río, que si jugamos a esto, que si jugamos a lo otro, que si vamos con el Pony, que si jugamos al escondite.
Emilia se quedó alucinada y sus ojos se aguaron. Pero no pudo decir nada.
Parece ser que siempre estaban juntos íban y venían de la escuela, el padre de la chica les leía libros a toda la pandilla y que el favorito de esa niña era uno de un tal Nemo que viajaba a las entrañas de la tierra o algo asñi... Parece ser que una noche de tormenta se resguardaron en una cabaña que tienen los Castañeda en la parte de atrás de su casa y que como había muchos truenos pues la niña tenía miedo. Acabaron todos durmiendo entre la paja con unas mantas pero la niña de la trenza no podía dejar de llorar porque tenía miedo.
Emilia con la voz quebrada dijo
Alfonso se acercó a esa niña y le dijo que él nunca dejaría que le pasase nada. Se sentó a su lado y la abrazó y ella sintió protegida. Le explicó porqué se escuchaban los truenos y los relámpagos y que no había que tenerles miedo que la lluvia es una bendición para la tierra porque la necesitan para vivir. Ella se quedó dormida abrazada a él. Al día siguiente alguien la despertó acariciándole la cara y diciéndole Belladurmiente ya es de día despierta y la besó en la mejilla.
Mientras Emilia relataba le caían lágrimas de los ojos. No podía evitarlo.
Vaya dijo Sofía conoces esa historia
Emilia asintió con la cabeza y dijo cómo para no conocerla la niña de la trenza soy yo.
Alfonso enamorado de mí exclamó Emilia.
Y tú enamorada de él dijo Sofía.
Qué yo qué? Exclamó Emilia.
Niña o no te das cuenta o no quieres verlo pero cuando me decías que Alfonso es un cachito de pan y que es noble, trabajador, atento, divertido, guapo deberías haberte visto la cara. Desprendes una Luz cada vez que hablas de él.
Emilia se sonrojó.
Pero yo creía que él y tú
Alfonso y yo somos buenos amigos y nos queremos pero de ahí no pasa. Él me ayudó hace un tiempo y nunca se lo agradeceré lo suficiente. Se merece lo mejor del mundo y creo que tú ahí tienes mucho que ver.
He sido una tonta dijo Emilia.
Pues si dijo Sofía y rio.
Creo que estás tardando en ir a hablar con él niña. El desayuno buenísimo por cierto. Dime que te debo que iré a la Conservera a ver si tu hermano puede atenderme o no puede.
Nada estás invitada Sofía y muchas gracias.
Muchas de nada dijo la periodista y se fue camino a la conservera.
Continuará....
Sofía se levantó temprano. No había podido dormir mucho planeando cómo iba a decirle a Emilia lo que pasaba con Alfonso. Sabía que iría a desayunar allí y que dejaría caer algunas cosas pero no estaba segura de si funcionaría.
Antes de salir dejó una nota encima de la mesa para Rosario para que no se preocupara diciéndole que iba a hablar con Sebastián unas cosas para sus artículos.
Al llegar a la plaza del pueblo no había nadie le parecía increíble que un rato después aquello se pusiera de gente hasta arriba. Entró a la Casa de Comidas y vio a Emilia entrar a la cocina pero ella no la vio entrar.
Se sentó en una mesa y esperó y decidió darle una ojeada a sus artículos.
Emilia salió de la cocina y la vio. Qué elegante pensaba y qué confianzas se trae con Alfonso la muy no pudo terminar la frase en su mente porque se dio cuenta de que Sofía la había visto mirarla...
Hola, buenos días qué madrugadora!!!
Si la verdad es que sí. Tengo que hablar con tu hermano me dijo que me pasase temprano así le podría entrevistar para mis artículos.
Vaya pues Sebastián no vino Tristán casi de amanecida una de las máquinas se ha roto e imagino que estarán arreglándola.
Pues vaya no sé si acercarme luego por si dispone de un momento o esperar a que arreglen la máquina. Mientras me lo pienso podrías servirme el desayuno?
Claro! dijo Emilia.
Le trajo una buena taza da leche con tostadas y aceite.
Qué hambre tengo la verdad dijo Sofía.
No cenaste noche muchacha? Preguntó Emilia
Pues la verdad es que no mucho ando algo preocupada por Alfonso y yo no debería estar aquí contando lo que no debo disculpa dijo Sofía
Le pasa algo a Alfonso? dijo Emilia muy intrigada y con cara de preocupación
Está triste muy triste. Intuyo que anda tras una moza pero ésta no le hace ni caso.
Ahh si algo sé dijo Emilia la verdad es que no sé porqué la chica lo rechazó. Si es un cachito de pan!! Es noble, trabajador, atento, divertido, es guapo, tímido pero al mismo tiempo echado para delante, gracioso... La verdad es que nunca me dijo quién era la chica dijo Emilia.
Pues hasta dónde yo sé lleva colgado por ella toda su vida. Me dijo que era de la pandilla de cuando eran pequeños. Lo mismo la conoces le dijo Sofía.
Ahh pues igual si. Podrías contarme algo?
Pues verás me dijo que de pequeño él siempre estaba con Tristán y Sebastián, más sus hermanos y Soledad. Se iban al río a jugar con las ranas a tirar piedras. O a veces Tristán conseguía sacar a escondidas algún pony y se iban al campo. Recuerda que siempre tras él iba una niña con una trenza algo más pequeña que siempre quería estar con él. Que si Alfonso ayúdame a cruzar el río, que si jugamos a esto, que si jugamos a lo otro, que si vamos con el Pony, que si jugamos al escondite.
Emilia se quedó alucinada y sus ojos se aguaron. Pero no pudo decir nada.
Parece ser que siempre estaban juntos íban y venían de la escuela, el padre de la chica les leía libros a toda la pandilla y que el favorito de esa niña era uno de un tal Nemo que viajaba a las entrañas de la tierra o algo asñi... Parece ser que una noche de tormenta se resguardaron en una cabaña que tienen los Castañeda en la parte de atrás de su casa y que como había muchos truenos pues la niña tenía miedo. Acabaron todos durmiendo entre la paja con unas mantas pero la niña de la trenza no podía dejar de llorar porque tenía miedo.
Emilia con la voz quebrada dijo
Alfonso se acercó a esa niña y le dijo que él nunca dejaría que le pasase nada. Se sentó a su lado y la abrazó y ella sintió protegida. Le explicó porqué se escuchaban los truenos y los relámpagos y que no había que tenerles miedo que la lluvia es una bendición para la tierra porque la necesitan para vivir. Ella se quedó dormida abrazada a él. Al día siguiente alguien la despertó acariciándole la cara y diciéndole Belladurmiente ya es de día despierta y la besó en la mejilla.
Mientras Emilia relataba le caían lágrimas de los ojos. No podía evitarlo.
Vaya dijo Sofía conoces esa historia
Emilia asintió con la cabeza y dijo cómo para no conocerla la niña de la trenza soy yo.
Alfonso enamorado de mí exclamó Emilia.
Y tú enamorada de él dijo Sofía.
Qué yo qué? Exclamó Emilia.
Niña o no te das cuenta o no quieres verlo pero cuando me decías que Alfonso es un cachito de pan y que es noble, trabajador, atento, divertido, guapo deberías haberte visto la cara. Desprendes una Luz cada vez que hablas de él.
Emilia se sonrojó.
Pero yo creía que él y tú
Alfonso y yo somos buenos amigos y nos queremos pero de ahí no pasa. Él me ayudó hace un tiempo y nunca se lo agradeceré lo suficiente. Se merece lo mejor del mundo y creo que tú ahí tienes mucho que ver.
He sido una tonta dijo Emilia.
Pues si dijo Sofía y rio.
Creo que estás tardando en ir a hablar con él niña. El desayuno buenísimo por cierto. Dime que te debo que iré a la Conservera a ver si tu hermano puede atenderme o no puede.
Nada estás invitada Sofía y muchas gracias.
Muchas de nada dijo la periodista y se fue camino a la conservera.
Continuará....
#525
11/09/2011 17:55
Chicas,ando escribiendo un relato sobre la relación Raimundo-Francisca y me gustaría ponerlo aquí.¿Qué es mejor,subo los enlaces del hilo de Raimundo y Francisca donde lo tengo,o subo el texto aquí directamente?
lo que me digais!
lo que me digais!
#526
11/09/2011 18:27
Parte 8
Emilia salió de la casa de comidas. Caminaba muy rápido como con ganas de llegar quería verlo, abrazarlo lo necesitaba. Cuando estaba a punto de llamar a la puerta oyó a alguien que no esperaba encontrar. Sebastián qué haces aquí? se preguntó Emlia
Alfonso tienes que hablar con ella decía la voz. Que no amigo que ella no me quiere. Pero si no sabe lo que sientes cómo la vas a hacer? dudar le decía.
Ayer vi cómo Juan discutía con Severiano dijo Sebastián
Qué mi hermano hizo qué?
Severiano estaba con lo el tajado y llegó Juan que al verle dijo que iba a saludarlo pero menuda bronca que le echó. Vamos que si no intervengo le da una tunda y de las grandes. Y merecida exclamó Sebastián!!!
Cómo que merecida? se preguntó Emilia desde la puerta
Sabes siempre he creído que mi hermana está loca por tí pero desde pequeños. O no recuerdas cuando íbamos al río, o a montar los ponis de Tristán? Y el día de la Tormenta aquella? Fui incapaz de que se tranquilizase llegas tú le dices dos cosas y ale la niña dejó de llorar y de tener miedo. Desde ese instante pensé que siempre acabaríais juntos Alfonso vi como os mirasteis vale que si éramos unos niños pero esas cosas se notan. Lo vuestro es bonito un amor limpio y puro. Luego crecimos y llegaron las responsabilidades pero siempre estás ahí. En las cartas que Emilia me envíaba a Londres o a Barcelona juraría que la palabra más repetida es tu nombre.
Alfonso soltó una gran carcajada. Venga ya! dijo
Me contaba cosas de tí de lo que hacías por ayudarla o por ayudar a mi padre.
Que no Sebastián que no que Emilia no me quiere como dices. Ella me ve como a un hermano o como su amigo pero nada más.
Y tú por ella que sientes le dijo Sebastián
Alfonso se sentó y le dijo Yo por ella muero
Lo suponía dijo Sebastián. Tienes que decírselo o sino te dará de todo.
No puedo decirle que la quiero y que me rechace no lo soportaría Sebastián.
Y Sebastián entendía perfectamente a Alfonso porque Virtudes lo había rechazadao una y otra vez. Bueno y lo que es peor lo engañó.
Sé a que te refieres que te rechacen es como si te arrancasen el corazón y las entrañas de cuajo.
Pero Juan tiene razón Severiano es un cara dura y no hará feliz a Emilia. Es más se cansará más pronto que tarde y la dejará tirada, le dijo Sebastián. Además de que me cae fatal es un trepa y se le ve venir de lejos.
Y qué te crees que no lo sé le dijo Alfonso. Pero es que no puedo. Cada vez que intento hablar con ella siento que voy a desmayarme me tiembla todo y casi no tengo voz.
Tienes que decirle lo que sientes. No sé háblale de la noche de la tormenta y de cuando jugábamos en el río o de cuando ella se quedó a dormir aquí aquélla vez que me dieron las fiebres cuando me llevaron mis padres a Villalpanda en plena madrugada y sólo quería dormir contigo.
Y tú como sabes eso? preguntó Alfonso
Ramiro me lo contó. Él no recordaba lo de la tormenta era el más pequeño además estaba siempre con Juan y Soledad pero de esa noche si se acuerda porque tuvo que dormir solo porque Emilia quería dormir contigo.
De repente se oyeron unas risas en la puerta
Alfonso abrió la puerta y se encontró allí a Emilia con los ojos llenos de lágrimas y con una sonrisa en la cara.
Y tú que haces aquí? Cuánto llevas ahí parada dijo Alfonso todo nervioso.
Sebastián no sabía dónde meterse y dijo
Hombre hermanita mira que bien yo ya me iba que tengo que ir a la Conservera que menudo lío tenemos. Ale Alfonso mi hermana se queda contigo así no estás solo. Hasta más ver y salió escopeteado.
Emilia que quieres, qué haces aquí? dijo Alfonso.
Ella se acercó a él hasta quedarse a la altura de su oído y dijo
Te quiero a tí Alfonso Castañeda mientras acariciaba a Alfonso cn la nariz en la mejilla y notaba como él temblaba y su pulso le iba cada vez más rápido. Al llegar a los labios se paró y ambos se miraron. No hacían falta palabras esos ojos lo decían todo y se besaron. Al inicio despacio y muy suave pero lo que habían estado guardando todo este tiempo no tardó en florecer y cada beso que se daban era más intenso que el anterior. Volvió a acercarse a su oído y le dijo. Alfonso Castañeda quiero ser tuya y que seas mío. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos que se volvieron a besar pero esta vez de forma más salvaje empezaron a andar hacia las habitaciones hasta que estuvieron en el cuarto de Alfonso.
Estás segura le dijo Alfonso intentando separarse de ella
No he estado más segura de algo en toda mi vida dijo Emilia en su oído.
Sus labios se engancharon y ya no pudieron soltarse más mientras iban quitándose la ropa mutuamente.
Fin.
Espero que os guste
Emilia salió de la casa de comidas. Caminaba muy rápido como con ganas de llegar quería verlo, abrazarlo lo necesitaba. Cuando estaba a punto de llamar a la puerta oyó a alguien que no esperaba encontrar. Sebastián qué haces aquí? se preguntó Emlia
Alfonso tienes que hablar con ella decía la voz. Que no amigo que ella no me quiere. Pero si no sabe lo que sientes cómo la vas a hacer? dudar le decía.
Ayer vi cómo Juan discutía con Severiano dijo Sebastián
Qué mi hermano hizo qué?
Severiano estaba con lo el tajado y llegó Juan que al verle dijo que iba a saludarlo pero menuda bronca que le echó. Vamos que si no intervengo le da una tunda y de las grandes. Y merecida exclamó Sebastián!!!
Cómo que merecida? se preguntó Emilia desde la puerta
Sabes siempre he creído que mi hermana está loca por tí pero desde pequeños. O no recuerdas cuando íbamos al río, o a montar los ponis de Tristán? Y el día de la Tormenta aquella? Fui incapaz de que se tranquilizase llegas tú le dices dos cosas y ale la niña dejó de llorar y de tener miedo. Desde ese instante pensé que siempre acabaríais juntos Alfonso vi como os mirasteis vale que si éramos unos niños pero esas cosas se notan. Lo vuestro es bonito un amor limpio y puro. Luego crecimos y llegaron las responsabilidades pero siempre estás ahí. En las cartas que Emilia me envíaba a Londres o a Barcelona juraría que la palabra más repetida es tu nombre.
Alfonso soltó una gran carcajada. Venga ya! dijo
Me contaba cosas de tí de lo que hacías por ayudarla o por ayudar a mi padre.
Que no Sebastián que no que Emilia no me quiere como dices. Ella me ve como a un hermano o como su amigo pero nada más.
Y tú por ella que sientes le dijo Sebastián
Alfonso se sentó y le dijo Yo por ella muero
Lo suponía dijo Sebastián. Tienes que decírselo o sino te dará de todo.
No puedo decirle que la quiero y que me rechace no lo soportaría Sebastián.
Y Sebastián entendía perfectamente a Alfonso porque Virtudes lo había rechazadao una y otra vez. Bueno y lo que es peor lo engañó.
Sé a que te refieres que te rechacen es como si te arrancasen el corazón y las entrañas de cuajo.
Pero Juan tiene razón Severiano es un cara dura y no hará feliz a Emilia. Es más se cansará más pronto que tarde y la dejará tirada, le dijo Sebastián. Además de que me cae fatal es un trepa y se le ve venir de lejos.
Y qué te crees que no lo sé le dijo Alfonso. Pero es que no puedo. Cada vez que intento hablar con ella siento que voy a desmayarme me tiembla todo y casi no tengo voz.
Tienes que decirle lo que sientes. No sé háblale de la noche de la tormenta y de cuando jugábamos en el río o de cuando ella se quedó a dormir aquí aquélla vez que me dieron las fiebres cuando me llevaron mis padres a Villalpanda en plena madrugada y sólo quería dormir contigo.
Y tú como sabes eso? preguntó Alfonso
Ramiro me lo contó. Él no recordaba lo de la tormenta era el más pequeño además estaba siempre con Juan y Soledad pero de esa noche si se acuerda porque tuvo que dormir solo porque Emilia quería dormir contigo.
De repente se oyeron unas risas en la puerta
Alfonso abrió la puerta y se encontró allí a Emilia con los ojos llenos de lágrimas y con una sonrisa en la cara.
Y tú que haces aquí? Cuánto llevas ahí parada dijo Alfonso todo nervioso.
Sebastián no sabía dónde meterse y dijo
Hombre hermanita mira que bien yo ya me iba que tengo que ir a la Conservera que menudo lío tenemos. Ale Alfonso mi hermana se queda contigo así no estás solo. Hasta más ver y salió escopeteado.
Emilia que quieres, qué haces aquí? dijo Alfonso.
Ella se acercó a él hasta quedarse a la altura de su oído y dijo
Te quiero a tí Alfonso Castañeda mientras acariciaba a Alfonso cn la nariz en la mejilla y notaba como él temblaba y su pulso le iba cada vez más rápido. Al llegar a los labios se paró y ambos se miraron. No hacían falta palabras esos ojos lo decían todo y se besaron. Al inicio despacio y muy suave pero lo que habían estado guardando todo este tiempo no tardó en florecer y cada beso que se daban era más intenso que el anterior. Volvió a acercarse a su oído y le dijo. Alfonso Castañeda quiero ser tuya y que seas mío. Un escalofrío recorrió el cuerpo de ambos que se volvieron a besar pero esta vez de forma más salvaje empezaron a andar hacia las habitaciones hasta que estuvieron en el cuarto de Alfonso.
Estás segura le dijo Alfonso intentando separarse de ella
No he estado más segura de algo en toda mi vida dijo Emilia en su oído.
Sus labios se engancharon y ya no pudieron soltarse más mientras iban quitándose la ropa mutuamente.
Fin.
Espero que os guste
#527
11/09/2011 20:06
Buenas tardes. Os dejo la última parte de la historia con el nuevo personaje. Os resumo lo anterior: Belén, la nueva maestra y prima de los Castañeda llega a Puente Viejo. Conoce a los Ulloa y hace buenas migas con Sebastián. Tras un primer encontronazo, con Juan ambos parecen llevarse bien porque se pasan horas hablando de pintura. No soporta al mascachapas y como es muy lista suma dos+dos y se da cuenta de cual es el problema que tanto tortura a Alfonso. Pero hay un primo con el cual aun no ha tenido tiempo de conversar.......
Para mi querida Eiza.
Era domingo. Rosario y Mariana habían acudido a misa. Juán había decidido aprovechar aquella luminosa mañana para pintar el Salto del Lobo, una lugar impresionante por su cascada y los bosques de avellanos de la ribera. Pero como el acceso era lago complicado y él tenía que cargar con los enseres de dibujar, habían convencido a Alfonso para que lo acompañara. Seguro que unas horas en el monte, alejado de Puente Viejo le venían bien. Además, ambos hermanos tenían mucho de lo que hablar y había una conversación pendiente desde hacía mucho tiempo.
Belén decidión aprovechar la mañana de tranquilidad para escribir cartas. Todas las semanas enviaba misivas a su padre, sus tíos de Lugo, las monjas del colegio donde pasó su infancia, alguna compañera de la Escuela de Magisterio y algún que otro amigo que había ido ganándose en su peregrinar por las aldeas de Galicia. Le gustaba sentarse en la cocina, que en esas mañánas dominicales era un lugar tranquilo donde poder quedarse a solas con sus pensamientos. Y con sus sentimientos. Nunca pensó que la estancia en Puente Viejo fuera a estar tan llena de emociones, unas agradables y otras no tanto. Recordó las tertulias con Raimundo, las risas con Emilia o Mariana, los ojos de Sebastián mientras conversaban, los dibujos de Juán, el llanto de Alfonso, las recetas de Rosario….Pero tambien estaban los incidentes con Severiano, aquel extraño individuo que había encandilado a Emilia, pero que no cesaba de soltarle zalamerías e indirectas a ella. “Tengo que hacer algo para desenmascararlo, pero no sé le qué”, estaba pensando para sus adentros cuando Ramiro entró por la puerta. Volvía de tomar un vino en la posada de los Ulloa.
-Hola!. Espero no importunarte-se medio disculpó sabiendo que su prima estaba escribiendo las cartas de los domingos. No entendía por qué, pero lo cierto es que no se sentía cómodo en la presencia de aquella mujer.
-No te preocupes, ya he terminado. Además, esta es tu casa y, en todo caso, sería yo la que estorbara. Ahora mismo recojo la mesa.
-Anda, no digas tontás!!-Ramiro trató de sonreírle, pero no sabía bien por qué le resultaba díficil comportarse con naturalidad con aquella prima a la que los demás adoraban. Belén, por su parte, tambien se daba cuenta de que no era santo de la devoción del menor de los hermanos. Buscó entre sus recuerdos de la niñez alguna anécdota con la que romper el sútil muro que parecía separarlos desde su llegada.
-Sabes, acabo de recordar algo. Cuando eramos pequeños tú me llamabas Eiza. Mira que tu madre te regañaba para que me llamaras por mi nombre, pero tu erre que erre en llamarme de ese modo.
-Pues no lo recuerdo-se disculpó un tanto azorado-. Supongo que es la costumbre que tenemos en los pueblos de poner motes, aunque es un mote bien raro.
-Es lógico, eras muy pequeño. Lo de Eiza viene porque es el nombre que le damos en Galicia a una flor silvestre.
-¿Ah sí?- preguntó con curiosidad Ramiro mientras se sentaba en la mesa, frente a su prima.
-Sí. Yo siempre te andaba preguntando los nombres de los animales y las plantas, porque en mi tierra les llamamos de otro modo. Tú me decías el nombre castellano y yo te contaba como era el gallego.
-Si me acuerdo-Ramiro pareció retornar de repente a su infancia.-Me gustaba mucho como llamabas a las golondrinas……espera, no me lo digas…..¿anduriñas?.
-Sí!!. Es increíble que te acuerdes despues de tantos años. Pero si no levantabas un palmo del suelo-rió Belén.
-No te pases prima, que sólo me sacas cuatro años-replicó el muchacho.-Y recuerdo otros nombres: miñatos, paporrubios, parrulos, xestas……Pero lo que no entiendo es por qué esa tontería de llamarte Eiza….
-Porque decías que yo me parecía a esas flores, que costaba mucho verlas porque estaban rodeadas de espinas y crecían en lugares donde la gente no acostumbraba a mirar-al decir esto Belén notó los ojos de Ramiro clavados en los suyos y tuvo que bajar la mirada hacia los papeles que tenía delante-Siempre me pareció increíble que un niño tan pequeño pudiese tener esa clase de razonamientos. Ya lo decía tu madre, que a veces eras más espabilado tú que tus hermanos mayores…
-En eso tiene razón madre-rió Ramiro.-Si aun ahora me paso el tiempo aconsejándolos , que mira que a veces se ponen burros….Bueno, hasta que llegaste tú, que ahora parece que cambian mis consejos por los tuyos.
-No creo que eso sea así. -Belén volvió a bajar la mirada. No sabía por qué, pero su primo la ponía nerviosa.
Por un momento no supieron que más decirse y se instalaron en un incomodo silencio. Al cabo de unos segundos fue Ramiro el que recordó otra anécdota de la niñez: le había picado una abeja en la mejilla y tenía la cara tan hinchada que casi no podía abrir el ojo. Además del dolor tenía qua aguantar las burlas de los otros niños del pueblo.
-¿Recuerdas aquella vez que me picó una avispa y se me puso la cara hinchada como un tomate?-inquirío el muchacho.
-Como para olvidarlo-exclamó ella-¡Lo que tuvo que dolerte!
-Lo que más me dolían eran las burlas de los otros críos, especialmente del memo del Atilano.
-¡Valiente idiota!.
-Idiota sí, ahora lo de valiente era otro cantar. Porque sólo se atrevía a meterse comigo si estaba sólo, porque como viera que Alfonso andaba cerca no decía ni pío. Pero aquel día mi madre me mandó solo a la botica a buscar un remedio y me topé de bruces con aquel imbécil. Empezó a reirse de mi, a llamarme monstruo y a zarandearme hasta que llegó alguien que lo puso en su sitio.
-¿Quién?, ¿Alfonso?
-No, tú. Tenías que ver la cara que se le puso cuando le espetaste que a mi se pasaría la inflamación en un par de días pero él tendría esa cara de memo toda la vida.
Ambos rieron recordando aquel momento de su niñez. Ella preguntó con curiosidad si el tal Atilano seguía teniendo cara de memo, a lo que su primo respondió que aun más que antes.
Belén empezó a recoger sus papeles, el tintero y la pluma. Ramiro se levantó y se dirigió hacia la puerta. Cuando estaba a punto de salir se giró y le dijo “Gracias”. Ella puso cara de sorprendida.
-¿Gracias por qué?-preguntó.
-Por haberme defendido aquella vez.
La muchacha esbozó una sonrisa y él pensó para sus adentros que lo que tendría que agradecerle es que hubiera entrado de nuevo en sus vidas. Pero no fue capaz. Ahora empezaba a entender mejor a su hermano mayor…………….
Para mi querida Eiza.
Era domingo. Rosario y Mariana habían acudido a misa. Juán había decidido aprovechar aquella luminosa mañana para pintar el Salto del Lobo, una lugar impresionante por su cascada y los bosques de avellanos de la ribera. Pero como el acceso era lago complicado y él tenía que cargar con los enseres de dibujar, habían convencido a Alfonso para que lo acompañara. Seguro que unas horas en el monte, alejado de Puente Viejo le venían bien. Además, ambos hermanos tenían mucho de lo que hablar y había una conversación pendiente desde hacía mucho tiempo.
Belén decidión aprovechar la mañana de tranquilidad para escribir cartas. Todas las semanas enviaba misivas a su padre, sus tíos de Lugo, las monjas del colegio donde pasó su infancia, alguna compañera de la Escuela de Magisterio y algún que otro amigo que había ido ganándose en su peregrinar por las aldeas de Galicia. Le gustaba sentarse en la cocina, que en esas mañánas dominicales era un lugar tranquilo donde poder quedarse a solas con sus pensamientos. Y con sus sentimientos. Nunca pensó que la estancia en Puente Viejo fuera a estar tan llena de emociones, unas agradables y otras no tanto. Recordó las tertulias con Raimundo, las risas con Emilia o Mariana, los ojos de Sebastián mientras conversaban, los dibujos de Juán, el llanto de Alfonso, las recetas de Rosario….Pero tambien estaban los incidentes con Severiano, aquel extraño individuo que había encandilado a Emilia, pero que no cesaba de soltarle zalamerías e indirectas a ella. “Tengo que hacer algo para desenmascararlo, pero no sé le qué”, estaba pensando para sus adentros cuando Ramiro entró por la puerta. Volvía de tomar un vino en la posada de los Ulloa.
-Hola!. Espero no importunarte-se medio disculpó sabiendo que su prima estaba escribiendo las cartas de los domingos. No entendía por qué, pero lo cierto es que no se sentía cómodo en la presencia de aquella mujer.
-No te preocupes, ya he terminado. Además, esta es tu casa y, en todo caso, sería yo la que estorbara. Ahora mismo recojo la mesa.
-Anda, no digas tontás!!-Ramiro trató de sonreírle, pero no sabía bien por qué le resultaba díficil comportarse con naturalidad con aquella prima a la que los demás adoraban. Belén, por su parte, tambien se daba cuenta de que no era santo de la devoción del menor de los hermanos. Buscó entre sus recuerdos de la niñez alguna anécdota con la que romper el sútil muro que parecía separarlos desde su llegada.
-Sabes, acabo de recordar algo. Cuando eramos pequeños tú me llamabas Eiza. Mira que tu madre te regañaba para que me llamaras por mi nombre, pero tu erre que erre en llamarme de ese modo.
-Pues no lo recuerdo-se disculpó un tanto azorado-. Supongo que es la costumbre que tenemos en los pueblos de poner motes, aunque es un mote bien raro.
-Es lógico, eras muy pequeño. Lo de Eiza viene porque es el nombre que le damos en Galicia a una flor silvestre.
-¿Ah sí?- preguntó con curiosidad Ramiro mientras se sentaba en la mesa, frente a su prima.
-Sí. Yo siempre te andaba preguntando los nombres de los animales y las plantas, porque en mi tierra les llamamos de otro modo. Tú me decías el nombre castellano y yo te contaba como era el gallego.
-Si me acuerdo-Ramiro pareció retornar de repente a su infancia.-Me gustaba mucho como llamabas a las golondrinas……espera, no me lo digas…..¿anduriñas?.
-Sí!!. Es increíble que te acuerdes despues de tantos años. Pero si no levantabas un palmo del suelo-rió Belén.
-No te pases prima, que sólo me sacas cuatro años-replicó el muchacho.-Y recuerdo otros nombres: miñatos, paporrubios, parrulos, xestas……Pero lo que no entiendo es por qué esa tontería de llamarte Eiza….
-Porque decías que yo me parecía a esas flores, que costaba mucho verlas porque estaban rodeadas de espinas y crecían en lugares donde la gente no acostumbraba a mirar-al decir esto Belén notó los ojos de Ramiro clavados en los suyos y tuvo que bajar la mirada hacia los papeles que tenía delante-Siempre me pareció increíble que un niño tan pequeño pudiese tener esa clase de razonamientos. Ya lo decía tu madre, que a veces eras más espabilado tú que tus hermanos mayores…
-En eso tiene razón madre-rió Ramiro.-Si aun ahora me paso el tiempo aconsejándolos , que mira que a veces se ponen burros….Bueno, hasta que llegaste tú, que ahora parece que cambian mis consejos por los tuyos.
-No creo que eso sea así. -Belén volvió a bajar la mirada. No sabía por qué, pero su primo la ponía nerviosa.
Por un momento no supieron que más decirse y se instalaron en un incomodo silencio. Al cabo de unos segundos fue Ramiro el que recordó otra anécdota de la niñez: le había picado una abeja en la mejilla y tenía la cara tan hinchada que casi no podía abrir el ojo. Además del dolor tenía qua aguantar las burlas de los otros niños del pueblo.
-¿Recuerdas aquella vez que me picó una avispa y se me puso la cara hinchada como un tomate?-inquirío el muchacho.
-Como para olvidarlo-exclamó ella-¡Lo que tuvo que dolerte!
-Lo que más me dolían eran las burlas de los otros críos, especialmente del memo del Atilano.
-¡Valiente idiota!.
-Idiota sí, ahora lo de valiente era otro cantar. Porque sólo se atrevía a meterse comigo si estaba sólo, porque como viera que Alfonso andaba cerca no decía ni pío. Pero aquel día mi madre me mandó solo a la botica a buscar un remedio y me topé de bruces con aquel imbécil. Empezó a reirse de mi, a llamarme monstruo y a zarandearme hasta que llegó alguien que lo puso en su sitio.
-¿Quién?, ¿Alfonso?
-No, tú. Tenías que ver la cara que se le puso cuando le espetaste que a mi se pasaría la inflamación en un par de días pero él tendría esa cara de memo toda la vida.
Ambos rieron recordando aquel momento de su niñez. Ella preguntó con curiosidad si el tal Atilano seguía teniendo cara de memo, a lo que su primo respondió que aun más que antes.
Belén empezó a recoger sus papeles, el tintero y la pluma. Ramiro se levantó y se dirigió hacia la puerta. Cuando estaba a punto de salir se giró y le dijo “Gracias”. Ella puso cara de sorprendida.
-¿Gracias por qué?-preguntó.
-Por haberme defendido aquella vez.
La muchacha esbozó una sonrisa y él pensó para sus adentros que lo que tendría que agradecerle es que hubiera entrado de nuevo en sus vidas. Pero no fue capaz. Ahora empezaba a entender mejor a su hermano mayor…………….
#528
11/09/2011 20:49
Ohhhhhhhhh Ramiro se nos ha enamoradoooooooooooooo jejejeje!
#529
11/09/2011 20:51
Pues ahora que lo has enamorado, no puedes dejarnos así jajajaja
!Mira que tengo empeño en que nuestro Ramiro se enamore! Por fín alguien se ha acordado de él jajajaj
Sigue, por fi.
!Mira que tengo empeño en que nuestro Ramiro se enamore! Por fín alguien se ha acordado de él jajajaj
Sigue, por fi.
#530
11/09/2011 20:58
Kerala, como tú prefieras. :)
#531
11/09/2011 21:14
Juas ains madre La puebla que grande jaja me encantan esos recuerdos galleguiños, Yuri estamos como compenetradas en esta historia xd, somos como gemeliñas xd.
#532
11/09/2011 21:36
Pepa... grande una vez mas, ya has presentado a tods los personajes... ahora toca hilar la trama..luces, cámara..acción!!!! ¿xke continua? ?¿¿?¿?¿
#533
11/09/2011 22:49
Bueno,pues ahí va mi relato sobre Raimundo y Francisca
"Amor,lucha y rendición"
Capítulo 1
Como cada noche,Gregoria entró en la casa de comidas y se dirigió a la mesa del fondo.Como cada noche. Saludó a Raimundo con una leve inclinación de cabeza y se sentó en su mesa. Emilia,rauda,le llevó la cena. No le importaba cenar sola. A fin de cuentas,se había sentido sola toda su vida y aprendió a vivir con ello. Notaba las miradas y cuchicheos de la gente a su alrededor y no pudo evitar sentir un leve pinchazo a la altura del pecho.”No me importa” se dijo. ”Yo he venido aquí a trabajar,no a hacer amigos”. Y mató ese ligero dolor con un sorbo de vino.
De repente, un golpe seco llamó su atención. Levantó la vista y se encontró con un alterado Mauricio que acababa de entrar casi tirando la puerta al suelo. Le observó. Parecía nervioso y estaba claro que estaba buscando a alguien.
-“Mauricio,ya sabes que no eres bien recib…” – Las palabras murieron en la boca de Raimundo ya que el capataz pasó por delante de él como una exhalación sin prestar atención a sus palabras.
Gregoria notó que Mauricio se dirigia a ella,y sintió que los nervios se acumulaban en la boca de su estómago ante la rudeza del hombre,pero enseguida los controló y adoptó su habitual pose.
Raimundo,que no perdía ojo a la escena notó que conversaban de manera apresurada,nerviosa. Desde su posición le llegaban palabras,frases inconexas. “¿inconsciente?” “No reacciona”.”Será mejor ir enseguida”
Sin más la doctora se puso en pie,cogió su instrumental y se disponían a marcharse de la casa de comidas cuando un presuroso Raimundo salió de detrás de la barra agarrándo el brazo del capataz
-“Mauricio,¿ocurre algo en la casona?
-“Eso no es algo de su incumbencia Ulloa” bufó Mauricio mientras se deshacía del agarre de Raimundo.
-“Caballeros,no es momento de discutir.Estamos perdiendo un tiempo precioso que juega en contra de la Señora”.Y sin más,Gregoria salió por la puerta seguida de Mauricio.
Raimundo palideció de repente.No podía moverse,y solo atinó a decir en un susurro… ”Francisca…”
Emilia,que había sido testigo de la escena,salió de la barra con una jarra de vino en la mano.
-“Venga señores,que se acabó el espectáculo.Sigan a su cena,y al próximo vino invita la casa”
Cuando hubo terminado de servir a los parroquianos,se dirigió a su padre agarrando suavemente su brazo y tirando de él.
-“Vamos padre,vaya para la casa”
Raimundo,despertando al fin de su trance,se giró al oir la voz de su Emilia. -“Hija,yo…Francisca…”
-“Lo se padre,lo se.Pero ya verá como no se trata de nada importante”
Guiado por su hija,un reacio Raimundo se dirigió a su habitación.Cuando estuvo solo,un negro presentimiento se pasó de manera fugaz por su mente,pero le removió todo el cuerpo y le dejó el alma desasosegada.Sin ser muy consciente de lo que hacía,se desvistió y se dispuso a acostarse en su cama,sabiendo que no podría dormir en toda la noche
"Amor,lucha y rendición"
Capítulo 1
Como cada noche,Gregoria entró en la casa de comidas y se dirigió a la mesa del fondo.Como cada noche. Saludó a Raimundo con una leve inclinación de cabeza y se sentó en su mesa. Emilia,rauda,le llevó la cena. No le importaba cenar sola. A fin de cuentas,se había sentido sola toda su vida y aprendió a vivir con ello. Notaba las miradas y cuchicheos de la gente a su alrededor y no pudo evitar sentir un leve pinchazo a la altura del pecho.”No me importa” se dijo. ”Yo he venido aquí a trabajar,no a hacer amigos”. Y mató ese ligero dolor con un sorbo de vino.
De repente, un golpe seco llamó su atención. Levantó la vista y se encontró con un alterado Mauricio que acababa de entrar casi tirando la puerta al suelo. Le observó. Parecía nervioso y estaba claro que estaba buscando a alguien.
-“Mauricio,ya sabes que no eres bien recib…” – Las palabras murieron en la boca de Raimundo ya que el capataz pasó por delante de él como una exhalación sin prestar atención a sus palabras.
Gregoria notó que Mauricio se dirigia a ella,y sintió que los nervios se acumulaban en la boca de su estómago ante la rudeza del hombre,pero enseguida los controló y adoptó su habitual pose.
Raimundo,que no perdía ojo a la escena notó que conversaban de manera apresurada,nerviosa. Desde su posición le llegaban palabras,frases inconexas. “¿inconsciente?” “No reacciona”.”Será mejor ir enseguida”
Sin más la doctora se puso en pie,cogió su instrumental y se disponían a marcharse de la casa de comidas cuando un presuroso Raimundo salió de detrás de la barra agarrándo el brazo del capataz
-“Mauricio,¿ocurre algo en la casona?
-“Eso no es algo de su incumbencia Ulloa” bufó Mauricio mientras se deshacía del agarre de Raimundo.
-“Caballeros,no es momento de discutir.Estamos perdiendo un tiempo precioso que juega en contra de la Señora”.Y sin más,Gregoria salió por la puerta seguida de Mauricio.
Raimundo palideció de repente.No podía moverse,y solo atinó a decir en un susurro… ”Francisca…”
Emilia,que había sido testigo de la escena,salió de la barra con una jarra de vino en la mano.
-“Venga señores,que se acabó el espectáculo.Sigan a su cena,y al próximo vino invita la casa”
Cuando hubo terminado de servir a los parroquianos,se dirigió a su padre agarrando suavemente su brazo y tirando de él.
-“Vamos padre,vaya para la casa”
Raimundo,despertando al fin de su trance,se giró al oir la voz de su Emilia. -“Hija,yo…Francisca…”
-“Lo se padre,lo se.Pero ya verá como no se trata de nada importante”
Guiado por su hija,un reacio Raimundo se dirigió a su habitación.Cuando estuvo solo,un negro presentimiento se pasó de manera fugaz por su mente,pero le removió todo el cuerpo y le dejó el alma desasosegada.Sin ser muy consciente de lo que hacía,se desvistió y se dispuso a acostarse en su cama,sabiendo que no podría dormir en toda la noche
#534
11/09/2011 22:50
Amor,lucha y rendición
Continuación Capítulo 1
-“Me temo que no puedo decirle mas que lo que ya le he dicho. No dispongo de los medios necesarios en mi consultorio para diagnosticar de manera precisa qué es lo que le ocurre a su señora madre ”
Gregoria se dirigía a Tristán y Soledad, mientras una despreocupada Francisca,recostada en su cama, se tomaba una tisana que le acababa de llevar Rosario.
-“No se porqué poneís esa cara de funeral.Me encuentro perfectamente,solo ha sido un pequeño desvanecimiento debido al cúmulo de trabajo que he tenido estos días”
-“Pero madre,la doctora…”
-“Pero nada Soledad.Ya os he dicho que me encuentro perfectamente.Y os lo voy a demostrar ahora mismo”
Francisca se dispuso a incorporarse de la cama cuando una nueva negrura empezó a nublarle la vista.Tristán acudió veloz para sostenerla en sus brazos antes de que cayera.
-“¿Lo ve madre?” Y dirigiéndose a Gregoria le insistió: -“Alguna solución habrá doctora.Díganos qué podemos hacer”
-“Lo mejor es que marchen mañana temprano a la capital.Contactaré con un compañero de Facultad que trabaja en el hospital y le pondré al corriente de la situación.Es necesario hacer más pruebas”
Francisca odiaba tener que ceder.Pero una inquietud empezaba a crecer en su corazón.
-“Está bien,será como diga doctora. Tristán,ordena a Mauricio que mañana temprano tenga preparada la calesa”.
Gregoria dirigió un gesto a Tristán y Soledad para que le acompañaran fuera de la alcoba. Mientras,Rosario acomodaba de nuevo a la señora que seguía refunfuñando por tener que ceder a las presiones de sus hijos y de esa condenada matasanos.
Mientras,en el pasillo...
-“No quiero engañarles,la cosa no pinta bien.Creo que erré mi diagnóstico inicial.El origen de las jaquecas puede ser más grave de lo que pensaba en un principio.Les aconsejo que tengan en consideración prepararse para recibir una mala noticia”.
Gregoria comenzó a descender las escaleras,dejando a unos desconcertados Tristán y Soledad mirándola marchar.
Soledad fue la primera en hablar. –“¿crees que puede ser algo grave,hermano?”
-“No lo se Soledad.Pero no adelantemos acontecimientos.Tal vez la doctora haya vuelto a errar en su diagnóstico.Si ya lo hizo con anterioridad,puede que en esta ocasión no sea diferente”. Qué absurdo.Ni él mismo se creía.
Tristán abrazó a su hermana y le dijo -“Acuéstate hermana.Mañana tenemos un largo día por delante”. Soledad le sonrió tímidamente y le besó en la mejilla.Después desapareció por el pasillo entrando en su habitación y cerrando la puerta.
Cuando la vio desaparecer,Tristán salió de la casa dispuesto a dirigirse a la Casa de Comidas.
Continuación Capítulo 1
-“Me temo que no puedo decirle mas que lo que ya le he dicho. No dispongo de los medios necesarios en mi consultorio para diagnosticar de manera precisa qué es lo que le ocurre a su señora madre ”
Gregoria se dirigía a Tristán y Soledad, mientras una despreocupada Francisca,recostada en su cama, se tomaba una tisana que le acababa de llevar Rosario.
-“No se porqué poneís esa cara de funeral.Me encuentro perfectamente,solo ha sido un pequeño desvanecimiento debido al cúmulo de trabajo que he tenido estos días”
-“Pero madre,la doctora…”
-“Pero nada Soledad.Ya os he dicho que me encuentro perfectamente.Y os lo voy a demostrar ahora mismo”
Francisca se dispuso a incorporarse de la cama cuando una nueva negrura empezó a nublarle la vista.Tristán acudió veloz para sostenerla en sus brazos antes de que cayera.
-“¿Lo ve madre?” Y dirigiéndose a Gregoria le insistió: -“Alguna solución habrá doctora.Díganos qué podemos hacer”
-“Lo mejor es que marchen mañana temprano a la capital.Contactaré con un compañero de Facultad que trabaja en el hospital y le pondré al corriente de la situación.Es necesario hacer más pruebas”
Francisca odiaba tener que ceder.Pero una inquietud empezaba a crecer en su corazón.
-“Está bien,será como diga doctora. Tristán,ordena a Mauricio que mañana temprano tenga preparada la calesa”.
Gregoria dirigió un gesto a Tristán y Soledad para que le acompañaran fuera de la alcoba. Mientras,Rosario acomodaba de nuevo a la señora que seguía refunfuñando por tener que ceder a las presiones de sus hijos y de esa condenada matasanos.
Mientras,en el pasillo...
-“No quiero engañarles,la cosa no pinta bien.Creo que erré mi diagnóstico inicial.El origen de las jaquecas puede ser más grave de lo que pensaba en un principio.Les aconsejo que tengan en consideración prepararse para recibir una mala noticia”.
Gregoria comenzó a descender las escaleras,dejando a unos desconcertados Tristán y Soledad mirándola marchar.
Soledad fue la primera en hablar. –“¿crees que puede ser algo grave,hermano?”
-“No lo se Soledad.Pero no adelantemos acontecimientos.Tal vez la doctora haya vuelto a errar en su diagnóstico.Si ya lo hizo con anterioridad,puede que en esta ocasión no sea diferente”. Qué absurdo.Ni él mismo se creía.
Tristán abrazó a su hermana y le dijo -“Acuéstate hermana.Mañana tenemos un largo día por delante”. Soledad le sonrió tímidamente y le besó en la mejilla.Después desapareció por el pasillo entrando en su habitación y cerrando la puerta.
Cuando la vio desaparecer,Tristán salió de la casa dispuesto a dirigirse a la Casa de Comidas.
#535
11/09/2011 22:51
Amor,lucha y rendición
Capítulo 2
El camino hacia la casa de comidas se le hizo inusualmente largo.No podía quitarse de la cabeza la posible enfermedad de su madre.Ella,Francisca Montenegro,siempre había sido fuerte,dura…a veces hasta había dudado de que tuviera corazón.Bien es cierto que nunca se había mostrado especialmente cariñosa con él o con Soledad,pero no siempre había sido así.Recordó escenas del pasado,cuando él no era mas que un mocoso de 7 años.Su madre, estaba protegiéndole de una buena tunda que Salvador Montenegro pretendía propinarle por haber roto uno de los jarrones de la casona mientras jugaba con otros niños del pueblo. Él sabía,que a su manera,ella les quería.Aunque era una manera muy particular de querer.”Hay amores que matan” pensó.Pero sin embargo,no podía dejar de sentir dolor por ella.Después de todo,era su madre.
Alejó por un momento sus pensamientos cuando vio luz encendida en una de las habitaciones de la posada.Bajó de su caballo y encaminó sus pasos hacia allí.Cuando estuvo frente a la puerta,la golpeó suavemente.
-”Pepa,abre.Soy yo”
Pepa escuchó la voz de su capitán y enseguida percibió que algo no iba bien.Corrió hacia la puerta y se encontró a un apesadumbrado Tristán.
-“¿Qué ocurre amor mio? Es tarde y ya nos habíamos despedido al atardecer junto al rio”
-“Pepa,tengo algo que contarte.Es importante”
Pasaron a la habitación y se sentaron en la cama.Pepa observó detenidamente a Tristan.Sabía que había ido a contarle algo,pero las palabras no salían de su boca.
-“Habla soldado.¿Qué es lo que te inquieta?” le dijo mientras tomaba suavemente su mano entre las suyas.
-“Se trata de mi madre Pepa.Está enferma,y no sabemos qué es lo que tiene.He venido a despedirme de ti porque mañana partimos temprano hacia la capital.Allí necesitan hacerle más pruebas.Mi amor,la doctora nos da pocas esperanzas,y yo no se cómo encajar esto.Es…mi madre…”
-“No adelantes acontecimientos Tristán.Debemos tener confianza y esperar que esas pruebas de las que hablas no desvelen algo importante.Quizá esa doctora tan amable que nos ha tocado en gracia,está equivocada y solo quiere curarse en salud y ser precavida”
-“Tal vez Pepa,es lo que trato de repetirme continuamente…Pero no he venido únicamente para contarte esto.Necesito que me hagas un favor.Podrías llamar a la puerta de Sebastian y decirle que le espero en la puerta de la posada? Necesito ponerle al día de los asuntos de la conservera,ya que no se cuántos días durará nuestro viaje”.
Pepa se cubrió con su bata y se volvió hacia Tristan.Acarició su cabello y le dijo
-“No penes amor mio.Yo estaré siempre a tu lado”.
Tristán miró con infinito amor ese rostro que tanto amaba y no pudo mas que besarla con todo su corazón.Un beso que encerraba también la angustia e incertidumbre que atenazaba su alma.
- “Te quiero Pepa.Se que estoy en este mundo solo para amarte”.
Pepa besó dulcemente sus párpados y salió de la habitación
Capítulo 2
El camino hacia la casa de comidas se le hizo inusualmente largo.No podía quitarse de la cabeza la posible enfermedad de su madre.Ella,Francisca Montenegro,siempre había sido fuerte,dura…a veces hasta había dudado de que tuviera corazón.Bien es cierto que nunca se había mostrado especialmente cariñosa con él o con Soledad,pero no siempre había sido así.Recordó escenas del pasado,cuando él no era mas que un mocoso de 7 años.Su madre, estaba protegiéndole de una buena tunda que Salvador Montenegro pretendía propinarle por haber roto uno de los jarrones de la casona mientras jugaba con otros niños del pueblo. Él sabía,que a su manera,ella les quería.Aunque era una manera muy particular de querer.”Hay amores que matan” pensó.Pero sin embargo,no podía dejar de sentir dolor por ella.Después de todo,era su madre.
Alejó por un momento sus pensamientos cuando vio luz encendida en una de las habitaciones de la posada.Bajó de su caballo y encaminó sus pasos hacia allí.Cuando estuvo frente a la puerta,la golpeó suavemente.
-”Pepa,abre.Soy yo”
Pepa escuchó la voz de su capitán y enseguida percibió que algo no iba bien.Corrió hacia la puerta y se encontró a un apesadumbrado Tristán.
-“¿Qué ocurre amor mio? Es tarde y ya nos habíamos despedido al atardecer junto al rio”
-“Pepa,tengo algo que contarte.Es importante”
Pasaron a la habitación y se sentaron en la cama.Pepa observó detenidamente a Tristan.Sabía que había ido a contarle algo,pero las palabras no salían de su boca.
-“Habla soldado.¿Qué es lo que te inquieta?” le dijo mientras tomaba suavemente su mano entre las suyas.
-“Se trata de mi madre Pepa.Está enferma,y no sabemos qué es lo que tiene.He venido a despedirme de ti porque mañana partimos temprano hacia la capital.Allí necesitan hacerle más pruebas.Mi amor,la doctora nos da pocas esperanzas,y yo no se cómo encajar esto.Es…mi madre…”
-“No adelantes acontecimientos Tristán.Debemos tener confianza y esperar que esas pruebas de las que hablas no desvelen algo importante.Quizá esa doctora tan amable que nos ha tocado en gracia,está equivocada y solo quiere curarse en salud y ser precavida”
-“Tal vez Pepa,es lo que trato de repetirme continuamente…Pero no he venido únicamente para contarte esto.Necesito que me hagas un favor.Podrías llamar a la puerta de Sebastian y decirle que le espero en la puerta de la posada? Necesito ponerle al día de los asuntos de la conservera,ya que no se cuántos días durará nuestro viaje”.
Pepa se cubrió con su bata y se volvió hacia Tristan.Acarició su cabello y le dijo
-“No penes amor mio.Yo estaré siempre a tu lado”.
Tristán miró con infinito amor ese rostro que tanto amaba y no pudo mas que besarla con todo su corazón.Un beso que encerraba también la angustia e incertidumbre que atenazaba su alma.
- “Te quiero Pepa.Se que estoy en este mundo solo para amarte”.
Pepa besó dulcemente sus párpados y salió de la habitación
#536
11/09/2011 22:52
Continuación Capitulo 2
-“Sebastian! Soy Pepa,ábreme por favor,es urgente”
Sebastian se incorporó sobresaltado en su cama.”¿Pepa?” Le costó unos segundos reaccionar. “Un momento,enseguida estoy contigo”. Se levantó rápidamente y abrió el cerrojo de la puerta.
-“¿Ocurre algo malo Pepa? Es muy tarde…Un momento…¡¿padre está bien? ¿Emilia?!”
-“Cálmate muchacho,ellos están bien.Duermen plácidamente.Se trata de Tristán.Está abajo y necesita hablar contigo,así que dáte prisa”.
-“Si si,claro.Vamos”
Ambos llegaron a la puerta de la posada,donde se encontraba Tristan apoyado en la pared.Cuando este les vio,enseguida se acercó a ellos.
-“Sebastián amigo,gracias por recibirme tan tarde.Pero necesito ponerte al corriente de los últimos acontecimientos”
-“Claro amigo,habla abiertamente.¿Acaso ocurre algo malo?”
Tristan y Pepa se miraron y ella corrió hacia él aferrandose fuertemente a su brazo.Era su manera de hacerle sentir que estaba junto a él en estos momentos.
-“Verás Sebastian…mañana mismo salgo de viaje hacia la capital.Mi madre necesita hacerse unas pruebas en el hospital y no se cuánto tiempo se demorará nuestra vuelta.Quiero que te encargues de todos los asuntos de la conservera.Confio en ti amigo.Tienes plenos poderes para tomar las decisiones que consideres oportunas en mi ausencia”
-“Claro amigo,confia en mi.Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.”
---------------------------------------------------------
Raimundo estaba realmente desesperado.No hacia mas que revolverse en la cama,muerto de inquietud por Francisca.Esos pensamientos le desconcertaban.”Después de todo lo que me ha hecho esa maldita mujer,¿a qué viene ese miedo a perderla para siempre? ¿Acaso no la perdí hace 30 años?” 30 años…de repente se convirtieron en 30 segundos y fue como si el tiempo no hubiera pasado.A quién quería engañar.Su corazón seguía latiendo cada día por una única razón.Francisca.Su pequeña…
No aguantó mas en la cama y fue hacia la ventana.Necesitaba aire que le refrescara el rostro,cerró los ojos un instante dejando que sus pulmones se llenaran con el frio aire de la noche,cuando de repente un sonido de voces le hizo abrir los ojos de repente.
-“¿Y es grave lo que tiene Doña Francisca,Tristán?”
-“No lo se amigo mio.Pero la doctora no nos ha dado muy buenas perspectivas”
-“Lo siento de veras amigo.Espero que a tu vuelta las noticias sean mas esperanzadoras”
Sebastian pensó por un instante en su padre,en Raimundo.¿Que sentiría cuándo supiera la gravedad de Francisca? Él conocía su secreto.Sabía que su padre aún la amaba,y de repente sintió temor al tener que darle la noticia.Lo que él no sabía es que no iba a ser necesario.Un roto Raimundo apretaba fuertemente los puños hasta hacerse sangre en las manos.Había escuchado la conversación entre su hijo y Tristan.
-”No puedo perderla.No otra vez…”.
Lágrimas de impotencia se derramaron lentamente por sus ojos quemándole el alma
-“Sebastian! Soy Pepa,ábreme por favor,es urgente”
Sebastian se incorporó sobresaltado en su cama.”¿Pepa?” Le costó unos segundos reaccionar. “Un momento,enseguida estoy contigo”. Se levantó rápidamente y abrió el cerrojo de la puerta.
-“¿Ocurre algo malo Pepa? Es muy tarde…Un momento…¡¿padre está bien? ¿Emilia?!”
-“Cálmate muchacho,ellos están bien.Duermen plácidamente.Se trata de Tristán.Está abajo y necesita hablar contigo,así que dáte prisa”.
-“Si si,claro.Vamos”
Ambos llegaron a la puerta de la posada,donde se encontraba Tristan apoyado en la pared.Cuando este les vio,enseguida se acercó a ellos.
-“Sebastián amigo,gracias por recibirme tan tarde.Pero necesito ponerte al corriente de los últimos acontecimientos”
-“Claro amigo,habla abiertamente.¿Acaso ocurre algo malo?”
Tristan y Pepa se miraron y ella corrió hacia él aferrandose fuertemente a su brazo.Era su manera de hacerle sentir que estaba junto a él en estos momentos.
-“Verás Sebastian…mañana mismo salgo de viaje hacia la capital.Mi madre necesita hacerse unas pruebas en el hospital y no se cuánto tiempo se demorará nuestra vuelta.Quiero que te encargues de todos los asuntos de la conservera.Confio en ti amigo.Tienes plenos poderes para tomar las decisiones que consideres oportunas en mi ausencia”
-“Claro amigo,confia en mi.Sabes que puedes contar conmigo para lo que quieras.”
---------------------------------------------------------
Raimundo estaba realmente desesperado.No hacia mas que revolverse en la cama,muerto de inquietud por Francisca.Esos pensamientos le desconcertaban.”Después de todo lo que me ha hecho esa maldita mujer,¿a qué viene ese miedo a perderla para siempre? ¿Acaso no la perdí hace 30 años?” 30 años…de repente se convirtieron en 30 segundos y fue como si el tiempo no hubiera pasado.A quién quería engañar.Su corazón seguía latiendo cada día por una única razón.Francisca.Su pequeña…
No aguantó mas en la cama y fue hacia la ventana.Necesitaba aire que le refrescara el rostro,cerró los ojos un instante dejando que sus pulmones se llenaran con el frio aire de la noche,cuando de repente un sonido de voces le hizo abrir los ojos de repente.
-“¿Y es grave lo que tiene Doña Francisca,Tristán?”
-“No lo se amigo mio.Pero la doctora no nos ha dado muy buenas perspectivas”
-“Lo siento de veras amigo.Espero que a tu vuelta las noticias sean mas esperanzadoras”
Sebastian pensó por un instante en su padre,en Raimundo.¿Que sentiría cuándo supiera la gravedad de Francisca? Él conocía su secreto.Sabía que su padre aún la amaba,y de repente sintió temor al tener que darle la noticia.Lo que él no sabía es que no iba a ser necesario.Un roto Raimundo apretaba fuertemente los puños hasta hacerse sangre en las manos.Había escuchado la conversación entre su hijo y Tristan.
-”No puedo perderla.No otra vez…”.
Lágrimas de impotencia se derramaron lentamente por sus ojos quemándole el alma
#537
11/09/2011 22:53
Capítulo 3 de Amor,lucha y rendición
Llegó el alba y con él las prisas por el viaje.La casona estaba revolucionada con los preparativos.Mauricio junto con alguno de sus hombres, bajaba el baúl con el equipaje de Francisca y Soledad.Mientras,en el exterior, una sombra ,escondida entre los arbustos del jardín, observaba sin perder detalle todo el movimiento que se estaba produciendo.
Tras el descubrimiento de la noticia de que Francisca se iba,Raimundo no soportaba la angustia por la marcha.Necesitaba salir.Correr.Gritar.Sin saber muy bien cómo,salió a la fria noche y vagó por la ribera del rio.Pero al final,sus pasos se encaminaron irremediablemente a la Casona.Tenía que verla.Por eso estaba allí,agazapado como si fuera un delincuente.”Acaso tiene algo de malo que me interese por su salud?,no,claro que no” pero aún así,no salió de su escondrijo.Ella no tardaría en aparecer. Justo ahora estaban subiendo el equipaje a la calesa.
De repente,la vió.Era ella.Tan bella como siempre,y esta vez,la reconoció con la dulzura y fragilidad de antaño.Su corazón quería correr hacia ella,porque amenazaba con salírsele del pecho.La boca se le secó.Quería acercarse.Necesitaba acercarse.
-“Francisca…”
Dios mio,esa voz.Cada vez que la escuchaba mil escalofrios recorrían su espalda.Se giró para encontrarse con los profundos ojos de Raimundo.
-“Ulloa,¡lárguese de aquí o le echo a patadas! Esto es una propiedad privada” bufó Mauricio mientras se acercaba amenzador a Raimundo.
-“¿Acaso te crees ahora el dueño de mi finca Mauricio?” los ojos de Francisca tenían un brillo peligroso. “El que se tiene que largar de mi vista ahora mismo eres tu.Vamos,lárgate”
Francisca se volvió de nuevo hacia Raimundo.Le temblaban las piernas,el cuerpo entero.Le temblaba el corazón.Como siempre que le veía.Pero,también como siempre,se puso su coraza revestida de fina ironía.
-“¿Qué estás haciendo aquí Raimundo? ¿Vienes a pedirme que te traiga alguna bagatela de la capital? ¿Tal vez una botella del mejor vino?”. Sabía que estaba siendo cruel,pero no quería que él notara el miedo que le atenazaba.
Raimundo la observó dolido.Pero la conocía demasiado bien.Sabía que estaba ocultando su temor.Eso le asustó,ya que Francisca parecía no tener nunca miedo a nada.
-“Mi pequeña…”
-“¡Cállate! No puedes llamarme así.Perdiste ese derecho hace muchos años” el dolor amenazaba con salir por su garganta,pero pronto logró dominarlo.“En serio Raimundo,¿qué quieres? No me hagas perder el tiempo.Como ves me marcho de viaje a la capital.Tengo que resolver unos…asuntos de negocios allí”
-“¿Negocios? Se porqué te vas Francisca.Se que estás enfema”
Francisca palideció. “Claro,y por supuesto has venido a regodearte.Pues que te quede clara una cosa Ulloa.Me encuentro perfectamente,asi que no saborees el triunfo.Se trata de un chequeo…rutinario.Hay Francisca Montenegro para rato”.Lo soltó todo de carrerilla y con la cabeza erguida de manera orgullosa.Pero no pudo evitar que le temblara la voz y se maldijo por ello.
-“Prométemelo…” susurró Raimundo.
-“¿Prometerte? ¿y qué es lo que tengo que prometerte yo a ti tabernero?”
Raimundo la taladró con sus profundos ojos castaños. -“Que habrá Francisca Montenegro para mucho tiempo”. Y sin más,se marchó alejándose por el camino que llevaba al pueblo.
Francisca se había quedado clavada en el sitio.No podía moverse y mucho menos respirar.Sentía que se estaba ahogando.Sus ojos,anegados en lágrimas le siguieron hasta que se perdió por el camino.
-“Madre,¿se encuentra bien?”
De repente Francisca soltó todo el aire que estaba conteniendo y se secó rapidamente esas lágrimas furtivas con el dorso de la mano.
-“Por supuesto Soledad.Subamos a la calesa y acabemos con esto cuanto antes”
Cuando estuvieron ya acomodadas,apareció Tristan en su caballo.
-“Buenos días madre.Si ya llevamos todo lo necesario y está usted de acuerdo,partiremos ya mismo”
-“Por supuesto hijo.Partamos”. Si,pensó Francisca.Llevaba todo lo necesario.Todo,excepto su corazón.Ese se había ido por el camino detrás de Raimundo
Llegó el alba y con él las prisas por el viaje.La casona estaba revolucionada con los preparativos.Mauricio junto con alguno de sus hombres, bajaba el baúl con el equipaje de Francisca y Soledad.Mientras,en el exterior, una sombra ,escondida entre los arbustos del jardín, observaba sin perder detalle todo el movimiento que se estaba produciendo.
Tras el descubrimiento de la noticia de que Francisca se iba,Raimundo no soportaba la angustia por la marcha.Necesitaba salir.Correr.Gritar.Sin saber muy bien cómo,salió a la fria noche y vagó por la ribera del rio.Pero al final,sus pasos se encaminaron irremediablemente a la Casona.Tenía que verla.Por eso estaba allí,agazapado como si fuera un delincuente.”Acaso tiene algo de malo que me interese por su salud?,no,claro que no” pero aún así,no salió de su escondrijo.Ella no tardaría en aparecer. Justo ahora estaban subiendo el equipaje a la calesa.
De repente,la vió.Era ella.Tan bella como siempre,y esta vez,la reconoció con la dulzura y fragilidad de antaño.Su corazón quería correr hacia ella,porque amenazaba con salírsele del pecho.La boca se le secó.Quería acercarse.Necesitaba acercarse.
-“Francisca…”
Dios mio,esa voz.Cada vez que la escuchaba mil escalofrios recorrían su espalda.Se giró para encontrarse con los profundos ojos de Raimundo.
-“Ulloa,¡lárguese de aquí o le echo a patadas! Esto es una propiedad privada” bufó Mauricio mientras se acercaba amenzador a Raimundo.
-“¿Acaso te crees ahora el dueño de mi finca Mauricio?” los ojos de Francisca tenían un brillo peligroso. “El que se tiene que largar de mi vista ahora mismo eres tu.Vamos,lárgate”
Francisca se volvió de nuevo hacia Raimundo.Le temblaban las piernas,el cuerpo entero.Le temblaba el corazón.Como siempre que le veía.Pero,también como siempre,se puso su coraza revestida de fina ironía.
-“¿Qué estás haciendo aquí Raimundo? ¿Vienes a pedirme que te traiga alguna bagatela de la capital? ¿Tal vez una botella del mejor vino?”. Sabía que estaba siendo cruel,pero no quería que él notara el miedo que le atenazaba.
Raimundo la observó dolido.Pero la conocía demasiado bien.Sabía que estaba ocultando su temor.Eso le asustó,ya que Francisca parecía no tener nunca miedo a nada.
-“Mi pequeña…”
-“¡Cállate! No puedes llamarme así.Perdiste ese derecho hace muchos años” el dolor amenazaba con salir por su garganta,pero pronto logró dominarlo.“En serio Raimundo,¿qué quieres? No me hagas perder el tiempo.Como ves me marcho de viaje a la capital.Tengo que resolver unos…asuntos de negocios allí”
-“¿Negocios? Se porqué te vas Francisca.Se que estás enfema”
Francisca palideció. “Claro,y por supuesto has venido a regodearte.Pues que te quede clara una cosa Ulloa.Me encuentro perfectamente,asi que no saborees el triunfo.Se trata de un chequeo…rutinario.Hay Francisca Montenegro para rato”.Lo soltó todo de carrerilla y con la cabeza erguida de manera orgullosa.Pero no pudo evitar que le temblara la voz y se maldijo por ello.
-“Prométemelo…” susurró Raimundo.
-“¿Prometerte? ¿y qué es lo que tengo que prometerte yo a ti tabernero?”
Raimundo la taladró con sus profundos ojos castaños. -“Que habrá Francisca Montenegro para mucho tiempo”. Y sin más,se marchó alejándose por el camino que llevaba al pueblo.
Francisca se había quedado clavada en el sitio.No podía moverse y mucho menos respirar.Sentía que se estaba ahogando.Sus ojos,anegados en lágrimas le siguieron hasta que se perdió por el camino.
-“Madre,¿se encuentra bien?”
De repente Francisca soltó todo el aire que estaba conteniendo y se secó rapidamente esas lágrimas furtivas con el dorso de la mano.
-“Por supuesto Soledad.Subamos a la calesa y acabemos con esto cuanto antes”
Cuando estuvieron ya acomodadas,apareció Tristan en su caballo.
-“Buenos días madre.Si ya llevamos todo lo necesario y está usted de acuerdo,partiremos ya mismo”
-“Por supuesto hijo.Partamos”. Si,pensó Francisca.Llevaba todo lo necesario.Todo,excepto su corazón.Ese se había ido por el camino detrás de Raimundo
#538
11/09/2011 22:56
Capitulo 4 de Amor,lucha y rendición
Raimundo limpió la mesa por tercera vez.Hacía ya cinco días que Francisca se había marchado y aún no habían tenido noticias por el pueblo.Desde entonces sentía como si no estuviera en su cuerpo.Estaba siempre ausente,distraido,se le caían las cosas…Solo tenía en mente una sola cosa.A Francisca.A su pequeña.
Emilia observó preocupada a su padre.Desde el día de la partida de la Señora,él no había sido el mismo.”Estoy bien hija,no te preocupes” era la respuesta que le ofrecía cuando ella se interesaba por él.¡Hombre testarudo! Capaz de escuchar las cuitas de todos pero incapaz de soltar prenda sobre su estado.De repente se le ocurrió una cosa.Quizá así,conseguiría que su padre se despejara por un momento.
-¡Padre! Quiero hacer un guiso con berenjenas para la comida de hoy,pero resulta que no me quedan! ¿Sería para usted mucha molestia acercarse a la conservera para encargárselas a Sebastian?-
Raimundo la miró de medio lado -¿Por qué no vas tu Emilia? No tengo demasiadas ganas de salir.Además hay muchos parroquianos por aquí- dijo mientras dirigía su mirada por la casa de comidas
-¿Y entonces qué? ¿se quedará usted encargado de la cocina?- Emilia agarró a su padre del brazo. - Además yo sola me basto y me sobro para atender a toda esta gente- Rió Emilia.- Ande padre,hágame caso.Un poco de aire fresco será bueno para usted-
Raimundo sabía que no podía discutir con Emilia.Era una batalla perdida.Cuando algo se metía en la cabeza de esa condenada muchacha no paraba hasta conseguirlo.Sonrió.”¡Ay mi niña! ¡Qué tozuda eres!” pensó mientras su pecho se henchía lleno de orgullo. -De acuerdo hija,se hará como tú digas- le dijo mientras le daba un toquecito con el dedo en la punta de la nariz. Después se quitó el delantal y salió camino de la conservera.
-Sebastián ¿se puede?- dijo Raimundo mientras abría la puerta del despacho de su hijo.
-Claro padre,pase- Sebastián se levantó y se acercó a recibirlo. -¿Qué le trae por aquí?
-Verás hijo,tu hermana quiere hacer un guiso y me envió para hacerte un encargo de berenjenas-
-Por supuesto,dígame cuántas necesita-
De repente la puerta del despacho se abrió.
-Señor Ulloa quería…¡oh,discúlpeme! No sabía que estaba ocupado.
Sebastian se levantó de su silla,mientras un avergonzado Valeriano estaba a punto de salir de allí como alma que lleva el diablo lamentándose por la interrupción.
-Valeriano,espere hombre- sonrió Sebastián -Solo hablaba con mi padre.Y ya que estás aquí,te agradecería que te acercaras con él almacen y le entregaras unos tarros de conserva que necesita- El jóven se dirigió a su padre –Disculpe padre,pero no puedo ausentarme del despacho.Estoy esperando la visita de un posible inversor
-Claro Señor Ulloa,será un placer acompañar a su padre y ofrecerle lo que necesite
Raimundo miró orgulloso a su muchacho -No te aflijas Sebastián.El deber es lo primero- Se volvió hacia Valeriano. –Vayamos pues a por esos tarros- dijo Raimundo mientras le daba una palmadita en el hombro
“Parece que hoy está mas animado” pensó Sebastian mientras volvía a sus quehaceres
Raimundo limpió la mesa por tercera vez.Hacía ya cinco días que Francisca se había marchado y aún no habían tenido noticias por el pueblo.Desde entonces sentía como si no estuviera en su cuerpo.Estaba siempre ausente,distraido,se le caían las cosas…Solo tenía en mente una sola cosa.A Francisca.A su pequeña.
Emilia observó preocupada a su padre.Desde el día de la partida de la Señora,él no había sido el mismo.”Estoy bien hija,no te preocupes” era la respuesta que le ofrecía cuando ella se interesaba por él.¡Hombre testarudo! Capaz de escuchar las cuitas de todos pero incapaz de soltar prenda sobre su estado.De repente se le ocurrió una cosa.Quizá así,conseguiría que su padre se despejara por un momento.
-¡Padre! Quiero hacer un guiso con berenjenas para la comida de hoy,pero resulta que no me quedan! ¿Sería para usted mucha molestia acercarse a la conservera para encargárselas a Sebastian?-
Raimundo la miró de medio lado -¿Por qué no vas tu Emilia? No tengo demasiadas ganas de salir.Además hay muchos parroquianos por aquí- dijo mientras dirigía su mirada por la casa de comidas
-¿Y entonces qué? ¿se quedará usted encargado de la cocina?- Emilia agarró a su padre del brazo. - Además yo sola me basto y me sobro para atender a toda esta gente- Rió Emilia.- Ande padre,hágame caso.Un poco de aire fresco será bueno para usted-
Raimundo sabía que no podía discutir con Emilia.Era una batalla perdida.Cuando algo se metía en la cabeza de esa condenada muchacha no paraba hasta conseguirlo.Sonrió.”¡Ay mi niña! ¡Qué tozuda eres!” pensó mientras su pecho se henchía lleno de orgullo. -De acuerdo hija,se hará como tú digas- le dijo mientras le daba un toquecito con el dedo en la punta de la nariz. Después se quitó el delantal y salió camino de la conservera.
-Sebastián ¿se puede?- dijo Raimundo mientras abría la puerta del despacho de su hijo.
-Claro padre,pase- Sebastián se levantó y se acercó a recibirlo. -¿Qué le trae por aquí?
-Verás hijo,tu hermana quiere hacer un guiso y me envió para hacerte un encargo de berenjenas-
-Por supuesto,dígame cuántas necesita-
De repente la puerta del despacho se abrió.
-Señor Ulloa quería…¡oh,discúlpeme! No sabía que estaba ocupado.
Sebastian se levantó de su silla,mientras un avergonzado Valeriano estaba a punto de salir de allí como alma que lleva el diablo lamentándose por la interrupción.
-Valeriano,espere hombre- sonrió Sebastián -Solo hablaba con mi padre.Y ya que estás aquí,te agradecería que te acercaras con él almacen y le entregaras unos tarros de conserva que necesita- El jóven se dirigió a su padre –Disculpe padre,pero no puedo ausentarme del despacho.Estoy esperando la visita de un posible inversor
-Claro Señor Ulloa,será un placer acompañar a su padre y ofrecerle lo que necesite
Raimundo miró orgulloso a su muchacho -No te aflijas Sebastián.El deber es lo primero- Se volvió hacia Valeriano. –Vayamos pues a por esos tarros- dijo Raimundo mientras le daba una palmadita en el hombro
“Parece que hoy está mas animado” pensó Sebastian mientras volvía a sus quehaceres
#539
11/09/2011 22:57
Continuación Capitulo 4
-En fin,creo que con esto será suficiente.Muchas gracias por su ayuda Valeriano- le dijo Raimundo mientras estrechaba su mano
-A mandar Don Raimundo-
-Apéame el tratamiento hombre.Nada nos diferencia a ti y a mi.Ambos somos personas honestas y trabajadoras- Valeriano sonrió. –Y ahora si me disculpas iré a despedirme de mi hijo Sebastián-
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
-Si que eres trabajador amigo,veo que la empresa está en muy buenas manos-
Sebastián asomó la cabeza de entre una pila de papeles. –Tristán amigo! Al fin habeis vuelto.Estaba tan ensimismado mirando unas facturas que no sentí la puerta- Sebastian se acercó a su amigo y ambos se fundieron en un sincero y fraternal abrazo.
-Ya me di cuenta- rió Tristan. –¿Te parece y nos sentamos?
Cuando ya estuvieron sentados,Sebastián se atrevió a hacer la pregunta que le rondaba en la cabeza desde que había visto a Tristán.
-¿Qué tal el viaje? ¿cómo se encuentra tu madre? Espero que las pruebas fueran satisfacto…- No puedo terminar la frase.La mirada apesadumbrada que le estaba ofreciendo Tristán había respondido por él –No es así,verdad amigo?
-No Sebastián,no lo han sido…Mi…madre…tiene un tumor y si no se operá morirá.Y aunque se opere,las posibilidades de éxito son mínimas-
De repente un fortísimo estruendo les sobresaltó.Ambos se levantaron y corrieron hacia la puerta,que se encontraba entreabierta.La visión que tuvieron en ese instante conmocionó a ambos jóvenes.Varios tarros de cristal rotos en el suelo,y un Raimundo con las manos ensangrentadas por los cortes llorando amargas lágrimas.
-Padre!! Se encuentra bien?- Sebastián agarró sus manos –Tenemos que llevarle ahora mismo con la doctora Casas.Ha de curarle estas heridas-
-Mis heridas son mucho mas profundas y no las puede curar ninguna doctora- Raimundo se volvió hacia Tristan –¿Dónde está ahora Francisca?
Tristán estaba estupefacto –Está en la Casona Raimundo.Pero será mejor que vayamos a curarle esos cortes-
Raimundo se zafó de las manos de su hijo –No Tristán,ahora no. Antes debo ir a curar otra herida- Y dando media vuelta,se marchó dejando a un asombrado Tristán y un preocupado Sebastián
-¿Qué ha querido decir? ¿Sabes a dónde puede dirigirse?-
-Me temo que sí amigo- Sebastian puso su brazo en el hombro de Tristan. -Pasa,será mejor que te cuente una historia que ocurrió hace muchos años…-
-En fin,creo que con esto será suficiente.Muchas gracias por su ayuda Valeriano- le dijo Raimundo mientras estrechaba su mano
-A mandar Don Raimundo-
-Apéame el tratamiento hombre.Nada nos diferencia a ti y a mi.Ambos somos personas honestas y trabajadoras- Valeriano sonrió. –Y ahora si me disculpas iré a despedirme de mi hijo Sebastián-
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-Si que eres trabajador amigo,veo que la empresa está en muy buenas manos-
Sebastián asomó la cabeza de entre una pila de papeles. –Tristán amigo! Al fin habeis vuelto.Estaba tan ensimismado mirando unas facturas que no sentí la puerta- Sebastian se acercó a su amigo y ambos se fundieron en un sincero y fraternal abrazo.
-Ya me di cuenta- rió Tristan. –¿Te parece y nos sentamos?
Cuando ya estuvieron sentados,Sebastián se atrevió a hacer la pregunta que le rondaba en la cabeza desde que había visto a Tristán.
-¿Qué tal el viaje? ¿cómo se encuentra tu madre? Espero que las pruebas fueran satisfacto…- No puedo terminar la frase.La mirada apesadumbrada que le estaba ofreciendo Tristán había respondido por él –No es así,verdad amigo?
-No Sebastián,no lo han sido…Mi…madre…tiene un tumor y si no se operá morirá.Y aunque se opere,las posibilidades de éxito son mínimas-
De repente un fortísimo estruendo les sobresaltó.Ambos se levantaron y corrieron hacia la puerta,que se encontraba entreabierta.La visión que tuvieron en ese instante conmocionó a ambos jóvenes.Varios tarros de cristal rotos en el suelo,y un Raimundo con las manos ensangrentadas por los cortes llorando amargas lágrimas.
-Padre!! Se encuentra bien?- Sebastián agarró sus manos –Tenemos que llevarle ahora mismo con la doctora Casas.Ha de curarle estas heridas-
-Mis heridas son mucho mas profundas y no las puede curar ninguna doctora- Raimundo se volvió hacia Tristan –¿Dónde está ahora Francisca?
Tristán estaba estupefacto –Está en la Casona Raimundo.Pero será mejor que vayamos a curarle esos cortes-
Raimundo se zafó de las manos de su hijo –No Tristán,ahora no. Antes debo ir a curar otra herida- Y dando media vuelta,se marchó dejando a un asombrado Tristán y un preocupado Sebastián
-¿Qué ha querido decir? ¿Sabes a dónde puede dirigirse?-
-Me temo que sí amigo- Sebastian puso su brazo en el hombro de Tristan. -Pasa,será mejor que te cuente una historia que ocurrió hace muchos años…-
#540
11/09/2011 22:58
Capítulo 5 de Amor,lucha y rendición
Se refugió en la biblioteca. Necesitaba un poco de paz y tranquilidad. Agradecía los cuidados de Soledad, pero como esa muchacha volviera a decirle lo que podía o no podía hacer iba a volverse loca. Se sentó tras la mesa de su despacho y abrió el cajón. Sacó cuidadosamente el libro que había al fondo y lo abrió por la primera página.
“Que estas rimas sean el principio de una pasión compartida
R.”
Raimundo. Cómo había recordado a ese condenado tabernero todos estos días pasados. Bueno, en realidad, le había recordado cada hora, cada minuto y cada segundo de su triste vida. Acarició cada una de las palabras que él le había escrito con suavidad por miedo a que el roce de sus dedos las hiciera desaparecer. Volvieron a su mente las palabras que cruzó con él no hace tanto tiempo.”Cuán distinto hubiera sido todo si tu…nosotros…”.Ellos.Su amor.Pero solo hubo sufrimiento y dolor por la separación. Y lucha. También rencor. Sentía que sus disputas con él habían conseguido que cada mañana pudiera levantarse de la cama y afrontar un nuevo día solo por el simple hecho de que quizá podrían cruzar sus miradas aunque fuera bajo las duras palabras de una pelea. Sonrió. Realmente Raimundo era un buen contrincante. Pero también era algo mucho más importante para ella. Era su vida. Era su amor.
Se levantó y fue hacia la ventana. Se acomodó en su silla, cerró los ojos y recordó. Volvía a ser una niña de 15 años corriendo despreocupada por el campo. Pero siempre con él a su lado. Los dos riendo, los dos hablando, los dos besándose con pasión, los dos…amándose. Aferró el libro contra su pecho, aquel que él le había regalado hace tanto tiempo y que ella había conservado como su mayor tesoro. Y lloró. Lloró por su amor perdido y por la vida que no había podido disfrutar junto a él.
Raimundo observaba a Francisca desde la puerta de la biblioteca. Se había colado en la Casona sin hacer ruido. Necesita verla y sanar su alma atormentada. La de Francisca y la suya propia. Pero no contaba con verla aferrada a aquel libro que tanto significaba para los dos. Su corazón se paró por un instante, para volver a latir a continuación con más fuerza si cabe. Sin hacer ruido se acercó hasta ella. Una sonrisa llena de ternura y de amor se dibujó en su rostro al contemplarla. ¡Era tan bella! ¡Cómo había podido sobrevivir todo este tiempo sin ella! Pero sobre todo, cómo iba a poder vivir en un mundo sin ella...
Francisca tenía grabado a fuego en su alma cada momento vivido con Raimundo. Sonrió dulcemente y se ruborizó al evocar los momentos de pasión que habían compartido. Recordaba a la perfección cada línea de su cara y cada pliegue de su cuerpo. Su olor. Ese aroma a jabón y madera. Y a hombre. Sus fosas se abrieron para volver a aspirar ese perfume.
Y susurró…-Raimundo…-
-Mi pequeña…-
Francisca abrió suavemente los ojos para volver a perderse en la profundidad de los ojos castaños de Raimundo, que en ese momento estaba arrodillado junto a ella.
Se refugió en la biblioteca. Necesitaba un poco de paz y tranquilidad. Agradecía los cuidados de Soledad, pero como esa muchacha volviera a decirle lo que podía o no podía hacer iba a volverse loca. Se sentó tras la mesa de su despacho y abrió el cajón. Sacó cuidadosamente el libro que había al fondo y lo abrió por la primera página.
“Que estas rimas sean el principio de una pasión compartida
R.”
Raimundo. Cómo había recordado a ese condenado tabernero todos estos días pasados. Bueno, en realidad, le había recordado cada hora, cada minuto y cada segundo de su triste vida. Acarició cada una de las palabras que él le había escrito con suavidad por miedo a que el roce de sus dedos las hiciera desaparecer. Volvieron a su mente las palabras que cruzó con él no hace tanto tiempo.”Cuán distinto hubiera sido todo si tu…nosotros…”.Ellos.Su amor.Pero solo hubo sufrimiento y dolor por la separación. Y lucha. También rencor. Sentía que sus disputas con él habían conseguido que cada mañana pudiera levantarse de la cama y afrontar un nuevo día solo por el simple hecho de que quizá podrían cruzar sus miradas aunque fuera bajo las duras palabras de una pelea. Sonrió. Realmente Raimundo era un buen contrincante. Pero también era algo mucho más importante para ella. Era su vida. Era su amor.
Se levantó y fue hacia la ventana. Se acomodó en su silla, cerró los ojos y recordó. Volvía a ser una niña de 15 años corriendo despreocupada por el campo. Pero siempre con él a su lado. Los dos riendo, los dos hablando, los dos besándose con pasión, los dos…amándose. Aferró el libro contra su pecho, aquel que él le había regalado hace tanto tiempo y que ella había conservado como su mayor tesoro. Y lloró. Lloró por su amor perdido y por la vida que no había podido disfrutar junto a él.
Raimundo observaba a Francisca desde la puerta de la biblioteca. Se había colado en la Casona sin hacer ruido. Necesita verla y sanar su alma atormentada. La de Francisca y la suya propia. Pero no contaba con verla aferrada a aquel libro que tanto significaba para los dos. Su corazón se paró por un instante, para volver a latir a continuación con más fuerza si cabe. Sin hacer ruido se acercó hasta ella. Una sonrisa llena de ternura y de amor se dibujó en su rostro al contemplarla. ¡Era tan bella! ¡Cómo había podido sobrevivir todo este tiempo sin ella! Pero sobre todo, cómo iba a poder vivir en un mundo sin ella...
Francisca tenía grabado a fuego en su alma cada momento vivido con Raimundo. Sonrió dulcemente y se ruborizó al evocar los momentos de pasión que habían compartido. Recordaba a la perfección cada línea de su cara y cada pliegue de su cuerpo. Su olor. Ese aroma a jabón y madera. Y a hombre. Sus fosas se abrieron para volver a aspirar ese perfume.
Y susurró…-Raimundo…-
-Mi pequeña…-
Francisca abrió suavemente los ojos para volver a perderse en la profundidad de los ojos castaños de Raimundo, que en ese momento estaba arrodillado junto a ella.