Fanfic Ricardo y Julia //Recuerda que mis ojos solo pueden ver la luz y mi luz eres tú// C34
#0
13/03/2012 18:02
Hola me llamo Sara y me gusta escribir, me he animado al ver por mucho tiempo vuestros fanfics. La historia es inventada por mi, alomejor algunas cosas coinciden pero muy pocas. Si os gusta comentad y lo seguire cada fin de semana, os dejo el primer capitulo.
#61
28/06/2012 18:56
-¿Julián, pero donde se ha metido?-.
-Joder… Y mira que le he dicho que no se moviese, pues nada por sus santas narices…-.
-Tranquilízate, vamos a buscarlo- Se encaminaron a buscar a su amigo-.
-Anda que hay que joderse… Buscar a un borracho por el barco- No se sabía porque pero a Salomé le hizo gracia-.
Julia entró de nuevo. La observaba muy atento a cada movimiento. Me dio un vaso lleno de tila. Bebí un poco y empecé a hablar:
-Sabe doctora, siempre me había preguntado en sí el mor se puede encontrar en un barco- No me miraba, estaba girada sobre su mesa mirando unos papeles- Y esa pregunta ya la puedo responder- Pausa- Fíjese, siempre miro el horario para ver si tiene clase y me quedo esperando para ver si la veo- Ella no me miraba, me duele demasiado la cabeza creo que me voy a quedar frito en breve- Y en el comedor siempre estoy mirando a la puerta por si entras- Joder parece que no le estoy diciendo nada si no me mira ni si quiera, bueno yo sigo- Antes le he dado a Lucas un cacahuete, pequeñito, para dejarle un poco piripi- Me reí un poco- Y todo lo he hecho ¿Por qué?- Me tome todo el tiempo del mundo- Porque te quiero-.
Me gire hacía él, llamándole por su nombre. Pero se había quedado dormido, muy dormido. Y ahora yo que hago, saldré un poco para que me dé el aire. Cerré la puerta a mis espaldas cuando vi al oficial, a Salomé y a María por los pasillos:
-¿Doctora no habrá visto por casualidad a Ricardo?- Abrí la puerta del camarote-.
-Hay lo tiene… Ha bebido un poco pero le he dado una tila y se ha quedado dormido como un tronco- Solo pude sonreír-.
Julián entro y se llevo a Ricardo. Estaba muy dormido, no podía ni hablar. Cuando estuvieron a una distancia, le empecé a contar a Salomé lo que había dicho Ricardo, sus palabras exactas. María me escuchaba, con atención hasta que dije aquel “Te quiero” y se fue corriendo alejándose de nosotras:
-No le des mucha importancia, ya sabes que borracho se dicen muchas tonterías-.
-Supongo- Pausa- Mira Salomé me voy a dormir que entre la alergia de Lucas y la borrachera de Ricardo estoy muy cansada- Me metí dentro del camarote y me quede dormida-.
Me tire en la cama ya casi sin fuerzas, Julián me ayudó a dormirme con ese dolor de cabeza que tenía:
-¡Como me duele la cabeza!- Dije ya sin fuerzas-.
-Tu espérate a mañana que sera mas divertido- Se sentó a mi lado-.
-Julián la he cagado- Me lleve la mano a la cabeza- Creo que le he dicho a Julia que la quería, pero no me acuerdo-.
-Ricardo a lo mejor es una paranoia tuya- Me sonrío como buen amigo- Pero si se lo has dicho tu tranquilo que borracho se dicen muchas tonterías, no se lo ha creído ni de broma-.
-¿Tú crees?- Yo no estaba tan convencido-.
-Que si... Venga a dormir que mañana veras la fiesta que hay por todo el barco-.
A los pocos minutos me quede dormido, Julián me dejó tranquilo casi riéndose. Al salir se encontró con Salomé, empezaron a reírse a mas no poder. Siempre todo le tenía que pasar a Ricardo.
Siento que sea tan cortito... Espero que os guste y un beso grande.
-Joder… Y mira que le he dicho que no se moviese, pues nada por sus santas narices…-.
-Tranquilízate, vamos a buscarlo- Se encaminaron a buscar a su amigo-.
-Anda que hay que joderse… Buscar a un borracho por el barco- No se sabía porque pero a Salomé le hizo gracia-.
Julia entró de nuevo. La observaba muy atento a cada movimiento. Me dio un vaso lleno de tila. Bebí un poco y empecé a hablar:
-Sabe doctora, siempre me había preguntado en sí el mor se puede encontrar en un barco- No me miraba, estaba girada sobre su mesa mirando unos papeles- Y esa pregunta ya la puedo responder- Pausa- Fíjese, siempre miro el horario para ver si tiene clase y me quedo esperando para ver si la veo- Ella no me miraba, me duele demasiado la cabeza creo que me voy a quedar frito en breve- Y en el comedor siempre estoy mirando a la puerta por si entras- Joder parece que no le estoy diciendo nada si no me mira ni si quiera, bueno yo sigo- Antes le he dado a Lucas un cacahuete, pequeñito, para dejarle un poco piripi- Me reí un poco- Y todo lo he hecho ¿Por qué?- Me tome todo el tiempo del mundo- Porque te quiero-.
Me gire hacía él, llamándole por su nombre. Pero se había quedado dormido, muy dormido. Y ahora yo que hago, saldré un poco para que me dé el aire. Cerré la puerta a mis espaldas cuando vi al oficial, a Salomé y a María por los pasillos:
-¿Doctora no habrá visto por casualidad a Ricardo?- Abrí la puerta del camarote-.
-Hay lo tiene… Ha bebido un poco pero le he dado una tila y se ha quedado dormido como un tronco- Solo pude sonreír-.
Julián entro y se llevo a Ricardo. Estaba muy dormido, no podía ni hablar. Cuando estuvieron a una distancia, le empecé a contar a Salomé lo que había dicho Ricardo, sus palabras exactas. María me escuchaba, con atención hasta que dije aquel “Te quiero” y se fue corriendo alejándose de nosotras:
-No le des mucha importancia, ya sabes que borracho se dicen muchas tonterías-.
-Supongo- Pausa- Mira Salomé me voy a dormir que entre la alergia de Lucas y la borrachera de Ricardo estoy muy cansada- Me metí dentro del camarote y me quede dormida-.
Me tire en la cama ya casi sin fuerzas, Julián me ayudó a dormirme con ese dolor de cabeza que tenía:
-¡Como me duele la cabeza!- Dije ya sin fuerzas-.
-Tu espérate a mañana que sera mas divertido- Se sentó a mi lado-.
-Julián la he cagado- Me lleve la mano a la cabeza- Creo que le he dicho a Julia que la quería, pero no me acuerdo-.
-Ricardo a lo mejor es una paranoia tuya- Me sonrío como buen amigo- Pero si se lo has dicho tu tranquilo que borracho se dicen muchas tonterías, no se lo ha creído ni de broma-.
-¿Tú crees?- Yo no estaba tan convencido-.
-Que si... Venga a dormir que mañana veras la fiesta que hay por todo el barco-.
A los pocos minutos me quede dormido, Julián me dejó tranquilo casi riéndose. Al salir se encontró con Salomé, empezaron a reírse a mas no poder. Siempre todo le tenía que pasar a Ricardo.
Siento que sea tan cortito... Espero que os guste y un beso grande.
#62
29/06/2012 16:56
Que ganitas, ahora lo leeo :D
#63
29/06/2012 17:08
¿Que si me ha gustado dices? Me ha ENCANTADO! <3 Lo malo es que yo ya tengo uno escrito en que la doctora se quedaba borracha, pero bueno ... :D Esk no los cuelgo porque me puedo conectar muy poquito, y solo me da tiempo a leer unos cuantos, en fin, BESOS, me ha encantado ... :D BESOS CUIDATE! <3
#64
14/07/2012 11:37
Capitulo 12
¿CUANDO EL MUNDO SE FUE A TOMAR POR SACO?
Esa mañana Ricardo se despertó como pudo, al menor ruidito la cabeza le estallaba. Como tener un megáfono al lado de la oreja y quedarte sordo. Se levantó casi a tropezones de la cama, llegó a vestirse de milagro. La cabeza le daba demasiadas vueltas, abrió la puerta del camarote y caminó poco a poco hacia el comedor. Por el camino no se encontró a nadie, era pronto seguramente los alumnos estarían durmiendo hasta la hora de entrar en clase.
De repente una figura de una mujer salió de su camarote, era la doctora. Ricardo muy rápido se escondió en el primer lugar que vio. “Ahora lo que faltaba hablar con ella después de ayer, que no me acuerdo de nada”. Cuando vio que no había nadie siguió su camino hacia el comedor. Alguien llamo su atención con unos pequeños toquecitos en su hombro, giro el rostro, no le dio tiempo ni a saludar cuando sintió un golpe en la cara. Ahora no entendía nada de nada:
-María… ¿Qué he hecho para que me pegues?- Preguntó muy confuso-.
-¿Qué que has hecho?- Pausa- Claro como ayer estabas tan borracho que no te das ni cuenta de las tonterías que haces- Gritaba mucho, Ricardo intentaba que se calmase-.
-Tranquilízate, ¿dime que hice ayer que fuera tan grave?-.
-No te acuerdas ¿verdad?-Estaba demasiado enfadada para que Ricardo la pudiese calmar- Estuvimos Salomé, Julián y yo buscándote por todo el barco, y resulta que al final estabas en el camarote de la doctora-Pausa- Te recogimos y nos contó que le habías dicho ¡Que la querías!- Ricardo se quedo sin palabras, estaba tan absorto que no podía ni contestar- ¿Es que no vas a decir nada?-.
-María yo… A lo mejor fue por la borrachera, que borracho se dicen muchas tonterías- Los ojos de la pinche se llenaron de lagrimas, Ricardo se sentía tan culpable que solo pudo abrazarla- Shh… Ya tranquila, María no sé lo que hice ayer pero si se lo que quiero hacer ahora, quiero estar contigo y con nadie mas-.
Ya estaba convencida, se despidieron. Y Ricardo por fin llegó al comedor. Julia que estaba escondida en una esquina del pasillo, había escuchado cada palabra del capitán. No sabía porque se sentía así, pero era como si la tierra le tragase y después de saber que no podía caer mas abajo, se quedaba como una niña pequeña sentada en una esquina de la penumbra esperando que llegase su principito para rescatarla.
“Hombre se ojos zarpos, has hecho llorar a una pequeña que no sabe ni si quiera si es amor lo que siente o mero capricho” Pensó Julia en su camarote, tirada en su cama.
Gamboa caminaba por los pasillos. Su expresión llena de maldad y odio era mas que evidente. Ojos oscuros y media sonrisa malévola. Él acelerador había fracasado, tenía como plan controlar el barco sin pensarlo dos veces. Los chicos llevaban unos días muy largos, estaban cansados de no pisar tierra y la comida no era la mejor esperada. Esta sería la oportunidad perfecta para hacer su esperado motín.
La mañana para Ricardo paso muy tranquila, demasiado tranquila pensaba. No había visto aún a nadie por el comedor y ya era extraño. Normalmente siempre a estas horas le saludaba Palomares, que madrugaba mas que nadie. Fue a ver a Salomé, pero ella no había visto a nadie tampoco. Julián estaba en cubierta dirigiendo a los marineros tranquilamente, no se molesto en preguntar. Cuando ahora si escuchó un barullo muy grande en el comedor. Los dirigía Gamboa, como cabecilla, a su lado Ramiro y Lucas los acompañaba, además del resto de la tripulación. Ricardo salió para ver que pasaba para tanto grito y ruido:
-A ver… ¿¡Que pasa aquí!?- Grito y se hizo el silencio-.
-Capitán… Nos debe una explicación y queremos pisar tierra ¡Ya!- Gamboa fue el primero en hablar-.
Ricardo bajo para ponerse delante de él. Con el gesto muy serio y formal, lo observaba:
-Yo a usted no le debo ninguna explicación, ni a usted, ni al resto de la tripulación- Los miro de nuevo a todos- Aquí se pisa tierra cuando yo lo diga, no cuando lo manda la tripulación- Se giró para irse, Gamboa con solo una mirada para Lucas y Ramiro fueron directos a él-.
-¡Capitán!- Ricardo fue guido por la voz hacia Gamboa, lo único que pudo ver fue la risilla del colombiano, en seguida sintió un golpe en la cara y acabo viéndose cogido por Lucas y Ramiro-.
Julia entró en el comedor con la cabeza gacha y pensando en sus cosas. Levantó por un momento la vista para quedarse completamente paralizada. Veía a Ricardo con el labio sangrando y medio muerto, agarrado por Lucas y Ramiro. Fue directamente hacia ellos:
-¿Pero que hacéis?- Gamboa la miro con sus ojos parecidos a un tiburón cuando acaba de atrapar a su presa-.
-Encerrarlo en la bodega- Fue lo último que dijo antes de irse de aquel lugar-.
¿CUANDO EL MUNDO SE FUE A TOMAR POR SACO?
Esa mañana Ricardo se despertó como pudo, al menor ruidito la cabeza le estallaba. Como tener un megáfono al lado de la oreja y quedarte sordo. Se levantó casi a tropezones de la cama, llegó a vestirse de milagro. La cabeza le daba demasiadas vueltas, abrió la puerta del camarote y caminó poco a poco hacia el comedor. Por el camino no se encontró a nadie, era pronto seguramente los alumnos estarían durmiendo hasta la hora de entrar en clase.
De repente una figura de una mujer salió de su camarote, era la doctora. Ricardo muy rápido se escondió en el primer lugar que vio. “Ahora lo que faltaba hablar con ella después de ayer, que no me acuerdo de nada”. Cuando vio que no había nadie siguió su camino hacia el comedor. Alguien llamo su atención con unos pequeños toquecitos en su hombro, giro el rostro, no le dio tiempo ni a saludar cuando sintió un golpe en la cara. Ahora no entendía nada de nada:
-María… ¿Qué he hecho para que me pegues?- Preguntó muy confuso-.
-¿Qué que has hecho?- Pausa- Claro como ayer estabas tan borracho que no te das ni cuenta de las tonterías que haces- Gritaba mucho, Ricardo intentaba que se calmase-.
-Tranquilízate, ¿dime que hice ayer que fuera tan grave?-.
-No te acuerdas ¿verdad?-Estaba demasiado enfadada para que Ricardo la pudiese calmar- Estuvimos Salomé, Julián y yo buscándote por todo el barco, y resulta que al final estabas en el camarote de la doctora-Pausa- Te recogimos y nos contó que le habías dicho ¡Que la querías!- Ricardo se quedo sin palabras, estaba tan absorto que no podía ni contestar- ¿Es que no vas a decir nada?-.
-María yo… A lo mejor fue por la borrachera, que borracho se dicen muchas tonterías- Los ojos de la pinche se llenaron de lagrimas, Ricardo se sentía tan culpable que solo pudo abrazarla- Shh… Ya tranquila, María no sé lo que hice ayer pero si se lo que quiero hacer ahora, quiero estar contigo y con nadie mas-.
Ya estaba convencida, se despidieron. Y Ricardo por fin llegó al comedor. Julia que estaba escondida en una esquina del pasillo, había escuchado cada palabra del capitán. No sabía porque se sentía así, pero era como si la tierra le tragase y después de saber que no podía caer mas abajo, se quedaba como una niña pequeña sentada en una esquina de la penumbra esperando que llegase su principito para rescatarla.
“Hombre se ojos zarpos, has hecho llorar a una pequeña que no sabe ni si quiera si es amor lo que siente o mero capricho” Pensó Julia en su camarote, tirada en su cama.
Gamboa caminaba por los pasillos. Su expresión llena de maldad y odio era mas que evidente. Ojos oscuros y media sonrisa malévola. Él acelerador había fracasado, tenía como plan controlar el barco sin pensarlo dos veces. Los chicos llevaban unos días muy largos, estaban cansados de no pisar tierra y la comida no era la mejor esperada. Esta sería la oportunidad perfecta para hacer su esperado motín.
La mañana para Ricardo paso muy tranquila, demasiado tranquila pensaba. No había visto aún a nadie por el comedor y ya era extraño. Normalmente siempre a estas horas le saludaba Palomares, que madrugaba mas que nadie. Fue a ver a Salomé, pero ella no había visto a nadie tampoco. Julián estaba en cubierta dirigiendo a los marineros tranquilamente, no se molesto en preguntar. Cuando ahora si escuchó un barullo muy grande en el comedor. Los dirigía Gamboa, como cabecilla, a su lado Ramiro y Lucas los acompañaba, además del resto de la tripulación. Ricardo salió para ver que pasaba para tanto grito y ruido:
-A ver… ¿¡Que pasa aquí!?- Grito y se hizo el silencio-.
-Capitán… Nos debe una explicación y queremos pisar tierra ¡Ya!- Gamboa fue el primero en hablar-.
Ricardo bajo para ponerse delante de él. Con el gesto muy serio y formal, lo observaba:
-Yo a usted no le debo ninguna explicación, ni a usted, ni al resto de la tripulación- Los miro de nuevo a todos- Aquí se pisa tierra cuando yo lo diga, no cuando lo manda la tripulación- Se giró para irse, Gamboa con solo una mirada para Lucas y Ramiro fueron directos a él-.
-¡Capitán!- Ricardo fue guido por la voz hacia Gamboa, lo único que pudo ver fue la risilla del colombiano, en seguida sintió un golpe en la cara y acabo viéndose cogido por Lucas y Ramiro-.
Julia entró en el comedor con la cabeza gacha y pensando en sus cosas. Levantó por un momento la vista para quedarse completamente paralizada. Veía a Ricardo con el labio sangrando y medio muerto, agarrado por Lucas y Ramiro. Fue directamente hacia ellos:
-¿Pero que hacéis?- Gamboa la miro con sus ojos parecidos a un tiburón cuando acaba de atrapar a su presa-.
-Encerrarlo en la bodega- Fue lo último que dijo antes de irse de aquel lugar-.
#65
14/07/2012 11:40
Ricardo, arrastrado a la bodega se desplomo en el suelo. Ramiro se fue de allí rápido, pero Lucas se quedo un poco más. El chico rodeaba el cuerpo del capitán, con una risilla malvada:
-Vamos Capitán… No me diga que por cuatro puñetazos se va a quedar en el suelo- Las palabras de Lucas hicieron su efecto, Ricardo se levanto a duras penas del suelo-Ve… Así ya va siendo un hombre de verdad- No espero dos segundos para dar el primer golpe, desplazó a Ricardo dos metros de donde estaba- Sabe… Ahora puedo decirle que es usted muy mala persona. No debía de haberme dado aquel cacahuete sabiendo que soy alérgico- Se acerco a él y otra vez le dio, pero esta lo dejo en el suelo- Y esta paliza no es solo por venganza, también es para que deje en paz a Julia, que me la deja llorando por las esquinas y todo ¿porque? Porque no sabe querer- Por ultimo lo agarro de la camisa para atraerlo y decirle al oído- Dígame… ¿Cuándo el mundo se fue a tomar por saco?- Lo soltó a mala gana, y se fue de la bodega dejando a Ricardo sin fuerzas y medio zombie desplomado en el suelo.
Muriendo de dolor por todas partes, se arrastró hacía un pilar a duras penas. Se sentó apoyándose en él y fue cerrando los ojos poco a poco.
-Vamos dejarme entrar- Dijo Julia-.
-No… Gamboa ha dado órdenes de que no dejemos pasar a nadie- Un marinero discutía con Julia-.
-Muy bien… Pues si queréis que por vuestra culpa el capitán se muera, yo me voy- El marinero al final cedió dejándola pasar-.
Julia pudo entrar. A sus espaldas cerraron la puerta, lo primero que vio fue a Ricardo sentado al lado de un pilar y con los ojos cerrados. Fue corriendo a su lado, le llamaba por su nombre, pero seguía sin responder:
-Ricardo… Vamos Ricardo contéstame- Pero no paso nada, seguía sin abrir los ojos. Julia le tomó el pulso, era débil- Por favor Ricardo…- Con hilo de voz-.
Poco a poco sus ojos se fueron abriendo. Distinguía a una mujer, Julia. “Julia por favor ayúdame no puedo moverme” “Te necesito”. Pero en ese justo momento se acordó de Lucas y de sus palabras <<No sabes querer>>:
-Doctora… Váyase, váyase… No necesito ayuda- Julia no entendía nada, estaba casi abatido y medio muerto, aún así no pedía ayuda-.
-Pero que dice capitán, no puede ni abrir los ojos- Julia hizo caso omiso a las suplicas de Ricardo de que se fuera, empezó a curarle delicadamente- No le voy a dejar así, y menos ahora- Ricardo la observaba como estaba tan preciosa con la luz del ojo de buey que llegaba directamente hacía ella-.
Estaba tan cerca que podía casi sentirla otra vez, hace tanto que no estaba tan cerca de ella de aquella forma. Que ya lo echaba de menos. Se quejaba un poco por las heridas, pero en seguida estaba Julia diciendo que ya faltaba poco. En un segundo sus miradas se cruzaron y el tiempo se paro. De repente Ricardo se quejo:
-Ahí perdón… A sido sin darme cuenta, perdone- Ricardo sonrió levemente-.
-Está usted perdonada- Julia se contagió de la sonrisa de Ricardo-.
-Capitán… Yo… Quería preguntarle algo…-.
-Soy todo oídos-.
-¿Lo que le ha dicho esta mañana a María es verdad?- Ricardo se quedo sin habla, se puso nervioso-.
-Pues… Vera… No lo sé- Dijo por fin sin fuerzas- El amor no es mi mejor amigo sabe, hace que hasta yo me vuelva loco. Cupido se ríe de mi cada dos por tres- A Julia se le escapo una risilla- No se ría que es verdad, no se donde lanza sus queridas flechas pero conmigo nunca acierta. Si ya decía yo que tener un amigo que va volando con alitas por ahí nunca da seguridad- Pausa- Ahora pensara que estoy loco, pero no es así, ese Cupido me tiene ya hasta la coronilla, señala a todos lados y yo voy dando vueltas y vueltas hasta que me mareo y caigo al suelo ¡Y ala a empezar otra vez! Porque no se que hacer- Concluyó-.
-Eso capitán se llaman dudas- Pausa- Yo ahora mismo con lo que me acaba de decir no tengo ninguna duda-.
-Yo tampoco…-.
-Pero será mentiroso… Si me acaba de decir que las tiene, no con esa misma palabra pero…- La doctora sonrió junto a él-.
-¡Uy! Es verdad, perdone pero aún no estoy muy recuperado, creo que me va a tener que ver si tengo contusiones en la cabeza- Dijo serio-.
-¿Qué? ¿Cómo?- Se lo llegó a creer-.
-Vamos Capitán… No me diga que por cuatro puñetazos se va a quedar en el suelo- Las palabras de Lucas hicieron su efecto, Ricardo se levanto a duras penas del suelo-Ve… Así ya va siendo un hombre de verdad- No espero dos segundos para dar el primer golpe, desplazó a Ricardo dos metros de donde estaba- Sabe… Ahora puedo decirle que es usted muy mala persona. No debía de haberme dado aquel cacahuete sabiendo que soy alérgico- Se acerco a él y otra vez le dio, pero esta lo dejo en el suelo- Y esta paliza no es solo por venganza, también es para que deje en paz a Julia, que me la deja llorando por las esquinas y todo ¿porque? Porque no sabe querer- Por ultimo lo agarro de la camisa para atraerlo y decirle al oído- Dígame… ¿Cuándo el mundo se fue a tomar por saco?- Lo soltó a mala gana, y se fue de la bodega dejando a Ricardo sin fuerzas y medio zombie desplomado en el suelo.
Muriendo de dolor por todas partes, se arrastró hacía un pilar a duras penas. Se sentó apoyándose en él y fue cerrando los ojos poco a poco.
-Vamos dejarme entrar- Dijo Julia-.
-No… Gamboa ha dado órdenes de que no dejemos pasar a nadie- Un marinero discutía con Julia-.
-Muy bien… Pues si queréis que por vuestra culpa el capitán se muera, yo me voy- El marinero al final cedió dejándola pasar-.
Julia pudo entrar. A sus espaldas cerraron la puerta, lo primero que vio fue a Ricardo sentado al lado de un pilar y con los ojos cerrados. Fue corriendo a su lado, le llamaba por su nombre, pero seguía sin responder:
-Ricardo… Vamos Ricardo contéstame- Pero no paso nada, seguía sin abrir los ojos. Julia le tomó el pulso, era débil- Por favor Ricardo…- Con hilo de voz-.
Poco a poco sus ojos se fueron abriendo. Distinguía a una mujer, Julia. “Julia por favor ayúdame no puedo moverme” “Te necesito”. Pero en ese justo momento se acordó de Lucas y de sus palabras <<No sabes querer>>:
-Doctora… Váyase, váyase… No necesito ayuda- Julia no entendía nada, estaba casi abatido y medio muerto, aún así no pedía ayuda-.
-Pero que dice capitán, no puede ni abrir los ojos- Julia hizo caso omiso a las suplicas de Ricardo de que se fuera, empezó a curarle delicadamente- No le voy a dejar así, y menos ahora- Ricardo la observaba como estaba tan preciosa con la luz del ojo de buey que llegaba directamente hacía ella-.
Estaba tan cerca que podía casi sentirla otra vez, hace tanto que no estaba tan cerca de ella de aquella forma. Que ya lo echaba de menos. Se quejaba un poco por las heridas, pero en seguida estaba Julia diciendo que ya faltaba poco. En un segundo sus miradas se cruzaron y el tiempo se paro. De repente Ricardo se quejo:
-Ahí perdón… A sido sin darme cuenta, perdone- Ricardo sonrió levemente-.
-Está usted perdonada- Julia se contagió de la sonrisa de Ricardo-.
-Capitán… Yo… Quería preguntarle algo…-.
-Soy todo oídos-.
-¿Lo que le ha dicho esta mañana a María es verdad?- Ricardo se quedo sin habla, se puso nervioso-.
-Pues… Vera… No lo sé- Dijo por fin sin fuerzas- El amor no es mi mejor amigo sabe, hace que hasta yo me vuelva loco. Cupido se ríe de mi cada dos por tres- A Julia se le escapo una risilla- No se ría que es verdad, no se donde lanza sus queridas flechas pero conmigo nunca acierta. Si ya decía yo que tener un amigo que va volando con alitas por ahí nunca da seguridad- Pausa- Ahora pensara que estoy loco, pero no es así, ese Cupido me tiene ya hasta la coronilla, señala a todos lados y yo voy dando vueltas y vueltas hasta que me mareo y caigo al suelo ¡Y ala a empezar otra vez! Porque no se que hacer- Concluyó-.
-Eso capitán se llaman dudas- Pausa- Yo ahora mismo con lo que me acaba de decir no tengo ninguna duda-.
-Yo tampoco…-.
-Pero será mentiroso… Si me acaba de decir que las tiene, no con esa misma palabra pero…- La doctora sonrió junto a él-.
-¡Uy! Es verdad, perdone pero aún no estoy muy recuperado, creo que me va a tener que ver si tengo contusiones en la cabeza- Dijo serio-.
-¿Qué? ¿Cómo?- Se lo llegó a creer-.
#66
14/07/2012 11:40
-Julia, era broma…- Ricardo se levantó del suelo, le extendió la mano a la doctora para que se levantara junto a él-.
-¿Qué quiere hacer?- Preguntó ella-.
-Quiero comprobar las dudas que tengo si se van o se quedan conmigo- Se acerco a ella muy lentamente-.
-¿Cómo?-.
-Muy fácil- Ricardo se acerco a sus labios lentamente, pero antes le susurro al oído- Yo creo que lo que me ha dicho usted antes de que no tenía dudas es mentira, esto también le va a ser útil-.
Su cuerpo se pego al de ella. Julia cerró los ojos, sentía la respiración de Ricardo muy cerca de ella. El contacto con su piel era como decir que lo del fin del mundo había sido una mentira. Ricardo saboreó el momento como nadie lo había hecho nunca, tardó su tiempo en acercarse a ella definitivamente, abrazarla y acercarse a sus labios. Primero solo los rozo y se separó para no agobiarlos. Después abrió un poco los ojos para verla por última vez antes de besarla. Finalmente se acercó por fin a ellos, comenzó aquel beso, que ansiaban tanto con tener. Julia se dejo llevar por los labios de Ricardo, eran tiernos y suaves, hacia que aquel beso fuera pura dulzura solo con un suave movimiento. Poco a poco paso a mas, y ellos mismos ya no se controlaban, sus labios se tocaban y sus lengua solo sabían jugar dentro de la boca. Ricardo después de unos segundos mas de besarla se separó de sus labios. No se movió ni un milímetro, se quedo abrazado a Julia y ella a él.
Ya lo teneís :) María lo que me dijiste antes de haber escrito tu un capitulo igual... Pues no pasa nada, yo tu fic lo seguire leyendo, por cierto pon ya otro capi que quiero ver que pasa... A mis queridas de twitter... Este capitulo es de agradecimiento por lo pesadas que llegais a ser :P Era broma jajjaja Pero no queriaís esto pues ya lo teneís :) A la que aprobeche el capitulo xD
-¿Qué quiere hacer?- Preguntó ella-.
-Quiero comprobar las dudas que tengo si se van o se quedan conmigo- Se acerco a ella muy lentamente-.
-¿Cómo?-.
-Muy fácil- Ricardo se acerco a sus labios lentamente, pero antes le susurro al oído- Yo creo que lo que me ha dicho usted antes de que no tenía dudas es mentira, esto también le va a ser útil-.
Su cuerpo se pego al de ella. Julia cerró los ojos, sentía la respiración de Ricardo muy cerca de ella. El contacto con su piel era como decir que lo del fin del mundo había sido una mentira. Ricardo saboreó el momento como nadie lo había hecho nunca, tardó su tiempo en acercarse a ella definitivamente, abrazarla y acercarse a sus labios. Primero solo los rozo y se separó para no agobiarlos. Después abrió un poco los ojos para verla por última vez antes de besarla. Finalmente se acercó por fin a ellos, comenzó aquel beso, que ansiaban tanto con tener. Julia se dejo llevar por los labios de Ricardo, eran tiernos y suaves, hacia que aquel beso fuera pura dulzura solo con un suave movimiento. Poco a poco paso a mas, y ellos mismos ya no se controlaban, sus labios se tocaban y sus lengua solo sabían jugar dentro de la boca. Ricardo después de unos segundos mas de besarla se separó de sus labios. No se movió ni un milímetro, se quedo abrazado a Julia y ella a él.
Ya lo teneís :) María lo que me dijiste antes de haber escrito tu un capitulo igual... Pues no pasa nada, yo tu fic lo seguire leyendo, por cierto pon ya otro capi que quiero ver que pasa... A mis queridas de twitter... Este capitulo es de agradecimiento por lo pesadas que llegais a ser :P Era broma jajjaja Pero no queriaís esto pues ya lo teneís :) A la que aprobeche el capitulo xD
#67
16/07/2012 01:21
Pero OMG! Que bonito. Anda que pobre capi ahi todo roto xD que estaa apuntio d desfallecers en el suelo. Y lo del beso ya me ha matado enserio. Es PERFECTO!! <3 Me encanta, es mas intento pasar cada día por tu fi. Pero esque estas semanas estan siendo muy ajetreadas. Enfin. Pues eso que el capi ha estao PERFECTO!! <3 Siguelo prontito y bESOS a TODAS. Cuidaos Mucho!!
#68
16/07/2012 21:02
Dioos me encanta, lo llevo leyendo desde hace mucho y cada vez me gusta mas! Siguelo pronto porfi :)
#69
05/09/2012 11:24
Hola siento estas pequeñas vacaciones que me he tomado, intento como sea poner el capitulo pero o no tengo tiempo o pasa otra cosa. Intentare que sea muy prontito :) Y siento el retraso.
#70
07/09/2012 10:16
No pasa nada, tu cuando puedas ponlo y si puedes avísame por mensaje privado plis :D Es que si no me lo pierdo xD, que te quedan genial los capítulos. Besos! :D CUIDAOS MUCHO!
#71
04/11/2012 19:21
Perdón por el retraso, aquí teneis la siguiente parte del Fic:
Capitulo 13
TAN CERCA Y A LA VEZ TAN LEJOS
Las horas en aquella bodega eran insoportables. Los días se hacían mucho mas lagos y aburridos. Llevaba mas de una semana en aquel zulo, en ocasiones recibía las visitas de Julia, pero estaba muy distante. Desde aquel beso no se ha vuelto a acercar a él, solo para ver como estaban sus heridas, poco mas. Llego un momento en que no aparecía por allí en días. Hasta que no se la vio mas por la bodega. De la que si recibía visitas era de su hija, Ainhoa y en ocasiones de Valeria, que siempre le preguntaba porque no subía con ella. Ricardo solo podía decirle “Pronto cariño” y le sonreía para no preocuparla.
Un día entro Lucas junto con Gamboa. Hicieron el trato de que podría salir todas las mañanas para tomar el aire, pero a cambio de no hacer ninguna tontería o estupidez que les ponga en contra de la tripulación:
-Otra cosa Ricardo…- Dijo Gamboa- Ayudara a la doctora en la enfermaría- Y se fue dejando a Lucas y a él solos-.
-Le diré una cosa Ri-car-do- Pausa- Como le diga algo o se acerque demasiado a Julia, me encargare de que le odie hasta el punto de que quiera irse de este barco para no verle la cara ¿Lo entiende?-.
-De acuerdo…-.
-Ahora salga que tiene que ayudarla-.
La doctora estaba revisando los informes médicos de los alumnos. Leía nombres apellidos, pequeños detalles sin importancia. Tenía todo tipo de datos, desde un pequeño esguince, hasta un gripe o una operación complicada. Todo aquel papeleo lo tenía desde hace tiempo muy desordenado, tenía pensado en revisar y ordenar cada página, pero siempre lo iba dejando para el ultimo momento. El ruido de la puerta hizo que se diera la vuelta:
-Doctora le enviamos refuerzos para el alboroto que tiene aquí formado- Dijo Gamboa nada mas entrar-.
-Me hacía mucha falta, gracias Gamboa- Apareció por detrás de él la silueta de Ricardo-.
Julia lo miraba sin comprender que hacía allí, se quedo perpleja ante aquella mirada de Ricardo, llena de rabia y odio. Habían pasado muchas semanas desde aquel beso y no había recibido ni una sola visita, ni si quiera se había acercado a él cuando salía a cubierta por las mañanas. No lo miraba ni a la cara cuando se cruzaban por los pasillos para ir a la bodega:
-Le presento a su ayudante y ex-capitán Ricardo, todo lo que tenga que hacer él le ayudara- Lo agarró del brazo y le hizo entrar, mientras que Ricardo se deshizo rápidamente de su agarre- Tranquila si es un poco testarudo e insoportable, al final se dará cuenta de lo amable y buena persona que puede llegar a ser- Se marchó cerrando la puerta y dejando atrás a dos personas con las miradas fijas el uno en el otro-.
Julia en seguida rehuyó de su mirada añil y penetrante. Sin mirarlo, ni decirle absolutamente nada. Se pasaron así unos cinco minutos, Julia no sabía que decirle, estaba tan nerviosa que no sabía ni lo que estaba leyendo. Sentía como la mirada de Ricardo estaba clavada en su nuca, intimidando a la doctora, que poco a poco sentía como el pulso se le aceleraba:
-¿Bueno va a hacer algo o se va a quedar ahí parado todo el día?- Habló de espaldas a él-.
-Estoy esperando a que me diga que es exactamente lo que tengo que hacer, porque desde que he venido no me ha dirigido tan si quiera la palabra- Pausa- Claro que viniendo de usted no me extrañaría que ni me mirara a la cara ¿Verdad?- Se atrevió a preguntar-.
A su pregunta solo obtuvo silencio, ese silencio que es capaz de se eterno si no sigues hablando:
-Doctora veo que es usted de esas personas que se queda callada ante las verdades, aunque sabe... Estoy mejor en aquella bodega solo que con su compañía- Julia reacciono ante las palabras del hombre-.
-¿Que ha venido aquí a insultar o a ayudar? Porque si ha venido a insultar ya puede irse por donde ha venido, no voy a soportar que un...-.
-¿Que un... que doctora? Un amigo, un compañero, una persona con compasión, ¿Un... qué?- Se acercó hasta estar muy cerca de ella-.
-Dejelo... Ayudeme y vayase por donde ha venido-.
-Estoy esperando a que me diga que tengo que hacer-.
-Hace días que esto no se limpia a fondo, coja la escoba que esta ahí y barra el suelo-.
-¿Barrer?- Preguntó irónicamente-.
-Sí, barrer... Ya esta tardando- Se levantó de la silla de donde estaba sentada, para ponerse delante de él plantándole cara-.
-Ahora mismo, no hay nada mejor que servir a la doctora de este lujoso barco- Cogió la escoba y empezó a barrer-.
-Cuando acabe también tiene que fregar- Repuso Julia-.
-Como no... ¿Quiere algo mas su majestad o ya puedo barrer tranquilo?- A Julia no le gustó su tono-.
-Sí... Después pasa un poco el trapo por las estanterías y demás, que siempre esta lleno de polvo todo- Salió un sonrisita de sus labios-.
-Como ordene la realeza- Espetó Ricardo-.
Ricardo hizo exactamente lo que le dijo Julia. Barrió, fregó, y quito el polvo. Todo eso sin mediar palabra alguna con ella. Que siempre estaba de espaldas observando papeles, mientras que él se doblaba el espinazo limpiando la enfermería para que no se quejara la señorita. Aunque mientras limpiaba aquella habitación, no pudo evitar sentirse atraído. No podía enfadarse, ni mucho menos odiarla. Porque esta vez lo podía decir abiertamente en sus pensamientos, la quería, la quería mas que a su vida. Giraba la mirada hacía ella cada dos por tres.
Capitulo 13
TAN CERCA Y A LA VEZ TAN LEJOS
Las horas en aquella bodega eran insoportables. Los días se hacían mucho mas lagos y aburridos. Llevaba mas de una semana en aquel zulo, en ocasiones recibía las visitas de Julia, pero estaba muy distante. Desde aquel beso no se ha vuelto a acercar a él, solo para ver como estaban sus heridas, poco mas. Llego un momento en que no aparecía por allí en días. Hasta que no se la vio mas por la bodega. De la que si recibía visitas era de su hija, Ainhoa y en ocasiones de Valeria, que siempre le preguntaba porque no subía con ella. Ricardo solo podía decirle “Pronto cariño” y le sonreía para no preocuparla.
Un día entro Lucas junto con Gamboa. Hicieron el trato de que podría salir todas las mañanas para tomar el aire, pero a cambio de no hacer ninguna tontería o estupidez que les ponga en contra de la tripulación:
-Otra cosa Ricardo…- Dijo Gamboa- Ayudara a la doctora en la enfermaría- Y se fue dejando a Lucas y a él solos-.
-Le diré una cosa Ri-car-do- Pausa- Como le diga algo o se acerque demasiado a Julia, me encargare de que le odie hasta el punto de que quiera irse de este barco para no verle la cara ¿Lo entiende?-.
-De acuerdo…-.
-Ahora salga que tiene que ayudarla-.
La doctora estaba revisando los informes médicos de los alumnos. Leía nombres apellidos, pequeños detalles sin importancia. Tenía todo tipo de datos, desde un pequeño esguince, hasta un gripe o una operación complicada. Todo aquel papeleo lo tenía desde hace tiempo muy desordenado, tenía pensado en revisar y ordenar cada página, pero siempre lo iba dejando para el ultimo momento. El ruido de la puerta hizo que se diera la vuelta:
-Doctora le enviamos refuerzos para el alboroto que tiene aquí formado- Dijo Gamboa nada mas entrar-.
-Me hacía mucha falta, gracias Gamboa- Apareció por detrás de él la silueta de Ricardo-.
Julia lo miraba sin comprender que hacía allí, se quedo perpleja ante aquella mirada de Ricardo, llena de rabia y odio. Habían pasado muchas semanas desde aquel beso y no había recibido ni una sola visita, ni si quiera se había acercado a él cuando salía a cubierta por las mañanas. No lo miraba ni a la cara cuando se cruzaban por los pasillos para ir a la bodega:
-Le presento a su ayudante y ex-capitán Ricardo, todo lo que tenga que hacer él le ayudara- Lo agarró del brazo y le hizo entrar, mientras que Ricardo se deshizo rápidamente de su agarre- Tranquila si es un poco testarudo e insoportable, al final se dará cuenta de lo amable y buena persona que puede llegar a ser- Se marchó cerrando la puerta y dejando atrás a dos personas con las miradas fijas el uno en el otro-.
Julia en seguida rehuyó de su mirada añil y penetrante. Sin mirarlo, ni decirle absolutamente nada. Se pasaron así unos cinco minutos, Julia no sabía que decirle, estaba tan nerviosa que no sabía ni lo que estaba leyendo. Sentía como la mirada de Ricardo estaba clavada en su nuca, intimidando a la doctora, que poco a poco sentía como el pulso se le aceleraba:
-¿Bueno va a hacer algo o se va a quedar ahí parado todo el día?- Habló de espaldas a él-.
-Estoy esperando a que me diga que es exactamente lo que tengo que hacer, porque desde que he venido no me ha dirigido tan si quiera la palabra- Pausa- Claro que viniendo de usted no me extrañaría que ni me mirara a la cara ¿Verdad?- Se atrevió a preguntar-.
A su pregunta solo obtuvo silencio, ese silencio que es capaz de se eterno si no sigues hablando:
-Doctora veo que es usted de esas personas que se queda callada ante las verdades, aunque sabe... Estoy mejor en aquella bodega solo que con su compañía- Julia reacciono ante las palabras del hombre-.
-¿Que ha venido aquí a insultar o a ayudar? Porque si ha venido a insultar ya puede irse por donde ha venido, no voy a soportar que un...-.
-¿Que un... que doctora? Un amigo, un compañero, una persona con compasión, ¿Un... qué?- Se acercó hasta estar muy cerca de ella-.
-Dejelo... Ayudeme y vayase por donde ha venido-.
-Estoy esperando a que me diga que tengo que hacer-.
-Hace días que esto no se limpia a fondo, coja la escoba que esta ahí y barra el suelo-.
-¿Barrer?- Preguntó irónicamente-.
-Sí, barrer... Ya esta tardando- Se levantó de la silla de donde estaba sentada, para ponerse delante de él plantándole cara-.
-Ahora mismo, no hay nada mejor que servir a la doctora de este lujoso barco- Cogió la escoba y empezó a barrer-.
-Cuando acabe también tiene que fregar- Repuso Julia-.
-Como no... ¿Quiere algo mas su majestad o ya puedo barrer tranquilo?- A Julia no le gustó su tono-.
-Sí... Después pasa un poco el trapo por las estanterías y demás, que siempre esta lleno de polvo todo- Salió un sonrisita de sus labios-.
-Como ordene la realeza- Espetó Ricardo-.
Ricardo hizo exactamente lo que le dijo Julia. Barrió, fregó, y quito el polvo. Todo eso sin mediar palabra alguna con ella. Que siempre estaba de espaldas observando papeles, mientras que él se doblaba el espinazo limpiando la enfermería para que no se quejara la señorita. Aunque mientras limpiaba aquella habitación, no pudo evitar sentirse atraído. No podía enfadarse, ni mucho menos odiarla. Porque esta vez lo podía decir abiertamente en sus pensamientos, la quería, la quería mas que a su vida. Giraba la mirada hacía ella cada dos por tres.
#72
04/11/2012 19:22
Observaba como leía en silencio. Con sus gafas que la hacían mas atractiva, aquella imagen le resulto familiar. Pero no le dio mucha importancia y acabo de limpiar. Caminó hacía la puerta, recogió y apunto estuvo de marcharse:
-¿Se puede saber donde va?- Inquirió la doctora-.
-Donde usted no este- La hirió-.
-Veo que no se ha enterado que tiene que ayudarme, y que no puede salir a menos que yo lo consienta- Se acercó a él-.
-Usted no manda en mi vida, tengo mas autoridad y...- Julia no le dejó acabar-.
-Y nada... Ahora el que manda en este barco es Gamboa, a si que cuadrese y ayudeme a ordenar estas fichas y después podrá irse- Le dio unos cuantos papeles-.
Estuvieron así horas, ordenando. Las miradas de ellos no paraban de encontrarse. Ricardo estaba colocando papeles en una carpeta cuando se encontró con la mano de Julia. Un color rojizo apareció en las mejillas de los dos. La miró a los ojos y vio como pedía con ansia otro beso inolvidable. Ricardo trago saliva y se atrevió a preguntar:
-¿Porque no vino?-.
-Pues porque... Porque no es lo correcto, yo estoy con Lucas y no voy a traicionarle-.
-¿Correcto?, ¿traicionarle?- Ricardo no daba crédito- Le traicionó cuando me besó el otro día- Julia le paro los pies-.
-Yo no le bese... Me beso usted, y no me venga ahora conque no fue verdad-.
-Doctora se esta escuchando, para que dos personas se besen hace falta el consentimiento de ambos-.
-¿Y le di mi consentimiento? Le dije, oiga capitán venga y me besa que tengo ganas- Se separó unos metros de él-.
-Ese tipo de consentimiento no se dice- Contraatacó Ricardo-.
-¿Y entonces que se hace?- Preguntó con los brazos cruzados-.
-Se demuestra- Julia calló, mientras que él se acercaba a su posición- Y no me diga ahora que no me demostró nada, porque no me lo creo-.
-Pues no...- Dejo de mirarle, no soportaba sus ojos y la manera de mirarle-.
-Y que me dice de sus ojos, la manera que tiene de mirarme. Cuando una persona no quiere que la bese se aparta antes de que suceda, y usted después se abrazó a mi, estuvimos muchos minutos abrazados. Por no decir que le interesó mucho mi relación con María. Y ahora se atreve a decir que le es fiel a Lucas y que no va a traicionarle- Sentenció Ricardo-.
Él la atrajo a su cuerpo y acarició su piel. Junto su frente a la de ella mientras los dos aprovechaban el momento:
-Me va a decir ahora que cuando esta cerca, no siente lo mismo, que cuando entra al comedor no me busca y que cuando esta aquí revisando papeles no piensa en mi. Venga Julia dígamelo, dígame que lo que he dicho es verdad y se acabaron sus problemas- Ella le miró a los ojos, se puso nerviosa-.
-Es verdad- Dijo por fin, sus ojos se cristalizaron y empezaron a brotar lágrimas- Todo, lo que ha dicho antes es verdad- Julia se abrazó fuertemente al él-.
Se escuchaban pasos por el pasillo, Julia los escuchó y rápidamente se puso a ordenar papeles. Se abrió la puerta, y entró Lucas:
-Veo que te cuesta trabajar. ¿Julia ha echo algo hoy?- Julia se seco las lágrimas-.
-Si, tranquilo no ha causado ningún problema-.
-Así me gusta Ricardo ayudando a los demás, sigue así- Ricardo apretaba la mandíbula para no matarlo- Me voy que os vaya bien- Cuando se marchó Ricardo miro a Julia-.
-Me da igual que sea tu novio, es insoportable, si aún siguiera siendo capitán- Julia se pasó unos minutos en silencio y por fin habló-.
-Ricardo le voy a ayudar a recuperar este barco, sea como sea-.
-¿Se puede saber donde va?- Inquirió la doctora-.
-Donde usted no este- La hirió-.
-Veo que no se ha enterado que tiene que ayudarme, y que no puede salir a menos que yo lo consienta- Se acercó a él-.
-Usted no manda en mi vida, tengo mas autoridad y...- Julia no le dejó acabar-.
-Y nada... Ahora el que manda en este barco es Gamboa, a si que cuadrese y ayudeme a ordenar estas fichas y después podrá irse- Le dio unos cuantos papeles-.
Estuvieron así horas, ordenando. Las miradas de ellos no paraban de encontrarse. Ricardo estaba colocando papeles en una carpeta cuando se encontró con la mano de Julia. Un color rojizo apareció en las mejillas de los dos. La miró a los ojos y vio como pedía con ansia otro beso inolvidable. Ricardo trago saliva y se atrevió a preguntar:
-¿Porque no vino?-.
-Pues porque... Porque no es lo correcto, yo estoy con Lucas y no voy a traicionarle-.
-¿Correcto?, ¿traicionarle?- Ricardo no daba crédito- Le traicionó cuando me besó el otro día- Julia le paro los pies-.
-Yo no le bese... Me beso usted, y no me venga ahora conque no fue verdad-.
-Doctora se esta escuchando, para que dos personas se besen hace falta el consentimiento de ambos-.
-¿Y le di mi consentimiento? Le dije, oiga capitán venga y me besa que tengo ganas- Se separó unos metros de él-.
-Ese tipo de consentimiento no se dice- Contraatacó Ricardo-.
-¿Y entonces que se hace?- Preguntó con los brazos cruzados-.
-Se demuestra- Julia calló, mientras que él se acercaba a su posición- Y no me diga ahora que no me demostró nada, porque no me lo creo-.
-Pues no...- Dejo de mirarle, no soportaba sus ojos y la manera de mirarle-.
-Y que me dice de sus ojos, la manera que tiene de mirarme. Cuando una persona no quiere que la bese se aparta antes de que suceda, y usted después se abrazó a mi, estuvimos muchos minutos abrazados. Por no decir que le interesó mucho mi relación con María. Y ahora se atreve a decir que le es fiel a Lucas y que no va a traicionarle- Sentenció Ricardo-.
Él la atrajo a su cuerpo y acarició su piel. Junto su frente a la de ella mientras los dos aprovechaban el momento:
-Me va a decir ahora que cuando esta cerca, no siente lo mismo, que cuando entra al comedor no me busca y que cuando esta aquí revisando papeles no piensa en mi. Venga Julia dígamelo, dígame que lo que he dicho es verdad y se acabaron sus problemas- Ella le miró a los ojos, se puso nerviosa-.
-Es verdad- Dijo por fin, sus ojos se cristalizaron y empezaron a brotar lágrimas- Todo, lo que ha dicho antes es verdad- Julia se abrazó fuertemente al él-.
Se escuchaban pasos por el pasillo, Julia los escuchó y rápidamente se puso a ordenar papeles. Se abrió la puerta, y entró Lucas:
-Veo que te cuesta trabajar. ¿Julia ha echo algo hoy?- Julia se seco las lágrimas-.
-Si, tranquilo no ha causado ningún problema-.
-Así me gusta Ricardo ayudando a los demás, sigue así- Ricardo apretaba la mandíbula para no matarlo- Me voy que os vaya bien- Cuando se marchó Ricardo miro a Julia-.
-Me da igual que sea tu novio, es insoportable, si aún siguiera siendo capitán- Julia se pasó unos minutos en silencio y por fin habló-.
-Ricardo le voy a ayudar a recuperar este barco, sea como sea-.
#73
04/11/2012 23:40
PERFECTO!! Enserio, madre mia. Por favor, continualo que me has dejado con la intriga. Enserio, genial. Me encanta tu forma de escribir y las ideas tan geniales que tienes. Continualo por favor. Te lo ruego :P :D Ah! Y porfi plis, cuando lo sigas me envias un mensaje :) Jeje :) En fin, muchos besitos ARTISTAZA!! Que la espera siempre merece la pena. :D
#74
25/11/2012 23:42
Hola Sara. Bueno decirte que me he puesto a leer otra vez el fanfic. :) Me ha encantado, sinceramente habían cosas eas cuales no me acordaba y ahora al leermelo me he acordado. Solo te pido una cosa: Siguelo prontito porfis, que tengo ganas de leer la continuación. Cuando puedas siguelo pliiiiiiis :) Enfin,espero que te vaya muy bien tu vida y bueno muchos besos a todas. Cuidate mucho!!
#75
28/11/2012 19:23
Bueno aqui teneís la siguiente parte. Espero que os guste, aunque parezca que no siempre hay una pequeña luz al final del pasillo. Tenerlo en cuenta.
CAPITULO 14
NO EXISTE NADA ENTRE NOSOTROS O ESO CREERMOS
El día en el Estrella se iba acabando. Ricardo seguía en la enfermería, ideando algún plan para llegar a su camarote sin ser visto. Las guardias desde que Gamboa llegó a la capitanía del barco eran demasiado seguidas. Pero Julia le había dado la pista que necesitaba, le ayudaría a recuperar ese valioso papel.
''-¿Llegó a tirar la fotocopia que le di?- Preguntó.
-No, aún sigue en un cajón de mi camarote- Respondió-.
-Ese papel es la prueba de que el mundo se haya acabado, y lo necesita para recuperar la capitanía de este barco.''
Julia entró en la enfermería con una bandeja con comida, se acercó a él y la puso encima de la mesa:
-Me han dado esto para usted- Dijo Julia seria.
-Gracias- Dijo por un momento con una sonrisa en los labios.
La doctora debió su mirada al suelo, lo vio lleno de papeles arrugados y la mesa casi igual. Miró al hombre con cara de pocos amigos:
-Espero que recoja el alboroto que ha echo en la enfermería- Ricardo observó el suelo y la mesa.
-Si, le prometo que en cuanto se me ocurra algo para recuperar la fotocopia de mi camarote dejaré este sitio como si no hubiera pasado nadie en meses.
-Bueno, con eso me conformo- La mujer sonrío.
Hacia tiempo que no la veía sonreír, era preciosa. Ricardo la miraba y no podía creerse que no pudiera abrazarla, ni besarla, ni decirle tan si quiera que la quería:
-Si quiere le ayudo, un plan para recuperar un papel no tiene que ser tan difícil- Se sentó a su lado.
-Lo es si está las veinticuatro horas del día el barco vigilado.
-Pero habrá guardias, y descansos entre ellas.
-Doctora, lo he intentado todo, Gamboa lo tiene todo cuadriculado para que no haya ni un solo fallo. Es imposible encontrar algún hueco entre las guardias.
-En todo plan perfecto siempre existe algún fallo, solo hace falta encontrarlo.
Julia y Ricardo empezaron a investigar y ha idear soluciones. Las guardias estaban echas al milímetro para que no fallara ni una sola. Si encontraban un hueco para pasar inadvertidos sería un milagro. Pasaron horas metidos en la enfermería, hasta que les dio la media noche. Julia se estaba quedando dormida poco a poco, los párpados cada vez le pesaban mas:
-A ver, esta guardia tiene el cambio a las doce, si vamos por los pasillos sin cruzar los de abajo, se quedaría un tiempo de... Cuarenta segundos, mas unos dos minutos de el cambio de la bodega; se sumaría a los diez que tardan en recorrer el barco.
Ricardo solo pudo sonreír, había encontrado la forma de llegar al camarote sin levantar sospechas.
-Julia, Julia- La llamó- He encontrado la for...- Ricardo se dio cuenta que la mujer se había quedado dormida en su hombro, la observaba en silencio para no despertarla.
Dormida, y atrapada entre los brazos de morfeo parecía mas bonita y preciosa. Sonrió al verla, le daba pena despertarla así que la cogió en brazos. Saliendo de la enfermería unos marineros empezaron a discutir con él:
-Vamos, no puedo despertarla; dejarme llevarla a su camarote- Los marineros negaron con la cabeza.
-Lo siento ya conoce las reglas, si no esta supervisado no puede salir de la bodega. Entonces o la despierta o se va a tener que quedar con ella en brazos toda la noche.
-Me dan igual las reglas; solo voy a llevarla a su camarote para que descanse, si queréis me acompañáis sino me voy solo-Pausa- Pero no la voy a despertar de su sueño ni aunque me dieran todo el oro del mundo. Lleva todo el día trabajando, de un lado para otro por mi culpa, si no llegara a dormir bien, tan solo un minuto- La miro sonriente- No me lo perdonaría jamás.
Los dos marineros se miraron mutuamente, si solo era llevarla a su camarote no creían que pasaría nada. Cedieron ante las palabras de Ricardo. Que subió las escaleras como pudo con la doctora en brazos. Seguido por un marinero llegó hasta el camarote. Abrió la puerta, mientras el su ''Guardián''esperaba fuera.
La dejó en la cama muy suavemente. Julia lo tenía abrazado por el cuello y no lo soltaba, Ricardo intento librase de su agarre, pero parecía imposible. Ya le resultó una vez complicado cuando se quedaron dormidos en cubierta, esta no iba a ser diferente. Se acercó a su oído y le susurro:
-Julia, déjeme irme que con su abrazo me resulta un poco complicado- Sonrió- Aunque me gustaría quedarme así toda la vida- La doctora parecía que estaba despierta y acabó por soltarle.
Se sentó en un lado de la cama, le cogió la mano y le dio un beso en ella. Se despidió dándole las buenas noches y pequeña caricia en sus rostro. Salió del camarote y el marinero lo acompañó hasta la bodega, donde en una cama cerró los ojos y se quedó dormido.
Julia abrió los ojos, miro a la pared que hay cerca de su cama y sonrió al recordar las palabras de el hombre ''Sino llegara a dormir, tan solo un minuto. No me lo perdonaría jamás'', ''Me gustaría quedarme así toda la vida''. Poco tiempo después cerró los ojos para quedarse completamente dormida.
Esa mañana como buena madrugadora se despertó pronto, arregló un poco su camarote y salió directa a la cocina donde Salomé cada mañana le tenía preparado el desayuno. Se lo acabó en nada y caminó hacia la enfermería. Ya era rutina entrar, encender las luces, sentarse y esperar a que llegue alguien que necesite algo; sino se pegaría todo el día revisando papeleo.
Pero esa rutina a veces se toca un poco. En vez de encender las luces, las observa ya con el interruptor pulsado, y unos ruidos de papeles arrugados. Julia no veía a nadie por allí, se fue acercando al ruido y se encontró a Ricardo recogiendo papeles del suelo y tirándolos a la basura:
-¡Ricardo!-Exclamó la doctora.
CAPITULO 14
NO EXISTE NADA ENTRE NOSOTROS O ESO CREERMOS
El día en el Estrella se iba acabando. Ricardo seguía en la enfermería, ideando algún plan para llegar a su camarote sin ser visto. Las guardias desde que Gamboa llegó a la capitanía del barco eran demasiado seguidas. Pero Julia le había dado la pista que necesitaba, le ayudaría a recuperar ese valioso papel.
''-¿Llegó a tirar la fotocopia que le di?- Preguntó.
-No, aún sigue en un cajón de mi camarote- Respondió-.
-Ese papel es la prueba de que el mundo se haya acabado, y lo necesita para recuperar la capitanía de este barco.''
Julia entró en la enfermería con una bandeja con comida, se acercó a él y la puso encima de la mesa:
-Me han dado esto para usted- Dijo Julia seria.
-Gracias- Dijo por un momento con una sonrisa en los labios.
La doctora debió su mirada al suelo, lo vio lleno de papeles arrugados y la mesa casi igual. Miró al hombre con cara de pocos amigos:
-Espero que recoja el alboroto que ha echo en la enfermería- Ricardo observó el suelo y la mesa.
-Si, le prometo que en cuanto se me ocurra algo para recuperar la fotocopia de mi camarote dejaré este sitio como si no hubiera pasado nadie en meses.
-Bueno, con eso me conformo- La mujer sonrío.
Hacia tiempo que no la veía sonreír, era preciosa. Ricardo la miraba y no podía creerse que no pudiera abrazarla, ni besarla, ni decirle tan si quiera que la quería:
-Si quiere le ayudo, un plan para recuperar un papel no tiene que ser tan difícil- Se sentó a su lado.
-Lo es si está las veinticuatro horas del día el barco vigilado.
-Pero habrá guardias, y descansos entre ellas.
-Doctora, lo he intentado todo, Gamboa lo tiene todo cuadriculado para que no haya ni un solo fallo. Es imposible encontrar algún hueco entre las guardias.
-En todo plan perfecto siempre existe algún fallo, solo hace falta encontrarlo.
Julia y Ricardo empezaron a investigar y ha idear soluciones. Las guardias estaban echas al milímetro para que no fallara ni una sola. Si encontraban un hueco para pasar inadvertidos sería un milagro. Pasaron horas metidos en la enfermería, hasta que les dio la media noche. Julia se estaba quedando dormida poco a poco, los párpados cada vez le pesaban mas:
-A ver, esta guardia tiene el cambio a las doce, si vamos por los pasillos sin cruzar los de abajo, se quedaría un tiempo de... Cuarenta segundos, mas unos dos minutos de el cambio de la bodega; se sumaría a los diez que tardan en recorrer el barco.
Ricardo solo pudo sonreír, había encontrado la forma de llegar al camarote sin levantar sospechas.
-Julia, Julia- La llamó- He encontrado la for...- Ricardo se dio cuenta que la mujer se había quedado dormida en su hombro, la observaba en silencio para no despertarla.
Dormida, y atrapada entre los brazos de morfeo parecía mas bonita y preciosa. Sonrió al verla, le daba pena despertarla así que la cogió en brazos. Saliendo de la enfermería unos marineros empezaron a discutir con él:
-Vamos, no puedo despertarla; dejarme llevarla a su camarote- Los marineros negaron con la cabeza.
-Lo siento ya conoce las reglas, si no esta supervisado no puede salir de la bodega. Entonces o la despierta o se va a tener que quedar con ella en brazos toda la noche.
-Me dan igual las reglas; solo voy a llevarla a su camarote para que descanse, si queréis me acompañáis sino me voy solo-Pausa- Pero no la voy a despertar de su sueño ni aunque me dieran todo el oro del mundo. Lleva todo el día trabajando, de un lado para otro por mi culpa, si no llegara a dormir bien, tan solo un minuto- La miro sonriente- No me lo perdonaría jamás.
Los dos marineros se miraron mutuamente, si solo era llevarla a su camarote no creían que pasaría nada. Cedieron ante las palabras de Ricardo. Que subió las escaleras como pudo con la doctora en brazos. Seguido por un marinero llegó hasta el camarote. Abrió la puerta, mientras el su ''Guardián''esperaba fuera.
La dejó en la cama muy suavemente. Julia lo tenía abrazado por el cuello y no lo soltaba, Ricardo intento librase de su agarre, pero parecía imposible. Ya le resultó una vez complicado cuando se quedaron dormidos en cubierta, esta no iba a ser diferente. Se acercó a su oído y le susurro:
-Julia, déjeme irme que con su abrazo me resulta un poco complicado- Sonrió- Aunque me gustaría quedarme así toda la vida- La doctora parecía que estaba despierta y acabó por soltarle.
Se sentó en un lado de la cama, le cogió la mano y le dio un beso en ella. Se despidió dándole las buenas noches y pequeña caricia en sus rostro. Salió del camarote y el marinero lo acompañó hasta la bodega, donde en una cama cerró los ojos y se quedó dormido.
Julia abrió los ojos, miro a la pared que hay cerca de su cama y sonrió al recordar las palabras de el hombre ''Sino llegara a dormir, tan solo un minuto. No me lo perdonaría jamás'', ''Me gustaría quedarme así toda la vida''. Poco tiempo después cerró los ojos para quedarse completamente dormida.
Esa mañana como buena madrugadora se despertó pronto, arregló un poco su camarote y salió directa a la cocina donde Salomé cada mañana le tenía preparado el desayuno. Se lo acabó en nada y caminó hacia la enfermería. Ya era rutina entrar, encender las luces, sentarse y esperar a que llegue alguien que necesite algo; sino se pegaría todo el día revisando papeleo.
Pero esa rutina a veces se toca un poco. En vez de encender las luces, las observa ya con el interruptor pulsado, y unos ruidos de papeles arrugados. Julia no veía a nadie por allí, se fue acercando al ruido y se encontró a Ricardo recogiendo papeles del suelo y tirándolos a la basura:
-¡Ricardo!-Exclamó la doctora.
#76
28/11/2012 19:24
Ante la sorpresa el hombre pego un pequeño bote del susto y se pegó con la camilla en la cabeza. Julia solo pudo ponerse la mano en boca para taparse la carcajada que estaba a punto de soltar:
-Aunch- Ricardo se levantó con cuidado del suelo con la mano en la cabeza- Dios, que cabezazo- El hombre la miro y pudo ver que se le escapaba un risilla- No tiene gracia doctora; esto solo demuestra que mis hijas tienen razón y a torpe no me gana nadie.
-Perdón, ha sido por mi culpa, no debería haberle asustado- Sonrió- Siéntese en la camilla que le miro el golpe.
-No hace falta, si ya no me duele- Le quito importancia.
Julia se acercó a él con el gesto muy serio, lo miró a los ojos, levantó un poco la mano llevándola a su cabeza y presionando muy poco sobre el golpe:
-¡Ay!- Se quejó- ¿Pero porque hace eso?
-¿Con que ya no le dolía? Solamente le he tocado un poco, imagínese si le llego a presionar mas fuerte- La mujer señalo la camilla y con solo la mirada decía que ya estaba tardando en sentarse en ella.
Ricardo se sentó y Julia se acercó a él con la intención de examinarle:
-Doctora de verdad que no hace falta que... ¡Ay!- Pegó un pequeño salto sobre la camilla.
-Ricardo, además de tope es usted un testarudo y cabezón, ¿no se lo han dicho?- Miraba el golpe.
-Si, hubo una vez de pequeño, que me lo llegaron a repetir demasiadas veces- Dijo recordando.
-¿Quién, su madre?
-No, una niña que conocí- Pausa- ¡Ah! No toque que duele mas.
-Perdón- Pausa- Que fue ¿un ligue?- Rió divertida.
-No... Mi primer amor- Sin saber porque él sonrió recordando.
''Ese día en la playa discutían por decidir a lo que jugar. La niña se desesperaba cada vez mas al escuchar al pequeño:
-Pero que yo no quiero jugar a hacer peleas en el agua, no me gusta la violencia.
-Eres una miedica, hacer castillos de arena aburre mucho.
-Pues anda que jugar a pelearse, que te puedes hacer daño.
-No te haces daño si juegas bien, venga ven y jugamos a las peleas de agua y después si hay tiempo hago todos los castillos de arena que quieras.
-¡Puf! ¿Nunca te han dicho que eres un cabezón? Porque lo eres, eres un cabezón y testarudo don nombre raro- La niña rió y se fue corriendo hacia el mar.''
Julia terminó de revisar en golpe. Ricardo se incorporó un poco y la miró a los ojos, ella sonrió:
-No es nada del otro mundo, solo se ha echo un chichón. Con que lleve un rato un poco de hielo bastará.
-Ve como le he dicho que no era para tanto- Habló victorioso.
-Ricardo, no empiece; sabe que perderá la partida- Él se acercó a la mesa y saco un papel de entre las carpetas.
-Pero no la guerra- Dijo mientras le extendía el papel.
La doctora observó con detenimiento, estaba dibujado un plano del Estrella, por plantas y camarotes. Con unas cuantas flechas y horas, muchas horas puestas en lo mas abajo del papel:
-¿Que significan todos estos números y flechas?
-Es la escapatoria que tengo para ser de nuevo el capitán de este barco- Dijo convencido.
-Pero hay demasiadas guardias, no va a poder evitarlas a todas sin ser visto.
-Doctora, el otro día me dijo que me ayudaría a recuperar la capitanía como fuese.
-Pero yo no se...
-Julia, le estoy pidiendo el favor mas grande que he pedido a una persona; tiene que ayudarme a llegar al camarote sin que me vean- Le rogó.
La mujer vio el color mar de sus ojos y no podía negarse a ayudarle. Menos a él, tenía que volver a ser como antes todo. Incluso que el capitán siguiera siendo Ricardo Montero:
-De acuerdo, dígame lo que tengo que hacer.
Según las guardias la mejor hora para llegar al camarote era la media noche, entre un cambio y otro podrían tener hasta una media hora para ir, recoger la fotocopia y volver. Julia tenía ordenes de que en el cambio de guardia del piso de abajo entretener a los marineros, mientras él escapaba por la escaleras. Cumplido el objetivo Ricardo se escondería en la esquina cerca de la cocina mientras se provocaba el cambió del puente de mandos; que ese duraba unos cinco minutos mas que el anterior. Llegaría a los pasillos sin percatarse nadie de que estaba allí, faltaba el paso mas complicado del plan, allí aparecía de nuevo la doctora que hacía un tipo de distracción con un juguete de Valeria que le había dejado a su padre. Los marineros empezarían ha buscar por los alrededores y el hombre se acercaría a la puerta del camarote sin que nadie se diese cuenta de que había salido de la enfermería.
Ricardo esperó a Julia en su interior, Valeria no estaba en su cama. Al dormir sola se decidió que dormiría con su hermana. Al llegar la doctora hizo un pequeño guiño al que sería de nuevo el capitán:
-¿Dónde puso la fotocopia?
-En algún cajón de estos- Señaló a los cajones del escritorio.
Empezaron a buscar entre los cajones pero no encontraban nada. Buscaron por ese, por aquel, por los de mas allá pero nada no estaba:
-¿Esta seguro que estaba por aquí?
-Por supuesto, no soy tan tonto para no acordarme de donde pongo las cosas.
-Por lo que me ha contado antes, es usted un poco despistado y torpe- Dijo Julia reprochando.
-Doctora quiere buscar y dejar de decir cosas que no vienen al caso.
-No viene al caso que sea usted un caso perdido, un despiste de hombre y un torpe porque se pega por las esquinas con los cajones, puestas, las camillas...
-Aunch- Ricardo se levantó con cuidado del suelo con la mano en la cabeza- Dios, que cabezazo- El hombre la miro y pudo ver que se le escapaba un risilla- No tiene gracia doctora; esto solo demuestra que mis hijas tienen razón y a torpe no me gana nadie.
-Perdón, ha sido por mi culpa, no debería haberle asustado- Sonrió- Siéntese en la camilla que le miro el golpe.
-No hace falta, si ya no me duele- Le quito importancia.
Julia se acercó a él con el gesto muy serio, lo miró a los ojos, levantó un poco la mano llevándola a su cabeza y presionando muy poco sobre el golpe:
-¡Ay!- Se quejó- ¿Pero porque hace eso?
-¿Con que ya no le dolía? Solamente le he tocado un poco, imagínese si le llego a presionar mas fuerte- La mujer señalo la camilla y con solo la mirada decía que ya estaba tardando en sentarse en ella.
Ricardo se sentó y Julia se acercó a él con la intención de examinarle:
-Doctora de verdad que no hace falta que... ¡Ay!- Pegó un pequeño salto sobre la camilla.
-Ricardo, además de tope es usted un testarudo y cabezón, ¿no se lo han dicho?- Miraba el golpe.
-Si, hubo una vez de pequeño, que me lo llegaron a repetir demasiadas veces- Dijo recordando.
-¿Quién, su madre?
-No, una niña que conocí- Pausa- ¡Ah! No toque que duele mas.
-Perdón- Pausa- Que fue ¿un ligue?- Rió divertida.
-No... Mi primer amor- Sin saber porque él sonrió recordando.
''Ese día en la playa discutían por decidir a lo que jugar. La niña se desesperaba cada vez mas al escuchar al pequeño:
-Pero que yo no quiero jugar a hacer peleas en el agua, no me gusta la violencia.
-Eres una miedica, hacer castillos de arena aburre mucho.
-Pues anda que jugar a pelearse, que te puedes hacer daño.
-No te haces daño si juegas bien, venga ven y jugamos a las peleas de agua y después si hay tiempo hago todos los castillos de arena que quieras.
-¡Puf! ¿Nunca te han dicho que eres un cabezón? Porque lo eres, eres un cabezón y testarudo don nombre raro- La niña rió y se fue corriendo hacia el mar.''
Julia terminó de revisar en golpe. Ricardo se incorporó un poco y la miró a los ojos, ella sonrió:
-No es nada del otro mundo, solo se ha echo un chichón. Con que lleve un rato un poco de hielo bastará.
-Ve como le he dicho que no era para tanto- Habló victorioso.
-Ricardo, no empiece; sabe que perderá la partida- Él se acercó a la mesa y saco un papel de entre las carpetas.
-Pero no la guerra- Dijo mientras le extendía el papel.
La doctora observó con detenimiento, estaba dibujado un plano del Estrella, por plantas y camarotes. Con unas cuantas flechas y horas, muchas horas puestas en lo mas abajo del papel:
-¿Que significan todos estos números y flechas?
-Es la escapatoria que tengo para ser de nuevo el capitán de este barco- Dijo convencido.
-Pero hay demasiadas guardias, no va a poder evitarlas a todas sin ser visto.
-Doctora, el otro día me dijo que me ayudaría a recuperar la capitanía como fuese.
-Pero yo no se...
-Julia, le estoy pidiendo el favor mas grande que he pedido a una persona; tiene que ayudarme a llegar al camarote sin que me vean- Le rogó.
La mujer vio el color mar de sus ojos y no podía negarse a ayudarle. Menos a él, tenía que volver a ser como antes todo. Incluso que el capitán siguiera siendo Ricardo Montero:
-De acuerdo, dígame lo que tengo que hacer.
Según las guardias la mejor hora para llegar al camarote era la media noche, entre un cambio y otro podrían tener hasta una media hora para ir, recoger la fotocopia y volver. Julia tenía ordenes de que en el cambio de guardia del piso de abajo entretener a los marineros, mientras él escapaba por la escaleras. Cumplido el objetivo Ricardo se escondería en la esquina cerca de la cocina mientras se provocaba el cambió del puente de mandos; que ese duraba unos cinco minutos mas que el anterior. Llegaría a los pasillos sin percatarse nadie de que estaba allí, faltaba el paso mas complicado del plan, allí aparecía de nuevo la doctora que hacía un tipo de distracción con un juguete de Valeria que le había dejado a su padre. Los marineros empezarían ha buscar por los alrededores y el hombre se acercaría a la puerta del camarote sin que nadie se diese cuenta de que había salido de la enfermería.
Ricardo esperó a Julia en su interior, Valeria no estaba en su cama. Al dormir sola se decidió que dormiría con su hermana. Al llegar la doctora hizo un pequeño guiño al que sería de nuevo el capitán:
-¿Dónde puso la fotocopia?
-En algún cajón de estos- Señaló a los cajones del escritorio.
Empezaron a buscar entre los cajones pero no encontraban nada. Buscaron por ese, por aquel, por los de mas allá pero nada no estaba:
-¿Esta seguro que estaba por aquí?
-Por supuesto, no soy tan tonto para no acordarme de donde pongo las cosas.
-Por lo que me ha contado antes, es usted un poco despistado y torpe- Dijo Julia reprochando.
-Doctora quiere buscar y dejar de decir cosas que no vienen al caso.
-No viene al caso que sea usted un caso perdido, un despiste de hombre y un torpe porque se pega por las esquinas con los cajones, puestas, las camillas...
#77
28/11/2012 19:26
-Pues no, no viene al caso que me diga que soy un despiste, un torpe y un caso perdido. Por lo menos yo se lo que siento, no como otros.
-¿Esta insinuando algo?
-No lo estoy insinuando lo estoy diciendo, porque aunque me lo niegue cien veces se que- No le dejo acabar.
-Capitán, no existe nada entre nosotros- Julia abrió un cajón y encontró lo que estaban buscando desde hace unos diez minutos – Tome su puñetera fotocopia y salgamos de aquí antes de que nos encuentren, porque entonces si que ya no recupera el mando de este barco ni loco.
Julia salió del camarote rápido, mientras él se quedaba con la fotocopia en la mano con la mirada fija hacía la puerta. “No existe nada entre nosotros” esa frase le rondó la cabeza durante unos segundos largos. Julia caminaba por los pasillos y Ricardo aún en el camarote “O eso es lo que creemos” se dijeron a la vez.
Bueno aqui esta todo, es mas largo que el anterior o eso creo. Disfrutar leyendo y besos :))
-¿Esta insinuando algo?
-No lo estoy insinuando lo estoy diciendo, porque aunque me lo niegue cien veces se que- No le dejo acabar.
-Capitán, no existe nada entre nosotros- Julia abrió un cajón y encontró lo que estaban buscando desde hace unos diez minutos – Tome su puñetera fotocopia y salgamos de aquí antes de que nos encuentren, porque entonces si que ya no recupera el mando de este barco ni loco.
Julia salió del camarote rápido, mientras él se quedaba con la fotocopia en la mano con la mirada fija hacía la puerta. “No existe nada entre nosotros” esa frase le rondó la cabeza durante unos segundos largos. Julia caminaba por los pasillos y Ricardo aún en el camarote “O eso es lo que creemos” se dijeron a la vez.
Bueno aqui esta todo, es mas largo que el anterior o eso creo. Disfrutar leyendo y besos :))
#78
29/11/2012 17:00
OH QUE BONITO!
Pero no lo dejes ahí mujer!!!
Me ha encantado el momento que Ricardo lleva a Julia a su camarote en brazos que monosos *-*
Continua prontooo!!!
Pero no lo dejes ahí mujer!!!
Me ha encantado el momento que Ricardo lleva a Julia a su camarote en brazos que monosos *-*
Continua prontooo!!!
#79
29/11/2012 18:12
Joo... que bonito por favor. :( Me ha encantado, te lo digo en serio, precioso se queda corto. Lo he pasado un poco mal en algunos trozos, pero por lo demás todo PERFECTO! Enserio, me encanta tu forma de escribir y me encantaría que pusieras un trozo más :P Yo me lo pasaré a ver cada día tu fanfic :D Así que si puedes colgarlo me haría mucha ilusión, jeje. Bueno, muchos besos a todos y un abrazo muy fuerte!! CUIDAOS!!
#80
17/12/2012 18:26
CAPITULO 15
UNA DE CUENTOS
Ahora si, ahora si estaba seguro que los días podían ser mas llevaderos. Podía ser libre, ya no tenía que acatar ordenes ahora era él quien las daba, como siempre. Como hacía unas semanas, le daba un gusto que todo volviera a ser como antes. Todo había salido como el esperaba, como planeó en la enfermería.
Los tripulantes discutían sobre la noticia que le había dado el que sería de nuevo su capitán:
-A ver señores, estoy diciendo que el mundo se ha acabado, que ya no hay nada. Todo lo que conocíamos ya no esta. Y esta es la prueba- Señaló a la fotocopia- Por eso no podíamos atracar en ningún puerto, sin tierra es difícil- Finalizó.
-Chicos, os dice la verdad. Se que no es del todo creíble, pero estamos en un mundo lleno de agua- Espetó Julia, mientras se escuchaban quejidos y llantos.
-No podemos perder la calma ahora, hay que resistir y sobrevivir. Como lo hicimos a la tormenta y como lo haremos a partir de ahora- Miró a Julia- Capitaneare este barco lo mejor posible, y ya no van ha existir mas motines extraños ni nada por el estilo.
Gamboa lo miraba con su habitual mirada perversa. Su mala suerte había sido subestimar al capitán. Lucas lo observaba con recelo, ya había comprobado que el señor Ricardo Montero era un hueso duro de roer.
-Pero no esta todo perdido, según la doctora, la tormenta solo ha engullido un noventa y nueve por ciento de masa tectónica, aun existe ese uno por ciento ¡Aún hay tierra!- Dijo orgulloso.
Después de la revelación de Ricardo todo el mundo se fue del comedor comentando y especulando sobre ese supuesto “Fin del Mundo”.
A media mañana Ricardo llegó a su camarote, se tiró en la cama y cerró los ojos aprovechando aquel momento. Hacía tanto que no entraba en aquella estancia, que no puedo resistir la tentación de sonreír. Al poco tiempo la pequeña Valeria y Ainhoa aparecieron por la puerta, con una cara distinta a la que cuando bajaron a verle a la bodega.
Valeria nada mas ver a su padre se tiró a sus brazos con tanto ímpetu que casi tira a Ricardo al suelo. Ainhoa por no fue menos, lo abrazó mas fuerte que la pequeña, nunca en la vida se había alegrado tanto de verle, sano y salvo.
Se sentó en la cama mientras sostenía a Valeria que estaba sentada en sus piernas. Su hija no paraba de abrazarle y decirle que no quería que se vaya jamas:
-¿Me lo prometes?-Dijo la niña.
-Te lo prometo, nunca mas me voy a ir.
Los minutos con sus hijas fueron mas que maravillosos, estuvieron casi una hora hablado sobre las semanas que habían pasado con Gamboa al mando y que por lo visto el hombre se había portado muy bien con Valeria. Aún así Ricardo no confiaba en él de ninguna manera.
Después de chalar Ainhoa se llevó a Valeria con Salomé mientras él se duchaba y cambiaba. Antes de salir por la puerta se acercó al oído de su padre:
-Papi, esta noche quiero que me cuentes un cuento, como los de antes que me contabas para dormirme ¿Lo harás?- Dijo la niña, la respuesta del hombre fue asentir y sonreír.
Entró en la ducha, con el agua caliente se tranquilizó y parecía que había desaparecido por instantes. Salió tranquilamente, se vistió y salió por la puerta del camarote. Se iba colocando bien el pelo cuando le pararon en seco. Se fijo en sus ojos, verdes, penetrantes. María, no se acordaba de ella. Pero la verdad es que no tubo noticias de ella mientras se encontraba en la bodega encerrado:
-¿No me vas a decir nada?- Intervino ella primero.
-Bueno, supongo que normalmente se empieza por un ¿Hola?
-Pues hola, ¿Que tal te encuentras?
-Todo lo bien que puede estar uno al pasar dos semanas encerrado en una bodega- Respondió con sequedad- Pero creo que eso a ti te da igual, eres una de las personas que le ha dado igual no bajar a verme.
-Tienes razón, y lo siento. Pero no quería bajar por una sencilla razón.
-¿Cuál?- Preguntó.
-Porque ya tenías la compañía de Julia, no iba a bajar para pasarlo mal. Ricardo, lo siento pero yo así no sigo, te quiero lo que no esta escrito. Pero tú a mi no me quieres, la que esta ahí dentro- Señaló al corazón- Es Julia.
Ricardo la miraba y podía ver en aquellos ojos la tristeza y la soledad. Pero tenía razón, no iba a mentir mas, estaba enamorado, pero no de María:
-María, yo lo siento mucho, de verdad que no quería hacerte sufrir- El hombre la miró con toda la dulzura que fue capaz- Yo te quiero, pero es un querer de cariño. Lo siento- Volvió a repetir.
La mujer no pudo retener por mucho tiempo las lágrimas, se le escaparon unas cuantas al escuchar las palabras del capitán. No soportó verla así, y lo único que hizo fue abrazarla. Sollozaba contra su pecho, mientras él lleno de culpa la tranquilizaba. Por último se apartó de él y le dio un pequeño beso en la mejilla en forma de despedida. La veía marcharse por el pasillo derrotada y sin la alegría habitual que desprendía.
El día transcurrió sin incidentes. Y la noche hizo su aparición como cada día a la misma hora. Valeria se tumbó en la cama mientras su padre la arropaba. En sus manos sostenía un cuento. Ricardo la miró:
-¿A ver que cuento quieres que te lea?- Lo intentó coger pero Valeria no le dejó.
-No, este cuento solo va ser de guía papa. Yo quiero que me cuentes un cuento y que te lo inventes- Propuso la niña.
-Bueno, a ver que puedo sacar. Mmm... Erase una vez...
-¡Espera!- Paró la historia.
-¿Que pasa ahora?- Preguntó.
-¿Me puedes traer un vaso de leche? Es que lo cuentos son mejores cuando bebes leche.
Ricardo miró a su hija, se levantó de la cama y salió del camarote suspirando y dejando un poco la puerta entre abierta. Llegó a la cocina y allí se encontraba Salomé:
-Hombre Ricardo, ya te echaba de menos por mi cocina. Se me hacía raro no verte por las noches.
-Yo también lo echaba ya de menos. Pero esta vez no vengo por mi, sino por Valeria que quiere un vaso de leche- Y añadió- Dice que lo cuentos sin un vaso de leche no son cuentos.
-¿Cuentos?- Pausa- ¿Y que cuento le vas a contar?¿La cenicienta? Siempre me ha dicho que le había gustado mucho ese.
-Esa es la cuestión, que quiere que me lo invente.
-Bueno, a las malas le puedes contar el cuento de la doctora y el marinero.
-Salomé, eso no me sirve.
-¿Porque no? Siempre he creído que Julia es la princesa que duerme y espera que un príncipe azul, en este caso marinero la despierte.
-En este caso el marinero es Lucas- Espetó con desprecio.
-Ya, pero no creo que sea el adecuado para despertarla del sueño eterno- Le dio el vaso de leche y sonrió.
UNA DE CUENTOS
Ahora si, ahora si estaba seguro que los días podían ser mas llevaderos. Podía ser libre, ya no tenía que acatar ordenes ahora era él quien las daba, como siempre. Como hacía unas semanas, le daba un gusto que todo volviera a ser como antes. Todo había salido como el esperaba, como planeó en la enfermería.
Los tripulantes discutían sobre la noticia que le había dado el que sería de nuevo su capitán:
-A ver señores, estoy diciendo que el mundo se ha acabado, que ya no hay nada. Todo lo que conocíamos ya no esta. Y esta es la prueba- Señaló a la fotocopia- Por eso no podíamos atracar en ningún puerto, sin tierra es difícil- Finalizó.
-Chicos, os dice la verdad. Se que no es del todo creíble, pero estamos en un mundo lleno de agua- Espetó Julia, mientras se escuchaban quejidos y llantos.
-No podemos perder la calma ahora, hay que resistir y sobrevivir. Como lo hicimos a la tormenta y como lo haremos a partir de ahora- Miró a Julia- Capitaneare este barco lo mejor posible, y ya no van ha existir mas motines extraños ni nada por el estilo.
Gamboa lo miraba con su habitual mirada perversa. Su mala suerte había sido subestimar al capitán. Lucas lo observaba con recelo, ya había comprobado que el señor Ricardo Montero era un hueso duro de roer.
-Pero no esta todo perdido, según la doctora, la tormenta solo ha engullido un noventa y nueve por ciento de masa tectónica, aun existe ese uno por ciento ¡Aún hay tierra!- Dijo orgulloso.
Después de la revelación de Ricardo todo el mundo se fue del comedor comentando y especulando sobre ese supuesto “Fin del Mundo”.
A media mañana Ricardo llegó a su camarote, se tiró en la cama y cerró los ojos aprovechando aquel momento. Hacía tanto que no entraba en aquella estancia, que no puedo resistir la tentación de sonreír. Al poco tiempo la pequeña Valeria y Ainhoa aparecieron por la puerta, con una cara distinta a la que cuando bajaron a verle a la bodega.
Valeria nada mas ver a su padre se tiró a sus brazos con tanto ímpetu que casi tira a Ricardo al suelo. Ainhoa por no fue menos, lo abrazó mas fuerte que la pequeña, nunca en la vida se había alegrado tanto de verle, sano y salvo.
Se sentó en la cama mientras sostenía a Valeria que estaba sentada en sus piernas. Su hija no paraba de abrazarle y decirle que no quería que se vaya jamas:
-¿Me lo prometes?-Dijo la niña.
-Te lo prometo, nunca mas me voy a ir.
Los minutos con sus hijas fueron mas que maravillosos, estuvieron casi una hora hablado sobre las semanas que habían pasado con Gamboa al mando y que por lo visto el hombre se había portado muy bien con Valeria. Aún así Ricardo no confiaba en él de ninguna manera.
Después de chalar Ainhoa se llevó a Valeria con Salomé mientras él se duchaba y cambiaba. Antes de salir por la puerta se acercó al oído de su padre:
-Papi, esta noche quiero que me cuentes un cuento, como los de antes que me contabas para dormirme ¿Lo harás?- Dijo la niña, la respuesta del hombre fue asentir y sonreír.
Entró en la ducha, con el agua caliente se tranquilizó y parecía que había desaparecido por instantes. Salió tranquilamente, se vistió y salió por la puerta del camarote. Se iba colocando bien el pelo cuando le pararon en seco. Se fijo en sus ojos, verdes, penetrantes. María, no se acordaba de ella. Pero la verdad es que no tubo noticias de ella mientras se encontraba en la bodega encerrado:
-¿No me vas a decir nada?- Intervino ella primero.
-Bueno, supongo que normalmente se empieza por un ¿Hola?
-Pues hola, ¿Que tal te encuentras?
-Todo lo bien que puede estar uno al pasar dos semanas encerrado en una bodega- Respondió con sequedad- Pero creo que eso a ti te da igual, eres una de las personas que le ha dado igual no bajar a verme.
-Tienes razón, y lo siento. Pero no quería bajar por una sencilla razón.
-¿Cuál?- Preguntó.
-Porque ya tenías la compañía de Julia, no iba a bajar para pasarlo mal. Ricardo, lo siento pero yo así no sigo, te quiero lo que no esta escrito. Pero tú a mi no me quieres, la que esta ahí dentro- Señaló al corazón- Es Julia.
Ricardo la miraba y podía ver en aquellos ojos la tristeza y la soledad. Pero tenía razón, no iba a mentir mas, estaba enamorado, pero no de María:
-María, yo lo siento mucho, de verdad que no quería hacerte sufrir- El hombre la miró con toda la dulzura que fue capaz- Yo te quiero, pero es un querer de cariño. Lo siento- Volvió a repetir.
La mujer no pudo retener por mucho tiempo las lágrimas, se le escaparon unas cuantas al escuchar las palabras del capitán. No soportó verla así, y lo único que hizo fue abrazarla. Sollozaba contra su pecho, mientras él lleno de culpa la tranquilizaba. Por último se apartó de él y le dio un pequeño beso en la mejilla en forma de despedida. La veía marcharse por el pasillo derrotada y sin la alegría habitual que desprendía.
El día transcurrió sin incidentes. Y la noche hizo su aparición como cada día a la misma hora. Valeria se tumbó en la cama mientras su padre la arropaba. En sus manos sostenía un cuento. Ricardo la miró:
-¿A ver que cuento quieres que te lea?- Lo intentó coger pero Valeria no le dejó.
-No, este cuento solo va ser de guía papa. Yo quiero que me cuentes un cuento y que te lo inventes- Propuso la niña.
-Bueno, a ver que puedo sacar. Mmm... Erase una vez...
-¡Espera!- Paró la historia.
-¿Que pasa ahora?- Preguntó.
-¿Me puedes traer un vaso de leche? Es que lo cuentos son mejores cuando bebes leche.
Ricardo miró a su hija, se levantó de la cama y salió del camarote suspirando y dejando un poco la puerta entre abierta. Llegó a la cocina y allí se encontraba Salomé:
-Hombre Ricardo, ya te echaba de menos por mi cocina. Se me hacía raro no verte por las noches.
-Yo también lo echaba ya de menos. Pero esta vez no vengo por mi, sino por Valeria que quiere un vaso de leche- Y añadió- Dice que lo cuentos sin un vaso de leche no son cuentos.
-¿Cuentos?- Pausa- ¿Y que cuento le vas a contar?¿La cenicienta? Siempre me ha dicho que le había gustado mucho ese.
-Esa es la cuestión, que quiere que me lo invente.
-Bueno, a las malas le puedes contar el cuento de la doctora y el marinero.
-Salomé, eso no me sirve.
-¿Porque no? Siempre he creído que Julia es la princesa que duerme y espera que un príncipe azul, en este caso marinero la despierte.
-En este caso el marinero es Lucas- Espetó con desprecio.
-Ya, pero no creo que sea el adecuado para despertarla del sueño eterno- Le dio el vaso de leche y sonrió.