FIC~Ricarjulista~ *A tu lado* ((Capitulo 20))
#0
29/04/2013 09:58
Aquí estoy de nuevo con otro fic Ricarjulista. Este empezará en la segunda temporada, no pretendo que sea igual que en la serie aunque habrá alguna semejanza.
Nose si podré actualizar tan a menudo como hacia con el otro fic, pero lo intentaré!!!
Espero que os guste y ya sabéis que estoy abierta a sugerencias, si queréis que algo ocurra en el fic decírmelo e intentaré meterlo ;)
Un besazo!!!
Nose si podré actualizar tan a menudo como hacia con el otro fic, pero lo intentaré!!!
Espero que os guste y ya sabéis que estoy abierta a sugerencias, si queréis que algo ocurra en el fic decírmelo e intentaré meterlo ;)
Un besazo!!!
#1
29/04/2013 10:00
CAPITULO 1
“Quiero que este viaje no se acabe nunca”. No podía dejar de pensar en las palabras que Julia le había dicho. A él, al torpe capitán. Tenía claro que se había enamorado de ella desde la primera vez que la vio en el puerto. Se lo había negado a sí mismo durante semanas, bien por la relación que mantenía la doctora con Ulises o bien porque hacía apenas unos meses que Marisa había muerto. Le había hecho falta que su hija pequeña se lo dijera, aquel inocente “te gusta Julia” había resultado ser toda una revelación para él.
Aún no podía explicarse cómo se había atrevido a decirle todo aquello, no había sido una declaración de amor como la que le había dedicado él días atrás, pero esperaba que le hubiese quedado claro, le quería. Salió de su camarote, como cada mañana camino a la enfermería, cuando alguien la cogió del brazo y la metió en otro camarote.
Julia: ¿qué haces? ¡¡Suéltame!!-intentaba zafarse del agarre, pero le era imposible.
Gamboa: ayer te vi hablando muy cerquita del capitán…espero que no se te olvide que tienes prohibido establecer vínculos afectivos en el Estrella, ¡¡¡y mucho menos con el capitán!!!
Julia: eso es mi vida privada, ¿además ves por aquí a la gente del proyecto? Somos náufragos Gamboa y les importamos una mierda-logró soltar su brazo, pero Gamboa la cogió del cuello y la empotró contra la puerta.
Gamboa: no se te ocurra volver a contradecirme, por tu bien y el de tu querido capitán más vale no irte de la lengua. Si le cuentas algo le mataré, a él y a sus queridas hijitas.-la soltó.
Julia: eres un miserable y un asesino.-salió corriendo de aquel camarote.
Lo único que quería ahora era ir en su busca y refugiarse en sus brazos, como cada vez que la pasaba algo, que tenía miedo o estaba triste. Pero no podía, Ricardo le haría muchas preguntas y ella no podría contestarle.
En el puente de mando…
Julián: y tú con la Wilson ¿qué?
Ricardo: ¿qué de qué?
Julián: no se vamos, que hace unos días le dijiste que estabas enamorado como un perro y todavía no le has morreado como dios manda y ni hablemos de arrimarle cebolleta.
Ricardo: ¡¡no seas guarro Julián!! Ella quiere ir despacio y yo quiero que las cosas salgan bien ¿vale?-Julián levantó la vista de la carta de navegación que ambos estaban mirando.
Julián: Pues…igual quiere ir despacio porque tiene a otro por ahí.-Ricardo se enfadó y dio un golpe en la mesa.
Ricardo: ¿se puede saber qué cojones estás diciendo?
Julián: yo no digo nada, pero vamos que esta mañana la he visto salir del camarote de Gamboa así un poco despeinada y agitada.
Ricardo: pues te habrás confundido, no sería ella.
Julián: que era ella copón, pero no te das cuenta que esa mujer es mucha mujer. Si tú no le das lo que quiere pues lo busca en otro leches, que no te enteras.
Ricardo: ¿y tú sabes lo quiere? Dime…¿te lo ha contado a ti?-preguntó irónicamente mientras se acercaba amenazante hacia su amigo.
Julián: oye, oye que yo no me meto en tu vida, pero la Wilson es un poco, ya me entiendes.
Ricardo: No, no te entiendo.
Julián: suelta Ricardo, esa señora es un poco bastante suelta, que empezó comiéndole el morro a mi hijo, después a calentarte a ti la bragueta y ahora le da al mambo con Gamboa.-Ricardo no pudo contenerse más y cogió a su amigo del cuello de la camisa.
Ricardo: y tú qué cojones sabes de ella ¿eh? No tienes ni puñetera idea de cómo es, ni de lo que siente.-Julián se intentaba soltar.
Julián: ¿pero tú te has vuelto loco o qué? Suéltame Ricardo.-como este no le soltaba le dio un puñetazo en la tripa que hizo que el capitán soltará a su primer oficial. Ricardo le devolvió el golpe tirando al suelo a Julián.
Se enzarzaron en una pelea, Salomé y Julia que estaban en el comedor escucharon cuchichear a los chicos que había por allí y subieron al puente. Cuando vieron a los dos amigos a puñetazo limpio intentaron separarlos.
Salomé: ¡¡¡Julián!!!-intentó sujetarlo de los hombros.-¡¡¡basta, basta ya!!!-Julia había conseguido sujetar a Ricardo y ambos habían parado de pelearse.-¿se puede saber qué hacéis? ¡¡¡Que sois mayorcitos para pelearos!!!
Julián: díselo al señor capitán, que no acepta las verdades.-Ricardo hizo ademán de zafarse de los brazos de Julia, que le sujetaba abrazándole por la espalda.
Julia: ¡¡quieto, quieto!!
Ricardo: suélteme, Julia que me suelte.-esta le soltó.
Julia: Vamos a la enfermería que le curo ese labio.-le cogió de la mano para llevárselo pero Ricardo se soltó de nuevo.
Ricardo: no hace falta.-Miró a Julián, después a la doctora y salió de allí.
Se había peleado con su mejor amigo, con su hermano, y todo por defender algo de lo que no estaba seguro. No era la primera vez que había visto a Julia hablando con Gamboa, pero no podía imaginar que la doctora quisiera estar con alguien así, él era mala persona y Julia no, ella era diferente. Seguro que todo tendría una explicación.
“Quiero que este viaje no se acabe nunca”. No podía dejar de pensar en las palabras que Julia le había dicho. A él, al torpe capitán. Tenía claro que se había enamorado de ella desde la primera vez que la vio en el puerto. Se lo había negado a sí mismo durante semanas, bien por la relación que mantenía la doctora con Ulises o bien porque hacía apenas unos meses que Marisa había muerto. Le había hecho falta que su hija pequeña se lo dijera, aquel inocente “te gusta Julia” había resultado ser toda una revelación para él.
Aún no podía explicarse cómo se había atrevido a decirle todo aquello, no había sido una declaración de amor como la que le había dedicado él días atrás, pero esperaba que le hubiese quedado claro, le quería. Salió de su camarote, como cada mañana camino a la enfermería, cuando alguien la cogió del brazo y la metió en otro camarote.
Julia: ¿qué haces? ¡¡Suéltame!!-intentaba zafarse del agarre, pero le era imposible.
Gamboa: ayer te vi hablando muy cerquita del capitán…espero que no se te olvide que tienes prohibido establecer vínculos afectivos en el Estrella, ¡¡¡y mucho menos con el capitán!!!
Julia: eso es mi vida privada, ¿además ves por aquí a la gente del proyecto? Somos náufragos Gamboa y les importamos una mierda-logró soltar su brazo, pero Gamboa la cogió del cuello y la empotró contra la puerta.
Gamboa: no se te ocurra volver a contradecirme, por tu bien y el de tu querido capitán más vale no irte de la lengua. Si le cuentas algo le mataré, a él y a sus queridas hijitas.-la soltó.
Julia: eres un miserable y un asesino.-salió corriendo de aquel camarote.
Lo único que quería ahora era ir en su busca y refugiarse en sus brazos, como cada vez que la pasaba algo, que tenía miedo o estaba triste. Pero no podía, Ricardo le haría muchas preguntas y ella no podría contestarle.
En el puente de mando…
Julián: y tú con la Wilson ¿qué?
Ricardo: ¿qué de qué?
Julián: no se vamos, que hace unos días le dijiste que estabas enamorado como un perro y todavía no le has morreado como dios manda y ni hablemos de arrimarle cebolleta.
Ricardo: ¡¡no seas guarro Julián!! Ella quiere ir despacio y yo quiero que las cosas salgan bien ¿vale?-Julián levantó la vista de la carta de navegación que ambos estaban mirando.
Julián: Pues…igual quiere ir despacio porque tiene a otro por ahí.-Ricardo se enfadó y dio un golpe en la mesa.
Ricardo: ¿se puede saber qué cojones estás diciendo?
Julián: yo no digo nada, pero vamos que esta mañana la he visto salir del camarote de Gamboa así un poco despeinada y agitada.
Ricardo: pues te habrás confundido, no sería ella.
Julián: que era ella copón, pero no te das cuenta que esa mujer es mucha mujer. Si tú no le das lo que quiere pues lo busca en otro leches, que no te enteras.
Ricardo: ¿y tú sabes lo quiere? Dime…¿te lo ha contado a ti?-preguntó irónicamente mientras se acercaba amenazante hacia su amigo.
Julián: oye, oye que yo no me meto en tu vida, pero la Wilson es un poco, ya me entiendes.
Ricardo: No, no te entiendo.
Julián: suelta Ricardo, esa señora es un poco bastante suelta, que empezó comiéndole el morro a mi hijo, después a calentarte a ti la bragueta y ahora le da al mambo con Gamboa.-Ricardo no pudo contenerse más y cogió a su amigo del cuello de la camisa.
Ricardo: y tú qué cojones sabes de ella ¿eh? No tienes ni puñetera idea de cómo es, ni de lo que siente.-Julián se intentaba soltar.
Julián: ¿pero tú te has vuelto loco o qué? Suéltame Ricardo.-como este no le soltaba le dio un puñetazo en la tripa que hizo que el capitán soltará a su primer oficial. Ricardo le devolvió el golpe tirando al suelo a Julián.
Se enzarzaron en una pelea, Salomé y Julia que estaban en el comedor escucharon cuchichear a los chicos que había por allí y subieron al puente. Cuando vieron a los dos amigos a puñetazo limpio intentaron separarlos.
Salomé: ¡¡¡Julián!!!-intentó sujetarlo de los hombros.-¡¡¡basta, basta ya!!!-Julia había conseguido sujetar a Ricardo y ambos habían parado de pelearse.-¿se puede saber qué hacéis? ¡¡¡Que sois mayorcitos para pelearos!!!
Julián: díselo al señor capitán, que no acepta las verdades.-Ricardo hizo ademán de zafarse de los brazos de Julia, que le sujetaba abrazándole por la espalda.
Julia: ¡¡quieto, quieto!!
Ricardo: suélteme, Julia que me suelte.-esta le soltó.
Julia: Vamos a la enfermería que le curo ese labio.-le cogió de la mano para llevárselo pero Ricardo se soltó de nuevo.
Ricardo: no hace falta.-Miró a Julián, después a la doctora y salió de allí.
Se había peleado con su mejor amigo, con su hermano, y todo por defender algo de lo que no estaba seguro. No era la primera vez que había visto a Julia hablando con Gamboa, pero no podía imaginar que la doctora quisiera estar con alguien así, él era mala persona y Julia no, ella era diferente. Seguro que todo tendría una explicación.
#2
01/05/2013 21:05
Madre mia que ajakoejeozkz :) Me parece super bien que hagas un nuevo fic. Y por supuesto, lo seguiré encantada. Muchas gracias por hacer un fic RicarJulista y bueno. Sobre este episodio, que decir. Brutal, esa pelea entre Ricardo y Julián no me la esperaba. Tengo muchas ganas de leer! Cuando puedas continualo. Un beso muy grande a todos, cuidaros! :)
#3
05/05/2013 19:21
Pero pero pero....jasdflñkjasdñklfjasdkl
jope, pobre Julia, siempre la ponen la mala en todos los capitulos.
Tengo que decirte que me encanta que hayas iniciado un nuevo fic, y que espero poder volver a leerte pronto. Yo seguiré con mi tradición y te comentaré de mucho en mucho, ya que casi nunca se que decir y siempre me dejas con ganas de más.
Espero que lo continues pronto, porque como te he dicho antes, me has dejado con ganas de continuar leyendo.
Un beso
jope, pobre Julia, siempre la ponen la mala en todos los capitulos.
Tengo que decirte que me encanta que hayas iniciado un nuevo fic, y que espero poder volver a leerte pronto. Yo seguiré con mi tradición y te comentaré de mucho en mucho, ya que casi nunca se que decir y siempre me dejas con ganas de más.
Espero que lo continues pronto, porque como te he dicho antes, me has dejado con ganas de continuar leyendo.
Un beso
#4
05/05/2013 20:48
Que ganas tenia de volver a leerte!
Siento no haber comentado antes por falta de tiempo, pero aqui esta mi comentario alabando este fic y tu forma de escribir. Me ha gustado mucho eso de la pelea entre Ricardo y Julián, y lo quue seria muy susgeisihsishhyrgk seria Julia curando a Ricardo. Si lo pones te amaré eternamente jejeejjej
Con gannas de leer el siguiente :D
Siento no haber comentado antes por falta de tiempo, pero aqui esta mi comentario alabando este fic y tu forma de escribir. Me ha gustado mucho eso de la pelea entre Ricardo y Julián, y lo quue seria muy susgeisihsishhyrgk seria Julia curando a Ricardo. Si lo pones te amaré eternamente jejeejjej
Con gannas de leer el siguiente :D
#5
06/05/2013 11:54
Lo primero daros las gracias por la aceptación que ha tenido el fic y por seguir leyendo mis locuras!!!
Aqui os dejo el segundo capítulo, espero que os guste!!!
Un beso ;)
CAPITULO 2
Los atardeceres en el barco la ponían triste, era un sentimiento de melancolía que no podía controlar. Echaba de menos ver un atardecer en una playa perdida en vacaciones, o ver como el sol se esconde entre los altos edificios en la Gran Vía de Madrid mientras vuelve a casa tras una larga jornada de trabajo.
Ricardo: el cielo está hoy especialmente bonito.-dijo mientras se acercaba a la barandilla del barco en la que estaba apoyada Julia.
Julia: sí. Creo que este es mi sitio favorito del barco.-no le miraba a él, no podía apartar la vista de la inmensidad del mar.
Ricardo: ¿sabe? Cuando estoy triste o saturado y necesito pensar, siempre vengo aquí. Cómo si el mar pudiera darme la respuesta que busco o la solución de mis problemas.
Julia: y…¿son muchas esas respuestas que busca?-le miró, le encontraba serio, perdido.
Ricardo: ¿de verdad quiere que la aburra contándole todo lo que se me pasa por la cabeza?- ambos rieron.
Julia: capitán.-Ricardo la miró.- solo quiero que sepa que estoy aquí, que si necesita hablar con alguien o desahogarse por algo, solo tiene que buscarme.
Ricardo: está tan bonita con esta luz Julia.-la doctora se sonrojó y bajó su mirada, alguien así no podía estar en el mismo bando que Gamboa, se negaba a pensarlo. Alzó su mano derecha hacía la mejilla de Julia y la acarició con dulzura. Julia volvió a mirarle, no se daban cuenta pero estaban cada vez más cerca. Se miraban a los ojos, la nariz de Julia rozó la de Ricardo, podían sentir sus respiraciones, estaban tan pegados que casi respiraban el mismo aire.
Julián: Ricardo ¿estás ahí? Cambio.-Julia y Ricardo sonrieron y juntaron sus frentes, era el momento perfecto para besarse, pero el maldito walkie les interrumpió.- ¡Ricardo copón baja a la sala de maquinas ya! Tenemos un problema. Corto.
Ricardo: voy para allá Julián.-se colocó de nuevo el walkie en la cintura, sonrió a Julia y se fue.
La hubiese encantado decirle que no hiciera caso del walkie, que se quedará allí con ella, que la besara y se olvidaran del mundo, o de lo que quedaba de él. Pero cuando en el Estrella Polar, cuando alguien decía “tenemos un problema” las cosas siempre se ponían feas.
Ricardo: pero qué cojones es esto.-alguien había colocado dinamita por toda la sala de máquinas, Ulises levantó la mano y le mostró al capitán una cuenta atrás.-¿qué significa todo esto?
Ulises: significa capitán, que si no desactivamos todo esto en menos de 3 horas, el Estrella volará por los aires.
Ricardo: ¿quién querría hacer algo así? Todos saben que sin el barco no podremos sobrevivir a la deriva, ¿quién ha podido ser?
Julián: no hace falta ser muy listo para saber quién ha sido Ricardo.
Ricardo: No…¿por qué iba a querer destrozar el barco en el que él mismo navega?
Julián: porque a Gamboa no le importa nada ni nadie, Ricardo cojones estuvo una semana a la deriva y llegó al barco cómo si hubiese estado en un hotel 5 estrellas. Ese tío sabe más de lo que nos cuenta.
Ricardo: Ulises ¿crees que podrás desmontar todo esto?
Ulises: no lo sé capitán, pero lo intentaré.
Ricardo: tú y yo vamos a hablar con Gamboa.-le dijo a Julián.
Salieron de allí dispuestos a encontrar a Gamboa y poner por fin las cosas claras. Le encontraron en el pasillo de marinería, pero no estaba solo, agarraba del brazo a Julia a la cual soltó cuando vio aparecer al capitán y a su primer oficial. Ricardo se aproximo a ellos, si ya estaba cabreado por lo de la bomba, el ver a Gamboa y Julia juntos había hecho que su enfado fuese en aumento.
Julián: ¡tú! Vamos a tener una charla, nos vas a contar de una vez por todas qué coño pasa y quién narices eres.-dijo acercándose a Gamboa.
Gamboa: pero mira quienes son, el capitán y su fiel escudero. ¿Y se puede saber que les hice yo ahora?
Ricardo: no te hagas el tonto Gamboa, no te pega nada.-Julia miraba a Ricardo, no sabía qué estaba pasando.
Gamboa: Ahora estoy hablando con la doctora, si no les importa y nos dejan solos…-Ricardo no le dejo terminar la frase, le cogió del cuello y le empotró contra la pared.
Julia: Ricardo…-tanto Julia como el primer oficial intentaron tranquilizar al capitán.
Ricardo: ¡¡Basta ya Gamboa!! ¡¡¡Nos vas a decir ahora mismo quién cojones eres y qué haces en este barco!!!
Gamboa: y si no quiero.-hablaba con dificultad, Ricardo levantó el puño amenazándole, pero Gamboa se zafó del agarre del capitán. Julia agarró del brazo a Ricardo, suplicándole que dejara aquello, ella sabía perfectamente de lo que era capaz Gamboa.
Julián: ¿por qué cojones has puesto una bomba en el barco?-Gamboa rió irónicamente.
Gamboa: y para qué querría yo cargarme el único medio que tenemos para sobrevivir oficial.
Ricardo: porque eres un asesino, porque sabes perfectamente que hay alguien más ahí fuera, no voy a dejar que un cabrón como tú vuele por los aires este barco ¡¡¡¡¿me has oído?!!!!
Gamboa: Pueden acusarme a mi si quieren…a lo mejor es que últimamente está un poco despistado ¿no capitán? Claro que no me extraña con semejante mujer yo también me despistaría.-dijo mirando de arriba abajo a Julia.
Ricardo no pudo más, fue hacia Gamboa y le propinó un puñetazo, y a este le siguieron muchos más. Julia comenzó a gritar pidiendo ayuda, mientras Julián intentaba separar a su amigo.
Julia: ¡¡¡Gamboa basta!!!-Julia lloraba al ver a Ricardo sangrando en el suelo, Gamboa le estaba dando una brutal paliza.- ¡¡te recuerdo que él es un elegido, no puedes matarle!!
Al escuchar esto Gamboa paró, miró a Julia con desprecio y se largó de allí. Julia se agachó junto a Ricardo. Él la miraba interrogante, sabía que jamás la perdonaría que no le hubiese contado nada antes, pero si se hubiese callado Gamboa hubiese acabado con él.
Aqui os dejo el segundo capítulo, espero que os guste!!!
Un beso ;)
CAPITULO 2
Los atardeceres en el barco la ponían triste, era un sentimiento de melancolía que no podía controlar. Echaba de menos ver un atardecer en una playa perdida en vacaciones, o ver como el sol se esconde entre los altos edificios en la Gran Vía de Madrid mientras vuelve a casa tras una larga jornada de trabajo.
Ricardo: el cielo está hoy especialmente bonito.-dijo mientras se acercaba a la barandilla del barco en la que estaba apoyada Julia.
Julia: sí. Creo que este es mi sitio favorito del barco.-no le miraba a él, no podía apartar la vista de la inmensidad del mar.
Ricardo: ¿sabe? Cuando estoy triste o saturado y necesito pensar, siempre vengo aquí. Cómo si el mar pudiera darme la respuesta que busco o la solución de mis problemas.
Julia: y…¿son muchas esas respuestas que busca?-le miró, le encontraba serio, perdido.
Ricardo: ¿de verdad quiere que la aburra contándole todo lo que se me pasa por la cabeza?- ambos rieron.
Julia: capitán.-Ricardo la miró.- solo quiero que sepa que estoy aquí, que si necesita hablar con alguien o desahogarse por algo, solo tiene que buscarme.
Ricardo: está tan bonita con esta luz Julia.-la doctora se sonrojó y bajó su mirada, alguien así no podía estar en el mismo bando que Gamboa, se negaba a pensarlo. Alzó su mano derecha hacía la mejilla de Julia y la acarició con dulzura. Julia volvió a mirarle, no se daban cuenta pero estaban cada vez más cerca. Se miraban a los ojos, la nariz de Julia rozó la de Ricardo, podían sentir sus respiraciones, estaban tan pegados que casi respiraban el mismo aire.
Julián: Ricardo ¿estás ahí? Cambio.-Julia y Ricardo sonrieron y juntaron sus frentes, era el momento perfecto para besarse, pero el maldito walkie les interrumpió.- ¡Ricardo copón baja a la sala de maquinas ya! Tenemos un problema. Corto.
Ricardo: voy para allá Julián.-se colocó de nuevo el walkie en la cintura, sonrió a Julia y se fue.
La hubiese encantado decirle que no hiciera caso del walkie, que se quedará allí con ella, que la besara y se olvidaran del mundo, o de lo que quedaba de él. Pero cuando en el Estrella Polar, cuando alguien decía “tenemos un problema” las cosas siempre se ponían feas.
Ricardo: pero qué cojones es esto.-alguien había colocado dinamita por toda la sala de máquinas, Ulises levantó la mano y le mostró al capitán una cuenta atrás.-¿qué significa todo esto?
Ulises: significa capitán, que si no desactivamos todo esto en menos de 3 horas, el Estrella volará por los aires.
Ricardo: ¿quién querría hacer algo así? Todos saben que sin el barco no podremos sobrevivir a la deriva, ¿quién ha podido ser?
Julián: no hace falta ser muy listo para saber quién ha sido Ricardo.
Ricardo: No…¿por qué iba a querer destrozar el barco en el que él mismo navega?
Julián: porque a Gamboa no le importa nada ni nadie, Ricardo cojones estuvo una semana a la deriva y llegó al barco cómo si hubiese estado en un hotel 5 estrellas. Ese tío sabe más de lo que nos cuenta.
Ricardo: Ulises ¿crees que podrás desmontar todo esto?
Ulises: no lo sé capitán, pero lo intentaré.
Ricardo: tú y yo vamos a hablar con Gamboa.-le dijo a Julián.
Salieron de allí dispuestos a encontrar a Gamboa y poner por fin las cosas claras. Le encontraron en el pasillo de marinería, pero no estaba solo, agarraba del brazo a Julia a la cual soltó cuando vio aparecer al capitán y a su primer oficial. Ricardo se aproximo a ellos, si ya estaba cabreado por lo de la bomba, el ver a Gamboa y Julia juntos había hecho que su enfado fuese en aumento.
Julián: ¡tú! Vamos a tener una charla, nos vas a contar de una vez por todas qué coño pasa y quién narices eres.-dijo acercándose a Gamboa.
Gamboa: pero mira quienes son, el capitán y su fiel escudero. ¿Y se puede saber que les hice yo ahora?
Ricardo: no te hagas el tonto Gamboa, no te pega nada.-Julia miraba a Ricardo, no sabía qué estaba pasando.
Gamboa: Ahora estoy hablando con la doctora, si no les importa y nos dejan solos…-Ricardo no le dejo terminar la frase, le cogió del cuello y le empotró contra la pared.
Julia: Ricardo…-tanto Julia como el primer oficial intentaron tranquilizar al capitán.
Ricardo: ¡¡Basta ya Gamboa!! ¡¡¡Nos vas a decir ahora mismo quién cojones eres y qué haces en este barco!!!
Gamboa: y si no quiero.-hablaba con dificultad, Ricardo levantó el puño amenazándole, pero Gamboa se zafó del agarre del capitán. Julia agarró del brazo a Ricardo, suplicándole que dejara aquello, ella sabía perfectamente de lo que era capaz Gamboa.
Julián: ¿por qué cojones has puesto una bomba en el barco?-Gamboa rió irónicamente.
Gamboa: y para qué querría yo cargarme el único medio que tenemos para sobrevivir oficial.
Ricardo: porque eres un asesino, porque sabes perfectamente que hay alguien más ahí fuera, no voy a dejar que un cabrón como tú vuele por los aires este barco ¡¡¡¡¿me has oído?!!!!
Gamboa: Pueden acusarme a mi si quieren…a lo mejor es que últimamente está un poco despistado ¿no capitán? Claro que no me extraña con semejante mujer yo también me despistaría.-dijo mirando de arriba abajo a Julia.
Ricardo no pudo más, fue hacia Gamboa y le propinó un puñetazo, y a este le siguieron muchos más. Julia comenzó a gritar pidiendo ayuda, mientras Julián intentaba separar a su amigo.
Julia: ¡¡¡Gamboa basta!!!-Julia lloraba al ver a Ricardo sangrando en el suelo, Gamboa le estaba dando una brutal paliza.- ¡¡te recuerdo que él es un elegido, no puedes matarle!!
Al escuchar esto Gamboa paró, miró a Julia con desprecio y se largó de allí. Julia se agachó junto a Ricardo. Él la miraba interrogante, sabía que jamás la perdonaría que no le hubiese contado nada antes, pero si se hubiese callado Gamboa hubiese acabado con él.
#6
13/05/2013 09:57
CAPITULO 3
Julia curaba al capitán que estaba sentado en la camilla, tenía una ceja partida y la doctora estaba tratando de cortar la hemorragia para luego coserle la herida. Él la miraba, la preguntaba con la mirada.
Julia: túmbese, voy a coserle esto.-Ricardo la obedeció sin decirle una palabra.
Ricardo: ¿no piensa contarme nada verdad Julia?-Julia seguía a lo suyo, la mano del capitán agarró fuerte la suya.- yo confiaba en usted doctora…
Julia: estese quieto por favor.
Ricardo: todo lo que me dijo era mentira ¿no? Usted solo obedecía órdenes… ¿también le mandaron que se metiera en el bolsillo al capitán del barco?
Julia: capitán, yo no…-él la miraba con decepción en los ojos, quería contarle todo pero no podía.
Ricardo: no más mentiras Julia.-se levantó de la camilla.
Julia: ¿Dónde va? No debe moverse…
Ricardo: tengo que acabar con esta locura, soy el capitán y no pienso quedarme aquí, sin hacer nada mientras explota la bomba.
Salió disparado hacia la sala de máquinas. Ulises estaba tratando de desactivar la bomba, iba todo lo deprisa que podía. Si no lo lograba en 30 minutos el barco explotaría. Pero no todos sus problemas radicaban en esa bomba, el barco se estaba acercando peligrosamente a una cordillera marina, no se habían dado cuenta hasta ahora y si daban un bandazo fuerte la bomba podría detonarse.
Ricardo: ¿qué narices pasa ahora Julián?-entró en el puente de mandos.
Julián: mira el radar. Ricardo si no viramos todo a estribor chocaremos, la cordillera abrirá el casco y estaremos muertos.
Ricardo: pero si lo hacemos bruscamente la bomba se detonará, y también estaremos muertos. Yo me ocupo, baja a la sala de máquinas y ayuda a Ulises, y avisa por megafonía, quiero a todo el mundo con chalecos y en el comedor.
Julián: a sus ordenes capitán.
Todos estaban muy asustados, no sabían que era lo que estaba pasando, el barco se movía mucho y todo temblaba. Julia, al escuchar la orden subió al puente. Ricardo estaba apoyado en una de las estanterías, la doctora se acercó a él.
Julia: ¡capitán! ¿Está bien?- había sido un simple mareo, producido probablemente por los golpes que Gamboa le había dado.
Ricardo: sí, estoy bien.-se repuso como pudo y cogió el timón.
Julia: ¿qué está pasando?-Ricardo movió la cabeza hacia el radar.- dios mío…vamos a chocar.
Ricardo: no mientras yo pueda impedirlo.-sujetaba el timón con fuerza, pero le era imposible mantener el rumbo que quería llevar, la velocidad del barco sumado al suave roce con la cordillera podían más que él. Julia se dio cuenta, se puso frente a Ricardo y agarró el timón poniendo sus manos sobre las del capitán.-Julia vaya al comedor con todos.
Julia: No, usted no puede hacerlo solo.-el capitán puso una de sus manos sobre la de la doctora.
Ricardo: si la bomba explota, del puente de mandos no quedará ni el timón. ¡Váyase es una orden!
Julia: no pienso irme, no voy a dejarte solo ¿me oyes?-le había tuteado por primera vez desde que le conoció.
El capitán negó con la cabeza, por qué arriesgaba su vida, por qué le ayudaba si estaba con Gamboa y con esa gente…Ya habría tiempo para preguntas, la fuerza del timón se incrementó, entre los dos casi no podían mantener el rumbo.
Ricardo: es imposible…como no desactiven la bomba chocaremos.
Julia: no, no lo es. Hemos vivido cosas más imposibles aún, podemos hacerlo.-le miró a los ojos y Ricardo junto su frente a la de la doctora.-podemos hacerlo.
Cuando menos lo esperaban el walkie sonó, era Gamboa. Él sabía cómo desactivar la bomba, le dijo a Ulises los cables que tenía que cortar, este lo hizo y la cuenta atrás se paró. Rápidamente Ricardo viró todo a estribor, lo que provocó un fuerte bandazo que hizo que todos los que estaban en el comedor se cayesen al suelo. El capitán no pudo sujetarse bien al timón, cayó al suelo y Julia fue detrás.
Todo estaba en calma de nuevo, el barco ya no daba tirones, ni temblaba. En el comedor todos gritaban de alegría. Julia estaba sentada sobre las piernas de Ricardo, ambos se abrazaban como si fuese el último segundo de sus vidas. Lo habían conseguido. Poco a poco se fueron separando, se miraban a los ojos. Los de Ricardo expresaban inquietud y mil preguntas, los de la doctora transmitían miedo, era como si solo con la mirada le quisiera decir a su capitán que confiase en ella, que ella no era como Gamboa.
Una lágrima descendió por su mejilla, Ricardo levantó su mano y la limpió con sumo cuidado, sus caras se acercaban, sus labios se deseaban. En ese momento a ninguno le importaba nada que no fueran ellos.
Julián: ¿Ricardo me oyes? Cambio.-el capitán se separó rápidamente de Julia, esta se levantó y se fue del puente de mandos.
Ricardo: te recibo Julián. Cambio.
Julián: por aquí todo está controlado, ¿todo bien allí arriba?
Ricardo: si, ya hemos salido de la zona de las cordilleras marinas, lo hemos conseguido oficial.
Si algo les había enseñado ese viaje era que las cosas imposibles, a veces, podían suceder. Como esa tormenta que se tragó el mundo, esos enormes peces o como el mismísimo rayo que devolvió la vida a Palomares.
Julia curaba al capitán que estaba sentado en la camilla, tenía una ceja partida y la doctora estaba tratando de cortar la hemorragia para luego coserle la herida. Él la miraba, la preguntaba con la mirada.
Julia: túmbese, voy a coserle esto.-Ricardo la obedeció sin decirle una palabra.
Ricardo: ¿no piensa contarme nada verdad Julia?-Julia seguía a lo suyo, la mano del capitán agarró fuerte la suya.- yo confiaba en usted doctora…
Julia: estese quieto por favor.
Ricardo: todo lo que me dijo era mentira ¿no? Usted solo obedecía órdenes… ¿también le mandaron que se metiera en el bolsillo al capitán del barco?
Julia: capitán, yo no…-él la miraba con decepción en los ojos, quería contarle todo pero no podía.
Ricardo: no más mentiras Julia.-se levantó de la camilla.
Julia: ¿Dónde va? No debe moverse…
Ricardo: tengo que acabar con esta locura, soy el capitán y no pienso quedarme aquí, sin hacer nada mientras explota la bomba.
Salió disparado hacia la sala de máquinas. Ulises estaba tratando de desactivar la bomba, iba todo lo deprisa que podía. Si no lo lograba en 30 minutos el barco explotaría. Pero no todos sus problemas radicaban en esa bomba, el barco se estaba acercando peligrosamente a una cordillera marina, no se habían dado cuenta hasta ahora y si daban un bandazo fuerte la bomba podría detonarse.
Ricardo: ¿qué narices pasa ahora Julián?-entró en el puente de mandos.
Julián: mira el radar. Ricardo si no viramos todo a estribor chocaremos, la cordillera abrirá el casco y estaremos muertos.
Ricardo: pero si lo hacemos bruscamente la bomba se detonará, y también estaremos muertos. Yo me ocupo, baja a la sala de máquinas y ayuda a Ulises, y avisa por megafonía, quiero a todo el mundo con chalecos y en el comedor.
Julián: a sus ordenes capitán.
Todos estaban muy asustados, no sabían que era lo que estaba pasando, el barco se movía mucho y todo temblaba. Julia, al escuchar la orden subió al puente. Ricardo estaba apoyado en una de las estanterías, la doctora se acercó a él.
Julia: ¡capitán! ¿Está bien?- había sido un simple mareo, producido probablemente por los golpes que Gamboa le había dado.
Ricardo: sí, estoy bien.-se repuso como pudo y cogió el timón.
Julia: ¿qué está pasando?-Ricardo movió la cabeza hacia el radar.- dios mío…vamos a chocar.
Ricardo: no mientras yo pueda impedirlo.-sujetaba el timón con fuerza, pero le era imposible mantener el rumbo que quería llevar, la velocidad del barco sumado al suave roce con la cordillera podían más que él. Julia se dio cuenta, se puso frente a Ricardo y agarró el timón poniendo sus manos sobre las del capitán.-Julia vaya al comedor con todos.
Julia: No, usted no puede hacerlo solo.-el capitán puso una de sus manos sobre la de la doctora.
Ricardo: si la bomba explota, del puente de mandos no quedará ni el timón. ¡Váyase es una orden!
Julia: no pienso irme, no voy a dejarte solo ¿me oyes?-le había tuteado por primera vez desde que le conoció.
El capitán negó con la cabeza, por qué arriesgaba su vida, por qué le ayudaba si estaba con Gamboa y con esa gente…Ya habría tiempo para preguntas, la fuerza del timón se incrementó, entre los dos casi no podían mantener el rumbo.
Ricardo: es imposible…como no desactiven la bomba chocaremos.
Julia: no, no lo es. Hemos vivido cosas más imposibles aún, podemos hacerlo.-le miró a los ojos y Ricardo junto su frente a la de la doctora.-podemos hacerlo.
Cuando menos lo esperaban el walkie sonó, era Gamboa. Él sabía cómo desactivar la bomba, le dijo a Ulises los cables que tenía que cortar, este lo hizo y la cuenta atrás se paró. Rápidamente Ricardo viró todo a estribor, lo que provocó un fuerte bandazo que hizo que todos los que estaban en el comedor se cayesen al suelo. El capitán no pudo sujetarse bien al timón, cayó al suelo y Julia fue detrás.
Todo estaba en calma de nuevo, el barco ya no daba tirones, ni temblaba. En el comedor todos gritaban de alegría. Julia estaba sentada sobre las piernas de Ricardo, ambos se abrazaban como si fuese el último segundo de sus vidas. Lo habían conseguido. Poco a poco se fueron separando, se miraban a los ojos. Los de Ricardo expresaban inquietud y mil preguntas, los de la doctora transmitían miedo, era como si solo con la mirada le quisiera decir a su capitán que confiase en ella, que ella no era como Gamboa.
Una lágrima descendió por su mejilla, Ricardo levantó su mano y la limpió con sumo cuidado, sus caras se acercaban, sus labios se deseaban. En ese momento a ninguno le importaba nada que no fueran ellos.
Julián: ¿Ricardo me oyes? Cambio.-el capitán se separó rápidamente de Julia, esta se levantó y se fue del puente de mandos.
Ricardo: te recibo Julián. Cambio.
Julián: por aquí todo está controlado, ¿todo bien allí arriba?
Ricardo: si, ya hemos salido de la zona de las cordilleras marinas, lo hemos conseguido oficial.
Si algo les había enseñado ese viaje era que las cosas imposibles, a veces, podían suceder. Como esa tormenta que se tragó el mundo, esos enormes peces o como el mismísimo rayo que devolvió la vida a Palomares.
#7
14/05/2013 23:37
Siento no haber comentado antes, por falta de tiempo mas que nada. Pero bueno, yo leo los capitulos igualmente.
Me da que Ricardo va a seguir pidiendo explicaciones sobre el proyecto (lógicamente), así que esperando elsiguiente, no tardes!!
Me da que Ricardo va a seguir pidiendo explicaciones sobre el proyecto (lógicamente), así que esperando elsiguiente, no tardes!!
#8
20/05/2013 10:25
Muchisimas gracias por comentar Eva, no sabes lo que anima a escribir y a saber si os gusta o no jajaja
Aqui os dejo un lunes más nuevo capítulo!!!
CAPITULO 4
Esa noche le tocaba guardia, estaba sentado cerca del timón, observaba el radar pero sus ojos se cerraban por momentos. Parecía mentira pero ser capitán de un buque en el fin del mundo era realmente agotador. Cada día un peligro nuevo, cada día un nuevo reto por sobrevivir.
Ulises le vio y le dijo que se fuera a descansar, había sido un día muy largo, él haría la guardia. El capitán se lo agradeció y se marchó al camarote. Justo cuando estaba a punto de entrar la vio, estaba entrando en el camarote de Gamboa…No entendía nada, cuando estuvieron a punto de besarse en el puente, cuando la miró a los ojos vio algo, no sabía definir si era amor o que era, y ahora la veía ahí.
Entró a su camarote tan cabreado que ni siquiera le dio el beso de buenas noches a Valeria, simplemente se tumbó en la cama y se durmió. O al menos lo intentó, la noche se le hizo larguísima, cuando por fin los primeros rayos de sol entraron por el ojo de buey se levantó y fue a despertar a Valeria.
Ricardo: cariño…buenos días.-le besó en la frente.
Valeria: hola papi.
Ricardo: cielo estás ardiendo.-dijo mientras ponía su mano en la frente de la niña.
Valeria: tengo mucho calor papa, y me duele la cabeza…
Ricardo: pero…¿desde cuándo estas así?-se levantó, cogió el termómetro y se lo puso.
Valeria: desde anoche…
Ricardo: ¿hija y no me dices nada?-el termómetro sonó, tenía 41 de fiebre.-tenías que haberme avisado.
Valeria: papa, me estoy mareando.
Ricardo: no, ¡Valeria!¡Valeria!-le daba pequeñas palmadas en la cara pero no reaccionaba, la cogió en brazos y fue a la cocina.- ¡¡Salomé!! Salomé ayúdame…
Salomé:¡Ricardo! ¿qué ha pasado?
Ricardo: lleva desde anoche con 40 de fiebre, ¿Qué hago Salo?
Salomé: hay que avisar a Julia-fue a salir de la cocina.
Ricardo: ¡¡NO!! No quiero que la avises, solo dime qué hago.
Salomé: a la ducha vamos, hay que darle una ducha fría.
Se dirigieron a las duchas y metieron a Valeria bajo el agua fría, la niña no reaccionaba. Ricardo se estaba mojando también, la sostenía en brazos arrodillado en la ducha. De repente Salomé desapareció de allí.
Salomé: ¡¡¡Julia!!!¡¡¡Julia!!!-decía golpeando la puerta del camarote de esta.
Julia: ¿qué? Salomé ¿qué ocurre?-preguntó al ver la cara de susto que tenía la cocinera.
Salomé: es Valeria, tiene mucha fiebre y no reacciona.
Julia: ¿Dónde está?
Salomé: en las duchas.-Julia salió corriendo hacia allí seguida por Salomé.
Cuando llegó vio a Ricardo destrozado sosteniendo a su hija en brazos. Se acercó a ellos, fue a coger el brazo de Valeria para tomarle el pulso pero este no la dejo.
Julia: déjame ayudarte, sabes que jamás haría nada que dañase a Valeria.-este cedió-hay que llevarla a la enfermería, vamos.-Ulises que también estaba allí cargó a la niña y se la llevó. Ricardo no podía moverse, el miedo le había paralizado.-Ricardo, Ricardo mírame, ey.- le cogió la cara entre sus manos e hizo que la mirase.- se va a poner bien ¿vale? Te lo prometo, pero tienes que ayudarme ¿sí?-Ricardo asintió y salieron de allí.
En la enfermería Julia le proporcionó un antitérmico a la niña, le puso suero y el pulsometro. Poco a poco iba mejorando, Ricardo no se había movido de allí en toda la mañana…
Julia: la fiebre le está bajando.-dijo mientras miraba el termómetro.
Ricardo: ¿qué le ha pasado Julia?
Julia: no creo que sea más que una simple gripe, le ha debido pillar con las defensas bajas…no se preocupe capitán, mañana mismo tiene a su hija correteando por el barco otra vez.-Ricardo sonrió por primera vez en toda la mañana.
Ricardo: gracias doctora.
Julia: no hay de que, es mi trabajo. Capitán…-iba a preguntarle algo cuando escucharon unos gritos provenientes del comedor.-¿qué es eso?-Ricardo se levantó de la silla.
Ricardo: algo está pasando…-se escucharon disparos y ambos se cubrieron la cabeza instintivamente.- Julia, coja a mi hija y escóndase detrás de aquel mueble.
Julia: ¿qué va a hacer?-Ricardo le dio un beso a Valeria y se encaminó hacia la puerta.- Capitán, no vaya, no sabemos qué está pasando.
Ricardo: haga lo que le he dicho.
Julia obedeció al capitán, cogió en brazos a Valeria y se escondió con ella. Los disparos cesaron aunque por poco tiempo, en cuestión de segundos se volvieron a escuchar y cada vez más cerca. Alguien le tocó la espalda y se volvió asustada, era Ricardo.
Ricardo: tranquila, soy yo. He visto unos 6 hombres, uno de ellos les ha ordenado revisar el barco. ¿Son ellos verdad? ¿Qué buscan? ¡Julia dígamelo!
Julia: no lo sé, se lo juro que no lo sé.-se escucharon pasos y Ricardo le hizo una señal de silencio a la doctora, esta abrazó más a Valeria contra ella.
Alguien empezó a disparar los ventanales de la enfermaría haciendo que estos explotasen en mil pedazos. Ricardo pasó un brazo por la espalda de Julia, protegiéndola y esta se abrazó a él sin soltar a Valeria. “¡¡Alto el fuego!! ¿¿¿Se puede saber qué hacéis??? Os he dicho que la quiero viva” Escucharon una voz que provenía del pasillo.
Ricardo: ¿estás bien? –dijo cogiéndole la cara a Julia.- Julia ¿estás bien?-esta asintió.
Julia: Coge a la niña.-Ricardo obedeció sin saber qué pretendía Julia. Se fue a levantar pero el capitán se lo impidió.
Ricardo: ¡¡agáchate!! ¿qué quieres que te maten?
Julia: ya se lo quieren, esa voz…es Philipe y me buscan a mí.
Ricardo: a ti…¿para qué?
Julia: no lo sé, pero no van a parar hasta encontrarme. Será mejor que salga.-Ricardo la cogió del brazo.
Ricardo: no, Julia no salgas ahí. Por favor.- la doctora le acarició la cara y salió de la enfermería, encontrándose cara a cara con su novio, al que creía muerto.
Philipe: ¿me has echado de menos cariño?
Aqui os dejo un lunes más nuevo capítulo!!!
CAPITULO 4
Esa noche le tocaba guardia, estaba sentado cerca del timón, observaba el radar pero sus ojos se cerraban por momentos. Parecía mentira pero ser capitán de un buque en el fin del mundo era realmente agotador. Cada día un peligro nuevo, cada día un nuevo reto por sobrevivir.
Ulises le vio y le dijo que se fuera a descansar, había sido un día muy largo, él haría la guardia. El capitán se lo agradeció y se marchó al camarote. Justo cuando estaba a punto de entrar la vio, estaba entrando en el camarote de Gamboa…No entendía nada, cuando estuvieron a punto de besarse en el puente, cuando la miró a los ojos vio algo, no sabía definir si era amor o que era, y ahora la veía ahí.
Entró a su camarote tan cabreado que ni siquiera le dio el beso de buenas noches a Valeria, simplemente se tumbó en la cama y se durmió. O al menos lo intentó, la noche se le hizo larguísima, cuando por fin los primeros rayos de sol entraron por el ojo de buey se levantó y fue a despertar a Valeria.
Ricardo: cariño…buenos días.-le besó en la frente.
Valeria: hola papi.
Ricardo: cielo estás ardiendo.-dijo mientras ponía su mano en la frente de la niña.
Valeria: tengo mucho calor papa, y me duele la cabeza…
Ricardo: pero…¿desde cuándo estas así?-se levantó, cogió el termómetro y se lo puso.
Valeria: desde anoche…
Ricardo: ¿hija y no me dices nada?-el termómetro sonó, tenía 41 de fiebre.-tenías que haberme avisado.
Valeria: papa, me estoy mareando.
Ricardo: no, ¡Valeria!¡Valeria!-le daba pequeñas palmadas en la cara pero no reaccionaba, la cogió en brazos y fue a la cocina.- ¡¡Salomé!! Salomé ayúdame…
Salomé:¡Ricardo! ¿qué ha pasado?
Ricardo: lleva desde anoche con 40 de fiebre, ¿Qué hago Salo?
Salomé: hay que avisar a Julia-fue a salir de la cocina.
Ricardo: ¡¡NO!! No quiero que la avises, solo dime qué hago.
Salomé: a la ducha vamos, hay que darle una ducha fría.
Se dirigieron a las duchas y metieron a Valeria bajo el agua fría, la niña no reaccionaba. Ricardo se estaba mojando también, la sostenía en brazos arrodillado en la ducha. De repente Salomé desapareció de allí.
Salomé: ¡¡¡Julia!!!¡¡¡Julia!!!-decía golpeando la puerta del camarote de esta.
Julia: ¿qué? Salomé ¿qué ocurre?-preguntó al ver la cara de susto que tenía la cocinera.
Salomé: es Valeria, tiene mucha fiebre y no reacciona.
Julia: ¿Dónde está?
Salomé: en las duchas.-Julia salió corriendo hacia allí seguida por Salomé.
Cuando llegó vio a Ricardo destrozado sosteniendo a su hija en brazos. Se acercó a ellos, fue a coger el brazo de Valeria para tomarle el pulso pero este no la dejo.
Julia: déjame ayudarte, sabes que jamás haría nada que dañase a Valeria.-este cedió-hay que llevarla a la enfermería, vamos.-Ulises que también estaba allí cargó a la niña y se la llevó. Ricardo no podía moverse, el miedo le había paralizado.-Ricardo, Ricardo mírame, ey.- le cogió la cara entre sus manos e hizo que la mirase.- se va a poner bien ¿vale? Te lo prometo, pero tienes que ayudarme ¿sí?-Ricardo asintió y salieron de allí.
En la enfermería Julia le proporcionó un antitérmico a la niña, le puso suero y el pulsometro. Poco a poco iba mejorando, Ricardo no se había movido de allí en toda la mañana…
Julia: la fiebre le está bajando.-dijo mientras miraba el termómetro.
Ricardo: ¿qué le ha pasado Julia?
Julia: no creo que sea más que una simple gripe, le ha debido pillar con las defensas bajas…no se preocupe capitán, mañana mismo tiene a su hija correteando por el barco otra vez.-Ricardo sonrió por primera vez en toda la mañana.
Ricardo: gracias doctora.
Julia: no hay de que, es mi trabajo. Capitán…-iba a preguntarle algo cuando escucharon unos gritos provenientes del comedor.-¿qué es eso?-Ricardo se levantó de la silla.
Ricardo: algo está pasando…-se escucharon disparos y ambos se cubrieron la cabeza instintivamente.- Julia, coja a mi hija y escóndase detrás de aquel mueble.
Julia: ¿qué va a hacer?-Ricardo le dio un beso a Valeria y se encaminó hacia la puerta.- Capitán, no vaya, no sabemos qué está pasando.
Ricardo: haga lo que le he dicho.
Julia obedeció al capitán, cogió en brazos a Valeria y se escondió con ella. Los disparos cesaron aunque por poco tiempo, en cuestión de segundos se volvieron a escuchar y cada vez más cerca. Alguien le tocó la espalda y se volvió asustada, era Ricardo.
Ricardo: tranquila, soy yo. He visto unos 6 hombres, uno de ellos les ha ordenado revisar el barco. ¿Son ellos verdad? ¿Qué buscan? ¡Julia dígamelo!
Julia: no lo sé, se lo juro que no lo sé.-se escucharon pasos y Ricardo le hizo una señal de silencio a la doctora, esta abrazó más a Valeria contra ella.
Alguien empezó a disparar los ventanales de la enfermaría haciendo que estos explotasen en mil pedazos. Ricardo pasó un brazo por la espalda de Julia, protegiéndola y esta se abrazó a él sin soltar a Valeria. “¡¡Alto el fuego!! ¿¿¿Se puede saber qué hacéis??? Os he dicho que la quiero viva” Escucharon una voz que provenía del pasillo.
Ricardo: ¿estás bien? –dijo cogiéndole la cara a Julia.- Julia ¿estás bien?-esta asintió.
Julia: Coge a la niña.-Ricardo obedeció sin saber qué pretendía Julia. Se fue a levantar pero el capitán se lo impidió.
Ricardo: ¡¡agáchate!! ¿qué quieres que te maten?
Julia: ya se lo quieren, esa voz…es Philipe y me buscan a mí.
Ricardo: a ti…¿para qué?
Julia: no lo sé, pero no van a parar hasta encontrarme. Será mejor que salga.-Ricardo la cogió del brazo.
Ricardo: no, Julia no salgas ahí. Por favor.- la doctora le acarició la cara y salió de la enfermería, encontrándose cara a cara con su novio, al que creía muerto.
Philipe: ¿me has echado de menos cariño?
#9
23/05/2013 20:52
NOOOOO AHORA PHILIPPE NO.
Por favor cuando empezaban a acercarse y aparece el gabacho este...En fin no me dejes con esta intriga pls y continualo ya!
PD: ¿He dicho que me encanta este fic?
Por favor cuando empezaban a acercarse y aparece el gabacho este...En fin no me dejes con esta intriga pls y continualo ya!
PD: ¿He dicho que me encanta este fic?
#10
27/05/2013 10:22
CAPITULO 5
Habían pasado dos semanas desde que Julia dejara el Estrella Polar. Dos semanas de incertidumbre, de desconcierto, de tristeza…Ricardo había decidido dejar el mando del buque en manos de Julián, todo lo que había pasado desde aquella tormenta que cambió sus vidas le había sobrepasado, y la desaparición de Julia era la gota que colmaba el vaso.
La pequeña Valeria, se había mudado al camarote de su hermana, le echaba la culpa a su padre de que Julia no estuviera con ellos. Pensaba que si su padre hubiese apoyado a la doctora en vez de desconfiar de ella, esta estaría ahora en el Estrella.
En el submarino…
Julia: déjame volver por favor…
Philipe: ¿tan importante es para ti ese maldito barco?-Julia asintió.-¿el barco o su capitán?-Julia agachó la cabeza, estaba tirada en el suelo de la habitación en la que la tenían encerrada, Philipe andaba a su alrededor.
Julia: nadie sabrá nada más del Proyecto, te lo prometo. Pero dejadnos en paz.
Philipe: vuelve conmigo y les dejaré marchar.
Julia: no entiendes nada Philipe, tu y yo ya no podemos estar juntos. Yo ya no te quiero…-al escuchar estas palabras Philipe cogió a Julia de la camiseta y la puso de pie bruscamente.
Philipe: claro que me quieres, no se puede dejar de querer a una persona en tan poco tiempo. Solo estás confundida.-le acarició la cara y Julia se apartó.- ¿te has enamorado de ese capitán verdad? ¡¡¡Venga dímelo!!! ¿¿TE HAS ENAMORADO DE ÉL??
Julia: ¡¡SÍ!!-dijo llorando.- Tú me mentiste Philipe, me dijiste que todo saldría bien y era mentira, sabías perfectamente que el acelerador fallaría y aún así seguisteis adelante…Estos meses han sido una pesadilla, hemos tenido que luchar contra mil cosas, pero no he tenido miedo y ¿sabes por qué? Porque Ricardo siempre ha estado ahí, apoyándome, abrazándome y diciéndome que todo estaría bien, a pesar de que sabe que le he mentido daría su vida por mí, porque me quiere…y yo le quie…
Philipe: ¡¡BASTA!!-le cortó Philipe.- vas a volver al barco.-Julia sonrió.- pero yo voy a ir contigo, y vamos a fingir que hemos vuelto.-la doctora negaba con la cabeza mientras las lágrimas bañaban su rostro.- si, Julia sí. Diremos que estamos juntos, dormiremos juntos, desayunaremos juntos, me besarás…seremos una pareja normal, y en ningún momento te acercarás a ese capitán si no te lo ordeno yo ¿lo has entendido?
Julia: no voy a hacer eso, ¡¡¡no te quiero Philipe!!! No te quiero…-Philipe la propinó una bofetada en la mejilla derecha.
Philipe: ya lo creo que lo harás, porque si no lo haces volaré por los aires el Estrella Polar con su tripulación a bordo.- sonrió y se largó de allí dejando en el suelo a una Julia destrozada.
Se habían puesto en contacto con el Estrella Polar, les dijeron que Julia volvería al barco acompañada por unos de los jefes del Proyecto, Julián se negó, pero cedió ante la amenaza del submarino.
Tres días después Philipe y Julia volvieron a bordo del Estrella. Todos los miraban con una mezcla de odio y miedo. Llegaron junto a Ulises, que les iba a decir algo cuando Philipe se adelantó.
Philipe: No quiero tonterías Ulises, ni preguntas. Tenemos que estar en este barco y punto ¿entendido?-dijo mientras sostenía la mano de Julia entre las suyas.
Ulises: eres un miserable…-apretó los puños.
Julián: tranquilo hijo, tranquilo.-le dijo mientras le sujetaba del brazo.
Salomé y Ainhoa también estaban allí, presenciando la escena. La cocinera miró a la que consideraba su amiga, se supone que debería de estar feliz por estar con su novio, pero Salomé solo veía tristeza en los ojos de la doctora. Algo pasaba y ella se iba a encargar de averiguarlo.
Marinero: capitán, necesitamos ayuda en cubierta.-dijo refiriéndose a De La Cuadra.
Julián: Ulises ve para allá, ahora voy yo.-Ulises obedeció, De La Cuadra fue hacia el puente de mandos, seguido de Philipe.
Julia: ¿cómo que capitán? ¿por qué le ha llamado capitán? ¿dónde está Ricardo?-preguntó asustada a Ainhoa y Salomé.
Ainhoa: ¿de verdad te importa?-miró a Julia y se fue de allí.
Julia: Salomé…yo…
Salomé: Ricardo ya no es el capitán, le dejaste hundido cuando te fuiste Julia…¿qué pasa?
Julia: nada…que va a pasar…-dijo nada convencida.
Salomé: sé que Philipe te tiene amenazada, como a todos nosotros. A mí no puedes mentirme, así que cuando quieras me lo cuentas, ya sabes dónde estoy.
Después de su conversación con Salome, Julia se marcho a su camarote, recorría los pasillos del barco rezando por no encontrarse con Ricardo, ni con Valeria. No sabía cómo mirarles a la cara, ni qué decirles. Todo había cambiado demasiado en su ausencia…
Habían pasado dos semanas desde que Julia dejara el Estrella Polar. Dos semanas de incertidumbre, de desconcierto, de tristeza…Ricardo había decidido dejar el mando del buque en manos de Julián, todo lo que había pasado desde aquella tormenta que cambió sus vidas le había sobrepasado, y la desaparición de Julia era la gota que colmaba el vaso.
La pequeña Valeria, se había mudado al camarote de su hermana, le echaba la culpa a su padre de que Julia no estuviera con ellos. Pensaba que si su padre hubiese apoyado a la doctora en vez de desconfiar de ella, esta estaría ahora en el Estrella.
En el submarino…
Julia: déjame volver por favor…
Philipe: ¿tan importante es para ti ese maldito barco?-Julia asintió.-¿el barco o su capitán?-Julia agachó la cabeza, estaba tirada en el suelo de la habitación en la que la tenían encerrada, Philipe andaba a su alrededor.
Julia: nadie sabrá nada más del Proyecto, te lo prometo. Pero dejadnos en paz.
Philipe: vuelve conmigo y les dejaré marchar.
Julia: no entiendes nada Philipe, tu y yo ya no podemos estar juntos. Yo ya no te quiero…-al escuchar estas palabras Philipe cogió a Julia de la camiseta y la puso de pie bruscamente.
Philipe: claro que me quieres, no se puede dejar de querer a una persona en tan poco tiempo. Solo estás confundida.-le acarició la cara y Julia se apartó.- ¿te has enamorado de ese capitán verdad? ¡¡¡Venga dímelo!!! ¿¿TE HAS ENAMORADO DE ÉL??
Julia: ¡¡SÍ!!-dijo llorando.- Tú me mentiste Philipe, me dijiste que todo saldría bien y era mentira, sabías perfectamente que el acelerador fallaría y aún así seguisteis adelante…Estos meses han sido una pesadilla, hemos tenido que luchar contra mil cosas, pero no he tenido miedo y ¿sabes por qué? Porque Ricardo siempre ha estado ahí, apoyándome, abrazándome y diciéndome que todo estaría bien, a pesar de que sabe que le he mentido daría su vida por mí, porque me quiere…y yo le quie…
Philipe: ¡¡BASTA!!-le cortó Philipe.- vas a volver al barco.-Julia sonrió.- pero yo voy a ir contigo, y vamos a fingir que hemos vuelto.-la doctora negaba con la cabeza mientras las lágrimas bañaban su rostro.- si, Julia sí. Diremos que estamos juntos, dormiremos juntos, desayunaremos juntos, me besarás…seremos una pareja normal, y en ningún momento te acercarás a ese capitán si no te lo ordeno yo ¿lo has entendido?
Julia: no voy a hacer eso, ¡¡¡no te quiero Philipe!!! No te quiero…-Philipe la propinó una bofetada en la mejilla derecha.
Philipe: ya lo creo que lo harás, porque si no lo haces volaré por los aires el Estrella Polar con su tripulación a bordo.- sonrió y se largó de allí dejando en el suelo a una Julia destrozada.
Se habían puesto en contacto con el Estrella Polar, les dijeron que Julia volvería al barco acompañada por unos de los jefes del Proyecto, Julián se negó, pero cedió ante la amenaza del submarino.
Tres días después Philipe y Julia volvieron a bordo del Estrella. Todos los miraban con una mezcla de odio y miedo. Llegaron junto a Ulises, que les iba a decir algo cuando Philipe se adelantó.
Philipe: No quiero tonterías Ulises, ni preguntas. Tenemos que estar en este barco y punto ¿entendido?-dijo mientras sostenía la mano de Julia entre las suyas.
Ulises: eres un miserable…-apretó los puños.
Julián: tranquilo hijo, tranquilo.-le dijo mientras le sujetaba del brazo.
Salomé y Ainhoa también estaban allí, presenciando la escena. La cocinera miró a la que consideraba su amiga, se supone que debería de estar feliz por estar con su novio, pero Salomé solo veía tristeza en los ojos de la doctora. Algo pasaba y ella se iba a encargar de averiguarlo.
Marinero: capitán, necesitamos ayuda en cubierta.-dijo refiriéndose a De La Cuadra.
Julián: Ulises ve para allá, ahora voy yo.-Ulises obedeció, De La Cuadra fue hacia el puente de mandos, seguido de Philipe.
Julia: ¿cómo que capitán? ¿por qué le ha llamado capitán? ¿dónde está Ricardo?-preguntó asustada a Ainhoa y Salomé.
Ainhoa: ¿de verdad te importa?-miró a Julia y se fue de allí.
Julia: Salomé…yo…
Salomé: Ricardo ya no es el capitán, le dejaste hundido cuando te fuiste Julia…¿qué pasa?
Julia: nada…que va a pasar…-dijo nada convencida.
Salomé: sé que Philipe te tiene amenazada, como a todos nosotros. A mí no puedes mentirme, así que cuando quieras me lo cuentas, ya sabes dónde estoy.
Después de su conversación con Salome, Julia se marcho a su camarote, recorría los pasillos del barco rezando por no encontrarse con Ricardo, ni con Valeria. No sabía cómo mirarles a la cara, ni qué decirles. Todo había cambiado demasiado en su ausencia…
#11
27/05/2013 15:54
Ahora Phillipe no!
Espero que alguien acabe con este, si es Ulises mejor *-*
El fic está genial, espero un nuevo capítulo (;
Espero que alguien acabe con este, si es Ulises mejor *-*
El fic está genial, espero un nuevo capítulo (;
#12
03/06/2013 10:27
CAPITULO 6
Llevaba una semana en el barco y tan solo se había cruzado con él una vez, según le había contado Salomé, no salía de su camarote ni para comer, y ella sabía que tenía toda la culpa.
Recordaba aquel momento con la mayor felicidad del mundo, pues sus ojos se habían vuelto a cruzar, se había vuelto a quedar prendada de aquel mar que se reflejaba en sus ojos azules. Pero también lo recordaba con dolor, en su mirada no vio nada…ni odio, ni rencor, solo tristeza.
Philipe: me han llamado los jefes.-dijo saliendo de la ducha.-tengo que ir inmediatamente al submarino, no creo que tarde más de dos días en arreglarlo todo.-Julia le escuchaba tumbada en la cama, sin levantar la mirada del libro que estaba leyendo.- ¿no me oyes o qué?-dijo quitándole el libro de las manos.
Julia: te oigo perfectamente, ¿qué quieres que te diga?-Philipe la miró enfadado.
Philipe: más te vale no hacer ningún tontería…aunque me voy muy tranquilo, sé que ese capitán tuyo te odia, asique por mucho que tu le quieras jamás te dejará que te acerques a él.-dijo con una sonrisa burlona.
Julia: aún no sé cómo pude estar tantos años contigo…
Philipe salió riéndose del camarote, era su oportunidad, tenía que hablar con Ricardo y contarle todo. Quería contarle todo, pero sobre todo que le quería. Aunque si Philipe llevaba razón en algo, era en lo difícil que sería que Ricardo quisiera hablar con ella, solo una persona podría ayudarle.
Julia: por favor Salomé…se que os debo muchas explicaciones y te prometo que te contaré todo a ti también. Pero necesito contarle esto a Ricardo, necesito que esté bien, que sepa que nunca quise hacerle daño…
Salomé: está bien, te ayudaré.-Julia se levantó de la silla de la cocina y fue hacia Salo para darle un abrazo, pero la cocinera interrumpió las intenciones de la doctora.- voy a ayudarte porque en tus ojos veo que no lo estás pasando bien, pero como le hagas más daño a Ricardo te juro que esta será nuestra última conversación.
Julia: lo último que quiero es que él sufra, gracias Salomé.
Gracias a la cocinera, Julia consiguió que Ricardo saliera de su camarote. Salomé le había pedido el favor de que le ayudase en la cocina pues Julián y el resto de tripulantes estaban muy ocupados, tras mucho insistirle, aceptó. Cuando esa noche salió de su camarote camino de la cocina, no podía imaginar quien le esperaba allí.
Ricardo: vamos a ver a qué te tengo que ayu…-se quedó blanco cuando vio a Julia allí.-¿qué hace usted aquí?
Julia: Ricardo solo quiero hablar contigo, por favor.-dijo acercándose a él.
Ricardo: qué pasa que ahora tú y tu amiguita os dedicáis a hacerme citas sorpresa ¿es eso? No quiero verte Julia.-se disponía a salir de allí, cuando Julia le agarró del brazo.
Julia: escúchame, solo te pido unos minutos, por favor…
Ricardo: ¿y tú novio? ¡Ah! Que se ha ido…igual es que te aburres sin él, por eso me buscas a mí.-Julia no pudo evitar que las lágrimas empezasen a caer por sus mejillas.
Julia: por favor…
Ricardo: tienes cinco minutos.-Julia asintió.
Julia: ¿nos sentamos?
Ricardo: se te acaba el tiempo Julia…
Julia: está bien, yo…aquel día cuando los del proyecto entraron en el Estrella, yo no quería irme Ricardo, pero Philipe me obligó a hacerlo. Como me obliga a estar con él, Ricardo yo no le quiero, solo estoy con él porque si no lo hago os matará…yo a quien quiero es a…
Ricardo: ¿has acabado?-Julia le miró con rabia, ¿por qué no la creía?
Julia: piensas que te estoy mintiendo ¿verdad?
Ricardo: digamos que me resulta muy difícil confiar en ti…si has terminado me voy.
Salió por la puerta dejando a una Julia hundida, ahora sí que nada tenía sentido. Ella pensaba que al contárselo la entendería, pero no fue así. Ricardo la seguiría tratando con indiferencia, mientras ella vivía un infierno con Philipe a su lado, nada tenía sentido ya…
Llevaba una semana en el barco y tan solo se había cruzado con él una vez, según le había contado Salomé, no salía de su camarote ni para comer, y ella sabía que tenía toda la culpa.
Recordaba aquel momento con la mayor felicidad del mundo, pues sus ojos se habían vuelto a cruzar, se había vuelto a quedar prendada de aquel mar que se reflejaba en sus ojos azules. Pero también lo recordaba con dolor, en su mirada no vio nada…ni odio, ni rencor, solo tristeza.
Philipe: me han llamado los jefes.-dijo saliendo de la ducha.-tengo que ir inmediatamente al submarino, no creo que tarde más de dos días en arreglarlo todo.-Julia le escuchaba tumbada en la cama, sin levantar la mirada del libro que estaba leyendo.- ¿no me oyes o qué?-dijo quitándole el libro de las manos.
Julia: te oigo perfectamente, ¿qué quieres que te diga?-Philipe la miró enfadado.
Philipe: más te vale no hacer ningún tontería…aunque me voy muy tranquilo, sé que ese capitán tuyo te odia, asique por mucho que tu le quieras jamás te dejará que te acerques a él.-dijo con una sonrisa burlona.
Julia: aún no sé cómo pude estar tantos años contigo…
Philipe salió riéndose del camarote, era su oportunidad, tenía que hablar con Ricardo y contarle todo. Quería contarle todo, pero sobre todo que le quería. Aunque si Philipe llevaba razón en algo, era en lo difícil que sería que Ricardo quisiera hablar con ella, solo una persona podría ayudarle.
Julia: por favor Salomé…se que os debo muchas explicaciones y te prometo que te contaré todo a ti también. Pero necesito contarle esto a Ricardo, necesito que esté bien, que sepa que nunca quise hacerle daño…
Salomé: está bien, te ayudaré.-Julia se levantó de la silla de la cocina y fue hacia Salo para darle un abrazo, pero la cocinera interrumpió las intenciones de la doctora.- voy a ayudarte porque en tus ojos veo que no lo estás pasando bien, pero como le hagas más daño a Ricardo te juro que esta será nuestra última conversación.
Julia: lo último que quiero es que él sufra, gracias Salomé.
Gracias a la cocinera, Julia consiguió que Ricardo saliera de su camarote. Salomé le había pedido el favor de que le ayudase en la cocina pues Julián y el resto de tripulantes estaban muy ocupados, tras mucho insistirle, aceptó. Cuando esa noche salió de su camarote camino de la cocina, no podía imaginar quien le esperaba allí.
Ricardo: vamos a ver a qué te tengo que ayu…-se quedó blanco cuando vio a Julia allí.-¿qué hace usted aquí?
Julia: Ricardo solo quiero hablar contigo, por favor.-dijo acercándose a él.
Ricardo: qué pasa que ahora tú y tu amiguita os dedicáis a hacerme citas sorpresa ¿es eso? No quiero verte Julia.-se disponía a salir de allí, cuando Julia le agarró del brazo.
Julia: escúchame, solo te pido unos minutos, por favor…
Ricardo: ¿y tú novio? ¡Ah! Que se ha ido…igual es que te aburres sin él, por eso me buscas a mí.-Julia no pudo evitar que las lágrimas empezasen a caer por sus mejillas.
Julia: por favor…
Ricardo: tienes cinco minutos.-Julia asintió.
Julia: ¿nos sentamos?
Ricardo: se te acaba el tiempo Julia…
Julia: está bien, yo…aquel día cuando los del proyecto entraron en el Estrella, yo no quería irme Ricardo, pero Philipe me obligó a hacerlo. Como me obliga a estar con él, Ricardo yo no le quiero, solo estoy con él porque si no lo hago os matará…yo a quien quiero es a…
Ricardo: ¿has acabado?-Julia le miró con rabia, ¿por qué no la creía?
Julia: piensas que te estoy mintiendo ¿verdad?
Ricardo: digamos que me resulta muy difícil confiar en ti…si has terminado me voy.
Salió por la puerta dejando a una Julia hundida, ahora sí que nada tenía sentido. Ella pensaba que al contárselo la entendería, pero no fue así. Ricardo la seguiría tratando con indiferencia, mientras ella vivía un infierno con Philipe a su lado, nada tenía sentido ya…
#13
03/06/2013 21:10
Dice Laura que si no hay serso no le gusta. Así que ya sabes...
Pero a mi me mola igual aunque no sea pornoso, sigue así baby.
Pero a mi me mola igual aunque no sea pornoso, sigue así baby.
#14
04/06/2013 10:23
@LMSuperstar nose quien es Laura, pero dile que este atenta a los siguientes capítulos jajaja ahora empieza lo bueno ;)
Gracias por comentar!
Gracias por comentar!
#15
12/06/2013 10:47
CAPITULO 7
Se levantó sobresaltada, había tenido una terrible pesadilla. Philipe se había enterado de su charla con Ricardo y se la había llevado de nuevo al submarino, desde allí observó como el Proyecto Alejandría hacía explotar el Estrella Polar con toda la tripulación dentro, con su familia.
Intentó volver a dormirse, sin éxito. Miro el reloj, las 4:20 de la mañana. Decidió levantarse, fue a la cocina y se sirvió un vaso de leche. A los diez minutos, Salomé entró por la puerta.
Salomé: ¿tampoco puedes dormir?
Julia: no es eso, solo tenía sed… ¿quieres?-la cocinera asintió y se sentó junto a Julia.
Salomé: tus ojeras no dicen lo mismo.-Julia bajó la mirada hacia su vaso.- No fue bien con Ricardo ¿verdad?
Julia: no creyó nada de lo que le dije…y no le culpo, si yo estuviera en su situación no sé qué pensaría.
Salomé: Julia… ¿quieres a Philipe?
Julia: Philipe era mi novio, él me metió en este maldito proyecto. Cuando el acelerador falló él tenía que estar en Ginebra…yo le di por muerto, pero no fue así. No le quiero Salomé, pero si no estoy con él…-en ese momento Philipe entró en la cocina como una furia, lo había escuchado todo.
Philipe: sal de aquí…¡¡¡Julia que salgas de aquí te digo!!!-Julia asustada le obedeció, Philipe la cogió bruscamente del brazo y se la llevó hacia el camarote.
Julia: te prometo que no la he contado nada.- Philipe seguía en silencio mientras recorrían los pasillos del Estrella.- no la hagas nada por favor, ella no tiene la culpa…
Philipe: cállate la boca Julia, ¡¡¡cállate la boca!!!-levantó la mano para pegarla.
Ricardo: ¿qué son esos gritos? ¿qué está pasando aquí?-dijo observando la escena.
Philipe: nada que le importe Montero.-volvió a coger a Julia del brazo y la metió en el camarote. Esta miró a Ricardo con tristeza, rogándole que dejara las cosas como estaban.
Ricardo se quedó pensativo en el pasillo, ¿y si era verdad todo lo que Julia le había contado?, al rato vio a Salomé, iba mirando hacia todos lados, como buscando a alguien.
Salomé: Ricardo…¿has visto a Julia?-le preguntó cuando llegó hasta él.
Ricardo: Acaba de entrar con Philipe en su camarote...¿qué ha pasado Salo?
Salomé: Julia me lo estaba contando todo, cuando de repente él entró en la cocina, no sabes como la trató Ricardo…
Ricardo: cabrón…-se dirigió a la puerta del camarote de Julia, pero Salomé le paró.
Salomé: no, hagas lo que hagas la que saldrá perdiendo será Julia. Si ese capullo se entera de que habló contigo yo no sé lo que es capaz de hacerla…
Ricardo: tenía que haberla creído joder…
Al día siguiente, estaban desayunando en el comedor, cuando Ricardo vio a Philipe aparecer en aquel lugar, decidió bajar hacia los camarotes. Tenía que ver a Julia, decirle que la creía y saber que estaba bien. Salomé intentó impedirlo, pero sabía que no podría, le dio un walkie a Ricardo y le dijo que le avisaría cuando Philipe volviese a bajar.
Llegó al camarote de Julia y llamó varias veces, pero esta no abría.
Ricardo: Julia, soy yo ábreme, ¿estás bien? ¡Julia!
Julia: vete de aquí Ricardo…como Philipe te vea aquí te mata.-decía a través de la puerta.
Ricardo: no pienso irme hasta que no me abras la puerta, venga ábreme, por favor…
Julia: ¿si te abro te irás enseguida?
Ricardo: te lo prometo.-Julia abrió la puerta, tenía la cabeza agachada, mirando hacia el suelo, el pelo le tapaba casi todo su rostro.- mírame Julia…-esta no obedeció, así que el capitán hizo que alzará la cabeza cogiéndole suavemente del mentón, y entonces vio su cara…tenía el labio partido y un moratón que ocupaba su ojo derecho.- hijo de puta…
Julia empezó a llorar y Ricardo la abrazó con todas sus fuerzas, ese capullo había pegado a la mujer más maravillosa del mundo. La doctora se revolvió en sus brazos, le cogió la cara con sus pequeñas manos.
Julia: tienes que prometerme que no vas a hacer nada, Ricardo prométemelo.
Ricardo: si no voy ahora mismo y le parto la cara es porque sé que tú pagarías las consecuencias. Va a pagar por esto Julia, te lo juro.-volvió a abrazarla. El walkie sonó, Salomé les avisó de que
Philipe ya bajaba.- escúchame bien, haz todo lo que te diga, si te dice que me odies lo haces, no quiero que te vuelva a poner una mano encima.-Julia asintió muerta de miedo.- creo en ti Julia, estoy contigo ¿vale?
Julia: gracias…
Ricardo: vamos a salir de esta, ya verás…-le dio un beso en la frente, otro en la nariz y se fue de allí, lo que menos les convenía ahora es que Philipe les pillase.
Cuando entró de nuevo en su camarote sonrió, ahora él ya lo sabía y la apoyaba. Estaba segura de que Ricardo acabaría con esa pesadilla, porque él siempre aparecía, como aparece el sol en un eterno día gris.
Se levantó sobresaltada, había tenido una terrible pesadilla. Philipe se había enterado de su charla con Ricardo y se la había llevado de nuevo al submarino, desde allí observó como el Proyecto Alejandría hacía explotar el Estrella Polar con toda la tripulación dentro, con su familia.
Intentó volver a dormirse, sin éxito. Miro el reloj, las 4:20 de la mañana. Decidió levantarse, fue a la cocina y se sirvió un vaso de leche. A los diez minutos, Salomé entró por la puerta.
Salomé: ¿tampoco puedes dormir?
Julia: no es eso, solo tenía sed… ¿quieres?-la cocinera asintió y se sentó junto a Julia.
Salomé: tus ojeras no dicen lo mismo.-Julia bajó la mirada hacia su vaso.- No fue bien con Ricardo ¿verdad?
Julia: no creyó nada de lo que le dije…y no le culpo, si yo estuviera en su situación no sé qué pensaría.
Salomé: Julia… ¿quieres a Philipe?
Julia: Philipe era mi novio, él me metió en este maldito proyecto. Cuando el acelerador falló él tenía que estar en Ginebra…yo le di por muerto, pero no fue así. No le quiero Salomé, pero si no estoy con él…-en ese momento Philipe entró en la cocina como una furia, lo había escuchado todo.
Philipe: sal de aquí…¡¡¡Julia que salgas de aquí te digo!!!-Julia asustada le obedeció, Philipe la cogió bruscamente del brazo y se la llevó hacia el camarote.
Julia: te prometo que no la he contado nada.- Philipe seguía en silencio mientras recorrían los pasillos del Estrella.- no la hagas nada por favor, ella no tiene la culpa…
Philipe: cállate la boca Julia, ¡¡¡cállate la boca!!!-levantó la mano para pegarla.
Ricardo: ¿qué son esos gritos? ¿qué está pasando aquí?-dijo observando la escena.
Philipe: nada que le importe Montero.-volvió a coger a Julia del brazo y la metió en el camarote. Esta miró a Ricardo con tristeza, rogándole que dejara las cosas como estaban.
Ricardo se quedó pensativo en el pasillo, ¿y si era verdad todo lo que Julia le había contado?, al rato vio a Salomé, iba mirando hacia todos lados, como buscando a alguien.
Salomé: Ricardo…¿has visto a Julia?-le preguntó cuando llegó hasta él.
Ricardo: Acaba de entrar con Philipe en su camarote...¿qué ha pasado Salo?
Salomé: Julia me lo estaba contando todo, cuando de repente él entró en la cocina, no sabes como la trató Ricardo…
Ricardo: cabrón…-se dirigió a la puerta del camarote de Julia, pero Salomé le paró.
Salomé: no, hagas lo que hagas la que saldrá perdiendo será Julia. Si ese capullo se entera de que habló contigo yo no sé lo que es capaz de hacerla…
Ricardo: tenía que haberla creído joder…
Al día siguiente, estaban desayunando en el comedor, cuando Ricardo vio a Philipe aparecer en aquel lugar, decidió bajar hacia los camarotes. Tenía que ver a Julia, decirle que la creía y saber que estaba bien. Salomé intentó impedirlo, pero sabía que no podría, le dio un walkie a Ricardo y le dijo que le avisaría cuando Philipe volviese a bajar.
Llegó al camarote de Julia y llamó varias veces, pero esta no abría.
Ricardo: Julia, soy yo ábreme, ¿estás bien? ¡Julia!
Julia: vete de aquí Ricardo…como Philipe te vea aquí te mata.-decía a través de la puerta.
Ricardo: no pienso irme hasta que no me abras la puerta, venga ábreme, por favor…
Julia: ¿si te abro te irás enseguida?
Ricardo: te lo prometo.-Julia abrió la puerta, tenía la cabeza agachada, mirando hacia el suelo, el pelo le tapaba casi todo su rostro.- mírame Julia…-esta no obedeció, así que el capitán hizo que alzará la cabeza cogiéndole suavemente del mentón, y entonces vio su cara…tenía el labio partido y un moratón que ocupaba su ojo derecho.- hijo de puta…
Julia empezó a llorar y Ricardo la abrazó con todas sus fuerzas, ese capullo había pegado a la mujer más maravillosa del mundo. La doctora se revolvió en sus brazos, le cogió la cara con sus pequeñas manos.
Julia: tienes que prometerme que no vas a hacer nada, Ricardo prométemelo.
Ricardo: si no voy ahora mismo y le parto la cara es porque sé que tú pagarías las consecuencias. Va a pagar por esto Julia, te lo juro.-volvió a abrazarla. El walkie sonó, Salomé les avisó de que
Philipe ya bajaba.- escúchame bien, haz todo lo que te diga, si te dice que me odies lo haces, no quiero que te vuelva a poner una mano encima.-Julia asintió muerta de miedo.- creo en ti Julia, estoy contigo ¿vale?
Julia: gracias…
Ricardo: vamos a salir de esta, ya verás…-le dio un beso en la frente, otro en la nariz y se fue de allí, lo que menos les convenía ahora es que Philipe les pillase.
Cuando entró de nuevo en su camarote sonrió, ahora él ya lo sabía y la apoyaba. Estaba segura de que Ricardo acabaría con esa pesadilla, porque él siempre aparecía, como aparece el sol en un eterno día gris.
#16
17/06/2013 10:26
CAPITULO 8
Un mes después…
La situación en el Estrella era bastante parecida. Philipe seguía rondando por allí y obligando a Julia a hacer cosas que esta no desearía hacer nunca, pero esta obedecía por el bien de todos. No se hablaba con Salomé, tampoco podía mostrarse cariñosa con la pequeña Valeria, ni si quiera podía dirigirse a De La Cuadra. Pero lo que más la estaba costando era tratar tan mal a Ricardo, ahora no solo debía evitarle, también tenía que odiarle e insultarle cuando estuviera cerca de él.
Pero las veces que Philipe volvía al submarino a ejercer sus labores de jefe todo esto cambiaba. Era como si un rayo de esperanza iluminase todo el barco. Julia y Salomé charlaban delante de un café como hacían antes, Valeria volvía a comerse a besos a la doctora y con Ricardo…con él era con quién más tiempo pasaba en esos momentos de tranquilidad.
Se habían convertido en los mejores amigos que podía haber, ambos querían más, mucho más, pero sabían que ese no era el mejor momento. Él siempre estaba ahí para ella, la abrazaba cuando se sentía mal, la llenaba de besos para calmarla, la cogía de las manos y la decía que todo iba a salir bien cuando más desesperanzada estaba. Se amaban por encima de todas las cosas, pero ninguno se atrevía a decirlo en alto, ni si quiera se habían dado su primer beso.
Valeria: ¡¡Philipe se ha ido, Philipe se ha ido!!-decía correteando por el puente de mando.
Julián: corre a avisar a Julia y a tu padre, yo vigilo.-le dio un beso en su pequeña cabecita y la niña salió corriendo hacia su camarote.
Valeria: papá, Philipe se fue.-dijo con una sonrisa a su padre, que se encontraba sentado en la cama esperando ese momento.
Ricardo: vamos a por Julia corre.-sonrió y le hizo cosquillas a su pequeña.
Valeria: ve tú, que yo he quedado con Ainhoa.-su padre arrugó el entrecejo.
Ricardo: está bien petarda.-le dio un beso y se fue.
Salió de la ducha, se enrosco la toalla en su cuerpo y se puso los cascos, la música hacia que se evadiese de todo. Tanto se evadía que no se dio cuenta de que alguien llamaba a la puerta de su camarote, y que tras tanta insistencia, al no recibir respuesta, esa persona entró a buscarla.
Ricardo: ¿Julia?- llamó al baño y tampoco obtuvo respuesta, ¿y si Philipe le había hecho algo antes de irse? Decidió entrar.
Julia: ¡¡Ricardo!!-gritó cuando le vio entrar, la toalla estaba a sus pies, estaba completamente desnuda. No pudo evitar acordarse de aquella vez, cuando se vieron en esa misma situación.
Ricardo: lo…lo siento, yo…te estaba llamando y no contestabas, pensé…
No podían separar sus ojos el uno del otro, la situación había pasado de incómoda a surrealista en cuestión de segundos, Ricardo la miraba de arriba abajo y ella no ponía oposición. De repente sucedió lo que hace tiempo deseaban que pasara. Ambos corrieron en busca del otro y se unieron en un apasionante beso. Julia llevó sus manos a la espalda del hombre mientras que Ricardo puso las suyas en la delicada cara de la doctora.
Por un momento se separaron, se miraron a los ojos, juntaron sus frentes y los dos comenzaron a reírse. Ricardo abrazó a Julia y esta se aferró más aún a su espalda.
Ricardo: siento haber entrado así, de verdad…es que no contestabas y pensé que ese cabrón te había hecho algo.-hablaba en susurros, con los labios pegados a la oreja de Julia.
Julia: shhh, al menos ha servido para que me besaras…-dijo mirándole a los ojos.
Ricardo: ahh… ¿qué yo te besé a ti?-la doctora asintió.-¿está segura de eso doctora?
Julia: se moría de ganas por besarme capitán, asúmalo.-Ricardo se quitó el walkie del bolsillo, bajó sus manos hasta las piernas de Julia y la cogió.
Ricardo: entonces…¿usted no quería besarme?-Julia negó y Ricardo le llevó hasta la ducha, metiéndose con ella.
Julia: bueno…igual un poquito…
Ricardo: ya…-Julia fue a besarlo y Ricardo abrió el agua fría de la ducha, lo que provocó un suspiro en ambos al sentir el frío. Ricardo cerró el grifo.-¿sigues pensando igual?
Julia: mmmm no, en realidad…yo…deseaba besarle capitán.-sonrió y le volvió a besar.
Cuando separaron sus labios volvieron a reírse, aquella situación les recordaba a su época adolescente, cuando haces las mayores locuras que se pueden hacer. El walkie sonó, Julián les avisaba de la vuelta de Philipe.
Ricardo: que oportuno el francesito…-Julia agacho la mirada, su sonrisa se esfumó.
Julia: lo siento…-dijo acariciando la cara de Ricardo. Este la miró y junto su nariz con la de ella acariciándola.
Ricardo: más lo va a sentir él cuando pueda devolverle todo el daño que te está haciendo.-dejó a Julia en el suelo, esta volvió a enroscarse en su toalla.- ten cuidado ¿vale?-Julia asintió y este se dirigió a la puerta.
Julia: ¡Ricardo!-le llamó y se giró.-…gracias.
El capitán asintió y algo decepcionado salió de allí. Ella quería decírselo, estaba dispuesta a decirle que le quería. Pero…¿aceptaría él una relación así? ¿sería capaz de estar con ella, aún sabiendo que el que dormía en su cama era otro?
Un mes después…
La situación en el Estrella era bastante parecida. Philipe seguía rondando por allí y obligando a Julia a hacer cosas que esta no desearía hacer nunca, pero esta obedecía por el bien de todos. No se hablaba con Salomé, tampoco podía mostrarse cariñosa con la pequeña Valeria, ni si quiera podía dirigirse a De La Cuadra. Pero lo que más la estaba costando era tratar tan mal a Ricardo, ahora no solo debía evitarle, también tenía que odiarle e insultarle cuando estuviera cerca de él.
Pero las veces que Philipe volvía al submarino a ejercer sus labores de jefe todo esto cambiaba. Era como si un rayo de esperanza iluminase todo el barco. Julia y Salomé charlaban delante de un café como hacían antes, Valeria volvía a comerse a besos a la doctora y con Ricardo…con él era con quién más tiempo pasaba en esos momentos de tranquilidad.
Se habían convertido en los mejores amigos que podía haber, ambos querían más, mucho más, pero sabían que ese no era el mejor momento. Él siempre estaba ahí para ella, la abrazaba cuando se sentía mal, la llenaba de besos para calmarla, la cogía de las manos y la decía que todo iba a salir bien cuando más desesperanzada estaba. Se amaban por encima de todas las cosas, pero ninguno se atrevía a decirlo en alto, ni si quiera se habían dado su primer beso.
Valeria: ¡¡Philipe se ha ido, Philipe se ha ido!!-decía correteando por el puente de mando.
Julián: corre a avisar a Julia y a tu padre, yo vigilo.-le dio un beso en su pequeña cabecita y la niña salió corriendo hacia su camarote.
Valeria: papá, Philipe se fue.-dijo con una sonrisa a su padre, que se encontraba sentado en la cama esperando ese momento.
Ricardo: vamos a por Julia corre.-sonrió y le hizo cosquillas a su pequeña.
Valeria: ve tú, que yo he quedado con Ainhoa.-su padre arrugó el entrecejo.
Ricardo: está bien petarda.-le dio un beso y se fue.
Salió de la ducha, se enrosco la toalla en su cuerpo y se puso los cascos, la música hacia que se evadiese de todo. Tanto se evadía que no se dio cuenta de que alguien llamaba a la puerta de su camarote, y que tras tanta insistencia, al no recibir respuesta, esa persona entró a buscarla.
Ricardo: ¿Julia?- llamó al baño y tampoco obtuvo respuesta, ¿y si Philipe le había hecho algo antes de irse? Decidió entrar.
Julia: ¡¡Ricardo!!-gritó cuando le vio entrar, la toalla estaba a sus pies, estaba completamente desnuda. No pudo evitar acordarse de aquella vez, cuando se vieron en esa misma situación.
Ricardo: lo…lo siento, yo…te estaba llamando y no contestabas, pensé…
No podían separar sus ojos el uno del otro, la situación había pasado de incómoda a surrealista en cuestión de segundos, Ricardo la miraba de arriba abajo y ella no ponía oposición. De repente sucedió lo que hace tiempo deseaban que pasara. Ambos corrieron en busca del otro y se unieron en un apasionante beso. Julia llevó sus manos a la espalda del hombre mientras que Ricardo puso las suyas en la delicada cara de la doctora.
Por un momento se separaron, se miraron a los ojos, juntaron sus frentes y los dos comenzaron a reírse. Ricardo abrazó a Julia y esta se aferró más aún a su espalda.
Ricardo: siento haber entrado así, de verdad…es que no contestabas y pensé que ese cabrón te había hecho algo.-hablaba en susurros, con los labios pegados a la oreja de Julia.
Julia: shhh, al menos ha servido para que me besaras…-dijo mirándole a los ojos.
Ricardo: ahh… ¿qué yo te besé a ti?-la doctora asintió.-¿está segura de eso doctora?
Julia: se moría de ganas por besarme capitán, asúmalo.-Ricardo se quitó el walkie del bolsillo, bajó sus manos hasta las piernas de Julia y la cogió.
Ricardo: entonces…¿usted no quería besarme?-Julia negó y Ricardo le llevó hasta la ducha, metiéndose con ella.
Julia: bueno…igual un poquito…
Ricardo: ya…-Julia fue a besarlo y Ricardo abrió el agua fría de la ducha, lo que provocó un suspiro en ambos al sentir el frío. Ricardo cerró el grifo.-¿sigues pensando igual?
Julia: mmmm no, en realidad…yo…deseaba besarle capitán.-sonrió y le volvió a besar.
Cuando separaron sus labios volvieron a reírse, aquella situación les recordaba a su época adolescente, cuando haces las mayores locuras que se pueden hacer. El walkie sonó, Julián les avisaba de la vuelta de Philipe.
Ricardo: que oportuno el francesito…-Julia agacho la mirada, su sonrisa se esfumó.
Julia: lo siento…-dijo acariciando la cara de Ricardo. Este la miró y junto su nariz con la de ella acariciándola.
Ricardo: más lo va a sentir él cuando pueda devolverle todo el daño que te está haciendo.-dejó a Julia en el suelo, esta volvió a enroscarse en su toalla.- ten cuidado ¿vale?-Julia asintió y este se dirigió a la puerta.
Julia: ¡Ricardo!-le llamó y se giró.-…gracias.
El capitán asintió y algo decepcionado salió de allí. Ella quería decírselo, estaba dispuesta a decirle que le quería. Pero…¿aceptaría él una relación así? ¿sería capaz de estar con ella, aún sabiendo que el que dormía en su cama era otro?
#17
17/06/2013 16:39
PLS XQ XQ XQ XQ? NO, PUTO PHILIPPE... He muerto de amor *-*
Siguelo pronto que me ENCANTA!!!!!
Siguelo pronto que me ENCANTA!!!!!
#18
21/06/2013 10:34
Os dejo la primera parte del capítulo 9, la segunda el lunes!!Buen finde!!
CAPITULO 9 (((parte 1)))
Un nuevo día comenzaba en el Estrella Polar, la doctora estaba en la enfermería revisando informes, o mirándolos sin más mientras pensaba en él. Pensaba en lo perfecto que era, en sus besos a escondidas de Philipe…deseaba tenerle cerca.
Unos pasos cerca de allí la sacaron de su ensimismamiento, Palomares abrió la puerta y entró, seguido de Julián y de Philipe que llevaban a Ricardo en volandas.
Julia: ¿qué ha pasado?-dijo acercándose a Ricardo.
Julián: resbaló en la sala de máquinas y se quemó con una de ellas, tiene abrasado el brazo y la pierna derecha.
Philipe: pongámosle en la camilla.
Ricardo: no hace falta, estoy bien.-dijo mirando fríamente a Julia.-sacadme de aquí, haré reposo en mi camarote y ya está.
Philipe: créame que no me hace ninguna gracia que tenga que estar aquí capitán, pero tiene que curarse o esas quemaduras se infectarán. No es que me importe su vida…pero no quiero más líos con los jefes, ya sabe.
Ricardo se soltó de Philipe y con ayuda de Julián se subió a la camilla, Julia comenzó a preparar compresas frías para el capitán, el primer oficial y Philipe se fueron de allí, dejando que la doctora hiciese su trabajo.
Julia: ¿se puede saber cómo te has hecho esto? ¿Qué ha pasado? ¿ha sido él?
Ricardo: No ha pasado nada, no ha sido Philipe…simplemente me apoyé en una maquina y…¡Auu!-gritó dolorido cuando la doctora puso una de las compresas en su piel.
Julia: perdón…¿Cómo que te apoyaste? Julián dijo que habías resbalado.
Ricardo: eso quería decir, resbalé.-Ricardo miró hacia otro lado huyendo de las preguntas de la doctora.
Julia: ya…¡Ricardo no me tomes por tonta!
Ricardo: sshhh, baja la voz. ¿Qué quieres que nos oiga Philipe? Además qué más da cómo me lo hice…así puedo pasar más tiempo contigo sin que sospeche tu francesito.-Julia, que iba a poner otra compresa fría en el brazo de Ricardo, se paró y lo miró.
Julia: un momento… ¿me estás diciendo que has hecho todo esto aposta?
Ricardo: hombre todo, todo…
Julia: ¡eres idiota! Te podrías haber destrozado la piel Ricardo.-dijo mirándole enfadada.
Ricardo: si, tienes razón. Soy un idiota que pensó que a ti te gustaría pasar más tiempo conmigo, lo siento.-se levantó de la camilla dolorido.-me voy a mi camarote y así no te molesto.
Julia: estate quieto Ricardo, por favor. Vuelve a tumbarte.-este la obedeció y ella siguió curándole.-Claro que quiero pasar más tiempo contigo, pero no a este precio…¿no te das cuenta de lo que podría haberte pasado?
Ricardo: solo quería quemarme un poco el brazo, pero se nos fue de las manos…
Julia: ahh claro, que Julián también andaba metido en el ajo ¿no?-Ricardo asintió.-anda levántate, hay que quitarte esos pantalones.
Ricardo: muy rápida va usted ¿no doctora?-ambos rieron.
A mitad de la noche Julia salió de su camarote, tenía que ir a cambiar las compresas frías a Ricardo, Philipe la preguntó dónde iba, esta le contestó pero el francés siguió durmiendo.
Cuando llegó a la enfermería no vio a Ricardo en la camilla, cerró la puerta tras ella y le llamó en susurros. El capitán apareció y la abrazó por detrás.
Ricardo: buenas noches doctora.
Julia: no deberías levantarte de la camilla, además Philipe puede venir en cualquier momento y…
Ricardo: las persianas están cerradas, la puerta también.-dijo mientras la cerraba bien.- y Philipe está durmiendo profundamente, y según mis cálculos no se despertará hasta dentro de unas…5 horas.
Julia: ¿cómo…?
Ricardo: cariño, él no es el más listo del barco.-Julia sonrió se dio la vuelta y le besó.-y ahora…aprovechemos el tiempo.
Cogió a Julia en brazos y la sentó en uno de los muebles de la enfermería. La respiración de ambos se aceleró al instante. Sus ojos se miraban con deseo. La doctora acercó más su cuerpo al del capitán. La boca de este besó el cuello de la doctora con delicadeza hasta llegar al escote.
Le quitó el camisón de un tiro y no protestó cuando sus manos acariciaron su piel al quitarle también el sujetador.
Ricardo: Eres preciosa…- murmuró muy bajito.
Su aliento sobre la piel de Julia hizo que se estremeciera por completo ansiando poder besarlo. En ese momento cualquier pensamiento que no tuviera que ver con los besos de Ricardo, no existía en su cabeza. Acarició su espalda mientras él por fin le besaba en los labios.
Cualquiera que entrase ahora en la enfermería y viera esa imagen, desde luego no pensaría que Julia estaba curando las quemaduras de Ricardo.
Julia: Ricardo…-Su voz pareció casi otro gemido de tantos que estaban saliendo de su garganta.
Ricardo: ¿Mmm?.-Su boca hizo un pequeño camino de besos desde el abdomen hasta los pechos de la doctora.
Julia: vamos a la bodega...
....
CAPITULO 9 (((parte 1)))
Un nuevo día comenzaba en el Estrella Polar, la doctora estaba en la enfermería revisando informes, o mirándolos sin más mientras pensaba en él. Pensaba en lo perfecto que era, en sus besos a escondidas de Philipe…deseaba tenerle cerca.
Unos pasos cerca de allí la sacaron de su ensimismamiento, Palomares abrió la puerta y entró, seguido de Julián y de Philipe que llevaban a Ricardo en volandas.
Julia: ¿qué ha pasado?-dijo acercándose a Ricardo.
Julián: resbaló en la sala de máquinas y se quemó con una de ellas, tiene abrasado el brazo y la pierna derecha.
Philipe: pongámosle en la camilla.
Ricardo: no hace falta, estoy bien.-dijo mirando fríamente a Julia.-sacadme de aquí, haré reposo en mi camarote y ya está.
Philipe: créame que no me hace ninguna gracia que tenga que estar aquí capitán, pero tiene que curarse o esas quemaduras se infectarán. No es que me importe su vida…pero no quiero más líos con los jefes, ya sabe.
Ricardo se soltó de Philipe y con ayuda de Julián se subió a la camilla, Julia comenzó a preparar compresas frías para el capitán, el primer oficial y Philipe se fueron de allí, dejando que la doctora hiciese su trabajo.
Julia: ¿se puede saber cómo te has hecho esto? ¿Qué ha pasado? ¿ha sido él?
Ricardo: No ha pasado nada, no ha sido Philipe…simplemente me apoyé en una maquina y…¡Auu!-gritó dolorido cuando la doctora puso una de las compresas en su piel.
Julia: perdón…¿Cómo que te apoyaste? Julián dijo que habías resbalado.
Ricardo: eso quería decir, resbalé.-Ricardo miró hacia otro lado huyendo de las preguntas de la doctora.
Julia: ya…¡Ricardo no me tomes por tonta!
Ricardo: sshhh, baja la voz. ¿Qué quieres que nos oiga Philipe? Además qué más da cómo me lo hice…así puedo pasar más tiempo contigo sin que sospeche tu francesito.-Julia, que iba a poner otra compresa fría en el brazo de Ricardo, se paró y lo miró.
Julia: un momento… ¿me estás diciendo que has hecho todo esto aposta?
Ricardo: hombre todo, todo…
Julia: ¡eres idiota! Te podrías haber destrozado la piel Ricardo.-dijo mirándole enfadada.
Ricardo: si, tienes razón. Soy un idiota que pensó que a ti te gustaría pasar más tiempo conmigo, lo siento.-se levantó de la camilla dolorido.-me voy a mi camarote y así no te molesto.
Julia: estate quieto Ricardo, por favor. Vuelve a tumbarte.-este la obedeció y ella siguió curándole.-Claro que quiero pasar más tiempo contigo, pero no a este precio…¿no te das cuenta de lo que podría haberte pasado?
Ricardo: solo quería quemarme un poco el brazo, pero se nos fue de las manos…
Julia: ahh claro, que Julián también andaba metido en el ajo ¿no?-Ricardo asintió.-anda levántate, hay que quitarte esos pantalones.
Ricardo: muy rápida va usted ¿no doctora?-ambos rieron.
A mitad de la noche Julia salió de su camarote, tenía que ir a cambiar las compresas frías a Ricardo, Philipe la preguntó dónde iba, esta le contestó pero el francés siguió durmiendo.
Cuando llegó a la enfermería no vio a Ricardo en la camilla, cerró la puerta tras ella y le llamó en susurros. El capitán apareció y la abrazó por detrás.
Ricardo: buenas noches doctora.
Julia: no deberías levantarte de la camilla, además Philipe puede venir en cualquier momento y…
Ricardo: las persianas están cerradas, la puerta también.-dijo mientras la cerraba bien.- y Philipe está durmiendo profundamente, y según mis cálculos no se despertará hasta dentro de unas…5 horas.
Julia: ¿cómo…?
Ricardo: cariño, él no es el más listo del barco.-Julia sonrió se dio la vuelta y le besó.-y ahora…aprovechemos el tiempo.
Cogió a Julia en brazos y la sentó en uno de los muebles de la enfermería. La respiración de ambos se aceleró al instante. Sus ojos se miraban con deseo. La doctora acercó más su cuerpo al del capitán. La boca de este besó el cuello de la doctora con delicadeza hasta llegar al escote.
Le quitó el camisón de un tiro y no protestó cuando sus manos acariciaron su piel al quitarle también el sujetador.
Ricardo: Eres preciosa…- murmuró muy bajito.
Su aliento sobre la piel de Julia hizo que se estremeciera por completo ansiando poder besarlo. En ese momento cualquier pensamiento que no tuviera que ver con los besos de Ricardo, no existía en su cabeza. Acarició su espalda mientras él por fin le besaba en los labios.
Cualquiera que entrase ahora en la enfermería y viera esa imagen, desde luego no pensaría que Julia estaba curando las quemaduras de Ricardo.
Julia: Ricardo…-Su voz pareció casi otro gemido de tantos que estaban saliendo de su garganta.
Ricardo: ¿Mmm?.-Su boca hizo un pequeño camino de besos desde el abdomen hasta los pechos de la doctora.
Julia: vamos a la bodega...
....
#19
22/06/2013 16:18
ejejjjejejejjejej ¿Por qué lo dejas así? ¿tengo que esperar hasta el lunes? ejjejjejejejejejejejjejjeeeejejejeje vas a morir :)))
Bueno, que me requetencanta y mata ya a Philippe o algo no se, y que no los interrumpan PLIS.
Un besazo! Y sigue así!!
Bueno, que me requetencanta y mata ya a Philippe o algo no se, y que no los interrumpan PLIS.
Un besazo! Y sigue así!!
#20
24/06/2013 09:56
Aqui tenéis la segunda parte!!!
CAPITULO 9 parte 2
Tomándola en brazos fueron hasta la bodega, Ricardo la dejó sobre la cama. Se miraron a los ojos unos segundos mientras terminaban de quitarse la ropa interior que les quedaba.
Julia acarició sus brazos y su pecho, besándolo luego en los labios. Se estaban arriesgando demasiado y ambos lo sabían, aquello que estaban haciendo no era lo correcto. La doctora desechó aquel pensamiento cuando el pecho del capitán rozo los suyos haciendo que su piel se erizara una vez más.
Ricardo: Quiero hacerte mía, Julia….quiero que grites en mis brazos…-Su boca recorrió su oído y luego la parte de atrás del cuello.
Tomándolo por la nuca la doctora atrajo sus labios a los suyos una vez más, tratando de saborear cada exquisito beso que los labios de Ricardo le brindaban. Los cuerpos de ambos estaban empezando a pedir cada vez más. Como muestra de eso la cadera de la mujer se acercó a la de él notando enseguida la creciente excitación del capitán.
Él seguía besando el cuello de Julia, la cual se aferró a su cuello invitándolo sin palabras, las palabras no fueron necesarias en ese momento, Ricardo abrió aún más las piernas de la doctora colocándolas alrededor de su cintura y entrando al fin en su interior. La garganta de Julia lanzó un grito, su cuerpo se arqueaba una y otra vez contra las sabanas mientras las manos de él la tomaban por las nalgas haciendo que lo sintiera cada vez más dentro, cada vez mejor.
Sus labios se besaban sin parar. Pero cuando el placer se hizo casi insoportable Ricardo metió su cara en el cuello de la doctora entrando y saliendo de su interior. Esta se agarró fuerte a su espalda pidiéndole más y más, no quería que parara, no quería que hiciera nada más que moverse de aquella forma. De sus gargantas solo salían gritos y jadeos cuando los primeros espasmos recorrieron sus cuerpos.
Estaban casi flotando por el aire, su mente y su cuerpo no procesaban nada de lo que acababa de pasar, solo podían sentir el placer en cada parte de sus cuerpos. Ricardo se quitó de encima de la doctora haciéndose a un lado, y doliéndose de sus quemaduras.
Julia: ¿te duele?-le miró preocupada, este negó con la cabeza.
Ricardo: me hubiese gustado que nuestra primera vez hubiese sido diferente…más romántica quizás.-Julia le calló con un beso.
Julia: ha sido perfecta. Siempre será perfecto mientras estemos tú y yo…
Ricardo: Julia, yo…bueno no me he atrevido a decírtelo antes, pero quiero que sepas que…-la doctora que sabía perfectamente lo que Ricardo quería decirle, le cortó.
Julia: Ricardo mira qué hora es…deberíamos volver.-el capitán la miró sorprendido, asintió y ambos se levantaron.
¿Por qué ella no le había dejado decirle que la quería? Estaba seguro que sabía que iba a decirlo y por eso salió huyendo. Pero no se daría por vencido.
El capitán estuvo unos días más en la enfermería, mientras se curaba de sus quemaduras. Eso les hacia bien a los dos, pues pasaban casi todo el día juntos sin necesidad de que Philipe sospechase nada, de hecho, cuando el francés estaba delante se trataban fríamente, Ricardo actuaba como si quisiera irse lejos, lo más lejos posible de aquella enfermería y de aquella doctora.
Pero como dice el dicho “todo lo bueno se acaba”, y esto no iba a ser menos. Ricardo estaba mucho mejor y debía irse a su camarote, la doctora le dio el alta ante la atenta mirada de Philipe, quien salió de la enfermería con una sonrisa burlona. El capitán se puso unos pantalones que su hija le había llevado y salió de la enfermería.
Ricardo: te voy a echar de menos…-susurró a la doctora, pasando cerca de ella al salir. Esta sonrió y sin más le dejó marchar.
Tenía claro que los días en aquella enfermería sin Ricardo no serían lo mismo, ni igual de divertidos, pensó recordando cada noche que ella había acudido curarle y habían acabado haciendo el amor como locos.
CAPITULO 9 parte 2
Tomándola en brazos fueron hasta la bodega, Ricardo la dejó sobre la cama. Se miraron a los ojos unos segundos mientras terminaban de quitarse la ropa interior que les quedaba.
Julia acarició sus brazos y su pecho, besándolo luego en los labios. Se estaban arriesgando demasiado y ambos lo sabían, aquello que estaban haciendo no era lo correcto. La doctora desechó aquel pensamiento cuando el pecho del capitán rozo los suyos haciendo que su piel se erizara una vez más.
Ricardo: Quiero hacerte mía, Julia….quiero que grites en mis brazos…-Su boca recorrió su oído y luego la parte de atrás del cuello.
Tomándolo por la nuca la doctora atrajo sus labios a los suyos una vez más, tratando de saborear cada exquisito beso que los labios de Ricardo le brindaban. Los cuerpos de ambos estaban empezando a pedir cada vez más. Como muestra de eso la cadera de la mujer se acercó a la de él notando enseguida la creciente excitación del capitán.
Él seguía besando el cuello de Julia, la cual se aferró a su cuello invitándolo sin palabras, las palabras no fueron necesarias en ese momento, Ricardo abrió aún más las piernas de la doctora colocándolas alrededor de su cintura y entrando al fin en su interior. La garganta de Julia lanzó un grito, su cuerpo se arqueaba una y otra vez contra las sabanas mientras las manos de él la tomaban por las nalgas haciendo que lo sintiera cada vez más dentro, cada vez mejor.
Sus labios se besaban sin parar. Pero cuando el placer se hizo casi insoportable Ricardo metió su cara en el cuello de la doctora entrando y saliendo de su interior. Esta se agarró fuerte a su espalda pidiéndole más y más, no quería que parara, no quería que hiciera nada más que moverse de aquella forma. De sus gargantas solo salían gritos y jadeos cuando los primeros espasmos recorrieron sus cuerpos.
Estaban casi flotando por el aire, su mente y su cuerpo no procesaban nada de lo que acababa de pasar, solo podían sentir el placer en cada parte de sus cuerpos. Ricardo se quitó de encima de la doctora haciéndose a un lado, y doliéndose de sus quemaduras.
Julia: ¿te duele?-le miró preocupada, este negó con la cabeza.
Ricardo: me hubiese gustado que nuestra primera vez hubiese sido diferente…más romántica quizás.-Julia le calló con un beso.
Julia: ha sido perfecta. Siempre será perfecto mientras estemos tú y yo…
Ricardo: Julia, yo…bueno no me he atrevido a decírtelo antes, pero quiero que sepas que…-la doctora que sabía perfectamente lo que Ricardo quería decirle, le cortó.
Julia: Ricardo mira qué hora es…deberíamos volver.-el capitán la miró sorprendido, asintió y ambos se levantaron.
¿Por qué ella no le había dejado decirle que la quería? Estaba seguro que sabía que iba a decirlo y por eso salió huyendo. Pero no se daría por vencido.
El capitán estuvo unos días más en la enfermería, mientras se curaba de sus quemaduras. Eso les hacia bien a los dos, pues pasaban casi todo el día juntos sin necesidad de que Philipe sospechase nada, de hecho, cuando el francés estaba delante se trataban fríamente, Ricardo actuaba como si quisiera irse lejos, lo más lejos posible de aquella enfermería y de aquella doctora.
Pero como dice el dicho “todo lo bueno se acaba”, y esto no iba a ser menos. Ricardo estaba mucho mejor y debía irse a su camarote, la doctora le dio el alta ante la atenta mirada de Philipe, quien salió de la enfermería con una sonrisa burlona. El capitán se puso unos pantalones que su hija le había llevado y salió de la enfermería.
Ricardo: te voy a echar de menos…-susurró a la doctora, pasando cerca de ella al salir. Esta sonrió y sin más le dejó marchar.
Tenía claro que los días en aquella enfermería sin Ricardo no serían lo mismo, ni igual de divertidos, pensó recordando cada noche que ella había acudido curarle y habían acabado haciendo el amor como locos.