SERIENUEVA-ALMAS ASESINAS/rondaba el año 2038.../serie de 5 temporadas
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20/08/2010 23:39
nueva serie
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ALMAS ASESINAS
blog de la serie(https://blogs.formulatv.com/miserie-osc/)
organizacion secreta del crimen-internado valle seco.(OSC)
organización secreta de la justicia-internado aureola.(OSJ)
en el año 2038 existe una organización creada para el mal.
una organización que no se sabe desde cuando descienden sus orígenes 1700, 1800, 1900...la fecha se desconoce.
Esta organización se denomina como la organización secreta del crimen, solo los que han pertenecido alguna vez a ella saben de su existencia.
esta organización vive oculta y repartida por todos los continentes del planeta tierra, con academias especializadas en expertos en materias solo diseñadas para la maldad.
esta organización está muy avanzada en tecnologías, e inteligencia en cada uno de sus miembros, van más de 10 años en informática e ingeniaría con el resto del mundo.
Son capaces de crear máquinas que curen enfermedades desconocidas e incluso de crear ellos mismos esas enfermedades. Allá por el año 1985 fue cuando se empezó a construir un internado, en el pueblo valle seco, un internado que se utilizaría como tapadera para atraer a los infantes y adolescentes a pertenecer a esa organización y trasmitirles la educación como asesinos, timadores y ladrones profesionales desde niños. Hoy en día, en el año 2038 ese internado sigue abierto, recibiendo alumnos todos los días, pero muy recientemente hace 20 años, que uno de sus miembros abandonó esa organización y consiguió crear otra organización en torno a la bondad.
La organización secreta de la justicia, que solo lleva construido desde hace 3 meses y medio su propio internado, utilizado con el mismo fin que el internado valle seco, llevando por nombre el internado aureola, y dirigido por el anterior ex-director del internado enemigo durante 8 meses, Germán Puertas, tataranieto del fundador de la organización del crimen.
Si quieres conocer los secretos de la OSC, adelante, empieza a leer, esta es su historia...
Visita el blog si quieres leer una descripción detallada de todos los personajes...
blog de la serie(https://blogs.formulatv.com/miserie-osc/)
titulos capitulos por temporadas
PRIMERA TEMPORADA
1.Justicia.
2.recuerdos.
3.mosquitos.
4.lava.
5.averiguaciones.
6.mazmorras.
7.exconvictos.
8.infiltrada.
9.intrusos.
10.enamorados.
11.despedida.
SEGUNDA TEMPORADA
1.celos.
2.cancelación.
3.adicción.
4.obsesión.
5.emboscada.
6.bacanal.
7.debilidad.
8.advertencia.
9.epidemia.
10.gravedad.
11.celebración.
TERCERA TEMPORADA
1.temores.
2.deseos
3.maldecidas
4.solución
5.identidades
6.catástrofe
7.irresistible
8.festival
9.filmación
10.ritual
11.trampa
CUARTA TEMPORADA
1. Reinado
2. Vivo
3. Memoria
4. Ataque
5. Ruptura
6. Bailarinas
7. Pecado
8. Confesiones
9. Guerra
10. Abandono
11. Sacrificio
QUINTA TEMPORADA
1.crueldad
2.cambio
3.atracción
4.emociones
5.romances
6.aniversario
7.amenazas
8.extranjero
9.adultos
10.dramas
11.respuestas
LAS 5 TEMPORADAS COMPLETAS CON FINAL RESUELTO
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ALMAS ASESINAS
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organizacion secreta del crimen-internado valle seco.(OSC)
organización secreta de la justicia-internado aureola.(OSJ)
en el año 2038 existe una organización creada para el mal.
una organización que no se sabe desde cuando descienden sus orígenes 1700, 1800, 1900...la fecha se desconoce.
Esta organización se denomina como la organización secreta del crimen, solo los que han pertenecido alguna vez a ella saben de su existencia.
esta organización vive oculta y repartida por todos los continentes del planeta tierra, con academias especializadas en expertos en materias solo diseñadas para la maldad.
esta organización está muy avanzada en tecnologías, e inteligencia en cada uno de sus miembros, van más de 10 años en informática e ingeniaría con el resto del mundo.
Son capaces de crear máquinas que curen enfermedades desconocidas e incluso de crear ellos mismos esas enfermedades. Allá por el año 1985 fue cuando se empezó a construir un internado, en el pueblo valle seco, un internado que se utilizaría como tapadera para atraer a los infantes y adolescentes a pertenecer a esa organización y trasmitirles la educación como asesinos, timadores y ladrones profesionales desde niños. Hoy en día, en el año 2038 ese internado sigue abierto, recibiendo alumnos todos los días, pero muy recientemente hace 20 años, que uno de sus miembros abandonó esa organización y consiguió crear otra organización en torno a la bondad.
La organización secreta de la justicia, que solo lleva construido desde hace 3 meses y medio su propio internado, utilizado con el mismo fin que el internado valle seco, llevando por nombre el internado aureola, y dirigido por el anterior ex-director del internado enemigo durante 8 meses, Germán Puertas, tataranieto del fundador de la organización del crimen.
Si quieres conocer los secretos de la OSC, adelante, empieza a leer, esta es su historia...
Visita el blog si quieres leer una descripción detallada de todos los personajes...
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titulos capitulos por temporadas
PRIMERA TEMPORADA
1.Justicia.
2.recuerdos.
3.mosquitos.
4.lava.
5.averiguaciones.
6.mazmorras.
7.exconvictos.
8.infiltrada.
9.intrusos.
10.enamorados.
11.despedida.
SEGUNDA TEMPORADA
1.celos.
2.cancelación.
3.adicción.
4.obsesión.
5.emboscada.
6.bacanal.
7.debilidad.
8.advertencia.
9.epidemia.
10.gravedad.
11.celebración.
TERCERA TEMPORADA
1.temores.
2.deseos
3.maldecidas
4.solución
5.identidades
6.catástrofe
7.irresistible
8.festival
9.filmación
10.ritual
11.trampa
CUARTA TEMPORADA
1. Reinado
2. Vivo
3. Memoria
4. Ataque
5. Ruptura
6. Bailarinas
7. Pecado
8. Confesiones
9. Guerra
10. Abandono
11. Sacrificio
QUINTA TEMPORADA
1.crueldad
2.cambio
3.atracción
4.emociones
5.romances
6.aniversario
7.amenazas
8.extranjero
9.adultos
10.dramas
11.respuestas
LAS 5 TEMPORADAS COMPLETAS CON FINAL RESUELTO
#181
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09/12/2010 22:49
Azucena entró al baño, se levantó la falda y se sentó en el retrete.
Mientras tanto, afuera, entraron dos chicas más de su misma clase con el mismo uniforme negro y gris.
compañeradeclase2: hola Maite.
compañeradeclase1: hola Cristina-dijo ella suspirando.
compañeradeclase2: Maite ¿que son estos nombres de chicos escritos en el espejo?
compañeradeclase1:es que estaba haciendo una especie de sondeo con Azucena, son los nombres de los chicos que le quedaban por conseguir llevarse a su cama.
compañeradeclase2: que? esa guarra ya se ha tirado a toda la clase?
compañeradeclase1: ya ves, a todos menos a Federico y a David.
compañeradeclase3: claro, no sabe nada la muy zorra, deja a los más feos para nosotras, verdad?
compañeradeclase2: aún se creerá la reina de la clase por haberse enrollado con todos.
compañeradeclase3: sí, cuando en realidad es la puta universal de la organización!
compañeradeclase1: sssssssssssshhhhhhhhhhhhhhhh!! bajar la voz, Azucena está en el baño, y podía escucharnos...
compañeradeclase3: que va, esa guarra seguro que no se lava ni las orejas, no sé como puede vivir con la conciencia tranquila después de haberse restregado hasta con el cartero cuando viene de visita.
Las 3 compañeras de clase se rieron, y salieron del cuarto de baño muertas de la risa.
Azucena en ese momento salió del baño, ella abrió la puerta, y vio como se iban sus tres compañeras carcajeándose de ella, y Azucena habiendo escuchado toda la conversación entre ellas, lloró, con los ojos enrojecidos.
Tras un rato, Azucena volvió al aula. Y delante de todos, antes de que el profesor llegara, descargó toda su rabia hacia todas sus compañeras femeninas, disparándolas, a sangre fría, con su pistola de oro que le había regalado el director José Luis cuando ella tenía 6 años.
Durante la matanza el director José Luis y un científico en bata blanca de los laboratorios de los pasadizos secretos, pasaron por allí cerca, y lo vieron todo.
El científico con una jeringuilla en la mano se iba a acercar a Azucena pero José Luis, le detuvo.
José Luis: déjala! vuelve aquí y deja tranquila a Azucena!
científico: yo... solo iba a sedarla.
José Luis: no merece la pena que intervengas en este caso, mírala, mira a Azucena, ¿tú has visto con que seguridad agarra el mango de la pistola? estamos en la organización secreta del crimen, jamás, en todos mis años de experiencia, he visto a nadie mirar a los ojos a sus victimas y dispararles con tanta frialdad y odio, cuando estén todas muertas, limpia la sangre de los pupitres y traslada los cadáveres a la nevera de los pasadizos, no quiero que nadie se entere de lo que ha pasado. Si es necesario, opérales a todos de su memoria para que olviden a dichas alumnas, Azucena es desde hoy mi protegida.
científico: pero... no se puede disparar a nadie de dentro de la organización, somos asesinos profesionales, sí, pero contra la gente de la calle no contra nosotros mismos, si algún miembro mata a otro eso implica un castigo, que es o bien el encierro permanente o temporal en las mazmorras, o bien la expulsión de la organización o en casos extremos, la muerte.
José Luis: Azucena es diferente, es mi protegida, esta organización necesita gente como ella, yo como director tengo impunidad y licencia para matar a quien quiera dentro o fuera de la organización y nadie me puede castigar por ello, pues bien, quiero que de ahora en adelante trates a Azucena como si fuera yo mismo.
científico: pero señor José Luis...
José Luis: no hay peros que valgan, Azucena es importante para esta organización, asegúrate de no dejar ninguna prueba a la vista sobre los asesinatos de dichas alumnas.
científico: sí, se hará como ordené señor José Luis.
fin del flash-back.
Azucena tras haber echado la vista atrás en sus recuerdos, volvió a guardar la pistola de oro en el escritorio, y se sentó en su butaca de cuero negro, tras la mesa de roble.
Lejos de allí, en la otra organización, en la organización secreta de la justicia, en el interior del internado aureola, en la sala de reuniones con el mapa en la pared con los sitios donde les faltaba por atacar marcados con chinchetas rojas, y los sitios que habían visitado ya y estaban todos sus habitantes muertos (miembros de la organización del crimen) con chinchetas negras, tenía lugar a esa hora otra de sus reuniones.
Allí estaban varios profesores y alumnos de bachillerato con el uniforme blanco y azul marino, con el emblema azul de las letras OSJ tridimensionales y movibles.
La mesa la presidían Germán Puertas y Nuria Destino.
Germán: bienvenidos a todos otra vez una vez más a otra de nuestras reuniones, como ya debéis saber no conseguimos lo que pretendíamos con la emboscada que organizamos hacia el internado enemigo, las cosas no salieron bien, y nos tendieron una trampa por la que nos vimos obligados a abandonar el lugar, no conseguimos eliminar a ningún miembro importante de la organización del crimen. Pero durante la emboscada alguien muy importante murió, aunque no fue gracias a ningún disparo de nuestros soldados, pero hoy por hoy sabemos que Jorge, mi hermano, está muerto, quedando así vacante el puesto de director del internado valle seco. Cómo ya sabéis la familia Puertas como familia fundadora que construyó el internado hace generaciones siempre ha dependido de un descendiente varón para dirigir el puesto, pero ahora con mi hermano muerto y yo al cargo de la organización enemiga, el único miembro que queda de la familia Puertas es mi sobrino Carlos, que por desgracia es menor de edad. Así pues seguramente en el internado habrán hecho una votación popular para elegir al nuevo director. Tenemos como misión averiguar quién es el nuevo director del internado valle seco, ya que según quien sea nuestro objetivo será a partir de ahora más difícil o más fácil, como ya sabéis, como ex-miembro de la organización enemiga, ex-alumno, ex-profesor y ex-director, conozco a muchas de las personas de dentro de esa escuela. Y sé muy bien por quien han votado la mayoría de los directivos, y demás profesores, por el único hijo del venerable científico Segismundo Amadeo, el psicólogo del colegio Fabián. Estoy casi seguro que lo han nombrado a él director en ausencia de mi hermano Jorge, pero por si acaso, y solo por si acaso me equivoco, de ahora hasta la próxima reunión tenéis que pensar algún plan o estratagema para averiguarlo y poder confírmalo.
Una vez dicho esto, esta reunión queda zanjada. Podéis abandonar la sala.
Todos se levantaron y salieron del lugar.
Germán también salió de la sala tras ellos pero Nuria se quedó dentro muy extrañada mirando alrededor suyo.
Germán: Nuria ¿qué te sucede?
Nuria: nada, solo que encuentro a faltar a Julia, desde el día de la emboscada que no la vemos ¿sabes algo de ella?
Germán: no te preocupes por Julia, está bien, está en los laboratorios de los pasadizos secretos cuidando de sus dos hijos pequeños de 6 años Aníbal y Alberto.
Nuria: qué les ha pasado a Aníbal y a Alberto? están enfermos?
Germán: no, solo están un poco débiles porque les dimos una formula que beber para reducirles la superfuerza para que no fueran un peligro para el resto de niños de su clase, y como no están acostumbrados a tener la fuerza normal de niños de 6 años, pues casi no pueden ni moverse, pero el efecto es temporal, cuando se habitúen a su nueva vida sin superfuerza estarán perfectamente.
Nuria: uf! menos mal, por un momento creí que tanto Julia como sus hijos podrían haber sufrido algún percance y estuvieran ahora muertos.
Mientras tanto, afuera, entraron dos chicas más de su misma clase con el mismo uniforme negro y gris.
compañeradeclase2: hola Maite.
compañeradeclase1: hola Cristina-dijo ella suspirando.
compañeradeclase2: Maite ¿que son estos nombres de chicos escritos en el espejo?
compañeradeclase1:es que estaba haciendo una especie de sondeo con Azucena, son los nombres de los chicos que le quedaban por conseguir llevarse a su cama.
compañeradeclase2: que? esa guarra ya se ha tirado a toda la clase?
compañeradeclase1: ya ves, a todos menos a Federico y a David.
compañeradeclase3: claro, no sabe nada la muy zorra, deja a los más feos para nosotras, verdad?
compañeradeclase2: aún se creerá la reina de la clase por haberse enrollado con todos.
compañeradeclase3: sí, cuando en realidad es la puta universal de la organización!
compañeradeclase1: sssssssssssshhhhhhhhhhhhhhhh!! bajar la voz, Azucena está en el baño, y podía escucharnos...
compañeradeclase3: que va, esa guarra seguro que no se lava ni las orejas, no sé como puede vivir con la conciencia tranquila después de haberse restregado hasta con el cartero cuando viene de visita.
Las 3 compañeras de clase se rieron, y salieron del cuarto de baño muertas de la risa.
Azucena en ese momento salió del baño, ella abrió la puerta, y vio como se iban sus tres compañeras carcajeándose de ella, y Azucena habiendo escuchado toda la conversación entre ellas, lloró, con los ojos enrojecidos.
Tras un rato, Azucena volvió al aula. Y delante de todos, antes de que el profesor llegara, descargó toda su rabia hacia todas sus compañeras femeninas, disparándolas, a sangre fría, con su pistola de oro que le había regalado el director José Luis cuando ella tenía 6 años.
Durante la matanza el director José Luis y un científico en bata blanca de los laboratorios de los pasadizos secretos, pasaron por allí cerca, y lo vieron todo.
El científico con una jeringuilla en la mano se iba a acercar a Azucena pero José Luis, le detuvo.
José Luis: déjala! vuelve aquí y deja tranquila a Azucena!
científico: yo... solo iba a sedarla.
José Luis: no merece la pena que intervengas en este caso, mírala, mira a Azucena, ¿tú has visto con que seguridad agarra el mango de la pistola? estamos en la organización secreta del crimen, jamás, en todos mis años de experiencia, he visto a nadie mirar a los ojos a sus victimas y dispararles con tanta frialdad y odio, cuando estén todas muertas, limpia la sangre de los pupitres y traslada los cadáveres a la nevera de los pasadizos, no quiero que nadie se entere de lo que ha pasado. Si es necesario, opérales a todos de su memoria para que olviden a dichas alumnas, Azucena es desde hoy mi protegida.
científico: pero... no se puede disparar a nadie de dentro de la organización, somos asesinos profesionales, sí, pero contra la gente de la calle no contra nosotros mismos, si algún miembro mata a otro eso implica un castigo, que es o bien el encierro permanente o temporal en las mazmorras, o bien la expulsión de la organización o en casos extremos, la muerte.
José Luis: Azucena es diferente, es mi protegida, esta organización necesita gente como ella, yo como director tengo impunidad y licencia para matar a quien quiera dentro o fuera de la organización y nadie me puede castigar por ello, pues bien, quiero que de ahora en adelante trates a Azucena como si fuera yo mismo.
científico: pero señor José Luis...
José Luis: no hay peros que valgan, Azucena es importante para esta organización, asegúrate de no dejar ninguna prueba a la vista sobre los asesinatos de dichas alumnas.
científico: sí, se hará como ordené señor José Luis.
fin del flash-back.
Azucena tras haber echado la vista atrás en sus recuerdos, volvió a guardar la pistola de oro en el escritorio, y se sentó en su butaca de cuero negro, tras la mesa de roble.
Lejos de allí, en la otra organización, en la organización secreta de la justicia, en el interior del internado aureola, en la sala de reuniones con el mapa en la pared con los sitios donde les faltaba por atacar marcados con chinchetas rojas, y los sitios que habían visitado ya y estaban todos sus habitantes muertos (miembros de la organización del crimen) con chinchetas negras, tenía lugar a esa hora otra de sus reuniones.
Allí estaban varios profesores y alumnos de bachillerato con el uniforme blanco y azul marino, con el emblema azul de las letras OSJ tridimensionales y movibles.
La mesa la presidían Germán Puertas y Nuria Destino.
Germán: bienvenidos a todos otra vez una vez más a otra de nuestras reuniones, como ya debéis saber no conseguimos lo que pretendíamos con la emboscada que organizamos hacia el internado enemigo, las cosas no salieron bien, y nos tendieron una trampa por la que nos vimos obligados a abandonar el lugar, no conseguimos eliminar a ningún miembro importante de la organización del crimen. Pero durante la emboscada alguien muy importante murió, aunque no fue gracias a ningún disparo de nuestros soldados, pero hoy por hoy sabemos que Jorge, mi hermano, está muerto, quedando así vacante el puesto de director del internado valle seco. Cómo ya sabéis la familia Puertas como familia fundadora que construyó el internado hace generaciones siempre ha dependido de un descendiente varón para dirigir el puesto, pero ahora con mi hermano muerto y yo al cargo de la organización enemiga, el único miembro que queda de la familia Puertas es mi sobrino Carlos, que por desgracia es menor de edad. Así pues seguramente en el internado habrán hecho una votación popular para elegir al nuevo director. Tenemos como misión averiguar quién es el nuevo director del internado valle seco, ya que según quien sea nuestro objetivo será a partir de ahora más difícil o más fácil, como ya sabéis, como ex-miembro de la organización enemiga, ex-alumno, ex-profesor y ex-director, conozco a muchas de las personas de dentro de esa escuela. Y sé muy bien por quien han votado la mayoría de los directivos, y demás profesores, por el único hijo del venerable científico Segismundo Amadeo, el psicólogo del colegio Fabián. Estoy casi seguro que lo han nombrado a él director en ausencia de mi hermano Jorge, pero por si acaso, y solo por si acaso me equivoco, de ahora hasta la próxima reunión tenéis que pensar algún plan o estratagema para averiguarlo y poder confírmalo.
Una vez dicho esto, esta reunión queda zanjada. Podéis abandonar la sala.
Todos se levantaron y salieron del lugar.
Germán también salió de la sala tras ellos pero Nuria se quedó dentro muy extrañada mirando alrededor suyo.
Germán: Nuria ¿qué te sucede?
Nuria: nada, solo que encuentro a faltar a Julia, desde el día de la emboscada que no la vemos ¿sabes algo de ella?
Germán: no te preocupes por Julia, está bien, está en los laboratorios de los pasadizos secretos cuidando de sus dos hijos pequeños de 6 años Aníbal y Alberto.
Nuria: qué les ha pasado a Aníbal y a Alberto? están enfermos?
Germán: no, solo están un poco débiles porque les dimos una formula que beber para reducirles la superfuerza para que no fueran un peligro para el resto de niños de su clase, y como no están acostumbrados a tener la fuerza normal de niños de 6 años, pues casi no pueden ni moverse, pero el efecto es temporal, cuando se habitúen a su nueva vida sin superfuerza estarán perfectamente.
Nuria: uf! menos mal, por un momento creí que tanto Julia como sus hijos podrían haber sufrido algún percance y estuvieran ahora muertos.
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
09/12/2010 22:52
Germán: no, como se te ocurre semejante disparate? no sabes que yo me preocupo mucho por cada uno de los miembros de esta organización? Julia es mi mejor amiga, juré hace 5 años que cuidaría de ella y así lo he hecho hasta ahora.
Nuria: confío en ti, sé que si tú dices que Julia está bien, es porque es verdad.
Así ya más tranquila Nuria abandonó la sala de reuniones junto a Germán.
Mientras, en el internado valle seco, en el pasillo del colegio estaba Manuel Lomo, hablando con dos chicos de su misma clase. Los tres llevaban el uniforme negro y gris oficial de la organización. Ellos hablaban.
chico1: la verdad Manuel, estoy muy sorprendido de tu vuelta ¿cómo es que un día decides abandonar el internado valle seco, unirte al internado aureola y al otro día, regresar?
chico2: sí, es cierto, una vez haber conseguido escapar de la organización secreta del crimen ¿cómo te arriesgas otra vez a volver?
Manuel: tenía que hacerlo, tenía que marcharme para estar al lado de mi madre, y tenía que volver por petición de ella, mi madre es la persona más importante de mi vida, si necesita algo de mí, lo haré, sea lo que sea.
chico1: por qué has vuelto al internado valle seco Manuel?
chico2: qué es lo que buscas conseguir con tu vuelta al internado valle seco Manuel?
Manuel: venganza, mantener vuestras bocas cerradas, pero yo solo he vuelto al internado valle seco porque le debo una vida de una persona humana al mundo, el mundo no descansara en paz hasta que Azucena Terrón no esté muerta. Por eso he vuelto, solo para matarla. Y cuando lo haya conseguido, volveré al internado aureola, junto a mi madre y a mi novia Caridad. Y las dos estarán orgullosas de mí.
chico1: tú? matar a Azucena Terrón?
chico2: tú? asesinar a Azucena Terrón? esa es una misión Manuel muy difícil de la que no creo que salgas con vida.
Los dos chicos se fueron alejándose de Manuel.
Justo en ese instante, Azucena salía de una habitación, llevando unas 5 cajas apiladas entre sus manos, Manuel la vio y se acercó hasta ella, para ofrecerle su ayuda con las cajas.
Manuel: Azucena hola ¿puedo ayudarte?
Azucena: no gracias, puedo yo sola.
Manuel insistió en ayudarla y le cogió unas cuantas cajas pero fue un poco torpe, y se le cayeron al suelo todas, Azucena intentó otra vez agruparlas, pero Manuel forcejeaba con ella para conseguir levantar las cajas él, en el forcejeó la falda que llevaba puesta Azucena se rompió y se le hizo una raja muy grande en uno de los dos lados, quedando al descubierto uno de sus muslos, por accidente al rompérsele la falda Manuel terminó con su mano sobre su muslo y al tocarla sintió calor dentro de él y sin saber muy bien la razón de porque se le sonrojaron las mejillas, Manuel retiró la mano rápidamente del muslo de Azucena. Ella agrupó las cajas y con una sola mano, debido a su superfuerza, las levantó y se fue caminando llevándoselas consigo.
Manuel vio como se alejaba, sonrío malévolamente, y sacó una botellita verde del bolsillo de su pantalón gris en donde ponía.
jarabe para reducir la superfuerza.
Manuel: perfecto, creo que se me acaba de ocurrir un plan buenísimo para que tú misma te labres tu camino hacia la tumba Azucena.
Tras unos minutos, Manuel entró en la habitación de Azucena.
Manuel golpeó la puerta del cuarto.
Manuel: hola ¿puedo pasar?
Azucena: sí claro, adelante.
Manuel cerró la puerta tras él.
Manuel: siento mucho lo que ha pasado antes en el pasillo cuando te he visto llevando esas cajas, yo... solo quería ayudar, he estado mucho tiempo fuera de este internado y ya no me acordaba que en ti la superfuerza es permanente.
Azucena: no importa, lo comprendo.
Azucena estaba frente al tocador de su habitación cepillándose el pelo.
Manuel: seguro que no hay ningún problema?
Azucena: no, seguro.
Azucena dejó el cepillo sobre la mesita de noche, se acercó hacia Manuel, colocándose todo el pelo, dejándoselo caer sobre uno de sus hombros, Manuel la miraba a distancia, de repente sin saber porque empezó a sentir una irrefrenable atracción por ella.
Azucena: Manuel ¿para que has venido hasta mi cuarto? ¿Qué querías decirme?
Manuel: que... que tienes una voz preciosa-dijo él sin apenas darse cuenta.
Azucena: qué? cómo dices?
Manuel: y una sonrisa mágica y...
Azucena: Manuel ¿te encuentras bien?
Manuel: sí, o sea yo, tengo algo que darte, algo que cogí prestado de los laboratorios de los pasadizos secretos del internado aureola.
Manuel le cogió la mano a Azucena y le puso en su palma la botellita del jarabe.
Manuel: es un jarabe para reducir la superfuerza, los científicos de esta organización todavía no saben de su existencia, solo en la organización secreta de la justicia poseen muestras de él y yo tengo varias botellitas de éstas, me las puedes pedir en cuanto quieras, solo reduce la superfuerza durante una hora y media, lo que significa que a cada hora debes tomarte una dosis.
Azucena: de verdad? pero... a cada hora una dosis del jarabe es demasiado líquido para un cuerpo humano ¿seguro que no es peligroso?
Manuel: no, es igual que si fuera caramelo líquido de fresa, en serio, si fuera peligroso ¿por qué iba yo a dártelo?
Azucena: pues muchas gracias Manuel, en serio, si de verdad consigo tener una vida normal gracias a este jarabe te estaría muy agradecida.
Manuel: el solo hecho de saber que estás bien y que te he ayudado, ya con eso es suficiente para que yo me encuentre bien.
Azucena: te pediré más botellitas cuando se me terminé ésta.
Azucena dejó la botellita verde sobre la mesita de noche.
Azucena abrazó a Manuel.
Azucena: muchas gracias de verdad.
Manuel al notar el cuerpo de ella cerca del de él, se arrepintió de haberle entregado el jarabe y... se apartó de ella muy bruscamente y cogió la botellita verde de encima de la mesita y la tiró al suelo, rompiéndola ante la mirada sorprendida de Azucena.
Manuel: no lo toques! es veneno!-le dijo Manuel a Azucena.
Azucena: qué?
Manuel: o sea, que esa dosis estaba caducada-dijo Manuel disimulando- ahora mismo me he acordado, te traeré otra que este en la fecha actual, yo... lo único que quiero es ayudarte.
Azucena le cogió de la mano a Manuel.
Azucena: Manuel ¿seguro que te encuentras bien?
A Manuel se le volvieron a sonrojar las mejillas cuando notó su mano cogida a la de Azucena, y la retiró de inmediato.
Nuria: confío en ti, sé que si tú dices que Julia está bien, es porque es verdad.
Así ya más tranquila Nuria abandonó la sala de reuniones junto a Germán.
Mientras, en el internado valle seco, en el pasillo del colegio estaba Manuel Lomo, hablando con dos chicos de su misma clase. Los tres llevaban el uniforme negro y gris oficial de la organización. Ellos hablaban.
chico1: la verdad Manuel, estoy muy sorprendido de tu vuelta ¿cómo es que un día decides abandonar el internado valle seco, unirte al internado aureola y al otro día, regresar?
chico2: sí, es cierto, una vez haber conseguido escapar de la organización secreta del crimen ¿cómo te arriesgas otra vez a volver?
Manuel: tenía que hacerlo, tenía que marcharme para estar al lado de mi madre, y tenía que volver por petición de ella, mi madre es la persona más importante de mi vida, si necesita algo de mí, lo haré, sea lo que sea.
chico1: por qué has vuelto al internado valle seco Manuel?
chico2: qué es lo que buscas conseguir con tu vuelta al internado valle seco Manuel?
Manuel: venganza, mantener vuestras bocas cerradas, pero yo solo he vuelto al internado valle seco porque le debo una vida de una persona humana al mundo, el mundo no descansara en paz hasta que Azucena Terrón no esté muerta. Por eso he vuelto, solo para matarla. Y cuando lo haya conseguido, volveré al internado aureola, junto a mi madre y a mi novia Caridad. Y las dos estarán orgullosas de mí.
chico1: tú? matar a Azucena Terrón?
chico2: tú? asesinar a Azucena Terrón? esa es una misión Manuel muy difícil de la que no creo que salgas con vida.
Los dos chicos se fueron alejándose de Manuel.
Justo en ese instante, Azucena salía de una habitación, llevando unas 5 cajas apiladas entre sus manos, Manuel la vio y se acercó hasta ella, para ofrecerle su ayuda con las cajas.
Manuel: Azucena hola ¿puedo ayudarte?
Azucena: no gracias, puedo yo sola.
Manuel insistió en ayudarla y le cogió unas cuantas cajas pero fue un poco torpe, y se le cayeron al suelo todas, Azucena intentó otra vez agruparlas, pero Manuel forcejeaba con ella para conseguir levantar las cajas él, en el forcejeó la falda que llevaba puesta Azucena se rompió y se le hizo una raja muy grande en uno de los dos lados, quedando al descubierto uno de sus muslos, por accidente al rompérsele la falda Manuel terminó con su mano sobre su muslo y al tocarla sintió calor dentro de él y sin saber muy bien la razón de porque se le sonrojaron las mejillas, Manuel retiró la mano rápidamente del muslo de Azucena. Ella agrupó las cajas y con una sola mano, debido a su superfuerza, las levantó y se fue caminando llevándoselas consigo.
Manuel vio como se alejaba, sonrío malévolamente, y sacó una botellita verde del bolsillo de su pantalón gris en donde ponía.
jarabe para reducir la superfuerza.
Manuel: perfecto, creo que se me acaba de ocurrir un plan buenísimo para que tú misma te labres tu camino hacia la tumba Azucena.
Tras unos minutos, Manuel entró en la habitación de Azucena.
Manuel golpeó la puerta del cuarto.
Manuel: hola ¿puedo pasar?
Azucena: sí claro, adelante.
Manuel cerró la puerta tras él.
Manuel: siento mucho lo que ha pasado antes en el pasillo cuando te he visto llevando esas cajas, yo... solo quería ayudar, he estado mucho tiempo fuera de este internado y ya no me acordaba que en ti la superfuerza es permanente.
Azucena: no importa, lo comprendo.
Azucena estaba frente al tocador de su habitación cepillándose el pelo.
Manuel: seguro que no hay ningún problema?
Azucena: no, seguro.
Azucena dejó el cepillo sobre la mesita de noche, se acercó hacia Manuel, colocándose todo el pelo, dejándoselo caer sobre uno de sus hombros, Manuel la miraba a distancia, de repente sin saber porque empezó a sentir una irrefrenable atracción por ella.
Azucena: Manuel ¿para que has venido hasta mi cuarto? ¿Qué querías decirme?
Manuel: que... que tienes una voz preciosa-dijo él sin apenas darse cuenta.
Azucena: qué? cómo dices?
Manuel: y una sonrisa mágica y...
Azucena: Manuel ¿te encuentras bien?
Manuel: sí, o sea yo, tengo algo que darte, algo que cogí prestado de los laboratorios de los pasadizos secretos del internado aureola.
Manuel le cogió la mano a Azucena y le puso en su palma la botellita del jarabe.
Manuel: es un jarabe para reducir la superfuerza, los científicos de esta organización todavía no saben de su existencia, solo en la organización secreta de la justicia poseen muestras de él y yo tengo varias botellitas de éstas, me las puedes pedir en cuanto quieras, solo reduce la superfuerza durante una hora y media, lo que significa que a cada hora debes tomarte una dosis.
Azucena: de verdad? pero... a cada hora una dosis del jarabe es demasiado líquido para un cuerpo humano ¿seguro que no es peligroso?
Manuel: no, es igual que si fuera caramelo líquido de fresa, en serio, si fuera peligroso ¿por qué iba yo a dártelo?
Azucena: pues muchas gracias Manuel, en serio, si de verdad consigo tener una vida normal gracias a este jarabe te estaría muy agradecida.
Manuel: el solo hecho de saber que estás bien y que te he ayudado, ya con eso es suficiente para que yo me encuentre bien.
Azucena: te pediré más botellitas cuando se me terminé ésta.
Azucena dejó la botellita verde sobre la mesita de noche.
Azucena abrazó a Manuel.
Azucena: muchas gracias de verdad.
Manuel al notar el cuerpo de ella cerca del de él, se arrepintió de haberle entregado el jarabe y... se apartó de ella muy bruscamente y cogió la botellita verde de encima de la mesita y la tiró al suelo, rompiéndola ante la mirada sorprendida de Azucena.
Manuel: no lo toques! es veneno!-le dijo Manuel a Azucena.
Azucena: qué?
Manuel: o sea, que esa dosis estaba caducada-dijo Manuel disimulando- ahora mismo me he acordado, te traeré otra que este en la fecha actual, yo... lo único que quiero es ayudarte.
Azucena le cogió de la mano a Manuel.
Azucena: Manuel ¿seguro que te encuentras bien?
A Manuel se le volvieron a sonrojar las mejillas cuando notó su mano cogida a la de Azucena, y la retiró de inmediato.
#183
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09/12/2010 22:53
Manuel: sí, muy bien.
Y Manuel salió de la habitación de Azucena. Una vez afuera en el pasillo se apoyó contra la puerta y recordó las últimas palabras dichas por su madre en el bosque, bajo la luz de la luna, después de haberle liberado de las mazmorras del internado aureola.
"ten mucho cuidado hijo, si Germán no se hubiera enamorado de Azucena, ya hubiera hecho tiempo que él mismo la hubiese matado"
Y como él le había contestado.
"no te preocupes, a mí Azucena no me atrapara."
Manuel cerró los ojos, tras mirarse la mano y recordar el momento en él que Azucena se la había cogido y dijo pensando en voz alta.
Manuel: no lo olvides, todo es por tus hermanos y por tu madre, y por salvar a Germán y hacer que vuelva a ser el mismo hombre sensato de antes, para curarle su locura de amor por Azucena. Tú no puedes caer en la misma trampa que los demás, Germán, Diego, Jorge, todos cayeron en las redes de Azucena, pero tú no, tú tienes que cumplir tu misión y demostrarle a tu madre que se puede confiar en ti. Dios! es tan hermosa! he estado un mes fuera, ya casi me había olvidado de lo bien que olía su perfume. Basta! basta Manuel, basta! Caridad sigue encerrada en las mazmorras del internado aureola, no puedes traicionarla, tu madre y ella te están esperando, se lo debes, Azucena morirá y la muerte de mis hermanos Aníbal y Alberto, será vengada.
Al cabo de un rato.
Fabián estaba en los pasadizos secretos, en la cueva, en frente del lago subterráneo en donde había un viejo armario de madera lleno de ropa con varias cajas de cartón al lado, lleno de ropa también tanto interior como exterior.
Fabián caminaba nervioso de un lado a otro, cuando notó que alguien le salpicaba agua del lago encima de sus zapatos.
Fabián se giró hacia el lago y vio a Azucena nadando en él.
Azucena: qué? ya andáis de secretitos tu padre y tú?
Fabián: mi padre está investigando para encontrar una cura para ti, está repasando tu historial médico desde niña.
Azucena: igual ya no hace falta que busquéis más, tengo la solución.
Fabián: en serio?
Azucena salió del lago, se secó con la toalla, y tapándose con ella se quitó el bañador y se vistió con ropa de las cajas, discretamente, cuando estuvo vestida se quitó la toalla de su cuerpo y se sentó al lado de Fabián con las piernas cruzadas.
Azucena: sabes que Manuel, el compañero de habitación de Diego, el hijo de Álvaro, el profesor de creación de venenos, estuvo durante algo más de 1 mes cuando desapareció de aquí con sus dos hermanos pequeños, en el internado aureola, verdad?
Fabián: sí claro, ¿cómo no lo voy a saber? si fue mi hija Esmeralda quien vio su nombre en uno de los carteles de una puerta de un cuarto del internado enemigo, cuando se escapó de aquí y llegó hasta el otro internado y descubrió toda la información sobre la emboscada.
Azucena: pues cuando Manuel decidió regresar del otro internado no lo hizo con las manos vacías, robó algo de los laboratorios.
Fabián: qué robó?
Azucena: jarabe para reducir los efectos de la superfuerza, me va a dar botellitas de ese jarabe, si me las tomó a cada hora, puede ser que desaparezcan todos los efectos de la formula de la superfuerza en mi cuerpo. Y sino llegan a desaparecer por lo menos podré estar unos días viviendo sin superfuerza, y saber que es lo que siente una mujer normal.
Fabián: y ese jarabe no será peligroso?
Azucena: Manuel me ha asegurado que no, me ha dicho que es como si te tomaras caramelo líquido de fresa.
Fabián: no sé, antes de tomártelo, ¿podrías dejarme una de esa botellitas para que mi padre averiguara los ingredientes que contiene?
Azucena: demasiado tarde, ya me he tomado una.
Fabián: qué?
Azucena: tu padre es un gran científico, no dudo de él, pero hasta ahora no ha conseguido nada, y en el internado aureola por el momento ya cuentan con ese jarabe, y ha llegado a mis manos, esto no puede ser una casualidad, es el destino que me está brindando la oportunidad para curarme y no puedo desaprovecharla.
Fabián: insisto en que mi padre tendría que hacerle al jarabe un estudio, hay que saber que ingredientes contiene y si hay síntomas secundarios.
Azucena: todo está bien, Manuel ha sido quien me ha dado el jarabe ¿ahora vamos a desconfiar de Manuel?
Fabián: sí, claro que sí, de él y de todo el mundo, ¿quién es Manuel para que confíes en él? Manuel es el hijo legítimo de un miembro de esta organización, sí, pero su madre hace 5 años que se unió a la organización de la justicia, y Manuel hace tan solo unos días que ha vuelto del internado aureola después de haber estado en él hace algo más de 1 mes. Manuel siempre estuvo del lado de su madre, nunca apoyó las ideas sobre la vida de su padre y en cuanto supo de la existencia del otro internado ¿qué hizo? escaparse con sus hermanos hacia ese lugar desconocido sin dudarlo ¿y ahora vuelve aquí? con que intenciones? es raro que se haya ido de esta organización con la esperanza de volverse a unir a su madre para luego abandonarla ¿por qué ha vuelto Manuel, Azucena?
Azucena: Manuel y Diego son amigos, Diego, Manuel y Carlos, el supuesto hijo de Jorge, siempre han sido los 3 compañeros de cuarto, pero Diego y Carlos nunca han sido amigos, en cambio Manuel sí, y si Diego confía en él, yo también lo hago.
Fabián: está bien, tú sabrás lo que te haces, pero yo no estoy de acuerdo contigo, yo no confío en nada ni en nadie que tenga que ver con el internado aureola.
Azucena: no te preocupes, por favor Fabián déjame tomarme el jarabe, si funciona vale la pena probarlo, por favor, déjame intentarlo.
Fabián: vas a hacerlo igualmente diga lo que yo te diga, solo te pido una cosa, que si notas que algo va mal, dejes de tomártelo inmediatamente y acudas en busca de ayuda a mi padre o a mí ¿queda claro?
Azucena afirmó con la cabeza.
Fabián abrazó a Azucena.
Fabián: no me perdonaría nunca que te ocurriera algo.
Azucena: tranquilo, yo no voy a morirme como Rubí.
A Fabián se le resbaló una lágrima por su mejilla recordando el entierro de su hija de 16 años muerta.
Azucena: Manuela y yo hemos estado hablando, no sabía muy bien como hacerlo, pero... al final la he convencido.
Fabián: la has convencido de que?
Azucena: de que tú la quieres. Por qué la quieres, verdad?
Fabián: a que viene ahora esa pregunta?
Azucena: mi hermana me ha dicho que después de la muerte de Rubí, lo único que faltaría para terminar de hundirla sería que tú la dejaras ¿no vas a separarte de ella, verdad que no?
Fabián: claro que no, separarme de tu hermana es lo último que querría en la vida, ¿Manuela quiere separarse de mí?
Azucena: no, pero tiene miedo de que tú algún día te termines cansando de ella y la dejes.
Fabián: y por qué iba a hacer yo eso?
Y Manuel salió de la habitación de Azucena. Una vez afuera en el pasillo se apoyó contra la puerta y recordó las últimas palabras dichas por su madre en el bosque, bajo la luz de la luna, después de haberle liberado de las mazmorras del internado aureola.
"ten mucho cuidado hijo, si Germán no se hubiera enamorado de Azucena, ya hubiera hecho tiempo que él mismo la hubiese matado"
Y como él le había contestado.
"no te preocupes, a mí Azucena no me atrapara."
Manuel cerró los ojos, tras mirarse la mano y recordar el momento en él que Azucena se la había cogido y dijo pensando en voz alta.
Manuel: no lo olvides, todo es por tus hermanos y por tu madre, y por salvar a Germán y hacer que vuelva a ser el mismo hombre sensato de antes, para curarle su locura de amor por Azucena. Tú no puedes caer en la misma trampa que los demás, Germán, Diego, Jorge, todos cayeron en las redes de Azucena, pero tú no, tú tienes que cumplir tu misión y demostrarle a tu madre que se puede confiar en ti. Dios! es tan hermosa! he estado un mes fuera, ya casi me había olvidado de lo bien que olía su perfume. Basta! basta Manuel, basta! Caridad sigue encerrada en las mazmorras del internado aureola, no puedes traicionarla, tu madre y ella te están esperando, se lo debes, Azucena morirá y la muerte de mis hermanos Aníbal y Alberto, será vengada.
Al cabo de un rato.
Fabián estaba en los pasadizos secretos, en la cueva, en frente del lago subterráneo en donde había un viejo armario de madera lleno de ropa con varias cajas de cartón al lado, lleno de ropa también tanto interior como exterior.
Fabián caminaba nervioso de un lado a otro, cuando notó que alguien le salpicaba agua del lago encima de sus zapatos.
Fabián se giró hacia el lago y vio a Azucena nadando en él.
Azucena: qué? ya andáis de secretitos tu padre y tú?
Fabián: mi padre está investigando para encontrar una cura para ti, está repasando tu historial médico desde niña.
Azucena: igual ya no hace falta que busquéis más, tengo la solución.
Fabián: en serio?
Azucena salió del lago, se secó con la toalla, y tapándose con ella se quitó el bañador y se vistió con ropa de las cajas, discretamente, cuando estuvo vestida se quitó la toalla de su cuerpo y se sentó al lado de Fabián con las piernas cruzadas.
Azucena: sabes que Manuel, el compañero de habitación de Diego, el hijo de Álvaro, el profesor de creación de venenos, estuvo durante algo más de 1 mes cuando desapareció de aquí con sus dos hermanos pequeños, en el internado aureola, verdad?
Fabián: sí claro, ¿cómo no lo voy a saber? si fue mi hija Esmeralda quien vio su nombre en uno de los carteles de una puerta de un cuarto del internado enemigo, cuando se escapó de aquí y llegó hasta el otro internado y descubrió toda la información sobre la emboscada.
Azucena: pues cuando Manuel decidió regresar del otro internado no lo hizo con las manos vacías, robó algo de los laboratorios.
Fabián: qué robó?
Azucena: jarabe para reducir los efectos de la superfuerza, me va a dar botellitas de ese jarabe, si me las tomó a cada hora, puede ser que desaparezcan todos los efectos de la formula de la superfuerza en mi cuerpo. Y sino llegan a desaparecer por lo menos podré estar unos días viviendo sin superfuerza, y saber que es lo que siente una mujer normal.
Fabián: y ese jarabe no será peligroso?
Azucena: Manuel me ha asegurado que no, me ha dicho que es como si te tomaras caramelo líquido de fresa.
Fabián: no sé, antes de tomártelo, ¿podrías dejarme una de esa botellitas para que mi padre averiguara los ingredientes que contiene?
Azucena: demasiado tarde, ya me he tomado una.
Fabián: qué?
Azucena: tu padre es un gran científico, no dudo de él, pero hasta ahora no ha conseguido nada, y en el internado aureola por el momento ya cuentan con ese jarabe, y ha llegado a mis manos, esto no puede ser una casualidad, es el destino que me está brindando la oportunidad para curarme y no puedo desaprovecharla.
Fabián: insisto en que mi padre tendría que hacerle al jarabe un estudio, hay que saber que ingredientes contiene y si hay síntomas secundarios.
Azucena: todo está bien, Manuel ha sido quien me ha dado el jarabe ¿ahora vamos a desconfiar de Manuel?
Fabián: sí, claro que sí, de él y de todo el mundo, ¿quién es Manuel para que confíes en él? Manuel es el hijo legítimo de un miembro de esta organización, sí, pero su madre hace 5 años que se unió a la organización de la justicia, y Manuel hace tan solo unos días que ha vuelto del internado aureola después de haber estado en él hace algo más de 1 mes. Manuel siempre estuvo del lado de su madre, nunca apoyó las ideas sobre la vida de su padre y en cuanto supo de la existencia del otro internado ¿qué hizo? escaparse con sus hermanos hacia ese lugar desconocido sin dudarlo ¿y ahora vuelve aquí? con que intenciones? es raro que se haya ido de esta organización con la esperanza de volverse a unir a su madre para luego abandonarla ¿por qué ha vuelto Manuel, Azucena?
Azucena: Manuel y Diego son amigos, Diego, Manuel y Carlos, el supuesto hijo de Jorge, siempre han sido los 3 compañeros de cuarto, pero Diego y Carlos nunca han sido amigos, en cambio Manuel sí, y si Diego confía en él, yo también lo hago.
Fabián: está bien, tú sabrás lo que te haces, pero yo no estoy de acuerdo contigo, yo no confío en nada ni en nadie que tenga que ver con el internado aureola.
Azucena: no te preocupes, por favor Fabián déjame tomarme el jarabe, si funciona vale la pena probarlo, por favor, déjame intentarlo.
Fabián: vas a hacerlo igualmente diga lo que yo te diga, solo te pido una cosa, que si notas que algo va mal, dejes de tomártelo inmediatamente y acudas en busca de ayuda a mi padre o a mí ¿queda claro?
Azucena afirmó con la cabeza.
Fabián abrazó a Azucena.
Fabián: no me perdonaría nunca que te ocurriera algo.
Azucena: tranquilo, yo no voy a morirme como Rubí.
A Fabián se le resbaló una lágrima por su mejilla recordando el entierro de su hija de 16 años muerta.
Azucena: Manuela y yo hemos estado hablando, no sabía muy bien como hacerlo, pero... al final la he convencido.
Fabián: la has convencido de que?
Azucena: de que tú la quieres. Por qué la quieres, verdad?
Fabián: a que viene ahora esa pregunta?
Azucena: mi hermana me ha dicho que después de la muerte de Rubí, lo único que faltaría para terminar de hundirla sería que tú la dejaras ¿no vas a separarte de ella, verdad que no?
Fabián: claro que no, separarme de tu hermana es lo último que querría en la vida, ¿Manuela quiere separarse de mí?
Azucena: no, pero tiene miedo de que tú algún día te termines cansando de ella y la dejes.
Fabián: y por qué iba a hacer yo eso?
#184
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09/12/2010 22:54
Azucena: porque según ella dice tú te casaste estando enamorado de otra, y todavía sigues enamorado de esa otra.
Fabián: y quien es la otra?
Azucena: pues...
Fabián: déjalo, no hace falta que me lo digas, tú verdad?
Azucena: es cierto?
Fabián: él que? que todavía sigo enamorado de ti?
Azucena: es cierto si o no?
Fabián: cambiaría algo entre tú y yo si te dijera que sí?
Azucena: lo es?
Fabián: no, quiero a Manuela, vale que en un pasado puede que sintiera algo por ti, pero aquello ya terminó, no ocurrió nada entre nosotros dos, y si quieres que te diga la verdad hoy por hoy me alegró que haya sido así, porque no me imagino casado con otra mujer que no sea tu hermana.
Azucena: ni siquiera con mi madre?
Fabián: cómo has dicho?
Azucena: Manuela me lo ha contado, me ha dicho que cuando tú tenías 15 años estabas enamorado de nuestra madre ¿eso es verdad?
Fabián: sí, tu madre era una mujer preciosa, ella fue mi primer amor, tú y Manuela tenéis sus mismos ojos y su mismo carácter obstinado.
Azucena: alguna vez le llegaste a decir a mi madre lo que sentías por ella cuando tenías 15 años?
Fabián: no, ella solo tenía ojos para su marido, era una mujer mayor que yo casada y con dos hijas ¿cómo se lo iba a decir?
Azucena: y ahora, eres feliz estando casado con mi hermana?
Fabián: a que viene tanta pregunta? te ha enviado tu hermana de espía para que me interrogues o qué?
Azucena sonrió.
Azucena: contesta.
Fabián: si me contestas tú antes a otra pregunta.
Azucena: a cuál?
Fabián: cuando hace 20 años te besé y te dije que te quería, después de que hiciera 3 días de que Germán se hubiera marchado de este internado ¿por qué me rechazaste?
Azucena: por dos razones, la primera era porque sabía que mi hermana Manuela estaba enamorada de ti y la segunda por...
Fabián: por Germán, verdad?
Azucena asintió con la cabeza.
Azucena: ojala pudiera decir que lo mío con Germán nunca fue importante para mí, pero lo cierto es que sí que lo fue, él era el único hombre que me importaba de verdad de todos los que se me acercaron hace 20 años, el único. Fabián tú eres el mejor hombre que he conocido en toda mi vida, el mejor. Pero una no puede controlar sobre su corazón, yo no fui quien elegí a Germán, sino mi corazón. Pregunta contestada y ahora te toca a ti.
Fabián: vale de acuerdo, un trato es un trato, es cierto, vale lo admito, Manuela no ha sido mi primer amor, ni el único, pero si que ha sido el último, y la parte más importante de cualquier historia no es el principio, sino el final. Nunca os he ocultado nada de mí ni a ti ni a Manuela, le dije en su momento a Manuela que estaba enamorado de ti, y le hablé como después habían cambiado mis sentimientos referente a ella, ¿quieres saber si soy feliz estando casado con tu hermana? pues la respuesta es que no, no soy feliz, soy mucho más que feliz, soy inmensamente feliz, y antes me muero, óyeme bien, me muero, que separarme de tu hermana.
Azucena: Fabián eso es precioso, de verdad, realmente precioso, si ahora mismo yo fuera mi hermana, me lanzaría a tus brazos a darte un enorme beso.
Fabián: lo sé, pero como no eres ella, te quedas sin beso, y lo siento por ti eh? de verdad, en serio, porque sé de muchas mujeres que dicen que besó muy bien.
Azucena: claro, muchas mujeres...
Azucena se acercó en tono divertido hacia Fabián y le empujó para tirarle al lago subterráneo con ropa incluida.
Fabián nadó entre las aguas de ese lago vestido, y Azucena dándole la espalda se marchó de allí subiendo los escalones de una de las tantas escaleras que conducían a los diferentes armarios de cada uno de los cuartos de los que se componía ese internado.
Algún tiempo más tarde, Azucena se encontraba en ropa deportiva dentro del gimnasio en clase de artes marciales con sus alumnos. Azucena peleó con algunos, los venció, respiró entrecortadamente y se sentó un rato a descansar en el banco de madera antes del próximo combate, Diego que tenía puesto el uniforme oficial del colegio, gris con la sudadera plateada y el emblema de las letras OSC en rojo. Él se acercó hacia Azucena preocupado.
Diego: estás bien?
Azucena: sí, por qué?
Diego: te has tomado el jarabe del internado aureola, tienes menos fuerza que antes, no estoy seguro si estás en condiciones de pelear.
Azucena: oye, que no tenga superfuerza no quiere decir que no pueda vencer a unos cuantos niñatos de 16 años, aún tengo los conocimientos y la agilidad necesaria para ello.
Diego: no sé, si quieres anular la clase...
Azucena: puedo hacerlo vale?
Diego: de acuerdo, pero si notas que estás muy cansada recuerda que puedes detener la clase cuando tú decidas.
Azucena: de acuerdo.
Diego se acercó a Azucena y le dio un corto y rápido beso en los labios.
Diego: te quiero.
Diego se alejó de ella y Azucena siguió enfrentándose a alumnos, hasta el momento con bastantes dificultades, los iba venciendo a todos, pero Diego no estaba tranquilo, temía que alguien se diese cuenta que ese día Azucena no estaba peleando con el mismo rendimiento que de costumbre.
Azucena tuvo una pelea con uno, la pelea al principio parecía bastante inofensiva, Azucena esquivó todos sus ataques con gran maestría, pero luego el alumno le cogió el brazo y se lo torció para su espalda y Azucena se mordió el labio para aguantar el dolor, Azucena intentó liberarse de él, pero el alumno le cogía de las muñecas apretándoselas con mucha fuerza, debilitándola, y le acabó dando un rodillazo en el vientre de ella. Azucena cayó al suelo y él se puso sobre ella, el alumno le colocó los brazos alrededor de su cabeza, y ante la resistencia de la profesora le desabrochó la cremallera y comenzó a tocarle los pechos por encima de la camiseta.
Azucena chillaba, e intentó moverse para liberarse de él, pero ella estaba demasiado débil a causa del jarabe, y el alumno pesaba demasiado como para poder deshacerse de él.
El alumno se reía viendo como la profesora intentaba liberarse de sus ataduras. Hasta que Diego le cogió por detrás por la capucha de la sudadera y le apartó de Azucena.
Diego: vale, ya te has divertido suficiente, ahora pelea conmigo, si es que eres lo bastante hombre.
El alumno miró a Diego a los ojos.
Azucena se puso de pie en cuanto se vio libre de él, llorando por lo sucedido.
Diego: Azucena, sal del gimnasio.
Azucena entre lágrimas.
Azucena: Diego...
Diego: que salgas del gimnasio te he dicho.
Azucena afirmó con la cabeza derrotada por la situación y salió del gimnasio.
Dentro, Diego se enfrentó al alumno, el alumno atacaba a Diego con varios puñetazos pero Diego con acrobacias los esquivaba y cogía de sorpresa a su contrincante para atizarle él en la cara y en las piernas varias veces, y finalmente Diego consiguió tenerlo bajo su control, él le cogió del cuello presionándole bien fuerte la cabeza de su compañero de clase en medio de su codo, el alumno cayó de rodillas al suelo y tosiendo le dijo.
alumno: por favor, suéltame, suéltame, deja que me vaya!
Diego: como me enteré que le tocas un solo pelo a Azucena, te juro que te mato,¿me oyes? te mató!!
Diego soltó al alumno. Miró al resto de la clase y dijo en tono de amenaza hacia el resto de los chicos.
Fabián: y quien es la otra?
Azucena: pues...
Fabián: déjalo, no hace falta que me lo digas, tú verdad?
Azucena: es cierto?
Fabián: él que? que todavía sigo enamorado de ti?
Azucena: es cierto si o no?
Fabián: cambiaría algo entre tú y yo si te dijera que sí?
Azucena: lo es?
Fabián: no, quiero a Manuela, vale que en un pasado puede que sintiera algo por ti, pero aquello ya terminó, no ocurrió nada entre nosotros dos, y si quieres que te diga la verdad hoy por hoy me alegró que haya sido así, porque no me imagino casado con otra mujer que no sea tu hermana.
Azucena: ni siquiera con mi madre?
Fabián: cómo has dicho?
Azucena: Manuela me lo ha contado, me ha dicho que cuando tú tenías 15 años estabas enamorado de nuestra madre ¿eso es verdad?
Fabián: sí, tu madre era una mujer preciosa, ella fue mi primer amor, tú y Manuela tenéis sus mismos ojos y su mismo carácter obstinado.
Azucena: alguna vez le llegaste a decir a mi madre lo que sentías por ella cuando tenías 15 años?
Fabián: no, ella solo tenía ojos para su marido, era una mujer mayor que yo casada y con dos hijas ¿cómo se lo iba a decir?
Azucena: y ahora, eres feliz estando casado con mi hermana?
Fabián: a que viene tanta pregunta? te ha enviado tu hermana de espía para que me interrogues o qué?
Azucena sonrió.
Azucena: contesta.
Fabián: si me contestas tú antes a otra pregunta.
Azucena: a cuál?
Fabián: cuando hace 20 años te besé y te dije que te quería, después de que hiciera 3 días de que Germán se hubiera marchado de este internado ¿por qué me rechazaste?
Azucena: por dos razones, la primera era porque sabía que mi hermana Manuela estaba enamorada de ti y la segunda por...
Fabián: por Germán, verdad?
Azucena asintió con la cabeza.
Azucena: ojala pudiera decir que lo mío con Germán nunca fue importante para mí, pero lo cierto es que sí que lo fue, él era el único hombre que me importaba de verdad de todos los que se me acercaron hace 20 años, el único. Fabián tú eres el mejor hombre que he conocido en toda mi vida, el mejor. Pero una no puede controlar sobre su corazón, yo no fui quien elegí a Germán, sino mi corazón. Pregunta contestada y ahora te toca a ti.
Fabián: vale de acuerdo, un trato es un trato, es cierto, vale lo admito, Manuela no ha sido mi primer amor, ni el único, pero si que ha sido el último, y la parte más importante de cualquier historia no es el principio, sino el final. Nunca os he ocultado nada de mí ni a ti ni a Manuela, le dije en su momento a Manuela que estaba enamorado de ti, y le hablé como después habían cambiado mis sentimientos referente a ella, ¿quieres saber si soy feliz estando casado con tu hermana? pues la respuesta es que no, no soy feliz, soy mucho más que feliz, soy inmensamente feliz, y antes me muero, óyeme bien, me muero, que separarme de tu hermana.
Azucena: Fabián eso es precioso, de verdad, realmente precioso, si ahora mismo yo fuera mi hermana, me lanzaría a tus brazos a darte un enorme beso.
Fabián: lo sé, pero como no eres ella, te quedas sin beso, y lo siento por ti eh? de verdad, en serio, porque sé de muchas mujeres que dicen que besó muy bien.
Azucena: claro, muchas mujeres...
Azucena se acercó en tono divertido hacia Fabián y le empujó para tirarle al lago subterráneo con ropa incluida.
Fabián nadó entre las aguas de ese lago vestido, y Azucena dándole la espalda se marchó de allí subiendo los escalones de una de las tantas escaleras que conducían a los diferentes armarios de cada uno de los cuartos de los que se componía ese internado.
Algún tiempo más tarde, Azucena se encontraba en ropa deportiva dentro del gimnasio en clase de artes marciales con sus alumnos. Azucena peleó con algunos, los venció, respiró entrecortadamente y se sentó un rato a descansar en el banco de madera antes del próximo combate, Diego que tenía puesto el uniforme oficial del colegio, gris con la sudadera plateada y el emblema de las letras OSC en rojo. Él se acercó hacia Azucena preocupado.
Diego: estás bien?
Azucena: sí, por qué?
Diego: te has tomado el jarabe del internado aureola, tienes menos fuerza que antes, no estoy seguro si estás en condiciones de pelear.
Azucena: oye, que no tenga superfuerza no quiere decir que no pueda vencer a unos cuantos niñatos de 16 años, aún tengo los conocimientos y la agilidad necesaria para ello.
Diego: no sé, si quieres anular la clase...
Azucena: puedo hacerlo vale?
Diego: de acuerdo, pero si notas que estás muy cansada recuerda que puedes detener la clase cuando tú decidas.
Azucena: de acuerdo.
Diego se acercó a Azucena y le dio un corto y rápido beso en los labios.
Diego: te quiero.
Diego se alejó de ella y Azucena siguió enfrentándose a alumnos, hasta el momento con bastantes dificultades, los iba venciendo a todos, pero Diego no estaba tranquilo, temía que alguien se diese cuenta que ese día Azucena no estaba peleando con el mismo rendimiento que de costumbre.
Azucena tuvo una pelea con uno, la pelea al principio parecía bastante inofensiva, Azucena esquivó todos sus ataques con gran maestría, pero luego el alumno le cogió el brazo y se lo torció para su espalda y Azucena se mordió el labio para aguantar el dolor, Azucena intentó liberarse de él, pero el alumno le cogía de las muñecas apretándoselas con mucha fuerza, debilitándola, y le acabó dando un rodillazo en el vientre de ella. Azucena cayó al suelo y él se puso sobre ella, el alumno le colocó los brazos alrededor de su cabeza, y ante la resistencia de la profesora le desabrochó la cremallera y comenzó a tocarle los pechos por encima de la camiseta.
Azucena chillaba, e intentó moverse para liberarse de él, pero ella estaba demasiado débil a causa del jarabe, y el alumno pesaba demasiado como para poder deshacerse de él.
El alumno se reía viendo como la profesora intentaba liberarse de sus ataduras. Hasta que Diego le cogió por detrás por la capucha de la sudadera y le apartó de Azucena.
Diego: vale, ya te has divertido suficiente, ahora pelea conmigo, si es que eres lo bastante hombre.
El alumno miró a Diego a los ojos.
Azucena se puso de pie en cuanto se vio libre de él, llorando por lo sucedido.
Diego: Azucena, sal del gimnasio.
Azucena entre lágrimas.
Azucena: Diego...
Diego: que salgas del gimnasio te he dicho.
Azucena afirmó con la cabeza derrotada por la situación y salió del gimnasio.
Dentro, Diego se enfrentó al alumno, el alumno atacaba a Diego con varios puñetazos pero Diego con acrobacias los esquivaba y cogía de sorpresa a su contrincante para atizarle él en la cara y en las piernas varias veces, y finalmente Diego consiguió tenerlo bajo su control, él le cogió del cuello presionándole bien fuerte la cabeza de su compañero de clase en medio de su codo, el alumno cayó de rodillas al suelo y tosiendo le dijo.
alumno: por favor, suéltame, suéltame, deja que me vaya!
Diego: como me enteré que le tocas un solo pelo a Azucena, te juro que te mato,¿me oyes? te mató!!
Diego soltó al alumno. Miró al resto de la clase y dijo en tono de amenaza hacia el resto de los chicos.
#185
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09/12/2010 22:54
Diego: todo aquel que intenté hacer daño a Azucena, se la vas a tener que ver conmigo, juró que mataré a cualquiera que se atreva acercarse a ella y la haga sufrir ¿entendido?
Todos los chicos asintieron con la cabeza asustados.
Diego salió del gimnasio, encontrándose con Azucena, la abrazó, y acariciándole el pelo le dijo.
Diego: tranquila, no voy a permitir que nadie te haga daño ¿estás bien?
Azucena afirmó con la cabeza.
Azucena cogió otra botellita verde del jarabe y se la llevó a la boca para bebérsela, pero Diego se la quitó de las manos.
Diego: qué haces?
Azucena: casi ha pasado una hora, me toca otra dosis.
Diego: no, mira como estás por culpa de ese jarabe ¿no has visto lo que ha pasado en clase? sé que Manuel te dio las botellitas con buena intención, pero sin superfuerza no podrás defenderte cuando intenten atacarte.
Azucena: aprenderé a defenderme sin depender de la superfuerza, Diego por favor, esta es la única oportunidad que tengo de vivir como una mujer normal.
Diego: no, ya no más jarabe para ti Azucena, es demasiado peligroso, si pierdes tu superfuerza te mataran.
Azucena: y sino la pierdo me acabaré muriendo, la formula de la superfuerza es mortal a largo plazo, tú lo sabes bien, tienes un excelente en creación de inventos, eres uno de los ayudantes de Segismundo en los laboratorios y te sabes la composición de los ingredientes de la formula de la superfuerza de memoria, necesito el jarabe para curarme, Diego por favor, dámelo.
Diego a regañadientes aceptó al final a entregarle el jarabe.
Azucena lo cogió con sus manos.
Azucena: gracias.
Y se bebió la botellita de un solo trago.
Las horas pasaron, y llegó la noche.
Anocheció en el internado valle seco.
Manuel Lomo se encontraba en pijama en la habitación que compartía con Diego, pero la cama de Diego estaba vacía, ya que él dormía con Azucena.
Manuel estaba largo en su cama con los ojos cerrados, cuando notó que alguien le cogía de la mano, le revolvía el pelo y le besaba en la mejilla, metiéndole la mano por debajo de la chaqueta de su pijama.
Manuel abrió los ojos y lo que vio delante de él le sorprendió mucho.
Azucena estaba frente a él, acariciándole, y besándole. Pronunciando su nombre en leves susurros en su oído.
Manuel: no, no, esto no está sucediendo, Azucena para, no quiero nada contigo, para.
Cuando Manuel tocó a Azucena sintió un calambrazo, el cuerpo de Azucena echaba chispas literalmente. Manuel entonces le desabrochó la blusa y le abrió la compuerta de metal camuflada por piel de fibra sintética que tenía el robot en su pecho.
Manuel: oh no! no es Azucena de verdad, es la androide que ella creo a su semejanza! qué hará aquí?
Azucenacopiarobot: he venido porque me has llamado telepáticamente, recuerda que todos los androides somos superfuertes y telépatas. Estaba en los laboratorios, he oído tu llamada y he subido por las escaleras del armario hasta llegar hasta tu habitación.
Manuel: que yo te he llamado telepáticamente? y por eso has venido?
Azucenacopiarobot: sí, y no me digas que es mentira porque los androides nunca nos equivocamos, no somos como los humanos.
La androide copia de Azucena se desnudó y se metió en la cama bajo las sábanas con Manuel.
Manuel: espera, ¿qué haces?
Azucenacopiarobot: cumplir tus deseos, estoy programada para cumplir todas las fantasías que pasen por tu cabeza.
Manuel: pero yo tengo novia, se llama Caridad.
Azucenacopiarobot: eso quiere decir que no quieres estar conmigo?
La androide le besó el cuello a Manuel.
Manuel: no, por supuesto que no quiero estar contigo.
Azucenacopiarobot: no mientas, puedo leer tu mente, sé que me deseas.
La androide se puso sobre Manuel, le palpó la mejilla y le dijo.
Azucenacopiarobot: soy tuya Manuel, por esta noche soy toda tuya, ¿de verdad vas a ser capaz de echarme de tu cama?
Manuel cerró los ojos y besó a la androide en los labios. Pero... unos segundos después, se apartó de ella.
Manuel: no... no puedo hacerle esto a Caridad, no puedo.
Azucenacopiarobot: nadie se va a enterar, no soy la de verdad, solo soy un robot, cuando amanezca, volveré a los laboratorios de los pasadizos secretos ¿de verdad vas a dejarme marchar?
Manuel: yo... yo... dios mío eres tan preciosa! Diego tiene muchísima suerte de tener a la Azucena de verdad todas las noches para él solo, yo... al cuerno con todo!
Manuel besó a la androide y se quitó el pijama poniéndose sobre ella.
Manuel tocó a Azucena y sufrió otro calambrazo, pero no le importó, siguió acariciándola y besándola, Manuel sintió las caricias de la androide sobre su piel, Manuel la besó sin dejar de mirar su bonita figura desnuda, e hizo el amor con ella en aquella noche solitaria, en la que él se encontraba en su cuarto.
Al día siguiente...
Diego estaba en el cuarto de Azucena, los dos estaban ya vestidos y despiertos.
Diego llevaba puesto el uniforme oficial negro y gris del colegio.
Azucena: Diego por favor...
Diego: no Azucena, estás muy débil ¿cuantas botellitas verdes del jarabe te has tomado ya?
Azucena: una a cada hora, tal como me dijo Manuel ¿por qué?
Diego: porque ese jarabe no te hace bien, te estás debilitando.
Azucena: no, solo me está quitando la superfuerza, ahora tengo la misma fuerza que una mujer normal, así ya no tengo que preocuparme por si te abrazo demasiado fuerte sin darme cuenta. no lo ves? el jarabe me está ayudando a curarme!
Diego: está no es la solución Azucena, la superfuerza vuelve pasado una hora, no puedes estar bebiéndote una de esas botellitas a cada hora, puedes envenenarte con el jarabe, no estoy seguro que no sea peligroso tomar tanta cantidad de jarabe al día.
Azucena: pero es lo que necesito si quiero ser una mujer como las demás.
Diego: Azucena, no estoy de acuerdo con que sigas tomándote el jarabe, pero si insistes en ello, solo me queda una solución.
Azucena: cuál?
Diego: hasta que recuperes toda tu fuerza, te quedaras aquí encerrada en tu habitación.
Azucena: qué?!
Diego: ya me has oído!
Diego salió de la habitación dando un portazo.
Diego se apoyó contra la puerta esperando. Manuela pasó por ahí.
Diego al verla...
Diego: lo has traído?
Manuela: sí, es un mando cose-celdas. Toma.
Manuela traía con ella dos mandos pequeñitos a distancia con luces amarillas, uno se lo quedo ella y el otro se lo dio a Diego en mano.
Diego enfocó con la luz la puerta de la habitación de Azucena y en la puerta aparecieron rejas de luz que impedían su paso, y que alguien pudiera llegar a tocar la puerta, al volver a enfocar con el mismo mando, las rejas desaparecían.
Diego: perfecto, que Azucena no salga hasta nuevo aviso.
Manuela: no te preocupes, solo tú y yo tenemos el mando para desactivar las rejas de luz.
Diego: no le entregues el mando a nadie.
Manuela: descuida, a la habitación de Azucena solo entraremos tú o yo.
Diego: de acuerdo, me voy a clase, nos vemos.
Todos los chicos asintieron con la cabeza asustados.
Diego salió del gimnasio, encontrándose con Azucena, la abrazó, y acariciándole el pelo le dijo.
Diego: tranquila, no voy a permitir que nadie te haga daño ¿estás bien?
Azucena afirmó con la cabeza.
Azucena cogió otra botellita verde del jarabe y se la llevó a la boca para bebérsela, pero Diego se la quitó de las manos.
Diego: qué haces?
Azucena: casi ha pasado una hora, me toca otra dosis.
Diego: no, mira como estás por culpa de ese jarabe ¿no has visto lo que ha pasado en clase? sé que Manuel te dio las botellitas con buena intención, pero sin superfuerza no podrás defenderte cuando intenten atacarte.
Azucena: aprenderé a defenderme sin depender de la superfuerza, Diego por favor, esta es la única oportunidad que tengo de vivir como una mujer normal.
Diego: no, ya no más jarabe para ti Azucena, es demasiado peligroso, si pierdes tu superfuerza te mataran.
Azucena: y sino la pierdo me acabaré muriendo, la formula de la superfuerza es mortal a largo plazo, tú lo sabes bien, tienes un excelente en creación de inventos, eres uno de los ayudantes de Segismundo en los laboratorios y te sabes la composición de los ingredientes de la formula de la superfuerza de memoria, necesito el jarabe para curarme, Diego por favor, dámelo.
Diego a regañadientes aceptó al final a entregarle el jarabe.
Azucena lo cogió con sus manos.
Azucena: gracias.
Y se bebió la botellita de un solo trago.
Las horas pasaron, y llegó la noche.
Anocheció en el internado valle seco.
Manuel Lomo se encontraba en pijama en la habitación que compartía con Diego, pero la cama de Diego estaba vacía, ya que él dormía con Azucena.
Manuel estaba largo en su cama con los ojos cerrados, cuando notó que alguien le cogía de la mano, le revolvía el pelo y le besaba en la mejilla, metiéndole la mano por debajo de la chaqueta de su pijama.
Manuel abrió los ojos y lo que vio delante de él le sorprendió mucho.
Azucena estaba frente a él, acariciándole, y besándole. Pronunciando su nombre en leves susurros en su oído.
Manuel: no, no, esto no está sucediendo, Azucena para, no quiero nada contigo, para.
Cuando Manuel tocó a Azucena sintió un calambrazo, el cuerpo de Azucena echaba chispas literalmente. Manuel entonces le desabrochó la blusa y le abrió la compuerta de metal camuflada por piel de fibra sintética que tenía el robot en su pecho.
Manuel: oh no! no es Azucena de verdad, es la androide que ella creo a su semejanza! qué hará aquí?
Azucenacopiarobot: he venido porque me has llamado telepáticamente, recuerda que todos los androides somos superfuertes y telépatas. Estaba en los laboratorios, he oído tu llamada y he subido por las escaleras del armario hasta llegar hasta tu habitación.
Manuel: que yo te he llamado telepáticamente? y por eso has venido?
Azucenacopiarobot: sí, y no me digas que es mentira porque los androides nunca nos equivocamos, no somos como los humanos.
La androide copia de Azucena se desnudó y se metió en la cama bajo las sábanas con Manuel.
Manuel: espera, ¿qué haces?
Azucenacopiarobot: cumplir tus deseos, estoy programada para cumplir todas las fantasías que pasen por tu cabeza.
Manuel: pero yo tengo novia, se llama Caridad.
Azucenacopiarobot: eso quiere decir que no quieres estar conmigo?
La androide le besó el cuello a Manuel.
Manuel: no, por supuesto que no quiero estar contigo.
Azucenacopiarobot: no mientas, puedo leer tu mente, sé que me deseas.
La androide se puso sobre Manuel, le palpó la mejilla y le dijo.
Azucenacopiarobot: soy tuya Manuel, por esta noche soy toda tuya, ¿de verdad vas a ser capaz de echarme de tu cama?
Manuel cerró los ojos y besó a la androide en los labios. Pero... unos segundos después, se apartó de ella.
Manuel: no... no puedo hacerle esto a Caridad, no puedo.
Azucenacopiarobot: nadie se va a enterar, no soy la de verdad, solo soy un robot, cuando amanezca, volveré a los laboratorios de los pasadizos secretos ¿de verdad vas a dejarme marchar?
Manuel: yo... yo... dios mío eres tan preciosa! Diego tiene muchísima suerte de tener a la Azucena de verdad todas las noches para él solo, yo... al cuerno con todo!
Manuel besó a la androide y se quitó el pijama poniéndose sobre ella.
Manuel tocó a Azucena y sufrió otro calambrazo, pero no le importó, siguió acariciándola y besándola, Manuel sintió las caricias de la androide sobre su piel, Manuel la besó sin dejar de mirar su bonita figura desnuda, e hizo el amor con ella en aquella noche solitaria, en la que él se encontraba en su cuarto.
Al día siguiente...
Diego estaba en el cuarto de Azucena, los dos estaban ya vestidos y despiertos.
Diego llevaba puesto el uniforme oficial negro y gris del colegio.
Azucena: Diego por favor...
Diego: no Azucena, estás muy débil ¿cuantas botellitas verdes del jarabe te has tomado ya?
Azucena: una a cada hora, tal como me dijo Manuel ¿por qué?
Diego: porque ese jarabe no te hace bien, te estás debilitando.
Azucena: no, solo me está quitando la superfuerza, ahora tengo la misma fuerza que una mujer normal, así ya no tengo que preocuparme por si te abrazo demasiado fuerte sin darme cuenta. no lo ves? el jarabe me está ayudando a curarme!
Diego: está no es la solución Azucena, la superfuerza vuelve pasado una hora, no puedes estar bebiéndote una de esas botellitas a cada hora, puedes envenenarte con el jarabe, no estoy seguro que no sea peligroso tomar tanta cantidad de jarabe al día.
Azucena: pero es lo que necesito si quiero ser una mujer como las demás.
Diego: Azucena, no estoy de acuerdo con que sigas tomándote el jarabe, pero si insistes en ello, solo me queda una solución.
Azucena: cuál?
Diego: hasta que recuperes toda tu fuerza, te quedaras aquí encerrada en tu habitación.
Azucena: qué?!
Diego: ya me has oído!
Diego salió de la habitación dando un portazo.
Diego se apoyó contra la puerta esperando. Manuela pasó por ahí.
Diego al verla...
Diego: lo has traído?
Manuela: sí, es un mando cose-celdas. Toma.
Manuela traía con ella dos mandos pequeñitos a distancia con luces amarillas, uno se lo quedo ella y el otro se lo dio a Diego en mano.
Diego enfocó con la luz la puerta de la habitación de Azucena y en la puerta aparecieron rejas de luz que impedían su paso, y que alguien pudiera llegar a tocar la puerta, al volver a enfocar con el mismo mando, las rejas desaparecían.
Diego: perfecto, que Azucena no salga hasta nuevo aviso.
Manuela: no te preocupes, solo tú y yo tenemos el mando para desactivar las rejas de luz.
Diego: no le entregues el mando a nadie.
Manuela: descuida, a la habitación de Azucena solo entraremos tú o yo.
Diego: de acuerdo, me voy a clase, nos vemos.
#186
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09/12/2010 22:55
Manuela: adiós Diego.
Diego entró en el aula, allí estaban todos sus demás compañeros preparados para dar una clase de lectura de lenguaje corporal (literatura).
Diego se dirigió hacia Manuel Lomo, nada más entrar al aula.
Diego: Manuel, tengo que hablar contigo.
Manuel: claro ¿que pasa?
Diego: es sobre Azucena, está muy mal desde que toma el jarabe que le diste, pero no quiere dejar de tomárselo, voy a pedirte un favor personal como amigo, y espero que lo cumplas por el bien de nuestra amistad.
Manuel: qué sucede?
Diego: no le des más jarabe a Azucena, Manuel, no sé cuantas botellitas de esas tienes en tu poder, pero no quiero que Azucena reciba más jarabe de la cuenta ¿de acuerdo?
Manuel: pero... yo robé ese jarabe para ayudarla, si se lo ofrecí fue solo para ayudarla, en serio.
Diego: lo sé, sé que tus intenciones son buenas, pero no sabemos nada de ese jarabe, nosotros solo somos estudiantes, no tenemos el nivel necesario para confeccionar un jarabe de esas características, por favor, no más jarabe para Azucena.
Manuel: tienes mi palabra de honor, no le daré más botellitas del jarabe.
Diego: gracias.
Manuel: es lo menos que puedo hacer por ti, después de todo somos amigos no?
Diego: Sí, amigos hasta la muerte.
Manuel: hasta la muerte.
Diego le sonrió.
Manuel: y ... dónde está Azucena ahora?
Diego: está en su habitación encerrada, con el cose-celdas-dijo él enseñándole el mando a distancia-va a permanecer allí sin salir hasta que recupere toda su fuerza, es lo mejor para ella. De esta forma no correrá ningún peligro.
Manuel: la quieres mucho verdad? digo, a Azucena...
Diego: bromeas? no sé que haría sin ella, Azucena lo es todo para mí, todo y más.
Manuel: tengo que marcharme...
Diego: a donde? la clase está a punto de empezar, el profesor va a llegar de un momento a otro...
Manuel: di que estoy enfermo, tengo cosas que hacer.
Manuel salió de la clase.
Manuel caminó por el pasillo, bajando las escaleras, hasta la puerta de salida del internado, salió al patio exterior, cogió unas escaleras de metal que había allí colocadas que usaban para limpiar los cristales o regar las plantas de las macetas altas.
Manuel utilizó las escaleras y llegó hasta la ventana de la habitación de Azucena y entró a ella.
Manuel: Azucena, Azucena, ayúdame a entrar, Azucena.
Azucena: Manuel ¿qué haces aquí?
Manuel se acercó a ella.
Manuel se sacó tres botellitas del jarabe de cada uno de sus bolsillos del pantalón.
Manuel: pensé que necesitarías más dosis.
Azucena: Diego no quiere que siga tomando jarabe.
Manuel: Diego está equivocado, y se lo demostraremos, le demostraremos que puedes llegar a ser una mujer normal.
Azucena: no estoy segura de seguir tomándome el jarabe, me lo he tomado a cada hora como tú me has dicho, pero a los 40 minutos vuelvo a tener fuerza, ya no me hace tanto efecto como al principio.
Manuel: de verdad? pues entonces aumenta la dosis, tomate dos botellitas a cada hora en vez de una.
Azucena: eso no será peligroso?
Manuel: es una medicina, no es veneno, no tienes que tener ningún miedo.
Azucena: pero una sobredosis de cualquier sustancia puede acarrear varios problemas en un ser humano.
Manuel: de acuerdo, sino quieres curarte, me llevaré todas las botellitas y en paz.
Azucena: nooooooooooooooooo!!
Azucena desesperada porque Manuel se llevara el jarabe con él, cogió 4 botellitas de golpe, y se las bebió antes de que Manuel pudiera impedírselo.
Manuel: qué has hecho? qué has hecho? tenías que esperar a que pasara por lo menos una hora...
Azucena de repente empezó a respirar con la boca abierta entrecortadamente.
Azucena: Manuel me ahogo, me ahogo...
Azucena se desmayó...
Manuel: Azucena, despierta, despierta por favor, despierta!
Manuel intentaba reanimarla.
Manuel mientras observaba a Azucena desmayada en el suelo pensó.
"un momento,¿qué estoy haciendo? por qué me preocupo por qué Azucena no haya seguido las normas para tomarse el jarabe? cuanto antes se muera mejor, le di el jarabe para intoxicarla no para curarla, ha sido su culpa, no tuya, esto es lo que querías, ver a Azucena agonizando, ahora escápate por la ventana y vuelve al internado aureola, reúnete con Caridad y tu madre, todo irá bien a partir de ahora. Se acabó todo, todo terminó con la muerte de Azucena."
Manuel se dirigió hacia la ventana para escaparse, pero escuchó una voz a sus espaldas.
Azucena: Manuel, no puedo respirar, sálvame, sálvame Manuel, sálvame por favor, me ahogo, me ahogo...
Manuel volvió hacia ella, vio como sus ojos se cerraban, como sus manos caían sin fuerza colgando en torno a su cuerpo, como su piel palidecía, como poco a poco perdía la voz... Manuel se acercó a ella, le tocó la cara, se la notó fría, Azucena gastó el último aliento que le quedaba para cogerle de la mano a él.
Manuel recordó la noche pasada, recordó el momento en él que había hecho el amor en su cama con la copia robot de Azucena, y viéndola allí estirada de pronto, sintió deseos de ayudarla, notó una gran opresión en su pecho, Azucena se estaba muriendo delante de sus propios ojos, y él no podía dejar que sucediera así sin más.
Manuel se acercó a Azucena, le desabrochó los primeros botones de su blusa, se frotó las manos, se las calentó con su aliento, y le dio golpecitos con ellas sobre el pecho de Azucena...
Diego entró en el aula, allí estaban todos sus demás compañeros preparados para dar una clase de lectura de lenguaje corporal (literatura).
Diego se dirigió hacia Manuel Lomo, nada más entrar al aula.
Diego: Manuel, tengo que hablar contigo.
Manuel: claro ¿que pasa?
Diego: es sobre Azucena, está muy mal desde que toma el jarabe que le diste, pero no quiere dejar de tomárselo, voy a pedirte un favor personal como amigo, y espero que lo cumplas por el bien de nuestra amistad.
Manuel: qué sucede?
Diego: no le des más jarabe a Azucena, Manuel, no sé cuantas botellitas de esas tienes en tu poder, pero no quiero que Azucena reciba más jarabe de la cuenta ¿de acuerdo?
Manuel: pero... yo robé ese jarabe para ayudarla, si se lo ofrecí fue solo para ayudarla, en serio.
Diego: lo sé, sé que tus intenciones son buenas, pero no sabemos nada de ese jarabe, nosotros solo somos estudiantes, no tenemos el nivel necesario para confeccionar un jarabe de esas características, por favor, no más jarabe para Azucena.
Manuel: tienes mi palabra de honor, no le daré más botellitas del jarabe.
Diego: gracias.
Manuel: es lo menos que puedo hacer por ti, después de todo somos amigos no?
Diego: Sí, amigos hasta la muerte.
Manuel: hasta la muerte.
Diego le sonrió.
Manuel: y ... dónde está Azucena ahora?
Diego: está en su habitación encerrada, con el cose-celdas-dijo él enseñándole el mando a distancia-va a permanecer allí sin salir hasta que recupere toda su fuerza, es lo mejor para ella. De esta forma no correrá ningún peligro.
Manuel: la quieres mucho verdad? digo, a Azucena...
Diego: bromeas? no sé que haría sin ella, Azucena lo es todo para mí, todo y más.
Manuel: tengo que marcharme...
Diego: a donde? la clase está a punto de empezar, el profesor va a llegar de un momento a otro...
Manuel: di que estoy enfermo, tengo cosas que hacer.
Manuel salió de la clase.
Manuel caminó por el pasillo, bajando las escaleras, hasta la puerta de salida del internado, salió al patio exterior, cogió unas escaleras de metal que había allí colocadas que usaban para limpiar los cristales o regar las plantas de las macetas altas.
Manuel utilizó las escaleras y llegó hasta la ventana de la habitación de Azucena y entró a ella.
Manuel: Azucena, Azucena, ayúdame a entrar, Azucena.
Azucena: Manuel ¿qué haces aquí?
Manuel se acercó a ella.
Manuel se sacó tres botellitas del jarabe de cada uno de sus bolsillos del pantalón.
Manuel: pensé que necesitarías más dosis.
Azucena: Diego no quiere que siga tomando jarabe.
Manuel: Diego está equivocado, y se lo demostraremos, le demostraremos que puedes llegar a ser una mujer normal.
Azucena: no estoy segura de seguir tomándome el jarabe, me lo he tomado a cada hora como tú me has dicho, pero a los 40 minutos vuelvo a tener fuerza, ya no me hace tanto efecto como al principio.
Manuel: de verdad? pues entonces aumenta la dosis, tomate dos botellitas a cada hora en vez de una.
Azucena: eso no será peligroso?
Manuel: es una medicina, no es veneno, no tienes que tener ningún miedo.
Azucena: pero una sobredosis de cualquier sustancia puede acarrear varios problemas en un ser humano.
Manuel: de acuerdo, sino quieres curarte, me llevaré todas las botellitas y en paz.
Azucena: nooooooooooooooooo!!
Azucena desesperada porque Manuel se llevara el jarabe con él, cogió 4 botellitas de golpe, y se las bebió antes de que Manuel pudiera impedírselo.
Manuel: qué has hecho? qué has hecho? tenías que esperar a que pasara por lo menos una hora...
Azucena de repente empezó a respirar con la boca abierta entrecortadamente.
Azucena: Manuel me ahogo, me ahogo...
Azucena se desmayó...
Manuel: Azucena, despierta, despierta por favor, despierta!
Manuel intentaba reanimarla.
Manuel mientras observaba a Azucena desmayada en el suelo pensó.
"un momento,¿qué estoy haciendo? por qué me preocupo por qué Azucena no haya seguido las normas para tomarse el jarabe? cuanto antes se muera mejor, le di el jarabe para intoxicarla no para curarla, ha sido su culpa, no tuya, esto es lo que querías, ver a Azucena agonizando, ahora escápate por la ventana y vuelve al internado aureola, reúnete con Caridad y tu madre, todo irá bien a partir de ahora. Se acabó todo, todo terminó con la muerte de Azucena."
Manuel se dirigió hacia la ventana para escaparse, pero escuchó una voz a sus espaldas.
Azucena: Manuel, no puedo respirar, sálvame, sálvame Manuel, sálvame por favor, me ahogo, me ahogo...
Manuel volvió hacia ella, vio como sus ojos se cerraban, como sus manos caían sin fuerza colgando en torno a su cuerpo, como su piel palidecía, como poco a poco perdía la voz... Manuel se acercó a ella, le tocó la cara, se la notó fría, Azucena gastó el último aliento que le quedaba para cogerle de la mano a él.
Manuel recordó la noche pasada, recordó el momento en él que había hecho el amor en su cama con la copia robot de Azucena, y viéndola allí estirada de pronto, sintió deseos de ayudarla, notó una gran opresión en su pecho, Azucena se estaba muriendo delante de sus propios ojos, y él no podía dejar que sucediera así sin más.
Manuel se acercó a Azucena, le desabrochó los primeros botones de su blusa, se frotó las manos, se las calentó con su aliento, y le dio golpecitos con ellas sobre el pecho de Azucena...
#187

09/12/2010 22:56
Mientras... la clase de lectura de lenguaje corporal había llegado a su fin, y empezó la clase de manejo de armas (pretecnología) con Manuela. Manuela entró a clase con su notable barriga de embarazada y vio a Diego salir de ella.
Manuela: Diego, donde vas?
Diego: Manuela, es solo un momento, voy a ver a Azucena.
Manuela: la clase está a punto de comenzar, siéntate.
Diego: por favor, déjame ir a verla, tengo un mal presentimiento, por favor.
Manuela: qué tienes un mal presentimiento? Azucena y yo estamos superconectadas, si le pasará algo malo yo sería la primera en notarlo y... de acuerdo vete, e infórmame si ves algo raro.
Diego: gracias.
Y Diego salió del aula, dirección al cuarto de su novia.
Entre tanto... en el interior de ese cuarto... Manuel se acercó hacia Azucena para hacerle el boca a boca, para devolverle el aire a sus pulmones.
Mientras Manuel le daba golpecitos con sus dos manos al pecho de Azucena y le daba aire a través de su boca, tapándole la nariz, intentando que se recuperara, Diego llegó frente a la puerta, la enfocó con la luz amarilla del mando cose-celdas, las celdas desaparecieron y entró, justo en el momento en que vio a Manuel sobre ella con sus bocas muy juntas... sin darse cuenta que Azucena estaba desmayada y que Manuel estaba intentando salvarla, Diego sin pensarlo reaccionó violentamente al ver a Manuel tan cerca de su novia.
Diego: apártate de ella!
Diego cogió a Manuel por el cuello y le empujó con brusquedad.
Diego y Manuel comenzaron a pelearse. Azucena que ya se había despertado intentó impedir la pelea y les separó.
Azucena: Diego qué haces? Manuel me ha salvado la vida.
Diego: te estaba besando.
Azucena: qué dices? solo intentaba reanimarme, yo me había desmayado, me había dado una taquicardia y me faltaba el aire...
Manuel: sí, yo solo le estaba haciendo el boca a boca.
Diego: ah! en serio?
Manuel: sí, Azucena es tu novia ¿como iba yo a besarla?
Diego: no sé, lo siento, ha sido una confusión tonta, he actuado sin pensar, perdóname.
Manuel miró a Diego muy enfadado y salió del cuarto.
Azucena abrazó a Diego. Diego no dejaba de mirarla.
Diego: seguro que estás bien?
Azucena: sí, tienes que ir a disculparte con Manuel, me ha salvado la vida.
Diego: lo sé, no sé lo que me ha pasado, cuando he entrado y os he visto a los dos tan juntos yo, estaba tan preocupado por ti mi amor...
Azucena: ves hablar con Manuel.
Diego asintió con la cabeza.
Diego: luego vuelvo.
Diego besó a Azucena y salió del cuarto, colocándole de nuevo las rejas de luz a la puerta al irse.
Manuel estaba en el cuarto que compartía él en el internado valle seco junto a Diego.
Él estaba muy nervioso, no podría creerse que había vuelto para matar a Azucena tal y como le había prometido a su madre y que había estado a punto de conseguirlo y le había salvado la vida.
En ese instante, entró uno de los chicos con los que había estado hablando el día anterior en el pasillo del colegio, minutos antes de darle y hablarle del jarabe para reducir la superfuerza a Azucena.
compañerodeclase: hola Manuel ¿por qué has faltado a clase? no te encuentras bien?
Manuel: no mucho.
compañerodeclase: qué te duele?
Manuel: el corazón.
compañerodeclase: mal de amores? de quién se trata?
Manuel: de Azucena, Azucena Terrón.
compañerodeclase: debería habérmelo imaginado, ¿no habías vuelto al internado valle seco solo para conseguir matar a Azucena?
Manuel: sí, ese era mi deseo.
compañerodeclase: y qué ha pasado? ya no te acuerdas de tu novia Caridad? ella sigue esperando tu vuelta encerrada en las mazmorras del internado aureola, verdad?
Manuel: sí, pero... no voy a poder volverla a mirar a la cara después de lo que he hecho.
compañerodeclase: y qué has hecho?
Manuel: me he acostado con Azucena.
compañerodeclase: qué? qué has dicho? qué has hecho qué? cuándo?
Manuel: anoche, en este mismo cuarto, pero... no con la de verdad, sino con su copia robot.
compañerodeclase: ah! vale, por un momento me habías asustado ¿por qué lo hiciste?
Manuel: no lo sé, yo quiero a Caridad, vale, la quiero, pero desde que he vuelto del internado aureola y he vuelto a tener a Azucena cerca de mí, me he empezado a sentir bastante raro, no puedo evitarlo, cada vez que me mira... me está volviendo loco!!
compañerodeclase: sí, bueno, Azucena suele causar ese efecto en todos los hombres.
Manuel: lo sé, pero mi madre confiaba en mí y Caridad, esto no puede estarme pasando, a mí no, se suponía que yo tenía que ser más astuto para no dejarme atrapar, se suponía que yo no debía fijarme en Azucena como mujer, no se me estaba permitido pensar en ella de esa forma. Pero en cuanto la he visto sonreírme yo... esto parece cosa de magia...
En ese momento el compañero de clase sacó una botellita roja y bebió un poco.
Manuel: qué bebes?
compañerodeclase: es una poción del amor, la robé del bacanal donde fuimos la otra noche, ya sabes por haber aprobado los exámenes, cuando Azucena fue nombrada directora del colegio.
Manuel: poción del amor? yo estuve en el bacanal y bebí lo que me sirvieron los camareros robots, puede ser que lo que siento por Azucena a partir de esa noche hasta ahora, haya sido por haber bebido la poción del amor?
compañerodeclase: lo dudo mucho, las pociones del amor que nos sirvieron en el bacanal a todos caducaron hace 10 años, no busques excusas Manuel, si sientes algo por Azucena ha sido por ti mismo, no porque hayas ingerido alguna sustancia mágica.
Y así el compañero de clase se fue, terminándose el líquido de la botellita roja.
Manuel volvió a quedarse solo, ahora estaba más preocupado que antes por no haber conseguido su objetivo de matar a Azucena Terrón.
En ese momento Diego, entró al cuarto.
Diego: hola Manuel, te estaba buscando, quería darte las gracias.
Manuel: a mí? por qué?
Diego: por salvarle la vida a mi novia, gracias, de verdad.
Manuel: de nada, no ha sido para tanto.
Diego: lo siento de verdad, y yo pensando que querías quitármela, soy un bobo, mira que pensar que la estabas besando, siento haberte pegado de verdad, no debí ponerme tan nervioso cuando entré a la habitación, pero es que... no sé como explicártelo... pero cuando se trata de Azucena me vuelvo loco, no puedo controlarme... no sé si me entiendes...
Manuel: sí, sí que te entiendo, y mejor de lo que tú crees.
Diego: entonces ¿todo arreglado, verdad?
Manuela: Diego, donde vas?
Diego: Manuela, es solo un momento, voy a ver a Azucena.
Manuela: la clase está a punto de comenzar, siéntate.
Diego: por favor, déjame ir a verla, tengo un mal presentimiento, por favor.
Manuela: qué tienes un mal presentimiento? Azucena y yo estamos superconectadas, si le pasará algo malo yo sería la primera en notarlo y... de acuerdo vete, e infórmame si ves algo raro.
Diego: gracias.
Y Diego salió del aula, dirección al cuarto de su novia.
Entre tanto... en el interior de ese cuarto... Manuel se acercó hacia Azucena para hacerle el boca a boca, para devolverle el aire a sus pulmones.
Mientras Manuel le daba golpecitos con sus dos manos al pecho de Azucena y le daba aire a través de su boca, tapándole la nariz, intentando que se recuperara, Diego llegó frente a la puerta, la enfocó con la luz amarilla del mando cose-celdas, las celdas desaparecieron y entró, justo en el momento en que vio a Manuel sobre ella con sus bocas muy juntas... sin darse cuenta que Azucena estaba desmayada y que Manuel estaba intentando salvarla, Diego sin pensarlo reaccionó violentamente al ver a Manuel tan cerca de su novia.
Diego: apártate de ella!
Diego cogió a Manuel por el cuello y le empujó con brusquedad.
Diego y Manuel comenzaron a pelearse. Azucena que ya se había despertado intentó impedir la pelea y les separó.
Azucena: Diego qué haces? Manuel me ha salvado la vida.
Diego: te estaba besando.
Azucena: qué dices? solo intentaba reanimarme, yo me había desmayado, me había dado una taquicardia y me faltaba el aire...
Manuel: sí, yo solo le estaba haciendo el boca a boca.
Diego: ah! en serio?
Manuel: sí, Azucena es tu novia ¿como iba yo a besarla?
Diego: no sé, lo siento, ha sido una confusión tonta, he actuado sin pensar, perdóname.
Manuel miró a Diego muy enfadado y salió del cuarto.
Azucena abrazó a Diego. Diego no dejaba de mirarla.
Diego: seguro que estás bien?
Azucena: sí, tienes que ir a disculparte con Manuel, me ha salvado la vida.
Diego: lo sé, no sé lo que me ha pasado, cuando he entrado y os he visto a los dos tan juntos yo, estaba tan preocupado por ti mi amor...
Azucena: ves hablar con Manuel.
Diego asintió con la cabeza.
Diego: luego vuelvo.
Diego besó a Azucena y salió del cuarto, colocándole de nuevo las rejas de luz a la puerta al irse.
Manuel estaba en el cuarto que compartía él en el internado valle seco junto a Diego.
Él estaba muy nervioso, no podría creerse que había vuelto para matar a Azucena tal y como le había prometido a su madre y que había estado a punto de conseguirlo y le había salvado la vida.
En ese instante, entró uno de los chicos con los que había estado hablando el día anterior en el pasillo del colegio, minutos antes de darle y hablarle del jarabe para reducir la superfuerza a Azucena.
compañerodeclase: hola Manuel ¿por qué has faltado a clase? no te encuentras bien?
Manuel: no mucho.
compañerodeclase: qué te duele?
Manuel: el corazón.
compañerodeclase: mal de amores? de quién se trata?
Manuel: de Azucena, Azucena Terrón.
compañerodeclase: debería habérmelo imaginado, ¿no habías vuelto al internado valle seco solo para conseguir matar a Azucena?
Manuel: sí, ese era mi deseo.
compañerodeclase: y qué ha pasado? ya no te acuerdas de tu novia Caridad? ella sigue esperando tu vuelta encerrada en las mazmorras del internado aureola, verdad?
Manuel: sí, pero... no voy a poder volverla a mirar a la cara después de lo que he hecho.
compañerodeclase: y qué has hecho?
Manuel: me he acostado con Azucena.
compañerodeclase: qué? qué has dicho? qué has hecho qué? cuándo?
Manuel: anoche, en este mismo cuarto, pero... no con la de verdad, sino con su copia robot.
compañerodeclase: ah! vale, por un momento me habías asustado ¿por qué lo hiciste?
Manuel: no lo sé, yo quiero a Caridad, vale, la quiero, pero desde que he vuelto del internado aureola y he vuelto a tener a Azucena cerca de mí, me he empezado a sentir bastante raro, no puedo evitarlo, cada vez que me mira... me está volviendo loco!!
compañerodeclase: sí, bueno, Azucena suele causar ese efecto en todos los hombres.
Manuel: lo sé, pero mi madre confiaba en mí y Caridad, esto no puede estarme pasando, a mí no, se suponía que yo tenía que ser más astuto para no dejarme atrapar, se suponía que yo no debía fijarme en Azucena como mujer, no se me estaba permitido pensar en ella de esa forma. Pero en cuanto la he visto sonreírme yo... esto parece cosa de magia...
En ese momento el compañero de clase sacó una botellita roja y bebió un poco.
Manuel: qué bebes?
compañerodeclase: es una poción del amor, la robé del bacanal donde fuimos la otra noche, ya sabes por haber aprobado los exámenes, cuando Azucena fue nombrada directora del colegio.
Manuel: poción del amor? yo estuve en el bacanal y bebí lo que me sirvieron los camareros robots, puede ser que lo que siento por Azucena a partir de esa noche hasta ahora, haya sido por haber bebido la poción del amor?
compañerodeclase: lo dudo mucho, las pociones del amor que nos sirvieron en el bacanal a todos caducaron hace 10 años, no busques excusas Manuel, si sientes algo por Azucena ha sido por ti mismo, no porque hayas ingerido alguna sustancia mágica.
Y así el compañero de clase se fue, terminándose el líquido de la botellita roja.
Manuel volvió a quedarse solo, ahora estaba más preocupado que antes por no haber conseguido su objetivo de matar a Azucena Terrón.
En ese momento Diego, entró al cuarto.
Diego: hola Manuel, te estaba buscando, quería darte las gracias.
Manuel: a mí? por qué?
Diego: por salvarle la vida a mi novia, gracias, de verdad.
Manuel: de nada, no ha sido para tanto.
Diego: lo siento de verdad, y yo pensando que querías quitármela, soy un bobo, mira que pensar que la estabas besando, siento haberte pegado de verdad, no debí ponerme tan nervioso cuando entré a la habitación, pero es que... no sé como explicártelo... pero cuando se trata de Azucena me vuelvo loco, no puedo controlarme... no sé si me entiendes...
Manuel: sí, sí que te entiendo, y mejor de lo que tú crees.
Diego: entonces ¿todo arreglado, verdad?
#188
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09/12/2010 22:57
Manuel: sí, todo arreglado.
Diego: me alegró.
Diego salió del cuarto que compartía con su amigo Manuel.
Manuel al quedarse solo, sacó su pistola reglamentaria como miembro de la organización del crimen, la miró, la acarició, y llorando dijo en voz alta.
Manuel: lo siento Caridad, lo siento mamá, lo siento Aníbal, lo siento Alberto, perdonarme, pero no voy a poder nunca cumplir la promesa que hice a nuestra madre cuando ella me pidió, que regresará para matar a Azucena Terrón. Lo siento Caridad, yo no quería engañarte, de verdad, que ojala no sintiera nada por Azucena, pero no es así. Perdonarme, perdonarme por no haber podido llegar con mi misión hasta el final.
Manuel se apuntó con el cañón de su pistola en la sien de su frente, y con los ojos cerrados, disparó, quitándose la vida, consumido por la culpa.
Diego desde afuera oyó el disparo, y volvió a la habitación, lloró junto al cadáver de su amigo, sin entender porque Manuel había hecho semejante locura.
FIN DEL CAPITULO 18
Diego: me alegró.
Diego salió del cuarto que compartía con su amigo Manuel.
Manuel al quedarse solo, sacó su pistola reglamentaria como miembro de la organización del crimen, la miró, la acarició, y llorando dijo en voz alta.
Manuel: lo siento Caridad, lo siento mamá, lo siento Aníbal, lo siento Alberto, perdonarme, pero no voy a poder nunca cumplir la promesa que hice a nuestra madre cuando ella me pidió, que regresará para matar a Azucena Terrón. Lo siento Caridad, yo no quería engañarte, de verdad, que ojala no sintiera nada por Azucena, pero no es así. Perdonarme, perdonarme por no haber podido llegar con mi misión hasta el final.
Manuel se apuntó con el cañón de su pistola en la sien de su frente, y con los ojos cerrados, disparó, quitándose la vida, consumido por la culpa.
Diego desde afuera oyó el disparo, y volvió a la habitación, lloró junto al cadáver de su amigo, sin entender porque Manuel había hecho semejante locura.
FIN DEL CAPITULO 18
#189
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09/12/2010 23:33
CAPITULO 19
OCTAVO DE LA SEGUNDA TEMPORADA
ADVERTENCIA
Era de noche.
Segismundo Amadeo, el científico y padre de Fabián (el profesor de psicología e hipnosis) estaba en la terraza del internado valle seco mirando por el telescopio las estrellas en el cielo, y haciendo unos cálculos sobre un mapa astral con un compás, una escuadra, un cartabón, un lápiz y una goma.
Mientras Segismundo miraba al cielo estrellado, echó la vista atrás en sus recuerdos, 20 años atrás, cuando Azucena tenía 15 años, su hermana Manuela 24, su hijo Fabián 26, Germán 32, y su hermano Jorge que por aquel entonces estaba vivo 28.
Flash-back.
Era de noche. En el internado valle seco, en la terraza, estaba José Luis Puertas, el padre de Germán y Jorge. Por aquel entonces José Luis todavía seguía siendo el director de la organización del crimen.
José Luis estaba mirando por el telescopio, con un mapa astral, haciendo cálculos sobre él, con una escuadra, un cartabón, un compás, un lápiz y una goma. Cuando su hijo pequeño Jorge subió a la terraza también y lo vio.
Jorge: hola papá ¿qué haces aquí tú solo y tan de madrugada?
José Luis: ah! hola hijo, estaba mirando las estrellas, calculando cuando va a ser la próxima noche en la que haya una lluvia de estrellas fugaces.
Jorge se acercó hasta su padre.
Jorge: por qué te interesa tanto saber cuando va a ser la próxima lluvia de estrellas fugaces?
José Luis: sabes quien nació durante una noche en la que hubo una lluvia de estrellas fugaces?
Jorge negó con la cabeza.
José Luis: mi madre, tu abuela, y fue la mejor asesina y ladrona que he conocido hasta ahora.
Jorge: y?
José Luis: sabes cuanto tiempo hace de la última lluvia de estrellas fugaces?
Jorge volvió a negar con la cabeza.
José Luis: 15 años exactamente, los mismos que tiene Azucena es este mismo instante.
Jorge: Azucena nació en una noche de lluvia de estrellas fugaces?
José Luis: sí, Azucena es una alumna muy especial, fue brindada por la magia de las estrellas desde el día de su nacimiento, al igual que tu abuela.
Jorge: Azucena, el solo hecho de oír su nombre ya me hace temblar, cada vez que me mira se me pone la piel de carne de gallina, es tan hermosa, me encanta que me pregunte dudas sobre informática, cuando lo hace, no puedo remediar mirarla e imaginarnos a los dos desnudos haciendo el amor sobre la mesa de roble del aula.
José Luis: Jorge, por Dios, que solo tiene 15 años.
Jorge: y? Azucena tiene el cuerpo de una diosa, ¿ahora no me irás decir que tú no querrías tenerla, aunque solo fuera por una noche solo para ti como una mujer?
José Luis: pues no, a mi Azucena no me interesa de ese modo, yo tengo otros planes para ella.
Jorge: otros planes?
José Luis: sí, Azucena es muy importante para esta organización. Y óyeme bien, más te vale que te vayas quitando de la cabeza la absurda idea de que algún día te vas a acostar con ella, porque Azucena está absolutamente prohibida para ti.
Jorge: ah sí? y eso por qué? solo por qué tú me lo digas papá?
José Luis: sí, solo por eso.
Jorge: esto es ridículo papá, tengo 28 años, si quiero acostarme con Azucena, lo voy a hacer.
José Luis: no mientras yo siga vivo, Azucena tiene ya el destino señalizado desde el día en que nació, ella es algo más que una mujer hermosa a la que poseer, es la asesina y ladrona perfecta, igual como lo fue tu abuela ¿Sabes cuanto tiempo llevó esperando que después de tu abuela naciera otra niña en una noche de estrellas fugaces? no voy a permitir que me corrompas a Azucena, y si me entero que le tocas un solo pelo, te mató!
Jorge: papá, no digas tonterías, soy tu hijo, además ¿que yo voy a corromper a Azucena? no digas bobadas, porque Azucena tendrá solo 15 años, pero no es ninguna niñita inocente, a los chicos de su clase se los lleva al río y no van precisamente a pescar, ya se ha tirado a media clase sabes?
José Luis: por desgracia no puedo controlar a todos los miembros masculinos de esta organización, a pesar de ser el director, pero a mis hijos si que puedo controlarlos, y te vuelvo a repetir que tanto para ti como para Germán, Azucena está prohibida. Si alguno de los dos la tocáis, os mato, y me da igual que seáis mis hijos, ya maté a vuestra madre Luna haciéndole beber un brebaje especial, para que enfermará poco a poco.
Jorge miró boquiabierto a su padre.
José Luis: sí, no me mires así ¿de verdad creías que tu madre había muerto de cáncer? pues no, ella nunca estuvo enferma, al menos no hasta antes de que yo la hipnotizara para que cada noche antes de irse a dormir se bebiera una taza del veneno que yo había creado para ella, ¿sabes por qué la maté? porque me engañó, porque descubrí que no era digna para mí, no estaba a mi altura, durante años desde que la conocí y me casé con ella, me hizo creer que había nacido en una noche de lluvia de estrellas fugaces y luego descubrí que me había mentido, que había nacido al día siguiente de que se produjera la lluvia de estrellas fugaces, después de descubrir la verdad, supe que tenía que castigarla.
Jorge: y Germán sabe la verdad sobre la muerte de mamá?
José Luis: no, por supuesto que no. Ni tampoco sabe nada sobre mis planes futuros con Azucena. Así que ya lo sabes Jorge, a Azucena ni olerla. Para Germán también está prohibida, pero por él sé que no tengo que preocuparme porque además de mantener una relación estable con una mujer excepcional como lo es Lilian Lorta, sé que nunca se atrevería a tocar a Azucena por mucho que lo deseara, porque él tiene algo de lo que tú careces por completo.
Jorge: ah sí? y que es?
José Luis: dignidad, Germán es mi hijo mayor, tiene novia y está comprometido con ella, es el futuro heredero a ser el director de la organización, en cambio tú, tú nunca llegaras a conseguir ni la mitad que tu hermano, Jorge.
Jorge: te equivocas papá, te equivocas conmigo, y con Germán, y con esta organización, hasta con Azucena, ella va a ser mía, no sé cuando, pero va a serlo, y si tengo que matarte para poder tenerla, lo voy a hacer.
José Luis: no me amenaces Jorge, tú no sabes de lo que yo soy capaz, no estás preparado para amenazarme.
Jorge: tú tampoco sabes de lo que yo soy capaz, esto no es una amenaza papá, es un hecho.
Jorge se acercó a su padre, y le dio un puñetazo, tumbándole hacia un trozo de la barandilla del balcón, rompiéndolo, y consiguiendo así que José Luis se cayera al vacío y su cuerpo descansara muerto, sobre el suelo del patio exterior de ese colegio. Jorge caminó hasta la puerta de la terraza antes de que nadie le viera, pero oyó pasos y sacó su pistola.
Jorge apuntando con la pistola.
Jorge: quién anda ahí?
En ese momento de una esquina de la terraza en donde había estado escondido salió Segismundo Amadeo.
Jorge: vaya, vaya con el abuelo, y tú qué haces por aquí a estas horas?
Segismundo: haz lo que quieras conmigo-dijo él con las manos en alto-pero por favor, a Azucena ni se te ocurra acercarte.
Jorge: Azucena, ¿pero que manía os ha cogido a todos con protegerla a ella de mí? pues sabes qué? voy a hacer con Azucena lo que me plazca, y a ti más te vale tener la boca bien cerrada sobre lo que ha pasado aquí esta noche, sino quieres ser otro fiambre más al igual que mi padre, sobre la hierba del patio exterior del colegio.
Y Jorge bajando el arma y guardándosela, se largó de la terraza.
fin del flash-back.
OCTAVO DE LA SEGUNDA TEMPORADA
ADVERTENCIA
Era de noche.
Segismundo Amadeo, el científico y padre de Fabián (el profesor de psicología e hipnosis) estaba en la terraza del internado valle seco mirando por el telescopio las estrellas en el cielo, y haciendo unos cálculos sobre un mapa astral con un compás, una escuadra, un cartabón, un lápiz y una goma.
Mientras Segismundo miraba al cielo estrellado, echó la vista atrás en sus recuerdos, 20 años atrás, cuando Azucena tenía 15 años, su hermana Manuela 24, su hijo Fabián 26, Germán 32, y su hermano Jorge que por aquel entonces estaba vivo 28.
Flash-back.
Era de noche. En el internado valle seco, en la terraza, estaba José Luis Puertas, el padre de Germán y Jorge. Por aquel entonces José Luis todavía seguía siendo el director de la organización del crimen.
José Luis estaba mirando por el telescopio, con un mapa astral, haciendo cálculos sobre él, con una escuadra, un cartabón, un compás, un lápiz y una goma. Cuando su hijo pequeño Jorge subió a la terraza también y lo vio.
Jorge: hola papá ¿qué haces aquí tú solo y tan de madrugada?
José Luis: ah! hola hijo, estaba mirando las estrellas, calculando cuando va a ser la próxima noche en la que haya una lluvia de estrellas fugaces.
Jorge se acercó hasta su padre.
Jorge: por qué te interesa tanto saber cuando va a ser la próxima lluvia de estrellas fugaces?
José Luis: sabes quien nació durante una noche en la que hubo una lluvia de estrellas fugaces?
Jorge negó con la cabeza.
José Luis: mi madre, tu abuela, y fue la mejor asesina y ladrona que he conocido hasta ahora.
Jorge: y?
José Luis: sabes cuanto tiempo hace de la última lluvia de estrellas fugaces?
Jorge volvió a negar con la cabeza.
José Luis: 15 años exactamente, los mismos que tiene Azucena es este mismo instante.
Jorge: Azucena nació en una noche de lluvia de estrellas fugaces?
José Luis: sí, Azucena es una alumna muy especial, fue brindada por la magia de las estrellas desde el día de su nacimiento, al igual que tu abuela.
Jorge: Azucena, el solo hecho de oír su nombre ya me hace temblar, cada vez que me mira se me pone la piel de carne de gallina, es tan hermosa, me encanta que me pregunte dudas sobre informática, cuando lo hace, no puedo remediar mirarla e imaginarnos a los dos desnudos haciendo el amor sobre la mesa de roble del aula.
José Luis: Jorge, por Dios, que solo tiene 15 años.
Jorge: y? Azucena tiene el cuerpo de una diosa, ¿ahora no me irás decir que tú no querrías tenerla, aunque solo fuera por una noche solo para ti como una mujer?
José Luis: pues no, a mi Azucena no me interesa de ese modo, yo tengo otros planes para ella.
Jorge: otros planes?
José Luis: sí, Azucena es muy importante para esta organización. Y óyeme bien, más te vale que te vayas quitando de la cabeza la absurda idea de que algún día te vas a acostar con ella, porque Azucena está absolutamente prohibida para ti.
Jorge: ah sí? y eso por qué? solo por qué tú me lo digas papá?
José Luis: sí, solo por eso.
Jorge: esto es ridículo papá, tengo 28 años, si quiero acostarme con Azucena, lo voy a hacer.
José Luis: no mientras yo siga vivo, Azucena tiene ya el destino señalizado desde el día en que nació, ella es algo más que una mujer hermosa a la que poseer, es la asesina y ladrona perfecta, igual como lo fue tu abuela ¿Sabes cuanto tiempo llevó esperando que después de tu abuela naciera otra niña en una noche de estrellas fugaces? no voy a permitir que me corrompas a Azucena, y si me entero que le tocas un solo pelo, te mató!
Jorge: papá, no digas tonterías, soy tu hijo, además ¿que yo voy a corromper a Azucena? no digas bobadas, porque Azucena tendrá solo 15 años, pero no es ninguna niñita inocente, a los chicos de su clase se los lleva al río y no van precisamente a pescar, ya se ha tirado a media clase sabes?
José Luis: por desgracia no puedo controlar a todos los miembros masculinos de esta organización, a pesar de ser el director, pero a mis hijos si que puedo controlarlos, y te vuelvo a repetir que tanto para ti como para Germán, Azucena está prohibida. Si alguno de los dos la tocáis, os mato, y me da igual que seáis mis hijos, ya maté a vuestra madre Luna haciéndole beber un brebaje especial, para que enfermará poco a poco.
Jorge miró boquiabierto a su padre.
José Luis: sí, no me mires así ¿de verdad creías que tu madre había muerto de cáncer? pues no, ella nunca estuvo enferma, al menos no hasta antes de que yo la hipnotizara para que cada noche antes de irse a dormir se bebiera una taza del veneno que yo había creado para ella, ¿sabes por qué la maté? porque me engañó, porque descubrí que no era digna para mí, no estaba a mi altura, durante años desde que la conocí y me casé con ella, me hizo creer que había nacido en una noche de lluvia de estrellas fugaces y luego descubrí que me había mentido, que había nacido al día siguiente de que se produjera la lluvia de estrellas fugaces, después de descubrir la verdad, supe que tenía que castigarla.
Jorge: y Germán sabe la verdad sobre la muerte de mamá?
José Luis: no, por supuesto que no. Ni tampoco sabe nada sobre mis planes futuros con Azucena. Así que ya lo sabes Jorge, a Azucena ni olerla. Para Germán también está prohibida, pero por él sé que no tengo que preocuparme porque además de mantener una relación estable con una mujer excepcional como lo es Lilian Lorta, sé que nunca se atrevería a tocar a Azucena por mucho que lo deseara, porque él tiene algo de lo que tú careces por completo.
Jorge: ah sí? y que es?
José Luis: dignidad, Germán es mi hijo mayor, tiene novia y está comprometido con ella, es el futuro heredero a ser el director de la organización, en cambio tú, tú nunca llegaras a conseguir ni la mitad que tu hermano, Jorge.
Jorge: te equivocas papá, te equivocas conmigo, y con Germán, y con esta organización, hasta con Azucena, ella va a ser mía, no sé cuando, pero va a serlo, y si tengo que matarte para poder tenerla, lo voy a hacer.
José Luis: no me amenaces Jorge, tú no sabes de lo que yo soy capaz, no estás preparado para amenazarme.
Jorge: tú tampoco sabes de lo que yo soy capaz, esto no es una amenaza papá, es un hecho.
Jorge se acercó a su padre, y le dio un puñetazo, tumbándole hacia un trozo de la barandilla del balcón, rompiéndolo, y consiguiendo así que José Luis se cayera al vacío y su cuerpo descansara muerto, sobre el suelo del patio exterior de ese colegio. Jorge caminó hasta la puerta de la terraza antes de que nadie le viera, pero oyó pasos y sacó su pistola.
Jorge apuntando con la pistola.
Jorge: quién anda ahí?
En ese momento de una esquina de la terraza en donde había estado escondido salió Segismundo Amadeo.
Jorge: vaya, vaya con el abuelo, y tú qué haces por aquí a estas horas?
Segismundo: haz lo que quieras conmigo-dijo él con las manos en alto-pero por favor, a Azucena ni se te ocurra acercarte.
Jorge: Azucena, ¿pero que manía os ha cogido a todos con protegerla a ella de mí? pues sabes qué? voy a hacer con Azucena lo que me plazca, y a ti más te vale tener la boca bien cerrada sobre lo que ha pasado aquí esta noche, sino quieres ser otro fiambre más al igual que mi padre, sobre la hierba del patio exterior del colegio.
Y Jorge bajando el arma y guardándosela, se largó de la terraza.
fin del flash-back.
#190

09/12/2010 23:33
Esa misma noche, lejos de allí, en el despacho de dirección del otro internado, el internado aureola, acababa de entrar Germán por la puerta.
Él rebuscó entre sus cajones, sacó su agenda de terciopelo negra, se sentó a revisar sus tareas, y de una hoja de ella se cayó una fotografía al suelo de hace años, en la fotografía salían su padre y su madre.
Germán cogió la foto, en el reverso de ella ponía.
José Luis Puertas y Luna García.
Germán pensando en voz alta mientras miraba la foto, dijo.
Germán: y esta foto de mis padres que hará aquí? me acuerdo de la noche en que mi padre murió, estaba en la terraza mirando las estrellas como muchas otras noches, la barandilla se rompió y él cayó accidentalmente al patio exterior precipitándose hacia el vacío, dos días después, un notario visitó el colegio y me entregó el puesto de director, tal y como ponía en su testamento y yo dejé en manos de mi hermano pequeño Jorge las clases de informática y piratería, hasta el momento desde que él terminó sus prácticas de profesor de informática a los veintitantos años habíamos estado compartiéndolas, luego yo pasé a ser director y él siguió siendo profesor hasta que yo me largué del colegio buscando hospedaje en pensiones, edificios e iglesias abandonadas hasta que encontré el almacén subterráneo en donde instalé la organización de la justicia hasta que estuvo construido el internado aureola, hace escasos meses. Solo fui director del internado valle seco durante 8 meses, pero durante toda mi vida supe que yo era el heredero por ser el hijo mayor, 4 de los meses estuve viviendo con Lilian hasta que ella me dejó plantado por Jorge y los otros 4 meses estuve con Azucena, hasta el día de la boda de mi hermano con mi ex-prometida, esos 4 meses fueron los mejores de toda mi vida, nunca los olvidaré, como tampoco olvidaré el día en que el notario me ofreció el puesto de director del internado construido por mi tatarabuelo. Ahora, 20 años después, Jorge mi hermano está muerto y yo sigo vivo, dirigiendo una organización rival de la organización que fundó mi familia hace generaciones.
flash-back.
20 años atrás, dos días después de la muerte de José Luis Puertas.
Germán y Jorge estaban en el despacho de dirección del internado valle seco, sentados frente a un notario, asistiendo a la lectura del testamento de su padre.
notario: todos mis bienes económicos quedan al cargo del director de este internado, que como se viene haciendo generaciones atrás es el primer hijo mayor varón de la familia, Germán Puertas, cuando éste no pueda hacerse cargo de su trabajo por jubilación, abandono, accidente o muerte, pasará toda la herencia a su hermano Jorge Puertas. Esa es mi voluntad, y así queda establecido.
El notario recogió sus papeles, se largó por la puerta después de estrecharle ambas manos en forma de saludo a Jorge y a Germán.
Jorge y Germán se quedaron a solas en el despacho.
Jorge: estás muy callado ¿en que piensas?
Germán: en la muerte de papá, hay rumores de que su caída desde la terraza no fue un accidente.
Jorge: qué quieres decir? que él mismo se tiró suicidándose?
Germán: o eso, o que alguien le empujó.
Jorge: no digas bobadas, se acercó demasiado a la barandilla y ésta se rompió, ya está, papá estaba solo en aquella noche en la terraza.
Germán: en realidad no tenemos la certeza de que estuviera solo sin nadie en aquella noche en la terraza ¿o sí Jorge?
Jorge: esto es una tontería, papá está muerto y tú tendías que alegrarte por ello, ahora tú eres el director ¿qué es lo primero que vas a hacer como director, hermanito?
Germán: traerme a mi novia Lilian a vivir aquí conmigo, se muere por conocer el internado valle seco en persona.
Jorge: supongo que tu novia, estará muy contenta de que al fin seas el director de la organización del crimen, ¿sabes también quién está muy contenta de tu nombramiento como director? Azucena Terrón.
Germán: ah sí? de verdad?
Jorge: sí, espero que Lilian no sea muy celosa, porque cuando venga a vivir aquí contigo, no sé si le gustara la idea de que una chica de 15 años esté enamorada de ti.
Germán: Azucena no está enamorada de mí, puede que en alguna ocasión me sonría cuando yo pasó por su lado, solo porque a Azucena le divierte esos juegos, pero no está enamorada de mí.
Jorge: si tú lo dices, pero es ella la que anda fardando de novio delante de todas sus compañeras de clase, diciéndoles a todas que ha conseguido robar el corazón del director de la organización.
Germán: por favor, las palabras de Azucena solo son ilusiones irrealizables de una niña de 15 años, yo estoy con Lilian, y aunque no estuviera con ella, nunca me fijaría en alguien tan joven como Azucena.
Jorge: de verdad? tú te has fijado bien en como está Azucena? esa jovencita tiene el cuerpo de una diosa, ¿en serio no sientes nada por ella?
Germán: en serio y si por mí fuera, si estuviera en mis manos, ahora mismo te regalaría el puesto de director de esta organización y el corazón de Azucena.
Y Germán salió del despacho, dejando a su hermano Jorge solo allí dentro.
fin del flash-back.
Él rebuscó entre sus cajones, sacó su agenda de terciopelo negra, se sentó a revisar sus tareas, y de una hoja de ella se cayó una fotografía al suelo de hace años, en la fotografía salían su padre y su madre.
Germán cogió la foto, en el reverso de ella ponía.
José Luis Puertas y Luna García.
Germán pensando en voz alta mientras miraba la foto, dijo.
Germán: y esta foto de mis padres que hará aquí? me acuerdo de la noche en que mi padre murió, estaba en la terraza mirando las estrellas como muchas otras noches, la barandilla se rompió y él cayó accidentalmente al patio exterior precipitándose hacia el vacío, dos días después, un notario visitó el colegio y me entregó el puesto de director, tal y como ponía en su testamento y yo dejé en manos de mi hermano pequeño Jorge las clases de informática y piratería, hasta el momento desde que él terminó sus prácticas de profesor de informática a los veintitantos años habíamos estado compartiéndolas, luego yo pasé a ser director y él siguió siendo profesor hasta que yo me largué del colegio buscando hospedaje en pensiones, edificios e iglesias abandonadas hasta que encontré el almacén subterráneo en donde instalé la organización de la justicia hasta que estuvo construido el internado aureola, hace escasos meses. Solo fui director del internado valle seco durante 8 meses, pero durante toda mi vida supe que yo era el heredero por ser el hijo mayor, 4 de los meses estuve viviendo con Lilian hasta que ella me dejó plantado por Jorge y los otros 4 meses estuve con Azucena, hasta el día de la boda de mi hermano con mi ex-prometida, esos 4 meses fueron los mejores de toda mi vida, nunca los olvidaré, como tampoco olvidaré el día en que el notario me ofreció el puesto de director del internado construido por mi tatarabuelo. Ahora, 20 años después, Jorge mi hermano está muerto y yo sigo vivo, dirigiendo una organización rival de la organización que fundó mi familia hace generaciones.
flash-back.
20 años atrás, dos días después de la muerte de José Luis Puertas.
Germán y Jorge estaban en el despacho de dirección del internado valle seco, sentados frente a un notario, asistiendo a la lectura del testamento de su padre.
notario: todos mis bienes económicos quedan al cargo del director de este internado, que como se viene haciendo generaciones atrás es el primer hijo mayor varón de la familia, Germán Puertas, cuando éste no pueda hacerse cargo de su trabajo por jubilación, abandono, accidente o muerte, pasará toda la herencia a su hermano Jorge Puertas. Esa es mi voluntad, y así queda establecido.
El notario recogió sus papeles, se largó por la puerta después de estrecharle ambas manos en forma de saludo a Jorge y a Germán.
Jorge y Germán se quedaron a solas en el despacho.
Jorge: estás muy callado ¿en que piensas?
Germán: en la muerte de papá, hay rumores de que su caída desde la terraza no fue un accidente.
Jorge: qué quieres decir? que él mismo se tiró suicidándose?
Germán: o eso, o que alguien le empujó.
Jorge: no digas bobadas, se acercó demasiado a la barandilla y ésta se rompió, ya está, papá estaba solo en aquella noche en la terraza.
Germán: en realidad no tenemos la certeza de que estuviera solo sin nadie en aquella noche en la terraza ¿o sí Jorge?
Jorge: esto es una tontería, papá está muerto y tú tendías que alegrarte por ello, ahora tú eres el director ¿qué es lo primero que vas a hacer como director, hermanito?
Germán: traerme a mi novia Lilian a vivir aquí conmigo, se muere por conocer el internado valle seco en persona.
Jorge: supongo que tu novia, estará muy contenta de que al fin seas el director de la organización del crimen, ¿sabes también quién está muy contenta de tu nombramiento como director? Azucena Terrón.
Germán: ah sí? de verdad?
Jorge: sí, espero que Lilian no sea muy celosa, porque cuando venga a vivir aquí contigo, no sé si le gustara la idea de que una chica de 15 años esté enamorada de ti.
Germán: Azucena no está enamorada de mí, puede que en alguna ocasión me sonría cuando yo pasó por su lado, solo porque a Azucena le divierte esos juegos, pero no está enamorada de mí.
Jorge: si tú lo dices, pero es ella la que anda fardando de novio delante de todas sus compañeras de clase, diciéndoles a todas que ha conseguido robar el corazón del director de la organización.
Germán: por favor, las palabras de Azucena solo son ilusiones irrealizables de una niña de 15 años, yo estoy con Lilian, y aunque no estuviera con ella, nunca me fijaría en alguien tan joven como Azucena.
Jorge: de verdad? tú te has fijado bien en como está Azucena? esa jovencita tiene el cuerpo de una diosa, ¿en serio no sientes nada por ella?
Germán: en serio y si por mí fuera, si estuviera en mis manos, ahora mismo te regalaría el puesto de director de esta organización y el corazón de Azucena.
Y Germán salió del despacho, dejando a su hermano Jorge solo allí dentro.
fin del flash-back.
#191

09/12/2010 23:34
Al amanecer del día siguiente, en el bosque del internado valle seco. Había un montón de público con el uniforme verde y pistacho del internado valle seco, con el escudo del águila roja atravesada por dos espadas en forma de equis o con el uniforme negro y gris oficial de la organización, con el emblema de OSC en rojo luminoso, movible y tridimensional.
Todo este público estaban presenciando una carrera de coches, Diego Marremo vestido con un mono y un casco como un profesional corredor de formula 1, estaba al lado de otro alumno, con otro coche equipado con otro mono y otro casco.
Diego y el otro alumno discutían.
alumno: qué? hacemos una carrera Diego?
Diego: claro, ya que tenemos aquí los coches, por qué no?
alumno: para hacerlo más interesante, qué te parece si apostamos algo?
Diego: me parece bien, de todas formas voy a ganar yo.
alumno: si tan seguro estás de que vas a ganar ¿por que no nos apostamos una noche con Azucena?
Diego se dirigió hacia su compañero de clase y le cogió por el cuello enseñándole el puño en tono de amenaza.
Diego: Azucena es mi novia, retira eso ahora mismo o te rompo los dientes!
alumno: tranquilo Diego, no sé porque te enfadas, solo sería una noche, y tú tienes a Azucena para ti solo todas las noches, además si tú mismo has dicho que vas a ganar tú ¿Qué más te da?
Diego le miró a los ojos, respiró hondo, y le dejó en el suelo soltándole.
Diego se quitó el mono de competición, debajo llevaba puesto el uniforme de la organización, y dejando el mono sobre el coche, dijo.
Diego: yo a mi novia no la apuesto con nadie, si piensas seguir adelante con esa apuesta, corre con otro.
alumno: tranquilo Diego, solo era una broma, ¿nos apostamos el coche de acuerdo? quien gane se queda con el coche del otro.
Diego en silencio volvió a ponerse el mono.
En ese instante Azucena salió al bosque.
Diego sonrió al verla acercarse a él.
Azucena: hola mi vida, vas a correr con el coche contra otro de tus compañeros de clase?
Diego: sí, no te preocupes la carrera no va a durar mucho. Y por supuesto voy a ganar yo.
Azucena abrazó a Diego.
Azucena: sabes que no te hace falta competir con nadie para conseguir un coche, yo soy la directora de la organización, estos coches pertenecen a una tienda de automovilismo donde el dueño es miembro de nuestra organización de incógnito y nos entrega los coches de forma ilegal y totalmente gratuita, tú puedes tener todos los coches que quieras solo con decírmelo.
Diego: lo sé, pero así es más divertido.
Diego besó a Azucena en los labios delante de todos sus compañeros de clase.
Diego se puso el casco y entró en el coche, al mismo tiempo que lo hacía el otro alumno.
Diego: nos das la salida Azucena?
Azucena se puso entre medio de los dos coches, sacó su pistola, apuntó al aire y disparó.
Los dos coches salieron disparados hacia una línea roja que estaba pintada en un camino de tierra del bosque.
Entre los matorrales había dos chicos y una chica vestidos con el uniforme amarillo y ocre del internado aureola (con el escudo del águila negra con las alas extendidas sujetando una copa azul y una estrella blanca) , puesto que era de día y los colores blanco y azul marino solo eran temporales con la luz lunar.
Entre ellos tres hablaron.
chico1: que morro tienen los alumnos de esta organización, muchos de sus miembros reparten folletos promocionales del internado a la salida de los institutos, y los que aceptan meterse en la web e inscribirse en ella entran a formar parte en el programa de asesinos a sueldo, te regalan los billetes de viaje, la estancia en los hoteles todo gratis, y te dan una lista por e-mail de las personas a las que tienes que matar con su nombre, sus lugares comunes por donde pasan, y una foto o un retrato robot y cuando vuelves del viaje a los 3 meses te regalan si eres un chico un coche de carreras y si eres una chica un diamante de la mina.
chico2: y solo tienen que matar a unas cuantas personas que ni conocen personalmente para conseguirlo.
chicaalumnadelinternadoaureola: ya ves! y mientras tanto nosotros matándonos en duras pruebas en la organización de la justicia, amenazados con terminar nuestras vidas sumergidos en la lava ardiente del volcán de la justicia, como no obedezcamos, sin recibir ninguna recompensa económica a cambio.
chico1: empiezo a pensar que tal vez no sea tan malo pertenecer a la organización secreta del crimen.
chico2: sí, los alumnos de ella se lo pasan en grande.
Los 3 alumnos del internado aureola abandonaron el bosque sin ser vistos, la alumna se giró hacia una pequeña gruta donde había un cartel de madera en donde ponía.
mina de diamantes.
En la entrada a esa gruta había dos chicos del curso superior vestidos con uniforme negro y gris de la organización y armados con escopetas, vigilando.
Dos chicas del internado valle seco, alumnas, con el uniforme negro y gris oficial de la organización, se acercaron a la mina.
chica1: mira, están vigilando la entrada a la mina, solo les dan diamantes a las chicas que formen parte del programa asesinos a sueldo, y todas ellas tienen una medalla con el dibujo de una pistola bajo dos espadas en forma de equis, nosotras no tenemos esa medalla pero conseguiremos diamantes.
chica2: ah sí? cómo?
chica1:entraremos por la entrada trasera, allí nunca hay guardias, no tendremos un mapa de la mina ya que esos mapas solo lo tienen los guardias, pero ya nos guiaremos con nuestro instinto, tampoco tiene que ser tan difícil moverse por dentro de una mina.
Las dos chicas haciendo gestos de burlas a los dos guardias sin que les vieran, se colaron por la entrada trasera a la mina de diamantes.
Horas más tarde, Diego estaba dentro de un aula asistiendo como alumno a una clase de seducción donde Azucena era la profesora sustituta. Pasados unos minutos, la campana sonó, todos abandonaron el aula...
Azucena: Diego!
Diego se detuvo girándose hacia ella.
Azucena: te notó algo distraído ¿te pasa algo?
Diego: no, solo que en menos de 1 año he dejado de ver a mi madre, y los dos de mis compañeros de cuarto a los que conocía desde niño han muerto recientemente.
Azucena: te refieres a Manuel y a Carlos, verdad?
Diego asintió con la cabeza.
Azucena: tú ya deberías estar acostumbrado a la muerte, eres un asesino profesional, las personas se mueren, tú eso lo sabes, es el curso de la vida.
Diego: lo sé, pero Manuel era mi amigo.
Azucena: Manuel estuvo durante 1 mes en el internado aureola, estuvo perteneciendo a la organización de la justicia, sé que era tu amigo, pero tienes que tener presente que si él no hubiese vuelto, sería tu enemigo, y tú tendrías que haberle matado de habértelo encontrado de frente por pertenecer a la organización rival.
Todo este público estaban presenciando una carrera de coches, Diego Marremo vestido con un mono y un casco como un profesional corredor de formula 1, estaba al lado de otro alumno, con otro coche equipado con otro mono y otro casco.
Diego y el otro alumno discutían.
alumno: qué? hacemos una carrera Diego?
Diego: claro, ya que tenemos aquí los coches, por qué no?
alumno: para hacerlo más interesante, qué te parece si apostamos algo?
Diego: me parece bien, de todas formas voy a ganar yo.
alumno: si tan seguro estás de que vas a ganar ¿por que no nos apostamos una noche con Azucena?
Diego se dirigió hacia su compañero de clase y le cogió por el cuello enseñándole el puño en tono de amenaza.
Diego: Azucena es mi novia, retira eso ahora mismo o te rompo los dientes!
alumno: tranquilo Diego, no sé porque te enfadas, solo sería una noche, y tú tienes a Azucena para ti solo todas las noches, además si tú mismo has dicho que vas a ganar tú ¿Qué más te da?
Diego le miró a los ojos, respiró hondo, y le dejó en el suelo soltándole.
Diego se quitó el mono de competición, debajo llevaba puesto el uniforme de la organización, y dejando el mono sobre el coche, dijo.
Diego: yo a mi novia no la apuesto con nadie, si piensas seguir adelante con esa apuesta, corre con otro.
alumno: tranquilo Diego, solo era una broma, ¿nos apostamos el coche de acuerdo? quien gane se queda con el coche del otro.
Diego en silencio volvió a ponerse el mono.
En ese instante Azucena salió al bosque.
Diego sonrió al verla acercarse a él.
Azucena: hola mi vida, vas a correr con el coche contra otro de tus compañeros de clase?
Diego: sí, no te preocupes la carrera no va a durar mucho. Y por supuesto voy a ganar yo.
Azucena abrazó a Diego.
Azucena: sabes que no te hace falta competir con nadie para conseguir un coche, yo soy la directora de la organización, estos coches pertenecen a una tienda de automovilismo donde el dueño es miembro de nuestra organización de incógnito y nos entrega los coches de forma ilegal y totalmente gratuita, tú puedes tener todos los coches que quieras solo con decírmelo.
Diego: lo sé, pero así es más divertido.
Diego besó a Azucena en los labios delante de todos sus compañeros de clase.
Diego se puso el casco y entró en el coche, al mismo tiempo que lo hacía el otro alumno.
Diego: nos das la salida Azucena?
Azucena se puso entre medio de los dos coches, sacó su pistola, apuntó al aire y disparó.
Los dos coches salieron disparados hacia una línea roja que estaba pintada en un camino de tierra del bosque.
Entre los matorrales había dos chicos y una chica vestidos con el uniforme amarillo y ocre del internado aureola (con el escudo del águila negra con las alas extendidas sujetando una copa azul y una estrella blanca) , puesto que era de día y los colores blanco y azul marino solo eran temporales con la luz lunar.
Entre ellos tres hablaron.
chico1: que morro tienen los alumnos de esta organización, muchos de sus miembros reparten folletos promocionales del internado a la salida de los institutos, y los que aceptan meterse en la web e inscribirse en ella entran a formar parte en el programa de asesinos a sueldo, te regalan los billetes de viaje, la estancia en los hoteles todo gratis, y te dan una lista por e-mail de las personas a las que tienes que matar con su nombre, sus lugares comunes por donde pasan, y una foto o un retrato robot y cuando vuelves del viaje a los 3 meses te regalan si eres un chico un coche de carreras y si eres una chica un diamante de la mina.
chico2: y solo tienen que matar a unas cuantas personas que ni conocen personalmente para conseguirlo.
chicaalumnadelinternadoaureola: ya ves! y mientras tanto nosotros matándonos en duras pruebas en la organización de la justicia, amenazados con terminar nuestras vidas sumergidos en la lava ardiente del volcán de la justicia, como no obedezcamos, sin recibir ninguna recompensa económica a cambio.
chico1: empiezo a pensar que tal vez no sea tan malo pertenecer a la organización secreta del crimen.
chico2: sí, los alumnos de ella se lo pasan en grande.
Los 3 alumnos del internado aureola abandonaron el bosque sin ser vistos, la alumna se giró hacia una pequeña gruta donde había un cartel de madera en donde ponía.
mina de diamantes.
En la entrada a esa gruta había dos chicos del curso superior vestidos con uniforme negro y gris de la organización y armados con escopetas, vigilando.
Dos chicas del internado valle seco, alumnas, con el uniforme negro y gris oficial de la organización, se acercaron a la mina.
chica1: mira, están vigilando la entrada a la mina, solo les dan diamantes a las chicas que formen parte del programa asesinos a sueldo, y todas ellas tienen una medalla con el dibujo de una pistola bajo dos espadas en forma de equis, nosotras no tenemos esa medalla pero conseguiremos diamantes.
chica2: ah sí? cómo?
chica1:entraremos por la entrada trasera, allí nunca hay guardias, no tendremos un mapa de la mina ya que esos mapas solo lo tienen los guardias, pero ya nos guiaremos con nuestro instinto, tampoco tiene que ser tan difícil moverse por dentro de una mina.
Las dos chicas haciendo gestos de burlas a los dos guardias sin que les vieran, se colaron por la entrada trasera a la mina de diamantes.
Horas más tarde, Diego estaba dentro de un aula asistiendo como alumno a una clase de seducción donde Azucena era la profesora sustituta. Pasados unos minutos, la campana sonó, todos abandonaron el aula...
Azucena: Diego!
Diego se detuvo girándose hacia ella.
Azucena: te notó algo distraído ¿te pasa algo?
Diego: no, solo que en menos de 1 año he dejado de ver a mi madre, y los dos de mis compañeros de cuarto a los que conocía desde niño han muerto recientemente.
Azucena: te refieres a Manuel y a Carlos, verdad?
Diego asintió con la cabeza.
Azucena: tú ya deberías estar acostumbrado a la muerte, eres un asesino profesional, las personas se mueren, tú eso lo sabes, es el curso de la vida.
Diego: lo sé, pero Manuel era mi amigo.
Azucena: Manuel estuvo durante 1 mes en el internado aureola, estuvo perteneciendo a la organización de la justicia, sé que era tu amigo, pero tienes que tener presente que si él no hubiese vuelto, sería tu enemigo, y tú tendrías que haberle matado de habértelo encontrado de frente por pertenecer a la organización rival.
#192
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09/12/2010 23:35
Diego: lo sé, y lo hubiese hecho de haberse dado el caso porque sé que ese es mi deber como miembro de esta organización, pero Manuel volvió con una razón oculta que no me contó y luego se suicidó delante de mis ojos, y nadie sabe porque lo hizo.
Azucena: la vida sigue Diego, a mí también me apena la muerte de Manuel no te creas, él me salvó la vida, pero ahora... tú ya tienes compañeros nuevos de cuarto, verdad?
Diego: sí, Alejandro y Valentín.
Azucena: y qué tal te llevas con ellos?
Diego: pertenecen al programa de asesinos a sueldo.
Azucena: y?
Diego: que han sido antiguos amantes tuyos, ya sabes, lo fueron por la época en que Jorge estaba vivo y él era el director y te obligaba a celebrar las fiestas anuales donde tú bailabas encima del escenario, en el almacén 298, donde se celebro el bacanal con los androides construidos por ti, cuando fuiste nombrada directora.
Azucena: y qué pasa con eso? Diego, te sientes un poco incomodo por tener que compartir habitación con ellos?
Diego: yo?, que va! incómodos se tienen que sentir ellos porque yo sigo estando contigo, y ellos sin embargo hace ya tiempo que no gozan de tu compañía por las noches.
Azucena abrazó a Diego.
Azucena: Diego, sabes perfectamente que yo solo estoy contigo, desde que me retiré de la prostitución no he vuelto a estar con otro hombre que no seas tú.
Diego: sin contar a Alfonso Metro, el padre de Tamara no?
Azucena: sí, sin contarle a él.
Azucena besó a Diego.
Azucena: me crees, verdad?
Diego le afirmó con la cabeza.
Azucena: sabes que tenemos una boda en la capilla del internado hoy a las 12h?
Diego: una boda, de quién?
Azucena: una boda de Álvaro Lomo, el profesor de creación de venenos con Luz Diesel.
Diego: qué? si Álvaro ya está casado con la madre de Manuel, o sea con Julia.
Azucena: sí, pero Álvaro Lomo y Julia Almo llevan 5 años separados desde que Julia se largó para unirse junto a Germán a la organización de la justicia.
Diego: separados sí, pero no divorciados.
Azucena: da igual, no creo que a Julia le interese recuperar a su marido, y a Álvaro tampoco le importa ella ya que pretendía robarle a sus hijos para cambiarles de bando, cosa que consiguió por un mes. Álvaro está solo en este mundo, su mujer la abandonó hará 5 años, y sus tres hijos Manuel, Aníbal y Alberto han muerto, él es feliz cuando está con Luz, así que se quiere casar con ella. Luz es una androide, no es humana, así que la boda es ilegal, pero se va a celebrar.
Diego: y yo estoy invitado?
Azucena: tú y todos lo miembros de la organización, es tradición del internado que siempre que alguien se casa asistan todos. Procura ponerte bien guapo para la ceremonia, aunque pensándolo bien, tratándose de ti, no vas a tener que esforzarte mucho para ello.
Azucena besó a Diego.
Azucena: nos vemos en la capilla.
Y Azucena salió del aula.
Horas más tarde, todos estaban vestidos de gala en el interior de la capilla del internado, asistiendo a la boda de Álvaro Lomo con la androide Luz Diesel.
Luz tenía puesto un bonito vestido de novia.
sacerdote: nos hemos reunido hoy aquí para unir a este hombre y a esta mujer en sagrado matrimonio. Álvaro Lomo, aceptas a Luz Diesel como esposa para honrarla, quererla y respetarla todos los días de su vida hasta que la muerte os separe?
Álvaro: sí, acepto.
Diego que estaba sentado en uno de los bancos de la capilla al lado de Azucena se rió por lo bajo y le susurró a ella.
Diego: hasta que la muerte les separe? Luz es una androide, ni envejece, ni muere, esta boda es ridícula!
Azucena: cállate! esta boda es muy importante para Álvaro y es de mala educación que hablemos durante la ceremonia.
La ceremonia prosiguió.
sacerdote: Luz Diesel aceptas a Álvaro Lomo como esposo para honrarle, quererle y respetarle todos los días de su vida hasta que la muerte os separe?
Luz Diesel: sí aceptó.
Diego nuevamente al escucharlo, se rió y le susurró a Azucena.
Diego: por supuesto que acepta, si es una robot, está programada para ello, no decide por sí misma lo que quiere hacer, solo cumple las órdenes de su dueño.
Azucena: quieres estarte callado de una vez Diego? estás llamando la atención!
Diego: lo siento, pero es que esta boda es totalmente ridícula!
Azucena: mira si vas a estar así durante toda la ceremonia, lo mejor será que te marches.
Diego: marcharme? a donde?
Azucena: no sé, a recoger los libros del curso que viene por ejemplo, en mi despacho están las llaves del camión de reparto, ¿quieres ir tú a la librería?
Diego: de acuerdo, por lo menos es mejor que estar aquí asistiendo a esta ridiculez de boda entre Álvaro y un robot.
Y Diego salió de la capilla, y se fue a su cuarto, a cambiarse de ropa.
Al rato Diego estaba con el camión de reparto delante de la librería. El camión tenía dibujado el escudo del águila roja atravesada con dos espadas en forma de equis y el nombre del internado valle seco.
El librero abrió la persiana de la librería. El librero sacó un montón de cajas que Diego cargó en el camión.
Diego: supongo que dentro de las cajas están todos los libros, los falsos y los verdaderos, quiero decir, los libros de matemáticas, ciencias e historia y los libros de seducción, secuestro y extorsión y mentira y engaño.
librero: sssssssssssshhhhhhhhhhh! baja la voz, no, no están todos los libros. Azucena como nueva directora tras la muerte de Jorge, cambió el encargo de los libros, ahora en vez de ser unos libros para las verdaderas asignaturas y otros para las falsas, son los mismos para todas.
Diego: cómo?
El librero abrió una de las cajas, y sacó un libro de su interior.
Él lo abrió, dentro había una rueda como un teléfono antiguo, con números y letras para marcar.
librero: cada vez que marques en esta rueda las letras OSC 666 OSC el contenido de sus hojas cambiara, así se puede seguir manteniendo en secreto las verdaderas asignaturas que se imparten en valle seco.
Diego: entiendo y me gusta la nueva idea, claro que no podría ser de otra manera siendo una idea de Azucena.
librero: ah! ya sé quien eres tú, eres el novio de Azucena verdad, Diego Marremo?
Diego: sí, por qué?
libero: yo estuve presente en la reunión de hace tiempo en el internado valle seco en la sala de conferencias donde Azucena anunció ante todos su retirada del mundo de la prostitución, y te vi hablar en el púlpito y como declarabas ante todos ser su novio.
Diego: pero en esa reunión solo estuvieron presentes los...
librero: antiguos clientes de Azucena?
Diego: tú has sido cliente de Azucena?
librero: sí ¿cómo te pensabas sino que el colegio me pagaba todo el material que le mandaba de mi librería? Ahora me pagan con diamantes de la mina del bosque del internado, pero antes, era Azucena quien se pasaba por aquí en persona a pagarme con su cuerpo.
Diego: bueno, pero eso era antes no?
librero: sí claro, antes de que vuestra relación se hiciera oficial, ¿tú sigues con ella?
Diego: sí claro.
librero: y que tal os va? quiero decir, ¿tú la ves a ella feliz estando contigo o tú crees que en algún momento se lo pensara mejor y cortara vuestra relación?
Diego: no vas a volver a estar con ella, si eso es lo que me preguntas.
Azucena: la vida sigue Diego, a mí también me apena la muerte de Manuel no te creas, él me salvó la vida, pero ahora... tú ya tienes compañeros nuevos de cuarto, verdad?
Diego: sí, Alejandro y Valentín.
Azucena: y qué tal te llevas con ellos?
Diego: pertenecen al programa de asesinos a sueldo.
Azucena: y?
Diego: que han sido antiguos amantes tuyos, ya sabes, lo fueron por la época en que Jorge estaba vivo y él era el director y te obligaba a celebrar las fiestas anuales donde tú bailabas encima del escenario, en el almacén 298, donde se celebro el bacanal con los androides construidos por ti, cuando fuiste nombrada directora.
Azucena: y qué pasa con eso? Diego, te sientes un poco incomodo por tener que compartir habitación con ellos?
Diego: yo?, que va! incómodos se tienen que sentir ellos porque yo sigo estando contigo, y ellos sin embargo hace ya tiempo que no gozan de tu compañía por las noches.
Azucena abrazó a Diego.
Azucena: Diego, sabes perfectamente que yo solo estoy contigo, desde que me retiré de la prostitución no he vuelto a estar con otro hombre que no seas tú.
Diego: sin contar a Alfonso Metro, el padre de Tamara no?
Azucena: sí, sin contarle a él.
Azucena besó a Diego.
Azucena: me crees, verdad?
Diego le afirmó con la cabeza.
Azucena: sabes que tenemos una boda en la capilla del internado hoy a las 12h?
Diego: una boda, de quién?
Azucena: una boda de Álvaro Lomo, el profesor de creación de venenos con Luz Diesel.
Diego: qué? si Álvaro ya está casado con la madre de Manuel, o sea con Julia.
Azucena: sí, pero Álvaro Lomo y Julia Almo llevan 5 años separados desde que Julia se largó para unirse junto a Germán a la organización de la justicia.
Diego: separados sí, pero no divorciados.
Azucena: da igual, no creo que a Julia le interese recuperar a su marido, y a Álvaro tampoco le importa ella ya que pretendía robarle a sus hijos para cambiarles de bando, cosa que consiguió por un mes. Álvaro está solo en este mundo, su mujer la abandonó hará 5 años, y sus tres hijos Manuel, Aníbal y Alberto han muerto, él es feliz cuando está con Luz, así que se quiere casar con ella. Luz es una androide, no es humana, así que la boda es ilegal, pero se va a celebrar.
Diego: y yo estoy invitado?
Azucena: tú y todos lo miembros de la organización, es tradición del internado que siempre que alguien se casa asistan todos. Procura ponerte bien guapo para la ceremonia, aunque pensándolo bien, tratándose de ti, no vas a tener que esforzarte mucho para ello.
Azucena besó a Diego.
Azucena: nos vemos en la capilla.
Y Azucena salió del aula.
Horas más tarde, todos estaban vestidos de gala en el interior de la capilla del internado, asistiendo a la boda de Álvaro Lomo con la androide Luz Diesel.
Luz tenía puesto un bonito vestido de novia.
sacerdote: nos hemos reunido hoy aquí para unir a este hombre y a esta mujer en sagrado matrimonio. Álvaro Lomo, aceptas a Luz Diesel como esposa para honrarla, quererla y respetarla todos los días de su vida hasta que la muerte os separe?
Álvaro: sí, acepto.
Diego que estaba sentado en uno de los bancos de la capilla al lado de Azucena se rió por lo bajo y le susurró a ella.
Diego: hasta que la muerte les separe? Luz es una androide, ni envejece, ni muere, esta boda es ridícula!
Azucena: cállate! esta boda es muy importante para Álvaro y es de mala educación que hablemos durante la ceremonia.
La ceremonia prosiguió.
sacerdote: Luz Diesel aceptas a Álvaro Lomo como esposo para honrarle, quererle y respetarle todos los días de su vida hasta que la muerte os separe?
Luz Diesel: sí aceptó.
Diego nuevamente al escucharlo, se rió y le susurró a Azucena.
Diego: por supuesto que acepta, si es una robot, está programada para ello, no decide por sí misma lo que quiere hacer, solo cumple las órdenes de su dueño.
Azucena: quieres estarte callado de una vez Diego? estás llamando la atención!
Diego: lo siento, pero es que esta boda es totalmente ridícula!
Azucena: mira si vas a estar así durante toda la ceremonia, lo mejor será que te marches.
Diego: marcharme? a donde?
Azucena: no sé, a recoger los libros del curso que viene por ejemplo, en mi despacho están las llaves del camión de reparto, ¿quieres ir tú a la librería?
Diego: de acuerdo, por lo menos es mejor que estar aquí asistiendo a esta ridiculez de boda entre Álvaro y un robot.
Y Diego salió de la capilla, y se fue a su cuarto, a cambiarse de ropa.
Al rato Diego estaba con el camión de reparto delante de la librería. El camión tenía dibujado el escudo del águila roja atravesada con dos espadas en forma de equis y el nombre del internado valle seco.
El librero abrió la persiana de la librería. El librero sacó un montón de cajas que Diego cargó en el camión.
Diego: supongo que dentro de las cajas están todos los libros, los falsos y los verdaderos, quiero decir, los libros de matemáticas, ciencias e historia y los libros de seducción, secuestro y extorsión y mentira y engaño.
librero: sssssssssssshhhhhhhhhhh! baja la voz, no, no están todos los libros. Azucena como nueva directora tras la muerte de Jorge, cambió el encargo de los libros, ahora en vez de ser unos libros para las verdaderas asignaturas y otros para las falsas, son los mismos para todas.
Diego: cómo?
El librero abrió una de las cajas, y sacó un libro de su interior.
Él lo abrió, dentro había una rueda como un teléfono antiguo, con números y letras para marcar.
librero: cada vez que marques en esta rueda las letras OSC 666 OSC el contenido de sus hojas cambiara, así se puede seguir manteniendo en secreto las verdaderas asignaturas que se imparten en valle seco.
Diego: entiendo y me gusta la nueva idea, claro que no podría ser de otra manera siendo una idea de Azucena.
librero: ah! ya sé quien eres tú, eres el novio de Azucena verdad, Diego Marremo?
Diego: sí, por qué?
libero: yo estuve presente en la reunión de hace tiempo en el internado valle seco en la sala de conferencias donde Azucena anunció ante todos su retirada del mundo de la prostitución, y te vi hablar en el púlpito y como declarabas ante todos ser su novio.
Diego: pero en esa reunión solo estuvieron presentes los...
librero: antiguos clientes de Azucena?
Diego: tú has sido cliente de Azucena?
librero: sí ¿cómo te pensabas sino que el colegio me pagaba todo el material que le mandaba de mi librería? Ahora me pagan con diamantes de la mina del bosque del internado, pero antes, era Azucena quien se pasaba por aquí en persona a pagarme con su cuerpo.
Diego: bueno, pero eso era antes no?
librero: sí claro, antes de que vuestra relación se hiciera oficial, ¿tú sigues con ella?
Diego: sí claro.
librero: y que tal os va? quiero decir, ¿tú la ves a ella feliz estando contigo o tú crees que en algún momento se lo pensara mejor y cortara vuestra relación?
Diego: no vas a volver a estar con ella, si eso es lo que me preguntas.
#193
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09/12/2010 23:36
librero: pues es una lástima, porque Azucena y yo nos entendíamos muy bien en la cama.
Diego: están todas las cajas de libros ya cargadas en el camión o faltan más?-dijo Diego queriendo cambiar de tema.
librero: no, están todas.
Diego: entonces me voy.
Diego se subió al camión y lo condujo de vuelta con el cargamento hasta el internado valle seco.
A la noche, Diego estaba en el cuarto de Azucena.
Diego estaba sentado en la cama, Azucena le estaba besando mientras le desnudaba muy despacio, pero Diego la apartó.
Azucena: Diego, qué te pasa?
Diego: nada, solo...que estoy un poco cansado, voy a darme una ducha.
Azucena: Diego, seguro que estás bien?
Diego: sí, me doy una ducha y luego hablamos.
Azucena le abrazó.
Azucena: y si nos duchamos juntos?
Diego: no, mejor no.
Azucena: por qué? estás muy raro, ¿se puede saber que te pasa?
Diego: nada, solo que quiero relajarme yo solo, son 5 minutos, me doy una ducha y ya está, vale?
Azucena: estás enfadado conmigo por algo?
Diego: no, es una tontería, déjalo.
Azucena: ah! o sea que si pasa algo!
Diego: ya te he dicho que es una tontería, no importa.
Azucena se cruzó de brazos.
Diego: no me mires así, es solo que he ido a buscar los libros del curso que viene a la librería y...
Azucena: y?
Diego: que el librero me ha dicho que era antiguo cliente tuyo y que tú y él os entendíais muy bien en la cama.
Azucena: y tú te lo crees?
Diego: no, no me lo creo, es solo que... da igual, no quiero hablar de esto.
Azucena: Diego, tú ya sabes en lo que yo trabajaba antes, pero también sabes que dejé ese trabajo por ti, para que pudiéramos estar juntos. Diego, mírame a los ojos, tú eres el único, vale? el único. Me crees?
Diego: sí, pero no quiero volver nunca más a la librería, no me apetece volver a ver a ese hombre.
Azucena: de acuerdo, no pasa nada, pues no vuelvas. Después de todo, hay repartidores, que se encargan de hacer ese trabajo.
Diego: sí claro, repartidores, a los que seguro también te has tirado.
Azucena: Diego, sí quieres hablar de ello...
Diego: que no, que ya te he dicho que no quería hablar de esto. Me voy a dar una ducha.
Diego besó a Azucena, se quitó el jersey del uniforme y entró en el cuarto de baño.
Al día siguiente... Diego estaba sentado en una de las mesas de la biblioteca del colegio. Diego estaba haciendo los deberes, cuando Tamara se le acercó y se sentó a su lado.
Tamara: qué haces Diego?
Diego: los deberes.
Tamara: que aburrido, no te apetecería más estar conmigo a solas en la habitación?
Diego: pues no, la verdad.
Tamara: Diego, porque eres así conmigo?
Diego: así como?
Tamara: tú y yo nos llevemos muy bien durante los 4 días en los que me infiltré en este internado para hacer de espía para la organización de la justicia ¿por qué eres tan antipático conmigo?
Diego: tú como que tienes una idea muy distorsionada de la realidad no? yo solo fui amable contigo en esos 4 días por encargo de Jorge, el director difunto de esta organización, tú solo fuiste una misión que cumplir para mí, y tú tenías novio en tu colegio, y solo tardaste 4 días en lanzarte a mis brazos.
Tamara: y?
Diego: que a mí tú nunca me interesaste, cuando te conocí yo ya estaba enamorado de Azucena, aunque por aquel entonces ella no lo estaba de mí, y si tú no eras importante para mí entonces, menos lo vas a ser ahora que sé que Azucena me corresponde.
Tamara: bueno tranquilo, que tampoco te estoy pidiendo que me jures amor eterno, solo quiero que pasemos una noche juntos y ya está, luego cada uno que siga por su lado.
Diego: tengo novia, no voy a acostarme contigo.
Tamara: yo también tenía novio cuando te conocí.
Diego: sí lo sé, un chico muy majo, Miguel se llamaba, lo maté yo ¿sabes?
Tamara: tú solo te defendiste, si tú no hubieses asesinado a Miguel, él te hubiese matado a ti, fue la única razón por la que se coló en este internado con los guantes rocosos.
Diego: Tamara, yo no quiero nada contigo, ni contigo ni con ninguna otra, soy el novio de Azucena y estoy enamorado de ella y la verdad si alguna vez se me ocurriera engañarla, cosa que no voy a hacer, tú serías la última persona de este colegio en la que pensaría.
Tamara: así que Azucena y tú estáis enamorados? no si ya he visto lo enamorados que estáis en los videos que grabaron Tornado, el perro de espionaje, Ventisca, el gato de espionaje y Vórtice, el ratón de espionaje de la organización de la justicia. Varios compañeros nuestros tienen esa película en su poder, donde tú y Azucena salís desnudos en la ducha, en el gimnasio, en la cocina, en la habitación...
Diego: tú también has visto la dichosa peliculerita?
Tamara: sí, por?
Diego: por nada, solo que al final voy a ser el único de todo el colegio que no la haya visto.
Tamara: ah! eres el protagonista y no la has visto?
Diego: entera no.
Tamara: ah! pues si quieres, yo tengo uno de los cds en mi habitación, si quieres la ponemos mientras tú y yo nos estiramos cómodamente en mi cama.
Diego: no, tengo una idea mejor, tú te vas a ir sola a tu habitación, te estiras en la cama tú sola, y si quieres te hartas de ver la película mía y de Azucena todas las veces que tú quieras, y fantaseas conmigo si te da la gana, porque en la realidad, no vas a tenerme en la vida.
Tamara: Diego, tampoco es para que te enfades conmigo, no crees? tú y yo podíamos llegar a ser buenos amigos si tú quisieras.
Diego: tú no quieres ser mi amiga y los dos lo sabemos de sobras, así que deja esta comedia ya de una vez Tamara. Y ándate con ojo, ahora mismo podía sacar mi pistola reglamentaria como alumno de la organización y pegarte un tiro, sino lo hago es porque está prohibido matar a miembros de dentro de la organización, pero te dije la primera vez que nos encontramos en este internado al mismo tiempo que te conté mi relación con Azucena, que si me dabas motivos para matarte lo haría sin pensarlo. Y sino lo hago yo, lo hará Azucena, ella ahora es la directora del internado, y como directora tiene impunidad para matar a quien le apetezca. Y no le va a gustar nada saber que vas detrás de mí.
Diego recogió sus libros y salió de la biblioteca, malhumorado con Tamara.
Minutos más tarde, Tamara entró en el despacho de la directora, Diego estaba allí.
Azucena miró a Diego.
Azucena: Diego, déjame a solas con Tamara.
Diego en silencio salió del despacho.
Azucena: siéntate Tamara.
Tamara se sentó.
Azucena: te he hecho llamar para que hablemos.
Tamara: sobre qué?
Azucena: Diego me ha dicho que le estás molestando ¿es cierto?
Diego: están todas las cajas de libros ya cargadas en el camión o faltan más?-dijo Diego queriendo cambiar de tema.
librero: no, están todas.
Diego: entonces me voy.
Diego se subió al camión y lo condujo de vuelta con el cargamento hasta el internado valle seco.
A la noche, Diego estaba en el cuarto de Azucena.
Diego estaba sentado en la cama, Azucena le estaba besando mientras le desnudaba muy despacio, pero Diego la apartó.
Azucena: Diego, qué te pasa?
Diego: nada, solo...que estoy un poco cansado, voy a darme una ducha.
Azucena: Diego, seguro que estás bien?
Diego: sí, me doy una ducha y luego hablamos.
Azucena le abrazó.
Azucena: y si nos duchamos juntos?
Diego: no, mejor no.
Azucena: por qué? estás muy raro, ¿se puede saber que te pasa?
Diego: nada, solo que quiero relajarme yo solo, son 5 minutos, me doy una ducha y ya está, vale?
Azucena: estás enfadado conmigo por algo?
Diego: no, es una tontería, déjalo.
Azucena: ah! o sea que si pasa algo!
Diego: ya te he dicho que es una tontería, no importa.
Azucena se cruzó de brazos.
Diego: no me mires así, es solo que he ido a buscar los libros del curso que viene a la librería y...
Azucena: y?
Diego: que el librero me ha dicho que era antiguo cliente tuyo y que tú y él os entendíais muy bien en la cama.
Azucena: y tú te lo crees?
Diego: no, no me lo creo, es solo que... da igual, no quiero hablar de esto.
Azucena: Diego, tú ya sabes en lo que yo trabajaba antes, pero también sabes que dejé ese trabajo por ti, para que pudiéramos estar juntos. Diego, mírame a los ojos, tú eres el único, vale? el único. Me crees?
Diego: sí, pero no quiero volver nunca más a la librería, no me apetece volver a ver a ese hombre.
Azucena: de acuerdo, no pasa nada, pues no vuelvas. Después de todo, hay repartidores, que se encargan de hacer ese trabajo.
Diego: sí claro, repartidores, a los que seguro también te has tirado.
Azucena: Diego, sí quieres hablar de ello...
Diego: que no, que ya te he dicho que no quería hablar de esto. Me voy a dar una ducha.
Diego besó a Azucena, se quitó el jersey del uniforme y entró en el cuarto de baño.
Al día siguiente... Diego estaba sentado en una de las mesas de la biblioteca del colegio. Diego estaba haciendo los deberes, cuando Tamara se le acercó y se sentó a su lado.
Tamara: qué haces Diego?
Diego: los deberes.
Tamara: que aburrido, no te apetecería más estar conmigo a solas en la habitación?
Diego: pues no, la verdad.
Tamara: Diego, porque eres así conmigo?
Diego: así como?
Tamara: tú y yo nos llevemos muy bien durante los 4 días en los que me infiltré en este internado para hacer de espía para la organización de la justicia ¿por qué eres tan antipático conmigo?
Diego: tú como que tienes una idea muy distorsionada de la realidad no? yo solo fui amable contigo en esos 4 días por encargo de Jorge, el director difunto de esta organización, tú solo fuiste una misión que cumplir para mí, y tú tenías novio en tu colegio, y solo tardaste 4 días en lanzarte a mis brazos.
Tamara: y?
Diego: que a mí tú nunca me interesaste, cuando te conocí yo ya estaba enamorado de Azucena, aunque por aquel entonces ella no lo estaba de mí, y si tú no eras importante para mí entonces, menos lo vas a ser ahora que sé que Azucena me corresponde.
Tamara: bueno tranquilo, que tampoco te estoy pidiendo que me jures amor eterno, solo quiero que pasemos una noche juntos y ya está, luego cada uno que siga por su lado.
Diego: tengo novia, no voy a acostarme contigo.
Tamara: yo también tenía novio cuando te conocí.
Diego: sí lo sé, un chico muy majo, Miguel se llamaba, lo maté yo ¿sabes?
Tamara: tú solo te defendiste, si tú no hubieses asesinado a Miguel, él te hubiese matado a ti, fue la única razón por la que se coló en este internado con los guantes rocosos.
Diego: Tamara, yo no quiero nada contigo, ni contigo ni con ninguna otra, soy el novio de Azucena y estoy enamorado de ella y la verdad si alguna vez se me ocurriera engañarla, cosa que no voy a hacer, tú serías la última persona de este colegio en la que pensaría.
Tamara: así que Azucena y tú estáis enamorados? no si ya he visto lo enamorados que estáis en los videos que grabaron Tornado, el perro de espionaje, Ventisca, el gato de espionaje y Vórtice, el ratón de espionaje de la organización de la justicia. Varios compañeros nuestros tienen esa película en su poder, donde tú y Azucena salís desnudos en la ducha, en el gimnasio, en la cocina, en la habitación...
Diego: tú también has visto la dichosa peliculerita?
Tamara: sí, por?
Diego: por nada, solo que al final voy a ser el único de todo el colegio que no la haya visto.
Tamara: ah! eres el protagonista y no la has visto?
Diego: entera no.
Tamara: ah! pues si quieres, yo tengo uno de los cds en mi habitación, si quieres la ponemos mientras tú y yo nos estiramos cómodamente en mi cama.
Diego: no, tengo una idea mejor, tú te vas a ir sola a tu habitación, te estiras en la cama tú sola, y si quieres te hartas de ver la película mía y de Azucena todas las veces que tú quieras, y fantaseas conmigo si te da la gana, porque en la realidad, no vas a tenerme en la vida.
Tamara: Diego, tampoco es para que te enfades conmigo, no crees? tú y yo podíamos llegar a ser buenos amigos si tú quisieras.
Diego: tú no quieres ser mi amiga y los dos lo sabemos de sobras, así que deja esta comedia ya de una vez Tamara. Y ándate con ojo, ahora mismo podía sacar mi pistola reglamentaria como alumno de la organización y pegarte un tiro, sino lo hago es porque está prohibido matar a miembros de dentro de la organización, pero te dije la primera vez que nos encontramos en este internado al mismo tiempo que te conté mi relación con Azucena, que si me dabas motivos para matarte lo haría sin pensarlo. Y sino lo hago yo, lo hará Azucena, ella ahora es la directora del internado, y como directora tiene impunidad para matar a quien le apetezca. Y no le va a gustar nada saber que vas detrás de mí.
Diego recogió sus libros y salió de la biblioteca, malhumorado con Tamara.
Minutos más tarde, Tamara entró en el despacho de la directora, Diego estaba allí.
Azucena miró a Diego.
Azucena: Diego, déjame a solas con Tamara.
Diego en silencio salió del despacho.
Azucena: siéntate Tamara.
Tamara se sentó.
Azucena: te he hecho llamar para que hablemos.
Tamara: sobre qué?
Azucena: Diego me ha dicho que le estás molestando ¿es cierto?
#194
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09/12/2010 23:37
Tamara: esto es de chiste, Diego es un chico joven y guapo que puede elegir entre estar con una chica joven como yo a estar con una anciana como tú.
Azucena: una anciana? por favor, ni que yo tuviera 80 años, Diego tiene muy claro que quiere estar conmigo, no tiene nada que elegir ni que decidir.
Tamara: entonces de que tienes miedo?
Azucena: yo? no te entiendo.
Tamara: a que viene esta encerrona Azucena? si tan segura estás del amor de Diego porque me citas en tu despacho para hablar sobre él? que más te da si yo le persigo o dejó de perseguirle si él no va a hacer nada conmigo?
Azucena: mira mosquita muerta, como te vea cerca de mi hombre, vas a acabar bajo tierra, con un tiro entre ceja y ceja, tú no sabes con quién estás hablando.
Tamara: uy! tu hombre? que Diego solo tiene 16 años! los mismos que yo, lo más lógico es que esté con alguien como yo, no con una anciana como tú.
Azucena: vete de mi despacho ahora mismo, y ya lo sabes, te acercas a Diego más de la cuenta, y yo misma te mató.
Tamara salió del despacho caminando erguida y con paso firme, muy tranquila.
Al rato, Diego estaba solo en su cuarto haciendo abdominales en pantalones y camiseta blanca de tirantes, cuando Tamara entró.
Tamara: hola Diego.
Diego: hola ¿ya has hablado con Azucena?-dijo él levantándose del suelo y secándose el sudor con una toalla.
Tamara: sí.
Diego: pues espero que ya te haya quedado claro lo que Azucena y yo pensamos de ti.
Tamara: tanto miedo me tienes como para recurrir a tu noviecita de guardaespaldas?
Diego: cómo dices?
Tamara: que a mí me da igual que me mandes a 400 hombres contra a mí matarme, yo sé lo que quiero conseguir de ti, y no me voy a detener hasta que tú mismo me digas que no quieres nada conmigo.
Diego: muy bien si quieres que te lo diga, te lo digo, Tamara, no quiero nada contigo.
Tamara: bah! ya cambiaras de opinión!
Diego: eres incorregible! no sé como te aguantaba tu novio, la verdad!
Tamara: no soy tan mala como crees sabes? aquí eres tú él que has jugado conmigo, tú me hiciste creer que sentías algo por mí y yo vale es cierto que durante esos 4 días no pensé en Miguel, pero eso fue porque antes nadie me había tratado como lo hiciste tú.
Diego: no digas tonterías, tenía que enamorarte, era mi misión, era lógico que tenía que tratarte bien para que cayeras en la trampa ¿o es que acaso tu novio Miguel te trataba mal?
Tamara: no que va, al contrario, pero Miguel no tenía tus ojos, ni tu fuerte pecho, ni tus bíceps, ni...
Tamara se acercó para acariciar el pecho y los músculos de Diego, pero Diego en cuanto ella intentó besarle, le cogió de las muñecas apretándoselas bien fuerte y Tamara debido al dolor acabó de rodillas.
Tamara: Diego para me haces daño, para!!
Diego la miró fijamente a los ojos y dijo.
Diego: a mí la única mujer que me puede tocar es Azucena ¿entendido?
Tamara asintió con la cabeza.
Diego le soltó las muñecas.
Tamara se las frotó ya que las tenía un poco doloridas.
Diego se puso el jersey del uniforme sobre la camiseta blanca de tirantes, miró a Tamara y le dijo.
Diego: vas a arrepentirte de esto, en cuanto Azucena se enteré de todo.
Y Diego salió de la habitación.
Al rato, Tamara estaba llorando acurrucada en un rincón de una celda, de las mazmorras, ya no llevaba puesto el uniforme del colegio, ahora estaba vestida con una túnica marrón y polvorienta, llena de barro.
A la celda se acercaron caminando Diego con el uniforme del colegio, acompañado de uno de los guardias vigilantes, un alumno del curso superior disfrazado de momia.
Tamara: Diego, sabía que vendrías a liberarme, no sabes el susto que me llevé cuando el agujero negro del armario de mi habitación me absorbió.
Diego miró a la momia.
Diego : no le habías dado la pastilla para dejarle sin voz durante 35 min.?
momia: si claro que sí, lo hacemos con todos los prisioneros nada más encerrarles en las mazmorras.
Diego: entonces como es que puede hablar?
Tamara: escupí la pastilla, no me la he tragado.
momia: si se me pide, puedo darle otra pastilla a la prisionera?
Diego: no déjalo, dentro de poco no tendrá nada que decir. Tamara, ¿de verdad crees que estoy aquí para liberarte?
Tamara: a que has venido sino?
Diego sacó su pistola reglamentaria y le apuntó con ella.
Diego: a matarte, le conté a Azucena lo que pasó en mi cuarto, no sé porque dijo que bastaría con encerrarte en las mazmorras de por vida, no quiso ordenar a que te mataran, teniendo hombres a su cargo que lo harían solo por una orden suya, ahora ella es la directora de la organización, no lo olvides. En mi opinión fue demasiado blanda contigo, pero yo no soy como ella, y sé que ahora tú estás encerrada en las mazmorras y que yo estaré en la superficie y no vas a poder acercarte a mí, pero mira por donde que no me conformo solo con eso, debí matarte la primera vez que te conocí y supe que te habías infiltrado en este internado, estoy harto de tener que soportarte Tamara. Di tus últimas palabras.
Tamara sujetando las rejas de la celda con sus dos manos.
Tamara: Diego, por favor, no dispares, Diego yo te quiero, te quiero.
Diego disparó, dos disparos, sobre el pecho de Tamara, y ella cayó muerta dentro de la celda.
Diego se guardó la pistola, se dirigió a la momia y le dijo.
Diego: deshazte del cuerpo y hazme un favor, que Azucena no sepa nada de esto.
Y Diego abandonó las mazmorras de los pasadizos secretos del internado valle seco.
Mientras, en el internado aureola, en el despacho de dirección estaba Germán con una alumna, con el uniforme blanco y azul marino con el emblema tridimensional y movible de las letras OSJ, después de que el amarillo y el ocre desaparecieran tras la luz lunar de la puerta infantil de entrada del colegio o de la misma luna.
Esa alumna era Caridad Ponetra, Germán tras haber recibido todos los resultados de sus pruebas médicas había accedido al fin a liberarla de las mazmorras, quitarle la túnica marrón, polvorienta, y harapienta y vestirla como una alumna más del centro escolar.
Germán: cómo te encuentras Caridad? lo ves? no hacía falta quejarse tanto, te dije que después de superar las pruebas médicas con nuestros científicos estarías fuera de las mazmorras y serías tratada como una alumna más.
Caridad: no quiero ser alumna de este internado, quiero volver con mis padres.
Germán: si ni siquiera te acuerdas de ellos.
Caridad: si pasó por la operación de devolución de memoria los recordaré.
Germán: tú ahora ya eres alumna del internado aureola y miembro de la organización de la justicia, si ordenó que te operen y te devuelvo a tu familia...¿ puedo tener garantía de que te quedaras en esta organización luchando para la paz junto a tu familia?
Caridad: no, en el momento en que esté con ellos no me volverás a ver el pelo, nunca más. Yo no estoy hecha para pertenecer a organizaciones secretas, yo quiero vivir en el mundo real.
Germán: entonces olvídate de tu familia, porque te la presentaría si te quedaras aquí conmigo como alumna, pero si tengo que arriesgarme a perderte como soldado, prefiero mantenerte sin memoria.
Caridad: la única alegría que me queda de estar en este sitio es esperar el regreso de Manuel.
Germán: aún sigues creyendo que él volverá por ti?
Caridad: por supuesto, todos los días pienso en él, en sus besos, en sus palabras, lo que hubo entre él y yo fue muy especial, en cuanto cumpla su misión volverá.
Azucena: una anciana? por favor, ni que yo tuviera 80 años, Diego tiene muy claro que quiere estar conmigo, no tiene nada que elegir ni que decidir.
Tamara: entonces de que tienes miedo?
Azucena: yo? no te entiendo.
Tamara: a que viene esta encerrona Azucena? si tan segura estás del amor de Diego porque me citas en tu despacho para hablar sobre él? que más te da si yo le persigo o dejó de perseguirle si él no va a hacer nada conmigo?
Azucena: mira mosquita muerta, como te vea cerca de mi hombre, vas a acabar bajo tierra, con un tiro entre ceja y ceja, tú no sabes con quién estás hablando.
Tamara: uy! tu hombre? que Diego solo tiene 16 años! los mismos que yo, lo más lógico es que esté con alguien como yo, no con una anciana como tú.
Azucena: vete de mi despacho ahora mismo, y ya lo sabes, te acercas a Diego más de la cuenta, y yo misma te mató.
Tamara salió del despacho caminando erguida y con paso firme, muy tranquila.
Al rato, Diego estaba solo en su cuarto haciendo abdominales en pantalones y camiseta blanca de tirantes, cuando Tamara entró.
Tamara: hola Diego.
Diego: hola ¿ya has hablado con Azucena?-dijo él levantándose del suelo y secándose el sudor con una toalla.
Tamara: sí.
Diego: pues espero que ya te haya quedado claro lo que Azucena y yo pensamos de ti.
Tamara: tanto miedo me tienes como para recurrir a tu noviecita de guardaespaldas?
Diego: cómo dices?
Tamara: que a mí me da igual que me mandes a 400 hombres contra a mí matarme, yo sé lo que quiero conseguir de ti, y no me voy a detener hasta que tú mismo me digas que no quieres nada conmigo.
Diego: muy bien si quieres que te lo diga, te lo digo, Tamara, no quiero nada contigo.
Tamara: bah! ya cambiaras de opinión!
Diego: eres incorregible! no sé como te aguantaba tu novio, la verdad!
Tamara: no soy tan mala como crees sabes? aquí eres tú él que has jugado conmigo, tú me hiciste creer que sentías algo por mí y yo vale es cierto que durante esos 4 días no pensé en Miguel, pero eso fue porque antes nadie me había tratado como lo hiciste tú.
Diego: no digas tonterías, tenía que enamorarte, era mi misión, era lógico que tenía que tratarte bien para que cayeras en la trampa ¿o es que acaso tu novio Miguel te trataba mal?
Tamara: no que va, al contrario, pero Miguel no tenía tus ojos, ni tu fuerte pecho, ni tus bíceps, ni...
Tamara se acercó para acariciar el pecho y los músculos de Diego, pero Diego en cuanto ella intentó besarle, le cogió de las muñecas apretándoselas bien fuerte y Tamara debido al dolor acabó de rodillas.
Tamara: Diego para me haces daño, para!!
Diego la miró fijamente a los ojos y dijo.
Diego: a mí la única mujer que me puede tocar es Azucena ¿entendido?
Tamara asintió con la cabeza.
Diego le soltó las muñecas.
Tamara se las frotó ya que las tenía un poco doloridas.
Diego se puso el jersey del uniforme sobre la camiseta blanca de tirantes, miró a Tamara y le dijo.
Diego: vas a arrepentirte de esto, en cuanto Azucena se enteré de todo.
Y Diego salió de la habitación.
Al rato, Tamara estaba llorando acurrucada en un rincón de una celda, de las mazmorras, ya no llevaba puesto el uniforme del colegio, ahora estaba vestida con una túnica marrón y polvorienta, llena de barro.
A la celda se acercaron caminando Diego con el uniforme del colegio, acompañado de uno de los guardias vigilantes, un alumno del curso superior disfrazado de momia.
Tamara: Diego, sabía que vendrías a liberarme, no sabes el susto que me llevé cuando el agujero negro del armario de mi habitación me absorbió.
Diego miró a la momia.
Diego : no le habías dado la pastilla para dejarle sin voz durante 35 min.?
momia: si claro que sí, lo hacemos con todos los prisioneros nada más encerrarles en las mazmorras.
Diego: entonces como es que puede hablar?
Tamara: escupí la pastilla, no me la he tragado.
momia: si se me pide, puedo darle otra pastilla a la prisionera?
Diego: no déjalo, dentro de poco no tendrá nada que decir. Tamara, ¿de verdad crees que estoy aquí para liberarte?
Tamara: a que has venido sino?
Diego sacó su pistola reglamentaria y le apuntó con ella.
Diego: a matarte, le conté a Azucena lo que pasó en mi cuarto, no sé porque dijo que bastaría con encerrarte en las mazmorras de por vida, no quiso ordenar a que te mataran, teniendo hombres a su cargo que lo harían solo por una orden suya, ahora ella es la directora de la organización, no lo olvides. En mi opinión fue demasiado blanda contigo, pero yo no soy como ella, y sé que ahora tú estás encerrada en las mazmorras y que yo estaré en la superficie y no vas a poder acercarte a mí, pero mira por donde que no me conformo solo con eso, debí matarte la primera vez que te conocí y supe que te habías infiltrado en este internado, estoy harto de tener que soportarte Tamara. Di tus últimas palabras.
Tamara sujetando las rejas de la celda con sus dos manos.
Tamara: Diego, por favor, no dispares, Diego yo te quiero, te quiero.
Diego disparó, dos disparos, sobre el pecho de Tamara, y ella cayó muerta dentro de la celda.
Diego se guardó la pistola, se dirigió a la momia y le dijo.
Diego: deshazte del cuerpo y hazme un favor, que Azucena no sepa nada de esto.
Y Diego abandonó las mazmorras de los pasadizos secretos del internado valle seco.
Mientras, en el internado aureola, en el despacho de dirección estaba Germán con una alumna, con el uniforme blanco y azul marino con el emblema tridimensional y movible de las letras OSJ, después de que el amarillo y el ocre desaparecieran tras la luz lunar de la puerta infantil de entrada del colegio o de la misma luna.
Esa alumna era Caridad Ponetra, Germán tras haber recibido todos los resultados de sus pruebas médicas había accedido al fin a liberarla de las mazmorras, quitarle la túnica marrón, polvorienta, y harapienta y vestirla como una alumna más del centro escolar.
Germán: cómo te encuentras Caridad? lo ves? no hacía falta quejarse tanto, te dije que después de superar las pruebas médicas con nuestros científicos estarías fuera de las mazmorras y serías tratada como una alumna más.
Caridad: no quiero ser alumna de este internado, quiero volver con mis padres.
Germán: si ni siquiera te acuerdas de ellos.
Caridad: si pasó por la operación de devolución de memoria los recordaré.
Germán: tú ahora ya eres alumna del internado aureola y miembro de la organización de la justicia, si ordenó que te operen y te devuelvo a tu familia...¿ puedo tener garantía de que te quedaras en esta organización luchando para la paz junto a tu familia?
Caridad: no, en el momento en que esté con ellos no me volverás a ver el pelo, nunca más. Yo no estoy hecha para pertenecer a organizaciones secretas, yo quiero vivir en el mundo real.
Germán: entonces olvídate de tu familia, porque te la presentaría si te quedaras aquí conmigo como alumna, pero si tengo que arriesgarme a perderte como soldado, prefiero mantenerte sin memoria.
Caridad: la única alegría que me queda de estar en este sitio es esperar el regreso de Manuel.
Germán: aún sigues creyendo que él volverá por ti?
Caridad: por supuesto, todos los días pienso en él, en sus besos, en sus palabras, lo que hubo entre él y yo fue muy especial, en cuanto cumpla su misión volverá.
#195
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09/12/2010 23:38
Germán: Manuel se fue de aquí sin saber nada de la muerte de su madre, si vuelve y se entera que ahora ella está muerta...
Caridad: Manuel no está solo en el mundo, me tiene a mí, ha perdido a su hermanos y a su madre, pero todavía puede contar conmigo.
Germán: Manuel no es tan valiente como yo pensé en un principio, seguramente no habrá llegado ni a las puertas del internado valle seco, sería un idiota si hubiese vuelto después de haber huido de allí, en caso de que esté en un error ya está tardando en regresar, y Azucena sigue viva, no sé lo que estará haciendo Manuel pero te puedo asegurar que él no será nunca un peligro para Azucena.
Caridad: el día que regresé Manuel, los dos huiremos juntos de esta organización, sino puedo volver con mis padres, labraré mi futuro a su lado.
Germán: eso será si él regresa, porque a estas alturas, seguro que ya se habrá revolcado más de una vez en la misma cama que Azucena Terrón.
Caridad: Manuel no es así, él es fiel y leal, es un chico con un gran corazón, incapaz de tolerar la maldad a su alrededor.
Germán: yo no dudo del buen corazón de Manuel, sé que él de pequeño era manipulado por su padre, pero en cuanto creció y pudo elegir, eligió seguir a su madre por el camino del bien, pero... cuando se tiene a Azucena delante, es muy difícil decirle que no.
Caridad: Manuel no me ha engañado lo sé, él piensa en mí y yo pienso en él, lo que hubo entre nosotros fue de verdad.
Germán: ojala tengas suerte Caridad, en serio que te la deseo, aunque no quiero perderte como soldado me haría muy feliz si viera regresar a Manuel y te propusiera escaparos los dos juntos de aquí, pero por desgracia, sé que eso no va a ocurrir, conozco demasiado bien a Azucena como para saber que no desaprovecharía nunca la oportunidad de tener a otro jovenzuelo detrás de ella bebiéndole los vientos.
Caridad: pues yo también conozco lo suficientemente bien a Manuel como para saber, que si en algún momento tuviera pensamientos impuros hacia otra mujer que no fuera yo, antes se te mataría él mismo que atreverse a engañarme.
Germán: si de verdad crees eso, a estas horas Manuel ya debe estar muerto y enterrado en el cementerio del bosque del internado valle seco.
Caridad: él sigue vivo, y hasta el día en que él vuelva, prometo ser una buena alumna y una buena soldado, pero cuando Manuel entré por esa puerta y me vea y me vuelva a abrazar, entonces sabré que nunca nada nos volverá a separar jamás, para el resto de nuestras vidas.
Caridad se levantó de la silla y salió del despacho de Germán, cerrando la puerta tras ella.
Al rato se vio como se acercaban pequeñas huellas de zapatos hacia la piscina del internado valle seco, alguien invisible se zambullía en sus aguas, nadaba y buceaba hasta llegar a la trampilla acuática, abrirla y seguir buceando hasta pasar al otro lado y llegar al lago de la cueva subterránea de los pasadizos secretos. Al salir del lago, caminaron por los pasadizos secretos y llegaron a las celdas de las mazmorras, llenas de prisioneros y cautivos, que sujetaban las rejas negras con sus manos, sacudían su cuerpo intentando romperlas y pedían ayuda y socorro por ser liberados. Paseando cerca de esas celdas había zombis, vampiros, monstruos, hombres-lobo, enanos verde, brujos, sapos gigantes, gorilas... (eran los alumnos del curso superior disfrazados de personajes de terror) pero aquella visión tan escalofriante asustó a los pequeños visitantes, a los alumnos menores del internado aureola que habían sido inyectados con la formula de la invisibilidad desde los 2 hasta los 5 años.
A causa del miedo, los niños poco a poco perdieron la facilidad para hacerse invisibles, y sus cuerpos se hicieron visibles, los guardias los vieron, reconocieron los uniformes amarillo y el escudo del águila negra junto con la estrella blanca de 6 puntas.
Los guardias disfrazados con espeluznantes máscaras y horrible maquillaje de sangre, les apuntaron con lanzas de hierro y condujeron a los asustadizos niños al interior de una celda, donde los encerraron y los dejaron llorando.
Entre tanto, en el internado aureola, en el despacho de dirección, estaba Germán Puertas, junto a Nuria Destino, cocinera y socia suya.
Nuria: los niños tardan mucho no te parece Germán?
Germán: sí es cierto, no debí mandarles, necesitamos saber quién es el nuevo director de la organización del crimen, y los niños realizaron con éxito el robo de los chalecos antibalas el día de la emboscada, pero cada vez que entran al internado valle seco corren el peligro de ser descubiertos, no sé, pero creo que tendré que ir a buscarles.
Nuria: tú? volver al internado valle seco? hace 5 años que no lo pisas! Desde que volviste para liberar a los prisioneros de las mazmorras y te trajiste a Julia contigo, recuerdas?
Germán: sí, y tanto que lo recuerdo, tengo que saber lo que ha pasado con nuestros niños, tengo que saber si están bien, iré al internado valle seco y los traeré de vuelta, e iré yo personalmente, esta operación es demasiado delicada para enviar a uno de nuestros soldados.
Nuria: estás seguro?
Germán: sé que hace 5 años que no pisó el internado valle seco, pero nací, crecí y me eduqué allí, nadie sabe moverse mejor que yo por ese colegio.
Nuria: suerte Germán, la necesitaras.
Germán salió del despacho y del colegio, rumbo al internado enemigo.
Germán cogió su coche negro y lo condujo hasta el internado valle seco, mientras conducía, los recuerdos de 20 años atrás, llenaban su cabeza.
Germán entró en el internado valle seco, cuando se encontró con personas para que no le identificaran, las hipnotizó y las personas caían dormidas a su paso, así pudo seguir subiendo pisos y escaleras, inspeccionando cuartos, sin que nadie diera la voz de alarma. Hasta que llegó a una habitación y se encontró con Fabián Amadeo cara a cara, el hijo del científico veterano de ese internado.
Germán caminó hasta él con los ojos muy abiertos sin pestañear, mirándolo fijamente, intentado mantener un rostro solemne.
Fabián: pierdes el tiempo Germán, a mí no puedes hipnotizarme, ¿ya te has olvidado la regla básica del hipnotismo? no se puede hipnotizar a nadie que tiene mayor fuerza de voluntad que tú.
Germán: hola Fabián, hacia mucho tiempo que no nos veíamos, verdad?
Fabián: sí, exactamente 20 años ¿Qué haces aquí?
Germán: he sabido de tu boda, ¿te casaste con la hermana de Azucena Terrón, verdad?
Fabián: sí, llevamos 17 años casados, tuvimos dos gemelas, ahora Manuela está embarazada otra vez, de casi 8 meses.
Caridad: Manuel no está solo en el mundo, me tiene a mí, ha perdido a su hermanos y a su madre, pero todavía puede contar conmigo.
Germán: Manuel no es tan valiente como yo pensé en un principio, seguramente no habrá llegado ni a las puertas del internado valle seco, sería un idiota si hubiese vuelto después de haber huido de allí, en caso de que esté en un error ya está tardando en regresar, y Azucena sigue viva, no sé lo que estará haciendo Manuel pero te puedo asegurar que él no será nunca un peligro para Azucena.
Caridad: el día que regresé Manuel, los dos huiremos juntos de esta organización, sino puedo volver con mis padres, labraré mi futuro a su lado.
Germán: eso será si él regresa, porque a estas alturas, seguro que ya se habrá revolcado más de una vez en la misma cama que Azucena Terrón.
Caridad: Manuel no es así, él es fiel y leal, es un chico con un gran corazón, incapaz de tolerar la maldad a su alrededor.
Germán: yo no dudo del buen corazón de Manuel, sé que él de pequeño era manipulado por su padre, pero en cuanto creció y pudo elegir, eligió seguir a su madre por el camino del bien, pero... cuando se tiene a Azucena delante, es muy difícil decirle que no.
Caridad: Manuel no me ha engañado lo sé, él piensa en mí y yo pienso en él, lo que hubo entre nosotros fue de verdad.
Germán: ojala tengas suerte Caridad, en serio que te la deseo, aunque no quiero perderte como soldado me haría muy feliz si viera regresar a Manuel y te propusiera escaparos los dos juntos de aquí, pero por desgracia, sé que eso no va a ocurrir, conozco demasiado bien a Azucena como para saber que no desaprovecharía nunca la oportunidad de tener a otro jovenzuelo detrás de ella bebiéndole los vientos.
Caridad: pues yo también conozco lo suficientemente bien a Manuel como para saber, que si en algún momento tuviera pensamientos impuros hacia otra mujer que no fuera yo, antes se te mataría él mismo que atreverse a engañarme.
Germán: si de verdad crees eso, a estas horas Manuel ya debe estar muerto y enterrado en el cementerio del bosque del internado valle seco.
Caridad: él sigue vivo, y hasta el día en que él vuelva, prometo ser una buena alumna y una buena soldado, pero cuando Manuel entré por esa puerta y me vea y me vuelva a abrazar, entonces sabré que nunca nada nos volverá a separar jamás, para el resto de nuestras vidas.
Caridad se levantó de la silla y salió del despacho de Germán, cerrando la puerta tras ella.
Al rato se vio como se acercaban pequeñas huellas de zapatos hacia la piscina del internado valle seco, alguien invisible se zambullía en sus aguas, nadaba y buceaba hasta llegar a la trampilla acuática, abrirla y seguir buceando hasta pasar al otro lado y llegar al lago de la cueva subterránea de los pasadizos secretos. Al salir del lago, caminaron por los pasadizos secretos y llegaron a las celdas de las mazmorras, llenas de prisioneros y cautivos, que sujetaban las rejas negras con sus manos, sacudían su cuerpo intentando romperlas y pedían ayuda y socorro por ser liberados. Paseando cerca de esas celdas había zombis, vampiros, monstruos, hombres-lobo, enanos verde, brujos, sapos gigantes, gorilas... (eran los alumnos del curso superior disfrazados de personajes de terror) pero aquella visión tan escalofriante asustó a los pequeños visitantes, a los alumnos menores del internado aureola que habían sido inyectados con la formula de la invisibilidad desde los 2 hasta los 5 años.
A causa del miedo, los niños poco a poco perdieron la facilidad para hacerse invisibles, y sus cuerpos se hicieron visibles, los guardias los vieron, reconocieron los uniformes amarillo y el escudo del águila negra junto con la estrella blanca de 6 puntas.
Los guardias disfrazados con espeluznantes máscaras y horrible maquillaje de sangre, les apuntaron con lanzas de hierro y condujeron a los asustadizos niños al interior de una celda, donde los encerraron y los dejaron llorando.
Entre tanto, en el internado aureola, en el despacho de dirección, estaba Germán Puertas, junto a Nuria Destino, cocinera y socia suya.
Nuria: los niños tardan mucho no te parece Germán?
Germán: sí es cierto, no debí mandarles, necesitamos saber quién es el nuevo director de la organización del crimen, y los niños realizaron con éxito el robo de los chalecos antibalas el día de la emboscada, pero cada vez que entran al internado valle seco corren el peligro de ser descubiertos, no sé, pero creo que tendré que ir a buscarles.
Nuria: tú? volver al internado valle seco? hace 5 años que no lo pisas! Desde que volviste para liberar a los prisioneros de las mazmorras y te trajiste a Julia contigo, recuerdas?
Germán: sí, y tanto que lo recuerdo, tengo que saber lo que ha pasado con nuestros niños, tengo que saber si están bien, iré al internado valle seco y los traeré de vuelta, e iré yo personalmente, esta operación es demasiado delicada para enviar a uno de nuestros soldados.
Nuria: estás seguro?
Germán: sé que hace 5 años que no pisó el internado valle seco, pero nací, crecí y me eduqué allí, nadie sabe moverse mejor que yo por ese colegio.
Nuria: suerte Germán, la necesitaras.
Germán salió del despacho y del colegio, rumbo al internado enemigo.
Germán cogió su coche negro y lo condujo hasta el internado valle seco, mientras conducía, los recuerdos de 20 años atrás, llenaban su cabeza.
Germán entró en el internado valle seco, cuando se encontró con personas para que no le identificaran, las hipnotizó y las personas caían dormidas a su paso, así pudo seguir subiendo pisos y escaleras, inspeccionando cuartos, sin que nadie diera la voz de alarma. Hasta que llegó a una habitación y se encontró con Fabián Amadeo cara a cara, el hijo del científico veterano de ese internado.
Germán caminó hasta él con los ojos muy abiertos sin pestañear, mirándolo fijamente, intentado mantener un rostro solemne.
Fabián: pierdes el tiempo Germán, a mí no puedes hipnotizarme, ¿ya te has olvidado la regla básica del hipnotismo? no se puede hipnotizar a nadie que tiene mayor fuerza de voluntad que tú.
Germán: hola Fabián, hacia mucho tiempo que no nos veíamos, verdad?
Fabián: sí, exactamente 20 años ¿Qué haces aquí?
Germán: he sabido de tu boda, ¿te casaste con la hermana de Azucena Terrón, verdad?
Fabián: sí, llevamos 17 años casados, tuvimos dos gemelas, ahora Manuela está embarazada otra vez, de casi 8 meses.
#196
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09/12/2010 23:39
Germán: me alegró por ti, si hay alguien que recuerdo con cariño de esta organización ese sin duda eres tú, tú serías un gran aliado en la organización de la justicia.
Fabián: un aliado? querrás decir un traidor. Tú naciste aquí, tus antepasados construyeron el internado, y ahora luchas por deshacer esta organización ¿sabes cuantos miembros han muerto ya por culpa de tus soldados ? que pregunta más tonta, claro que lo sabes, tú mismo eres quién supervisa todos esos ataques y te aseguras que haya cuantas más victimas mejor.
Germán: esa personas deben morir, por el bien de la humanidad, si yo no las mató a ellas, ellas mataran a personas inocentes, a personas que ni siquiera saben la existencia de esta diabólica organización.
Fabián: es nuestro trabajo, somos asesinos y ladrones profesionales, ¿ya lo has olvidado?
Germán: dejé de ser un asesino hace mucho tiempo ya, todo eso pertenece a mi vida pasada y no me apetece recordarlo.
Fabián: y a Azucena, a ella también la has olvidado?
Germán: no, cómo está ella ahora? es feliz?
Fabián: que si es feliz? ahora te importa eso? después de abandonarla durante 20 años y dejar que Jorge la utilizara para lo que él le conviniera, apareces y solo se te ocurre preguntar eso de ella?
Germán: yo quería a Azucena, la quería, y todavía la quiero.
Fabián: claro, por eso fuiste el primer hombre que la hiciste llorar y sufrir como nunca antes lo había hecho nadie, por eso la dejaste sola en el momento que ella más te necesitaba.
Germán: tenía que hacerlo, tenía que largarme de aquí para poder reunir hombres suficientes y crear la organización de la justicia.
Fabián: claro y así podré dar la espalda a todos tus antepasados y matar a los que un día fueron tus amigos verdad?
Germán: tú puedes unirte a mi organización, si te unes a ella te perdonaré la vida, yo no creé la organización de la justicia para matar a anteriores conocidos míos, la creé para podré brindarles una oportunidad de un mundo mejor, si aceptas cambiarte de bando toda tu familia se salvara, lo prometo.
Fabián: yo no soy un traidor como tú Germán, mi padre fabrica inventos y crea formulas casi desde que era un niño para esta organización, podía trabajar para cualquier laboratorio, pero tanto como mi padre y como yo, estamos dispuestos a dar nuestra vida por la continuidad de la organización del crimen.
Germán: tu madre era policía Fabián, era una agente a favor de la ley, no creo que a ella le gustara saber como piensa su hijo sobre la vida.
Fabián: yo solo he conocido a mi madre por fotos, cuando ella me dejó al cuidado de mi padre yo era tan solo un bebé de meses, mi madre destruyó todas las pruebas sobre la existencia de la organización y me dejó en este internado sabiendo a que se dedicaba, al cargo de mi padre y si lo hizo fue porque confiaba en él para criarme.
Germán: no, te equivocas, lo hizo por amor, por amor a tu padre, pero ese mismo amor nunca le dejó ver el error que cometía al dejar que su único hijo se criara bajo este techo.
Fabián: yo estoy contento de la educación que he recibido, sé mucho más de inventos y de medicina que puede saber cualquier otro médico del mundo exterior.
Germán: en la organización de la justicia también tenemos adelantos médicos, si aceptas pertenecer a ella, puedes trabajar en los laboratorios.
Fabián: te repito que yo no soy ningún traidor, además, ¿trabajar contigo? quizás me pensaría pertenecer a la organización de la justicia si tú no tuvieras nada que ver con ella, pero sabiendo que tú estás involucrado, nunca.
Germán: por qué me odias tanto Fabián? yo siempre te tuve por un buen hombre, cuando yo trabajaba en este internado y éramos compañeros de oficio, nos llevamos bien, ¿a que viene ahora este odio Fabián?
Fabián: hace 20 años que abandonaste a Azucena después de que ella se declarara ante ti, y te atreves a presentarte delante de mí y a preguntarme que por qué te odio? de verdad no lo sabes Germán?
Germán: deja ya de recordarme que abandoné a Azucena vale? no fue así, yo no quería abandonarla, yo quería llevármela conmigo, fue ella la que no quiso seguirme.
Fabián: menos mal, menos mal que Azucena fue lo bastante inteligente como para saber donde tenía que quedarse. ¿qué tú querías llevarte a Azucena contigo? claro, y alejarla así de todas las demás personas que la querían, verdad?
Germán: lo siento, lo siento mucho de verás, pero si me quedaba, si me quedaba por ella estaría siendo egoísta y viviendo una vida que no quería vivir, el trabajo de ser asesino y ladrón no puede durar eternamente, hay personas que sufren por nuestra culpa, es excitante sí y a veces hasta divertido, pero tengo sentimientos, no soy un robot, en algún momento tenía que dejar esa vida de crueldad y violencia.
Fabián: vete, vete de aquí, no sé porque has venido Germán, pero sino te vas ahora mismo, vas a salir de este cuarto muerto.
Germán: en serio? y quién me va a matar, tú?
Fabián: un aliado? querrás decir un traidor. Tú naciste aquí, tus antepasados construyeron el internado, y ahora luchas por deshacer esta organización ¿sabes cuantos miembros han muerto ya por culpa de tus soldados ? que pregunta más tonta, claro que lo sabes, tú mismo eres quién supervisa todos esos ataques y te aseguras que haya cuantas más victimas mejor.
Germán: esa personas deben morir, por el bien de la humanidad, si yo no las mató a ellas, ellas mataran a personas inocentes, a personas que ni siquiera saben la existencia de esta diabólica organización.
Fabián: es nuestro trabajo, somos asesinos y ladrones profesionales, ¿ya lo has olvidado?
Germán: dejé de ser un asesino hace mucho tiempo ya, todo eso pertenece a mi vida pasada y no me apetece recordarlo.
Fabián: y a Azucena, a ella también la has olvidado?
Germán: no, cómo está ella ahora? es feliz?
Fabián: que si es feliz? ahora te importa eso? después de abandonarla durante 20 años y dejar que Jorge la utilizara para lo que él le conviniera, apareces y solo se te ocurre preguntar eso de ella?
Germán: yo quería a Azucena, la quería, y todavía la quiero.
Fabián: claro, por eso fuiste el primer hombre que la hiciste llorar y sufrir como nunca antes lo había hecho nadie, por eso la dejaste sola en el momento que ella más te necesitaba.
Germán: tenía que hacerlo, tenía que largarme de aquí para poder reunir hombres suficientes y crear la organización de la justicia.
Fabián: claro y así podré dar la espalda a todos tus antepasados y matar a los que un día fueron tus amigos verdad?
Germán: tú puedes unirte a mi organización, si te unes a ella te perdonaré la vida, yo no creé la organización de la justicia para matar a anteriores conocidos míos, la creé para podré brindarles una oportunidad de un mundo mejor, si aceptas cambiarte de bando toda tu familia se salvara, lo prometo.
Fabián: yo no soy un traidor como tú Germán, mi padre fabrica inventos y crea formulas casi desde que era un niño para esta organización, podía trabajar para cualquier laboratorio, pero tanto como mi padre y como yo, estamos dispuestos a dar nuestra vida por la continuidad de la organización del crimen.
Germán: tu madre era policía Fabián, era una agente a favor de la ley, no creo que a ella le gustara saber como piensa su hijo sobre la vida.
Fabián: yo solo he conocido a mi madre por fotos, cuando ella me dejó al cuidado de mi padre yo era tan solo un bebé de meses, mi madre destruyó todas las pruebas sobre la existencia de la organización y me dejó en este internado sabiendo a que se dedicaba, al cargo de mi padre y si lo hizo fue porque confiaba en él para criarme.
Germán: no, te equivocas, lo hizo por amor, por amor a tu padre, pero ese mismo amor nunca le dejó ver el error que cometía al dejar que su único hijo se criara bajo este techo.
Fabián: yo estoy contento de la educación que he recibido, sé mucho más de inventos y de medicina que puede saber cualquier otro médico del mundo exterior.
Germán: en la organización de la justicia también tenemos adelantos médicos, si aceptas pertenecer a ella, puedes trabajar en los laboratorios.
Fabián: te repito que yo no soy ningún traidor, además, ¿trabajar contigo? quizás me pensaría pertenecer a la organización de la justicia si tú no tuvieras nada que ver con ella, pero sabiendo que tú estás involucrado, nunca.
Germán: por qué me odias tanto Fabián? yo siempre te tuve por un buen hombre, cuando yo trabajaba en este internado y éramos compañeros de oficio, nos llevamos bien, ¿a que viene ahora este odio Fabián?
Fabián: hace 20 años que abandonaste a Azucena después de que ella se declarara ante ti, y te atreves a presentarte delante de mí y a preguntarme que por qué te odio? de verdad no lo sabes Germán?
Germán: deja ya de recordarme que abandoné a Azucena vale? no fue así, yo no quería abandonarla, yo quería llevármela conmigo, fue ella la que no quiso seguirme.
Fabián: menos mal, menos mal que Azucena fue lo bastante inteligente como para saber donde tenía que quedarse. ¿qué tú querías llevarte a Azucena contigo? claro, y alejarla así de todas las demás personas que la querían, verdad?
Germán: lo siento, lo siento mucho de verás, pero si me quedaba, si me quedaba por ella estaría siendo egoísta y viviendo una vida que no quería vivir, el trabajo de ser asesino y ladrón no puede durar eternamente, hay personas que sufren por nuestra culpa, es excitante sí y a veces hasta divertido, pero tengo sentimientos, no soy un robot, en algún momento tenía que dejar esa vida de crueldad y violencia.
Fabián: vete, vete de aquí, no sé porque has venido Germán, pero sino te vas ahora mismo, vas a salir de este cuarto muerto.
Germán: en serio? y quién me va a matar, tú?
#197
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09/12/2010 23:39
Fabián sacó su pistola reglamentaria como miembro de la organización y le apuntó con ella.
Germán: Fabián te conozco, tú nunca has sido capaz de disparar a nadie a pesar de haber estudiado para ser un asesino profesional, yo sí que lo he hecho, pero tú... tú cuando nos mandaban los profesores matar a alguien lo único que hacías era hipnotizarles provocándoles un coma permanente.
Fabián: no me conoces en absoluto Germán, es cierto que al principio me costaba algo apuntar y disparar contra alguien, matar a sangre fría no va con mi naturaleza ni mi carácter tienes razón, pero tenía que aprender a matar si de verdad quería seguir perteneciendo a esta organización y que mi padre se sintiera orgulloso de mí, por eso, me hipnoticé a mí mismo frente al espejo cuando era un adolescente y me ordené que cada vez que alguien rezara el padre nuestro cerca de mí, yo perdiera el control de mi voluntad y reventara sus tripas a balazos. Por eso cada vez que tenía que matar a alguien le decía antes de disparar. Reza un padre nuestro, quizás así ocurra algún milagro que te salvé y en cuanto empezaban a decir la primera frase de la oración, yo ya había apretado el gatillo por lo menos más de una vez.
Germán: pues fíjate por donde que yo no recuerdo como comenzaba la oración.
Fabián: no importa, para matarte a ti no me hace falta estar hipnotizado, a ti te puedo matar tranquilamente con solo recordar la cara de tristeza de Azucena el día en que te marchaste de aquí, hace 20 años.
Justo en ese momento en él que Fabián estaba a punto de disparar a Germán, Manuela entró a la habitación. Manuela al verle se abrazó a su marido casi llorando.
Germán: Manuela, ¿no sabes quien soy? de verdad vas a dejar que Fabián me dispare? no vas a hacer nada por impedirlo?
Manuela: adelante Fabián, dispara de una vez, no quiero volver a ver a este hombre en la vida!
Germán: Manuela ¿tú también? por qué? por qué?
Manuela: que se vaya! dile que se vaya Fabián, que se vaya y no vuelva más!
Manuela gritaba y respiraba entrecortadamente.
Germán: tranquilos, sé reconocer cuando sobro en algún sitio, de verdad que la oferta de uniros a mi organización va en serio y sigue en pie, vosotros tenéis una oportunidad de salvaros, yo solo os quiero ayudar, no me veáis como a un enemigo porque no lo soy.
Germán desapareció tras la puerta del armario de la habitación, utilizando la entrada secreta para entrar a los pasadizos, cuando llegó a ellos, liberó a los 5 niños de las mazmorras hipnotizando a los guardias, subieron por las escaleras, salieron por el armario a otra de las habitaciones vacías del internado y saltando por la ventana se acercaron hasta el coche negro aparcado en el bosque y así Germán condujo de vuelta con los niños, al internado aureola.
Mientras, en el cuarto de Fabián y Manuela, Fabián ya había guardado su arma y Manuela seguía abrazada a él, muy nerviosa, sin dejar de llorar, afectada por la inesperada visita de Germán. Manuela le miró a los ojos a Fabián y le dijo.
Manuela: mi amor, creo que he roto aguas.
Fabián muy preocupado por su mujer, la cogió en brazos y entrando en el armario bajó hasta los pasadizos cargándola, allí la tumbó en una camilla en la consulta clínica de su padre.
Manuela respiraba con la boca abierta, muy rápido y entrecortadamente, le sudaba la cara, Fabián le apretaba muy fuerte la mano mirándola a los ojos con ternura.
Segismundo: hijo, déjame con ella a solas.
Fabián: no papá, yo quiero quedarme.
Segismundo: no voy a atender yo solo a Manuela, tengo ayudantes ¿recuerdas? lo mejor es que esperes afuera, yo cuidaré de ella.
Fabián: yo puedo ayudar, yo también soy médico.
Segismundo: no, este tema te afecta directamente, quiero que esperes afuera.
Fabián: pero papá, Manuela es mi mujer y se trata de mi hijo y...
Segismundo: Fabián soy tu padre, por favor, déjame hacer mi trabajo y espera afuera.
Fabián: si algo le pasa a Manuela yo...
Segismundo: confía en mí, haré todo lo posible para que el bebé y la madre se mantengan sanos.
Fabián afirmó con la cabeza, besó la mano de su mujer y le dijo.
Fabián: no te preocupes por nada mi vida, todo saldrá bien, estás en buenas manos.
Fabián le soltó la mano y se dio media vuelta dirigiéndose hacia la puerta pero...
Manuela: Fabián!!-le llamó ella.
Fabián se giró hacia ella al oír su nombre...
Manuela y Fabián se miraron a los ojos y los dos casi al mismo tiempo abrieron para hablar, y se dijeron algo mutuamente, el uno al otro, repitiendo lo mismo a la vez...
Manuela: te quiero...
Fabián: te quiero...
Y Fabián se marchó de la consulta con lágrimas en los ojos.
Al quedarse Segismundo a solas con Manuela, apretó un interruptor de la pared, dos puertas metálicas se abrieron y aparecieron más científicos con bata blanca, que arrastraron a la camilla por un pasillo en donde los focos de luz se abrían a cada paso, todos ellos se llevaron a Manuela a una sala de hospital más grande, con avances tecnológicos.
Mientras, en una zona de los pasadizos, en un cuartito pequeño con las paredes pintadas de verde, estaba Fabián, caminando de un lado a otro muy nervioso, él habló un rato por el móvil, lo colgó y al rato vio a Azucena acercarse hacia él.
Azucena: Fabián, qué sucede con mi hermana? he venido en cuanto me has llamado ¿qué ha pasado?
Fabián: Manuela ha roto aguas, está ahora mismo siendo intervenida con mi padre y sus ayudantes, yo quería quedarme a ayudar, pero mi padre ha pensado que era mejor que esperara aquí afuera. Manuela está muy delicada.
Azucena: creí que el embarazo iba bien, todavía faltaba más de un mes para que saliera de cuentas ¿qué ha pasado Fabián?
Fabián: todo saldrá bien, Manuela dará a luz, y todo saldrá bien, están cosas suceden, hay veces que los embarazos se adelantan, no tiene porque pasarle nada ¿verdad que no?
Azucena negó con la cabeza.
Fabián se abrazó a ella llorando.
Fabián: primero Rubí y ahora Manuela, si algo le pasa a ella yo... no sé si podré soportarlo... y todo por culpa de Germán...
Azucena: Germán? que tiene que ver Germán en todo esto?
Fabián: él ha estado aquí, en el internado, después de 20 años... ha hablado conmigo y con Manuela y... ella se puso muy nerviosa al verle, le afectó mucho su visita y... si Manuela muere por su culpa, yo juró que le mató Azucena, le mató.
Azucena: Fabián, si mi hermana se muere por culpa de Germán, le matamos los dos ¿me oyes? los dos.
Fabián: por favor Azucena, dime que no va a pasarle nada a Manuela, dime que ella va a sobrevivir, dímelo, dímelo por favor.
Azucena se mantuvo en silencio mientras frotaba la espalda de Fabián en un afectuoso abrazo, quedándose sin palabras oportunas que decirle en ese momento.
Al cabo de un rato... ellos dos se separaron...
Fabián: crees que debería llamar a Esmeralda para contarle donde se encuentra su madre?
Azucena: mejor la llamas cuando salga de la consulta de tu padre y todo haya terminado, y entonces se lo explicas, no vale la pena adelantarse a los acontecimientos, hace nada que su hermana gemela se suicidó cortándose las venas, es mejor esperar.
Fabián: tienes razón, ojala todo salga bien.
Al rato... Segismundo entró al cuartito verde, le acompañaba un joven ayudante en bata blanca con él, que sujetaba a una niña recién nacida en brazos. El ayudante de Segismundo Amadeo le entregó la niña a Fabián.
Fabián con la niña en brazos...
Germán: Fabián te conozco, tú nunca has sido capaz de disparar a nadie a pesar de haber estudiado para ser un asesino profesional, yo sí que lo he hecho, pero tú... tú cuando nos mandaban los profesores matar a alguien lo único que hacías era hipnotizarles provocándoles un coma permanente.
Fabián: no me conoces en absoluto Germán, es cierto que al principio me costaba algo apuntar y disparar contra alguien, matar a sangre fría no va con mi naturaleza ni mi carácter tienes razón, pero tenía que aprender a matar si de verdad quería seguir perteneciendo a esta organización y que mi padre se sintiera orgulloso de mí, por eso, me hipnoticé a mí mismo frente al espejo cuando era un adolescente y me ordené que cada vez que alguien rezara el padre nuestro cerca de mí, yo perdiera el control de mi voluntad y reventara sus tripas a balazos. Por eso cada vez que tenía que matar a alguien le decía antes de disparar. Reza un padre nuestro, quizás así ocurra algún milagro que te salvé y en cuanto empezaban a decir la primera frase de la oración, yo ya había apretado el gatillo por lo menos más de una vez.
Germán: pues fíjate por donde que yo no recuerdo como comenzaba la oración.
Fabián: no importa, para matarte a ti no me hace falta estar hipnotizado, a ti te puedo matar tranquilamente con solo recordar la cara de tristeza de Azucena el día en que te marchaste de aquí, hace 20 años.
Justo en ese momento en él que Fabián estaba a punto de disparar a Germán, Manuela entró a la habitación. Manuela al verle se abrazó a su marido casi llorando.
Germán: Manuela, ¿no sabes quien soy? de verdad vas a dejar que Fabián me dispare? no vas a hacer nada por impedirlo?
Manuela: adelante Fabián, dispara de una vez, no quiero volver a ver a este hombre en la vida!
Germán: Manuela ¿tú también? por qué? por qué?
Manuela: que se vaya! dile que se vaya Fabián, que se vaya y no vuelva más!
Manuela gritaba y respiraba entrecortadamente.
Germán: tranquilos, sé reconocer cuando sobro en algún sitio, de verdad que la oferta de uniros a mi organización va en serio y sigue en pie, vosotros tenéis una oportunidad de salvaros, yo solo os quiero ayudar, no me veáis como a un enemigo porque no lo soy.
Germán desapareció tras la puerta del armario de la habitación, utilizando la entrada secreta para entrar a los pasadizos, cuando llegó a ellos, liberó a los 5 niños de las mazmorras hipnotizando a los guardias, subieron por las escaleras, salieron por el armario a otra de las habitaciones vacías del internado y saltando por la ventana se acercaron hasta el coche negro aparcado en el bosque y así Germán condujo de vuelta con los niños, al internado aureola.
Mientras, en el cuarto de Fabián y Manuela, Fabián ya había guardado su arma y Manuela seguía abrazada a él, muy nerviosa, sin dejar de llorar, afectada por la inesperada visita de Germán. Manuela le miró a los ojos a Fabián y le dijo.
Manuela: mi amor, creo que he roto aguas.
Fabián muy preocupado por su mujer, la cogió en brazos y entrando en el armario bajó hasta los pasadizos cargándola, allí la tumbó en una camilla en la consulta clínica de su padre.
Manuela respiraba con la boca abierta, muy rápido y entrecortadamente, le sudaba la cara, Fabián le apretaba muy fuerte la mano mirándola a los ojos con ternura.
Segismundo: hijo, déjame con ella a solas.
Fabián: no papá, yo quiero quedarme.
Segismundo: no voy a atender yo solo a Manuela, tengo ayudantes ¿recuerdas? lo mejor es que esperes afuera, yo cuidaré de ella.
Fabián: yo puedo ayudar, yo también soy médico.
Segismundo: no, este tema te afecta directamente, quiero que esperes afuera.
Fabián: pero papá, Manuela es mi mujer y se trata de mi hijo y...
Segismundo: Fabián soy tu padre, por favor, déjame hacer mi trabajo y espera afuera.
Fabián: si algo le pasa a Manuela yo...
Segismundo: confía en mí, haré todo lo posible para que el bebé y la madre se mantengan sanos.
Fabián afirmó con la cabeza, besó la mano de su mujer y le dijo.
Fabián: no te preocupes por nada mi vida, todo saldrá bien, estás en buenas manos.
Fabián le soltó la mano y se dio media vuelta dirigiéndose hacia la puerta pero...
Manuela: Fabián!!-le llamó ella.
Fabián se giró hacia ella al oír su nombre...
Manuela y Fabián se miraron a los ojos y los dos casi al mismo tiempo abrieron para hablar, y se dijeron algo mutuamente, el uno al otro, repitiendo lo mismo a la vez...
Manuela: te quiero...
Fabián: te quiero...
Y Fabián se marchó de la consulta con lágrimas en los ojos.
Al quedarse Segismundo a solas con Manuela, apretó un interruptor de la pared, dos puertas metálicas se abrieron y aparecieron más científicos con bata blanca, que arrastraron a la camilla por un pasillo en donde los focos de luz se abrían a cada paso, todos ellos se llevaron a Manuela a una sala de hospital más grande, con avances tecnológicos.
Mientras, en una zona de los pasadizos, en un cuartito pequeño con las paredes pintadas de verde, estaba Fabián, caminando de un lado a otro muy nervioso, él habló un rato por el móvil, lo colgó y al rato vio a Azucena acercarse hacia él.
Azucena: Fabián, qué sucede con mi hermana? he venido en cuanto me has llamado ¿qué ha pasado?
Fabián: Manuela ha roto aguas, está ahora mismo siendo intervenida con mi padre y sus ayudantes, yo quería quedarme a ayudar, pero mi padre ha pensado que era mejor que esperara aquí afuera. Manuela está muy delicada.
Azucena: creí que el embarazo iba bien, todavía faltaba más de un mes para que saliera de cuentas ¿qué ha pasado Fabián?
Fabián: todo saldrá bien, Manuela dará a luz, y todo saldrá bien, están cosas suceden, hay veces que los embarazos se adelantan, no tiene porque pasarle nada ¿verdad que no?
Azucena negó con la cabeza.
Fabián se abrazó a ella llorando.
Fabián: primero Rubí y ahora Manuela, si algo le pasa a ella yo... no sé si podré soportarlo... y todo por culpa de Germán...
Azucena: Germán? que tiene que ver Germán en todo esto?
Fabián: él ha estado aquí, en el internado, después de 20 años... ha hablado conmigo y con Manuela y... ella se puso muy nerviosa al verle, le afectó mucho su visita y... si Manuela muere por su culpa, yo juró que le mató Azucena, le mató.
Azucena: Fabián, si mi hermana se muere por culpa de Germán, le matamos los dos ¿me oyes? los dos.
Fabián: por favor Azucena, dime que no va a pasarle nada a Manuela, dime que ella va a sobrevivir, dímelo, dímelo por favor.
Azucena se mantuvo en silencio mientras frotaba la espalda de Fabián en un afectuoso abrazo, quedándose sin palabras oportunas que decirle en ese momento.
Al cabo de un rato... ellos dos se separaron...
Fabián: crees que debería llamar a Esmeralda para contarle donde se encuentra su madre?
Azucena: mejor la llamas cuando salga de la consulta de tu padre y todo haya terminado, y entonces se lo explicas, no vale la pena adelantarse a los acontecimientos, hace nada que su hermana gemela se suicidó cortándose las venas, es mejor esperar.
Fabián: tienes razón, ojala todo salga bien.
Al rato... Segismundo entró al cuartito verde, le acompañaba un joven ayudante en bata blanca con él, que sujetaba a una niña recién nacida en brazos. El ayudante de Segismundo Amadeo le entregó la niña a Fabián.
Fabián con la niña en brazos...
#198

09/12/2010 23:40
Fabián: es mi hija, papá?
Segismundo: sí, es una niña preciosa y está sana.
Fabián le entregó a Azucena en brazos a la niña, Azucena la cargó.
Fabián: Y Manuela? cómo está ella? déjame entrar a verla.
Fabián avanzó unos pasos... pero su padre le levantó la mano para impedir que siguiera avanzando...
Fabián: qué sucede papá? si Manuela está dormida prometo no despertarla ni formar escándalo, solo quiero verla.
Segismundo: hijo, de verdad que he hecho todo lo posible, pero... Manuela estaba muy mal, yo no soy Dios, en serio que he intentado salvarla pero...
Fabián: no, por favor papá, no me digas que Manuela ha muerto, por favor, no me lo digas.
Segismundo: Manuela... ella... ella murió a los pocos minutos de dar a luz, el esfuerzo del parto fue demasiado para ella, no estaba preparada para esto, no tan de repente, lo siento, lo siento de verdad hijo.
Fabián salió del cuartito, yéndose de allí sin poder soportarlo...
Azucena le volvió a entregar la niña recién nacida al ayudante de Segismundo, y salió caminando deprisa detrás de Fabián...
Azucena: Fabián espera, espera por favor...
Fabián se detuvo y se giró hacia ella.
Fabián: que voy a hacer ahora sin Manuela, eh Azucena? qué voy a hacer? no voy a poder yo solo con todo esto...
Azucena: tienes que poder, por tu hija, por tus hijas... por Esmeralda y por...
Fabián: por Esmeralda y por Flora...?
Azucena: Flora? quieres que la recién nacida se llamé igual que mi madre?
Fabián asintió con la cabeza...
Fabián: si a ti te parece bien...
Azucena: sí me parece bien, si Manuela estuviera viva hubiera elegido ese mismo nombre. Fabián escúchame, no vas a estar solo, puedes contar conmigo para lo que quieras ¿vale? y en cuanto Germán... no te preocupes, prometo que va a tener lo que se merece.
Azucena volvió a abrazar a Fabián para consolarlo.
Al rato, Azucena salió de los pasadizos por las escaleras que conducían al armario de su cuarto, al salir de su cuarto ella se encontró con Diego en el pasillo de la escuela.
Pero Azucena no se detuvo, tenía en mente ir a otro lugar.
Diego al ver que pasaba por delante de él sin ni siquiera saludarle, sorprendido, la llamó.
Diego: Azucena ¿a donde vas?
Azucena: Diego ahora no tengo tiempo, mi hermana acaba de morir.
Diego: qué Manuela qué?
Azucena se detuvo, para explicarle a Diego lo sucedido.
Azucena: Germán estuvo aquí, ya sabes el director de la organización de la justicia, no sé porque motivo volvió después de 20 años, irrumpió en la habitación de mi hermana, Fabián y Manuela le vieron, a ella le afectó tanto su inoportuna visita que... el parto se le adelantó, ha dado a luz, a una niña, Fabián y yo le hemos puesto el nombre de mi madre, Flora, pero Manuela, ella...
Diego: Manuela ha muerto después de dar a luz?
Azucena: sí, así es, y yo ahora necesito vengarme de Germán, de él y de toda la organización de la justicia, Germán quería destruir la organización del crimen cuando se fue de aquí hace 20 años, verdad? pues vamos a demostrarle que la única organización que puede existir es la que yo dirijo, ¿quiere luchar contra la organización del crimen? muy bien, que luche, contra la organización y contra su nueva directora.
Diego: qué piensas hacer Azucena?
Azucena: tengo un plan, un plan para destruir la organización de la justicia, y voy a necesitar tu ayuda ¿puedo contar contigo Diego?
Diego: qué?
Azucena: estás conmigo sí o no Diego?
Diego cogió a Azucena por la cintura atrayéndola hacia él e inesperadamente le dio un efusivo beso en los labios.
Diego: a muerte-contestó él después del beso.
Azucena le devolvió el beso.
Azucena: sabía que no me fallarías-dijo ella sonriéndole.
Azucena se separó de Diego y empezó a caminar hacia la salida del internado.
Diego: a donde piensas ir ahora Azucena?
Azucena: no te preocupes por mí, volveré.
Azucena salió del internado, se subió a su coche azul claro y condujo hasta el internado aureola, bajo las palmeras, y bajo el puente llamado "el postre de la luna".
Al llegar allí, aparcó.
Azucena subió por las tuberías, y llegó hasta la ventana del despacho de dirección, entró dentro, rebuscó por los cajones hasta encontrar unas llaves. Luego volvió a salir por la ventana y caminó hasta la puerta del garaje, la abrió, espachurrando todo el hierro utilizando su superfuerza y entró al garaje, se acercó al ascensor que conducía a los pasadizos secretos, utilizó las llaves que había cogido del despacho de Germán para que el ascensor funcionara y llegar así hasta las profundidades de los pasadizos.
Azucena caminó por los pasadizos, entró en una zona donde habían soldados vestidos de camuflaje con metralletas y navajas protegiendo puertas metálicas.
Azucena dio un salto mortal al aire, con triple voltereta para colocarse detrás de los dos soldados, y hacerles chocar cabeza contra cabeza agarrándolos de los hombros. Azucena de un puñetazo rompió la puerta metálica y una alarma sonó, Azucena siguió avanzando hacia otra puerta metálica con otros dos soldados, a quienes les dio una patada a cada uno tumbándoles y quitándoles las metralletas, las dobló con sus propias manos.
Y rompiendo la puerta metálica la traspasó también.
Uno de los soldados, moribundo en el suelo tras la patada de Azucena, alcanzó a coger el walki-talky y avisar a Germán hablando a través de él.
Germán: qué? cómo que una mujer morena ha entrado en la sala donde está el ordenador central? qué? como que ha roto la puerta metálica de un solo puñetazo? Azucena! qué hará ella aquí? enseguida voy para allá!
Germán estaba al lado de un aula hablando con uno de los profesores sobre las clases, cuando había hablado por el walki-talky, él fue hacia las escaleras principales del internado, dirigiéndose al segundo piso, subiendo los escalones de dos en dos, llegó hasta su cuarto, abrió la puerta del armario y bajó por las escaleras hasta los pasadizos secretos.
Allí le esperaban los 4 soldados que habían sido derrotados por Azucena, que ya se habían recuperado de los golpes y estaban de pie.
Germán caminaba seguido por los cuatro soldados.
soldado1: esa mujer es Azucena Terrón, verdad que sí?
soldado2: por supuesto que es Azucena, nadie que no tuviera superfuerza sería capaz de pegar tan fuerte sin romperse la mano.
soldado3: Azucena quiere entrar en el ordenador central del internado.
soldado4: bueno, no hay peligro, en caso de que llegara tampoco sabría como utilizarlo, se necesitan 8 informáticos especializados para manejarlo, es imposible que ella sepa que hacer si es que consigue llegar.
Germán: os equivocáis, no conocéis a Azucena Terrón, a Azucena se le diagnosticó una inteligencia superior a la media desde niña, es un as con los ordenadores, era la mejor alumna en informática hace 20 años del internado valle seco. Azucena con los ordenadores, es mejor que mi padre y mi hermano pequeño Jorge que en paz descansen y yo juntos.
soldado1: pero eso será con un ordenador normal y corriente.
soldado2: sí, pero no con un ordenador como el ordenador central.
soldado3: ese ordenador es el más complicado que existe en el mundo.
soldado4: es exclusivo de la organización de la justicia, tiene un programa que no está en el mercado. Lo manejan 8 informáticos y aún tienen que ayudarse con un manual de instrucciones.
Germán: os vuelvo a repetir que no conocéis a Azucena, para ella el ordenador central será tan fácil de manejar como un puzzle de 25 piezas para un niño de 7 años.
Germán siguió caminando por los pasadizos, seguido de los soldados, mientras retrocedía en el tiempo, en sus recuerdos, 29 años atrás, cuando Azucena tenía 6 años.
Segismundo: sí, es una niña preciosa y está sana.
Fabián le entregó a Azucena en brazos a la niña, Azucena la cargó.
Fabián: Y Manuela? cómo está ella? déjame entrar a verla.
Fabián avanzó unos pasos... pero su padre le levantó la mano para impedir que siguiera avanzando...
Fabián: qué sucede papá? si Manuela está dormida prometo no despertarla ni formar escándalo, solo quiero verla.
Segismundo: hijo, de verdad que he hecho todo lo posible, pero... Manuela estaba muy mal, yo no soy Dios, en serio que he intentado salvarla pero...
Fabián: no, por favor papá, no me digas que Manuela ha muerto, por favor, no me lo digas.
Segismundo: Manuela... ella... ella murió a los pocos minutos de dar a luz, el esfuerzo del parto fue demasiado para ella, no estaba preparada para esto, no tan de repente, lo siento, lo siento de verdad hijo.
Fabián salió del cuartito, yéndose de allí sin poder soportarlo...
Azucena le volvió a entregar la niña recién nacida al ayudante de Segismundo, y salió caminando deprisa detrás de Fabián...
Azucena: Fabián espera, espera por favor...
Fabián se detuvo y se giró hacia ella.
Fabián: que voy a hacer ahora sin Manuela, eh Azucena? qué voy a hacer? no voy a poder yo solo con todo esto...
Azucena: tienes que poder, por tu hija, por tus hijas... por Esmeralda y por...
Fabián: por Esmeralda y por Flora...?
Azucena: Flora? quieres que la recién nacida se llamé igual que mi madre?
Fabián asintió con la cabeza...
Fabián: si a ti te parece bien...
Azucena: sí me parece bien, si Manuela estuviera viva hubiera elegido ese mismo nombre. Fabián escúchame, no vas a estar solo, puedes contar conmigo para lo que quieras ¿vale? y en cuanto Germán... no te preocupes, prometo que va a tener lo que se merece.
Azucena volvió a abrazar a Fabián para consolarlo.
Al rato, Azucena salió de los pasadizos por las escaleras que conducían al armario de su cuarto, al salir de su cuarto ella se encontró con Diego en el pasillo de la escuela.
Pero Azucena no se detuvo, tenía en mente ir a otro lugar.
Diego al ver que pasaba por delante de él sin ni siquiera saludarle, sorprendido, la llamó.
Diego: Azucena ¿a donde vas?
Azucena: Diego ahora no tengo tiempo, mi hermana acaba de morir.
Diego: qué Manuela qué?
Azucena se detuvo, para explicarle a Diego lo sucedido.
Azucena: Germán estuvo aquí, ya sabes el director de la organización de la justicia, no sé porque motivo volvió después de 20 años, irrumpió en la habitación de mi hermana, Fabián y Manuela le vieron, a ella le afectó tanto su inoportuna visita que... el parto se le adelantó, ha dado a luz, a una niña, Fabián y yo le hemos puesto el nombre de mi madre, Flora, pero Manuela, ella...
Diego: Manuela ha muerto después de dar a luz?
Azucena: sí, así es, y yo ahora necesito vengarme de Germán, de él y de toda la organización de la justicia, Germán quería destruir la organización del crimen cuando se fue de aquí hace 20 años, verdad? pues vamos a demostrarle que la única organización que puede existir es la que yo dirijo, ¿quiere luchar contra la organización del crimen? muy bien, que luche, contra la organización y contra su nueva directora.
Diego: qué piensas hacer Azucena?
Azucena: tengo un plan, un plan para destruir la organización de la justicia, y voy a necesitar tu ayuda ¿puedo contar contigo Diego?
Diego: qué?
Azucena: estás conmigo sí o no Diego?
Diego cogió a Azucena por la cintura atrayéndola hacia él e inesperadamente le dio un efusivo beso en los labios.
Diego: a muerte-contestó él después del beso.
Azucena le devolvió el beso.
Azucena: sabía que no me fallarías-dijo ella sonriéndole.
Azucena se separó de Diego y empezó a caminar hacia la salida del internado.
Diego: a donde piensas ir ahora Azucena?
Azucena: no te preocupes por mí, volveré.
Azucena salió del internado, se subió a su coche azul claro y condujo hasta el internado aureola, bajo las palmeras, y bajo el puente llamado "el postre de la luna".
Al llegar allí, aparcó.
Azucena subió por las tuberías, y llegó hasta la ventana del despacho de dirección, entró dentro, rebuscó por los cajones hasta encontrar unas llaves. Luego volvió a salir por la ventana y caminó hasta la puerta del garaje, la abrió, espachurrando todo el hierro utilizando su superfuerza y entró al garaje, se acercó al ascensor que conducía a los pasadizos secretos, utilizó las llaves que había cogido del despacho de Germán para que el ascensor funcionara y llegar así hasta las profundidades de los pasadizos.
Azucena caminó por los pasadizos, entró en una zona donde habían soldados vestidos de camuflaje con metralletas y navajas protegiendo puertas metálicas.
Azucena dio un salto mortal al aire, con triple voltereta para colocarse detrás de los dos soldados, y hacerles chocar cabeza contra cabeza agarrándolos de los hombros. Azucena de un puñetazo rompió la puerta metálica y una alarma sonó, Azucena siguió avanzando hacia otra puerta metálica con otros dos soldados, a quienes les dio una patada a cada uno tumbándoles y quitándoles las metralletas, las dobló con sus propias manos.
Y rompiendo la puerta metálica la traspasó también.
Uno de los soldados, moribundo en el suelo tras la patada de Azucena, alcanzó a coger el walki-talky y avisar a Germán hablando a través de él.
Germán: qué? cómo que una mujer morena ha entrado en la sala donde está el ordenador central? qué? como que ha roto la puerta metálica de un solo puñetazo? Azucena! qué hará ella aquí? enseguida voy para allá!
Germán estaba al lado de un aula hablando con uno de los profesores sobre las clases, cuando había hablado por el walki-talky, él fue hacia las escaleras principales del internado, dirigiéndose al segundo piso, subiendo los escalones de dos en dos, llegó hasta su cuarto, abrió la puerta del armario y bajó por las escaleras hasta los pasadizos secretos.
Allí le esperaban los 4 soldados que habían sido derrotados por Azucena, que ya se habían recuperado de los golpes y estaban de pie.
Germán caminaba seguido por los cuatro soldados.
soldado1: esa mujer es Azucena Terrón, verdad que sí?
soldado2: por supuesto que es Azucena, nadie que no tuviera superfuerza sería capaz de pegar tan fuerte sin romperse la mano.
soldado3: Azucena quiere entrar en el ordenador central del internado.
soldado4: bueno, no hay peligro, en caso de que llegara tampoco sabría como utilizarlo, se necesitan 8 informáticos especializados para manejarlo, es imposible que ella sepa que hacer si es que consigue llegar.
Germán: os equivocáis, no conocéis a Azucena Terrón, a Azucena se le diagnosticó una inteligencia superior a la media desde niña, es un as con los ordenadores, era la mejor alumna en informática hace 20 años del internado valle seco. Azucena con los ordenadores, es mejor que mi padre y mi hermano pequeño Jorge que en paz descansen y yo juntos.
soldado1: pero eso será con un ordenador normal y corriente.
soldado2: sí, pero no con un ordenador como el ordenador central.
soldado3: ese ordenador es el más complicado que existe en el mundo.
soldado4: es exclusivo de la organización de la justicia, tiene un programa que no está en el mercado. Lo manejan 8 informáticos y aún tienen que ayudarse con un manual de instrucciones.
Germán: os vuelvo a repetir que no conocéis a Azucena, para ella el ordenador central será tan fácil de manejar como un puzzle de 25 piezas para un niño de 7 años.
Germán siguió caminando por los pasadizos, seguido de los soldados, mientras retrocedía en el tiempo, en sus recuerdos, 29 años atrás, cuando Azucena tenía 6 años.
#199
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09/12/2010 23:41
Flash-back.
Azucena tenía 6 años. Germán 23 años, Jorge su hermano 19, y José Luis el padre de los dos, era el director de la organización.
Germán y José Luis estaban padre e hijo, en el pasillo del despacho de dirección, a punto de entrar por la puerta, ellos abrieron la puerta y vieron en su interior a Azucena escribiendo con el ordenador y a su madre Flora.
Flora: hola, lo siento, es que Azucena se escapó del comedor y vino aquí directamente, le encanta este despacho ¿sabéis? pero ya nos vamos ¿verdad hija?
Azucena: sí, vete tú mamá, si quieres, yo me quedo aquí que tengo trabajo que hacer, este es mi despacho.
Flora: no digas tonterías, tú solo eres una niña de 6 años, este despacho es para gente adulta.
Azucena: pues entonces mamá el despacho será mío cuando sea mayor.
Flora: hija, para eso tendrías que llegar a ser directora de la organización.
Azucena: pues lo seré.
José Luis y Germán se rieron al mismo tiempo.
José Luis: eso es un disparate! ninguna mujer será nunca directora de la organización secreta del crimen!
Flora: niños! hay que ver que ocurrencias tienen! Azucena vámonos ya! y no toques el ordenador, a José Luis no le gustará que toquetees sus cosas!
José Luis: oh! no pasa nada, hace semanas que el ordenador no funciona, estoy intentando repararlo, por eso ha venido mi hijo Germán conmigo, para ver si puede ayudarme, ya que yo solo soy incapaz.
Flora: perdonarme otra vez, mi hija y yo ya nos vamos, intentaré que no se acerqué mucho a este despacho en los próximos días, aunque va a ser muy difícil.
Flora cogió a su hija Azucena en brazos, que llevaba el uniforme negro y gris de la organización y salieron por la puerta.
Germán y José Luis se acercaron al ordenador.
Germán empezó a tocar el ordenador de su padre.
Germán: papá, yo no veo que el ordenador funcione mal ¿qué decías que le pasaba?
José Luis: déjame ver hijo, no, no puede ser, ¿tú crees que Azucena ha sido capaz de arreglarlo?
Germán: me tomas el pelo? este ordenador es de última generación, su programa no existe en el mercado, ¿me quieres hacer creer que una niña de 6 años lo ha arreglado ella solita? tú sabes lo que tardé yo en saber manejar este programa? más de 5 años!!
José Luis: Azucena no es una niña común como las demás ¿el ordenador funciona perfectamente, verdad?
Germán: sí, incluso más rápido que antes.
José Luis: voy a tener que realizarle unas pruebas de inteligencia a Azucena.
Germán y su padre se miraron intercambiando miradas entre ellos.
fin del flash-back.
Mientras, en la actualidad Azucena había llegado a la sala del ordenador central, y se encontró con los 8 informáticos que tenían todos puesto el uniforme amarillo y ocre con el escudo del águila negra con las alas extendidas, aguantado la copa azul y la estrella blanca de 6 puntas.
Azucena a golpe de puño y patadas se libró de ellos y toqueteó el ordenador, por los monitores se vio como todas las ventanas del internado y las puertas se cerraban con una persiana metálica que bajaba automáticamente. Los alumnos se asustaron al quedarse en las aulas oscuras.
Los aspersores del techo contra incendios se abrieron inundando los pasillos del internado.
Y los armarios de todas las habitaciones también se abrieron activando los agujeros negros que se llevaban a los alumnos desobedientes a las mazmorras, varios alumnos se aferraban a los muebles de sus habitaciones con tal de no ser engullidos por el agujero negro del armario.
Todo volvió a la normalidad, los aspersores se apagaron, las puertas de los armarios se cerraron, las persianas metálicas de todas las puertas y ventanas se abrieron, y eso sucedió cuando Germán con los cuatro soldados llegaron a la sala del ordenador central, y quitaron la corriente de luz, bajando una palanca.
Germán miró a los ojos directamente a Azucena.
Germán: qué haces aquí Azucena?
Azucena: sabes que mi hermana acaba de morir?
Germán: qué? Manuela? lo siento mucho de verdad.
Azucena: fue por tu culpa, tu visita inesperada al internado le hizo mucho daño, el parto se le adelantó y tras dar a luz a una niña, murió.
Germán: lo siento, entiendo como te debes sentir.
Azucena: ya, seguro. Voy a destruirte Germán, a ti y a tu organización. De hecho para eso he venido, para prevenirte, voy a enviar a un topo a este internado, alguien de mi plena confianza y tú no descubrirás de quien se trata, te lo aseguro.
Germán: qué tú vas a enviar a un topo? no puedes! tú eres miembro de la organización secreta del crimen, no puedes actuar por tu propia cuenta, él que manda es el director de la organización, no tú.
Azucena: dime una cosa Germán, ¿por qué volviste al internado tras 20 años?
Germán: tenía que hacerlo, tenía que averiguar quién está sustituyendo a mi difunto hermano en su puesto de director. ¿quien es el nuevo director de la organización Azucena? Fabián?
Azucena: no, el nuevo director soy yo.
Germán: es una broma? tú no puedes ser la directora de la organización!
Azucena: por qué no? porque soy una mujer? Se hizo la votación popular hace 2 semanas y 4 días en el internado, todos votamos a Fabián, el voto fue unánime, ¿y te acuerdas la regla que hay en la organización cuando hay un voto unánime?
Germán: un momento, ¿Fabián dimitió y te nombró a ti directora?
Azucena: sí, y te lo advierto Germán, desde hoy empieza la guerra, y prepárate, porque contra mí no vas a poder.
Azucena caminó hasta la salida de la sala del ordenador central.
Los 4 soldados ayudaron a ponerse en pie a los 8 informáticos, estas 8 personas apuntaron con sus pistolas hacia Azucena.
Germán volvió a subir la palanca activando la corriente, abrió un armarito colgado en la pared y presionó unos números:
113456809654
Una vez presionados estos números, todas las puertas metálicas de los pasadizos se abrieron y Azucena salió por ellas sin necesidad de romperlas y activar la alarma
contra -intrusos. Los 8 informáticos apuntaban con sus pistolas hacia Azucena, pero Germán los miró y les dijo.
Germán: bajar las armas, dejarla marchar, no quiero que nadie haga daño a Azucena Terrón.
soldado1: pero si Azucena acaba de amenazarle!
Germán le dio un codazo en el vientre a uno de los 8 informáticos, le quitó la pistola, y disparó matando al soldado1.
Germán: alguien más se atreve a cuestionar mis ordenes?
Todos negaron con la cabeza, los 8 informáticos volvieron a ocupar su sitio ante los monitores del ordenador central, y Azucena salió de los pasadizos secretos y del internado sin que nadie se lo impidiera. Entró en el ascensor y subió hasta el garaje utilizando las llaves, abrió la puerta metálica del garaje utilizando su superfuerza, se metió dentro de su coche azul claro y condujo de vuelta al internado valle seco, sana y salva.
FIN DEL CAPITULO 19
Azucena tenía 6 años. Germán 23 años, Jorge su hermano 19, y José Luis el padre de los dos, era el director de la organización.
Germán y José Luis estaban padre e hijo, en el pasillo del despacho de dirección, a punto de entrar por la puerta, ellos abrieron la puerta y vieron en su interior a Azucena escribiendo con el ordenador y a su madre Flora.
Flora: hola, lo siento, es que Azucena se escapó del comedor y vino aquí directamente, le encanta este despacho ¿sabéis? pero ya nos vamos ¿verdad hija?
Azucena: sí, vete tú mamá, si quieres, yo me quedo aquí que tengo trabajo que hacer, este es mi despacho.
Flora: no digas tonterías, tú solo eres una niña de 6 años, este despacho es para gente adulta.
Azucena: pues entonces mamá el despacho será mío cuando sea mayor.
Flora: hija, para eso tendrías que llegar a ser directora de la organización.
Azucena: pues lo seré.
José Luis y Germán se rieron al mismo tiempo.
José Luis: eso es un disparate! ninguna mujer será nunca directora de la organización secreta del crimen!
Flora: niños! hay que ver que ocurrencias tienen! Azucena vámonos ya! y no toques el ordenador, a José Luis no le gustará que toquetees sus cosas!
José Luis: oh! no pasa nada, hace semanas que el ordenador no funciona, estoy intentando repararlo, por eso ha venido mi hijo Germán conmigo, para ver si puede ayudarme, ya que yo solo soy incapaz.
Flora: perdonarme otra vez, mi hija y yo ya nos vamos, intentaré que no se acerqué mucho a este despacho en los próximos días, aunque va a ser muy difícil.
Flora cogió a su hija Azucena en brazos, que llevaba el uniforme negro y gris de la organización y salieron por la puerta.
Germán y José Luis se acercaron al ordenador.
Germán empezó a tocar el ordenador de su padre.
Germán: papá, yo no veo que el ordenador funcione mal ¿qué decías que le pasaba?
José Luis: déjame ver hijo, no, no puede ser, ¿tú crees que Azucena ha sido capaz de arreglarlo?
Germán: me tomas el pelo? este ordenador es de última generación, su programa no existe en el mercado, ¿me quieres hacer creer que una niña de 6 años lo ha arreglado ella solita? tú sabes lo que tardé yo en saber manejar este programa? más de 5 años!!
José Luis: Azucena no es una niña común como las demás ¿el ordenador funciona perfectamente, verdad?
Germán: sí, incluso más rápido que antes.
José Luis: voy a tener que realizarle unas pruebas de inteligencia a Azucena.
Germán y su padre se miraron intercambiando miradas entre ellos.
fin del flash-back.
Mientras, en la actualidad Azucena había llegado a la sala del ordenador central, y se encontró con los 8 informáticos que tenían todos puesto el uniforme amarillo y ocre con el escudo del águila negra con las alas extendidas, aguantado la copa azul y la estrella blanca de 6 puntas.
Azucena a golpe de puño y patadas se libró de ellos y toqueteó el ordenador, por los monitores se vio como todas las ventanas del internado y las puertas se cerraban con una persiana metálica que bajaba automáticamente. Los alumnos se asustaron al quedarse en las aulas oscuras.
Los aspersores del techo contra incendios se abrieron inundando los pasillos del internado.
Y los armarios de todas las habitaciones también se abrieron activando los agujeros negros que se llevaban a los alumnos desobedientes a las mazmorras, varios alumnos se aferraban a los muebles de sus habitaciones con tal de no ser engullidos por el agujero negro del armario.
Todo volvió a la normalidad, los aspersores se apagaron, las puertas de los armarios se cerraron, las persianas metálicas de todas las puertas y ventanas se abrieron, y eso sucedió cuando Germán con los cuatro soldados llegaron a la sala del ordenador central, y quitaron la corriente de luz, bajando una palanca.
Germán miró a los ojos directamente a Azucena.
Germán: qué haces aquí Azucena?
Azucena: sabes que mi hermana acaba de morir?
Germán: qué? Manuela? lo siento mucho de verdad.
Azucena: fue por tu culpa, tu visita inesperada al internado le hizo mucho daño, el parto se le adelantó y tras dar a luz a una niña, murió.
Germán: lo siento, entiendo como te debes sentir.
Azucena: ya, seguro. Voy a destruirte Germán, a ti y a tu organización. De hecho para eso he venido, para prevenirte, voy a enviar a un topo a este internado, alguien de mi plena confianza y tú no descubrirás de quien se trata, te lo aseguro.
Germán: qué tú vas a enviar a un topo? no puedes! tú eres miembro de la organización secreta del crimen, no puedes actuar por tu propia cuenta, él que manda es el director de la organización, no tú.
Azucena: dime una cosa Germán, ¿por qué volviste al internado tras 20 años?
Germán: tenía que hacerlo, tenía que averiguar quién está sustituyendo a mi difunto hermano en su puesto de director. ¿quien es el nuevo director de la organización Azucena? Fabián?
Azucena: no, el nuevo director soy yo.
Germán: es una broma? tú no puedes ser la directora de la organización!
Azucena: por qué no? porque soy una mujer? Se hizo la votación popular hace 2 semanas y 4 días en el internado, todos votamos a Fabián, el voto fue unánime, ¿y te acuerdas la regla que hay en la organización cuando hay un voto unánime?
Germán: un momento, ¿Fabián dimitió y te nombró a ti directora?
Azucena: sí, y te lo advierto Germán, desde hoy empieza la guerra, y prepárate, porque contra mí no vas a poder.
Azucena caminó hasta la salida de la sala del ordenador central.
Los 4 soldados ayudaron a ponerse en pie a los 8 informáticos, estas 8 personas apuntaron con sus pistolas hacia Azucena.
Germán volvió a subir la palanca activando la corriente, abrió un armarito colgado en la pared y presionó unos números:
113456809654
Una vez presionados estos números, todas las puertas metálicas de los pasadizos se abrieron y Azucena salió por ellas sin necesidad de romperlas y activar la alarma
contra -intrusos. Los 8 informáticos apuntaban con sus pistolas hacia Azucena, pero Germán los miró y les dijo.
Germán: bajar las armas, dejarla marchar, no quiero que nadie haga daño a Azucena Terrón.
soldado1: pero si Azucena acaba de amenazarle!
Germán le dio un codazo en el vientre a uno de los 8 informáticos, le quitó la pistola, y disparó matando al soldado1.
Germán: alguien más se atreve a cuestionar mis ordenes?
Todos negaron con la cabeza, los 8 informáticos volvieron a ocupar su sitio ante los monitores del ordenador central, y Azucena salió de los pasadizos secretos y del internado sin que nadie se lo impidiera. Entró en el ascensor y subió hasta el garaje utilizando las llaves, abrió la puerta metálica del garaje utilizando su superfuerza, se metió dentro de su coche azul claro y condujo de vuelta al internado valle seco, sana y salva.
FIN DEL CAPITULO 19
#200
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10/12/2010 11:20
CAPITULO 20
NOVENO DE LA SEGUNDA TEMPORADA
EPIDEMIA
Aquel día el sol se encontraba en su punto más alto del cielo.
En el bosque cerca del internado valle seco, había un pequeño cementerio con más de una treintena de tumbas. Todos los miembros de la organización estaban vestidos de luto. Todos los profesores, (Álvaro Lomo, junto a su reciente mujer Luz Diesel, Fabián Amadeo, Segismundo Amadeo, Azucena Terrón), y algunos alumnos como... (Diego Marremo y Esmeralda Amadeo entre otros...), algunos estaban vestidos de calle con ropa negra y otros mantenían puesto sobre su cuerpo el uniforme negro y gris de la organización.
Todos ellos tenían ramos de distintas flores, desde lirios, hasta rosas y margaritas en sus manos. Todos ellos fueron dejando una flor frente a las tumbas donde estaban los diferentes nombres de los fallecidos.
Jorge Puertas (antiguo director de la organización del crimen)
Rubí Amadeo (hermana melliza de Esmeralda e hija de Fabián)
Manuela Terrón(esposa de Fabián y hermana mayor de Azucena Terrón)
Todos dejaron flores frente a las 3 tumbas, deshaciendo así sus ramos, y yéndose de la pequeña ceremonia regresando al interior del colegio, todos menos Diego que tras dejar ambas rosas blancas frente a las tumbas de Manuela y Rubí, se dirigió a la tumba de Jorge, pisoteó las flores que todos los demás habían dejado. Sacó su pistola y disparó con rabia, dejando que sus balas rebotaran sobre la lápida. Azucena le acarició el brazo a su novio.
Azucena: guarda el arma y tranquilízate, Jorge está ahora muerto y bajo tierra, no merece la pena que gastes balas por él. Jorge ya no existe Diego.
Diego obedeció a Azucena, dejó de disparar y se guardó la pistola.
Y Diego y Azucena se alejaron del cementerio junto a todos los demás miembros de la organización, entrando en el centro escolar.
Al rato, Azucena una vez se había dado una ducha rápida y cambiado de ropa, había bajado a los pasadizos por la entrada secreta del armario de su habitación. Ella se encontraba en la misma sala donde tenía a los androides fabricados por ella misma tanto masculinos como femeninos, tapados con sábanas para protegerlos del polvo.
Azucena tecleó unas cuantas teclas en un ordenador con pantalla gigante y de una portezuela de metal sacó un microchip informático, reluciente.
Azucena cogió su pintauñas, su barra de labios y su polvorera de su bolso, y guardó tres microchips informáticos enanos en cada uno de los tres cosméticos de belleza.
Azucena: listo, la primera fase del plan para vengarme de Germán y su organización por lo ocurrido con mi hermana, completada, ahora solo falta la segunda fase, explicárselo todo a Diego para que colaboré conmigo.
Mientras, Diego que estaba andando por los pasillos del internado pasó cerca del cuarto de Esmeralda y la vio a ella en albornoz puesto que acababa de regresar de la ducha. Y todavía no se había vestido. Esmeralda estaba larga sobre su cama, llorando, llenando la almohada de lágrimas y mojándola con su cabello recién lavado.
Diego al verla, entró.
Diego le tocó la espalda.
Diego: Esmeralda no llores, todo se solucionara, tu tía tiene un plan, lo prometo, yo voy a ayudarla.
Esmeralda se levantó de su cama, sentándose en ella, secándose las lágrimas y mirando a Diego a los ojos.
Esmeralda: todo esto parece mentira, hace nada que Rubí y yo estábamos juntas, compartíamos pupitre en clase. Y mamá, no puedes ni imaginarte cuanto echó de menos que me eché la bronca.
Diego: sí que puedo, yo tampoco tengo a mi madre cerca ¿recuerdas? sé que no es lo mismo porque mi madre todavía sigue viva aunque esté lejos de aquí y llevé ya más de 1 sin verla pero... Manuela era una gran persona, la verdad es que me alegró mucho de haberla conocido.
Esmeralda: gracias por preocuparte por mí Diego, en serio.
Diego: no tienes nada que agradecerme, ni siquiera tú te mereces quedarte sola en este mundo, quiero que sepas que a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros últimamente, puedes contar conmigo, si necesitas hablar con alguien, solo llámame, yo estaré siempre para ti-dijo él acariciándole la mejilla afectuosamente.
Esmeralda: lo dices en serio?
Diego: sí claro, no me gusta que estés triste, si puedo hacer algo para consolarte, tú solo pídemelo.
Esmeralda: Diego, tú sabes que tú eres alguien muy importante para mí. Y lo cierto, es que si que puedes hacer algo para ayudar a que me sienta mejor.
Esmeralda se puso de pie, de espaldas a Diego, se desató el cinturón del albornoz y se sentó sobre las rodillas de Diego, acercando su cara a la suya... Diego echó la cabeza para atrás y...
Diego: Esmeralda ¿qué se supone que estás haciendo?
Esmeralda: Diego ¿tú no has dicho que querías consolarme? ¡Pues consuélame!
Esmeralda se acercó más a Diego y le empezó a besar el cuello.
Diego intentó detenerla.
Diego: Esmeralda para, Esmeralda para por favor, Esmeralda he dicho que pares, ¡Basta ya!
Diego empujó a Esmeralda tirándola al suelo, logrando que se diera un cabezazo contra la puerta de su armario.
Esmeralda se levantó del suelo quejándose, frotándose la cabeza y los codos.
Esmeralda: eres un bruto! me has hecho daño!
Diego se levantó de la cama y mirándola directamente a los ojos, le dijo.
Diego: ojala te hubieses dado un golpe más fuerte, a ver si así se te iban todos los pájaros de la cabeza. Esmeralda, yo solo había venido a hablarte como un amigo, pero tú... aprovechas la más minima oportunidad para acercarte a mí y... no sé en lo que estás pensando, mejor dicho, sí que lo sé, pero no quiero tener nada que ver con esto.
Diego se dirigió hacia la puerta de salida para marcharse.
Esmeralda se ató el cinturón del albornoz.
Esmeralda: Diego, un momento, ¿a donde vas?
Diego: a clase, aquí ya no tengo nada que hacer.
Esmeralda corrió hacia la puerta y puso su mano sobre ella, manteniéndola cerrada.
Esmeralda: por qué te niegas a reconocer lo que hay entre nosotros? yo podía hacerte muy feliz si tú solo me dieras la oportunidad para demostrártelo...
Esmeralda se acercó a Diego alejándose de la puerta, y colocándose frente a él se quitó el albornoz quedándose completamente desnuda.
Diego la miró, se puso muy serio y se marchó por la puerta dejándola plantada sin murmurar palabra.
Tras unas horas, Diego estaba en clase de psicología con el profesor Fabián Amadeo.
La campana sonó anunciando el final de la clase, todos los alumnos salieron del aula, Diego cargó su mochila pero él estaba muy nervioso, así que se le cayó al suelo y la tuvo que volver a cargar, Fabián se agachó y le ayudó a recoger los libros.
Diego: gracias.
Fabián: Diego ¿te ocurre algo?
Diego: no, nada.
Fabián: Diego, creo que tú y yo ya nos conocemos demasiado como para saber cuando le pasa algo al otro ¿no crees?
Diego afirmó con la cabeza.
Diego: es tu hija, que me pone de los nervios.
Fabián: qué ha pasado ahora con Esmeralda?
Diego: nada, y ese es el problema, que entre Esmeralda y yo no pasa nada.
Fabián: Diego, tienes que ser más comprensivo con ella, mi hija siempre ha estado enamorada de ti, y ahora mismo ella se siente muy perdida y confundida puesto que acaba de perder a su hermana y a su madre casi al mismo tiempo.
Diego: confundida? pues yo no la he visto muy confundida que se diga cuando hace un rato se ha desnudado delante de mí en su cuarto y me ha pedido que la consolará, bueno más bien, me lo ha exigido.
NOVENO DE LA SEGUNDA TEMPORADA
EPIDEMIA
Aquel día el sol se encontraba en su punto más alto del cielo.
En el bosque cerca del internado valle seco, había un pequeño cementerio con más de una treintena de tumbas. Todos los miembros de la organización estaban vestidos de luto. Todos los profesores, (Álvaro Lomo, junto a su reciente mujer Luz Diesel, Fabián Amadeo, Segismundo Amadeo, Azucena Terrón), y algunos alumnos como... (Diego Marremo y Esmeralda Amadeo entre otros...), algunos estaban vestidos de calle con ropa negra y otros mantenían puesto sobre su cuerpo el uniforme negro y gris de la organización.
Todos ellos tenían ramos de distintas flores, desde lirios, hasta rosas y margaritas en sus manos. Todos ellos fueron dejando una flor frente a las tumbas donde estaban los diferentes nombres de los fallecidos.
Jorge Puertas (antiguo director de la organización del crimen)
Rubí Amadeo (hermana melliza de Esmeralda e hija de Fabián)
Manuela Terrón(esposa de Fabián y hermana mayor de Azucena Terrón)
Todos dejaron flores frente a las 3 tumbas, deshaciendo así sus ramos, y yéndose de la pequeña ceremonia regresando al interior del colegio, todos menos Diego que tras dejar ambas rosas blancas frente a las tumbas de Manuela y Rubí, se dirigió a la tumba de Jorge, pisoteó las flores que todos los demás habían dejado. Sacó su pistola y disparó con rabia, dejando que sus balas rebotaran sobre la lápida. Azucena le acarició el brazo a su novio.
Azucena: guarda el arma y tranquilízate, Jorge está ahora muerto y bajo tierra, no merece la pena que gastes balas por él. Jorge ya no existe Diego.
Diego obedeció a Azucena, dejó de disparar y se guardó la pistola.
Y Diego y Azucena se alejaron del cementerio junto a todos los demás miembros de la organización, entrando en el centro escolar.
Al rato, Azucena una vez se había dado una ducha rápida y cambiado de ropa, había bajado a los pasadizos por la entrada secreta del armario de su habitación. Ella se encontraba en la misma sala donde tenía a los androides fabricados por ella misma tanto masculinos como femeninos, tapados con sábanas para protegerlos del polvo.
Azucena tecleó unas cuantas teclas en un ordenador con pantalla gigante y de una portezuela de metal sacó un microchip informático, reluciente.
Azucena cogió su pintauñas, su barra de labios y su polvorera de su bolso, y guardó tres microchips informáticos enanos en cada uno de los tres cosméticos de belleza.
Azucena: listo, la primera fase del plan para vengarme de Germán y su organización por lo ocurrido con mi hermana, completada, ahora solo falta la segunda fase, explicárselo todo a Diego para que colaboré conmigo.
Mientras, Diego que estaba andando por los pasillos del internado pasó cerca del cuarto de Esmeralda y la vio a ella en albornoz puesto que acababa de regresar de la ducha. Y todavía no se había vestido. Esmeralda estaba larga sobre su cama, llorando, llenando la almohada de lágrimas y mojándola con su cabello recién lavado.
Diego al verla, entró.
Diego le tocó la espalda.
Diego: Esmeralda no llores, todo se solucionara, tu tía tiene un plan, lo prometo, yo voy a ayudarla.
Esmeralda se levantó de su cama, sentándose en ella, secándose las lágrimas y mirando a Diego a los ojos.
Esmeralda: todo esto parece mentira, hace nada que Rubí y yo estábamos juntas, compartíamos pupitre en clase. Y mamá, no puedes ni imaginarte cuanto echó de menos que me eché la bronca.
Diego: sí que puedo, yo tampoco tengo a mi madre cerca ¿recuerdas? sé que no es lo mismo porque mi madre todavía sigue viva aunque esté lejos de aquí y llevé ya más de 1 sin verla pero... Manuela era una gran persona, la verdad es que me alegró mucho de haberla conocido.
Esmeralda: gracias por preocuparte por mí Diego, en serio.
Diego: no tienes nada que agradecerme, ni siquiera tú te mereces quedarte sola en este mundo, quiero que sepas que a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros últimamente, puedes contar conmigo, si necesitas hablar con alguien, solo llámame, yo estaré siempre para ti-dijo él acariciándole la mejilla afectuosamente.
Esmeralda: lo dices en serio?
Diego: sí claro, no me gusta que estés triste, si puedo hacer algo para consolarte, tú solo pídemelo.
Esmeralda: Diego, tú sabes que tú eres alguien muy importante para mí. Y lo cierto, es que si que puedes hacer algo para ayudar a que me sienta mejor.
Esmeralda se puso de pie, de espaldas a Diego, se desató el cinturón del albornoz y se sentó sobre las rodillas de Diego, acercando su cara a la suya... Diego echó la cabeza para atrás y...
Diego: Esmeralda ¿qué se supone que estás haciendo?
Esmeralda: Diego ¿tú no has dicho que querías consolarme? ¡Pues consuélame!
Esmeralda se acercó más a Diego y le empezó a besar el cuello.
Diego intentó detenerla.
Diego: Esmeralda para, Esmeralda para por favor, Esmeralda he dicho que pares, ¡Basta ya!
Diego empujó a Esmeralda tirándola al suelo, logrando que se diera un cabezazo contra la puerta de su armario.
Esmeralda se levantó del suelo quejándose, frotándose la cabeza y los codos.
Esmeralda: eres un bruto! me has hecho daño!
Diego se levantó de la cama y mirándola directamente a los ojos, le dijo.
Diego: ojala te hubieses dado un golpe más fuerte, a ver si así se te iban todos los pájaros de la cabeza. Esmeralda, yo solo había venido a hablarte como un amigo, pero tú... aprovechas la más minima oportunidad para acercarte a mí y... no sé en lo que estás pensando, mejor dicho, sí que lo sé, pero no quiero tener nada que ver con esto.
Diego se dirigió hacia la puerta de salida para marcharse.
Esmeralda se ató el cinturón del albornoz.
Esmeralda: Diego, un momento, ¿a donde vas?
Diego: a clase, aquí ya no tengo nada que hacer.
Esmeralda corrió hacia la puerta y puso su mano sobre ella, manteniéndola cerrada.
Esmeralda: por qué te niegas a reconocer lo que hay entre nosotros? yo podía hacerte muy feliz si tú solo me dieras la oportunidad para demostrártelo...
Esmeralda se acercó a Diego alejándose de la puerta, y colocándose frente a él se quitó el albornoz quedándose completamente desnuda.
Diego la miró, se puso muy serio y se marchó por la puerta dejándola plantada sin murmurar palabra.
Tras unas horas, Diego estaba en clase de psicología con el profesor Fabián Amadeo.
La campana sonó anunciando el final de la clase, todos los alumnos salieron del aula, Diego cargó su mochila pero él estaba muy nervioso, así que se le cayó al suelo y la tuvo que volver a cargar, Fabián se agachó y le ayudó a recoger los libros.
Diego: gracias.
Fabián: Diego ¿te ocurre algo?
Diego: no, nada.
Fabián: Diego, creo que tú y yo ya nos conocemos demasiado como para saber cuando le pasa algo al otro ¿no crees?
Diego afirmó con la cabeza.
Diego: es tu hija, que me pone de los nervios.
Fabián: qué ha pasado ahora con Esmeralda?
Diego: nada, y ese es el problema, que entre Esmeralda y yo no pasa nada.
Fabián: Diego, tienes que ser más comprensivo con ella, mi hija siempre ha estado enamorada de ti, y ahora mismo ella se siente muy perdida y confundida puesto que acaba de perder a su hermana y a su madre casi al mismo tiempo.
Diego: confundida? pues yo no la he visto muy confundida que se diga cuando hace un rato se ha desnudado delante de mí en su cuarto y me ha pedido que la consolará, bueno más bien, me lo ha exigido.