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Como no me gusta la historia... voy y la cambio (Natalia y Roberto)

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Roberta72
Roberta72
27/04/2011 20:02
Como estoy bastante aburrida de que me tengan a Roberto entre rejas, aunque sean las rejas de cartón piedra del cuartel de Arazana, y de que nadie (excepto San Miguel) intente hacer nada... pues voy y lo saco yo misma.
Y como la historia parece que va dos pasitos pa´lante y tres pa´trás, pues voy y la cambio a mi gusto.
Y como a mi el que me gusta es el Rober... pues también cambio la historia.

Creo que me he metio en un ebolao del que no voy a saber salir pero bueno, todo sea por dar ideas a los guionistas de nuestros amores. Ya me direis...
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Capítulo 1

Parecía un sitio tranquilo, alejado del camino, seguro que por allí no pasaba gente con regularidad. La hierba que tapizaba la orilla del río era alta y estaba sin pisar así que decidió desmontar y descansar unos minutos.
- No puedo estar ya muy lejos de ese maldito pueblo. ¿Es que no había un lugar más perdido donde esconderte Sara?- dijo en voz alta mientras ataba el caballo a uno de los árboles que extendían sus ramas sobre el agua.
Mientras estiraba los músculos, agarrotados después de tan larga jornada a caballo, vio su reflejo en el remanso que el río formaba a pocos metros de allí. Miró hacia ambos lados y, al no ver a nadie y comprobar que el caballo se alimentaba tranquilamente, sonrió y comenzó a despojarse de sus vestimentas hasta quedar en ropa interior. Se adentró en el agua hasta que ésta le llegó hasta la cintura, entonces extendió los brazos y se dejó caer hacia atrás. Movía los brazos y las piernas lo indispensable para no alejarse demasiado de la orilla y mantenerse a flote, sintiendo cómo la corriente masajeaba su cuerpo. Sabía que la ropa que aún llevaba puesta, al mojarse, dejaría al descubierto las formas de su cuerpo, pero le daba igual, además, sería demasiada casualidad que alguien pasara por allí en ese momento.
#121
Roberta72
Roberta72
15/05/2011 16:12
Sigamos con estos dos...
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El dinero ya estaba a su disposición, así lo aseguraba el telegrama que Sara acababa de entregarle. El inconveniente era que, dado que se trataba de una cantidad muy elevada, nadie quería responsabilizarse de su envío hasta Arazana, por lo que debería trasladarse ella misma hasta Sevilla a recogerlo. Ahora tan solo tenía que comunicárselo a Roberto, por lo que se dispuso a ir hasta su terruño. Pasó todo el camino pensando en cómo comunicarle que ya tenía el dinero, aunque debía ir hasta Sevilla, ¿dónde debería pagar él los impuestos?... no importaba eso. Lo que ahora importaba era mantenerse fría y serena. ¿Y si Roberto no aceptaba el dinero? La última vez que hablaron, ella no le dio oportunidad de aceptar o rechazar su oferta, y además era muy terco… ¿y si lo rechazaba? Sabía que no había podido conseguir esa cantidad por sus propios medios; con la excusa de ayudar a Sara, había viajado hasta los pueblos más cercanos y allí pudo corroborar lo que Roberto le había contado, que Álvaro Montoro estaba interfiriendo. Bueno, si lo rechazaba peor para él, a ella no le importaba, se lo hubiera ofrecido a cualquier otro vecino del pueblo… Estaba tan ensimismada en sus pensamientos que no reparó en que el caballo se había detenido porque ya habían llegado a la tierra de Roberto; allí estaba él, haciendo surcos con la azada bajo el sol abrasador. No veía gran diferencia entre el estado actual del terreno y el que tenía el día que lo visitó por primera vez, tenía que ser muy frustrante para Roberto no ver ninguna evolución con el paso de los días.

Roberto había seguido intentando obtener financiación pero las influencias de Álvaro Montoro eran muy poderosas y nadie se atrevería a desafiarle; sin embargo no se iba a dar por vencido, iría a Sevilla, Málaga o incluso al mismo infierno antes de permitir que los Montoro acabasen con sus ilusiones. Y Natalia…, se había ofrecido a prestarle el dinero; ¿por qué lo había hecho después de lo que él la había hecho sufrir? Estaba seguro de que la joven no hablaba en serio cuando dijo que formaba parte de su venganza contra él, ella no era así, ella era buena, generosa. Todo el mundo en el pueblo hablaba bien de ella, se ganó el cariño y la admiración de la gente al enfrentar a Antonio Villa; estaba tan bonita en camisón y apuntándole con la pistola. Después, cada vez que se encontraban no podía evitar perderse en su mirada, en esos ojos brillantes, soñadores, risueños, que él había conseguido entristecer con sus palabras. El salir a otros pueblos a buscar trabajo o un crédito era para él una liberación, el no estar en casa era un alivio ya que todos hablaban de ella, de cómo ayudaba a Sara en la imprenta o a Flor con los niños de la escuela. Al menos parecía feliz, todos lo comentaban y las palabras que la escuchó pronunciar con respecto a ese tal Luis significaban que volvía a creer en el amor. ¡Qué hombre tan afortunado! ¿Cómo sería sentirse amado por una mujer como Natalia? Daría cualquier cosa por saberlo, por escuchar de sus labios una palabra de amor dirigida a él, por sentir una caricia suya en la piel, por provocar una sonrisa en sus labios,… por volver a abrazarla.
Pero no, era mejor desterrar esos pensamientos de su mente; Natalia volvería a su mundo en pocas semanas, viviría feliz con ese tal Luis por el resto de sus días, y su paso por Arazana sería tan solo un recuerdo a olvidar en poco tiempo. Mientras, para él, el futuro pasaba por matarse trabajando de sol a sol para intentar arrancarle a la tierra lo imprescindible para sobrevivir un día más, recordando a la mujer que, sin darse cuenta ni proponérselo siquiera, le había robado el corazón, dejando en su lugar un vacío imposible de llenar jamás.
#122
turia70
turia70
15/05/2011 16:17
Muy bien Roberta.....................a ver cómo continúa................esperemos que Roberto acepte el dinero.
#123
Campanillanj
Campanillanj
15/05/2011 16:18
Muy interesante.
A Roberto no le va a quedar otro remedio que aceptar el dinero de Natalia. Le va a costar, pero lo aceptará seguro.
Y le acompañará a Sevilla.
Has conseguido que me caiga bien Roberto, pero el de tu historia. Al otro sigo sin poderlo ver.
Enhorabuena
#124
Roberta72
Roberta72
15/05/2011 16:26
Vale, ya me he mosqueado... con vosotr@s no chic@s, con los responsables de la página.

Pues no me ponen arriba como publicidad... ¿Quieres aprender a escribir guiones? serán...
comonomegustalahistoriavoyylacambionataliayroberto

Pues se van a fastidiar que pienso seguir dando la matraca
#125
Allana
Allana
15/05/2011 16:40
JAJAJAJAJA Roberta, en serio te ha aparecido eso como publicidad? Me parto.

Pues les tendrás que dar clases tú chiquilla.
#126
Roberta72
Roberta72
15/05/2011 19:28
Yo no amenazo en vano, señores responsables del foro... ustedes lo han querido... lo siento por vosotras chicas pero la venganza será terrible, juas, juas, juas (risa maléfica)diablo diablo diablo

He aquí mi última aportación a la historia por el fin de semana, en un rato me desconecto que juega el Athletic a las 21:00, ¡¡¡¡ATHLETIC, EUP!!!
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- Bien, ahí está, mejor no retrasar más el momento, ánimo Natalia y mantente firme – se dijo Natalia desmontando y acercándose a Roberto. – Buenas tardes – dijo cuando al fin llegó a su lado.
- Hola – Roberto no se esperaba que la joven apareciera de nuevo por sus tierras y no supo cómo reaccionar – No te esperaba, yo…- dejó la azada que tenía en las manos y trató de limpiárselas frotando contra las perneras del pantalón. Esa era otra diferencia entre ellos, - pensó – Natalia vestía siempre con ropa sencilla pero bonita y limpia; mientras que él siempre estaba sucio, con ropas rotas, remendadas.
- Vengo a comunicarte que me han notificado que ya puedo recoger el dinero que te prometí. – Natalia utilizó palabras serias, impersonales, muy asépticas. Era muy buena ocultando sus sentimientos; durante años se había encerrado en una concha, tal y como decía Sara, para que nadie le hiciera daño y también lo había aplicado a los negocios. En esos momentos era la mujer de negocios la que hablaba, la que había aprendido a fingir que nada ni nadie la conmovía.
- Yo… no puedo aceptarlo – dijo Roberto bajando la cabeza.
- No puedes permitirte el lujo de rechazar mi oferta – dijo Natalia, aunque lo que en realidad pensaba era: ¿Cómo que no puedes, idiota? ¡Álvaro Montoro se va a salir con la suya y todo por tu cabezonería, por no querer aceptar mi ayuda!
- Lo sé, pero aún así no debo aceptarlo. – y girándose volvió a sus tareas.
Más terco que una mula, pensaba Natalia. ¿Cómo demonios voy a convencerte de que lo cojas? No, no tengo que convencerte; tengo que…
- Está bien, tú sabrás, pero pensé que no te ibas a rendir tan pronto – la voz de Natalia sonaba burlona – Álvaro Montoro va a estar muy contento, no le ha costado nada acabar contigo; – si mencionar a Álvaro no lo hacía reaccionar, nada lo haría – y no solo contigo, sino con toda tu familia.
La referencia de Natalia a la familia de Roberto hizo que éste por fin reaccionara.
- ¿Qué estás diciendo de mi familia? – Roberto arrojó la azada lejos y se acercó rápidamente a Natalia, tomándola con fuerza del brazo - ¿Qué tienen que ver ellos en esto? – preguntó enfadado.
- ¿No te has dado cuenta? – Este podía ser el punto final a la discusión, si jugaba bien sus cartas Roberto no rechazaría de nuevo el dinero que ella le ofrecía. Notaba la mano de Roberto cerrada sobre su brazo, le estaba haciendo daño pero no importaba, tan solo unas palabras más – Tu padre trabajaba sus tierras, tu madre trabajaba en su casa y ambos han sido despedidos; tu abuelo ya es muy mayor como para poder ponerse a trabajar de nuevo y tu hermano…
- ¿Qué pasa con mi hermano? – Roberto apretó aún más la mano y ella tuvo que soltarse, ya no podía seguir disimulando el dolor.
- Pues que lo tiene bajo su dominio. Juanito hace y deshace como Álvaro le ordena, ¿cuánto tiempo crees que va a tardar en olvidarse de vosotros? Y en ese momento se acabó la familia Pérez.
- ¿Por qué lo haces? - buscó con la mirada los ojos de Natalia, su voz sonaba abatida, estaba vencido.
- No lo sé. - tener a Roberto tan cerca, su tristeza, el dolor del brazo… hicieron que Natalia perdiera la pose de mujer dura. - Tus padres y tu abuelo han sido muy amables conmigo y no me gusta ver a la gente pasarlo mal si en mi mano está evitarlo. Tengo que ir a Sevilla a recoger el dinero, ¿dónde tienes tú que pagar la contribución?
- También en Sevilla.
- Bien, entonces mañana mismo saldremos de viaje, yo me encargo de los pasajes en la diligencia.- y dándose la vuelta se acercó a su caballo y se alejó dejando a Roberto solo en su tierra.

Natalia volvió todo el camino pensando en el dolor que había causado a Roberto, había utilizado el amor que éste tenía a su familia para obligarle a aceptar el préstamo. Había hecho lo mismo que él días antes, utilizar sus palabras, sus sentimientos, para hacerle daño; quería escudarse en que necesitaba hacerle sentir mal, vulnerable, para conseguir hacerle cambiar de opinión y que aceptara el dinero, pero no era así. Hubiera debido decirle la verdad, que quería prestarle el dinero, o regalárselo incluso, porque sentía por él verdadero aprecio, por que le gustaba verle luchar por sus ideas, porque había conocido a mucha gente a lo largo y ancho de todo el mundo, pero nadie como él. Porque lo amaba; sí, lo amaba. Lo amaba tanto que la decepción sentida años antes había quedado olvidada, el miedo y el dolor que había sentido ante la posibilidad de enamorarse de nuevo habían desaparecido; pero tampoco en esta ocasión se haría realidad su sueño de no volver a estar sola, de tener una familia propia… de ser feliz. En la carta que Luis le había adjuntado a la documentación le ponía al tanto de todo lo que había sucedido en su ausencia, pero también le recordaba que estaba próxima la fecha de su vuelta, había asuntos ineludibles que tan solo ella podía cerrar; dos semanas, dos semanas más y debería volver a su vida de siempre, sola una vez más.

Le era imposible desterrar a Natalia de su mente; todo lo que había intentado: cansar su cuerpo hasta la extenuación, pensar en la certeza de que ella amaba a otro, echarse la culpa de la tristeza de la joven… nada funcionaba. Ni siquiera sus duras palabras habían hecho mella en él, lo había humillado, le había dicho que sin la ayuda de su dinero no podría seguir adelante y no le había importado; estaba dispuesto a cualquier sacrificio solo por verla una vez más, por oír su voz, por perderse en sus ojos, por tenerla a su lado, por atesorar recuerdos que le acompañasen cuando ella ya se hubiese ido. El viaje a Sevilla a su lado iba a suponer una deliciosa tortura, juntos y solos durante varios días intentaría hacer lo imposible por congraciarse con ella, por demostrarle su sincero arrepentimiento, por poder recuperar al menos su amistad y confianza.
#127
Mariela74
Mariela74
15/05/2011 19:35
Nada, nada, que tú no necesitas que te enseñen a escribir. Lo haces de maravilla, Roberta. Tu historia me gusta muchísimo, de verdad. Así que lo del anuncio de aprender a escribir guiones, está claro que no va por tí. carcajada
#128
caleiro
caleiro
15/05/2011 19:41
Qué bonito Roberta!!! Hoy te damos el resto de la tarde libre, pero mañana queremos más.
Ese viaje a Sevilla promete mucho.
#129
fandemi93
fandemi93
15/05/2011 19:59
te felicito esta genial los 6 ultimos me los he tenido q leer seguidos xq sabes q estoy sin tiempo
pero sigue asi q me encanta
#130
FichaRoja
FichaRoja
15/05/2011 22:36
Ay, Roberta, que bonito, que tristeza y que esperanza a la vez. ¡¡ Me encanta ¡¡

Estoy deseando seguir leyendo.

Gracias.
#131
turia70
turia70
15/05/2011 22:51
Muy bonito Roberta.
#132
EseMorales
EseMorales
16/05/2011 00:48
Roberta... está muy interesante tu historia... me gusta mucho!!! y me encanta cómo las has enfocado!... haber si los guionistas se digan buscarle una moza así a tu robertito... que se lo merece!

GRacias por compartirla... seguiremos a la espera de más....
#133
CHECHE
CHECHE
16/05/2011 13:31
Roberta, me encanta tu historia...sigue deleitándonos...Muchas gracias.....
#134
wenta
wenta
16/05/2011 14:01
Me encanta Roberta !!!!bravo

Estoy deseando que nos cuentes el viaje a Sevilla.
#135
crislovely
crislovely
16/05/2011 14:27
me gusta muucho!
#136
Roberta72
Roberta72
16/05/2011 17:39
Ahora mismo estoy con la parte de Sevilla (el corazón que a Triana va... nunca volverá, SEVILLAAAA) con la ayuda de la wikipedia (vamos, que puedo meter la gamba a base de bien), me dan ganas de utilizar la frikipedia para recabar datos, eso si que iba a ser diver.

Otra cosita, todavía no tengo nada escrito acerca de ello y necesito vuestra ayuda.
Creo que fue ayer que alguna con mente calenturienta pedía momento Greenpeace...
Lo pongo light ¿no?, que después de la indirecta de los MARAVILLOSOS responsables del foro (lo del anuncio de cursos para escribir guiones) seguro que como ponga algo un poco.... nos chapan el chiringüito.


Bueno guapas, lo de siempre, que muchas gracias por vuestro apoyo y en unas horitas otro trozo, que tengo cosillas que hacer

Besitos
#137
Roberta72
Roberta72
16/05/2011 20:08
La píldora diaria
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Capitulo 16

- Disculpadme – dijo Sara a Flor, Miguel y Marcial con los cuales se encontraba charlando en la plaza de Arazana – Acabo de ver a Natalia y tengo que comentarle algo. – Dejando atrás la plaza consiguió darle alcance cuando ya casi entraban en la posada de la Maña.
- Natalia, espera un momento – dijo Sara sofocada – ¿Se puede saber a dónde vas con tanta prisa?
- ¡Ah! Hola, no te había visto – contestó Natalia sin detener el paso – Voy a mi habitación, tengo muchas cosas que hacer – y tras cruzar el salón comenzó a subir las escaleras seguida de su prima.
- Esas cosas que tienes que hacer, ¿tienen que ver con el telegrama de esta mañana? – preguntó Sara cuando llegaron a la puerta de la habitación.
- Tenía entendido que los encargados de telégrafos debían guardar secreto sobre los mensajes que recibían… - dijo tratando de cambiar de conversación.
- Y lo hacemos, pero también tú prometiste contarme en qué ibas a emplear el dinero – Sara entró en la habitación siguiendo a Natalia y cerró la puerta.
- ¿Tanto te importan mis finanzas? – Natalia estaba intentando ganar tiempo, no sabía cómo explicárselo a Sara; no sabía cuál iba a ser su reacción, tampoco quería dar explicaciones, sobre todo porque no sabía qué explicación podía dar ante este gesto.
- Tus finanzas no me importan lo más mínimo, pero tú sí. – Sara se sentó en la cama y siguió hablando. – En las semanas que llevas aquí te he visto cambiar de ánimo varias veces. – Natalia se sentó en el borde de la mesa que le servía como escritorio y se cruzó de brazos. -Llegaste bromeando, preocupada por mí – Natalia intentó responder; era cierto había llegado para interesarse por ella y cuidarla y en realidad no había hecho ni lo uno ni lo otro, pero Sara la calló con un gesto – no te lo estoy echando en cara, no, es que estoy preocupada por ti. Tras el asalto necesitaste varios días para encontrarte de nuevo con ánimos, pero era normal dadas las circunstancias. Después, recibiste la carta de Luís y te cambió el gesto en la cara para poco después volver a entristecerte y ahora… ahora la verdad es que no sé cómo te encuentras.
- Bien, estoy bien.
- ¿Y por qué no te creo?
Natalia se acercó a su prima pensando qué respuesta darle, la verdad era que no estaba bien pero tampoco quería preocuparla.
- Vuelvo a casa en dos semanas – dijo sentándose junto a Sara
-¿Tan pronto? – Sara le cogió las manos.
- Sí, tengo asuntos que tratar que no pueden ser solucionados por Luís. Siento mucho marcharme pero…
- Lo sé, no te preocupes, todos tenemos obligaciones. Pero no estás así por tu partida, hay algo más y no sé si tiene que ver con el dinero o no.
Natalia no podía seguir callando, tampoco podía contar todo lo que sentía, pero necesitaba desahogarse con alguien. Necesitaba oír otra opinión, otro punto de vista…
- El dinero es para Roberto.- A pesar de que Sara no se esperaba una confesión como esa no demostró su sorpresa – Le piden una gran cantidad de dinero por la contribución y no ha podido conseguirlo de ningún modo, así que yo voy a prestárselo.
- ¿Y te lo ha pedido a ti? – preguntó Sara extrañada, no era propio de Roberto.
- ¡No!, me enteré en una de mis visitas a Berrocalejo cuando estuve trabajando en la imprenta - mintió - Allí supe además que Álvaro Montoro estaba interfiriendo para asegurarse de que nadie lo ayudara.
- No tenía ni idea – dijo Sara conmovida. Desde que Roberto fue puesto en libertad, Sara no se había relacionado mucho con él.
- Nadie sabe nada, ni siquiera su familia, así que por favor no lo comentes con nadie, ni siquiera con Miguel.
- No, claro que no, puedes estar tranquila. Pero, ¿por qué lo haces? Casi no conoces a Roberto y nunca os habéis llevado demasiado bien, ¿no es así? – Sara comenzaba a sospechar que la relación entre Natalia y Roberto era más profunda de lo que había sospechado.
- Una más de mis obras de caridad…
- Natalia, por favor, deja de responder a mis preguntas con evasivas.
- Es cierto, nunca nos hemos llevado demasiado bien – comenzó a explicar Natalia – pero me da mucha rabia que por una cuestión de dinero…Además, sus padres y su abuelo se han portado muy bien conmigo y… no sé, supongo que como me quedan pocos días por estas tierras me gustaría poder irme sin rencor, sin enfados, sin dejar nada pendiente.
- Pero dejarías algo pendiente Natalia, ¿no te has dado cuenta?
- ¿El qué? – pregunto Natalia confundida
- El dinero, has dicho que se lo ibas a prestar. En algún momento tendrá que devolvértelo, ¿no es así? – para ser la exitosa mujer de negocios que era, estaba pasando por alto ese detalle.
Natalia no había pensado en la devolución del préstamo, en realidad era lo que menos le preocupaba.
- Sí, bueno, te lo podría entregar a ti – dijo titubeando – y podríais utilizarlo para ayudar a otra gente, o reparar la escuela, no sé, algo se te ocurrirá. Si me disculpas, tengo que preparar algo de equipaje, debo ir a Sevilla a recoger el dinero. – y comenzó a revolver el armario buscando una de sus bolsas de viaje.
- ¿Vas a ir sola? – esa respuesta hizo que Natalia permaneciese quieta durante un instante antes de proseguir con el equipaje.
- No, Roberto tiene que pagar la contribución también en Sevilla y vamos a aprovechar el viaje. – siguió metiendo prendas en la bolsa sin volver la vista hacia su prima.
- ¿Qué sientes por Roberto, Natalia? – Sara la tomó de una mano para impedir que prosiguiera con su tarea.
- Nada.
- ¿De verdad?
- De verdad – contestó Natalia mirándola a los ojos. Aquella mirada confirmó lo que Sara sospechaba, Roberto no le era en absoluto indiferente a Natalia; su prima se había vuelto a enamorar, por desgracia los caminos de ambos se separarían en pocos días.
- Buenas noches, cariño; – se despidió Sara dándola un beso – espero que tengáis un buen viaje y resolváis felizmente todos los problemas.

- ¿Qué haces muchacho? – preguntó Cosme viendo a Roberto revolver en un armario.
- Nada abuelo.
- Roberto…
- Tengo algo que decirle. ¿Hay alguien más en la casa?
- No que yo sepa. Tu padre está en la herrería, tu madre ha ido al lavadero y Juanito aún no ha vuelto de casa de los Montoro. Pero, ¿qué ocurre?
Roberto se llevó a su abuelo hasta la mesa e hizo que se sentara.
- Hace un par de semanas recibí una notificación acerca del terruño – comenzó a explicar – me piden que pague una cantidad enorme de dinero por la contribución, impuestos de compra y no sé que más cosas.
-¿Tienes ese dinero? – preguntó Cosme preocupado
- No abuelo. Lo he intentado conseguir, he ido a Villareja, a Berrocalejo, me he recorrido todos los pueblos de la comarca pero nadie ha querido ayudarme. Ese maldito de Álvaro Montoro ha prohibido que me ayuden.
- ¿Y? – Cosme estaba realmente preocupado por su nieto, realmente quería a su nieto mayor y le inquietaba verle en esa situación. Lo había encontrado triste y huraño los últimos días, pero no se había parado a preguntarle qué era lo que le sucedía, suponía que aún no se había repuesto del disgusto por el rechazo de la señorita Reeves.
- Al final, no sé cómo ni por qué se lo acabé contando a la señorita Reeves, la prima de Sara, y ella se ha ofrecido a prestarme el dinero.
- ¿Ella? – preguntó extrañado el hombre - ¿Y de dónde va a sacar esa jovencita el dinero?
- Parece ser que es rica…muy rica... – respondió con tristeza Roberto.
- Y a ti te gusta. – afirmó, poniéndole una mano en el hombro a su nieto.
- Sí, abuelo, me gusta, y mucho. Pero no se preocupe, - dijo levantándose – Natalia volverá a su casa en poco tiempo y todo esto solo será un recuerdo. Hoy me ha avisado de que ya puede disponer del dinero – dijo cambiando de tema – y mañana iremos a Sevilla a recogerlo y de paso pagar todo lo que debo.
#138
caleiro
caleiro
16/05/2011 21:34
Roberta soy fan de tu historia, ya lo sabes. La de la mente calenturienta era yo, ja ja ja. El momento puede ser light o no, como tú lo escribas seguro que aciertas.
#139
fandemi93
fandemi93
16/05/2011 23:11
esta genial roberta cuando puedas sigue
#140
Roberta72
Roberta72
17/05/2011 00:21
Gracias chicas,

lo de light o no, lo digo por "las que no pueden votar el domingo" (no digo peques, que se me cabrean; ups, ya lo he dicho)
¡Que si me pongo bruta, lo dicho, nos cierran la barraca!
Os lo pensais y me decís, calculo que será para el próximo fin de semana: jornada de reflexión y ...

En serio, espero vuestras sugerencias, que para mente calenturienta la mía
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