[Fanfic: Ricardo + Julia] Volver a empezar || CAPÍTULO 23: Viejos conocidos
#0
25/03/2013 16:43
''Es difícil resistirse a la oportunidad de volver a empezar. ¿Quién decide cuando lo viejo termina y empieza lo nuevo? No es un día específico del calendario, ni un cumpleaños, ni un año nuevo. Es un hecho, grande o pequeño. Idealmente, nos da fuerza. Una nueva forma de vivir y de ver el mundo, dejando a un lado viejos hábitos. Lo importante es que nunca dejemos de creer que podemos volver a empezar. Pero también es importante recordar que, dejando a un lado toda la mierda, hay ciertas cosas que merecen la pena mantener.''
#21
15/05/2013 21:42
Holaaa? por favor continualo ya, y que no los interrumpan ni pase nada de las cosas tuyas eh? dejales que sean monosos pleaseeee :) :) :) :)
Aaaa, que se me olvidaba, que me encanta tu fic :)
Un beso
Aaaa, que se me olvidaba, que me encanta tu fic :)
Un beso
#22
16/05/2013 11:38
Segunda parte yaaaaaaaaaaaaaa!!!Va que este capi ha sido muy muy cortito!!!
Al igual que el otro fic que leí tuyo...este es genial :)
vuelve pronto con más!
Al igual que el otro fic que leí tuyo...este es genial :)
vuelve pronto con más!
#23
17/05/2013 15:56
Me alegro de que os esté gustando el fic. Nuevo capítulo:
El beso que Julia había deposirado en los labios de Ricardo se había hecho corto. Para ambos.
El hombre volvió a sentir el calor de Julia. Estaba cerca de él, pero los dos tenían los ojos cerrados. Volvió a besar al capitán, esta vez de forma mas intensa y moviéndose hacia él para levantarse de la cama y poder sentarse sobre el regazo de Ricardo, frente a él.
-Julia... -Dijo el capitán en un susurro intentando apartar a la mujer, que no paraba de besarle. -No hace falta que vayamos tan deprisa.
-Ricardo, -Le contestó ella abriendo sus ojos y mirándole. -No quiero tener prisa. -continuó diciendo mientras Ricardo apartaba con cariño un mechón de pelo de Julia y lo colocaba detrás de su oreja. -Pero necesito esto. No hace falta ir deprisa, esta noche nos la tomaremos con calma. Cada caricia tuya, -se acercó a él y le besó. -será un beso mio. Cada beso tuyo, será una sonrisa mía. Y cada te quiero, será una promesa. ¿Vale? -Ricardo asintió sonriente acercándose a los labios de la doctora.
-Te quiero Julia Wilson, estoy enamorado de usted hasta las trancas. -le dijo susurrando.
-Y yo a ti Ricardo Montero. -Añadió ella.
Cuando seguimos a nuestro corazón, cuando elegimos no conformarnos… es gracioso ¿no? Se va un peso de encima, el sol es un poco más brillante, y por un breve momento, al menos, encontramos un poco de paz.
Ricardo acariciaba la cintura de la doctora. El simple echo de tenerla entre sus brazos ya era un premio.
Bajaba sus manos despacio, con calma, pasando por sus caderas hasta llegar a la parte trasera de sus muslos.
Se puso en pie, mateniendo a Julia sujetada por sus manos, colocadas en las piernas de esta. Mientras que ella rodeaba con fuerza el cuello de Ricardo, besando sus labios. Rozando su barba. Y sintiéndose completamente protegida entre los brazos de su capitán.
Porque cuando el suelo te traicione y tu mundo se colapse, puede que solo necesites tener fe y confiar en que puedes superarlo, juntos. Puede que solo necesites aferrarte fuerte. Y no importa nada, ni tan siquiera el mundo importa.
El hombre depositó a Julia en la cama mientras seguía agrrando su cuerpo, como si se tratara de su bien mas preciado. Ricardo se mantenía encima de ella, perdiéndose en la suave piel del cuello de esta besando cada rincón que sus labios encontraban.
Mientras la doctora se deleitaba con los besos y las caricias, adrentaba sus manos en la chaqueta de el hombre dejándola caer, quedándose a un lado de la cama. Una vez hecha esta primera tarea, se concentró en intentar encontrar los botones de la camisa del capitán. Dio con el primero, con el segundo, con el tercero y así hasta llegar al último y dejar que la camisa se abriera y dejando al descubierto el pecho de Ricardo.
El capitán agarró la mano de Julia y la colocó sobre sus labios para darle un beso para después soltarla suavemente y comenzar a desvestir a Julia.
El hombre desabrochó los pequeños botones de la camisa beige que Julia llevaba, se incorporó ligeramente para que Ricardo pudiera deshacerse de ella, dejando al descubierto el sujetador negro de encaje que cubría sus pechos. La dejó caer al suelo, sobre la chaqueta de él su camisa.
Estaba ansioso por explorar cada centímetro del cuerpo de la doctora, quería perderse en su suave piel y besar cada rincón de ella. Y así lo hizo.
Acercó sus labios al cuello de Julia, paseó con calma por su piel, bajaba con cuidado hasta sus pechos. Se detuvo. Aspiró su aroma, su perfume, mientras la mujer disfrutando del roce de los labios de su amado.
Ricardo terminó de explorar el cuerpo de Julia volvió a ascender para ponerse a la altura de la cara de la lmujer mientras ella se perdía en la tentación azul que el capitán tenia por ojos.
La doctora buscó con sus manos la cremallera del pantalón de Ricardo, le encantaban sus besos y sus caricias pero eran una dulce tortura que no podía resistir mas. Desabrochó los pantalones del hombre y con la ayuda de él cayeron al suelo junto con las otras prendas de ropa. Los pantalones de Julia no tardaron en desaparecer.
Julia estaba presa entre los brazos del capitán, inmovil sin respiración rodeando el cuello masculino con sus brazos acariciando la nuca de este. Ricardo la miraba a los ojos con dulzura.
El cambio es extraño. No todos se adaptan, puede pillarte desprevenido, tu mundo se transforma… Te das cuenta de que el suelo se ha movido. Todo es incierto y no hay vuelta atrás. El mundo a tu alrededor es diferente, irreconocible y no puedes hacer nada. Estás atrapado. El futuro te mira a los ojos, y muchas veces te gusta lo que ves.
El capitán dio un beso en la frente de la doctora, otro en su entrecejo, otro en su nariz, otro en sus labios, sin detenerse hasta llegar a la parte superior de los pechos de esta. Apartó los tirantes con caricias y desbrochó el cierre del sujetador de Julia, y la ropa mas intima de ambos no tardó en desaparecer.
Los dos estaban desnudos, juntos sin complejos y sin secretos aparentemente. Julia juntó su frente con la del hombre mientras sus respiraciones agitadas se mezclaban. Hasta que Ricardo se introdujo en ella. La doctora perdió la noción del tiempo, su mente solo repetía el nombre de quien la estaba haciendo perder el control de la situación.
Y pasaron la noche juntos entre caricias, besos y palabras que alteraban los sentidos de cada uno, esperando que el sol apareciera por la escotilla de la bodega y acabara la mejor noche de sus vidas.
Era el destino. Es lo que toda la gente te dice. Pero el resto de cosas del mundo parecen ocurrir totalmente al azar. Y te preguntas: ¿Qué habría pasado si una pequeña cosa que hice o dije… pudiera ocasionar que todo se derrumbara? ¿Y si hubiera elegido otra vida para mi… o para otra persona? Podríamos no habernos encontrado ¿Y si nos hubiéramos criado de forma diferente? ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué hubiera pasado?
Algunas cosas van a salir bien, como si estuvieran destinadas a ocurrir… Como si estuvieran hechos el uno para el otro.
...
El beso que Julia había deposirado en los labios de Ricardo se había hecho corto. Para ambos.
El hombre volvió a sentir el calor de Julia. Estaba cerca de él, pero los dos tenían los ojos cerrados. Volvió a besar al capitán, esta vez de forma mas intensa y moviéndose hacia él para levantarse de la cama y poder sentarse sobre el regazo de Ricardo, frente a él.
-Julia... -Dijo el capitán en un susurro intentando apartar a la mujer, que no paraba de besarle. -No hace falta que vayamos tan deprisa.
-Ricardo, -Le contestó ella abriendo sus ojos y mirándole. -No quiero tener prisa. -continuó diciendo mientras Ricardo apartaba con cariño un mechón de pelo de Julia y lo colocaba detrás de su oreja. -Pero necesito esto. No hace falta ir deprisa, esta noche nos la tomaremos con calma. Cada caricia tuya, -se acercó a él y le besó. -será un beso mio. Cada beso tuyo, será una sonrisa mía. Y cada te quiero, será una promesa. ¿Vale? -Ricardo asintió sonriente acercándose a los labios de la doctora.
-Te quiero Julia Wilson, estoy enamorado de usted hasta las trancas. -le dijo susurrando.
-Y yo a ti Ricardo Montero. -Añadió ella.
Cuando seguimos a nuestro corazón, cuando elegimos no conformarnos… es gracioso ¿no? Se va un peso de encima, el sol es un poco más brillante, y por un breve momento, al menos, encontramos un poco de paz.
Ricardo acariciaba la cintura de la doctora. El simple echo de tenerla entre sus brazos ya era un premio.
Bajaba sus manos despacio, con calma, pasando por sus caderas hasta llegar a la parte trasera de sus muslos.
Se puso en pie, mateniendo a Julia sujetada por sus manos, colocadas en las piernas de esta. Mientras que ella rodeaba con fuerza el cuello de Ricardo, besando sus labios. Rozando su barba. Y sintiéndose completamente protegida entre los brazos de su capitán.
Porque cuando el suelo te traicione y tu mundo se colapse, puede que solo necesites tener fe y confiar en que puedes superarlo, juntos. Puede que solo necesites aferrarte fuerte. Y no importa nada, ni tan siquiera el mundo importa.
El hombre depositó a Julia en la cama mientras seguía agrrando su cuerpo, como si se tratara de su bien mas preciado. Ricardo se mantenía encima de ella, perdiéndose en la suave piel del cuello de esta besando cada rincón que sus labios encontraban.
Mientras la doctora se deleitaba con los besos y las caricias, adrentaba sus manos en la chaqueta de el hombre dejándola caer, quedándose a un lado de la cama. Una vez hecha esta primera tarea, se concentró en intentar encontrar los botones de la camisa del capitán. Dio con el primero, con el segundo, con el tercero y así hasta llegar al último y dejar que la camisa se abriera y dejando al descubierto el pecho de Ricardo.
El capitán agarró la mano de Julia y la colocó sobre sus labios para darle un beso para después soltarla suavemente y comenzar a desvestir a Julia.
El hombre desabrochó los pequeños botones de la camisa beige que Julia llevaba, se incorporó ligeramente para que Ricardo pudiera deshacerse de ella, dejando al descubierto el sujetador negro de encaje que cubría sus pechos. La dejó caer al suelo, sobre la chaqueta de él su camisa.
Estaba ansioso por explorar cada centímetro del cuerpo de la doctora, quería perderse en su suave piel y besar cada rincón de ella. Y así lo hizo.
Acercó sus labios al cuello de Julia, paseó con calma por su piel, bajaba con cuidado hasta sus pechos. Se detuvo. Aspiró su aroma, su perfume, mientras la mujer disfrutando del roce de los labios de su amado.
Ricardo terminó de explorar el cuerpo de Julia volvió a ascender para ponerse a la altura de la cara de la lmujer mientras ella se perdía en la tentación azul que el capitán tenia por ojos.
La doctora buscó con sus manos la cremallera del pantalón de Ricardo, le encantaban sus besos y sus caricias pero eran una dulce tortura que no podía resistir mas. Desabrochó los pantalones del hombre y con la ayuda de él cayeron al suelo junto con las otras prendas de ropa. Los pantalones de Julia no tardaron en desaparecer.
Julia estaba presa entre los brazos del capitán, inmovil sin respiración rodeando el cuello masculino con sus brazos acariciando la nuca de este. Ricardo la miraba a los ojos con dulzura.
El cambio es extraño. No todos se adaptan, puede pillarte desprevenido, tu mundo se transforma… Te das cuenta de que el suelo se ha movido. Todo es incierto y no hay vuelta atrás. El mundo a tu alrededor es diferente, irreconocible y no puedes hacer nada. Estás atrapado. El futuro te mira a los ojos, y muchas veces te gusta lo que ves.
El capitán dio un beso en la frente de la doctora, otro en su entrecejo, otro en su nariz, otro en sus labios, sin detenerse hasta llegar a la parte superior de los pechos de esta. Apartó los tirantes con caricias y desbrochó el cierre del sujetador de Julia, y la ropa mas intima de ambos no tardó en desaparecer.
Los dos estaban desnudos, juntos sin complejos y sin secretos aparentemente. Julia juntó su frente con la del hombre mientras sus respiraciones agitadas se mezclaban. Hasta que Ricardo se introdujo en ella. La doctora perdió la noción del tiempo, su mente solo repetía el nombre de quien la estaba haciendo perder el control de la situación.
Y pasaron la noche juntos entre caricias, besos y palabras que alteraban los sentidos de cada uno, esperando que el sol apareciera por la escotilla de la bodega y acabara la mejor noche de sus vidas.
Era el destino. Es lo que toda la gente te dice. Pero el resto de cosas del mundo parecen ocurrir totalmente al azar. Y te preguntas: ¿Qué habría pasado si una pequeña cosa que hice o dije… pudiera ocasionar que todo se derrumbara? ¿Y si hubiera elegido otra vida para mi… o para otra persona? Podríamos no habernos encontrado ¿Y si nos hubiéramos criado de forma diferente? ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué hubiera pasado? ¿Qué hubiera pasado?
Algunas cosas van a salir bien, como si estuvieran destinadas a ocurrir… Como si estuvieran hechos el uno para el otro.
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#24
18/05/2013 12:49
Que capitulo más bonito!!!!Me ha encantado enserio...
A ver que pasa ahora!!!
Siguelo prontito!!!
A ver que pasa ahora!!!
Siguelo prontito!!!
#25
24/05/2013 16:09
¿Recuerdas cuando eras pequeña y creías en los cuentos de hadas? Fantaseabas sobre como seria tu vida, con un vestido blanco y tu príncipe azul llevándote a su castillo sobre las colinas, por la noche te echabas en la cama cerrabas los ojos y te abandonabas a tu fe. Santa Claus, el ratoncito Pérez, el príncipe azul estaban tan cerca que los saboreabas, pero vas creciendo y un día abres los ojos y los cuentos de hadas han volado, la mayoría de la gente acude a aquellos en quien confía. La cuestión es que es difícil dejar que los cuentos de hadas desaparezcan, a casi todo el mundo le queda una mínima esperanza de que un día abrirá los ojos y vera que se han hecho realidad.
Julia pensaba en eso en el instante que estaba viviendo. Eran las cinco de la mañana y contemplaba a Ricardo, mientras dormía.
Tenía su mano derecha colocada en el pecho del hombre, notaba su corazón palpitar a un ritmo constante y su respiració relajada. Se hubiera quedado así toda la vida. Pero si habian pasado la noche juntos era por el regalo de Valeria, y no hubiera estado bien quedarse ahí mientras la niña buscaba a su padre.
Tenía que despertarlo, y no se le ocurrió otra forma mejor de hacerlo que acercándose a él y besando sus labios. Ricardo comenzó a abrir sus ojos lentamente.
-Buenos días dormilón. -Dijo Julia sonriéndole.
-Buenos dias. -Contestó el capitán abrazando mas fuertemente a la mujer. -¿Qué hora es?
-Las cinco -Contestó ella.
-¿Las cinco? Pero si es muy pronto... -Respondió Ricardo aun medio dormido y con los ojos medio cerrados.
-Lo se, pero te recuerdo que en unas horas van a estar todos despiertos para abrir los regalos y seria raro que nos vieran con la misma ropa de anoche.
-Vale si, tienes razón -El hombre ya comenzaba a despejarse -¿Has dormido bien?
-He dormido genial, porque tu estabas a mi lado. -Ricardo apartó su mano de la cintura de Julia para apartar un mechón de la cara de esta.
Tras pasar varios minutos mirandose, entre sonrisas y besos, se levantaron para vestirse y ir a sus respectivos camarotes, despues de pasar por el comedor y haber dejado el regalo de Valeria bajo el árbol que habian construido entre todos.
Ricardo se despidió de Julia en la puerta de el camarote de esta y se dirigió al suyo. Pero siempre tiene que pasar algo, y ese algo se llamaba Julián De la Cuadra.
-¿Ricardo? -Preguntó el oficial que seguramente se dirigia a la cocina. -¿Qué haces a estas horas por aquí?
-Lo mismo podría preguntarte. -Contestó el capitán disimulando.
-Ya, pero yo no voy puesto de traje copón. -Añadió Julián
-Vengo de buscar el regalo de Valeria. -Dijo, a lo mejor Julián no sospechaba si le decía esto.
-¿A las cinco la mañana? Pero si te estaba ayudando la doctora ¿no? -."Mierda" pensó Ricardo -¡Ha habido tema con la Wilson!
-¡Julián! No digas idioteces -Dijo hablando bajito -Y no grites
-De idioteces nada, tu has estado con la Wilson y ha pasado lo que tenia que pasar. Y llevas la bragueta bajada macho... -Ricardo agachó la mirada y subió la cremallera de su pantalón, le habia pillado.
-Pero, esto... es el pantalon... que es que se baja.
-Ya, el pantalón. Venga hombre, que a mi no me engañas -Dijo Julián. -Bueno, lo importante ¿qué tal?
-De verdad, eres un bruto. -Contestó el capitán evitando los comentarios de su amigo. -Ve a donde tengas que ir que yo voy a dormir. -Ricardo se marchó dejando a Julián con la palabra en la boca.
Eran las nueve de la mañana y todos los tripulantes estaban abriendo sus regalos, que estuvieran en un barco en medio del oceano no significaba que la navidad se había acabado.
Valeria y Burbuja abrían sus regalos bajo la mirada de Salomé, Julián y Ricardo, que buscaba a la doctora ya que hacía un rato la había perdido de vista.
-Papi, ¿dónde está Julia? Quiero enseñarle mi regalo -Preguntó la niña
-Pues no lo se cielo, ahora voy a buscarla.
-Julia, ¿le has contado algo al capitán? -Peeguntó Gamboa a la doctora.
-No. -Contestó ella. Los dos estabn en el aula, se podía oir el alboroto de los tripulantes.
-Pues a mi me parece que si, porque hace unos dias estabas llorando por él y esta mañana estabais bastabte juntitos ¿no?
-No le he contado nada, ya te lo he dicho -Dijo Julia
-¿Tu te crees que soy tonto? -El hombre se acercó a ella
-¿No estás cansado de las mentiras? Esa gente ya no nos quiere para nada. Tu te enamoraste de Ainhoa, y me parece que aun no la has olvidado del todo. Pero por ser el malo de este barco la has perdido. ¿Qué mas dará lo que le haya contado?
-Julia, -Ricardo entró en el aula despues de haber estado buscando a la doctora -Valeria quiere enseñarte su regalo.
Julia fue hacia la puerta y salió del aula, pero Ricardo no la siguió.
-¿No vienes? -Preguntó la doctora a Ricardo.
-Ahora voy
-Ricardo no hagas tonterías -Le dijo Julia susurrando
-Tranquila. -La doctora se acercó a sus labios y le dio un pequeño beso bajo la mirada de Gamboa
Julia se fue y Ricardo cerró la puerta.
-Capitán se le ve muy enamorado, es una pena que Julia siga ocultandole cosas. -El capitán lo miraba con rabia -¿De verdad cree que lo sabe todo sobre ella?
-Tu tambien mientes Gamboa -El colombiano se rió con ironía.
-Cierto, pero yo no le prometo cosas imposibles. -Gamboa se acercó a Ricardo. -Julia es tan mentirosa como yo.
Ricardo apretó los puños y golpeo la cara de Ernesto, pero este se devolvió empujando a Ricardo y abriendo la puerta del aula. Cayeron ambos al suelo del comedor mientras seguían golpeandose y Julián y Julia corrian hacia los dos para separarlos.
Quien duda, está perdido. No podemos fingir que no nos lo dijeron, todos hemos oído los proverbios, a los filósofos, a nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido, hemos oído a poetas instándonos a vivir el momento, aunque a veces debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores, debemos aprender nuestras propias lecciones, debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos mas. Tenemos que aprender que es mejor saber que preguntarse, despertar es mejor que dormir y que fracasar, y, cometer un error enorme, es mucho mejor que no haberlo intentado.
...
#26
25/05/2013 12:20
Siiiiii, por fin Ricardito le da su merecido a Gamboa. Espero que ahora Julis no se enfade con él por esto...
En fin que me encanta tu fic compañera!!!
Siguelo pronto ;)
En fin que me encanta tu fic compañera!!!
Siguelo pronto ;)
#27
31/05/2013 16:22
De la Cuadra y Ulises habian conseguido separar a Gamboa y Ricardo, Julia estaba con este último en la enfermeria curando las heridas a consecuencia de su pelea, Gamboa esperaba fuera tambien para que la doctora le curara.
-¿Te duele? -Preguntaba Julia mientras ponia un algodón empapado de agua oxigenada en la ceja del hombre.
-No -Contestó Ricardo. Julia le miraba interrogante al acabar de dsinfectar las heridas.
-¿Porque te has peleado con Gamboa? -Preguntó la mujer.
-Por ti. -Le dijo Ricardo mirándola sentado en la camilla mientras ella estaba de pie frente a él.
-¿Por mi?
-Si, Gamboa dice que sigues mintiendome y yo se que es mentira, tu no eres como él.
Julia le miraba con tristeza, si era una mentirosa. Seguía mintiéndole y él confiaba en ella.
La mujer se acercó a él y lo abrazó con fuerza.
-Gracias -Susurró al oido de Ricardo y se separó unos centímetros para darle un beso.
-Te quiero -Contestó el capitán acariciando la cara de Julia.
-Y yo a ti.
Dicen que la ignorancia es felicidad. Porque en cuanto sabes lo que te han estado ocultando, no puedes volver atrás. ¿Serás fuerte o te derrumbarás? Es difícil de saber. Así que no te preocupes por eso, disfruta de los buenos momentos antes de que conozcas toda la verdad. La ignorancia es felicidad.
Ricardo se despidió de la doctora y se marchó al puente de mandos. Gamboa entró a la enfermería y vió a la mujer con un paquete de algodón que seguramente era agua oxigenada.
-Sabes Julia, a mi me gustaría saber porque es tan agresivo tu novio -Comentó el colombiano señalando las heridas y la sangre de su rostro.
-Bueno, es que las gilipolleces vuelven agresivo a cualquiera, y mas si las dice alguien como tu. -Contestó la doctora -¿Qué le has dicho a Ricardo?
-No se si deberia contarte las conversaciones privadas que tengo... -Julia se acercó a él y puso un algodón completamente empapado en alcohol en el labio de Gamboa, haciendo que este gritara.
-Que le has dicho a Ricardo -Decía Julia presionando la herida del labio del hombre, haciendo que enfureciera y empujara a la doctora con fuerza, tirándola contra el mueble de la enfermería y golpeándose el brazo.
-¡Pero quien te crees que eres! -Gritó Gamboa poniéndose en pie y agachandose para ponerse a la altura de Julia y agarrarla del cuello. -No eres nadie. Yo soy tu facilitador y debo encargarme de que cumplas las normas del Proyecto, cosa que no estas haciendo muy bien -Julia se encontraba al borde de las lágrimas. -Como vuelvas a hacer una de estas gilipolleces, como tu dices, te mato.
Gamboa se levantó y salió de la enfermería. Julia se quedó en el suelo llorando y maldiciendo el momento en que aceptó pertenecer al Proyecto Alejandría.
Cuando metes la pata, la metes hasta el fondo. Unas veces no hay marcha atrás, otras en cambio, puede haber alguien que te rescate, solo tienes que esperar que aparezca.
...
#28
31/05/2013 16:26
Os dejo el capítulo 9. Se que es cortito pero estoy de examenes, de todas formas el próximo lo subiré el miercoles.
Espero que os guste. Besos :)
Espero que os guste. Besos :)
#29
01/06/2013 13:51
Ya te iba a echar la bronca por el capi tan cortito, pero lo primero es lo.primero asique mucha suerte con los exámenes!!!!!
El fic como siempre...genial!! Ya nose ni que ponerte...creo que Julia esta liando mucho las cosas, debería decirle la verdad a Ricardo!!!
jajaja esperando con.ansias el siguiente!!!
El fic como siempre...genial!! Ya nose ni que ponerte...creo que Julia esta liando mucho las cosas, debería decirle la verdad a Ricardo!!!
jajaja esperando con.ansias el siguiente!!!
#30
05/06/2013 15:27
[img=fanficricardojuliavolveraempezarcapitulo23viejosconocidos] https://pbs.twimg.com/media/BL__GdfCUAAQS0L.jpg[/img]
Ricardo se encontraba en el puente de mandos contemplando el mar através de la gran ventana que se encontraba ahí. Que los había protegido de tantas cosas, de tantos peligros y tormentas, de tantas olas, como la que dejó la tierra enterrada bajo el mar.
Salomé entro en el puente y vio al capitán concentrado mirando el oceano.
-Ricardo -Dijo la cocinera sacando al hombre de sus pensamientos.
-Dime Salo -Contestó girándose y mirandola.
-Madre mia que cara me llevas... ¡Qué no estás ya para peleas de patio de colegio!
-Ya bueno, ¿has venido a sarmonearme o a decirme algo importante?
-Ah si claro, ¿has visto a Julia? -Preguntó la cocinera.
-No... Llevo aquí como una hora y media, estaba en la enfermería curando a Gamboa ¿por? -Dijo Ricardo desconcertado.
-Es que le habia dicho que viniera a la cocina a cotillear un rato y no ha aparecido
-Bueno, estará en su camarote. -Añadio el capitán comenzando a preocuparse.
-He ido a mirar y nadie contesta, ves a buscarla anda. -Dijo Salomé acercándose a él.
Ricardo salió del puente y fue a la enfermería primero, subió de nuevo para inspeccionar la cubierta, por proa, popa y nada. Bajó de nuevo para ir a la bodega y tampoco estaba ahí. ¿El camarote? Salomé ya había buscado ahí pero, total, por dar una vuelta mas por el barco no se iba a morir.
Llamó a la puerta con los nudillos de manera sonora.
-¿Julia? -Preguntó cerca de la puerta acercando su oreja para escuchar algun ruido que le dijera que estaba ahí. Esperó un par de segundos-Julia abre, he recorrido el barco de arriba a bajo, así que o te has caído por la borda o te has encerrado en tu camarote. Ábreme porfavor.
Ricardo se apartó de la puerta al escuchar unos pasos que provenían del interior del camarote, el pomo se movió hacia la derecha y la puerta se abrió dejando a Ricardo ver a Julia que tenía la cabeza un tanto agachada.
-¿Por qué no abrías? -Dijo entrando y mirando a la mujer, que no contestó pero levantó su rostro. Tenía los ojos enrojecidos, de llorar probablemente, y unas marcas en el cuello. -Eh... ¿Qué ha pasado? -Preguntó agarrando su brazo izquierdo, que apartó rápidamente acompañado de una mueca de dolor. -Julia, ¿quién te ha hecho esto? ¿Ha sido Gamboa verdad? -La doctora giró ligeramente la cabeza para no mirar a Ricardo. -Voy a matarlo.
El capitán se embrabeció y estuvo a punto de salir por la puerta pero Julia se puso delante de él para frenarlo.
-Tranquilizate por favor -Le dijo la doctora poniendo sus manos en el pecho de Ricardo. Su pulso estaba realmente acelerado, parecía que el corazón se le fuera a salir por la boca.
-¡¿Qué me tranquilice?! Ese hijo de puta te ha puesto las manos encima, te ha hecho daño, ¿y me dices que me tranquilice? -Gritaba el hombre furioso.
-Exacto, quiero que te tranquilices. Que respires, que cojas aire y que me escuches atentamente: Estoy bien. Solo tengo un golpe de nada en el brazo y ya está. Estoy bien.
-¿Y las marcas de tu cuello? -Preguntó poniendo su mano derecha en el cuello de su amada.
-No es nada... -Contestó ella, mientras Ricardo la miraba con tristeza.
-No voy a permitir que vuelva a tocarte, si hace falta le corto las manos. Pero a ti ese desgraciado no te vuelve a hacer llorar. -Le dijo el hombre.
-¿Puedo pedirte algo? -Dijo Julia.
-Lo que sea.
-Ni mates ni le cortes las manos a nadie, ahora mismo solo quiero que me abraces.
Ricardo sonrió un poco y se acercó a ella para abrazarla, rodeando la fina cintura de esta con sus brazos, mientras que la doctora rodeaba el cuello del hombre con fuerza y enterraba su cabeza en el pecho del capitán.
-¿Puedo pedirte algo mas? -Preguntó la mujer separándose un poco.
-Cualquier cosa. -Respondió él.
-Bésame.
El capitán se acercó a los labios de Julia y la besó juntándola mas hacia él, intentando no tocar el brazo de la doctora, con pasión como había hecho una noche atrás en la bodega.
La gratitud, el agradecimiento, dar las gracias. No importa las palabras que utilices: todo significa lo mismo, felices. Todos deberíamos ser felices, dar gracias por los amigos, por la familia, alegrarnos de estar vivos, nos guste o no.
Puede que no tengamos que ser felices, puede que la gratitud no tenga nada que ver con la alegría, puede que ser agradecido signifique estar contento con lo que tienes, apreciar las victorias, admirar la lucha que implica seguir viviendo. Quizás estamos agradecidos por lo que nos resulta familiar y puede que por las cosas que no sabremos nunca. Al final del día el simple hecho de tener el valor de no derrumbarnos, es suficiente motivo para celebrarlo.
...
Ricardo se encontraba en el puente de mandos contemplando el mar através de la gran ventana que se encontraba ahí. Que los había protegido de tantas cosas, de tantos peligros y tormentas, de tantas olas, como la que dejó la tierra enterrada bajo el mar.
Salomé entro en el puente y vio al capitán concentrado mirando el oceano.
-Ricardo -Dijo la cocinera sacando al hombre de sus pensamientos.
-Dime Salo -Contestó girándose y mirandola.
-Madre mia que cara me llevas... ¡Qué no estás ya para peleas de patio de colegio!
-Ya bueno, ¿has venido a sarmonearme o a decirme algo importante?
-Ah si claro, ¿has visto a Julia? -Preguntó la cocinera.
-No... Llevo aquí como una hora y media, estaba en la enfermería curando a Gamboa ¿por? -Dijo Ricardo desconcertado.
-Es que le habia dicho que viniera a la cocina a cotillear un rato y no ha aparecido
-Bueno, estará en su camarote. -Añadio el capitán comenzando a preocuparse.
-He ido a mirar y nadie contesta, ves a buscarla anda. -Dijo Salomé acercándose a él.
Ricardo salió del puente y fue a la enfermería primero, subió de nuevo para inspeccionar la cubierta, por proa, popa y nada. Bajó de nuevo para ir a la bodega y tampoco estaba ahí. ¿El camarote? Salomé ya había buscado ahí pero, total, por dar una vuelta mas por el barco no se iba a morir.
Llamó a la puerta con los nudillos de manera sonora.
-¿Julia? -Preguntó cerca de la puerta acercando su oreja para escuchar algun ruido que le dijera que estaba ahí. Esperó un par de segundos-Julia abre, he recorrido el barco de arriba a bajo, así que o te has caído por la borda o te has encerrado en tu camarote. Ábreme porfavor.
Ricardo se apartó de la puerta al escuchar unos pasos que provenían del interior del camarote, el pomo se movió hacia la derecha y la puerta se abrió dejando a Ricardo ver a Julia que tenía la cabeza un tanto agachada.
-¿Por qué no abrías? -Dijo entrando y mirando a la mujer, que no contestó pero levantó su rostro. Tenía los ojos enrojecidos, de llorar probablemente, y unas marcas en el cuello. -Eh... ¿Qué ha pasado? -Preguntó agarrando su brazo izquierdo, que apartó rápidamente acompañado de una mueca de dolor. -Julia, ¿quién te ha hecho esto? ¿Ha sido Gamboa verdad? -La doctora giró ligeramente la cabeza para no mirar a Ricardo. -Voy a matarlo.
El capitán se embrabeció y estuvo a punto de salir por la puerta pero Julia se puso delante de él para frenarlo.
-Tranquilizate por favor -Le dijo la doctora poniendo sus manos en el pecho de Ricardo. Su pulso estaba realmente acelerado, parecía que el corazón se le fuera a salir por la boca.
-¡¿Qué me tranquilice?! Ese hijo de puta te ha puesto las manos encima, te ha hecho daño, ¿y me dices que me tranquilice? -Gritaba el hombre furioso.
-Exacto, quiero que te tranquilices. Que respires, que cojas aire y que me escuches atentamente: Estoy bien. Solo tengo un golpe de nada en el brazo y ya está. Estoy bien.
-¿Y las marcas de tu cuello? -Preguntó poniendo su mano derecha en el cuello de su amada.
-No es nada... -Contestó ella, mientras Ricardo la miraba con tristeza.
-No voy a permitir que vuelva a tocarte, si hace falta le corto las manos. Pero a ti ese desgraciado no te vuelve a hacer llorar. -Le dijo el hombre.
-¿Puedo pedirte algo? -Dijo Julia.
-Lo que sea.
-Ni mates ni le cortes las manos a nadie, ahora mismo solo quiero que me abraces.
Ricardo sonrió un poco y se acercó a ella para abrazarla, rodeando la fina cintura de esta con sus brazos, mientras que la doctora rodeaba el cuello del hombre con fuerza y enterraba su cabeza en el pecho del capitán.
-¿Puedo pedirte algo mas? -Preguntó la mujer separándose un poco.
-Cualquier cosa. -Respondió él.
-Bésame.
El capitán se acercó a los labios de Julia y la besó juntándola mas hacia él, intentando no tocar el brazo de la doctora, con pasión como había hecho una noche atrás en la bodega.
La gratitud, el agradecimiento, dar las gracias. No importa las palabras que utilices: todo significa lo mismo, felices. Todos deberíamos ser felices, dar gracias por los amigos, por la familia, alegrarnos de estar vivos, nos guste o no.
Puede que no tengamos que ser felices, puede que la gratitud no tenga nada que ver con la alegría, puede que ser agradecido signifique estar contento con lo que tienes, apreciar las victorias, admirar la lucha que implica seguir viviendo. Quizás estamos agradecidos por lo que nos resulta familiar y puede que por las cosas que no sabremos nunca. Al final del día el simple hecho de tener el valor de no derrumbarnos, es suficiente motivo para celebrarlo.
...
#31
10/06/2013 15:58
Protección. Es una ley básica. Protegemos a las personas importantes de nuestra vida de los peligros, de la mentiras.
Pero, ¿cómo sabes cuando demasiado es demasiado?, ¿demasiado pronto?, ¿demasiada información?, ¿demasiada protección?, ¿demasiada diversión?, ¿demasiado amor?, ¿demasiadas mentiras?, ¿demasiado que preguntar?, y ¿cuando es demasiado para soportarlo?
Ricardo se había marchado del camarote de Julia, para ir a hablar con De La Cuadra a su camarote.
-Julián, necesito pedirte algo -Dijo el capitán al entrar en la estancia.
-Pues claro hombre dime.
-Hay que encerrar a Gamboa en la bodega.
-¿Cómo? -Preguntó Julián extrañado.
-O le encierras o lo mato. -Dijo Ricardo nervioso.
-A ver frena, que no pillo ni una copón. ¿Qué ha pasao'? ¿Es por la pelea? -Dijo De la Cuadra sin entender nada.
-No es por la pelea, es porque le ha puesto la mano encima a Julia y si me lo cruzo por algún pasillo te juro que lo cojo y lo tiro por la borda.
-¿Cómo? ¿Pero el personaje este quien se cree que es? -Contestó el oficial -Tranquilo que yo me encargo, ese no vuelve a ver la luz del dia en lo que le queda de vida.
-Gracias, no se que haría sin ti Julián -Dijo abrazando a su fiel compañero de aventuras.
Julián y Ricardo, acompañados de dos marineros fueron hasta el camarote de Gamboa. De la Cuadra comenzó a aporrear la puerta, hasta que se abrió.
-Pero bueno, que honor. El capitán y su primer oficial -dijo Ernesto con ironía. -¿que les ha traído hasta aquí?
-No te me hagas el graciosillo -Dijo Julián mientras indicaba con la cabeza a los dos marineros que cogieran a Gamboa, Ricardo se mantenía de pie apoyado en la pared paralela al camarote del colombiano.
-¿Se puede saber que hacen? -Preguntó al ver como le sujetaban fuertemente.
-Gamboa, quedas arrestado temporalmente. -Dijo Julián
-¿Arrestado? -Ernesto sonríe irónicamente y miró al capitán -Vaya, Julia ha ido a llorar a sus brazos, ¿no? Pobre zorrita... -Ricardo se alteró al escuchar esas palabras y a punto estuvo de matarlo a puñetazos, pero Julián puso su brazo en el pecho de Ricardo haciendo que parara.
-Llevaoslo ya. -Exigió De La Cuadra.
-¿Ricardo? -Dijo una voz a través del walki.
-Si, Julia ¿qué pasa? -Preguntó el capitán.
-Sube al puente de mandos con Julián ya. Tenemos un problema. -Ambos se miraron al escuchar lo que la doctora les había dicho y subieron corriendo al puente.
-¿Julia que pasa? -Preguntó Ricardo al entrar en el puente seguido de su primer oficial.
-Míralo tu mismo. -Contestó la mujer.
Los comandos estaban llenos de cinta aislante roja conectada al timón y una frase: 'No tocar'
-Yo es que me cago en mi calavera ¿pero que pedazo de idiota ha hecho esto? -Dijo Julián cabreado
-Y eso no es todo -Añadió la doctora. -Estamos navegando rectos hacia una tormenta, y podemos perder el rastro del pato.
-A ver pensemos, ¿quién ha podido hacer esto? -Dijo Julián y Ricardo y Julia cruzaron una mirada, leyendose el pensamiento.
-Creo que todos sabemos quien ha podido ser... -Dijo la doctora.
Ricardo estaba callado. Miraba a Julia, miraba su cuello y las marcas de los dedos de gamboa, observaba como mantenía su brazo quieto por el golpe.
El dolor viene para todos cuando es su momento y en su propia manera. Así que lo mejor que podemos hacer, lo mejor que cualquiera puede hacer, es intentar la sinceridad. La cosa verdaderamente jodida, la peor parte del dolor, es que no puedes controlarlo. Lo mejor que podemos hacer es permitirnos sentirlo cuando llegue, y dejarlo ir cuando podamos. La peor parte, es cuando piensas que lo habías superado y empieza de nuevo. Y siempre, cada vez te corta la respiración. Y entonces explotas.
Ricardo salió del puente, dejando sorprendidos a De la Cuadra y a Julia que se miraban confusos.
El capitán bajó hasta la bodega y cerró la puerta de golpe sobresaltando a quien se encontraba ahí.
-Me vas a decir ahora mismo como desactivar esa mierda que has conectado.
-¿Perdón? -Contestó Gamboa con una media sonrisa.
-Escúchame bien -Dijo Ricardo acercándose a Ernesto y agarrándolo con rabia del cuello de la camisa. -Estoy arto de ti, es mas ya te habría tirado por la borda. Por lo que le has hecho a Julia y por intentar volarnos por los aires.
-¿Está usted muy enamorado de Julia no? Siento ser yo quien le estropee el romance, ¿le ha contado Julia que hay mas barcos? -Ricardo seguía sujetando a Gamboa del cuello de su camisa. -Capitán, no estamos solos.
...
#32
10/06/2013 20:45
Odio eterno a Gamboa!!!! Que lo tiren por la.borda!!!!!
Espero que Ricardo no se enfade mucho...y ya sabes que después de la pelea tiene que venir la reconciliación ejem ejem!!!
Continúalo pronto!!!
Espero que Ricardo no se enfade mucho...y ya sabes que después de la pelea tiene que venir la reconciliación ejem ejem!!!
Continúalo pronto!!!
#33
10/06/2013 22:05
hola, soy nueva en esta pagina, he empezado a leer tu fic y me encanta ;) siguelo pronto pd: ya tienes otra fan :)))))))))
#34
13/06/2013 15:51
CAPÍTULO 12: Punto ciego
Mucha gente no sabe que el ojo humano tiene un punto ciego en su campo de visión. Hay una parte del mundo para la que estamos literalmente ciegos. El problema es que a veces nuestro punto ciego nos protege de cosas que no deberían ser ignoradas. A veces nuestro punto ciego hace que nuestras vidas sean felices y radiantes. En lo que se refiere a los puntos ciegos quizá nuestros cerebros no estén resarciéndose. Quizá están protegiéndonos.
Ricardo miraba a Gamboa incrédulo ¿Julia le había mentido? Imposible, había dicho que eso era todo, que no había nadie, que estaban solos en el mundo... No, no podía sera verdad.
-¿Acaso no me cree señor Montero? ¿De dónde cree que salió ese barco? ¿Y los náufragos? -Ricardo soltó poco a poco a Gamboa -Capitán lo hago por su bien, para que vea la clase de persona de quien se ha enamorado.
-¿Cuánta gente queda en el mundo? ¿Cuántos barcos hay? -Preguntó Ricardo acercándose a la puerta para marcharse
-Siete contando el Estrella Polar.
El capitán salió de la bodega y cerró la puerta con fuerza, avanzó un par de pasos, paró, respiró y pensó en Julia. En su sonrisa, en sus ojos, en su pelo, en su cuerpo, y en sus malditas mentiras.
Asimilaba la información para no explotar delante de Julia y hacer una tontería. Siguió camminando en dirección alpuente de mandos.
Gamboa se acercó hasta la puerta de bodega para comprobar que el capitán se había marchado. Fue hacia una de las cajas y sacó un walki.
-Misión cumplida -Dijo el colombiano a través del aparato
-Buen trabajo, pronto tendrás noticias nuestras. -Dijo una voz, que tras decir estas seis palabras cortó la comunicación.
-Madre mía la que se está liando ahí fuera... -Decía Julián mirando la gran tormenta que se había formado.
-Y me parece que no es nuestro único problema -Dijo Ulises mirando el radar, al que se acercaron Julia y De la Cuadra.
-Es una cordillera submarina, no se puede saber cuanto mide, hay que desactivar esta bomba ya.
-Ulises ven conmigo a desactivar ese trasto, Julián, Julia quedaos aquí y informadnos. -Dijo el capitánn quue acababa de llegar al puente.
-Ricardo ¿qué vas a hacer? -Preguntó la doctora, el hombre la miró, durante unos segundos estuvo simplemente mirándola.
-Salvar a mi tripulación -Afirmó el capitán mirando a Julia con tristeza.
Ricardo y Ulises se encontraban en la sala de máquinas. Montero miraba la bomba con cautela, examinaba los cables: El rojo, el negro y uno trenzado. Era cuestión de suerte cortar el cable correcto para no salir volando y había que hacerlo ya.
-Julián voy a cortar el cable negro. -Dijo el capitán por el walkie
-En tus manos estamos. -Cintestó De la Cuadra.
Ricardo colocó los alicates alrededor del cable, pero justo antes de presionar se oyó una voz a través del walkie
-Capitán, corte el rojo
-¿Cómo sabes que es ese Gamboa? -Preguntó el capitán
-Hágame caso, no hay tiempo
-Ricardo no -Dijo Julia al entrar en la sala
El hombre la miró, ¿en quien debia confiar?
-Ricardo copón corta ya. -Dijó el primer oficial desde el walkie de Ulises
-Capitán, mi padre tiene razón -Contestó el polizón mirando a Ricardo, que tenía sus mirada puesta en los cables -Decidase ya.
El capitán presionó con los alicates el cable rojo, haciendo caso a Gamboa, y no ocurrió nada.
-Papá ya está, esquiva esas piedras.
-Eso está hecho -Añadió Julián antes de cortar la comunicación.
El Estrella se zarandeó hacia un lado haciendo que Ricardó, Julia y Ulises perdieran el equilibrio por unos segundos. Ulises se levantó y se marchó de la sala dejando a Ricardo y Julia solos.
El capitán se levantó y pasó por el lado de Julia sin casi mirarla, antes de salir por la puerta se detuvo.
-Qué te ha dicho -Dijo Julia casi sin preguntar mirando a Ricardo que estaba de espaldas a ella.
-Lo que tu, me tenías que haber contado hace tiempo -Contestó Ricardo y salió por la puerta.
La doctora se quedó quieta, si esto había pasado era por culpa de ella y de nadie mas.
Con la mentira proteges a quien mas quieres, arriesgándote a perderlo.
....
Mucha gente no sabe que el ojo humano tiene un punto ciego en su campo de visión. Hay una parte del mundo para la que estamos literalmente ciegos. El problema es que a veces nuestro punto ciego nos protege de cosas que no deberían ser ignoradas. A veces nuestro punto ciego hace que nuestras vidas sean felices y radiantes. En lo que se refiere a los puntos ciegos quizá nuestros cerebros no estén resarciéndose. Quizá están protegiéndonos.
Ricardo miraba a Gamboa incrédulo ¿Julia le había mentido? Imposible, había dicho que eso era todo, que no había nadie, que estaban solos en el mundo... No, no podía sera verdad.
-¿Acaso no me cree señor Montero? ¿De dónde cree que salió ese barco? ¿Y los náufragos? -Ricardo soltó poco a poco a Gamboa -Capitán lo hago por su bien, para que vea la clase de persona de quien se ha enamorado.
-¿Cuánta gente queda en el mundo? ¿Cuántos barcos hay? -Preguntó Ricardo acercándose a la puerta para marcharse
-Siete contando el Estrella Polar.
El capitán salió de la bodega y cerró la puerta con fuerza, avanzó un par de pasos, paró, respiró y pensó en Julia. En su sonrisa, en sus ojos, en su pelo, en su cuerpo, y en sus malditas mentiras.
Asimilaba la información para no explotar delante de Julia y hacer una tontería. Siguió camminando en dirección alpuente de mandos.
Gamboa se acercó hasta la puerta de bodega para comprobar que el capitán se había marchado. Fue hacia una de las cajas y sacó un walki.
-Misión cumplida -Dijo el colombiano a través del aparato
-Buen trabajo, pronto tendrás noticias nuestras. -Dijo una voz, que tras decir estas seis palabras cortó la comunicación.
-Madre mía la que se está liando ahí fuera... -Decía Julián mirando la gran tormenta que se había formado.
-Y me parece que no es nuestro único problema -Dijo Ulises mirando el radar, al que se acercaron Julia y De la Cuadra.
-Es una cordillera submarina, no se puede saber cuanto mide, hay que desactivar esta bomba ya.
-Ulises ven conmigo a desactivar ese trasto, Julián, Julia quedaos aquí y informadnos. -Dijo el capitánn quue acababa de llegar al puente.
-Ricardo ¿qué vas a hacer? -Preguntó la doctora, el hombre la miró, durante unos segundos estuvo simplemente mirándola.
-Salvar a mi tripulación -Afirmó el capitán mirando a Julia con tristeza.
Ricardo y Ulises se encontraban en la sala de máquinas. Montero miraba la bomba con cautela, examinaba los cables: El rojo, el negro y uno trenzado. Era cuestión de suerte cortar el cable correcto para no salir volando y había que hacerlo ya.
-Julián voy a cortar el cable negro. -Dijo el capitán por el walkie
-En tus manos estamos. -Cintestó De la Cuadra.
Ricardo colocó los alicates alrededor del cable, pero justo antes de presionar se oyó una voz a través del walkie
-Capitán, corte el rojo
-¿Cómo sabes que es ese Gamboa? -Preguntó el capitán
-Hágame caso, no hay tiempo
-Ricardo no -Dijo Julia al entrar en la sala
El hombre la miró, ¿en quien debia confiar?
-Ricardo copón corta ya. -Dijó el primer oficial desde el walkie de Ulises
-Capitán, mi padre tiene razón -Contestó el polizón mirando a Ricardo, que tenía sus mirada puesta en los cables -Decidase ya.
El capitán presionó con los alicates el cable rojo, haciendo caso a Gamboa, y no ocurrió nada.
-Papá ya está, esquiva esas piedras.
-Eso está hecho -Añadió Julián antes de cortar la comunicación.
El Estrella se zarandeó hacia un lado haciendo que Ricardó, Julia y Ulises perdieran el equilibrio por unos segundos. Ulises se levantó y se marchó de la sala dejando a Ricardo y Julia solos.
El capitán se levantó y pasó por el lado de Julia sin casi mirarla, antes de salir por la puerta se detuvo.
-Qué te ha dicho -Dijo Julia casi sin preguntar mirando a Ricardo que estaba de espaldas a ella.
-Lo que tu, me tenías que haber contado hace tiempo -Contestó Ricardo y salió por la puerta.
La doctora se quedó quieta, si esto había pasado era por culpa de ella y de nadie mas.
Con la mentira proteges a quien mas quieres, arriesgándote a perderlo.
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#35
17/06/2013 10:24
que me gustan a mi las broncas ricarjulistas jajajaja esperando una buena reconciliacion!!!
vuelve pronto con mas!
vuelve pronto con mas!
#36
17/06/2013 16:13
En un minuto estás sobre suelo seguro, y al siguiente ya no lo estás. Y siempre hay dos versiones: la tuya y la suya. Aunque las dos versiones siempre empiezan de la misma manera. Ambas empiezan con dos personas enamorándose. Nadie se compromete pensando que va a fracasar. Por lo que siempre llega como una conmoción, el momento en el que te das cuenta que se ha acabado. En un minuto estás de pie en tierra firme, y al siguiente ya no.
El tiempo estaba revuelto, durante estos dias no había parado casi de llover. Era temprano, el comedor estaba casi vacío excepto por seis tripulantes. Julia estaba sola sentada en una de las mesas, sostenía entre sus manos una taza de café caliente, puesto que aún hacía frío.
Habían pasado tres días desde que Ricardo había descubierto la verdad. Ni había hablado con él, y las pocas veces que le había visto no había recibido ni un saludo.
La doctora mantenía la mirada fija en su taza cuando vio al capitán subir por las escaleras procedentes del pasillo de los camarotes. Las miradas de ambos se cruzaron por unos segundos, Julia sonrió tímidamente, pero Ricardo apartó rápidamente su mirada. El hombre se sirvió café en una taza y fue al puente de mandos.
Julia cerró los ojos con tristeza, y tapó su rostro con una de sus manos, mientras se arrepentía de no haberle contado toda la verdad.
Salomé, desde la cocina, había visto con curiosidad la escena, y salió de su escondite para acercarse a Julia.
-Buenos dias. -Dijo la cocinera sentándose al lado de su amiga
-Buenos días. -Contestó la doctora intentando disimular su tristeza y sonriendo desganada.
-¿Qué tal?
-Bien
-¿Y con Ricardo? -Preguntó la cocinera
-¿No te has planteado nunca ser espía o algo así? -Comentó Julia sonriendo
-Bueno, prefiero ser cocinera aquí -Contestó Salomé -¿Qué ha pasado?
-Nada que tenga importancia -Dijo antes de dar un sorbo a su café
-Si estás así, es porque tiene importancia.
-Soy una idiota Salo, eso es lo que pasa...
-¿Y quien tiene razón de los dos? -Preguntó la cocinera
-Pues él... -Respondió la joven mirando a Salo
-Entonces ve a pedirle perdón, o a darle una explicacion. -Contestó. -Haz lo que tengas que hacer pero arregla esto. Ricardo te quiere y tu a él, estar así es una tontería.
-Tienes razón, gracias por todo -Dijo Julia sonriendo a su amiga.
-Doctora -Se escuchó por el walkie
-Si, ¿qué pasa De la Cuadra? -Preguntó la mujer extrañada.
-Suba al puente, tiene que ver esto
Julia miró a Salomé, que le delvolvió la mirada con curiosidad.
La doctora se marchó hacia el puente, subió las escaleras del comedor y a través de la gran cristalera vio a Julián y a Ricardo mirando el radar.
-¿Qué es lo que tengo que ver? -Dijo Julia entrando al puente haciendo que ambos hombre se dieran la vuelta para observarla.
Mientras que el primer oficial apartó la mirada para fijarla en el radar, Ricardo miraba a Julia con el rostro serio, pero sin perder un solo detalle de sus movimientos. Si no fuera porque Julián comenzó a hablar se habría quedado así horas.
-¿Qué cree que puede ser ese punto? -Dijo De la Cuadra señalando el radar.
-No... no se -Contestó la joven mirando el punto rojo que no paraba de parpadear.
-Y no solo está eso -Añadió Ricardo mirando a través del cristal
Julia alzó la mirada y no vio nada, estaba lloviendo y a la lluvia la acompañaba una niebla espesa que no dejaba ver nada.
-Doctora quédese aquí con Julián. -Dijo Ricardo sin mirarla, mientras se ponía el chuvasquero. Había vuelto a hablarle de usted, pero ya no eran nada, capitán y doctora, solo eso..
-¿Dónde va? ¿No estará pensando en salir ahí fuera? No sabemos lo que puede haber -Dijo Julia
-Por eso mismo voy a salir
-Voy con usted -Añadió la mujer cogiendo el otro chuvasquero que fue arrebatado de sus manos por Ricardo
-Usted no se mueve de aquí, si me pasa algo necesitaré a la doctora y no voy a permitir que le pase nada ni a usted ni a cualquier tripulante de este barco. -Julia miraba al hombre con preocupación, suplicando -Quédese aquí con Julián por favor.
La doctora lo miró suspirando y se colocó al lado de De la Cuadra, Ricardo agarró su walkie y salió a cubierta.
..
Nuevo capítulo!! Esta semana intentaré subir todos los que pueda, ya que en verano no se si podre subir muchos, gracias por los comentarios y espero que os guste este capítulo.
#37
18/06/2013 12:33
No le vayas a hacer nada a mi Richi pobrecito!!! jajajaja aunque si luego la doctora Wilson le cuida no tengo problema!!!
Me encanta que subas tan seguido!!!Esperando el siguiente!!!
un besi!
Me encanta que subas tan seguido!!!Esperando el siguiente!!!
un besi!
#38
22/06/2013 15:29
Julia y Julián miraban el radar con atención, la doctora estaba realmente nerviosa, sus manos no paraban quietas y una de sus piernas no paraban de temblar.
-Doctora tranquilícese que estará bien, solo lleva ahí un par de minutos.
-Pero debería habernos dicho algo ya -Contestó Julia
-Mire no se que ha pasado entre Ricardo y usted, el caso es que está cabreado, muy cabreado. -La mujer suspiró
-De la Cuadra no...
-Escúcheme copón -Cortó el hombre -Se que usted es una buena mujer, y se que Ricardo es muy cabezón, tiene que hacer que vuelva a confiar en usted.
Julia escuchaba atenta a Julián, era un gruñón pero los consejos los daba bien.
De repente el barco comenzó a temblar, durante unos segundos y De la Cuadra cogió su walkie rápidamente.
-¿Ricardo? ¿Me escuchas? -Nadie contestaba y Julia se asustó y salió corriendo a cubierta.
-¡Doctora! ¿Dónde va? -Gritó de manera inútil pues la mujer ya había salido.
-¡Ricardo! -Gritaba con fuerza -¡Ricardo! -La niebla y la lluvia complicaban la visibilidad.
-¿Pero se puede saber que hace aqui? ¡Vuelva dentro! -Contestó el capitán acercándose a la mujer
-¿Por qué no has contestado al walkie? -Preguntó Julia
-Se me ha caído al agua por culpa del temblor-Contestó. -Y ahora entra al barco
-Está bien -Ricardo sonrió al ver que por fin la había convencido. -Pero entra conmigo
Antes de que el hombre contradeciera a Julia, el cielo se iluminó durante unos segundos y se escuchó un fuerte ruido.
-¿Qué ha sido eso? -Preguntó Ricardo mirando a Julia cuando de repente el barco se zarandeó con fuerza haciendo que la doctora perdiera el equilibrio, y casi apunto de caer al suelo el capitán la cogió de la cintura acercándola a él.
¿Tienes lo que hace falta? ¿Puedes sobrellevar la tormenta? Cuando el suelo te traicione y tu mundo se colapse, puede que solo necesites tener fe y confiar en que puedes superarlo. Puede que solo necesites aferrarte fuerte. Y no importa nada, no te rindas.
Ambos se miraban fijamente y Ricardo podría haberse dejado llevar por la lluvia, la niebla y por la mujer que tenía delante y besarla, pero no lo hizo.
-¿Estás bien Julia? -Preguntó incorporándose y separandose de ella
-Si, tranquilo -Contestó -Vamos dentro porfavor -Suplicó la doctora
Ricardo asintió y Julia y él entraron en el puente de mandos, donde se encontraba Julián y también Salomé.
-¿Se puede saber que haciáis? Que os habéis tirado casi un cuarto de hora ahí fuera -Dijo Julián nervioso
-Madre mía... Pero si estáis empapados. -Añadió la cocinera, mientras miraba como Ricardo cogia su chaqueta de capitán y la colocaba sobre los hombros de Julia. -Id a cambiaros anda
-No hace falta -Contestaron los dos a la vez
-He dicho que vayáis a cambiaros o os mando yo pa' bajo -Dijo la mujer
Los dos hicieron caso a Salomé y se dirigieron a sus camarotes
...
#39
23/06/2013 13:04
Cada día me gusta más este fic!!!
Que se ayuden a quitarse la ropa no??? Jajajaja
Quiero maaaaaaaaaaas!!!!!
Que se ayuden a quitarse la ropa no??? Jajajaja
Quiero maaaaaaaaaaas!!!!!
#40
23/06/2013 17:32
Bueno, eso de que se ayuden a quitarse la ropa... No será exactamente así pero no vas mal encaminada jajajajaja
Pronto capítulo 15, me alegro que os guste el fic
Pronto capítulo 15, me alegro que os guste el fic