Pequeños relatos escenas Sara y Miguel (Francino boys)

!Madre mia! hija que barbaridad, estoy flipada, extasiada, llevo un rato mirando la pantalla sin dejar de imaginar tu relato guau.

!Bosco, Adrián como te llames vuelve por favor!

Gracias Ficha Roja por habernos dado a Adrian, ufffffffffffffffffffffff madre mía como escribes, hace falta un ventilador al lado ja ja ja.
Pásalo bien con tu family. Besos

¡Genial, FICHAROJA!!!! Tú sí que servias para guionista!!!!!!

¿¿¿¿ESTE POST PERDIDO EN LA PÁGINA 3???? Ni de broma!!, Venga escribir algo!! animaos, que no siempre escriban las mismas, ¡¡TOD@S SOMOS ARTISTAS!! ¡¡a escribir y alegrar el foro!! ahora más que nunca hay que hacerlo.
¡ANIMO!

RELATO DE ADRIAN:

7. EL MUNDO REAL

Se despertó temprano, abrazada a él. Le miró con una sonrisa en los labios. Era un hombre impresionante, había que reconocerlo. Guapo, con un perfil clásico que quitaba el sentido, la nariz recta, los ojos grandes pero no excesivos, los labios carnosos pero bien definidos…. Podría haber sido el modelo de cualquier escultura griega y no habría desentonado…. Y aquel cuerpo, atlético, bien torneado pero no excesivamente musculoso, simplemente definido, sus largas piernas, su poderoso torso, su cintura firme…. No podía dejar de mirarle…. Tenía que ser un sueño, no podía ser real, estas cosas no pasaban en la vida real, sólo en las novelas que ella leía….

Se levantó con mucho cuidado para no despertarle y se metió en la ducha. Estaba quitándose el jabón del pelo cuando le sintió a su espalda. No le había oído llegar pero le gustó sentir sus manos en la cintura y su aliento en el cuello.

- Buenos días. Que madrugadora….
- Siento haberte despertado, no era mi intención….
- Pues yo no lo siento. ¿Has dormido bien?
- Perfectamente….
- Yo también. Hacía tiempo que no dormía tan bien como esta noche. ¿Quieres que te enjabone la espalda?
- En realidad casi había terminado….
- Bien. Entonces puedes enjabonarme tú….

Se giró, dándole la espalda y ella hizo lo que le pedía. Le enjabonó el cuerpo, pero tuvo que ponerse de puntillas para enjabonarle el pelo, casi no llegaba. Después le dejó sitio bajo la alcachofa para que pudiera quitarse el jabón, mientras hacía ademán de salir de aquel estrecho cubículo, pero el la cogió por la cintura y le susurró al oído “no te vayas”, mientras comenzaba a besarla y a acariciar su cuerpo sin dejar ni un resquicio por explorar.

Se amaron de nuevo, redescubriéndose, bajo aquel chorro de agua que les empapaba, sintiendo la piel del otro, sintiendo los besos del otro, las caricias del otro. Cuando ambos estaban tan excitados que ya no podían esperar más para saciar su sed, él la puso de espaldas contra la pared y entró en ella, que dejó escapar un débil gemido de satisfacción al sentirle dentro. Se movieron al unísono hasta que sus cuerpos quedaron saciados, exhaustos de nuevo, plenos de nuevo. Después permanecieron abrazados, dejando que el agua resbalara por sus cuerpos hasta que recuperaron el ritmo de la respiración.

Tomaron el desayuno y se marcharon al trabajo, por separado, ella caminando y él en metro. Se despidieron con un simple hasta luego y un beso en la mejilla. Ella le vio entrar en la boca de metro y bajar las escaleras tranquilamente, sin prisa, no se cansaba de mirarle…. Pero sabía que lo que había sucedido entre ellos sólo había sido cosa de una noche, de un día, había sido un sueño…. Pero ahora estaba en la realidad y, probablemente, no volvería a verle y, si lo hacía, no creía que se repitiera un encuentro como el que habían tenido. Definitivamente aquello había sido un sueño y ella tenía que volver a la vida real.

Estuvo todo el día enfrascada en sus reuniones editoriales, pero no podía quitarse de la cabeza a Adrian…. No podía evitar recordar sus caricias, sus besos, su manera de mirarla…. Aquellos ojos la hipnotizaban, hacían que se perdiera al mirarlos, que no viera nada más…. Y su voz…. Su voz la subyugaba, le había pasado desde el primer momento en que le conoció pero, aquella noche, cada vez que susurraba su nombre, era como si una corriente magnética le atrajera más y más hacia él, como si una fuerza invisible la atara a su pecho, como si ya no pudiera separarse de él más que durante unos pocos minutos y a escasos centímetros…. Como si todo su mundo girara porque era él quien lo hacía girar…. ¿Qué tenía él que la trastornaba de aquel modo? ¿Por qué se sentía así? Esto era una locura, una bendita locura….

Adrian sentía algo parecido. No había podido dejar de pensar en ella ni un segundo durante aquel día. Menos mal que lo único que tenía que hacer aquella mañana era repasar expedientes antiguos pendientes de algún trámite burocrático para poder cerrarlos definitivamente, porque su cabeza no estaba precisamente entre las cuatro paredes de su oficina. Su mente había volado muy lejos de allí, hasta el porche de su casa del acantilado, hasta la tarde lluviosa en que ella se quedó en aquel porche mirándole, sin hablar, sin decir nada, casi sin pestañear, simplemente mirándole hasta el infinito…. Aquellos ojos…. Podría perderse para siempre en aquellos ojos pardos que le sonreían cuando le miraban, podría deleitarse para siempre en la dulzura que transmitían, podría dejar de respirar si era necesario con tal de seguir mirándola eternamente….

Y su boca…. Su boca le atraía como jamás le había sucedido con nadie…. Cuando miraba aquellos labios lo único que quería era besarlos, morderlos, lamerlos, sentirlos contra los suyos…. Aquella boca pedía a gritos sus besos, sus caricias, su tacto…. Cuando aquella noche ella le susurró “háblame”, rozando apenas el lóbulo de su oreja al hacerlo, él sintió que no era hablarle lo que quería, sino besarla, hacerla sentir la corriente de excitación que él había sentido con aquel mínimo contacto de sus labios. Y cuando después permaneció abrazada a su pecho sin decir nada, simplemente quiso que aquel momento durara eternamente, aunque no pudiera ver sus ojos, aunque no pudiera ver su boca, aunque sólo pudiera sentirla…. Porque sentirla era lo que quería, sentir cada centímetro de su piel contra su cuerpo, cada movimiento de su respiración contra su pecho, cada susurro que ella dijera contra su boca…. ¿Qué demonios le pasaba con ella? Si casi ni la conocía….

7. EL MUNDO REAL: Fragmento 2:

Se había vuelto loco, seguro, esa era la respuesta. O él se había vuelto loco, o ella era bruja y había hecho algún conjuro contra él que le había dejado a su merced. No creía en la brujería, así que la primera opción era la más plausible. Se había vuelto loco, total, completa y definitivamente loco. Aquella mujer….

Cuando terminaron su jornada laboral cada uno volvió a su casa, como si nada de lo que había pasado la noche anterior hubiera sucedido en realidad, intentando recuperar la cordura y no dejarse arrastrar por aquellas extrañas emociones que les habían embargado hasta hacerles dudar de sí mismos. Probablemente algo de distancia les ayudaría a recuperar la cordura que habían perdido durante unas horas. Marta siguió con la novela que tenía a medio evaluar y él terminó de revisar los expedientes pendientes.

Pero no podían fingir que no había sucedido nada, no podían apartar los recuerdos como si hubieran sido producto de su imaginación, no podían dejar de sentir que era con el otro con quien querían estar….

El teléfono de Marta emitió un beep. Un mensaje. No hizo caso, sería publicidad. Al rato volvió a sonar, otro beep. Siguió con lo que estaba haciendo. A la media hora el dichoso teléfono volvió a pitar. ¡Qué pesaditos¡ Lo cogió, para quitar el sonido, pero los mensajes provenían de un número normal, no de un número de publicidad. ¿Qué pasaba? Los abrió.

- Primer mensaje: Te echo de menos. Creí que podría pasar un día entero sin ti, pero parece que no es así…. No puedo dejar de pensar en ti….
- Segundo mensaje: Quiero estar contigo, extraño tu contacto, tu cuerpo….
- Tercer mensaje: Discúlpame, por favor…. Creí que sentíamos lo mismo, pero veo que no es así. Cuídate….

¿Qué no era así? ¡Si no había hecho otra cosa en todo el día que pensar en él¡ Claro que quería estar con él, sentir su cuerpo, su boca, su voz…. ¿Por qué no había mirado el dichoso teléfono antes? Ahora él pensaría que ella no quería estar con él, que no sentía esa atracción, que todo había sido un espejismo…. Le llamó, inmediatamente, pero no contestó. ¡Joder¡ Insistió. De nuevo sin respuesta. ¡Mierda¡ Seguro que se había disgustado, a lo mejor había salido a dar un paseo. Volvió a insistir. Nada. Uffffff, que mal. De acuerdo, de acuerdo, cálmate Marta. No pasa nada. Volverá. Envíale un mensaje, lo leerá cuando vuelva. Y eso hizo, le envió un mensaje para que lo leyera a su vuelta.

Adrian estaba en la ducha, necesitaba serenarse después de la impotencia que había sentido ante su silencio. Ella no estaba interesada, de acuerdo. Entonces, ¿por qué se había comportado así la noche anterior? Salió del baño, secándose el pelo con una toalla, y alcanzó a oír el sonido de su teléfono. Estaban llamando, pero cuando llegó ya habían colgado. Tenía varias llamadas perdidas, todas del mismo número, todas de ella. Sonrió. Así que sí quería hablar con él. La llamaría. Sonó el tono de mensaje del teléfono. El mismo número. Lo abrió inmediatamente.

“Mi teléfono no tenía sonido. No oí tus mensajes. No quiero cuidarme, quiero que lo hagas tú…. No quiero que te disculpes, quiero que sientas lo mismo que yo…. Quiero tenerte, todo, tu cuerpo, tu piel, tu voz…. ¿Estás en Cala Martina? Iré a verte… si quieres, claro….”

No era necesario, antes de un minuto se había vestido y había salido corriendo hacia su casa. Le había dicho que tenía un apartamento en la ciudad, pero no que estaba a escasos quince minutos de su casa. Antes de que ella pudiera siquiera pensar que no quería responderle estaba tocando a su puerta. Marta abrió con la esperanza de que fuera él y así fue. No lo pensó y se lanzó directamente a abrazarle, a besarle, a colgarse de su cuello. El la cogió por la cintura, levantándola del suelo y, tras cerrar apresuradamente la puerta, fue con ella hasta su dormitorio, donde la dejó encima de la cama sin dejar de besarla ni un instante.

No se pararon a pensar en el otro, ni a deleitarse, ni a ser cuidadosos. Querían tenerse y querían que fuera ya. Se amaron con premura, casi con desesperación, como si no hubiera bastante tiempo para poder hacerlo. Se entregaron con un ansia insaciable, apenas sin quitarse la ropa, en un baile frenético que les llevó al éxtasis entre gemidos de necesidad. Cuando al fin consiguieron recuperar la respiración, él comenzó a susurrarle apenas, sin dejar de mirarla.

- Perdóname, por favor. No he podido controlarlo. Te deseaba tanto que ni siquiera he pensado en satisfacer tus necesidades…. Perdóname….
- ¿Por qué? Hasta donde yo sé mi necesidad era tan grande o más que la tuya y no me he parado a pensar en si te complacía o no. Simplemente me he dedicado a sentirte….
- Mmmm, me vuelves loco…. Pensé que no querías volver a estar conmigo….
- Eso nunca pasará…. Siempre querré estar contigo…. – Marta se mordió el labio. Había pronunciado aquellas palabras sin pensar…. No es que no sintiera lo que había dicho, pero no quería demostrarlo tan abiertamente, quizá él no sentía lo mismo o no quería que fuera de ese modo….
- Suena genial, siempre….

Se acercó a su oreja y comenzó a besarla con suavidad, exhalando su aliento sobre ella. Luego pasó a su cuello, a la zona alta su pecho y de nuevo a su cuello, hasta subir por él y llegar a su boca, donde se enredó en un beso interminable que la dejó sin aire y completamente desarmada. Bajó de nuevo a su pecho, abriéndose paso entre la ropa que había quedado a medio quitar en el envite anterior, retirándola de su cuerpo para poder acariciarlo sin impedimentos. Besó su pecho, sus senos, su cintura, bajó hasta su ombligo y después hasta la línea de su vello púbico, que mordisqueó cuidadosamente. Ella se arqueó hacia él, entre gemidos de deseo, acariciando su cabeza y enroscando los dedos en su pelo. El volvió a subir hasta su cara para besarla de nuevo, mientras sus manos seguían acariciándola sin descanso.

7. EL MUNDO REAL: Fragmento 3:

Ella hizo que su camisa, abierta pero sin quitar, se deslizara por sus brazos, siguiendo con sus manos la extensión de los mismos. Acarició su espalda, su pecho, sus costados y finalmente se detuvo en sus caderas, aferrándose a ellas mientras se arqueaba hacia él. El la tomó nuevamente, con una lenta cadencia esta vez, con movimientos ondulantes pero profundos, con suavidad, con deleite, con cuidado de que en cada gesto ella sintiera lo que merecía, el más exquisito de los placeres. Ella enroscó sus piernas al cuerpo masculino, dejándose mecer por su vaivén. Se amaron de nuevo con delicadeza, con ternura, con pausa…. Disfrutaron del cuerpo del otro con lentitud, con deleite, sin premura…. Se dieron todo lo querían recibir y estallaron de nuevo juntos, entre suspiros entrecortados y susurros de complicidad. Fueron uno y se sintieron plenos al serlo. Y, después, sus cuerpos se mantuvieron entrelazados, disfrutando del contacto del otro, de la mirada del otro, sin palabras, simplemente con una sonrisa en el rostro.

Volvieron a despertar abrazados, unidos piel con piel. Esta vez fue Adrian quien despertó primero. Se levantó, se dio una ducha y preparó el desayuno. Cuando estuvo listo la despertó, con suaves besos en el cuello, susurrándole al oído.

- Buenos días, dormilona…. Hora de levantarse.
- Mmmm…. Buenos días…. ¿Qué hora es?
- Temprano. – Le quitó un mechón de pelo de cara mientras le miraba adormilada aún. – He preparado el desayuno, arriba.
- Vale… ya voy…. Huele a café, ¡que bien¡
- Vamos, te espero en la cocina….

Adrian salió de la habitación. Ella se levantó, se lavó la cara y los dientes y fue a la cocina también. El estaba sentado a la mesa, jugando con la cucharilla del azúcar.

- Buenos días.
- Buenos días, otra vez.
- Gracias por preparar el desayuno.
- De nada, un placer….
- ¿Por qué te has ido tan rápido? Pensaba que me darías un beso de buenos días….
- Si me hubiera quedado se habría enfriado el desayuno…. No habría podido conformarme con un beso de buenos días….
- Ah¡¡¡ Vale…. – Se acercó a él y, cogiendo su cara entre las manos, le besó, suavemente, dulcemente, apenas un mínimo roce en aquellos labios que tanto la atraían. Después se sentó frente a él, sonriéndole.
- Marta….
- ¿Sí?
- No sé muy bien que está pasando pero… creo que esto no es normal, al menos no para mí….
- ¿Qué significa “esto”?
- Lo que estamos haciendo….
- Y, ¿qué estamos haciendo exactamente?
- Estar juntos….
- Juntos…. No sé si estamos o no juntos, no hemos tenido tiempo material como para estar de ninguna manera…. Sólo hace unos días que nos hemos conocido….
- Hace unos meses que nos conocimos….
- Me refiero a intimar….
- Intimar…. Esa palabra no define suficientemente lo que ha pasado….
- ¿Y que palabra utilizarías?
- Obsesión sería una palabra que define mejor lo que siento….
- Obsesión es una palabra algo fuerte….
- Pues es lo que siento…. Sé que suena mal pero…. No puedo dejar de pensar en ti, de pensar en verte, en tocarte, en hacerte mía…. No puedo estar cerca tuya y no desearte…. Cerca o lejos…. Te deseo de una manera absolutamente irracional….
- Irracional….
- Sí, sé que es una locura, que probablemente a ti no te pase pero…. No sé que me has hecho…. Desde que te conocí no he podido dejar de pensar en ti y después, cuando estuvimos juntos en mi casa…. Fue peor, mucho peor….
- ¿Peor?
- Antes pensaba en que te diría, en que haría para conseguir verte, en que inventaría para poder buscarte sin tener una excusa…. Pero luego…. Luego no podía evitar pensar en lo que quería hacerte, en como quería abrazarte, besarte, hacerte mía…. Te deseaba con tal intensidad que la noche que dormiste conmigo me fue muy difícil controlarme para no hacerte el amor….
- Adrian….
- Lo sé, sé que es una locura, y no tienes por que entenderlo, pero quiero que sepas que no puedo estar cerca tuya sin tocarte o sin acercarme a ti para besarte, para acariciarte, o simplemente para mirarte y perderme en tus ojos…. Nunca me había pasado nada así con nadie, nunca…. He llegado a pensar que me has embrujado….
- Yo…. No…. No te he hecho nada…. ¿Cómo voy a embrujarte?
- No lo sé. Pero sé que lo que siento no es normal….
- Sé de lo que hablas…. La necesidad de ver a esa persona, de sentirla, de tenerla cerca…. La ilusión de una llamada o una palabra, de una mirada o una sonrisa, de un momento de cercanía, de una caricia, de un beso…. El miedo a que la otra persona no sienta lo mismo, a que sea un espejismo, un sueño, un deseo no compartido…. No es una locura….
- Veo que lo has sentido alguna vez…. ¿Qué pasó? ¿Por qué no estás con él? Debió estar loco para dejarte marchar….
- No se trata de que lo haya sentido, se trata de que lo siento…. No puedo dejar de pensar en ti, dejar de ver tus ojos cuando cierro los míos, dejar de sentir tu voz cuando te recuerdo…. ¿Hablas de locura? Pues estoy totalmente loca… por ti….
- Marta….
- No puedo dejar de sentir tus manos sobre mi cuerpo, de querer que me abraces, de sentir que no quiero que estés lejos…. La noche que me quedé en tu casa sólo quería abrazarte, sentir tu piel, nada más…. Pero no me atreví, no quería que pensaras que estaba loca, bastante había sido con pedirte que me hablaras….
- Me moría por tenerte….
- Y yo me moría por tenerte a ti….
- ¿Y qué vamos a hacer?
- Disfrutarlo mientras dure….
- ¿Mientras dure? ¿Por qué tiene que haber un final?
- Porque todo se acaba….
- Esto no se va a acabar…. No puede acabarse…. Es demasiado intenso como para acabarse….
- Precisamente por eso, porque es demasiado intenso, es una auténtica explosión de locura…. Pero me gustaría disfrutarlo mientras dure, sin compromisos, sin promesas, sin obligaciones…. Sólo estar ahí si el otro también lo quiere….

7. EL MUNDO REAL: Fragmento 4:

- Estar ahí….
- Es más que suficiente….
- No para mí….
- No tienes que compartirlo si no es lo que quieres….
- No es lo que quiero….
- De acuerdo, no hay problema…. No voy a pedirte nada, puedes dejarlo cuando quieras…. Ha sido una experiencia interesante, además de intensa, no tiene porque haber más….
- No estás entendiendo nada, Marta…. Sí tiene que haber más, quiero que haya más…. No quiero simplemente estar ahí….
- ¿Y qué quieres?
- Quiero compartir contigo, más allá de esta locura, compartir tu vida, tus sueños, tus deseos…. Quiero ser más que una locura pasajera…. Quiero más que tener tu cuerpo….
- No me conoces….
- Déjame hacerlo….
- Quizá no te guste lo que encuentres….
- Quizá sí…. Déjame descubrirlo…. Dame vía libre para estar en tu vida además de en tu cama….
- En mi vida….
- Déjame intentarlo, déjame estar contigo, déjame ser lo que no has tenido, lo que has soñado, lo que has buscado…. Al menos déjame intentarlo…. Si no es lo que quieres, me iré, pero deja que lo intente, por favor….
- No es tan sencillo….
- Sí lo es, no tienes que hacer nada, sólo dejarte querer… dejarme que te quiera…. Si no funciona, me retiraré, lo prometo….
- No quiero promesas….
- Pues no te prometeré nada….
- No quiero obligaciones….
- No eres mi obligación, ¿yo sería una obligación para ti?
- No, tú serías mi devoción….
- Pues deja que tú seas la mía, déjame quererte….
- Sin obligaciones, sin promesas, sin falsas esperanzas…. Si no funciona, si no va bien, si no es lo que queremos… lo diremos….
- Eh, mírame…. – Se había levantado y le había cogido la cara entre las manos. – Va a ir bien, lo sé, todo va a estar bien, estoy convencido, y voy a conseguir que te sientas la mujer más feliz del mundo, ¿de acuerdo?
- No tienes que conseguir nada, me conformo con que estemos juntos mientras funcione y con que tengas la libertad de marcharte si no estás bien a mi lado….
- Marta, no voy a irme, esto va a funcionar, va a ser maravilloso…. Y no me preguntes como lo sé, pero lo sé…. Eres tú, lo sé, y no necesito más….

Se inclinó y la besó. Un roce, una brisa, la sensación de unos labios sobre los suyos, apenas una mínima caricia, pero una caricia que encendió su corazón, una caricia que le hizo vibrar de emoción, una caricia que hizo que su alma cantara una melodía de felicidad.

Adriánn....tan perfectooo que es...uno de mis favoritos Seguroo...Ficha ya te lo dije por tu correo pero...quería pedirte un favor que me dieras la opinión sobre una historia...que estoy escribiendo si puedes la lees y me lo dices =)

este post arriba

Ficharoja

¿Dónde has dejado los relatos del teniente?
El uniforme, la capa y el tricornio.

O las del poli casi bueno con vaqueros y camisa blanca.

¡¡¡¡¡Porque no podemos dejar que los chicos FRANCINO nos abandonen.!!!!!

Porque nos ponen...................................

que post tan bonito es maravilloso recordar posibles opciones y a tantas compañeras

Muchas gracias chicas por este post, es un gustazo después de tanto tiempo seguir leyendo sobre Miguel y Sara, !que pareja tan bonita!.

A la pagina 1ª

Se podia seguir escribiendo relatos y así no perderiamos este post tan bueno, en fin hay lo dejo.

El Regreso del Teniente Romero.
Miguel trabajaba en secreto para el ejercito, era espia se hacia pasar por Capitán Fernández en la unidad del General Patiño. Los detuvo a todos los golpistas en una operación coordinada con la Guardia Civil.
Fué a la casona para ver a Sara, entró en su dormitorio y se escondió detrás de las cortinas.
Sara - Buenas noches Chelo, Jimena venga a descansar.
Sara sacó un revolver de un cajón.
Sara - Salga con las manos en alto y tire las armas.
Miguel - Hola Sara soy Miguel Romero.
Sara - Estas muerto y enterrado para mi hace 1 año.
Miguel - Hice creer que estaba muerto para evitar el golpe de estado, trabajo de espía para el Gobierno, y el ejercito.
Sara - Vaya no te importó mi sufrimiento ni mi dolor, podias haber confiado en mi no te delataria.
Miguel - Lo se y me arrepiento de eso todos días.
Sara - Adios Miguel.
Por la mañana todo el pueblo se enteró que el Teniente Romero estaba vivo y habia evitado un golpe de estado.
Morales - Capitán Romero se queda en Arazana.
Miguel - No creo Morales, el Coronel Fuentes me quiere en Madrid.
En el cuartel ponia en pie todos los trapos sucios de Olmedo y Mendoza con Leonor Velasco.
No se lo podia creer en Arazana no habia justicia, solo corrupción.
Sigo

cmo molaa sigue!

Continuo.
Lupe - Capitán Romero ¿Quiere usted cenar?
Miguel - Gracias Lupe con esto es suficiente.
Coronel - Capitán Romero mañana llevamos a los condenados a Madrid, usted se queda hasta que llegue su sustituto.
Miguel - Si Señor, aqui hay mucha corrupción mi sustituto tendrá mucho trabajo.
Coronel - Capitán haga lo que pueda usted se viene a Madrid es demasiado valioso.
Continuó trabajando no veia a Sara desde hacia unos días, mejor así menos sufrimiento.
Recibió un mensaje de Sara necesitaba verle en su casa, estaban todos los bandoleros.
Miguel - Buenas noches señores.
Sara - Capitán tenemos información sobre más golpistas por la zona.
Miguel - Soy todo oidos.
Chato - Cerca del camino viejo hay hombres acampados con muchas armas.
Miguel - Alguno tiene cicatriz en la cara y parche en el ojo.
Chato - Si.
Continuará

Me encanta q tngan algujn hacercamiento ! Sigue plis

Miguel - Si lo ven no se acerquen a el es muy peligroso.
Galeno - Capitán nosotros le podemos tender una trampa.
Sara - Si junto con la Guardia Civil y el Ejercito.
Miguel - Hablaré con mis superiores.
Se marchó de la casa para hablar con sus superiores estuvieron de acuerdo, como premio los bandoleros serian indultados.
Miguel volvió a la casa de Sara para concretar el plan a seguir.
Continuará