Carol y Marcos / Post Carolmarquista (3.000páginas) /

Bua madremia acabo de venir del colegio
sabeis k a pasado¿?

pues estaba yo con mis amigos y hemos visto que estaban un huji y una madre en el coche y pues a venido el padre , que se habian separado hace 1 mes y pues el tio keria ver a su hijo, entonces la tia no keria se a metio al coche y se keria ir , entonces han salio los del instituto y el tio pos para k no se fuera, se a pegao al coche a la parte de alante donde esta el cristal , y la tia esta loca
a arrancao el cche y pos k casi lo artopella a arrancao y pues al tio se le a llegao a meter un pie debajo pero no l o a pillao pork los del insti han llamao a la poli, han venio 5 coches con 2 polis en cda 1 y 2 motos,y han estao hablando y todo eso y pos el tio le a pedio el numero a tos los k estaban alli, yo estaba pero o me lo a pedio weno de todas formas no tengo movil, y al final
a weno antes el se han estao gritando pork a venio el padre de la tia y han empezao a gritarse y le a pegao una torta madremia a lo k han estao de matarse , y entonces han llamao a la oli
en resumen al final la poli se a llevao al padre y a la madre y el crio nose pork esk , tenia k irme a mi casa

jo esta semana k vida ams interesante tengo, la nevada tirandome bolas con mis amigos y esto wneo y muxas mas cosas,
anahi no e leido eso todavia que por cierto

Has welto

te exabamos de menos
no lo e leido esk tenia k poner esto enseguida la leo

aaaaaaaaaaaaa

como k no escribes mas¿?¿?¿?

nooooo porfiss
no nos hagas estooo

Hola!!! vengo del post de Marcos y Amelia pero en son de Paz xD

He leido por ahí que os gustaron mis avatares y como tambien tengo cosillas de Marcos y Carol venía a dejaroslas por si las queríais.

Espero que os gusten:

No claru, no escribo mas por las razones que os he dado antes...ademas como autocritica que soy xD, creo que la inspiracion se me ha evaporado xD.

Joeer a mi me llega a pasar eso que te ha pasado a ti y me echo a correr..

¿Habeis leido un resumen que hay por ahi?
Dice que "la llama entre Marcos y Amelia vuelve a encenderse".
A este paso, los de A3, me van a tener qeu enviar una camisa de fuerza por correo, porque no respondo ehh no respondooo!!! xD jajaja se me va mucho, pero de verdad, que depresionn . Creo qeu me voy a coger una baja..

Lorenazo, gracias por los avatares ^^
Claruu, podrias poner el grande en el mensaje principal!!

yo kiero otra baja,

anahi trankila el oficial aun no esta

si, el oficial ya ha salido, pero no dice nada

jaja, no me comais, pero prefiero que haya algo entre marcos&amelia a que no toquen el triangulo amoroso en el gran desenlace.
Obviamente, prefiero RE-CON.CI-LIA-CIÓOOON!!! xD

k noooo a salio el de antena3

pero lo consiguieron de la webforo, que suele ser el mismo...

Voy a volver a colgar la historia..

Parte 1

Eran las tres de la madrugada en el Laguna Negra. La luna llena hacía resplandecer el agua de la laguna como un velo mágico.
Carolina estaba despierta observando el hermoso paisaje desde la ventana de su cuarto, pero para ella en esos momentos poco valor tenían las preciosas vistas que estaban a su alcance. Marcos, Marcos, Marcos... Ese nombre había pasado tantas veces por su cabeza que ya estaba perdiendo la noción del tiempo. Ella era consciente de que él nunca le creería. Carolina era una persona muy cabezota, pero...con Marcos era diferente. No podía arriesgarse a distanciarse aun más de él, si no, lo perdería para siempre.
Se estaba agobiando a si misma, así que decidió ir al baño a refrescarse un poco la cara y a despejarse, que falta le hacía.

De camino al aseo, se encontró con Marcos. Él era la última persona a la que quería ver en esos momentos, intentó pasar de largo, pero él no pudo evitar hablarle:

-Carol.

Ella se detuvo y se dio la vuelta, esperándose ya cualquier cosa, pero dispuesta a escucharle.

-Oye Carol, yo... Yo no quería que esto pasase.

La chica se sorprendió de las palabras de su... ¿amigo? No, Marcos era más que eso.

-Lo siento, me porté fatal contigo, y... --Marcos se quedó mirándola esperando algún tipo de respuesta.—Vicky me ha dicho que unos perros te persiguieron en el bosque. ¿Estás bien?

Carolina se limitó a asentir con la cabeza. De repente, los chicos escucharon como unos pasos se acercaban por los pasillos y se escondieron en la habitación de Elsa, que esa noche había salido a cenar con Noiret e Iván. Marcos se pegó a la puerta para poder escuchar la conversación de lo que parecían ser un hombre y una mujer. Carol empezó a investigar por el cuarto.

-...perder el tiempo. --Fue lo poco que pudo oír Marcos de lo que decía el hombre. Su voz se le hacía familiar.

-Pero no he podido encontrar nada más—anunció la chica.

-Pues continúa investigando, queremos pruebas. Esos chicos saben demasiado.—Era Camilo. Marcos estaba convencido de que era el profesor de latín el que se encontraba tras la puerta.

-Está bien. Pero no sé si seré capaz de...—Las sospechas de Marcos se hicieron ciertas mientras las voces de Camilo y Amelia se alejaban por el pasillo. Acto seguido, miró a Carol, que buscaba ensimismada en el escritorio de Elsa algún dato relevante

nooooo

k ami no m sale

anahi si q soy gallega

Parte 2

-Carol...—Marcos se sentó en la cama, necesitaba pensar. Aquello le había dolido como una puñalada.

Carolina no sabía qué decir, qué cara poner. Le superaba ver a Marcos así.

-¡Joder!—El chico miró a Carol, que estaba a su lado, sentada en la cama. Aun así, después de todo lo que le había dicho, de no haberla creído, incluso de humillarla delante de los demás, ella no se separaba de su lado. Se dispuso a besarla, pero para su sorpresa, la chica apartó la cara y se fue de la habitación. ¿Qué había hecho?

Carolina siguió su camino hacia el baño, ahora estaba más confundida que nunca. No quería ser solamente el paño de lágrimas de Marcos, pero ahora mismo era eso o nada. Mojó su cara con el agua tibia del grifo y volvió a su cuarto. Se metió en la cama deseando que al día siguiente todo fuera como aquellos primeros días de Marcos en el internado.

Marcos permaneció en la habitación de Elsa dos largas horas, hasta que el cansancio se hizo más grande que su propio dolor. Volvió al cuarto de los chicos y se tumbó en su cama desconcertado. Necesitaba hablar con alguien, pero ¿con quién? Obviamente no iba a hablar ni con Carol ni con Amelia. Iván estaba de cena con Elsa y Noiret, y con los demás no tenía demasiada confianza. Se durmió y decidió dejarlo hasta el día siguiente.

Amanecía en el Laguna Negra. Desde la primera planta de habitaciones se podían sentir los estruendos de la cocina. Marcos se despertó alarmado. Llegaba tarde a desayunar. Intentó hablar con Iván y contarle la larga noche que había pasado, pero no lo encontró en el cuarto. Tampoco estaba en el comedor.

Los demás estaban en la mesa de siempre, manteniendo una interesante conversación. Cuando el chico llegó a la mesa, el silencio se hizo notar entre sus compañeros. Carolina le miró fijamente, él se dio cuenta y sus ojos se encontraron durante dos eternos segundos, hasta que ella desvió la mirada hacia su tazón de leche de oveja.

-¿E Iván?—Marcos miró uno a uno a sus compañeros, intentando obtener una respuesta.

-No sé, pensamos que estaría en el baño, o en la habitación—Respondió Victoria, empezando a preocuparse.

-Marcos, ¿dónde coño está Iván?—Julia se había puesto en pie. Estaba muy alterada. Marcos se sorprendió de ver así a la chica, y no dijo nada--¡Joder!

Julia se fue corriendo por el pasillo, todos se quedaron mirándola. Vicky se marchó tras ella, no quería que le pasase nada a Iván, y menos que pensase que Julia era la única preocupada por él. Roque, Carolina y Marcos se quedaron en la mesa, estos últimos no podían dejar de mirarse. Roque percibió la situación y trató de romper el hielo:

-Bueno chicos, hoy examen de física. ¡Qué ganas! ¡Yo me siento al lado de Vicky, eh!—Pero no provocó ningún tipo de reacción en ellos—Bueno...Me acabo de acordar de que tengo que llamar a mi abuelo, hoy es su cumpleaños, y pues...Hasta luego, chicos.


-Voy a hablar con Amelia—dijo Marcos al fin.—Necesito que me explique lo que ha pasado. ¿Puedes decirle a Martín que me encuentro mal y que me repita mañana el examen?

-Claro, como no—dijo Carol algo molesta.

-Carol, no me hagas esto más difícil.—Marcos hizo una pequeña pausa para coger aire.—Sabes perfectamente lo que siento por ti, pero...

Yo tambien ^_^
De que parte eres??

Parte 3

-Carol, no me hagas esto más difícil.—Marcos hizo una pequeña pausa para coger aire.—Sabes perfectamente lo que siento por ti, pero este no es el momento ni el lugar para...

-¿Para qué, Marcos?—Carol estaba alterada, no toleraba más la situación que estaba viviendo con Marcos—Porque nunca es el momento ni el lugar.

Marcos sabía que llevaba razón, ¿pero qué hacer? Estaba confundido. Por suerte para él, sonó el timbre que llamaba a los alumnos de Secundaria a clase. Decidieron quedar después de clase para hablar de todo lo vivido esos días.

El chico vio como los profesores marchaban a sus aulas, y se escondió detrás de una columna para no ser descubierto. Cuando Amelia pasó delante de él, le hizo una señal para que se acercase.

-¡Marcos!—Amelia se sorprendió de verle allí--¿Qué haces aquí? Deberías estar en clase.

Él la agarró por un brazo y la llevó a uno de los pasillos.

-¿Ayer por la noche tuviste guardia de pasillo?—Preguntó Marcos nervioso, con un ápice de esperanza de que la respuesta fuese negativa.

-Si...—respondió la profesora extrañada--¿A qué viene eso ahora?

-Viene...-Marcos no se veía con fuerzas de seguir la conversación, pero necesitaba saber la verdad.—¡Viene a que me has mentido, a que me has utilizado, Amelia, a eso viene!—Marcos estaba sobresaltado y a la vez sorprendido de toda la ira que había en su interior.--¡No quiero volver a verte en mi vida!

Se fue en dirección a su cuarto, lleno de rabia y dolor. Amelia se quedó inmóvil por un instante. Sabía que ese momento iba allegar algún día. Ahora tenía que explicárselo todo. Decidió dejarlo para otro momento, Marcos ahora no estaba de humor para explicaciones.

Al acabar las clases, Marcos no estaba totalmente recuperado del duro golpe que había supuesto para él lo de Amelia, pero recordó su cita con Carolina, y fue a su encuentro en el pasillo.

-Marcos...yo...yo lo siento por lo de antes. Sé que no debí ponerme así—Se disculpó la chica mientras iban andando hasta el cuarto de los chicos.—Soy una imbécil, discúlpame. Tu no tienes porque pagar mis celos.—Estaba avergonzada, pero se sentó en la cama y continuó.—Yo nunca quise hacerte daño. A ti no.

Marcos se sentó al lado de ella en la cama y la interrumpió:

-No Carol, aquí el único imbécil soy yo. No te creí y tenías razón. Tú has ido al bosque sola por ayudarme y yo no he hecho nada por evitarlo.—Marcos estaba realmente arrepentido.—Pero sigo hecho un lío, necesito tiempo para aclararme, para estar solo. Espero que lo entiendas.

Carolina asintió con la cabeza, y esbozó una tranquilizadora sonrisa

-Yo sé que te hice mucho daño con lo de Iván, y...

-Carol..

-No, déjame hablar. Sé que te hice mucho daño y te voy a esperar,--prosiguió la chica-- te voy a esperar siempre.

Marcos le tomó la mano y le besó la mejilla. Ella sintió como se estremecía al sentir el aliento del chico cerca por primera vez en mucho tiempo.

-Marcos, hay algo que tienes que saber—anunció Carolina—Amelia...Amelia está obligada a pertenecer a los géminis.

Parte 4

La expresión de Marcos cambió radicalmente.

-¿Pero qué dices? ¿Cómo que obligada?

-Anoche, cogí una agenda de teléfonos del cuarto de Elsa.—comenzó Carolina—La llevé a mi cuarto y Vicky y yo conseguimos pinchar el teléfono de Noiret y el de Amelia. Sobre las cuatro y diez de la mañana Noiret la llamó, y...bueno...

-¿Qué pasó?—se impacientó Marcos—¿Qué decían?

-Al parecer, tienen retenido a su hermano, y si no hace lo que les pide...—Carol hizo una señal con la cabeza, que Marcos entendió al instante.

-Hijos de puta...

De repente, la puerta del cuarto se abrió bruscamente. Victoria estaba alterada, casi no podía respirar.

-¡Chicos!—dijo como pudo entre sollozos.

-¿Qué pasa Vicky?—se alarmó Carolina.

-Es..es Iván.

-¿Qué ha pasado con Iván?

-Estaba tirado en el desván, semiinconsciente.

Marcos y Carolina salieron corriendo de la habitación dejando de lado todos sus problemas personales, que no eran pocos. Entraron en la habitación de Martín como pudieron y se colaron en el armario.

Al llegar arriba, vieron a Iván tumbado sobre un improvisado colchón hecho de periódicos y mantas viejas. Julia estaba arrodillada a su lado, apoyando una bolsa de hielos sobre la cabeza del joven.

-Pero...¿qué te han hecho?—preguntó Carolina, preocupada.

-Al parecer su padre le golpeó en la cabeza y lo dejó aquí—explicó Victoria—le ha amenazado con que dejemos de investigar.

-¡Ese cabrón me las va a pagar!—gritó Iván—Me las va a pagar...

-Es mejor que nos vayamos—dijo Julia—antes de que vuelva Martín.

Se levantó como pudo, aun estaba un poco mareado y al llegar a la habitación se desplomó sobre su cama. Los demás se marcharon al cuarto de las chicas. Necesitaban meditar mucho sobre lo ocurrido. ¿Hasta qué punto les convenía seguir con las investigaciones?


Victoria, como ya de costumbre, colocó sus manos sobre el teclado del portátil y tecleó la página web de OTTOX. Quería saber algo más de aquel hombre que había sido capaz de malherir a su propio hijo y de abandonarlo como un perro. Julia y Roque rápidamente se colocaron a su lado para ver qué tipo de información aparecía en la pantalla. Marcos estaba ausente. Pensaba en tantas cosas...Por un lado tenía todos los problemas sobre su madre, las huérfanas, ahora aquello de ottox...Pero lo que realmente le hacía perder la cabeza eran todos los capítulos de su historia con Carolina y Amelia. Necesitaba hablar con ella. Tenía que hablar con ella.

Carolina lo observaba atentamente. Había hecho lo correcto diciéndole lo que sabía sobre Amelia. Amelia... ¿Por qué habría vuelto? Estaba muy bien sin ella. No tenía nada en su contra. De hecho, apenas habían hablado un par de veces. Pero sin dirigirle la palabra, la había hecho sufrir más que una retahíla de insultos salidos de la boca de su peor enemigo.

Marcos no resistió más y salió apresuradamente por la puerta de la habitación, dispuesto a hablar con Amelia. Entró en su cuarto, el cuarto en el que tantas veces había estado, la encontró preparando unas actas. Ella se sobresaltó al verle:

-Marcos, ¿qué haces aquí?

Parte 5

-Necesito que me expliques el porqué. ¿Por qué estás con ellos?

Amelia se sentó en la cama y tomó aire para comenzar.

-Mi hermano está enfermo. Hace unos años estuvo al borde de la muerte.—la joven no podía contener las lágrimas—Unos hombres me aseguraron que lo curarían, que volvería a andar, ¡que se pondría bien! Pero me pidieron algo a cambio. Marcos, mi hermano es la única familia que tengo y yo estaba dispuesta a hacer lo que fuera para salvarle la vida.—Amelia tragó saliva recordando lo mal que lo pasaba trabajando para Géminis—Y lo hice. Y sí, te utilice para conseguir información. Y volvería a hacerlo mil y una veces más si la vida de mi hermano está de por medio. ¿Acaso tú no lo harías?

Se hizo un silencio en la habitación, hasta que Marcos se limitó a asentir con la cabeza.

-Marcos, a mí esto me duele tanto como a ti...

-Amelia...—le interrumpió—Amelia déjalo.

Marcos prefería dejar las cosas como estaban. Sintió que todo aquello se le venía grande, y por un momento quiso desaparecer del planeta, que lo tragase la tierra. Durante un instante recuperó de su olvido la idea de irse del internado con Paula, pero la volvió a enterrar rápidamente. Aunque tenía muchas razones para huir de aquel lugar, tenía muchas más para quedarse.

Miró a Amelia por última vez, le agarró la cara y pegó su frente con la de ella. Vio sus hermosos ojos verdes empapados en lágrimas, cerró los suyos y la besó.

Mientras, en la otra punta de la planta de habitaciones, Carolina se esforzaba en realizar unos problemas de matemáticas imposibles antes de que fuera hora de comer. La chica dejó los logaritmos a un lado por un momento. ¿Por qué Marcos tardaba tanto? Se levantó de la silla dispuesta a ir a buscarlo. Pero cuando tenía la mano en el pomo de la puerta, recapacitó y decidió quedarse en su habitación. Su móvil empezó a sonar con aquella melodía que tanto le gustaba “I’ll make it easy for you...”

-¿Diga?—al no obtener respuesta, la chica insistió—¿Oiga?

-Dejad de investigar—decía claramente una voz al otro lado de la línea.

-¿Pero, quien es usted?

-Alguien que sabe muy bien quien eres—la voz estaba claramente modificada por algún programa informático—Vuestro amiguito Cayetano pagó el pato por todos. Así que o os dejáis de jugar a detectives, o puede que tú vayas a hacerle compañía.

Lo siguiente que oyó Carolina fueron los pitidos que anunciaban que la comunicación se había cortado. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando dejó el celular sobre la oscura madera del escritorio. La brusca entrada de Iván en el cuarto le hizo sobresaltarse, algo que no pasó desapercibido ante los ojos del chico.

-¡Eh! ¿Qué pasa? ¿Tú también estás jugando a cazar fantasmas?—se burló Iván con el tono irónico que le caracterizaba.

Carolina tenía mucho miedo, se quedó inmóvil un instante, pero enseguida reaccionó y se abrazó a Iván. El chico supo que estaba asustada y la estrechó entre sus brazos. Justo en ese momento, Marcos entró por la puerta de la habitación.

Parte 6

Él era consciente de que después de todo lo que hubo entre Carolina e Iván no quedaba más que una bonita amistad, y aunque por dentro lo sabía, su cara reflejaba justamente lo contrario.

Una noche de tormenta se cernió amenazante sobre el Laguna Negra, dejando apenas entrever las copas de los árboles. Después de lo ocurrido con Iván y Marcos en la habitación, Carolina recordó todos los momentos vividos tiempo atrás. No se arrepentía de haber cortado con Iván. Aquello nunca podría haber funcionado. Deseó con todas sus fuerzas que Marcos se hubiera molestado por verla abrazada a Iván, eso significaría que entre ellos aun quedaba algo de aquella magia que los había unido. La chica se durmió aun asustada por la extraña llamada que había recibido esa tarde.

En el cuarto de los chicos reinaba un incomodo silencio debido a los hechos de aquella tarde. Tras varias miradas de reojo, al fin Iván rompió la calma de la habitación:

-Oye Marcos, que...lo de Carol no fue nada. Vamos que somos amigos...

-¿Qué, Marcos?—interrumpió Roque molesto—¿También te ha levantado a tu chica?

Marcos se quedó perplejo. Antes de que pudiera decir nada, Iván se le adelantó:

-Mira...”minimoy”—vaciló con una mezcla de serenidad y sarcasmo—si Julia pasa de ti, no es cosa mía. ¿Te enteras?—gritó finalmente.

Roque asintió a la vez que le echaba una mirada de odio. Iván se metió en cama lleno de ira y Marcos abría la suya ajeno a la discusión de los chicos. “Su chica...” Pero si Carol nunca había llegado a ser nada más que su amor imposible.

Los tres se durmieron tarde, cada uno tenía mucho de que preocuparse. Ya bien entrada la madrugada, Marcos se despertó sobresaltado por un tímido llanto que parecía provenir del pasillo colindante.

Parte 7

Se incorporó en la cama aun con los ojos soñolientos y abrió lentamente la puerta, tratando de no despertar a sus compañeros.

-¿Paula?—susurró Marcos—Paula, ¿eres tú?

La chica se dio la vuelta, asustada.

-Carol...—Marcos esbozó una tímida sonrisa—¿Qué ha pasado?

Carolina agachó la cabeza. No sabía si Marcos era la persona indicada para contarle lo sucedido aquella tarde con la llamada, pero no le importaba, necesitaba hablar sobre ello.

-Esta tarde recibí una llamada muy extraña.—Carolina estaba muy nerviosa—Me dijeron que si no dejábamos de investigar, me harían lo mismo que a Cayetano.—la chica comenzó a llorar desconsoladamente—Marcos, tengo mucho miedo. Debería irme de aquí.

A Marcos se le rompía el corazón viendo a Carol así. Le besó la frente y la abrazó para intentar calmarla un poco.

-Tranquila.—el chico la obligó a mirarle—No vas a irte a ningún sitio. Yo voy a estar contigo, Carol. Y si tengo que dejar de investigar por ti, lo haré.

Carolina se sintió protegida por unos instantes bajo el abrazo de Marcos. Pero en el fondo odiaba que Marcos la abrazase así. Odiaba estar a sus pies. Aunque realmente lo que más odiaba era no poder besarle, no poder tocarle. Ni siquiera poder mirarle a los ojos y decirle lo que realmente sentía. Estaba harta de esa situación.

-Marcos...

Parte 8

Marcos miró a Carolina dispuesto a escucharla. Pero ella no se vio con fuerzas de seguir.

-Gracias.—dijo la chica al final.

-Tú no tienes que agradecerme nada—respondió Marcos.

Hubo un pequeño silencio entre ambos, pero sus miradas decían más que cualquier palabra.

-Buenas noches—sentenció Carolina.

-Buenas noches. Que descanses.

Todo aquello les estaba resultando muy duro a los dos. Ya en su cuarto, Carolina no podía dejar de pensar en que había perdido a Marcos, y él seguía hecho un autentico lío.

Amanecía, el sol resplandecía en el cielo, totalmente despejado. Era un día ideal para una clase de Educación Física al aire libre, pero la muerte de Pedro había cogido totalmente por sorpresa al cuerpo directivo, y aun no disponían de nadie que lo sustituyese. Así que los alumnos tuvieron que conformarse con permanecer los cuarenta y cinco minutos que duraba la clase en la biblioteca. Todos los profesores estaban en sus respectivas clases, así que tuvieron que recurrir al presidente de la junta de padres, Jacques Noiret, para vigilar a los chicos.

Parte 9

-Iván, ¿qué coño pinta tu padre aquí?—se extrañó Julia.

-Ese cabrón no es mi padre. Hijo de puta...

El hombre pasó al lado de ellos, que enseguida fingieron estar leyendo.

-Chicos, deberíamos dejar esto.—anunció Marcos.

Todos, excepto Carolina, se miraron extrañados entre sí.

-¿Dejar el que?—quiso saber Victoria

-Las investigaciones. Han amenazado a Carol.

Victoria miró a Carolina preocupada. La chica estaba completamente hundida.

-Joder, siempre se nos adelantan—dijo Roque.

-Carol, tú tranquila, no vamos a dejar que te pase nada.—la tranquilizó Vicky.

El timbre anunció el final de la clase y los seis chicos se dirigieron hacia el aula de latín. Marcos recordó la conversación que había escuchado a través de la puerta del cuarto de Elsa.

-Esperad—dijo antes de entrar a la clase—Camilo es uno de ellos.

-¿Quién? ¿El abuelete? Estás de coña, ¿no?—se burló Iván.

Marcos negó con la cabeza.

-Joder...—Iván posó la mano sobre su frente.

-Venga, entren en clase ahora mismo si no quieren disfrutar de una amena tarde en las cuadras—amenazó el viejo profesor.

Los chicos entraron al aula en silencio, mirando con odio a Camilo.

Carolina se sentó detrás de Victoria, con la intención de narrarle detalladamente las amenazas que había recibido. Marcos se dirigió hacia donde estaba la chica y se sentó en el pupitre de al lado. Carolina lo miró extrañada.