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Como no me gusta la historia... voy y la cambio (Natalia y Roberto)

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Roberta72
Roberta72
27/04/2011 20:02
Como estoy bastante aburrida de que me tengan a Roberto entre rejas, aunque sean las rejas de cartón piedra del cuartel de Arazana, y de que nadie (excepto San Miguel) intente hacer nada... pues voy y lo saco yo misma.
Y como la historia parece que va dos pasitos pa´lante y tres pa´trás, pues voy y la cambio a mi gusto.
Y como a mi el que me gusta es el Rober... pues también cambio la historia.

Creo que me he metio en un ebolao del que no voy a saber salir pero bueno, todo sea por dar ideas a los guionistas de nuestros amores. Ya me direis...
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Capítulo 1

Parecía un sitio tranquilo, alejado del camino, seguro que por allí no pasaba gente con regularidad. La hierba que tapizaba la orilla del río era alta y estaba sin pisar así que decidió desmontar y descansar unos minutos.
- No puedo estar ya muy lejos de ese maldito pueblo. ¿Es que no había un lugar más perdido donde esconderte Sara?- dijo en voz alta mientras ataba el caballo a uno de los árboles que extendían sus ramas sobre el agua.
Mientras estiraba los músculos, agarrotados después de tan larga jornada a caballo, vio su reflejo en el remanso que el río formaba a pocos metros de allí. Miró hacia ambos lados y, al no ver a nadie y comprobar que el caballo se alimentaba tranquilamente, sonrió y comenzó a despojarse de sus vestimentas hasta quedar en ropa interior. Se adentró en el agua hasta que ésta le llegó hasta la cintura, entonces extendió los brazos y se dejó caer hacia atrás. Movía los brazos y las piernas lo indispensable para no alejarse demasiado de la orilla y mantenerse a flote, sintiendo cómo la corriente masajeaba su cuerpo. Sabía que la ropa que aún llevaba puesta, al mojarse, dejaría al descubierto las formas de su cuerpo, pero le daba igual, además, sería demasiada casualidad que alguien pasara por allí en ese momento.
#601
Mantecao
Mantecao
24/07/2011 11:26
Ay amá!!! Una se levanta el domingo por la mañana y se encuentra con semejante strepteasse... ¡Muy fuerte!!!

Genial la escena, Roberta. Eso sí, no te perdono que nos hagas esto, una se emociona leyendo tu relato y la vuelta a la realidad es muy dura...

Estoy en la cama recién levantanda, con el portátil encima de las piernas y claro, después de leer tu último fragmento del tirón y sin anestesia, lo único que le apetece a una es que un macizo jornalero que se quite la ropa en exclusiva para mí...

Y en lugar de semejante visión ¿qué es lo que veo???

¡La tabla de la plancha! y sobre ella una nota de mi madre en la que me dice... ¡¡¡MUDA LA CAMA!!!

¿Qué mude la cama??? ouch

Porque no está en casa que sino le diría...

Querida madre... ¡ME DECLARO EN HUELGA DE SÁBANAS CAÍDAS!!! Los efectos colaterales del relao de una paisana tuya (mi madre, al igual que Roberta también es de Bilbao) me impiden hacer nada hasta que me un morezano me deleite con un strepteasse de aupa" carcajada

...pero como la Señorita Mantecao no quiere que en casa la tomen por chalada, procederá rauda y veloz a hacer sus tareas domésticas con resignación... lo cual no quita que por dentro esté pensando...

¡ME CAGÜEN MI ESTAMPA!!!

Para intentar compensar el trago, ahí va un poquito de anatomía Robertil que a estas horas de la mañana nunca viene mal. guiño

comonomegustalahistoriavoyylacambionataliayroberto

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Ay Mantecao... ¡VICIO, A ESO SE LE LLAMA VICIO!!! carcajadacarcajadacarcajada
#602
turia70
turia70
24/07/2011 11:31
Gracias Roberta, menudo despertar mañanero, jajaja.
#603
Roberta72
Roberta72
24/07/2011 19:33
Bueno
Pues pongamos el fin del encuentro erótico-festivo.
(Lo pongo en dos partes porque no me entra en una)
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Teniendo a Natalia ya recostada a su lado, Roberto comenzó a acariciar su cuerpo. Apoyado sobre uno de sus codos, su otra mano vagaba por el costado de la muchacha, desde el pecho hasta la pierna, atrayéndola hacia él, provocando el contacto de sus pieles. Mientras Roberto estaba ocupado en hacer que sus cuerpos se acercaran, Natalia acercaba su cara a la de él para besarlo. A pesar del poco tiempo que hacía que se conocían, había más compenetración entre ellos que entre muchas parejas que llevaban juntos décadas; algo en su interior les decía dónde y cómo el otro necesitaba un beso o una caricia. Roberto se movió ligeramente hasta colocarse encima de Natalia y ella sintió el peso de él sobre su cuerpo, maravillada ante los secretos de la mente acerca del amor, ¿cómo podía ser que sintiese el cuerpo de su amante tan ligero cuando estaba sobre ella? Siguieron besándose durante unos segundos antes de que Roberto liberara su boca, dejando una estela de besos y caricias por todo su rostro mientras bajaba hasta su cuello y seguía hacia abajo. Natalia sintió en su piel aquellas maravillosas cosquillas de las que minutos antes habían hablado y ni pudo ni quiso evitar que un jadeo escapase de su garganta. En aquel momento, Roberto besaba el espacio entre los pechos de Natalia y, deteniéndose por un momento, levantó la cabeza y la miró sonriente; los labios de ella, entreabiertos, estaban rojos por la pasión y sus mejillas, sonrojadas, mostraban la excitación que la consumía. Loco de deseo por ella, Roberto posó las manos en los costados de Natalia mientras su boca depositaba decenas de besos en sus pechos, no dejando ni un poro de su piel por acariciar y besar. La joven se retorcía suavemente bajo el cuerpo de él, mientras sus manos acariciaban su cabeza y sus hombros. Roberto continuó el camino por la piel de Natalia bajando aún más, hasta el ombligo y aún más abajo. El pecho y el vientre de Natalia subían y bajaban a un ritmo lento y sensual y Roberto no pudo vencer la tentación de acariciar también con sus dedos la piel de la joven, de recorrer con ellos los mismos lugares por donde segundos antes había pasado su boca. Colocó su mano cerca del ombligo de ella y, lentamente, con uno de sus dedos, comenzó a dibujar círculos rodeándolo; Natalia no podía aguantar más el placer que aquellas caricias le estaban proporcionando, deseaba decirle a Roberto que parase, que se sentía morir, pero de su boca no salía ninguna palabra, tan solo gemidos y suspiros, los mismos gemidos y suspiros que animaban a Roberto a continuar, a seguir proporcionando placer a la mujer que llenaba su existencia.

Pronto Roberto sintió que ya no era capaz de aguantar más su deseo por Natalia, necesitaba estar dentro de ella, tomarla, sentirse a la vez invasor y prisionero del cuerpo de ella. Natalia se retorcía contra él, buscándolo, animándolo con sus movimientos a tomarla por lo que cuando sintió que Roberto estaba ya en el umbral de su cuerpo, echó la cabeza hacia atrás y cerró los ojos, disfrutando del momento.
- No, no cierres los ojos, no dejes de mirarme. Quiero verme en tus ojos cuando seamos uno tan solo. – dijo Roberto contra su boca.
Aquellas palabras paralizaron a Natalia quien hasta aquel momento se había dejado llevar por su cuerpo cada vez que hacía el amor con Roberto, no había reparado en que sus ojos se cerraban cuando él la amaba. Nunca había visto el rostro de su amante cuando llegaba al climax, cuando se derramaba en su interior, tan solo había sentido los espasmos de su cuerpo, sus manos asiéndola con fuerza, su aliento en la piel. Le hizo caso, los párpados le pesaban, sus ojos se cerraban involuntariamente, pero debía, quería, mantenerlos abiertos; no solo porque Roberto se lo había pedido sino porque le excitaba la idea de no solo sentirlo sino también de verlo. Al fin consiguió mantenerlos abiertos e inmediatamente se arrepintió de no haberlo hecho con anterioridad; Roberto la miraba sonriente, sus ojos brillaban y en su frente se veían diminutas gotas de sudor. Sintió como él entraba lentamente hasta el fondo de su ser, notó cómo su mano le dejaba ardientes caricias en la cadera, obligando a sus cuerpos a unirse aún más si es que ello era posible. Natalia flexionó las piernas y las cruzó a la espalda de Roberto, rodeándolo con ellas por la cintura, mientras que sus manos subían y bajaban por la espalda del joven siguiendo su columna vertebral. Ambos se movían siguiendo el mismo ritmo, lento, pausado, guiados por una fuerza que brotaba de sus almas, de sus corazones, de su amor. Y, cuando finalmente y al mismo tiempo, alcanzaron el éxtasis, sus miradas se encontraron. Se perdieron el uno en los ojos de otro y sus bocas esbozaron las más bellas de las sonrisas, sonrisas de felicidad, amor y plenitud, sonrisas de satisfacción por el placer entregado y recibido.
#604
Roberta72
Roberta72
24/07/2011 19:33
- ¿No vas a dormir? – preguntó Roberto minutos después.
- Uhmm, no - dijo Natalia con decisión frunciendo la nariz. Tras muchos besos, abrazos y caricias, Roberto y Natalia habían separado sus cuerpos. En aquellos momentos permanecían acostados de lado, frente a frente, mirándose, recordando las maravillosas sensaciones vividas momentos antes. Natalia alargó una de sus manos y, con delicadeza, posó sus dedos en los labios de Roberto; él, sintiendo esa caricia, atrapó uno de ellos con su boca y lo chupó durante unos instantes.
- Mañana vas a estar agotada – dijo él tras liberar la mano de Natalia.
- No seré la única… - dijo con voz traviesa. Tener a Roberto tan cerca, sentir su fuerte cuerpo junto al de ella, hacía que naciesen en su interior unas terribles ganas de provocarlo. Sabía que debían descansar, pero su cuerpo decía otra cosa, su cuerpo volvía a desear, a necesitar el de Roberto. Desde su vuelta al pueblo pasaban las noches amándose y los días llevando una vida normal, haciéndose cargo de las tareas cotidianas e intentando no coincidir para que nadie sospechase de su relación; no podrían mantener aquel ritmo de vida mucho tiempo, pero ya quedaba menos, tres días como máximo: miércoles, jueves y viernes, ya que el sábado todo debería estar decidido, para bien o para mal.
- Anda ven, abrázame y duerme un rato, yo velaré tu sueño – dijo Roberto riendo mientras la atraía hacia sus brazos. Él también la deseaba de nuevo, pero del mismo modo era consciente del duro día que tenía por delante en el terruño y de que desde que se acostaron por primera vez, lo habían estado haciendo a diario, el cuerpo de su amada debía descansar. Natalia se acurrucó en sus brazos, pegándose a él, entrelazando las piernas con las de su amante, sintiendo la evidencia de que él también la deseaba.
- Eres tú quien tiene que dormir, el trabajar en tus tierras debe agotarte. Yo velaré tu sueño. Yo tengo suficiente con estar así, abrazada a ti, sintiéndote junto a mí.

Roberto se separó ligeramente de Natalia, la tomó del mentón y con delicadeza la obligó a mirarlo, ella no quería dormir por alguna razón, tal vez estuviese incómoda a su lado o tal vez le ocurriese algo. Preocupado preguntó:
- ¿Me vas decir por qué no quieres dormir?
Natalia sonrió tristemente y se mordió el labio inferior, tal y como hacía siempre que algo la incomodaba o cuando estaba muy concentrada en algo. Se acomodó de nuevo en el pecho del joven y le respondió en voz muy baja, casi inaudible.
- Porque sé que cuando despierte ya no estarás a mi lado.
A Roberto le sucedía lo mismo, deseaba pasar todo el tiempo del mundo junto a Natalia, pero no solo besándola, acariciándola y amándola; también deseaba tomarla de la mano, hablar de cualquier tema a la vista de todo el mundo, simplemente estar con ella. Por esa misma razón deseaba que ella se durmiese, porque sabía que no tendría fuerzas para despedirse de ella, para enfrentarse a su mirada mientras salía por la ventana una madrugada más.
#605
caleiro
caleiro
24/07/2011 19:39
Roberta entre tú y Campanilla nos váis a matar de un sofocón ja ja ja
#606
Campanillanj
Campanillanj
24/07/2011 19:46
Precioso, Roberta !!!!
Sensacional, Romantiquísimo, tierno, perfectamente relatado. Sencillamente genial
#607
arunda
arunda
24/07/2011 21:44
Que derroche de amor ....de besos..... de caricias..........
gracias roberta
es verdad caleiro entre campanilla y roberta uuuuuffffff!!!!!!!
#608
wenta
wenta
24/07/2011 22:09
estoy sin palabras...

ovación de 15 minutos para Roberta !!!!!

bravobravobravobravobravobravobravobravo
bravobravobravobravobravobravobravobravo
bravobravobravobravobravobravobravobravo
#609
turia70
turia70
24/07/2011 22:18
Que bien lo cuentas, genial Roberta.
#610
wenta
wenta
24/07/2011 22:34
Roberta, eso de que no me gustan tus "locuras", es pura envidia. Mea culpa!!!!!!!!
#611
FichaRoja
FichaRoja
25/07/2011 00:25
Roberta, tenía muchos fragmentos atrasados y............... ay, Dios¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

¿Ahora quien se duerme?

Pufffffffffffffff, que escenas, por Dios, esta pareja se merece ser feliz a la de ya. Que amor entre ellos, que pasión, que ternura.............. ¿Y a tí te cuesta escribir las escenas de cama? Ay, mentirosilla, que nos has engañado a todas............

Precioso.

Mil gracias.
#612
Mantecao
Mantecao
25/07/2011 13:31
ROBERTA solo puedo decir...

bravobravobravobravobravobravobravo
bravobravobravobravobravobravobravo
bravobravobravobravobravobravobravo

Ya te lo dije una vez y te lo vuelvo a repetir...
¡DEDÍCATE A LA LITERATURA ROMÁNTICA, TIENES FUTURO!!! carcajada
#613
martahazarista
martahazarista
25/07/2011 14:22
".....por qué no duermes?....porque cuando despierte angel con quien soñaba no estara a mi vera........besos
#614
Roberta72
Roberta72
25/07/2011 16:05
Muchísimas gracias a todas, es un placer que a una le regalen los oidos de ese modo.

Y si, FichaRoja, me cuesta mucho muchíííííííííísimo escribir estas escenas.
Para que os hagais una idea... tardo lo mismo en escribir una escena completa en la que aparezcan Rafaelín, Morales, o las divertidas discusiones de Sara o Roberto con Natalia (más o menos una página y media) que cuatro lineas de este tipo de escenas.

A la noche más, me voy a ver el capítulo de hoy que tenemos ración extra de Roberto y Eugenia (aunque creo que va a ser por separado)

Besitos
#615
Xavier28
Xavier28
25/07/2011 16:55
guiñoguiñoguiñoguiñoguiñoguiñoguiño sonriente sonriente
#616
Roberta72
Roberta72
26/07/2011 00:04
Uy, Xavier, si yo no sabía que los chicos os pasábais por estos posts......
Estaba convencida de que el público de las historias de Campanilla, Cris, raulymarta y todas las demás, era 100% femenino, pero yo encantada de tener tambié opiniones masculinas.

Mantecao, un besazo a tu amatxu. Tan solo a una bizkaina se le ocurre irse por ahí y dejar a su hija la tabla de la plancha preparada la mañana del domingo. Lo que me he reido.

Para que veais de donde le viene a Natalia el arranque... la sangre bizkaina pues...

Os dejo un trocito divertido, de los que me cuestan 30 minutillos nada más. La escena anterior cuatro días.

Besitos
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Capitulo 39

- Natalia, abre, tengo que hablar contigo.
Aquellas palabras sobresaltaron a la joven. Finalmente se había quedado dormida en brazos de Roberto; las caricias que él había derramado por su piel, los besos depositados en su cabeza, los latidos de su corazón, habían terminado por vencer su determinación a permanecer despierta y, una vez más, había despertado sola en su cama. Debía de ser muy tarde, la luz entraba a raudales por la ventana, y las sábanas, en el lugar de la cama donde había estado Roberto, estaban ya frías. Una vez más había entrado en su habitación, la había amado, la había hecho feliz y se había escabullido en las sombras de la noche como un fantasma; aquello la entristecía enormemente, pero el recordar sus besos, sus caricias, su mirada, fija en la de ella mientras se amaban, hizo que una enorme sonrisa apareciese en sus labios. Estiró los brazos y las piernas desperezándose, enredándose en las sábanas de la cama, escondiendo la cara en la almohada, feliz ante la satisfacción que sentía en su cuerpo.
- Natalia, ¿estás bien? – Sara volvía a llamarla desde el pasillo.
- Si, voy, voy, espera un segundo – dijo gritando mientras saltaba de la cama.
Tomó el camisón, que aún permanecía en el suelo, en el mismo lugar en donde ella lo había arrojado la noche anterior y se lo puso mientras se acercaba a la puerta. Natalia se sonrojó al recordar cómo la noche anterior ambos se habían desnudado lentamente dejando que el otro observara sus movimientos y se maravilló de cómo su vida había cambiado en pocos días. ¿Se hubiese comportado del mismo modo con otro hombre o era Roberto quien hacía que se desinhibiera de semejante manera? Al ir a abrir la puerta reparó en que la llave no estaba en su sitio, ¿dónde diantre…? ¡Roberto!, pensó; Roberto había quitado la llave de la cerradura y la había guardado en su mano.
- ¿Natalia? – volvió a preguntar Sara, al ver la tardanza de su prima.
- Si, un momento, es que no encuentro la llave. – dijo mientras se giraba y buscaba con la mirada aquel pedazo de metal. Si Roberto se había llevado la llave para gastarle una broma iba a tener que escuchar unas cuantas cosas; pero no, él no la haría eso, la llave tenía que estar cerca.
- ¿Qué no encuentras qué?
- La llave, Sara, la llave. – Natalia revolvía la ropa de la cama, intentando encontrarla.
- ¿Y por qué la quitaste de la cerradura? – preguntó Sara.
- No fui yo, fue Roberto que se cuela cada noche en mi cama y me hace el amor apasionadamente – dijo ella entre dientes mientras buscaba en los cajones de las mesillas.
- ¿Has dicho algo?
- Que ya voy – dijo Natalia poniendo los brazos en jarras. De pronto vio que algo brillaba en el suelo, entre los pliegues de su abandonada bata – Ya la tengo – dijo triunfante.

- ¿Se puede saber qué te pasaba? – dijo Sara en el momento en que Natalia abrió la puerta. - ¿Qué es eso de que no encontrabas la llave? – Al ver el tremendo desorden que había en la habitación, Sara se quedó sin habla. – No me extraña que no encontraras la llave, ¿qué ha pasado aquí, un huracán?
La bata de Natalia seguía en el suelo, la cama estaba totalmente deshecha y las sábanas cayendo hacia el suelo, la ventana aún permanecía abierta.
- Si, bueno, - comenzó dubitativa Natalia – tenía calor y... bueno, quité la ropa de la cama y abrí la ventana para que entrase algo de fresco. ¿Qué es eso tan importante que querías contarme? - preguntó Natalia mientras daba vueltas por la habitación recogiendo y ordenando cosas.
Sara no había creído en absoluto la explicación de su prima, pero hizo como que la aceptaba, ya tendría tiempo para descubrir si lo que sospechaba era cierto, que Roberto había pasado la noche en al posada.
- Quiero que me acompañes.
- ¿Adónde? – preguntó Natalia mientras se ponía la bata y se sentaba al espejo para ordenar su cabello.
- Voy a hablar con el Chato. – Sara se había sentado en la cama.
- ¿Y quieres que yo te acompañe a hablar con ese… caballero? – rectificó al ver la cara de su prima – Sabes muy bien que no puede ni verme. ¿Y qué vas a decirle?
- Que debe dejar la sierra.
- Sara, sé realista. No puedes decirle que deje la sierra. No puedes hacerlo sin ofrecerle una alternativa. – Natalia se levantó de su asiento y fue a sentarse junto a su prima. – El Chato no es como Juan o como Marcial, ellos tienen otra vida, saben desenvolverse en la sociedad.
- Él también lo conseguirá
- Lo sé, sé que lo conseguirá, pero necesitará mucha ayuda. Recuerda que está puesto precio a su cabeza, no puede presentarse en las calles de Arazana y hacer como si nada pasara. Dame unos minutos para que me arregle y enseguida nos ponemos en camino, algo se nos ocurrirá. ¿Podrías de mientras pedirle a la Maña que me prepare algo de desayuno? Tengo mucha hambre – dijo frotándose el vientre.
- Más bien le pediré algo de comer, por la hora que es.

Una madrugada más Roberto, había salido de la habitación de Natalia y entrado en la que compartía con Juanito utilizando las ventanas, se rió al pensar que se estaba convirtiendo en todo un especialista en trepar por las paredes y saltar ventanas. Se desnudó intentando no hacer ruido y se metió en la cama; a pesar de lo tarde que era no pudo conciliar el sueño, las últimas palabras de Natalia se le habían quedado grabadas: “Porque sé que cuando despierte ya no estarás a mi lado”. Estar a su lado, eso era lo que más deseaba en el mundo. En muy pocas semanas su vida había cambiado por completo: había pasado de ser un jornalero explotado en las tierras de los Montoro y liderar las revueltas de los campesinos como él, a ser dueño de sus propias tierras y no tener cabeza más que para pensar en Natalia, una jovencita rica y de buena familia pero con una forma de pensar muy distinta a la que tenía el resto de su clase social. Una vez más, vio amanecer mientras recordaba el rostro de Natalia y pensaba cómo pedirle que no se fuera.
#617
Campanillanj
Campanillanj
26/07/2011 00:10
Como siempre, GENIAL, roberta
#618
FichaRoja
FichaRoja
26/07/2011 00:15
Roberta, fantástico, como siempre.

comonomegustalahistoriavoyylacambionataliayroberto
#619
arunda
arunda
26/07/2011 01:13
GRacias roberta
#620
Xavier28
Xavier28
26/07/2011 13:04
bravo bravoRoberta.Somos muchos los que os leemos...comentamos.....
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