Foro Bandolera
Como no me gusta la historia... voy y la cambio (Natalia y Roberto)
#0
27/04/2011 20:02
Como estoy bastante aburrida de que me tengan a Roberto entre rejas, aunque sean las rejas de cartón piedra del cuartel de Arazana, y de que nadie (excepto San Miguel) intente hacer nada... pues voy y lo saco yo misma.
Y como la historia parece que va dos pasitos pa´lante y tres pa´trás, pues voy y la cambio a mi gusto.
Y como a mi el que me gusta es el Rober... pues también cambio la historia.
Creo que me he metio en un ebolao del que no voy a saber salir pero bueno, todo sea por dar ideas a los guionistas de nuestros amores. Ya me direis...
_____________________________________________________________________________
Capítulo 1
Parecía un sitio tranquilo, alejado del camino, seguro que por allí no pasaba gente con regularidad. La hierba que tapizaba la orilla del río era alta y estaba sin pisar así que decidió desmontar y descansar unos minutos.
- No puedo estar ya muy lejos de ese maldito pueblo. ¿Es que no había un lugar más perdido donde esconderte Sara?- dijo en voz alta mientras ataba el caballo a uno de los árboles que extendían sus ramas sobre el agua.
Mientras estiraba los músculos, agarrotados después de tan larga jornada a caballo, vio su reflejo en el remanso que el río formaba a pocos metros de allí. Miró hacia ambos lados y, al no ver a nadie y comprobar que el caballo se alimentaba tranquilamente, sonrió y comenzó a despojarse de sus vestimentas hasta quedar en ropa interior. Se adentró en el agua hasta que ésta le llegó hasta la cintura, entonces extendió los brazos y se dejó caer hacia atrás. Movía los brazos y las piernas lo indispensable para no alejarse demasiado de la orilla y mantenerse a flote, sintiendo cómo la corriente masajeaba su cuerpo. Sabía que la ropa que aún llevaba puesta, al mojarse, dejaría al descubierto las formas de su cuerpo, pero le daba igual, además, sería demasiada casualidad que alguien pasara por allí en ese momento.
Y como la historia parece que va dos pasitos pa´lante y tres pa´trás, pues voy y la cambio a mi gusto.
Y como a mi el que me gusta es el Rober... pues también cambio la historia.
Creo que me he metio en un ebolao del que no voy a saber salir pero bueno, todo sea por dar ideas a los guionistas de nuestros amores. Ya me direis...
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Capítulo 1
Parecía un sitio tranquilo, alejado del camino, seguro que por allí no pasaba gente con regularidad. La hierba que tapizaba la orilla del río era alta y estaba sin pisar así que decidió desmontar y descansar unos minutos.
- No puedo estar ya muy lejos de ese maldito pueblo. ¿Es que no había un lugar más perdido donde esconderte Sara?- dijo en voz alta mientras ataba el caballo a uno de los árboles que extendían sus ramas sobre el agua.
Mientras estiraba los músculos, agarrotados después de tan larga jornada a caballo, vio su reflejo en el remanso que el río formaba a pocos metros de allí. Miró hacia ambos lados y, al no ver a nadie y comprobar que el caballo se alimentaba tranquilamente, sonrió y comenzó a despojarse de sus vestimentas hasta quedar en ropa interior. Se adentró en el agua hasta que ésta le llegó hasta la cintura, entonces extendió los brazos y se dejó caer hacia atrás. Movía los brazos y las piernas lo indispensable para no alejarse demasiado de la orilla y mantenerse a flote, sintiendo cómo la corriente masajeaba su cuerpo. Sabía que la ropa que aún llevaba puesta, al mojarse, dejaría al descubierto las formas de su cuerpo, pero le daba igual, además, sería demasiada casualidad que alguien pasara por allí en ese momento.
#101
12/05/2011 21:47
Roberta, pues claramente en Artecalle, que era donde vivía mi madre de pequeña antes de cambiarse de casa a Santutxu. ¿Sabes que he veraneado toda mi vida en Plentzia??? ¡Qué recuerdos...
Sigue con el relato, por favor, quiero al Rober celoso ya... y en la serie que nos le busquen una novia.
Voy a pegarme con el modo Salón, que hace un segundo estaba imposible...
Sigue con el relato, por favor, quiero al Rober celoso ya... y en la serie que nos le busquen una novia.
Voy a pegarme con el modo Salón, que hace un segundo estaba imposible...
#102
12/05/2011 23:54
Me está empezando a dar un corte tremendo todo lo que me decísssss....
A ver si puedo poner un trocito más esta noche, pero no sé, no estoy segura, porque en la fiestuqui del cumple de Caleiro acabo de lanzarle al Rober el sujetador y ya veremos cómo acaba la noche
En cuanto a Roberto celoso de Luis....ya veremos....
Mantecao, si tu quieres casa en Artecalle, pues casa en Artecalle (que en el post no cobran), aunque ya te digo que una segunda residencia en una zona como la de la foto anterior le viene mejor a la historia... Por cierto, si has veraneado el Plentzia, la zona de la foto de la costa te tiene que sonar...
¿Te parece bien así? No es Artecalle, pero no está lejos (Bidebarrieta, sin salir del Casco Viejo)
A ver si puedo poner un trocito más esta noche, pero no sé, no estoy segura, porque en la fiestuqui del cumple de Caleiro acabo de lanzarle al Rober el sujetador y ya veremos cómo acaba la noche
En cuanto a Roberto celoso de Luis....ya veremos....
Mantecao, si tu quieres casa en Artecalle, pues casa en Artecalle (que en el post no cobran), aunque ya te digo que una segunda residencia en una zona como la de la foto anterior le viene mejor a la historia... Por cierto, si has veraneado el Plentzia, la zona de la foto de la costa te tiene que sonar...
¿Te parece bien así? No es Artecalle, pero no está lejos (Bidebarrieta, sin salir del Casco Viejo)
#103
13/05/2011 00:30
Roberta no caigo en cual es el sitio de la foto... Casa en la calle Bidebarrieta también vale.
¿Qué es eso de que le has tirao el sujetador al Rober en la fiesta??? Me voy inmediatamente a por unas bragas y se las lanzo ya... estaría bueno, jajjajajjaja...
¿Qué es eso de que le has tirao el sujetador al Rober en la fiesta??? Me voy inmediatamente a por unas bragas y se las lanzo ya... estaría bueno, jajjajajjaja...
#104
13/05/2011 00:41
Es la casa donde nació José de Mazarredo, marino y teniente general de la armada (otro teniente), cerca de la plaza de Santiago
#105
13/05/2011 07:44
En cuanto a la foto de la costa, es Neguri.
Ups, creo que es un poco grande esta foto...
Ups, creo que es un poco grande esta foto...
#106
13/05/2011 08:54
¡Qué bonito! ¡Qué recuerdos!
#107
13/05/2011 10:31
Que sitio mas bonito .......
#108
13/05/2011 13:14
Roberta, precioso el relato... y di que sí.... barre para casa, ... Natalia de Bilbao,
Nació en Bilbao, pero tiene casa en Neguri, en Plentzia, o en Getxo. Donde tú quieras. ¿Tiene , tambien, barco en el puerto marítimo?...
Nació en Bilbao, pero tiene casa en Neguri, en Plentzia, o en Getxo. Donde tú quieras. ¿Tiene , tambien, barco en el puerto marítimo?...
#109
13/05/2011 19:08
¿Barco decís? ¡Que la chiquilla es de Bilbao! Transatlántico, ahí va la ost--
Las familias que originariamente se instalaron en la zona de la fotografía eran los dueños de las empresas siderúrgicas, bancos y astilleros más importantes de la zona. Aún hay bastantes palacetes, algunos de uso particular y otros de uso público.
¿Os haceis una idea de sobre qué tratarán los negocios de Natalia?
Se me está ocurriendo, no se qué os parecerá, abrir un post para poner imágenes de la zona donde vivimos. Ya sé que no tiene nada que ver con Bandolera, pero en ocasiones muchas de nuestras conversaciones tampoco.
¿Cómo lo veis? A la espera de vuestra opinión tan solo es una idea
Las familias que originariamente se instalaron en la zona de la fotografía eran los dueños de las empresas siderúrgicas, bancos y astilleros más importantes de la zona. Aún hay bastantes palacetes, algunos de uso particular y otros de uso público.
¿Os haceis una idea de sobre qué tratarán los negocios de Natalia?
Se me está ocurriendo, no se qué os parecerá, abrir un post para poner imágenes de la zona donde vivimos. Ya sé que no tiene nada que ver con Bandolera, pero en ocasiones muchas de nuestras conversaciones tampoco.
¿Cómo lo veis? A la espera de vuestra opinión tan solo es una idea
#110
13/05/2011 19:58
Roberta, me parece una gran idea. aún a costa de contravenir las normas del foro, a la porra las normas, este foro es un lugar donde compartimos muchas cosas que no tienen nada que ver con bandolera y hasta ahora no nos han quitado ningún post ¿porqué? Porque somos el foro más de p..... madre y más respetuoso de la página, así que no creo que a nadie le moleste.
Esta es una imagen de mi ciudad, la más promocionada ultimamente, el Teatro Romano:
Y esta de la bahía donde paso el verano, también municipio de Cartagena:
Esta es una imagen de mi ciudad, la más promocionada ultimamente, el Teatro Romano:
Y esta de la bahía donde paso el verano, también municipio de Cartagena:
#111
14/05/2011 00:11
Sigamos....
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Capítulo 14
- ¿Pero cómo puede ser tan impertinente este Morales? – se preguntaba Miguel a la salida de misa cuando Natalia les contó a Sara y a él la conversación que mantuvo con el sargento.
- Ay, Miguel, no te enfades- le decía Sara cogida de su brazo.
- Si sé que te lo vas a tomar de este modo, no digo nada – le decía Natalia riéndose cogida de su otro brazo – Es más, debería haberle dicho donde estabas para que pasases una agradable velada junto a él y su maravillosa señora en lugar de estar soportando a la pesada de mi primita… - dijo burlándose – No, no me mires así que la próxima vez se lo digo.
- Natalia, ¿Qué vas a hacer hoy? Si no tienes planes, podrías venir con nosotros. Vamos a ir a pasar la tarde con Marcial y Flor… - sugirió Sara.
- Ay, no por favor - Natalia no quería ser una carga para las dos parejas – ¿estáis ya tan aburridos los unos de los otros que vais a invitarme a dar una vuelta para tener algo de conversación inteligente? Ni loca. - Sin soltar el brazo de Miguel, Sara intentó alcanzar a su prima, pero ella se retiró hacia atrás y comenzaron a girar teniendo a Miguel en el centro.
- Señoritas, por favor, me van a marear.- protestaba el teniente mientras ellas lo hacían girar.
Finalmente Natalia se dejó coger por su prima.
- ¿Y qué vas a hacer todo el día? Es domingo, la imprenta está cerrada… - comenzó a enumerar Sara.
- …Y yo tengo un montón de documentación que me envió Luís sin revisar aún. – terminó Natalia. – Voy a salir a la sierra a buscar un lugar tranquilo donde pueda estudiarla. Esta mañana he hablado con la Maña y me va a preparar algo de comida para que la lleve conmigo, espero que no sea queso… - dijo poniendo cara de asco – estoy aburrida de tanto pan con queso, ¿no tenéis nada más por aquí?
- El queso rondeño es muy famoso y de muy buena calidad – terció el teniente.
- ¡No, si no lo dudo! Pero es que estoy un poco cansada de tanto queso, en el mes que llevo en Arazana creo que me he comido unos veinte kilos, y a palo seco, sin vino, que si sobria digo tonterías…borracha no digamos.
- Natalia, por favor, tenga cuidado. Hace ya varias semanas que no hemos tenido noticias de la partida de bandoleros, pero uno no se puede fiar.
- Tranquilo teniente, cuando salgo siempre llevo mis armas.
- Déjala Miguel, seguro que no le pasa nada. – terminó la conversación Sara. Había estado observando a Natalia durante los últimos días y la veía otra vez distinta, como durante su fiesta de cumpleaños, más triste, ensimismada en sus pensamientos, ágil en sus respuestas ingeniosas pero,… había algo que no estaba bien.
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Capítulo 14
- ¿Pero cómo puede ser tan impertinente este Morales? – se preguntaba Miguel a la salida de misa cuando Natalia les contó a Sara y a él la conversación que mantuvo con el sargento.
- Ay, Miguel, no te enfades- le decía Sara cogida de su brazo.
- Si sé que te lo vas a tomar de este modo, no digo nada – le decía Natalia riéndose cogida de su otro brazo – Es más, debería haberle dicho donde estabas para que pasases una agradable velada junto a él y su maravillosa señora en lugar de estar soportando a la pesada de mi primita… - dijo burlándose – No, no me mires así que la próxima vez se lo digo.
- Natalia, ¿Qué vas a hacer hoy? Si no tienes planes, podrías venir con nosotros. Vamos a ir a pasar la tarde con Marcial y Flor… - sugirió Sara.
- Ay, no por favor - Natalia no quería ser una carga para las dos parejas – ¿estáis ya tan aburridos los unos de los otros que vais a invitarme a dar una vuelta para tener algo de conversación inteligente? Ni loca. - Sin soltar el brazo de Miguel, Sara intentó alcanzar a su prima, pero ella se retiró hacia atrás y comenzaron a girar teniendo a Miguel en el centro.
- Señoritas, por favor, me van a marear.- protestaba el teniente mientras ellas lo hacían girar.
Finalmente Natalia se dejó coger por su prima.
- ¿Y qué vas a hacer todo el día? Es domingo, la imprenta está cerrada… - comenzó a enumerar Sara.
- …Y yo tengo un montón de documentación que me envió Luís sin revisar aún. – terminó Natalia. – Voy a salir a la sierra a buscar un lugar tranquilo donde pueda estudiarla. Esta mañana he hablado con la Maña y me va a preparar algo de comida para que la lleve conmigo, espero que no sea queso… - dijo poniendo cara de asco – estoy aburrida de tanto pan con queso, ¿no tenéis nada más por aquí?
- El queso rondeño es muy famoso y de muy buena calidad – terció el teniente.
- ¡No, si no lo dudo! Pero es que estoy un poco cansada de tanto queso, en el mes que llevo en Arazana creo que me he comido unos veinte kilos, y a palo seco, sin vino, que si sobria digo tonterías…borracha no digamos.
- Natalia, por favor, tenga cuidado. Hace ya varias semanas que no hemos tenido noticias de la partida de bandoleros, pero uno no se puede fiar.
- Tranquilo teniente, cuando salgo siempre llevo mis armas.
- Déjala Miguel, seguro que no le pasa nada. – terminó la conversación Sara. Había estado observando a Natalia durante los últimos días y la veía otra vez distinta, como durante su fiesta de cumpleaños, más triste, ensimismada en sus pensamientos, ágil en sus respuestas ingeniosas pero,… había algo que no estaba bien.
#112
14/05/2011 00:26
Roberta en el próximo capítulo habrá encuentro Natalia-Roberto en el campo? Supongo que aún es un poco pronto para momento greenpeace, como dicen por aquí no?
#113
14/05/2011 12:25
Momento Greenpeace???
El campo está lleno de bichos, pedruscos (y si no que se lo digan a Roberto que no hace más que quitarlos), el terreno no es uniforme, el suelo duro....
Mejor algo más cómodo, aún falta pero llegará. ¿cómo?, ¿dónde?, ¿pór qué? ¿durará o será waka-waka de una noche y si te he visto no me acuerdo?
Natalia dejó bien claro que tan solo iba a estar en Arazana una temporada, ¿seguirá pensando lo mismo tras "probar el queso rondeño" con Roberto? Está es cabezona, cabezona y si dice algo lo cumple. Por lo que ha comentado, está harta de queso rondeño (el de verdad).
Habrá que esperar...
El campo está lleno de bichos, pedruscos (y si no que se lo digan a Roberto que no hace más que quitarlos), el terreno no es uniforme, el suelo duro....
Mejor algo más cómodo, aún falta pero llegará. ¿cómo?, ¿dónde?, ¿pór qué? ¿durará o será waka-waka de una noche y si te he visto no me acuerdo?
Natalia dejó bien claro que tan solo iba a estar en Arazana una temporada, ¿seguirá pensando lo mismo tras "probar el queso rondeño" con Roberto? Está es cabezona, cabezona y si dice algo lo cumple. Por lo que ha comentado, está harta de queso rondeño (el de verdad).
Habrá que esperar...
#114
14/05/2011 15:24
¿No queríais encuentro campestre?... pues aquí lo teneis.
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Natalia había cabalgado por la sierra hasta un claro desde el cual se divisaba gran parte del valle donde se situaba Arazana. El paseo le había abierto el apetito por lo que, nada más desmontar, se acomodó en el suelo, revisó el paquete entregado por la Maña y en él encontró pan, queso y algo de fruta – Esta Maña está empeñada en que yo acabe con todas las reservas de queso de este bendito pueblo – se dijo. Tomando una manzana y apartando el resto de la comida, comenzó a extender a su alrededor los contratos que llevaba en una carpeta, de modo que la rodearon por completo.
No había vuelto a ver a Roberto desde la discusión que tuvieron en el terruño ya que en la imprenta no se había dado cuenta de su presencia hasta que lo vio salir por la puerta. Tampoco había habido posibilidad de ello pues había intentado evitar todos los lugares que él frecuentaba, la taberna, la plaza, su terreno; aunque había oído hablar a la gente sobre él. Todos estaban preocupados, casi no se le veía y cuando aparecía por el pueblo estaba cabizbajo, cansado, triste… muy diferente del Roberto que todos conocían, alegre, terco en ocasiones, pero muy unido a su familia y a sus amigos.
- ¿Pero qué me está pasando? – murmuró – Llevó aquí horas y ni siquiera he revisado un solo contrato – Era cierto, el sol había descendido notablemente en el cielo y ella seguía allí, con una manzana a medio comer sobre su falda y todo el trabajo por hacer. Se había dado cuenta de que cada vez que se quedaba sola, en sus pensamientos acababa apareciendo Roberto. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía tan mal y tan bien a la vez pensando en él? Desde el primer momento sus encuentros fueron atropellados, el río, la herrería, el baile,… en todos y cada uno de ellos sintió que algo le hacía ponerse a la defensiva, no bajar la guardia; sin embargo nunca se había sentido tan bien, tan protegida, tan cómoda como entre sus brazos. Aún recordaba la sensación de desconcierto cuando la sacó del agua, pero también sus brazos estrechándola contra su pecho y el calor de su cuerpo a través de la ropa mojada. Tampoco podía olvidar cuando en el dispensario, y con su ayuda, reconstruyó el asalto de Antonio Villa. Los movimientos fueron los mismos, las posturas fueron las mismas pero, mientras unos brazos eran como bandas de acero que la apretaban con dolor, los otros la sujetaban, la acunaban con ternura.
- Lo siento – escuchó Natalia a sus espaldas.
Con rapidez, Natalia sacó de debajo de su falda un revolver y se giró apuntando hacia la voz.
- Tal vez merezca que me dispares – comentó Roberto intentando que sus palabras perdiesen algo de la rigidez y tristeza que realmente destilaban.
- No me tientes – dijo Natalia manteniendo el arma apuntándole. Tras unos interminables segundos, finalmente bajó el arma, se giró y volvió a guardarla entre sus ropas.
- No merezco que me perdones, pero aún así tenía que disculparme.
- Bien, pues ya lo has hecho. – contestó ella sin mirarle.
Roberto titubeó, abrió la boca intentando decir algo, pero en realidad no había nada que decir; demasiado había dicho días antes, causando un dolor irreparable. Cuando ya iba a retirarse oyó que Natalia hablaba.
- ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te había hecho yo para que me…?– su voz sonaba derrotada.
Allí, sin moverse de donde estaba, Roberto comenzó a hablar, con la mirada fija en la espalda de Natalia quien mantenía la cabeza gacha mientras cruzaba los brazos sobre su pecho; su cabello descansaba sobre el hombro izquierdo y ello impedía que se viera su rostro.
- No me habías hecho nada y no sé porqué lo hice – dijo. Natalia, al escuchar semejante respuesta, rió tristemente – Es decir, - continuó Roberto con rapidez – no sé porqué te hablé así. Tú no tienes ninguna culpa de nada pero… fuiste quien pagó los platos rotos. Temo que voy a perder mis tierras y eso me desespera, pero no te molesto más.
- Aguarda, - dijo Natalia aún sin girarse - ¿por qué dices que vas a perder las tierras?
- No importa.
- Si importa. – Natalia se puso en pie y se acercó hasta quedar frente a Roberto. Lo miró a los ojos tratando de mostrar desafío, suficiencia; aunque tan solo era una pose ya que ante él las rodillas le temblaban, las manos le sudaban y el estómago se le encogía.
- Necesito dinero para poder comprar nuevos aperos de labranza y también para poder pagar la contribución. – Roberto comenzó a contarle sus desgracias a Natalia – He intentado conseguir un crédito pero no me lo conceden, además me he enterado de que Álvaro Montoro está tras esa negativa. – Estaba desarmado, la mirada de Natalia hacía que fuera incapaz de pensar; a nadie le había contado sus problemas, ni siquiera a su familia y allí estaba contando sus frustraciones a la mujer a la que tan hondamente había herido.
- ¿Cuánto? – preguntó ella.
- Mucho, demasiado.
- ¿Cuánto? – repitió.
- ¿Por qué quieres saberlo?- Ante el gesto altivo de ella, se lo dijo – Más de lo que pueda ganar en tres meses de trabajo en el campo.
- Yo te lo presto.
- Tú, pero… ¿por qué?- preguntó perplejo Roberto.
- ¿Por qué no?
- Simplemente por que te he hecho mucho daño, te humillé, y no es lógico que después de lo que te dije el otro día me ayudes, deberías querer vengarte.
- No me suelo guiar por la lógica y qué mejor venganza que el que sepas que no te han quitado las tierras gracias a mí, gracias a una señoritinga malcriada – dicho esto, se volvió al lugar donde estaba sentada – Te avisaré cuando tenga el dinero – dijo cogiendo uno de los informes en sus manos y simulando que comenzaba a leer.
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Natalia había cabalgado por la sierra hasta un claro desde el cual se divisaba gran parte del valle donde se situaba Arazana. El paseo le había abierto el apetito por lo que, nada más desmontar, se acomodó en el suelo, revisó el paquete entregado por la Maña y en él encontró pan, queso y algo de fruta – Esta Maña está empeñada en que yo acabe con todas las reservas de queso de este bendito pueblo – se dijo. Tomando una manzana y apartando el resto de la comida, comenzó a extender a su alrededor los contratos que llevaba en una carpeta, de modo que la rodearon por completo.
No había vuelto a ver a Roberto desde la discusión que tuvieron en el terruño ya que en la imprenta no se había dado cuenta de su presencia hasta que lo vio salir por la puerta. Tampoco había habido posibilidad de ello pues había intentado evitar todos los lugares que él frecuentaba, la taberna, la plaza, su terreno; aunque había oído hablar a la gente sobre él. Todos estaban preocupados, casi no se le veía y cuando aparecía por el pueblo estaba cabizbajo, cansado, triste… muy diferente del Roberto que todos conocían, alegre, terco en ocasiones, pero muy unido a su familia y a sus amigos.
- ¿Pero qué me está pasando? – murmuró – Llevó aquí horas y ni siquiera he revisado un solo contrato – Era cierto, el sol había descendido notablemente en el cielo y ella seguía allí, con una manzana a medio comer sobre su falda y todo el trabajo por hacer. Se había dado cuenta de que cada vez que se quedaba sola, en sus pensamientos acababa apareciendo Roberto. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía tan mal y tan bien a la vez pensando en él? Desde el primer momento sus encuentros fueron atropellados, el río, la herrería, el baile,… en todos y cada uno de ellos sintió que algo le hacía ponerse a la defensiva, no bajar la guardia; sin embargo nunca se había sentido tan bien, tan protegida, tan cómoda como entre sus brazos. Aún recordaba la sensación de desconcierto cuando la sacó del agua, pero también sus brazos estrechándola contra su pecho y el calor de su cuerpo a través de la ropa mojada. Tampoco podía olvidar cuando en el dispensario, y con su ayuda, reconstruyó el asalto de Antonio Villa. Los movimientos fueron los mismos, las posturas fueron las mismas pero, mientras unos brazos eran como bandas de acero que la apretaban con dolor, los otros la sujetaban, la acunaban con ternura.
- Lo siento – escuchó Natalia a sus espaldas.
Con rapidez, Natalia sacó de debajo de su falda un revolver y se giró apuntando hacia la voz.
- Tal vez merezca que me dispares – comentó Roberto intentando que sus palabras perdiesen algo de la rigidez y tristeza que realmente destilaban.
- No me tientes – dijo Natalia manteniendo el arma apuntándole. Tras unos interminables segundos, finalmente bajó el arma, se giró y volvió a guardarla entre sus ropas.
- No merezco que me perdones, pero aún así tenía que disculparme.
- Bien, pues ya lo has hecho. – contestó ella sin mirarle.
Roberto titubeó, abrió la boca intentando decir algo, pero en realidad no había nada que decir; demasiado había dicho días antes, causando un dolor irreparable. Cuando ya iba a retirarse oyó que Natalia hablaba.
- ¿Por qué lo hiciste? ¿Qué te había hecho yo para que me…?– su voz sonaba derrotada.
Allí, sin moverse de donde estaba, Roberto comenzó a hablar, con la mirada fija en la espalda de Natalia quien mantenía la cabeza gacha mientras cruzaba los brazos sobre su pecho; su cabello descansaba sobre el hombro izquierdo y ello impedía que se viera su rostro.
- No me habías hecho nada y no sé porqué lo hice – dijo. Natalia, al escuchar semejante respuesta, rió tristemente – Es decir, - continuó Roberto con rapidez – no sé porqué te hablé así. Tú no tienes ninguna culpa de nada pero… fuiste quien pagó los platos rotos. Temo que voy a perder mis tierras y eso me desespera, pero no te molesto más.
- Aguarda, - dijo Natalia aún sin girarse - ¿por qué dices que vas a perder las tierras?
- No importa.
- Si importa. – Natalia se puso en pie y se acercó hasta quedar frente a Roberto. Lo miró a los ojos tratando de mostrar desafío, suficiencia; aunque tan solo era una pose ya que ante él las rodillas le temblaban, las manos le sudaban y el estómago se le encogía.
- Necesito dinero para poder comprar nuevos aperos de labranza y también para poder pagar la contribución. – Roberto comenzó a contarle sus desgracias a Natalia – He intentado conseguir un crédito pero no me lo conceden, además me he enterado de que Álvaro Montoro está tras esa negativa. – Estaba desarmado, la mirada de Natalia hacía que fuera incapaz de pensar; a nadie le había contado sus problemas, ni siquiera a su familia y allí estaba contando sus frustraciones a la mujer a la que tan hondamente había herido.
- ¿Cuánto? – preguntó ella.
- Mucho, demasiado.
- ¿Cuánto? – repitió.
- ¿Por qué quieres saberlo?- Ante el gesto altivo de ella, se lo dijo – Más de lo que pueda ganar en tres meses de trabajo en el campo.
- Yo te lo presto.
- Tú, pero… ¿por qué?- preguntó perplejo Roberto.
- ¿Por qué no?
- Simplemente por que te he hecho mucho daño, te humillé, y no es lógico que después de lo que te dije el otro día me ayudes, deberías querer vengarte.
- No me suelo guiar por la lógica y qué mejor venganza que el que sepas que no te han quitado las tierras gracias a mí, gracias a una señoritinga malcriada – dicho esto, se volvió al lugar donde estaba sentada – Te avisaré cuando tenga el dinero – dijo cogiendo uno de los informes en sus manos y simulando que comenzaba a leer.
#115
14/05/2011 19:20
Muy bonito el encuentro campestre. Tanto por lo que cuentas como sobre todo como lo cuentas.
#116
15/05/2011 00:20
Roberta, que nos dejas con la miel en los labios, quiero más, cuando pueda ser, por supuesto.
Estoy enganchadísima a Milady Natalia. ¡ Ole, Natalia ¡
Estoy enganchadísima a Milady Natalia. ¡ Ole, Natalia ¡
#117
15/05/2011 01:16
Roberta, acabo de leer tu relato y me gusta mucho. ¡Felicidades! Es una historia muy bonita e interesante.
Esperaré a que pongas la continuación.
Muchas gracias por ponérnosla.
Esperaré a que pongas la continuación.
Muchas gracias por ponérnosla.
#118
15/05/2011 12:54
Un trocito chiquitín-chiquitín,
no puede ser, en el post no hago más que escribir tonterias porque se me va la pelota y cuando tengo que ponerme seria con esto... no puedorrrrrrr, pecadoras (ya estoy otra vez)
A ver si a la tarde pongo algo más. Eso sí, si no me conecto al foro, porque como lo haga... la jod--os
Besitos
_______________________________________________________________________
Capitulo 15
- Sara, necesito poner un telegrama – dijo Natalia acercándose a la mesa donde estaba su prima cenando junto al teniente Romero, Flor y Marcial – Buenas noches a todos.
- ¿No puedes esperar a mañana? – dijo Sara fastidiada – Lo estamos pasando muy bien…, siéntate y mañana a primera hora lo ponemos.
- Sara, Sarita, venga… si vamos a tardar menos en hacerlo que en discutir – insistió Natalia.
- ¿Tan importante es? – preguntó Flor.
- Si, es muy importante para mí. – Natalia estaba seria, realmente debía ser importante para que insistiese tanto.
- De acuerdo, vamos. No tardamos – dijo Sara a los presentes y ambas salieron de la posada dirigiéndose hacia la imprenta.
-¿Para qué necesitas tanto dinero? – preguntó Sara mientras volvían a la posada.
- Cosas mías. – dijo Natalia.
- Natalia…, con la cantidad que has pedido que te envíen, puedes comprar medio pueblo. Ya sé que para ti es una minucia, pero…
- No es más que dinero…
- No me lo vas a decir, ¿verdad? – Natalia negó con la cabeza - ¿Es algo ilegal?- Natalia volvió a mover la cabeza en señal de negación - ¿Me lo dirás en algún momento?
- ¡Qué remedio me queda! ¡No vas a callar hasta que lo haga! – contestó Natalia.
- ¿Entonces?
- Entonces te lo diré cuando lo crea oportuno, no seas cotilla.
Algo le había ocurrido a Natalia aquella tarde, durante la mañana habían bromeado acerca de su encuentro con Morales el día anterior, pero en el fondo estaba muy triste. Sin embargo, pocas horas después, un torbellino parecía poseerla; sus ojos volvían a brillar, había solicitado que le enviaran una gran cantidad de dinero y estaba ilusionada… no sabía a qué o a quién debía darle las gracias por el cambio, pero cuando lo descubriese lo haría sin dudarlo un instante.
no puede ser, en el post no hago más que escribir tonterias porque se me va la pelota y cuando tengo que ponerme seria con esto... no puedorrrrrrr, pecadoras (ya estoy otra vez)
A ver si a la tarde pongo algo más. Eso sí, si no me conecto al foro, porque como lo haga... la jod--os
Besitos
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Capitulo 15
- Sara, necesito poner un telegrama – dijo Natalia acercándose a la mesa donde estaba su prima cenando junto al teniente Romero, Flor y Marcial – Buenas noches a todos.
- ¿No puedes esperar a mañana? – dijo Sara fastidiada – Lo estamos pasando muy bien…, siéntate y mañana a primera hora lo ponemos.
- Sara, Sarita, venga… si vamos a tardar menos en hacerlo que en discutir – insistió Natalia.
- ¿Tan importante es? – preguntó Flor.
- Si, es muy importante para mí. – Natalia estaba seria, realmente debía ser importante para que insistiese tanto.
- De acuerdo, vamos. No tardamos – dijo Sara a los presentes y ambas salieron de la posada dirigiéndose hacia la imprenta.
-¿Para qué necesitas tanto dinero? – preguntó Sara mientras volvían a la posada.
- Cosas mías. – dijo Natalia.
- Natalia…, con la cantidad que has pedido que te envíen, puedes comprar medio pueblo. Ya sé que para ti es una minucia, pero…
- No es más que dinero…
- No me lo vas a decir, ¿verdad? – Natalia negó con la cabeza - ¿Es algo ilegal?- Natalia volvió a mover la cabeza en señal de negación - ¿Me lo dirás en algún momento?
- ¡Qué remedio me queda! ¡No vas a callar hasta que lo haga! – contestó Natalia.
- ¿Entonces?
- Entonces te lo diré cuando lo crea oportuno, no seas cotilla.
Algo le había ocurrido a Natalia aquella tarde, durante la mañana habían bromeado acerca de su encuentro con Morales el día anterior, pero en el fondo estaba muy triste. Sin embargo, pocas horas después, un torbellino parecía poseerla; sus ojos volvían a brillar, había solicitado que le enviaran una gran cantidad de dinero y estaba ilusionada… no sabía a qué o a quién debía darle las gracias por el cambio, pero cuando lo descubriese lo haría sin dudarlo un instante.
#119
15/05/2011 12:58
Roberta, me gusta mucho tu historia. Natalia me cae fenomenal.
Sigu en cuanto puedas, aunque no tienes que agobiarte. Que nosotras empezamos a pedir y no paramos. Besos
Sigu en cuanto puedas, aunque no tienes que agobiarte. Que nosotras empezamos a pedir y no paramos. Besos
#120
15/05/2011 13:09
Natalia es un crack!!!!
Genial el relato Roberta.
Genial el relato Roberta.