Foro Bandolera
Nueva Historia - DIARIO de SARA REEVES y MIGUEL ROMERO -
#0
12/06/2011 01:40
Hola Forer@s!!
Después de ser una "yonki " de los relatos de este foro, hoy me ha venido la inspiración... y ha salido esto. Es la primera vez que escribo algo. Me gusta mucho leer pero ponerse a escribir... es otro cantar. Asi que os pido disculpas de antemano porque lo mio son las ciencias y no las letras.
Le encantaba aquella sensación de luz y calor. En Oxford el clima era muy distinto a Andalucía.
Allí estaba el cielo siempre encapotado y lloviznaba, por eso la tierra era muy fértil y había abundante vegetación. Pero en su conjunto, era una tierra de paisajes tristes, melancólicos…aunque no por ello poco bellos.
Desde que puso un pie en Cádiz al bajar del vapor se dio cuenta que Andalucía era tal y como la describían en las novelas que ella había leído durante su adolescencia.
Cádiz era bullicio de gentes, colores, alegría, calor, pero sobretodo luz y mas luz.
Qué estaba haciendo en España? Definitivamente se había vuelto loca. Su tío Richard no le iba a perdonar esta locura. Había aprovechado para irse de Oxford mientras su tío estaba ausente en un viaje de negocios y solo le había dejado una nota explicándole, que huía de Inglaterra porque no deseaba casarse con Albert, que se iba Andalucía a buscar sus raíces y su libertad, que le que quería mucho y sentía estar haciéndole esto, pero que no se preocupara porque ella iba a estar bien.
Pasó dos días en Cádiz los cuales aprovechó para comprar prendas de ropa mas ligeras, mandar un telegrama a su tío e informarse sobre las diligencias para llegar a Arazana.
Iba en una diligencia con destino a Sevilla, pero ésta se desviaría para acercarla a Arazana. Había decidido ese lugar como primer destino influenciada por todas las novelas de bandoleros que había leído. Le fascinaban esos hombres montados a caballo con trabuco en mano que vivían al margen de la ley, al margen de todo, porque eran libres. Libertad es lo que ella tanto ansiaba y esperaba encontrar lejos de su tío.
El viaje estaba resultando largo y pesado. Parecía que ya estaban llegando a las afueras del pueblo porque veía a jornaleros, mujeres, pastores…andando por el camino.
La diligencia se detuvo a la orilla de en un río. El cochero informó a Sara que solo le podía acercar hasta ahí ya que el pueblo estaba al otro lado y para bordear el río con el carruaje debía dar una vuelta muy larga. Ella cogió sus pertenencias , se despidió de la gente que viajaba con ella en la diligencia y anduvo por el puente de madera que cruzaba el río.
Era una tarde muy soleada, había niños jugando y bañándose en el río. Le apetecía meterse y refrescarse, era algo que una señorita como ella tenía prohibido. Un día de estos lo haría, pero ahora prefería buscar un alojamiento para pasar la noche, estaba cansada.
Una chiquilla se cruzó con ella por el camino y la miró con cara extrañada. Todo el mundo la miraba raro y cuchicheaban a su paso. Pensó que era normal, que a lo mejor por esas tierras no había muchos extranjeros.
Estaba absorta en sus pensamientos cuando de repente oyó unos cascos de caballo, se giró para ver por de donde venían. Lo vio. Vio a un caballo que galopaba desbocado hacia ella con un chico encima que gritaba que se apartara. Parecía que el chico era incapaz de controlar al caballo. Sara reculó hacia atrás pero algo pasó por su lado y le golpeó en la cara haciendo que cayera de bruces al suelo.
Después de ser una "yonki " de los relatos de este foro, hoy me ha venido la inspiración... y ha salido esto. Es la primera vez que escribo algo. Me gusta mucho leer pero ponerse a escribir... es otro cantar. Asi que os pido disculpas de antemano porque lo mio son las ciencias y no las letras.
Le encantaba aquella sensación de luz y calor. En Oxford el clima era muy distinto a Andalucía.
Allí estaba el cielo siempre encapotado y lloviznaba, por eso la tierra era muy fértil y había abundante vegetación. Pero en su conjunto, era una tierra de paisajes tristes, melancólicos…aunque no por ello poco bellos.
Desde que puso un pie en Cádiz al bajar del vapor se dio cuenta que Andalucía era tal y como la describían en las novelas que ella había leído durante su adolescencia.
Cádiz era bullicio de gentes, colores, alegría, calor, pero sobretodo luz y mas luz.
Qué estaba haciendo en España? Definitivamente se había vuelto loca. Su tío Richard no le iba a perdonar esta locura. Había aprovechado para irse de Oxford mientras su tío estaba ausente en un viaje de negocios y solo le había dejado una nota explicándole, que huía de Inglaterra porque no deseaba casarse con Albert, que se iba Andalucía a buscar sus raíces y su libertad, que le que quería mucho y sentía estar haciéndole esto, pero que no se preocupara porque ella iba a estar bien.
Pasó dos días en Cádiz los cuales aprovechó para comprar prendas de ropa mas ligeras, mandar un telegrama a su tío e informarse sobre las diligencias para llegar a Arazana.
Iba en una diligencia con destino a Sevilla, pero ésta se desviaría para acercarla a Arazana. Había decidido ese lugar como primer destino influenciada por todas las novelas de bandoleros que había leído. Le fascinaban esos hombres montados a caballo con trabuco en mano que vivían al margen de la ley, al margen de todo, porque eran libres. Libertad es lo que ella tanto ansiaba y esperaba encontrar lejos de su tío.
El viaje estaba resultando largo y pesado. Parecía que ya estaban llegando a las afueras del pueblo porque veía a jornaleros, mujeres, pastores…andando por el camino.
La diligencia se detuvo a la orilla de en un río. El cochero informó a Sara que solo le podía acercar hasta ahí ya que el pueblo estaba al otro lado y para bordear el río con el carruaje debía dar una vuelta muy larga. Ella cogió sus pertenencias , se despidió de la gente que viajaba con ella en la diligencia y anduvo por el puente de madera que cruzaba el río.
Era una tarde muy soleada, había niños jugando y bañándose en el río. Le apetecía meterse y refrescarse, era algo que una señorita como ella tenía prohibido. Un día de estos lo haría, pero ahora prefería buscar un alojamiento para pasar la noche, estaba cansada.
Una chiquilla se cruzó con ella por el camino y la miró con cara extrañada. Todo el mundo la miraba raro y cuchicheaban a su paso. Pensó que era normal, que a lo mejor por esas tierras no había muchos extranjeros.
Estaba absorta en sus pensamientos cuando de repente oyó unos cascos de caballo, se giró para ver por de donde venían. Lo vio. Vio a un caballo que galopaba desbocado hacia ella con un chico encima que gritaba que se apartara. Parecía que el chico era incapaz de controlar al caballo. Sara reculó hacia atrás pero algo pasó por su lado y le golpeó en la cara haciendo que cayera de bruces al suelo.
#201
07/08/2011 21:07
pituii sigue!!!!!!!!!!!!!!!! porfa dame un alegrón, que si el tte sabe hacerle un torniquete a morales, sabrá darle a la sita con unas gasitas con agua oxigenada no????
#202
07/08/2011 21:31
Ay, Pituii, que hermoso, por Diossssssssssssssssssssss¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Sigue, por favor, no nos dejes así, lloviendo y Miguel con la camisa blanca, abrazándose y dándole besitos en el peloa Sara, ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más.....
Sigue, por favor, no nos dejes así, lloviendo y Miguel con la camisa blanca, abrazándose y dándole besitos en el peloa Sara, ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, Queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más, queremos más.....
#203
07/08/2011 22:19
ME ENCANNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNNTA.
Sigue, sigue, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiigue.
#204
07/08/2011 23:38
Pituii que llueve........
despues del susto que sara ha pasado
el teniente la cuidara,mimara.............
sigue por favor
despues del susto que sara ha pasado
el teniente la cuidara,mimara.............
sigue por favor
#205
08/08/2011 00:13
20.-
-Venga Sara, te ayudo a levantarte.
-Ayy! – la joven torció el gesto por el dolor.
-Qué ocurre? Qué te duele?
-El brazo, me duele mucho. También el costado.
-Esta bien, vamos con cuidado, despacio- dijo el Teniente mientras la ayudaba a incorporarse y le pasaba el brazo por la cintura para poder caminar.
Sara subió la cuesta que descendía hasta el río con dificultad. Estaba muy cansada y dolorida, pero tenía que sacar fuerzas de donde fuera.
Iban caminando despacio por la sierra y con cuidado pues el terreno se estaba empezando a poner resbaladizo a causa de la lluvia. Sara en algún momento dio un traspié pero como Miguel la tenía agarrada no pasó de ser un pequeño susto.
-Miguel, sabes cómo volver? O vamos siguiendo un perro?- preguntó extrañada al ver que andaban detrás de uno.
-Las dos cosas, sé donde estamos pero también vamos siguiendo a Motas.
Sara se quedó tranquila al ver la amplia sonrisa que Miguel le dedicó.
-Motas? Ese era el nombre de tu perra?
-Si, es mi perra. Y sabes una cosa? Gracias a ella te he encontrado. Ella me guió a media noche por mitad de la serranía hasta dar contigo.
-Vaya, no lo puedo creer. Sabía que los perros eran inteligentes…pero guiarte hasta mi…
-Los perros saben lo que necesitan sus amos, aunque estos no se lo pidan- lo dijo casi en un susurro mirando hacia abajo.
Qué había querido decir con esa frase? Acaso la necesitaba? Su corazón se aceleró con ese pensamiento. Si él supiera cuanto le necesitaba ella… y más en esos momentos. Si Miguel no hubiera aparecido… ella ya estaba perdiendo la esperanza de encontrar el camino de vuelta. Nunca se había sentido tan vulnerable…y cuando lo vio aparecer…sintió que todo estaba bien, que todo el horror había terminado.
A medida que iban recorriendo camino la tormenta se hizo más intensa. Cada pocos segundos el cielo se iluminaba con violencia, los truenos eran ensordecedores, la lluvia caía con fuerza y el aire golpeaba sus cuerpos.
A Sara le castañeaban los dientes, estaba empezando a tener frío. Miguel se dio cuenta que ella empezaba a tiritar.
- Sara estás temblando- dijo poniéndose frente a ella y retirando su cabello mojado de la cara.
-No Miguel, no te preocupes… casi no tengo frío-dijo intentando dominar el castañeo de su mandíbula.
-Casi no tienes frío, eh??... Ven aquí- la abrazó como si de una niña pequeña se tratara. Será mejor que busquemos algo para refugiarte de la lluvia o acabaras enfermando.
-Estamos muy lejos?
-No, ya no queda mucho, sólo bajar ese pequeño montículo.
-Entonces sigamos, si me paro no creo que pueda volver a ponerme en pie.
-Está bien, entonces vamos- le dio un beso en la frente y se colocó de nuevo a su lado sujetándola por la cintura.
Miguel cada vez notaba más el peso de Sara sobre él- Sara! Sara! Venga ya estamos llegando, tienes que hacer el último esfuerzo.
-Venga Sara, te ayudo a levantarte.
-Ayy! – la joven torció el gesto por el dolor.
-Qué ocurre? Qué te duele?
-El brazo, me duele mucho. También el costado.
-Esta bien, vamos con cuidado, despacio- dijo el Teniente mientras la ayudaba a incorporarse y le pasaba el brazo por la cintura para poder caminar.
Sara subió la cuesta que descendía hasta el río con dificultad. Estaba muy cansada y dolorida, pero tenía que sacar fuerzas de donde fuera.
Iban caminando despacio por la sierra y con cuidado pues el terreno se estaba empezando a poner resbaladizo a causa de la lluvia. Sara en algún momento dio un traspié pero como Miguel la tenía agarrada no pasó de ser un pequeño susto.
-Miguel, sabes cómo volver? O vamos siguiendo un perro?- preguntó extrañada al ver que andaban detrás de uno.
-Las dos cosas, sé donde estamos pero también vamos siguiendo a Motas.
Sara se quedó tranquila al ver la amplia sonrisa que Miguel le dedicó.
-Motas? Ese era el nombre de tu perra?
-Si, es mi perra. Y sabes una cosa? Gracias a ella te he encontrado. Ella me guió a media noche por mitad de la serranía hasta dar contigo.
-Vaya, no lo puedo creer. Sabía que los perros eran inteligentes…pero guiarte hasta mi…
-Los perros saben lo que necesitan sus amos, aunque estos no se lo pidan- lo dijo casi en un susurro mirando hacia abajo.
Qué había querido decir con esa frase? Acaso la necesitaba? Su corazón se aceleró con ese pensamiento. Si él supiera cuanto le necesitaba ella… y más en esos momentos. Si Miguel no hubiera aparecido… ella ya estaba perdiendo la esperanza de encontrar el camino de vuelta. Nunca se había sentido tan vulnerable…y cuando lo vio aparecer…sintió que todo estaba bien, que todo el horror había terminado.
A medida que iban recorriendo camino la tormenta se hizo más intensa. Cada pocos segundos el cielo se iluminaba con violencia, los truenos eran ensordecedores, la lluvia caía con fuerza y el aire golpeaba sus cuerpos.
A Sara le castañeaban los dientes, estaba empezando a tener frío. Miguel se dio cuenta que ella empezaba a tiritar.
- Sara estás temblando- dijo poniéndose frente a ella y retirando su cabello mojado de la cara.
-No Miguel, no te preocupes… casi no tengo frío-dijo intentando dominar el castañeo de su mandíbula.
-Casi no tienes frío, eh??... Ven aquí- la abrazó como si de una niña pequeña se tratara. Será mejor que busquemos algo para refugiarte de la lluvia o acabaras enfermando.
-Estamos muy lejos?
-No, ya no queda mucho, sólo bajar ese pequeño montículo.
-Entonces sigamos, si me paro no creo que pueda volver a ponerme en pie.
-Está bien, entonces vamos- le dio un beso en la frente y se colocó de nuevo a su lado sujetándola por la cintura.
Miguel cada vez notaba más el peso de Sara sobre él- Sara! Sara! Venga ya estamos llegando, tienes que hacer el último esfuerzo.
#206
08/08/2011 00:47
Pituii, por favor, que se refugien, donde sea, menos en el pueblo, que nos quedamos sin escena. Ay, please, ¿queda mucho para un besito? Anda, si lo estan deseando ellos y lo estamos deseando nosotras, jaajjjajjjajaja........
¿Te he dicho ya que me encanta tu historia?
Me encanta¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
¿Te he dicho ya que me encanta tu historia?
Me encanta¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
#207
08/08/2011 01:07
Pituii hay que hacerle caso al doctor en este caso a la doctora
con razon dicen que el perro es el mejor amigo del hombre y en este caso del teniente y la sita
gracias
con razon dicen que el perro es el mejor amigo del hombre y en este caso del teniente y la sita
gracias
#208
08/08/2011 01:14
MAdre mía, que se van a refugiar. Los dos tendran que quitarse la ropa para que se seque. Cuando vas a poner el siguiente trozo ??? Lo estoy deseando
Estoy encantada con esta historia
Estoy encantada con esta historia
#209
08/08/2011 01:38
pituiiiii genial, fantastico....no nos dejes asi por favor!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
#210
08/08/2011 01:43
Muchas gracias Pituii. Qué refugio tan bonito van a encontrar el uno en el otro!!!
#211
08/08/2011 10:45
Madre mia ! que bonito sigue porfavor !
#212
08/08/2011 13:54
ay que lluvia tan intensaXD que se refugien aunque sea debajo de un arbol, pero en la posada NO,NO,NO, que se quite los pantalones y la camisa para tapar a la sita jajajaja,pituii, no te vayas porfa vuelveeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee
#213
08/08/2011 14:19
Precioso, continua ains xd!!!!!!!!!!
#214
08/08/2011 15:22
Me encantaaaaa¡¡¡¡
Estoy deseando que continúes la historia.
Muchas gracias....
Estoy deseando que continúes la historia.
Muchas gracias....
#215
08/08/2011 15:48
Pitui ahora te debes sentir muy presionada por nosotras pero es que.....................estamos enganchadisimas a tu historia, cada vez está mejor. Gracias.
#216
08/08/2011 22:14
Me alegro que os guste, aquí os dejo un poco mas. Besos!
21.-
Sara se sentía desfallecer, no podía mas, las piernas no le respondían.. Miguel notó como Sara estaba a punto de desmayarse y la cogió en brazos, colocando su cabeza hacia su hombro para protegerla de la lluvia que les venía de frente.
Enseguida visualizó su casa en mitad de la tormenta y a los pocos minutos llegó. Entró con Sara en brazos y la dejó con cuidado en una de las butacas del salón.
Se quedó bloqueado, qué tenía que hacer primero? El hecho de ver a Sara tan desvalida y golpeada le impedía actuar. Piensa Miguel piensa, se repetía a si mismo.
Sus neuronas se pusieron en acción. Primero encendió la chimenea del salón, estaban empapados y ella no paraba de temblar. Después fue a la cocina a por un poco de agua.
-Sara, Sara, despierta, te he traído un poco de agua – Él se arrodilló a su lado y le ofreció un vaso.
-Dónde estamos Miguel?- preguntó Sara entreabriendo los ojos. – Ya no hay tormenta.
-Estamos en mi casa, toma bebe un poco. Voy a por un balde y unos trapos limpios para curarte las heridas.
-Miguel…no hace falta, en cuanto beba un poco seguro que estoy mejor y puedo irme a la posada. No quiero molestar, ya has hecho bastante por mi esta noche.
-Sara, me da igual lo que digas, no voy a discutir contigo. Te vas a quedar aquí a pasar la noche, por nada del mundo te dejo salir fuera con la que esta cayendo y en el estado que estás.
-En el estado que estoy?
-Sara…tienes golpes por todos lados- dijo acercándose a ella y acariciándole la mejilla con suavidad- hay que limpiar las heridas para que no se infecten. Qué no te duelen?
-No sé, sólo tengo frío. Mi ropa está mojada.
-Bien, voy a subir a por algo de ropa seca y unas cobijas para que entres en calor después de limpiar las heridas. Le parece bien señorita?- y le sonrió de manera arrebatadora a la vez que le besaba las manos.
A Sara por un instante se le pasó el frío. Que manera de sonreír, que guapo era! Cuando lo vio ponerse de pie para subir al piso de arriba se le cortó la respiración. Tenía un cuerpo escultural! Estaba empapado como ella y la camisa blanca se había hecho ahora transparente y se adhería a cada músculo de su perfecto cuerpo resaltándolo.
Desde el primer día que lo conoció, le pareció guapo, varonil y muy muy apuesto, pero esto…era demasiado. Jamás había visto un torso como el de Miguel parecía esculpido a cincel.
Miguel bajó enseguida. Depositó las cosas en el suelo y él se sentó en la mesita baja del salón, quedando así a la altura de ella.
Seguía con la camisa mojada, se remangó hasta los codos y cogió un trapo limpio que sumergió en el balde con agua tibia. Lo escurrió y se dispuso a limpiar el rostro de Sara con mucho cuidado, no quería hacerle daño.
-Ays!- se quejó ella.
-Lo siento Sara, la sangre está muy pegada. Tengo que limpiarla para poder ver bien lo que te ha hecho ese miserable. Intento ir con cuidado.
-Si, lo sé, pero es que me duele mucho.
Miguel siguió limpiando con delicadeza el rostro y Sara que estaba agarrada a sus rodillas, le apretaba cada vez que le dolía.
-Bueno, esto ya está. Creo que en unos días desaparecerán las magulladuras, aunque… el ojo…quizá tarde un poco más. Ves bien?- preguntó acariciándole la frente con el dorso de su mano.
-Si, si veo bien. Tiene muy mal aspecto?-preguntó preocupada rozando su frente hasta que se encontró con la mano de él y entrelazaron sus dedos.
-El ojo parece sano, pero el párpado está bastante hinchado. Voy a ponerte un poco de caléndula para que te disminuya el dolor y la hinchazón. No te preocupes, sanará bien - se acercó y le dio un pequeño beso en la mano. - Dime, qué mas te duele?
-El brazo y aquí en las costillas-dijo señalándose con el dedo.
-Sara, necesito que te quites la blusa para poder ver.
-Claro- empezó a desabotonarse la blusa y se la abrió. Cuando fue a retirarla hacia atrás por los hombros una mueca de dolor asomó en su rostro. - No puedo estirar el brazo. Me ayudas?- le pidió cabizbaja. Se estaba muriendo de la vergüenza.
Miguel le retiró la blusa con cuidado y se dispuso a examinar el brazo. Tenía que concentrarse en las heridas pero el hecho de tener a Sara semidesnuda delante de él…
-Sara…esto…con qué te lo ha hecho? Con una navaja?-preguntó angustiado mientras le agarraba el codo para ver bien la herida incisa que tenía en el deltoides.
-No… creo que me lo hice cuando me zarandeó contra la pared y el suelo. Había rocas muy afiladas en esa cueva. Por qué lo dices?- preguntó alzando la cabeza al fin.
-Porque es un corte bastante profundo, tengo que darte algunos puntos - dijo mirando a sus asustados ojos - sino…puede que no cicatrice bien.
-Coserme la herida? Miguel, tu sabes hacer eso?- estaba muerta de miedo.
-Si, Sara. No te preocupes, lo haré rápido para que no te duela tanto- Miguel se volvió a levantar para ir a por el material de sutura y a por antiséptico. Cuando regresó las lágrimas estaban a punto de derramarse por el rostro de la joven. –Qué pasa Sara? –dijo limpiándole las lágrimas que habían empezado a caer.
-Miguel…es que…me da miedo. Nunca me han cosido una herida…y parece que eso duele bastante, no? Debes pensar que soy una quejita- dijo volviendo a mirar al suelo.
Estaba avergonzada por su comportamiento, pero no podía evitar tener miedo.
Él se acercó más a ella, le puso una mano en el cuello. Con el pulgar le acarició la línea de la mandíbula y le miró a los ojos.
-Sara, no te escondas de mi. En absoluto pienso que eres una quejita, más bien, todo lo contrarío. Hombres mucho más fuertes y valientes en apariencia… les he visto quejarse más que a ti. Así que por eso ni te preocupes, de acuerdo?- le dio un suave pellizco en la nariz como gesto cariñoso a la vez que le extendía una gran sonrisa.
Ella se tranquilizó con ese gesto y mas aún al ver la sonrisa en sus labios y en sus ojos.
-De acuerdo- dijo inspirando e infundiéndose valor- hazlo cuanto antes.
21.-
Sara se sentía desfallecer, no podía mas, las piernas no le respondían.. Miguel notó como Sara estaba a punto de desmayarse y la cogió en brazos, colocando su cabeza hacia su hombro para protegerla de la lluvia que les venía de frente.
Enseguida visualizó su casa en mitad de la tormenta y a los pocos minutos llegó. Entró con Sara en brazos y la dejó con cuidado en una de las butacas del salón.
Se quedó bloqueado, qué tenía que hacer primero? El hecho de ver a Sara tan desvalida y golpeada le impedía actuar. Piensa Miguel piensa, se repetía a si mismo.
Sus neuronas se pusieron en acción. Primero encendió la chimenea del salón, estaban empapados y ella no paraba de temblar. Después fue a la cocina a por un poco de agua.
-Sara, Sara, despierta, te he traído un poco de agua – Él se arrodilló a su lado y le ofreció un vaso.
-Dónde estamos Miguel?- preguntó Sara entreabriendo los ojos. – Ya no hay tormenta.
-Estamos en mi casa, toma bebe un poco. Voy a por un balde y unos trapos limpios para curarte las heridas.
-Miguel…no hace falta, en cuanto beba un poco seguro que estoy mejor y puedo irme a la posada. No quiero molestar, ya has hecho bastante por mi esta noche.
-Sara, me da igual lo que digas, no voy a discutir contigo. Te vas a quedar aquí a pasar la noche, por nada del mundo te dejo salir fuera con la que esta cayendo y en el estado que estás.
-En el estado que estoy?
-Sara…tienes golpes por todos lados- dijo acercándose a ella y acariciándole la mejilla con suavidad- hay que limpiar las heridas para que no se infecten. Qué no te duelen?
-No sé, sólo tengo frío. Mi ropa está mojada.
-Bien, voy a subir a por algo de ropa seca y unas cobijas para que entres en calor después de limpiar las heridas. Le parece bien señorita?- y le sonrió de manera arrebatadora a la vez que le besaba las manos.
A Sara por un instante se le pasó el frío. Que manera de sonreír, que guapo era! Cuando lo vio ponerse de pie para subir al piso de arriba se le cortó la respiración. Tenía un cuerpo escultural! Estaba empapado como ella y la camisa blanca se había hecho ahora transparente y se adhería a cada músculo de su perfecto cuerpo resaltándolo.
Desde el primer día que lo conoció, le pareció guapo, varonil y muy muy apuesto, pero esto…era demasiado. Jamás había visto un torso como el de Miguel parecía esculpido a cincel.
Miguel bajó enseguida. Depositó las cosas en el suelo y él se sentó en la mesita baja del salón, quedando así a la altura de ella.
Seguía con la camisa mojada, se remangó hasta los codos y cogió un trapo limpio que sumergió en el balde con agua tibia. Lo escurrió y se dispuso a limpiar el rostro de Sara con mucho cuidado, no quería hacerle daño.
-Ays!- se quejó ella.
-Lo siento Sara, la sangre está muy pegada. Tengo que limpiarla para poder ver bien lo que te ha hecho ese miserable. Intento ir con cuidado.
-Si, lo sé, pero es que me duele mucho.
Miguel siguió limpiando con delicadeza el rostro y Sara que estaba agarrada a sus rodillas, le apretaba cada vez que le dolía.
-Bueno, esto ya está. Creo que en unos días desaparecerán las magulladuras, aunque… el ojo…quizá tarde un poco más. Ves bien?- preguntó acariciándole la frente con el dorso de su mano.
-Si, si veo bien. Tiene muy mal aspecto?-preguntó preocupada rozando su frente hasta que se encontró con la mano de él y entrelazaron sus dedos.
-El ojo parece sano, pero el párpado está bastante hinchado. Voy a ponerte un poco de caléndula para que te disminuya el dolor y la hinchazón. No te preocupes, sanará bien - se acercó y le dio un pequeño beso en la mano. - Dime, qué mas te duele?
-El brazo y aquí en las costillas-dijo señalándose con el dedo.
-Sara, necesito que te quites la blusa para poder ver.
-Claro- empezó a desabotonarse la blusa y se la abrió. Cuando fue a retirarla hacia atrás por los hombros una mueca de dolor asomó en su rostro. - No puedo estirar el brazo. Me ayudas?- le pidió cabizbaja. Se estaba muriendo de la vergüenza.
Miguel le retiró la blusa con cuidado y se dispuso a examinar el brazo. Tenía que concentrarse en las heridas pero el hecho de tener a Sara semidesnuda delante de él…
-Sara…esto…con qué te lo ha hecho? Con una navaja?-preguntó angustiado mientras le agarraba el codo para ver bien la herida incisa que tenía en el deltoides.
-No… creo que me lo hice cuando me zarandeó contra la pared y el suelo. Había rocas muy afiladas en esa cueva. Por qué lo dices?- preguntó alzando la cabeza al fin.
-Porque es un corte bastante profundo, tengo que darte algunos puntos - dijo mirando a sus asustados ojos - sino…puede que no cicatrice bien.
-Coserme la herida? Miguel, tu sabes hacer eso?- estaba muerta de miedo.
-Si, Sara. No te preocupes, lo haré rápido para que no te duela tanto- Miguel se volvió a levantar para ir a por el material de sutura y a por antiséptico. Cuando regresó las lágrimas estaban a punto de derramarse por el rostro de la joven. –Qué pasa Sara? –dijo limpiándole las lágrimas que habían empezado a caer.
-Miguel…es que…me da miedo. Nunca me han cosido una herida…y parece que eso duele bastante, no? Debes pensar que soy una quejita- dijo volviendo a mirar al suelo.
Estaba avergonzada por su comportamiento, pero no podía evitar tener miedo.
Él se acercó más a ella, le puso una mano en el cuello. Con el pulgar le acarició la línea de la mandíbula y le miró a los ojos.
-Sara, no te escondas de mi. En absoluto pienso que eres una quejita, más bien, todo lo contrarío. Hombres mucho más fuertes y valientes en apariencia… les he visto quejarse más que a ti. Así que por eso ni te preocupes, de acuerdo?- le dio un suave pellizco en la nariz como gesto cariñoso a la vez que le extendía una gran sonrisa.
Ella se tranquilizó con ese gesto y mas aún al ver la sonrisa en sus labios y en sus ojos.
-De acuerdo- dijo inspirando e infundiéndose valor- hazlo cuanto antes.
#217
08/08/2011 22:20
Ayyyyyyyyyy Pituii que bonitoooooooo Miguel curándole las heridas a Sara!!!
#218
08/08/2011 22:23
ay madre mia, que se me ha salido el corazon de la caja, cuando he leido estamos en mi casa, la imaginacion puede conmigo, nena,esto promete mucho, pero que mucho, despues de la cura habra beso verdad................................se lo merece pobreta meva,no, pobrecita de mi
#219
08/08/2011 22:25
Pituiiiiiii, me encannnnnnnnnnnnnnnta. Y es que me estoy imaginando la escena totalmente...
Siempre había querido una escena en Bandolera en la que Sara curase a Miguel pero leo tu relato y casi que quiero más ver como Miguel cura a Sara¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
#220
08/08/2011 22:26
ay que bonito me tienes con el alma en vilo ajjaa de verdad escribes muy bien y sabes darle ese punto de suspense que debe tener cualquier historia me encantaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa