Foro Bandolera
Pequeños relatos escenas Sara y Miguel (Francino boys)
#0
11/08/2011 11:14
Como creo que tenemos bastantes escenas a la espera y no creo que se nos concedan y nuestra imaginación da para mucho, abro un post para pequeños relatos y os animo a ello. De entrada os pongo uno y os iré poniendo de vez en cuando de otras escenas. Solo os pido les pongáis un título y los iré añadiendo con el nº de comentario por si a alguien le viene en gusto leer alguno en concreto.
Las escenas pueden ser muy sensuales sin caer en la vulgaridad.....e incluso encajar en horario infantil....no se ve nada de nada y se puede insinuar mucho, mucho.... Espero os guste la idea.
Edito: voy a ir poniendo el nombre de l@s autoras/es ya que hay historias que se siguen, así os será más fácil identificarlas.
DESPERTAR A MEDIANOCHE ---com. 1---- mcfree
MIGUEL GC DE DIA--AMANTE DE NOCHE ----com. 14 ---- bocadefresa
AMOR BAJO LA LLUVIA --- com. 26 ---- mcfree
AMANECER ---com. 33 ----- bocadefresa
EL DESCUBRIMIENTO ----com. 42 ....bocadefresa
EL REGALO --- com. 49-50 merry
CENA ENTRE AMIGOS CON SORPRESA--- com.56 ---mcfree
LA VUELTA DE MIGUEL ROMERO --- com.63-64 ---- merry
AMOR CAMPESTRE.. com. 84---- fann3
VISITA INESPERADA.... com. 85 mcfree
QUE HACER.... com. 95--- arunda
EN EL JARDIN.... com. 105---- bocadefresa
CARTA DE SARI A MIGUEL.... com. 106-----yulan
LA HUIDA DE MIGUEL ROMERO (cap.1).... com. 112---fann3
A TRAVÉS DE LOS BARROTES.... com. 124----mcfree
EL ANGEL DE LA GUARDA.... com. 129 ----merry
NO PUEDO MAS.... com. 141 ---arunda
LA DECISION (cap.2).... com.142 ---- fann3
LA NOTICIA (cap.3).... com.143 ... fann3
EL INTRUSO (cap.1).... com.145-146 ---- merry
BAILE EN ARAZANA.... com.156-157 ---mcfree
NOCHE A CABALLO Y LUNA LLENA.... com.160 ---killo
EL INTRUSO (cap.2).... com.164 ---- merry
NOCHE PASION EN EL CUARTEL .... com.168 ---- fann3
DIA LIBRE DE MIGUEL.... com. 175 ---mcfree
RECONCILIACION.... com. 176-179 ---imos10
LA CHARLA.... com. 194-195 ---- merry
BOSCO 1 : BOSCO Y EL SACO DE BOXEO 210-211-212 ---- FichaRoja
BOSCO 2 : LOS VAQUEROS DE BOSCO 237-238-239-240 ---- FichaRoja
EL PRIMER BESO 255 ---- Forajida
RECRIMINACIONES 265-267-268-269-270-271-272 ---- FichaRoja
ENFADO DE SARA.... com. 289 ---mcfree
BOSCO 3 : UN DIA NORMAL ... 302-303 ---- FichaRoja
BOSCO Y SU TESTIGO PRINCIPAL ... 314-315-316 ---- Xana40
LA PACA.... com. 326 ---mcfree
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.1).... com.350 ---Allana
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.2).... com.358-359-360-361 ---Allana
BOSCO 4 : COMPLICACIONES INESPERADAS... 386-387-397-398 ---- FichaRoja
EL AMANECER.... com. 413-414-421 ---bocadefresa
BOSCO 5 : VOLVIENDO A LAS ANDADAS... 423-424-425 ---- FichaRoja
LOS SIETE PECADOS CAPITALES... 447-448-453-454-464-465-466 ---- FichaRoja
LA RECONCILIACION DESPUES DE LA VERDAD... 461-462-463 ---- Silvania20
EL DIA LIBRE DE MIGUEL ..... 478-479-480 ---- Silvania20
EL DESPERTAR DE UNA NUEVA VIDA.... com. 490-493 ---bocadefresa
EMPEZAR DE NUEVO..... 507--- FichaRoja
PERDER LA CABEZA.....508-509-510 ---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- AMANECER ...... 519-520---- FichaRoja
BOSCO .. FINALES FELICES/INFELICES ...... 529-530---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- DESEO ...... 533-534-535-536---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- ENTREGA ...... 544-545-546-549-550---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- MUNDO REAL ...... 555-556-557-558---- FichaRoja
Las escenas pueden ser muy sensuales sin caer en la vulgaridad.....e incluso encajar en horario infantil....no se ve nada de nada y se puede insinuar mucho, mucho.... Espero os guste la idea.
Edito: voy a ir poniendo el nombre de l@s autoras/es ya que hay historias que se siguen, así os será más fácil identificarlas.
DESPERTAR A MEDIANOCHE ---com. 1---- mcfree
MIGUEL GC DE DIA--AMANTE DE NOCHE ----com. 14 ---- bocadefresa
AMOR BAJO LA LLUVIA --- com. 26 ---- mcfree
AMANECER ---com. 33 ----- bocadefresa
EL DESCUBRIMIENTO ----com. 42 ....bocadefresa
EL REGALO --- com. 49-50 merry
CENA ENTRE AMIGOS CON SORPRESA--- com.56 ---mcfree
LA VUELTA DE MIGUEL ROMERO --- com.63-64 ---- merry
AMOR CAMPESTRE.. com. 84---- fann3
VISITA INESPERADA.... com. 85 mcfree
QUE HACER.... com. 95--- arunda
EN EL JARDIN.... com. 105---- bocadefresa
CARTA DE SARI A MIGUEL.... com. 106-----yulan
LA HUIDA DE MIGUEL ROMERO (cap.1).... com. 112---fann3
A TRAVÉS DE LOS BARROTES.... com. 124----mcfree
EL ANGEL DE LA GUARDA.... com. 129 ----merry
NO PUEDO MAS.... com. 141 ---arunda
LA DECISION (cap.2).... com.142 ---- fann3
LA NOTICIA (cap.3).... com.143 ... fann3
EL INTRUSO (cap.1).... com.145-146 ---- merry
BAILE EN ARAZANA.... com.156-157 ---mcfree
NOCHE A CABALLO Y LUNA LLENA.... com.160 ---killo
EL INTRUSO (cap.2).... com.164 ---- merry
NOCHE PASION EN EL CUARTEL .... com.168 ---- fann3
DIA LIBRE DE MIGUEL.... com. 175 ---mcfree
RECONCILIACION.... com. 176-179 ---imos10
LA CHARLA.... com. 194-195 ---- merry
BOSCO 1 : BOSCO Y EL SACO DE BOXEO 210-211-212 ---- FichaRoja
BOSCO 2 : LOS VAQUEROS DE BOSCO 237-238-239-240 ---- FichaRoja
EL PRIMER BESO 255 ---- Forajida
RECRIMINACIONES 265-267-268-269-270-271-272 ---- FichaRoja
ENFADO DE SARA.... com. 289 ---mcfree
BOSCO 3 : UN DIA NORMAL ... 302-303 ---- FichaRoja
BOSCO Y SU TESTIGO PRINCIPAL ... 314-315-316 ---- Xana40
LA PACA.... com. 326 ---mcfree
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.1).... com.350 ---Allana
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.2).... com.358-359-360-361 ---Allana
BOSCO 4 : COMPLICACIONES INESPERADAS... 386-387-397-398 ---- FichaRoja
EL AMANECER.... com. 413-414-421 ---bocadefresa
BOSCO 5 : VOLVIENDO A LAS ANDADAS... 423-424-425 ---- FichaRoja
LOS SIETE PECADOS CAPITALES... 447-448-453-454-464-465-466 ---- FichaRoja
LA RECONCILIACION DESPUES DE LA VERDAD... 461-462-463 ---- Silvania20
EL DIA LIBRE DE MIGUEL ..... 478-479-480 ---- Silvania20
EL DESPERTAR DE UNA NUEVA VIDA.... com. 490-493 ---bocadefresa
EMPEZAR DE NUEVO..... 507--- FichaRoja
PERDER LA CABEZA.....508-509-510 ---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- AMANECER ...... 519-520---- FichaRoja
BOSCO .. FINALES FELICES/INFELICES ...... 529-530---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- DESEO ...... 533-534-535-536---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- ENTREGA ...... 544-545-546-549-550---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- MUNDO REAL ...... 555-556-557-558---- FichaRoja
#521
20/09/2011 18:01
Ayyyy Ficha Roja, qué preciosidad pero que triste, creo que hoy necesitaba más que nunca a Adrián que esto es mucha pena junta!!!
#522
20/09/2011 18:03
Pues nada, corazón, si tu quieres alegri, alegría al canto. Voy a buscar el capi correspondiente de Adrian.Besos.
#523
20/09/2011 18:11
RELATO DE ADRIAN: va por ti, Caleiro, que lo disfrutes:
5. DESEO: Fragmento 1:
Volvieron a sus vidas, a su ritmo de trabajo, a ser dos personas que no saben nada el uno del otro y que se han visto por cuestiones laborales un par de veces. Volvieron a lo que debía ocupar sus mentes, pero sólo un par de días. La tercera noche tras aquel fin de semana, mientras Marta repasaba el borrador de una nueva novela, sonó el timbre de su puerta. Creyó que sería el portero con algún paquete que no le había entregado y abrió sin preguntar. El estaba apoyado en la pared de enfrente, esperando a que ella le abriera.
- Buenas noches.
- Buenas noches, Adrian.
- Me apetecía verte…. ¿Puedo pasar?
- Claro, pasa…. ¿Cómo sabes donde vivo?
- Información privilegiada, ya sabes, la investigación…. – Se quedaron de pie, junto a la puerta, él con una botella de vino en la mano.
- La investigación….
- ¿Te molesta que haya utilizado esa información en provecho propio? Quizá no haya sido muy profesional….
- No, no me molesta, aunque no, no ha sido muy profesional. Podrías haberme llamado, te habría dado la dirección….
- No tengo tu teléfono….
- ¿No os lo proporcioné durante la investigación?
- Sí, el de tu oficina. Tu secretaria no ha querido darme ni tu teléfono privado ni tu dirección….
- Mi secretaria….
- Intenté localizarte por cauces legales antes que utilizar información privilegiada….
- Cauces legales….
- ¿Vamos a seguir toda la noche hablando aquí de pie?
- Espero que no…. ¿Vino? – Marta señaló la botella que él aún tenía en la mano.
- Sí, buen vino. ¿Te apetece?
- Por supuesto…. – Ella seguía sin moverse, mirándole y sonriendo.
- Si me dices donde está la cocina podría descorchar la botella y servir unas copas….
Ella se giró dirigiéndose a la cocina y él la siguió. Sacó un sacacorchos y se lo dio. Después sacó dos copas de vino de una alacena y se las tendió también.
- ¿Por qué brindamos?
- Por nosotros….
- Por nosotros….
Chocaron suavemente sus copas y tomaron un sorbo de vino. El dejó su copa por un momento, la alzó por la cintura e hizo que se sentara sobre el mostrador de la cocina.
- ¿Te gusta?
- Muy bueno, sí me gusta….
- Me alegro…. – se acercó a su oído y le susurró suavemente. – Te he echado de menos….
- Pero…. – Marta sonrió. – Apenas me conoces… y sólo hemos pasado unas horas juntos….
- Suficiente para querer más…. – El volvió a susurrarle al oído.
- ¿Cuánto más? – Marta le puso una mano en el pecho, haciendo que se separara de ella por un momento.
- Mucho más…. – El la miró directamente a los ojos al decir esto, no le susurró al oído como anteriormente, lo dijo con voz fuerte y clara. – Todo….
Ella no pudo evitar reír ante aquellas palabras. Todo…. Quería todo…. Sintió como el deseo le corría por las venas con aquellas palabras. Levantó su copa hacia él en señal de aceptación y volvió a reír. Dejó la copa sobre el mostrador en el que estaba sentada y cogió las solapas de la chaqueta de Adrian, haciendo que se acercara a ella, sin dejar de mirarle ni de sonreírle. Le atrajo hacía ella y le besó, suavemente, dulcemente, un ligero toque apenas…. Pero fue más que suficiente para que él le respondiera con un deseo desmedido, con una fuerza incontrolable, con una pasión desenfrenada.
- Hey, Adrian, tengo que respirar…. – Marta se separó de él, empujándole con las manos.
- ¿Quién necesita respirar? – El volvió a besarla con intensidad, sin llegar a levantar la boca de su rostro.
- Hey…. Sólo era un beso…. Deberías tomártelo con más calma….
- ¿Sólo un beso? ¿Por qué solo un beso? Quiero más….
- Sí, todo más, lo sé, pero deberíamos tomárnoslo con un poco de calma, ¿no crees?
- ¿Por qué? Me muero por estar contigo….
- No suelo acostarme con mis ligues en la primera cita….
- Esta no es la primera cita….
- Esto ni siquiera es una cita….
- ¿Y qué importa? Te deseo….
- Sí, es algo más que manifiesto, pero deberías calmarte un poco…. – Ella volvió a separarle empujando con las manos.
- ¿Por qué me has besado?
- Porque me apetecía…. Sólo era un beso….
- Dijiste que no querías besarme….
- Y tú dijiste que sí querías hacerlo. Sólo quería probar tu boca….
- ¿Por qué?
- Porque quería saber si tu contacto me afecta tanto como tu voz….
- ¿Preferirías que te hablara a que te besara?
- No, no se trata de elegir…. Tu voz…. Ya te expliqué que tiene un efecto especial en mí, me subyuga…. Tu boca….
- ¿Sí?
- La forma de besar dice mucho de la persona….
- La forma de besar…. Nunca lo había pensado…. ¿Qué dice mi forma de besar?
- Pues…. Realmente has sido algo brusco…. – El puso cara de asombro. - No, no es una crítica, creo que te he pillado por sorpresa y te has dejado llevar….
- ¿Brusco?
- Bueno, yo sólo pretendía demostrar ternura, pero te has lanzado a muerte con tus besos….
- Perdóname, no era mi intención ser brusco, yo…. Deseaba tanto besarte que….
- No importa, ha estado bien….
- Esto es una locura, Marta.... Cuando estoy contigo no sé ni lo que hago…. – El se separó de ella y cogió su copa, apurándola. – Creo que no ha sido buena idea venir a visitarte….
- Sí que lo ha sido, ha sido una idea fantástica…. Es sólo que…. Es culpa mía, no debí besarte…. Discúlpame, por favor….
- No, no hay nada que disculpar…. Malinterpreté las señales, es todo. No te preocupes, no volverá a pasar. Ha sido un placer verte….
5. DESEO: Fragmento 1:
Volvieron a sus vidas, a su ritmo de trabajo, a ser dos personas que no saben nada el uno del otro y que se han visto por cuestiones laborales un par de veces. Volvieron a lo que debía ocupar sus mentes, pero sólo un par de días. La tercera noche tras aquel fin de semana, mientras Marta repasaba el borrador de una nueva novela, sonó el timbre de su puerta. Creyó que sería el portero con algún paquete que no le había entregado y abrió sin preguntar. El estaba apoyado en la pared de enfrente, esperando a que ella le abriera.
- Buenas noches.
- Buenas noches, Adrian.
- Me apetecía verte…. ¿Puedo pasar?
- Claro, pasa…. ¿Cómo sabes donde vivo?
- Información privilegiada, ya sabes, la investigación…. – Se quedaron de pie, junto a la puerta, él con una botella de vino en la mano.
- La investigación….
- ¿Te molesta que haya utilizado esa información en provecho propio? Quizá no haya sido muy profesional….
- No, no me molesta, aunque no, no ha sido muy profesional. Podrías haberme llamado, te habría dado la dirección….
- No tengo tu teléfono….
- ¿No os lo proporcioné durante la investigación?
- Sí, el de tu oficina. Tu secretaria no ha querido darme ni tu teléfono privado ni tu dirección….
- Mi secretaria….
- Intenté localizarte por cauces legales antes que utilizar información privilegiada….
- Cauces legales….
- ¿Vamos a seguir toda la noche hablando aquí de pie?
- Espero que no…. ¿Vino? – Marta señaló la botella que él aún tenía en la mano.
- Sí, buen vino. ¿Te apetece?
- Por supuesto…. – Ella seguía sin moverse, mirándole y sonriendo.
- Si me dices donde está la cocina podría descorchar la botella y servir unas copas….
Ella se giró dirigiéndose a la cocina y él la siguió. Sacó un sacacorchos y se lo dio. Después sacó dos copas de vino de una alacena y se las tendió también.
- ¿Por qué brindamos?
- Por nosotros….
- Por nosotros….
Chocaron suavemente sus copas y tomaron un sorbo de vino. El dejó su copa por un momento, la alzó por la cintura e hizo que se sentara sobre el mostrador de la cocina.
- ¿Te gusta?
- Muy bueno, sí me gusta….
- Me alegro…. – se acercó a su oído y le susurró suavemente. – Te he echado de menos….
- Pero…. – Marta sonrió. – Apenas me conoces… y sólo hemos pasado unas horas juntos….
- Suficiente para querer más…. – El volvió a susurrarle al oído.
- ¿Cuánto más? – Marta le puso una mano en el pecho, haciendo que se separara de ella por un momento.
- Mucho más…. – El la miró directamente a los ojos al decir esto, no le susurró al oído como anteriormente, lo dijo con voz fuerte y clara. – Todo….
Ella no pudo evitar reír ante aquellas palabras. Todo…. Quería todo…. Sintió como el deseo le corría por las venas con aquellas palabras. Levantó su copa hacia él en señal de aceptación y volvió a reír. Dejó la copa sobre el mostrador en el que estaba sentada y cogió las solapas de la chaqueta de Adrian, haciendo que se acercara a ella, sin dejar de mirarle ni de sonreírle. Le atrajo hacía ella y le besó, suavemente, dulcemente, un ligero toque apenas…. Pero fue más que suficiente para que él le respondiera con un deseo desmedido, con una fuerza incontrolable, con una pasión desenfrenada.
- Hey, Adrian, tengo que respirar…. – Marta se separó de él, empujándole con las manos.
- ¿Quién necesita respirar? – El volvió a besarla con intensidad, sin llegar a levantar la boca de su rostro.
- Hey…. Sólo era un beso…. Deberías tomártelo con más calma….
- ¿Sólo un beso? ¿Por qué solo un beso? Quiero más….
- Sí, todo más, lo sé, pero deberíamos tomárnoslo con un poco de calma, ¿no crees?
- ¿Por qué? Me muero por estar contigo….
- No suelo acostarme con mis ligues en la primera cita….
- Esta no es la primera cita….
- Esto ni siquiera es una cita….
- ¿Y qué importa? Te deseo….
- Sí, es algo más que manifiesto, pero deberías calmarte un poco…. – Ella volvió a separarle empujando con las manos.
- ¿Por qué me has besado?
- Porque me apetecía…. Sólo era un beso….
- Dijiste que no querías besarme….
- Y tú dijiste que sí querías hacerlo. Sólo quería probar tu boca….
- ¿Por qué?
- Porque quería saber si tu contacto me afecta tanto como tu voz….
- ¿Preferirías que te hablara a que te besara?
- No, no se trata de elegir…. Tu voz…. Ya te expliqué que tiene un efecto especial en mí, me subyuga…. Tu boca….
- ¿Sí?
- La forma de besar dice mucho de la persona….
- La forma de besar…. Nunca lo había pensado…. ¿Qué dice mi forma de besar?
- Pues…. Realmente has sido algo brusco…. – El puso cara de asombro. - No, no es una crítica, creo que te he pillado por sorpresa y te has dejado llevar….
- ¿Brusco?
- Bueno, yo sólo pretendía demostrar ternura, pero te has lanzado a muerte con tus besos….
- Perdóname, no era mi intención ser brusco, yo…. Deseaba tanto besarte que….
- No importa, ha estado bien….
- Esto es una locura, Marta.... Cuando estoy contigo no sé ni lo que hago…. – El se separó de ella y cogió su copa, apurándola. – Creo que no ha sido buena idea venir a visitarte….
- Sí que lo ha sido, ha sido una idea fantástica…. Es sólo que…. Es culpa mía, no debí besarte…. Discúlpame, por favor….
- No, no hay nada que disculpar…. Malinterpreté las señales, es todo. No te preocupes, no volverá a pasar. Ha sido un placer verte….
#524
20/09/2011 18:12
5. DESEO: Fragmento 2:
Adrian la besó en la mejilla y se dispuso a marcharse. Ella seguía sentada sobre el mostrador de la cocina. No podía dejar que se fuera, no quería que se fuera…. Había metido la pata, como siempre, pero no quería que se marchara….
- Espera, por favor…. Adrian…. – Marta se acercó a él y le puso una mano en la mejilla. – No te vayas…. No quiero que te vayas….
- Marta….
- Quédate conmigo, como la otra noche, sólo estar ahí…. ¿Qué tal si nos conocemos? Me gusta estar contigo, me siento bien…. Yo….
- Dijiste “no me acuesto con mis ligues en la primera cita”…. – Adrian estaba recordando sus palabras anteriores.
- Sí, lo dije. Es cierto.
- ¿Soy un ligue?
- No, no lo eres. Lo que me gustaría es que fueses un amigo, me gusta estar contigo, es fácil, no tengo que ser nada especial, puedo ser yo….
- ¿Nada especial? ¿Ser tú? ¿Quién has sido hasta ahora?
- Contigo siempre he sido yo, excepto cuando nos conocimos. Ahí era la Sra. Gravin….
- No te entiendo, Marta…. Tú eres la Sra. Gravin….
- ¿Otra copa de vino?
- Sí, claro.
Marta sirvió dos copas y pasaron al salón. Se acomodaron en el sofá, uno junto a otro, mirándose, sin decir nada. Adrian comenzó a juguetear con un mechón de su pelo. Podría perderse para siempre en aquellos ojos que le miraban sin decir nada, expectantes…. Podría perderse para siempre con ella. ¿Por qué le atraía de esa manera? ¿Qué tenía de especial para que no pudiera dejar de pensar en ella? ¿Por qué no podía evitar acercarse cuando estaba a su lado? Ella le tocó los labios, el mismo gesto que había tenido la noche que se quedó en su casa, en el acantilado. No iba a ponérselo fácil si le tocaba….
- Has dicho que conmigo puedes ser tú…. ¿Quién eres con los demás?
- La ejecutiva de éxito….
- Conmigo sólo has estado una vez….
- Unas 18 horas, más o menos…. No te asustaste, a pesar de que no me comporté de una manera muy apropiada….
- Fuiste sincera….
- Sí, suelo serlo, me parece que la sinceridad es algo fundamental….
- No es habitual…. Hoy también has sido sincera…. Pero no te entiendo….
- Lo sé. No soy una persona fácil de comprender, sobre todo cuando puedo ser yo….
- ¿Por qué no eres fácil de comprender?
- Porque, a veces, parece que mis actos contradicen a mis palabras…. No pretendía confundirte, perdóname….
- No me confundiste, deseaba besarte, por eso lo hice…. ¿Por qué puedes ser tu misma conmigo? ¿No puedes con los demás?
- Sí puedo, no se trata de poder. A veces no quiero ser yo misma con los demás, no me interesa.
- ¿Te intereso?
- Sé que suena extraño pero tú…. Sólo te había visto durante la investigación, apenas unos minutos pero…. Sentí que eres alguien en quien puedo confiar….
- En realidad no me conoces….
- No, es cierto, pero la otra tarde, cuando nos encontramos en la playa, sentí lo mismo, que, aunque no te conocía, podía confiar en ti…. Sabía que eras tú antes de mirarte….
- Mi voz….
- Sí, tu voz. ¿Te pasa eso con más gente?
- No, al menos no que yo sepa. Nadie me había pedido nunca que le hablara….
- Sé que es extraño, pero cuando oigo tu voz es como si todo se detuviera, todo está bien, todo es como debe, no hay nada más que ese sonido…. Pensarás que estoy loca….
- No, no lo pienso. En realidad a mi me pasa igual cuando te miro, todo está bien, no necesito nada más…. Debe haber alguna conexión especial entre nosotros, alguna vibración electromagnética, como tú dijiste….
- Hay algo, eso es indiscutible, pero no sé lo que es…. Simplemente me siento bien contigo…. No quiero estropearlo, por eso te paré antes….
- De acuerdo, no lo estropearemos…. Así que quieres que me quede contigo….
- Sólo si tú quieres….
- Sí quiero, claro que quiero…. No será como yo querría pero…. Tiempo al tiempo…. De acuerdo. Ser amigos. Perfecto, pero tendrás que contarme cosas sobre ti, en realidad no sabemos nada el uno del otro, sólo que estamos bien juntos….
- Es más de lo que sabe mucha gente….
- Sí, pero tengo curiosidad….
- ¿Qué quieres saber?
- “Motivos personales….”
- Me separé hace casi un año….
- Te has quitado el anillo…. ¿Por qué?
- Llevarlo sólo era una costumbre, pero ya no significaba nada….
- Me refiero a por que te marchaste….
- Dejó de funcionar….
- ¿Así de fácil? ¿Dejó de funcionar y te marchaste, sin más?
- No, no fue fácil y, desde luego, no fue sin más…. Fue un largo descenso al infierno….
- ¿Te hizo daño? Si te hizo algo….
- No, no, por favor, no te confundas, nunca me hizo nada…. El no tuvo la culpa de nada, siempre fue sincero, siempre me dijo la verdad, no tuvo nada que ver con él, fui yo…. O mejor dicho, no fui yo durante mucho tiempo….
- ¿No podías ser tú con él?
- Sí, sí podía ser yo, pero al final me convertí en alguien que no era yo, en una persona que no se parecía a mí, en alguien desgraciado y desquiciado a quien no satisfacía nada ni nadie…. Me volví de piedra, dejé de sentir, de amar, de luchar…. Ni siquiera me reconozco cuando pienso en mí durante ese tiempo…. Esa mujer no era yo….
- ¿Por qué? ¿Qué te pasó? ¿Cómo puedes dejar de ser tú mismo?
- Es una larga historia….
- Tengo todo el tiempo del mundo si quieres contármela….
- A veces todo el tiempo no es suficiente….
- Sobre todo si no se quiere hablar de ello…. No hay problema…. Puedo esperar para conocer tu historia…. Sin embargo, hay otras cosas para las que no puedo esperar….
- ¿No puedes esperar, para qué?
- De hecho, sería más correcto decir que no quiero esperar…. – le tocó la mejilla con un dedo.
- ¿Vas a decirme para qué o tengo que adivinarlo?
Adrian la besó en la mejilla y se dispuso a marcharse. Ella seguía sentada sobre el mostrador de la cocina. No podía dejar que se fuera, no quería que se fuera…. Había metido la pata, como siempre, pero no quería que se marchara….
- Espera, por favor…. Adrian…. – Marta se acercó a él y le puso una mano en la mejilla. – No te vayas…. No quiero que te vayas….
- Marta….
- Quédate conmigo, como la otra noche, sólo estar ahí…. ¿Qué tal si nos conocemos? Me gusta estar contigo, me siento bien…. Yo….
- Dijiste “no me acuesto con mis ligues en la primera cita”…. – Adrian estaba recordando sus palabras anteriores.
- Sí, lo dije. Es cierto.
- ¿Soy un ligue?
- No, no lo eres. Lo que me gustaría es que fueses un amigo, me gusta estar contigo, es fácil, no tengo que ser nada especial, puedo ser yo….
- ¿Nada especial? ¿Ser tú? ¿Quién has sido hasta ahora?
- Contigo siempre he sido yo, excepto cuando nos conocimos. Ahí era la Sra. Gravin….
- No te entiendo, Marta…. Tú eres la Sra. Gravin….
- ¿Otra copa de vino?
- Sí, claro.
Marta sirvió dos copas y pasaron al salón. Se acomodaron en el sofá, uno junto a otro, mirándose, sin decir nada. Adrian comenzó a juguetear con un mechón de su pelo. Podría perderse para siempre en aquellos ojos que le miraban sin decir nada, expectantes…. Podría perderse para siempre con ella. ¿Por qué le atraía de esa manera? ¿Qué tenía de especial para que no pudiera dejar de pensar en ella? ¿Por qué no podía evitar acercarse cuando estaba a su lado? Ella le tocó los labios, el mismo gesto que había tenido la noche que se quedó en su casa, en el acantilado. No iba a ponérselo fácil si le tocaba….
- Has dicho que conmigo puedes ser tú…. ¿Quién eres con los demás?
- La ejecutiva de éxito….
- Conmigo sólo has estado una vez….
- Unas 18 horas, más o menos…. No te asustaste, a pesar de que no me comporté de una manera muy apropiada….
- Fuiste sincera….
- Sí, suelo serlo, me parece que la sinceridad es algo fundamental….
- No es habitual…. Hoy también has sido sincera…. Pero no te entiendo….
- Lo sé. No soy una persona fácil de comprender, sobre todo cuando puedo ser yo….
- ¿Por qué no eres fácil de comprender?
- Porque, a veces, parece que mis actos contradicen a mis palabras…. No pretendía confundirte, perdóname….
- No me confundiste, deseaba besarte, por eso lo hice…. ¿Por qué puedes ser tu misma conmigo? ¿No puedes con los demás?
- Sí puedo, no se trata de poder. A veces no quiero ser yo misma con los demás, no me interesa.
- ¿Te intereso?
- Sé que suena extraño pero tú…. Sólo te había visto durante la investigación, apenas unos minutos pero…. Sentí que eres alguien en quien puedo confiar….
- En realidad no me conoces….
- No, es cierto, pero la otra tarde, cuando nos encontramos en la playa, sentí lo mismo, que, aunque no te conocía, podía confiar en ti…. Sabía que eras tú antes de mirarte….
- Mi voz….
- Sí, tu voz. ¿Te pasa eso con más gente?
- No, al menos no que yo sepa. Nadie me había pedido nunca que le hablara….
- Sé que es extraño, pero cuando oigo tu voz es como si todo se detuviera, todo está bien, todo es como debe, no hay nada más que ese sonido…. Pensarás que estoy loca….
- No, no lo pienso. En realidad a mi me pasa igual cuando te miro, todo está bien, no necesito nada más…. Debe haber alguna conexión especial entre nosotros, alguna vibración electromagnética, como tú dijiste….
- Hay algo, eso es indiscutible, pero no sé lo que es…. Simplemente me siento bien contigo…. No quiero estropearlo, por eso te paré antes….
- De acuerdo, no lo estropearemos…. Así que quieres que me quede contigo….
- Sólo si tú quieres….
- Sí quiero, claro que quiero…. No será como yo querría pero…. Tiempo al tiempo…. De acuerdo. Ser amigos. Perfecto, pero tendrás que contarme cosas sobre ti, en realidad no sabemos nada el uno del otro, sólo que estamos bien juntos….
- Es más de lo que sabe mucha gente….
- Sí, pero tengo curiosidad….
- ¿Qué quieres saber?
- “Motivos personales….”
- Me separé hace casi un año….
- Te has quitado el anillo…. ¿Por qué?
- Llevarlo sólo era una costumbre, pero ya no significaba nada….
- Me refiero a por que te marchaste….
- Dejó de funcionar….
- ¿Así de fácil? ¿Dejó de funcionar y te marchaste, sin más?
- No, no fue fácil y, desde luego, no fue sin más…. Fue un largo descenso al infierno….
- ¿Te hizo daño? Si te hizo algo….
- No, no, por favor, no te confundas, nunca me hizo nada…. El no tuvo la culpa de nada, siempre fue sincero, siempre me dijo la verdad, no tuvo nada que ver con él, fui yo…. O mejor dicho, no fui yo durante mucho tiempo….
- ¿No podías ser tú con él?
- Sí, sí podía ser yo, pero al final me convertí en alguien que no era yo, en una persona que no se parecía a mí, en alguien desgraciado y desquiciado a quien no satisfacía nada ni nadie…. Me volví de piedra, dejé de sentir, de amar, de luchar…. Ni siquiera me reconozco cuando pienso en mí durante ese tiempo…. Esa mujer no era yo….
- ¿Por qué? ¿Qué te pasó? ¿Cómo puedes dejar de ser tú mismo?
- Es una larga historia….
- Tengo todo el tiempo del mundo si quieres contármela….
- A veces todo el tiempo no es suficiente….
- Sobre todo si no se quiere hablar de ello…. No hay problema…. Puedo esperar para conocer tu historia…. Sin embargo, hay otras cosas para las que no puedo esperar….
- ¿No puedes esperar, para qué?
- De hecho, sería más correcto decir que no quiero esperar…. – le tocó la mejilla con un dedo.
- ¿Vas a decirme para qué o tengo que adivinarlo?
#525
20/09/2011 18:13
5. DESEO: Fragmento 3:
- Voy a demostrarte para que…. – Se acercó a ella y le susurró al oído. – Realmente antes fui algo brusco, no esperaba que me besaras, y me dejé llevar…. Pero no quiero que te formes una opinión equivocada de mi forma de besar…. – La besó suavemente, bajo el lóbulo de la oreja, apenas un roce.
- Creí que habíamos superado el tema de los besos…. – Ella cerró los ojos ante las caricias que él le prodigaba con sus labios mientras pasaba por su mejilla camino de su boca.
- Sólo lo habíamos aparcado…. Si no vamos a hablar, hay experiencias mejores con las que ocupar nuestro tiempo…. – Se acercó a sus labios pero se detuvo antes de seguir con el beso y la miró, directamente, con intensidad. – Voy a besarte, Marta….
Ella no dijo nada, ¿para qué? Era verdad, no quería hablar, y besarle le parecía una experiencia de lo más interesante, como él había dicho. Así que se dejó besar, apenas un roce, al principio, apenas trabar sus labios, simplemente sentir como sus bocas se amoldaban lentamente la una a la otra. Sólo roces de sus labios, sólo el cosquilleo de su boca recorriendo la comisura de sus labios, sólo su aliento rozándole la piel…. Sólo caricias, mínimas caricias en su boca, apenas la sensación de otra piel sobre la suya….
- ¿Suficiente penitencia por mi brusquedad de antes? – El le susurró al oído mientras besaba dulcemente el ángulo de su mandíbula.
- No, no es suficiente….
- ¿Quieres que siga besándote? – El la miró de nuevo a los ojos.
- No me has besado….
- ¿Y qué es lo que he estado haciendo?
- Jugando con mi piel, con mi boca…. – Ella también le susurró al oído.
- Así que quieres que te bese….
- Eres tú quien quería hacerlo, has dicho “voy a besarte”….
- ¿Por qué no puedes reconocerlo?
- ¿El qué?
- Que quieres que te bese…. Yo lo he hecho, no pasa nada…. Quiero besarte, Marta, y quiero que tú quieras que lo haga….
- ¿Te he dicho que me encanta tu voz?
- Sí, lo has hecho…. Varias veces…. Empiezo a creer que es lo único que te gusta de mí….
- Me encanta tu voz, me gusta cuando me susurras al oído pero, ahora, lo que quiero es que te calles….
- ¿No quieres oír mi voz?
- ¿Puedes hablar y besarme a la vez?
- Puedo intentarlo si es lo que quieres….
Se acercó de nuevo a su cara y la besó en la comisura de la boca, apenas un roce de nuevo. Pasó a su boca y presionó ligeramente sobre ella, sintiendo los labios femeninos. Descendió hacia su mandíbula y su cuello, presionando ligeramente la piel a su paso, para que ella fuera consciente de su presencia. Marta cerró los ojos y un quedo suspiro escapó de su boca. ¿Pensaba seguir así mucho tiempo? Estaba volviéndola loca, aquellas caricias, aquellos mínimos toques, aquella manera de recorrer su piel casi sin tocarla…. ¿No iba a besarla? ¿Cuándo? ¿A que esperaba? ¿Por qué aquella dulce tortura?
El siguió recorriendo su cuello, ahora no sólo rozándolo, sino presionando con sus labios entreabiertos y rozando la piel con su lengua en ocasiones. Ella volvió a suspirar. Así que no era tan indiferente como pretendía aparentar. El sonrió para sí. Ascendió de nuevo a su cara, sin dejar de acariciar su piel, y volvió sobre su boca, un ligero toque, una mínima presión, y la olvidó de nuevo para concentrarse en su otro lado de la cara, mordisqueando delicadamente el lóbulo de su oreja y exhalando su aliento sobre su cuello. Más suspiros….
¿Por qué no lo hacía? ¡Dios, que tortura¡ Quería que la besara, aquella exploración estaba volviéndola loca, completamente loca, ¿qué estaba haciéndole ahora? Adrian había dejado su oreja y bajaba por su cuello, tocando suavemente con su lengua cada centímetro de piel que recorría su boca. Cuando llegó a la unión del cuello con el torso mordió delicadamente esa zona y arrancó un nuevo suspiro de sus labios. Besó delicadamente la escotadura esternal de su pecho y subió por el otro lado del cuello, dirigiéndose nuevamente a su oreja, besando cada centímetro de piel, lamiendo cada recoveco que encontraba a su paso. Se acercó a su oído y le susurró quedamente.
- Dímelo, Marta…. Dime que quieres que te bese….
- No quiero que me beses, ya no….
Ella le empujó, suavemente, mientras le sonreía. El la miró extrañado, ¿no quería que la besara? ¿Ya no? Ella se colocó sobre sus rodillas y volvió a sonreírle, acercándose a su boca, presionando mínimamente sus labios, y siguiendo por la comisura de su boca y su mandíbula hasta llegar a su oído.
- No, no quiero que me beses. Has tardado demasiado…. – Ella le susurraba quedamente mientras con su mano acariciaba, primero el cuello masculino, y después sus labios. – Lo que quiero es besarte yo….
Marta siguió besando suavemente su mandíbula, su cuello, el otro lado de su cara, y de nuevo su otra oreja, sin susurrar nada esta vez. El se dejaba hacer. Estaba más que encantando con aquellas caricias que ella le prodigaba. Así que sí que quería besarle, le había costado, pero había conseguido que lo reconociera. Ella quería besarle, no que la besara, sino besarle ella. Sonrió, tanto por el placer que le producían las caricias que ella le proporcionaba con su boca, como por el pensamiento de que ella no era tan indiferente como quería aparentar.
Sí, aquellas caricias estaban bien, le gustaban, eran suaves, dulces, calmadas, pero quería más, quería besos de verdad…. Hasta ahora sólo habían estado jugando a quien excita a quien con más suavidad, pero ya estaba bien de juegos, quería besos de verdad, caricias de verdad, gemidos de placer, suspiros de deseo, quería tenerla, sentirla, hacerla suya…. Ella no querría, le había dicho que no se acostaba con sus ligues en la primera cita…. Claro que aquello no era una cita, y él no era un ligue. ¿Quería jugar?
Ella seguía recorriendo su cara y su cuello, de forma muy parecida a como él había estado recorriendo los de ella… explorando, acariciando, sintiendo cada centímetro de piel. El sonreía con los ojos cerrados, dejándola hacer. Sólo juegos, tanto hablar de besos y ni se habían besado aún, no de verdad. Ella volvió a tocar sus labios mientras le miraba. El la miró también, sonriéndole. Ya estaba bien de jueguecitos, pensó. La sujetó por la cintura, girando con ella, de forma que quedó tendida sobre el sofá y él sobre ella, pero sin hacer la más mínima presión sobre su cuerpo, apoyándose con los codos para no aplastarla.
- Voy a demostrarte para que…. – Se acercó a ella y le susurró al oído. – Realmente antes fui algo brusco, no esperaba que me besaras, y me dejé llevar…. Pero no quiero que te formes una opinión equivocada de mi forma de besar…. – La besó suavemente, bajo el lóbulo de la oreja, apenas un roce.
- Creí que habíamos superado el tema de los besos…. – Ella cerró los ojos ante las caricias que él le prodigaba con sus labios mientras pasaba por su mejilla camino de su boca.
- Sólo lo habíamos aparcado…. Si no vamos a hablar, hay experiencias mejores con las que ocupar nuestro tiempo…. – Se acercó a sus labios pero se detuvo antes de seguir con el beso y la miró, directamente, con intensidad. – Voy a besarte, Marta….
Ella no dijo nada, ¿para qué? Era verdad, no quería hablar, y besarle le parecía una experiencia de lo más interesante, como él había dicho. Así que se dejó besar, apenas un roce, al principio, apenas trabar sus labios, simplemente sentir como sus bocas se amoldaban lentamente la una a la otra. Sólo roces de sus labios, sólo el cosquilleo de su boca recorriendo la comisura de sus labios, sólo su aliento rozándole la piel…. Sólo caricias, mínimas caricias en su boca, apenas la sensación de otra piel sobre la suya….
- ¿Suficiente penitencia por mi brusquedad de antes? – El le susurró al oído mientras besaba dulcemente el ángulo de su mandíbula.
- No, no es suficiente….
- ¿Quieres que siga besándote? – El la miró de nuevo a los ojos.
- No me has besado….
- ¿Y qué es lo que he estado haciendo?
- Jugando con mi piel, con mi boca…. – Ella también le susurró al oído.
- Así que quieres que te bese….
- Eres tú quien quería hacerlo, has dicho “voy a besarte”….
- ¿Por qué no puedes reconocerlo?
- ¿El qué?
- Que quieres que te bese…. Yo lo he hecho, no pasa nada…. Quiero besarte, Marta, y quiero que tú quieras que lo haga….
- ¿Te he dicho que me encanta tu voz?
- Sí, lo has hecho…. Varias veces…. Empiezo a creer que es lo único que te gusta de mí….
- Me encanta tu voz, me gusta cuando me susurras al oído pero, ahora, lo que quiero es que te calles….
- ¿No quieres oír mi voz?
- ¿Puedes hablar y besarme a la vez?
- Puedo intentarlo si es lo que quieres….
Se acercó de nuevo a su cara y la besó en la comisura de la boca, apenas un roce de nuevo. Pasó a su boca y presionó ligeramente sobre ella, sintiendo los labios femeninos. Descendió hacia su mandíbula y su cuello, presionando ligeramente la piel a su paso, para que ella fuera consciente de su presencia. Marta cerró los ojos y un quedo suspiro escapó de su boca. ¿Pensaba seguir así mucho tiempo? Estaba volviéndola loca, aquellas caricias, aquellos mínimos toques, aquella manera de recorrer su piel casi sin tocarla…. ¿No iba a besarla? ¿Cuándo? ¿A que esperaba? ¿Por qué aquella dulce tortura?
El siguió recorriendo su cuello, ahora no sólo rozándolo, sino presionando con sus labios entreabiertos y rozando la piel con su lengua en ocasiones. Ella volvió a suspirar. Así que no era tan indiferente como pretendía aparentar. El sonrió para sí. Ascendió de nuevo a su cara, sin dejar de acariciar su piel, y volvió sobre su boca, un ligero toque, una mínima presión, y la olvidó de nuevo para concentrarse en su otro lado de la cara, mordisqueando delicadamente el lóbulo de su oreja y exhalando su aliento sobre su cuello. Más suspiros….
¿Por qué no lo hacía? ¡Dios, que tortura¡ Quería que la besara, aquella exploración estaba volviéndola loca, completamente loca, ¿qué estaba haciéndole ahora? Adrian había dejado su oreja y bajaba por su cuello, tocando suavemente con su lengua cada centímetro de piel que recorría su boca. Cuando llegó a la unión del cuello con el torso mordió delicadamente esa zona y arrancó un nuevo suspiro de sus labios. Besó delicadamente la escotadura esternal de su pecho y subió por el otro lado del cuello, dirigiéndose nuevamente a su oreja, besando cada centímetro de piel, lamiendo cada recoveco que encontraba a su paso. Se acercó a su oído y le susurró quedamente.
- Dímelo, Marta…. Dime que quieres que te bese….
- No quiero que me beses, ya no….
Ella le empujó, suavemente, mientras le sonreía. El la miró extrañado, ¿no quería que la besara? ¿Ya no? Ella se colocó sobre sus rodillas y volvió a sonreírle, acercándose a su boca, presionando mínimamente sus labios, y siguiendo por la comisura de su boca y su mandíbula hasta llegar a su oído.
- No, no quiero que me beses. Has tardado demasiado…. – Ella le susurraba quedamente mientras con su mano acariciaba, primero el cuello masculino, y después sus labios. – Lo que quiero es besarte yo….
Marta siguió besando suavemente su mandíbula, su cuello, el otro lado de su cara, y de nuevo su otra oreja, sin susurrar nada esta vez. El se dejaba hacer. Estaba más que encantando con aquellas caricias que ella le prodigaba. Así que sí que quería besarle, le había costado, pero había conseguido que lo reconociera. Ella quería besarle, no que la besara, sino besarle ella. Sonrió, tanto por el placer que le producían las caricias que ella le proporcionaba con su boca, como por el pensamiento de que ella no era tan indiferente como quería aparentar.
Sí, aquellas caricias estaban bien, le gustaban, eran suaves, dulces, calmadas, pero quería más, quería besos de verdad…. Hasta ahora sólo habían estado jugando a quien excita a quien con más suavidad, pero ya estaba bien de juegos, quería besos de verdad, caricias de verdad, gemidos de placer, suspiros de deseo, quería tenerla, sentirla, hacerla suya…. Ella no querría, le había dicho que no se acostaba con sus ligues en la primera cita…. Claro que aquello no era una cita, y él no era un ligue. ¿Quería jugar?
Ella seguía recorriendo su cara y su cuello, de forma muy parecida a como él había estado recorriendo los de ella… explorando, acariciando, sintiendo cada centímetro de piel. El sonreía con los ojos cerrados, dejándola hacer. Sólo juegos, tanto hablar de besos y ni se habían besado aún, no de verdad. Ella volvió a tocar sus labios mientras le miraba. El la miró también, sonriéndole. Ya estaba bien de jueguecitos, pensó. La sujetó por la cintura, girando con ella, de forma que quedó tendida sobre el sofá y él sobre ella, pero sin hacer la más mínima presión sobre su cuerpo, apoyándose con los codos para no aplastarla.
#526
20/09/2011 18:14
5. DESEO: Fragmento 4:
- ¿No ibas a besarme?
- Estoy en ello….
- Me estás volviendo loco, lo sabes, ¿verdad?
- Es lo que tú has hecho conmigo…. – Ella tocó de nuevo su boca, sus labios, apenas un roce con la punta de los dedos.
- ¿Tienes ya un veredicto sobre mi forma de besar?
- Aún no me has besado, sólo ha habido preliminares….
- ¿Y si no te beso?
- Sería una lástima, pero tendría que conformarme…. No puedo obligarte a hacer algo que no quieres hacer….
- ¿Y si te beso?
- Tendrás un veredicto….
- ¿Y si quiero más?
- ¿Más besos?
- Más que besos….
- Ya te he dicho que yo….
- Shhh…. - El le puso un dedo en los labios. – Yo no soy un ligue y esto no es una cita, ¿recuerdas?
Besó de nuevo su cuello, haciendo que ella cerrara los ojos ante el placer que le producían aquellos besos. Besó su mandíbula, su oído, volvió a acariciar su cuello con los labios y siguió explorando cada centímetro de su cara, besando mínimamente sus ojos, su nariz, la comisura de su boca, pero sin tocar sus labios, besó cada parte de su cara y su cuello excepto sus labios.
El seguía sobre ella, pero sin tocarla, sin dejarse caer sobre su cuerpo. Había besado cada centímetro de piel de su cuello y de su cara, pero no se había acercado a su boca, no la había besado en la boca, excepto al principio, y aquello no habían sido besos, sólo roces en sus labios. ¿Por qué no lo hacía? Tanta insistencia en que quería besarla y no lo hacía. Estaba volviéndola loca, total, absoluta y definitivamente loca con aquellas mínimas caricias que le prodigaba. Estaba haciendo que le hirviera la sangre de deseo, estaba haciendo que su cuerpo reaccionara de una forma que hacía tiempo que ni recordaba, estaba haciéndola sentir un placer que había olvidado que pudiera existir…. Estaba haciéndola vibrar y ni siquiera la había tocado, ni siquiera la había hecho sentir la tensión de su cuerpo, ni siquiera la había besado de verdad…. ¡ Dios….¡ ¿Qué tenía aquel hombre que la hacía sentir de aquella manera?
Le cogió la cara con las manos, haciendo que él detuviera la exploración de su cuello. Le miró, sonriéndole con los ojos, y volvió a tocar sus labios con los dedos. No se cansaba de tocar aquella boca. Deseaba que la besara, deseaba que la acariciara, deseaba que dejara caer su peso sobre ella y sentir el contacto de su cuerpo, sentir su calor y su deseo. Le sonrió, mientras hacía que su mano recorriera su cuello y bajara hasta la abertura del cuello de su camisa.
- Es suficiente….
- ¿Suficiente? – El no entendía a que se refería ella. - ¿Quieres que pare?
- No, no quiero que pares. Quiero que dejes de contenerte….
- ¿Crees que me contengo?
- Si lo que quieres es volverme loca, lo estás consiguiendo. No hace falta que sigas haciéndolo, me rindo….
- ¿Te rindes?
- Sí, me rindo. Voy a reconocerlo todo, como tu querías….
- ¿Todo?
- Todo…. – Se acercó a su oído, susurrándole… - Quiero que me beses, quiero que me acaricies, quiero sentirte y que me sientas…. Quiero que dejes de contenerte de una vez y me aplastes con tu peso, quiero sentir tu cuerpo contra el mío, quiero notar tu deseo, quiero tenerte…. – Su voz se había vuelto ronca por el deseo.
- ¡Mírame…¡ - El la hizo volver a recostarse contra el sofá, apartándola de su cuello, para poder verla mientras le hablaba.
Aquellas palabras habían hecho que todo su cuerpo vibrara de emoción, pero quería verle la cara mientras las pronunciaba, quería mirarla a los ojos mientras hablaban de cómo se deseaban el uno al otro, quería poder mirarla y ver como se licuaban sus ojos con el deseo al pronunciar y oír aquellas palabras….
- ¿Por qué te escondes? Quiero verte la cara cuando me hablas….
- Adrian…. – Ella respiraba agitadamente y sus mejillas estaban sonrojadas. Se moría de deseo al pronunciar aquellas palabras, pero también de vergüenza, aunque eran totalmente ciertas, por eso se había acercado a su oído para susurrarlas.
- Dímelo….
- Quiero que me beses….
- Más…. – la voz masculina también se había enronquecido por el deseo, quería que ella lo repitiera mirándole, todo, quería volver a oírlo todo mientras la miraba….
- Quiero tus caricias…. Adrian…. – Ella le tocó los labios, no podía parar de tocar aquella boca.
- Todo, Marta… quiero que me lo digas todo mientras me miras…. No quiero que te escondas cuando estás pidiéndome algo….
- Quiero sentirte, quiero tenerte…. Quiero notar tu cuerpo sobre el mío…. – Ella le miró, entregada, ya no le importaba la vergüenza, el deseo la corroía y hacía que se desinhibiera…. – Quiero tu cuerpo sobre el mío, quiero sentir tu deseo, quiero compartir esto contigo…. Quiero que me beses, que me toques, que me hagas sentir….
- Y yo quiero besarte hasta que me duelan los labios, quiero recorrer tu cuerpo hasta saciarme de él por completo, quiero fundirme contigo hasta que seamos uno…. – La miraba con tanto deseo mientras pronunciaba aquellas palabras que se sintió extasiada. – Quiero tenerte, quiero darte todo lo que deseas, quiero hacerte suspirar con mis caricias….
- Adrian, yo…. – Ella volvió a tocarle los labios.
- Quiero oírte gemir de placer, quiero hacerte estallar de deseo complacido, quiero hacerte sentir…. Quiero tenerte, quiero sentirte, quiero que tú lo quieras…. Quiero poseerte, hacerte mía, quiero ver como te derrites entre mis brazos, quiero volverte loca de deseo y de placer…. Quiero que lo compartas conmigo, quiero que sientas lo mismo, quiero darte todo lo que puedas desear…. Quiero hacerte sentir especial, quiero que sientas mi deseo, quiero sentir el tuyo, quiero estar dentro de ti…. Quiero que tú lo quieras, quiero que lo desees, quiero que también lo sientas… que me sientas… que lo compartas, que quieras que lo haga, que quieras tenerme dentro…. Quiero que me digas lo que quieres, quiero oírte decirlo, quiero sentir como se estremece mi cuerpo con tus palabras de deseo….
- Quiero que me hagas tuya, quiero que me sacies con tu cuerpo, quiero que desees lo que yo…. – Le acarició la mejilla, sonriéndole con los ojos. – Quiero compartir todo contigo, quiero que seas mío y ser tuya, quiero sentirte dentro de mí…. Quiero que me desees y satisfagas ese deseo hasta que no tengas fuerzas para seguir disfrutando de esto….
- Marta…. – Sentía que su cuerpo se estremecía con cada palabra que ella pronunciaba. Sentía que su deseo seguía creciendo sin límite y que no podría aguantar mucho tiempo sin satisfacerlo en el cuerpo de ella. – Yo quiero lo mismo, quiero todo…. Y quiero que me desees hasta lo irracional, como yo te deseo a ti, que sientas que no hay nada más que nosotros en este momento, que no importe nada más, que sólo seamos tú y yo….
- Bésame, Adrian, por favor, te lo suplico, bésame…. – apenas susurró estas palabras, mientras acariciaba sus labios una vez más.
- Marta….
- Me muero por un beso tuyo, un beso de verdad, no me importa que no haya nada más después, pero, por favor…. ¡ bésame….¡
- ¿No ibas a besarme?
- Estoy en ello….
- Me estás volviendo loco, lo sabes, ¿verdad?
- Es lo que tú has hecho conmigo…. – Ella tocó de nuevo su boca, sus labios, apenas un roce con la punta de los dedos.
- ¿Tienes ya un veredicto sobre mi forma de besar?
- Aún no me has besado, sólo ha habido preliminares….
- ¿Y si no te beso?
- Sería una lástima, pero tendría que conformarme…. No puedo obligarte a hacer algo que no quieres hacer….
- ¿Y si te beso?
- Tendrás un veredicto….
- ¿Y si quiero más?
- ¿Más besos?
- Más que besos….
- Ya te he dicho que yo….
- Shhh…. - El le puso un dedo en los labios. – Yo no soy un ligue y esto no es una cita, ¿recuerdas?
Besó de nuevo su cuello, haciendo que ella cerrara los ojos ante el placer que le producían aquellos besos. Besó su mandíbula, su oído, volvió a acariciar su cuello con los labios y siguió explorando cada centímetro de su cara, besando mínimamente sus ojos, su nariz, la comisura de su boca, pero sin tocar sus labios, besó cada parte de su cara y su cuello excepto sus labios.
El seguía sobre ella, pero sin tocarla, sin dejarse caer sobre su cuerpo. Había besado cada centímetro de piel de su cuello y de su cara, pero no se había acercado a su boca, no la había besado en la boca, excepto al principio, y aquello no habían sido besos, sólo roces en sus labios. ¿Por qué no lo hacía? Tanta insistencia en que quería besarla y no lo hacía. Estaba volviéndola loca, total, absoluta y definitivamente loca con aquellas mínimas caricias que le prodigaba. Estaba haciendo que le hirviera la sangre de deseo, estaba haciendo que su cuerpo reaccionara de una forma que hacía tiempo que ni recordaba, estaba haciéndola sentir un placer que había olvidado que pudiera existir…. Estaba haciéndola vibrar y ni siquiera la había tocado, ni siquiera la había hecho sentir la tensión de su cuerpo, ni siquiera la había besado de verdad…. ¡ Dios….¡ ¿Qué tenía aquel hombre que la hacía sentir de aquella manera?
Le cogió la cara con las manos, haciendo que él detuviera la exploración de su cuello. Le miró, sonriéndole con los ojos, y volvió a tocar sus labios con los dedos. No se cansaba de tocar aquella boca. Deseaba que la besara, deseaba que la acariciara, deseaba que dejara caer su peso sobre ella y sentir el contacto de su cuerpo, sentir su calor y su deseo. Le sonrió, mientras hacía que su mano recorriera su cuello y bajara hasta la abertura del cuello de su camisa.
- Es suficiente….
- ¿Suficiente? – El no entendía a que se refería ella. - ¿Quieres que pare?
- No, no quiero que pares. Quiero que dejes de contenerte….
- ¿Crees que me contengo?
- Si lo que quieres es volverme loca, lo estás consiguiendo. No hace falta que sigas haciéndolo, me rindo….
- ¿Te rindes?
- Sí, me rindo. Voy a reconocerlo todo, como tu querías….
- ¿Todo?
- Todo…. – Se acercó a su oído, susurrándole… - Quiero que me beses, quiero que me acaricies, quiero sentirte y que me sientas…. Quiero que dejes de contenerte de una vez y me aplastes con tu peso, quiero sentir tu cuerpo contra el mío, quiero notar tu deseo, quiero tenerte…. – Su voz se había vuelto ronca por el deseo.
- ¡Mírame…¡ - El la hizo volver a recostarse contra el sofá, apartándola de su cuello, para poder verla mientras le hablaba.
Aquellas palabras habían hecho que todo su cuerpo vibrara de emoción, pero quería verle la cara mientras las pronunciaba, quería mirarla a los ojos mientras hablaban de cómo se deseaban el uno al otro, quería poder mirarla y ver como se licuaban sus ojos con el deseo al pronunciar y oír aquellas palabras….
- ¿Por qué te escondes? Quiero verte la cara cuando me hablas….
- Adrian…. – Ella respiraba agitadamente y sus mejillas estaban sonrojadas. Se moría de deseo al pronunciar aquellas palabras, pero también de vergüenza, aunque eran totalmente ciertas, por eso se había acercado a su oído para susurrarlas.
- Dímelo….
- Quiero que me beses….
- Más…. – la voz masculina también se había enronquecido por el deseo, quería que ella lo repitiera mirándole, todo, quería volver a oírlo todo mientras la miraba….
- Quiero tus caricias…. Adrian…. – Ella le tocó los labios, no podía parar de tocar aquella boca.
- Todo, Marta… quiero que me lo digas todo mientras me miras…. No quiero que te escondas cuando estás pidiéndome algo….
- Quiero sentirte, quiero tenerte…. Quiero notar tu cuerpo sobre el mío…. – Ella le miró, entregada, ya no le importaba la vergüenza, el deseo la corroía y hacía que se desinhibiera…. – Quiero tu cuerpo sobre el mío, quiero sentir tu deseo, quiero compartir esto contigo…. Quiero que me beses, que me toques, que me hagas sentir….
- Y yo quiero besarte hasta que me duelan los labios, quiero recorrer tu cuerpo hasta saciarme de él por completo, quiero fundirme contigo hasta que seamos uno…. – La miraba con tanto deseo mientras pronunciaba aquellas palabras que se sintió extasiada. – Quiero tenerte, quiero darte todo lo que deseas, quiero hacerte suspirar con mis caricias….
- Adrian, yo…. – Ella volvió a tocarle los labios.
- Quiero oírte gemir de placer, quiero hacerte estallar de deseo complacido, quiero hacerte sentir…. Quiero tenerte, quiero sentirte, quiero que tú lo quieras…. Quiero poseerte, hacerte mía, quiero ver como te derrites entre mis brazos, quiero volverte loca de deseo y de placer…. Quiero que lo compartas conmigo, quiero que sientas lo mismo, quiero darte todo lo que puedas desear…. Quiero hacerte sentir especial, quiero que sientas mi deseo, quiero sentir el tuyo, quiero estar dentro de ti…. Quiero que tú lo quieras, quiero que lo desees, quiero que también lo sientas… que me sientas… que lo compartas, que quieras que lo haga, que quieras tenerme dentro…. Quiero que me digas lo que quieres, quiero oírte decirlo, quiero sentir como se estremece mi cuerpo con tus palabras de deseo….
- Quiero que me hagas tuya, quiero que me sacies con tu cuerpo, quiero que desees lo que yo…. – Le acarició la mejilla, sonriéndole con los ojos. – Quiero compartir todo contigo, quiero que seas mío y ser tuya, quiero sentirte dentro de mí…. Quiero que me desees y satisfagas ese deseo hasta que no tengas fuerzas para seguir disfrutando de esto….
- Marta…. – Sentía que su cuerpo se estremecía con cada palabra que ella pronunciaba. Sentía que su deseo seguía creciendo sin límite y que no podría aguantar mucho tiempo sin satisfacerlo en el cuerpo de ella. – Yo quiero lo mismo, quiero todo…. Y quiero que me desees hasta lo irracional, como yo te deseo a ti, que sientas que no hay nada más que nosotros en este momento, que no importe nada más, que sólo seamos tú y yo….
- Bésame, Adrian, por favor, te lo suplico, bésame…. – apenas susurró estas palabras, mientras acariciaba sus labios una vez más.
- Marta….
- Me muero por un beso tuyo, un beso de verdad, no me importa que no haya nada más después, pero, por favor…. ¡ bésame….¡
#527
20/09/2011 18:29
Hola Ficha cuanto tiempo jajajaja
Joder, tu cuando pones la directa..... no hay quien te pare.
Vaya muerte que le has dado a Olga, que cruel eres, pero que bonito y que dulzura en Bosco ainsssss... su protector...... ainssss
Veo que has escrito mas cositas, ese tal Adrian no lo conozco, no he podido aun leer nada cuando puedas enviamelo que ya sabes que soy tu fan.
bsos.
Joder, tu cuando pones la directa..... no hay quien te pare.
Vaya muerte que le has dado a Olga, que cruel eres, pero que bonito y que dulzura en Bosco ainsssss... su protector...... ainssss
Veo que has escrito mas cositas, ese tal Adrian no lo conozco, no he podido aun leer nada cuando puedas enviamelo que ya sabes que soy tu fan.
bsos.
#528
20/09/2011 18:44
uffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff
Ficha Roja yo sí que he muerto y he resucitado!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
GRACIAS. Me has dejado sin palabras.
Ficha Roja yo sí que he muerto y he resucitado!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
GRACIAS. Me has dejado sin palabras.
#529
20/09/2011 19:24
Ains Adrian.... pensar que ya no está..... ains.... otra perdida más en nuestro haber...... pero siempre no quedará Bosco, verdad que sí FICHA??
#530
20/09/2011 21:49
Jajajajaja, Juice, siempre tendremos a Bosco, ya ando iniciando la historia.
Y cuando no esté Bosco habrá otros, y no sé porque, pero creo que cierto lobo me va a inspirar algún personaje.
Me encanta que te encante Adrian, es lo más, auqnue sigue gustándome más Bosco, es mi favorito, sin duda.
BOSCO; VUELVE ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
Y cuando no esté Bosco habrá otros, y no sé porque, pero creo que cierto lobo me va a inspirar algún personaje.
Me encanta que te encante Adrian, es lo más, auqnue sigue gustándome más Bosco, es mi favorito, sin duda.
BOSCO; VUELVE ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡
#531
20/09/2011 22:13
jodeeeeeeeeeeeeerrrrrrrrrrrrr, he llorado como una idiota, coño que bonito de aqui a la López Ibor en ambulancia, y ya si el conductor se llama Adrián o Bosco me remata.
#532
21/09/2011 14:36
Venga, pa'rriba.... que el horizonte se ha vuelto a enturbiar.... por decirlo suavemente.
#533
21/09/2011 19:10
Pa'rriba.... así limpiaba, así, así... así limpiaba que yo la vi...
#534
22/09/2011 12:27
Chicas, no estaré unos días, así que os dejo un pedacito de historia a ver si os alegráis un poco. Besos.
RELATO DE ADRIAN:
6. ENTREGA: Frgmento 1:
No había deseado otra cosa en las últimas horas que besarla, que tocarla, que acariciarla, que hacerla suya…. Y ahora era ella la que le pedía que lo hiciera, la que le suplicaba que lo hiciera, la que se moría porque lo hiciera…. ¿Qué no hubiera nada más después? Iba a haber de todo después de aquel beso, absolutamente de todo lo que le permitiera compartir con ella, de todo lo que había deseado cada día desde que la conoció, de todo lo que había soñado con los ojos abiertos que haría con ella…. Habría de todo con ella….
Porque iba a darle todo lo que tenía, iba a darle todo lo que pudiera esperar, iba a darle todo lo que quisiera recibir, todo…. Y en este momento no estaba pensando en el placer, no, aunque en ese campo también pensaba darle todo lo que fuera necesario hasta saciarla…. Pensaba en la vida, en compartir su tiempo con ella, su espacio, sus cuerpos…. Quería darle toda su vida si ella quería tomarla….
¿Por qué estaba sintiendo esto? ¿Por qué su cerebro había virado ciento ochenta grados desde el placer y se planteaba algo más allá del mismo? ¿Por qué le sucedía esto con ella si apenas la conocía? ¿Qué fuerza era la que le atraía hacia ella con esta intensidad? ¿Qué era lo que le pasaba con ella?
Marta no podía dejar de mirarle, él hacía lo mismo, mirarla sin decir nada. Seguía en aquella posición, sobre ella pero sin tocarla, mirándola a los ojos, con un oscuro deseo en la mirada que no llegaba a descifrar demasiado bien…. No era deseo pasional, ya se habían dicho todo lo que querían el uno del otro en ese aspecto…. No sabía de que se trataba, pero su mirada la atraía poderosamente, no podía apartarse de aquellos ojos….
¿Qué era lo que le pasaba con él? ¿Por qué este deseo irracional? ¿Por qué estas ganas de darle todo lo que le pidiera? ¿Por qué este deseo incontrolable de aferrarse a él? ¿Por qué ni siquiera le importaba ya que no la besara, siempre y cuando siguiera mirándola? ¿Por qué lo único que quería era que se quedara allí con ella? ¿Por qué? ¿Qué tenía aquel hombre de especial que la subyugaba de este modo?
Seguían en la misma posición, uno sobre otro, sin tocarse apenas, simplemente mirándose. Era como si el tiempo se hubiera detenido, como si el mundo se hubiera parado por un instante, como si todo en derredor no existiera…. Sólo existían ellos dos, sólo aquella mirada interminable de la que no podían apartarse, sólo aquel deseo no expresado de seguir el uno junto al otro, sin más…. A pesar de el deseo y la pasión que se habían confesado, a pesar de las caricias, a pesar de que la sangre aún corría enfebrecida por sus venas, a pesar de todo, lo único que podían hacer era mirarse y deleitarse en los ojos del otro, como si nada más fuera a existir jamás, nada más excepto los ojos del otro…. Era como si la película de sus vidas se hubiera detenido en este fotograma y no volviera a echar a andar…. Simplemente uno junto a otro, uno sobre el otro, uno sintiendo al otro….
- ¿Estás bien, Adrian? – Marta rompió el hechizo del momento, muy a su pesar, pero temía que él se hubiera perdido en algún lugar donde ella no podía llegar, temía haber dicho algo inconveniente y que esa falta de respuesta fuera su reacción. Sólo había dicho las mismas cosas que él, con otras palabras, con otra premura, pero las mismas….
- Estoy flotando…. ¿Qué me has hecho?
- No te he hecho nada….
- Pues es algo que tendremos que remediar…. Si no he entendido mal, sí había cosas que querías hacerme….
- Las mismas que tú querías hacerme a mí….
- Pues tendremos que hacerlas juntos….
El le sonrió, mirándola de nuevo con aquella intensidad que hacía que casi se olvidara de respirar. Aquellos ojos azules como el mar, aquella sonrisa deslumbrante, aquella boca cálida…. Aquella voz que le susurraba apremiante pero pausada…. Aquella mirada…. Podría perderse para siempre en sus ojos y no necesitar nada más para vivir…. Podría seguir eternamente mirando aquellos ojos y sentir que ni siquiera le era necesario el aire…. Podría….
El se sentía flotar, era realmente cierto. Sentía que su cuerpo no necesitaba apoyos para no caer sobre ella, sentía que a su corazón le habían nacido alas y que volaba hacia la felicidad, sentía que mientras la mirara todo estaría donde debía estar y todo estaría bien. Sentía que, cuando la había besado aquella noche en la cocina, había sido realmente muy brusco…. Sentía que, cuando le había dicho que la deseaba, había sido muy descortés…. Sentía que, cuando le había hablado de su deseo sexual por ella había sido el más grande de los necios….
Porque ahora, a pesar de desearla, a pesar de que se moría por estar con ella, a pesar de que no podía pensar en otra cosa que en deleitarse en ella, todo lo que quería era brindarle toda la ternura y el amor que sentía que tenía dentro reservados para ella… todo el placer y el deleite que pudiera darle en un instante… toda la sensualidad y el deseo que pudiera provocarle… lentamente, pausadamente, eternamente…. Estar con ella consciente de su cuerpo, pendiente de su gozo, mimándola con cada caricia y cada beso, con cada gemido y cada suspiro de deseo, con cada roce de su piel, con cada caricia de sus manos, con cada susurro de sus labios…. Colmándola de placer y de deleite, de anhelo y de disfrute, de goce y de sentimiento…. Amándola…. Quería amarla, hacerla disfrutar, hacerla gozar del placer que sabía que podía darle, colmarla de felicidad y de anhelo hechos realidad…. Quería estar con ella para satisfacerla, para llevarla al éxtasis, para hacerla sentirse una mujer…. Quería sentirse un hombre con ella y amarla como sólo ella merecía, como sólo él podía satisfacerla, como sabía que ella deseaba que lo hiciera….
RELATO DE ADRIAN:
6. ENTREGA: Frgmento 1:
No había deseado otra cosa en las últimas horas que besarla, que tocarla, que acariciarla, que hacerla suya…. Y ahora era ella la que le pedía que lo hiciera, la que le suplicaba que lo hiciera, la que se moría porque lo hiciera…. ¿Qué no hubiera nada más después? Iba a haber de todo después de aquel beso, absolutamente de todo lo que le permitiera compartir con ella, de todo lo que había deseado cada día desde que la conoció, de todo lo que había soñado con los ojos abiertos que haría con ella…. Habría de todo con ella….
Porque iba a darle todo lo que tenía, iba a darle todo lo que pudiera esperar, iba a darle todo lo que quisiera recibir, todo…. Y en este momento no estaba pensando en el placer, no, aunque en ese campo también pensaba darle todo lo que fuera necesario hasta saciarla…. Pensaba en la vida, en compartir su tiempo con ella, su espacio, sus cuerpos…. Quería darle toda su vida si ella quería tomarla….
¿Por qué estaba sintiendo esto? ¿Por qué su cerebro había virado ciento ochenta grados desde el placer y se planteaba algo más allá del mismo? ¿Por qué le sucedía esto con ella si apenas la conocía? ¿Qué fuerza era la que le atraía hacia ella con esta intensidad? ¿Qué era lo que le pasaba con ella?
Marta no podía dejar de mirarle, él hacía lo mismo, mirarla sin decir nada. Seguía en aquella posición, sobre ella pero sin tocarla, mirándola a los ojos, con un oscuro deseo en la mirada que no llegaba a descifrar demasiado bien…. No era deseo pasional, ya se habían dicho todo lo que querían el uno del otro en ese aspecto…. No sabía de que se trataba, pero su mirada la atraía poderosamente, no podía apartarse de aquellos ojos….
¿Qué era lo que le pasaba con él? ¿Por qué este deseo irracional? ¿Por qué estas ganas de darle todo lo que le pidiera? ¿Por qué este deseo incontrolable de aferrarse a él? ¿Por qué ni siquiera le importaba ya que no la besara, siempre y cuando siguiera mirándola? ¿Por qué lo único que quería era que se quedara allí con ella? ¿Por qué? ¿Qué tenía aquel hombre de especial que la subyugaba de este modo?
Seguían en la misma posición, uno sobre otro, sin tocarse apenas, simplemente mirándose. Era como si el tiempo se hubiera detenido, como si el mundo se hubiera parado por un instante, como si todo en derredor no existiera…. Sólo existían ellos dos, sólo aquella mirada interminable de la que no podían apartarse, sólo aquel deseo no expresado de seguir el uno junto al otro, sin más…. A pesar de el deseo y la pasión que se habían confesado, a pesar de las caricias, a pesar de que la sangre aún corría enfebrecida por sus venas, a pesar de todo, lo único que podían hacer era mirarse y deleitarse en los ojos del otro, como si nada más fuera a existir jamás, nada más excepto los ojos del otro…. Era como si la película de sus vidas se hubiera detenido en este fotograma y no volviera a echar a andar…. Simplemente uno junto a otro, uno sobre el otro, uno sintiendo al otro….
- ¿Estás bien, Adrian? – Marta rompió el hechizo del momento, muy a su pesar, pero temía que él se hubiera perdido en algún lugar donde ella no podía llegar, temía haber dicho algo inconveniente y que esa falta de respuesta fuera su reacción. Sólo había dicho las mismas cosas que él, con otras palabras, con otra premura, pero las mismas….
- Estoy flotando…. ¿Qué me has hecho?
- No te he hecho nada….
- Pues es algo que tendremos que remediar…. Si no he entendido mal, sí había cosas que querías hacerme….
- Las mismas que tú querías hacerme a mí….
- Pues tendremos que hacerlas juntos….
El le sonrió, mirándola de nuevo con aquella intensidad que hacía que casi se olvidara de respirar. Aquellos ojos azules como el mar, aquella sonrisa deslumbrante, aquella boca cálida…. Aquella voz que le susurraba apremiante pero pausada…. Aquella mirada…. Podría perderse para siempre en sus ojos y no necesitar nada más para vivir…. Podría seguir eternamente mirando aquellos ojos y sentir que ni siquiera le era necesario el aire…. Podría….
El se sentía flotar, era realmente cierto. Sentía que su cuerpo no necesitaba apoyos para no caer sobre ella, sentía que a su corazón le habían nacido alas y que volaba hacia la felicidad, sentía que mientras la mirara todo estaría donde debía estar y todo estaría bien. Sentía que, cuando la había besado aquella noche en la cocina, había sido realmente muy brusco…. Sentía que, cuando le había dicho que la deseaba, había sido muy descortés…. Sentía que, cuando le había hablado de su deseo sexual por ella había sido el más grande de los necios….
Porque ahora, a pesar de desearla, a pesar de que se moría por estar con ella, a pesar de que no podía pensar en otra cosa que en deleitarse en ella, todo lo que quería era brindarle toda la ternura y el amor que sentía que tenía dentro reservados para ella… todo el placer y el deleite que pudiera darle en un instante… toda la sensualidad y el deseo que pudiera provocarle… lentamente, pausadamente, eternamente…. Estar con ella consciente de su cuerpo, pendiente de su gozo, mimándola con cada caricia y cada beso, con cada gemido y cada suspiro de deseo, con cada roce de su piel, con cada caricia de sus manos, con cada susurro de sus labios…. Colmándola de placer y de deleite, de anhelo y de disfrute, de goce y de sentimiento…. Amándola…. Quería amarla, hacerla disfrutar, hacerla gozar del placer que sabía que podía darle, colmarla de felicidad y de anhelo hechos realidad…. Quería estar con ella para satisfacerla, para llevarla al éxtasis, para hacerla sentirse una mujer…. Quería sentirse un hombre con ella y amarla como sólo ella merecía, como sólo él podía satisfacerla, como sabía que ella deseaba que lo hiciera….
#535
22/09/2011 12:29
6. ENTREGA: Fragmento 2:
Pero… si la amaba de ese modo, estaría perdido para siempre, si la satisfacía de aquella manera, se perdería para siempre, si la hacía suya, sabía que ya nunca podría alejarse de ella y sería para siempre…. Porque por alguna extraña razón que no alcanzaba a comprender, estaba sintiendo que en su pecho había anidado la semilla que ella había plantado con su sonrisa, con sus ojos, con sus susurros, con su realidad y su ser, con su ternura, con su reticencia inicial hacia él, con su rendición posterior, con el reconocimiento de su deseo, de su necesidad, de su anhelo…. Con todo de ella…. Y aquella semilla había germinado y crecido de un modo tan rápido que había hecho que, apenas en un instante, todo su mundo girara vertiginosamente y ella fuera la única cosa a la pudiera agarrarse para dejar de girar, la única a la quería agarrarse, la única a la que quería prenderse por siempre…. Ella….
El había vuelto a mirarla de aquel modo, con aquel deseo indescifrable en la mirada, con aquella pasión insondable, con aquel misterio que la envolvía y no la dejaba pensar en otra cosa que en aquellos ojos…. Y ella había vuelto a perderse en sus ojos, a desear que no dejara nunca de mirarla, a querer darle todo lo que le pidiera, a soñar con compartir todo su tiempo y su espacio con él. A amarle con los ojos…. Y con el corazón…. Porque lo que sentía ahora no tenía nada que ver con el deseo, que le corroía las venas…. Porque lo que deseaba ahora no tenía nada que ver con la pasión, aunque esperaba poder saciar la suya con él…. Porque lo que estaba sintiendo no tenía nada que ver con nada de lo que se hubieran dicho ni con nada de lo que no se habían dicho…. Tenía que ver con sus ojos, con su sonrisa, con su voz…. Con él….
Porque había despertado algo que ella creía perdido, algo que había enterrado para siempre en su corazón, algo que creyó que jamás volvería a sentir…. Porque la había hecho sentirse viva de nuevo, vibrar de emoción de nuevo, sentir que la vida podía ser suya de nuevo…. Y no tenía nada que ver con la pasión que había hecho correr por sus venas, ni con el deseo que le corroía las entrañas, ni con el anhelo de más que despertaban en ella sus palabras…. Porque había hecho que su corazón gritara de felicidad de nuevo, porque había hecho que ella quisiera abrir su alma de nuevo, porque había logrado que enfrentara la vida de nuevo…. Y cuando él la miraba sentía que todo era como debía, que todo estaba como debía y que perdida en sus ojos era como ella tenía que estar. Porque había hecho que la ilusión anidara de nuevo en su pecho, que un susurro le supusiera el mayor de los placeres, que una sonrisa iluminara todo su mundo y que el calor se instalara en su pecho para colmarla de felicidad. Porque él era lo que buscaba, él era lo que anhelaba, él era lo que tanto había deseado encontrar…. Y él era lo que ahora tenía que ganar…. El….
- Me gusta mirarte…. – Ahora fue él quien rompió el silencio.
- Me gusta tu mirada…. – Ella le sonrió….
- ¿Más que mi voz?
- Diferente a tu voz….
- ¿Diferente? ¿En qué?
- Tu voz me subyuga, me hace estar alerta, me atrae incomprensiblemente…. Tu mirada…. Tu mirada hace que me olvide de respirar, que no quiera apartar mis ojos, hace que sienta que todo está en su sitio y que el mío está mirándote…. Me da tranquilidad, me aplaca, me hace sentir en casa…. Sé que es difícil de entender….
- No es difícil…. Es lo que yo siento…. Cuando estoy contigo, mirándote, todo está bien, todo está en su lugar, es lo que debe ser, estoy donde debo estar, contigo….
- Apenas nos conocemos, es una locura….
- ¿Por qué? ¿No crees en el amor a primera vista?
- No creía en él, hasta hoy….
- ¿Y hoy?
- Has hecho que todo mi mundo se ponga boca abajo o, mejor dicho, has hecho que deje de estarlo…. Has hecho que todo esté como y donde debe…. Pero…. Probablemente no sirva de nada….
- ¿Por qué?
- Porque que yo lo sienta no quiere decir que tú sientas lo mismo….
- Sí lo siento, aún más que tú, no te imaginas como.…
- ¿Cómo? ¿Más que yo?
- Como si el mundo se hubiera reducido a nosotros, como si lo único que tuviera que hacer en la vida es hacerte feliz y darte todo lo que mereces tener, sea lo que sea…. Como si fueras todo lo que quiero tener a mi lado…. Y más, mucho más, porque nunca me había enamorado antes, porque no sabía lo que era este deseo de dar, porque lo que siento no es que quiero satisfacer mis anhelos, sino los tuyos…. Porque en un instante has hecho que sienta cosas que ni sabía que existían, que quiera compartir, dar, hacerte sentir…. Has hecho que no piense en mí, sino en lo que podría hacer para que tengas todo lo que deseas, hoy y siempre…. Sólo quiero estar contigo…. Como tú quieras, cuando tú quieras, mientras tú quieras, pero contigo….
- Pero…. Yo…. Esto no es real, Adrian, no puede ser real, esto no pasa….
- ¿Por qué? ¿Por qué no lo habías sentido antes? ¿Por qué los sueños no pueden hacerse realidad? ¿Por qué hay una conexión especial que en realidad siempre sentimos pero que no sabíamos que era?
- Tu voz….
- Para ti era mi voz, para mi tu mirada…. No he podido dejar de pensar en ti desde que te conocí aquel día en la editorial, desde que te enfurruñaste porque te dije que podrías ser sospechosa y me trataste como a un estúpido policía novato diciéndome que estaba equivocado….
- Pero tú…. ¿Por qué no me llamaste o viniste a verme?
- Desde entonces cada día bajé a Cala Martina sólo para ver si te encontraba en la playa….
- ¿Bajabas a buscarme? ¿No nos encontramos por casualidad?
- Fue una casualidad que estuvieras allí, ya había perdido la esperanza de verte de nuevo a no ser que fuera a buscarte….
- ¿Estabas allí por mí?
- Sí, cada día….
- ¿Por qué no me lo dijiste?
- Habrías pensado que estaba loco….
- ¿Después de pedirte que me hablaras durante media noche crees de verdad que pensaría que alguien está loco?
- No podía arriesgarme, no quería que te asustaras y salieras huyendo…. Tampoco sabía que sentías al respecto, aunque tu comportamiento fue casi tan raro como el mío….
- Sólo quería estar contigo, desde que te conocí cada día recordaba tu voz, en los momentos más insospechados, en los más inadecuados, pero siempre tu voz…. Era una locura…. Habría reconocido tu voz en cualquier parte del mundo….
- Vibraciones electromagnéticas, fue lo que dijiste….
- Esto es mucho más que unas simples vibraciones….
- ¿Qué es?
- Es todo…. Es anhelo, es deseo, es ternura…. Es miedo, sinrazón, ahogo…. Es desvelo, es sueño, es fantasía hecha realidad….
- Es la vida, Marta, la vida…. A veces te da sorpresas maravillosas….
- Sí, a veces…. – Ella le tocó los labios, como le gustaba hacer.
- Voy a besarte, Marta….
- Creo que he oído eso antes….
- Ahora voy a hacerlo, no pienso dejar de besarte durante el resto de mi vida….
- Suena tentador….
- Sabe mejor….
Pero… si la amaba de ese modo, estaría perdido para siempre, si la satisfacía de aquella manera, se perdería para siempre, si la hacía suya, sabía que ya nunca podría alejarse de ella y sería para siempre…. Porque por alguna extraña razón que no alcanzaba a comprender, estaba sintiendo que en su pecho había anidado la semilla que ella había plantado con su sonrisa, con sus ojos, con sus susurros, con su realidad y su ser, con su ternura, con su reticencia inicial hacia él, con su rendición posterior, con el reconocimiento de su deseo, de su necesidad, de su anhelo…. Con todo de ella…. Y aquella semilla había germinado y crecido de un modo tan rápido que había hecho que, apenas en un instante, todo su mundo girara vertiginosamente y ella fuera la única cosa a la pudiera agarrarse para dejar de girar, la única a la quería agarrarse, la única a la que quería prenderse por siempre…. Ella….
El había vuelto a mirarla de aquel modo, con aquel deseo indescifrable en la mirada, con aquella pasión insondable, con aquel misterio que la envolvía y no la dejaba pensar en otra cosa que en aquellos ojos…. Y ella había vuelto a perderse en sus ojos, a desear que no dejara nunca de mirarla, a querer darle todo lo que le pidiera, a soñar con compartir todo su tiempo y su espacio con él. A amarle con los ojos…. Y con el corazón…. Porque lo que sentía ahora no tenía nada que ver con el deseo, que le corroía las venas…. Porque lo que deseaba ahora no tenía nada que ver con la pasión, aunque esperaba poder saciar la suya con él…. Porque lo que estaba sintiendo no tenía nada que ver con nada de lo que se hubieran dicho ni con nada de lo que no se habían dicho…. Tenía que ver con sus ojos, con su sonrisa, con su voz…. Con él….
Porque había despertado algo que ella creía perdido, algo que había enterrado para siempre en su corazón, algo que creyó que jamás volvería a sentir…. Porque la había hecho sentirse viva de nuevo, vibrar de emoción de nuevo, sentir que la vida podía ser suya de nuevo…. Y no tenía nada que ver con la pasión que había hecho correr por sus venas, ni con el deseo que le corroía las entrañas, ni con el anhelo de más que despertaban en ella sus palabras…. Porque había hecho que su corazón gritara de felicidad de nuevo, porque había hecho que ella quisiera abrir su alma de nuevo, porque había logrado que enfrentara la vida de nuevo…. Y cuando él la miraba sentía que todo era como debía, que todo estaba como debía y que perdida en sus ojos era como ella tenía que estar. Porque había hecho que la ilusión anidara de nuevo en su pecho, que un susurro le supusiera el mayor de los placeres, que una sonrisa iluminara todo su mundo y que el calor se instalara en su pecho para colmarla de felicidad. Porque él era lo que buscaba, él era lo que anhelaba, él era lo que tanto había deseado encontrar…. Y él era lo que ahora tenía que ganar…. El….
- Me gusta mirarte…. – Ahora fue él quien rompió el silencio.
- Me gusta tu mirada…. – Ella le sonrió….
- ¿Más que mi voz?
- Diferente a tu voz….
- ¿Diferente? ¿En qué?
- Tu voz me subyuga, me hace estar alerta, me atrae incomprensiblemente…. Tu mirada…. Tu mirada hace que me olvide de respirar, que no quiera apartar mis ojos, hace que sienta que todo está en su sitio y que el mío está mirándote…. Me da tranquilidad, me aplaca, me hace sentir en casa…. Sé que es difícil de entender….
- No es difícil…. Es lo que yo siento…. Cuando estoy contigo, mirándote, todo está bien, todo está en su lugar, es lo que debe ser, estoy donde debo estar, contigo….
- Apenas nos conocemos, es una locura….
- ¿Por qué? ¿No crees en el amor a primera vista?
- No creía en él, hasta hoy….
- ¿Y hoy?
- Has hecho que todo mi mundo se ponga boca abajo o, mejor dicho, has hecho que deje de estarlo…. Has hecho que todo esté como y donde debe…. Pero…. Probablemente no sirva de nada….
- ¿Por qué?
- Porque que yo lo sienta no quiere decir que tú sientas lo mismo….
- Sí lo siento, aún más que tú, no te imaginas como.…
- ¿Cómo? ¿Más que yo?
- Como si el mundo se hubiera reducido a nosotros, como si lo único que tuviera que hacer en la vida es hacerte feliz y darte todo lo que mereces tener, sea lo que sea…. Como si fueras todo lo que quiero tener a mi lado…. Y más, mucho más, porque nunca me había enamorado antes, porque no sabía lo que era este deseo de dar, porque lo que siento no es que quiero satisfacer mis anhelos, sino los tuyos…. Porque en un instante has hecho que sienta cosas que ni sabía que existían, que quiera compartir, dar, hacerte sentir…. Has hecho que no piense en mí, sino en lo que podría hacer para que tengas todo lo que deseas, hoy y siempre…. Sólo quiero estar contigo…. Como tú quieras, cuando tú quieras, mientras tú quieras, pero contigo….
- Pero…. Yo…. Esto no es real, Adrian, no puede ser real, esto no pasa….
- ¿Por qué? ¿Por qué no lo habías sentido antes? ¿Por qué los sueños no pueden hacerse realidad? ¿Por qué hay una conexión especial que en realidad siempre sentimos pero que no sabíamos que era?
- Tu voz….
- Para ti era mi voz, para mi tu mirada…. No he podido dejar de pensar en ti desde que te conocí aquel día en la editorial, desde que te enfurruñaste porque te dije que podrías ser sospechosa y me trataste como a un estúpido policía novato diciéndome que estaba equivocado….
- Pero tú…. ¿Por qué no me llamaste o viniste a verme?
- Desde entonces cada día bajé a Cala Martina sólo para ver si te encontraba en la playa….
- ¿Bajabas a buscarme? ¿No nos encontramos por casualidad?
- Fue una casualidad que estuvieras allí, ya había perdido la esperanza de verte de nuevo a no ser que fuera a buscarte….
- ¿Estabas allí por mí?
- Sí, cada día….
- ¿Por qué no me lo dijiste?
- Habrías pensado que estaba loco….
- ¿Después de pedirte que me hablaras durante media noche crees de verdad que pensaría que alguien está loco?
- No podía arriesgarme, no quería que te asustaras y salieras huyendo…. Tampoco sabía que sentías al respecto, aunque tu comportamiento fue casi tan raro como el mío….
- Sólo quería estar contigo, desde que te conocí cada día recordaba tu voz, en los momentos más insospechados, en los más inadecuados, pero siempre tu voz…. Era una locura…. Habría reconocido tu voz en cualquier parte del mundo….
- Vibraciones electromagnéticas, fue lo que dijiste….
- Esto es mucho más que unas simples vibraciones….
- ¿Qué es?
- Es todo…. Es anhelo, es deseo, es ternura…. Es miedo, sinrazón, ahogo…. Es desvelo, es sueño, es fantasía hecha realidad….
- Es la vida, Marta, la vida…. A veces te da sorpresas maravillosas….
- Sí, a veces…. – Ella le tocó los labios, como le gustaba hacer.
- Voy a besarte, Marta….
- Creo que he oído eso antes….
- Ahora voy a hacerlo, no pienso dejar de besarte durante el resto de mi vida….
- Suena tentador….
- Sabe mejor….
#536
22/09/2011 12:32
6. ENTREGA: Fragmento 3:
El se acercó a sus labios y la besó con ternura, con dulzura, con suavidad, apenas una caricia, un soplo de brisa, una mínima presión. Ella cerró los ojos, disfrutando del contacto. El besó sus ojos, su nariz, su mandíbula y después descendió por su cuello arrancándole un suspiro entrecortado. Si volvía a deleitarse con su piel en vez de besarla de verdad ella iba a sentirse muy decepcionada. Deseaba que la besara, de verdad, quería perderse en su boca, saborearla, recorrerla y explorarla con la suya, como habían hecho al principio de la noche…. ¿Por qué no la besaba?
El debió de leerle el pensamiento, porque subió de nuevo a su boca, volviendo a besarla con suavidad, pero no se fue de ella, sino que permaneció allí, sobre sus labios, presionando cada vez con más intensidad, trabándolos, mordisqueándolos, acariciándolos con dedicación hasta que los aprendió de memoria. Besos suaves que se hicieron más insistentes, caricias trabadas que hicieron que ella quisiera más, hasta que él se abrió paso a través de sus labios y buscó el interior de su boca, saboreando, explorando, haciéndola suspirar. Buscó su lengua y se enroscó en ella con un baile frenético. Lamió sus dientes y mordió sus labios con delicadeza. Buscó de nuevo en su boca, mordisqueando la punta de su lengua.
Ella estaba incómoda, no por lo que él hacía, muy al contrario, sino porque, al dejar por fin caer su cuerpo sobre el de ella, estaba aplastándola y no le permitía moverse como ella quería…. No podía acariciarle como quería, no podía acercar su cabeza como quería, no podía acercársele como quería….
- Adrian…. Tienes que levantarte….
- ¿Por qué? ¿No te gustan mis besos?
- Me encantan tus besos, pero estás aplastándome, por favor….
- Dijiste que querías que te aplastara….
- Pero no literalmente, no puedo moverme….
- Perdona…. – Se puso en pie de un salto. – No quería hacerte daño…. ¿Estás bien?
- Estoy perfectamente, más que bien, pero no podía moverme contigo encima….
- ¿Para que querías moverte?
- Para pegarme más a ti….
- Para eso la posición anterior era perfecta….
- En esa postura no podía moverme, ni cambiar de posición un músculo, ni acercarme más…. No podía acercarme a ti como quiero….
- ¿Y cómo quieres acercarte? – El sonreía divertido.
- Cállate de una vez y sigue besándome….
Ella le empujó e hizo que se sentara en el sofá, sentándose encima de sus rodillas, a horcajadas, de forma que quedaban frente a frente y ella podía moverse con libertad…. Se acercó a su boca y le besó, con dulzura, pero con intensidad. Se perdió en su boca para después besar su cara, sus ojos, su cuello. La camisa, uff, le estorbaba aquella camisa blanca que llevaba. Abrió cada uno de los botones y depositó un beso en cada porción del pecho masculino que quedaba al descubierto. El echó la cabeza hacia atrás y suspiró. Estaba volviéndole loco con aquellos besos. Terminó de abrirle la camisa y volvió a besar su boca, mientras con sus manos acariciaba el torso masculino y su cintura. ¡Había deseado tanto hacer aquello, tocar su cuerpo, sentir sus músculos, notar el calor de su piel….¡
Ella estaba recorriendo ahora con sus labios su pecho, besando cada centímetro de su piel, arrancándole gemidos ahogados. Se había arrodillado ante él y, al llegar a su ombligo, depositó un beso en él y después le miró, sonriéndole, mientras le soltaba el cinturón. El le cogió las manos e hizo que se levantara con él. La abrazó por la cintura mientras la besaba apasionadamente, atrapando su boca en un beso interminable que hizo que casi se mareara. La miró, tras besarla, y cogió la parte inferior de su camiseta, subiéndola poco a poco por su cuerpo mientras le sonreía sin dejar de mirar aquellos ojos que tanto le atraían. Le sacó la camiseta y sujetó sus brazos sobre su cabeza con una mano, mientras con la otra la atraía hacia él y volvía a besarla. Cuando la soltó, ella buscó su espalda bajo la camisa abierta, acariciándole con las uñas, subiendo y bajando por sus costados y haciéndole suspirar de placer. Le quitó la camisa acariciando sus brazos al hacerlo y después se puso a su espalda para besar cada centímetro de piel que había acariciado antes, para deleitarse con su tacto, para probar su sabor, mientras le abrazaba por la cintura y acariciaba su abdomen con la punta de los dedos.
Estaba volviéndole loco con aquellas caricias, absolutamente loco, y si no la paraba no sería capaz de aguantar lo suficiente como para satisfacerla. Se giró contra ella, abrazándola por la cintura y alzándola con él, mientras se sentaba de nuevo y la ponía sobre sus rodillas. Ella hizo ademán de protestar, pero él la silenció colocando un dedo sobre sus labios. Ella asintió, sonriéndole, y antes de que él pudiera quitar el dedo de su boca lo atrapó con sus labios, succionándolo lentamente hasta el fondo de su boca para después lamerlo con delicadeza mientras no dejaba de mirarle. Se sacó el dedo de la boca, cogió su mano y la besó en la palma, para después lamerla también. Después puso sus manos sobre el pecho masculino y lo recorrió con las uñas, haciendo que suspirara de placer, bajando hasta su ombligo y hasta la línea de su cinturón.
El le cogió las manos y las sujetó a su espalda, para evitar que siguiera acariciándole y provocándole de aquella manera. Estaba matándole de placer y de deseo. Con la mano libre comenzó a acariciar su cuello y su torso, hasta llegar a sus senos, cubiertos aún por su ropa interior. Soltó sus manos, bajó los tirantes del sostén y lo desabrochó, liberando sus senos de aquella prisión de tela. Los acarició con suavidad con sus dedos, con sus manos y después con su boca, haciendo que la que suspirara ahora fuera ella, que se inclinó hacia atrás para permitir que él la acariciara sin impedimento, mientras ella acariciaba su cabeza y enroscaba los dedos en su pelo. El siguió dedicando caricias a su pecho, besándolo, lamiéndolo y mordisqueando sus pezones hasta que ella gimió de placer. La hizo ponerse de rodillas sobre el sofá, con las piernas a los costados de las suyas, para poder morder su cintura y lamer su ombligo, haciendo que gimiera nuevamente. Ella se sujetaba a la cabeza masculina mientras sentía que su vientre se contraía de placer con aquellas caricias.
El se puso en pie, sujetándola por la cintura contra su pecho, mientras le preguntaba entre susurros donde estaba el dormitorio. Ella le indicó la dirección y él siguió sujetándola en el aire mientras se dirigía a su cama. Ella se sujetó a sus caderas rodeándole con las piernas mientras le besaba en el cuello y le mordisqueaba el lóbulo de la oreja entre risas. Estaba deseando que lo hiciera, estaba deseando que la hiciera suya, quería que se le metiera dentro y poder sentirle por completo.
La puso sobre la cama y le quitó el pantalón y la ropa interior que le quedaba, dejándola desnuda. Ella se tumbó, provocativa, mientras acariciaba su pecho con los pies y bajaba presionando hacia su cintura. El le sujetó las piernas, juntas, mientras con sus manos recorría toda la extensión de las mismas, acariciándolas, presionándolas, haciéndole sentir su contacto. Siguió por sus muslos hasta llegar a sus caderas, donde paró la exploración. Se había inclinado sobre ella y su cabeza quedaba a la altura del ombligo femenino. Comenzó a besar aquella zona, a lamerla, a morderla con dulzura, arrancando gemidos entrecortados de sus labios. Después su boca fue subiendo por su pecho hasta llegar a sus senos y dedicarles nuevamente caricias y besos, haciéndola retorcerse de placer y de deseo. El continuó la ascensión hasta su boca, donde se perdió buscando su lengua y jugueteando con ella entre nuevos gemidos.
El se acercó a sus labios y la besó con ternura, con dulzura, con suavidad, apenas una caricia, un soplo de brisa, una mínima presión. Ella cerró los ojos, disfrutando del contacto. El besó sus ojos, su nariz, su mandíbula y después descendió por su cuello arrancándole un suspiro entrecortado. Si volvía a deleitarse con su piel en vez de besarla de verdad ella iba a sentirse muy decepcionada. Deseaba que la besara, de verdad, quería perderse en su boca, saborearla, recorrerla y explorarla con la suya, como habían hecho al principio de la noche…. ¿Por qué no la besaba?
El debió de leerle el pensamiento, porque subió de nuevo a su boca, volviendo a besarla con suavidad, pero no se fue de ella, sino que permaneció allí, sobre sus labios, presionando cada vez con más intensidad, trabándolos, mordisqueándolos, acariciándolos con dedicación hasta que los aprendió de memoria. Besos suaves que se hicieron más insistentes, caricias trabadas que hicieron que ella quisiera más, hasta que él se abrió paso a través de sus labios y buscó el interior de su boca, saboreando, explorando, haciéndola suspirar. Buscó su lengua y se enroscó en ella con un baile frenético. Lamió sus dientes y mordió sus labios con delicadeza. Buscó de nuevo en su boca, mordisqueando la punta de su lengua.
Ella estaba incómoda, no por lo que él hacía, muy al contrario, sino porque, al dejar por fin caer su cuerpo sobre el de ella, estaba aplastándola y no le permitía moverse como ella quería…. No podía acariciarle como quería, no podía acercar su cabeza como quería, no podía acercársele como quería….
- Adrian…. Tienes que levantarte….
- ¿Por qué? ¿No te gustan mis besos?
- Me encantan tus besos, pero estás aplastándome, por favor….
- Dijiste que querías que te aplastara….
- Pero no literalmente, no puedo moverme….
- Perdona…. – Se puso en pie de un salto. – No quería hacerte daño…. ¿Estás bien?
- Estoy perfectamente, más que bien, pero no podía moverme contigo encima….
- ¿Para que querías moverte?
- Para pegarme más a ti….
- Para eso la posición anterior era perfecta….
- En esa postura no podía moverme, ni cambiar de posición un músculo, ni acercarme más…. No podía acercarme a ti como quiero….
- ¿Y cómo quieres acercarte? – El sonreía divertido.
- Cállate de una vez y sigue besándome….
Ella le empujó e hizo que se sentara en el sofá, sentándose encima de sus rodillas, a horcajadas, de forma que quedaban frente a frente y ella podía moverse con libertad…. Se acercó a su boca y le besó, con dulzura, pero con intensidad. Se perdió en su boca para después besar su cara, sus ojos, su cuello. La camisa, uff, le estorbaba aquella camisa blanca que llevaba. Abrió cada uno de los botones y depositó un beso en cada porción del pecho masculino que quedaba al descubierto. El echó la cabeza hacia atrás y suspiró. Estaba volviéndole loco con aquellos besos. Terminó de abrirle la camisa y volvió a besar su boca, mientras con sus manos acariciaba el torso masculino y su cintura. ¡Había deseado tanto hacer aquello, tocar su cuerpo, sentir sus músculos, notar el calor de su piel….¡
Ella estaba recorriendo ahora con sus labios su pecho, besando cada centímetro de su piel, arrancándole gemidos ahogados. Se había arrodillado ante él y, al llegar a su ombligo, depositó un beso en él y después le miró, sonriéndole, mientras le soltaba el cinturón. El le cogió las manos e hizo que se levantara con él. La abrazó por la cintura mientras la besaba apasionadamente, atrapando su boca en un beso interminable que hizo que casi se mareara. La miró, tras besarla, y cogió la parte inferior de su camiseta, subiéndola poco a poco por su cuerpo mientras le sonreía sin dejar de mirar aquellos ojos que tanto le atraían. Le sacó la camiseta y sujetó sus brazos sobre su cabeza con una mano, mientras con la otra la atraía hacia él y volvía a besarla. Cuando la soltó, ella buscó su espalda bajo la camisa abierta, acariciándole con las uñas, subiendo y bajando por sus costados y haciéndole suspirar de placer. Le quitó la camisa acariciando sus brazos al hacerlo y después se puso a su espalda para besar cada centímetro de piel que había acariciado antes, para deleitarse con su tacto, para probar su sabor, mientras le abrazaba por la cintura y acariciaba su abdomen con la punta de los dedos.
Estaba volviéndole loco con aquellas caricias, absolutamente loco, y si no la paraba no sería capaz de aguantar lo suficiente como para satisfacerla. Se giró contra ella, abrazándola por la cintura y alzándola con él, mientras se sentaba de nuevo y la ponía sobre sus rodillas. Ella hizo ademán de protestar, pero él la silenció colocando un dedo sobre sus labios. Ella asintió, sonriéndole, y antes de que él pudiera quitar el dedo de su boca lo atrapó con sus labios, succionándolo lentamente hasta el fondo de su boca para después lamerlo con delicadeza mientras no dejaba de mirarle. Se sacó el dedo de la boca, cogió su mano y la besó en la palma, para después lamerla también. Después puso sus manos sobre el pecho masculino y lo recorrió con las uñas, haciendo que suspirara de placer, bajando hasta su ombligo y hasta la línea de su cinturón.
El le cogió las manos y las sujetó a su espalda, para evitar que siguiera acariciándole y provocándole de aquella manera. Estaba matándole de placer y de deseo. Con la mano libre comenzó a acariciar su cuello y su torso, hasta llegar a sus senos, cubiertos aún por su ropa interior. Soltó sus manos, bajó los tirantes del sostén y lo desabrochó, liberando sus senos de aquella prisión de tela. Los acarició con suavidad con sus dedos, con sus manos y después con su boca, haciendo que la que suspirara ahora fuera ella, que se inclinó hacia atrás para permitir que él la acariciara sin impedimento, mientras ella acariciaba su cabeza y enroscaba los dedos en su pelo. El siguió dedicando caricias a su pecho, besándolo, lamiéndolo y mordisqueando sus pezones hasta que ella gimió de placer. La hizo ponerse de rodillas sobre el sofá, con las piernas a los costados de las suyas, para poder morder su cintura y lamer su ombligo, haciendo que gimiera nuevamente. Ella se sujetaba a la cabeza masculina mientras sentía que su vientre se contraía de placer con aquellas caricias.
El se puso en pie, sujetándola por la cintura contra su pecho, mientras le preguntaba entre susurros donde estaba el dormitorio. Ella le indicó la dirección y él siguió sujetándola en el aire mientras se dirigía a su cama. Ella se sujetó a sus caderas rodeándole con las piernas mientras le besaba en el cuello y le mordisqueaba el lóbulo de la oreja entre risas. Estaba deseando que lo hiciera, estaba deseando que la hiciera suya, quería que se le metiera dentro y poder sentirle por completo.
La puso sobre la cama y le quitó el pantalón y la ropa interior que le quedaba, dejándola desnuda. Ella se tumbó, provocativa, mientras acariciaba su pecho con los pies y bajaba presionando hacia su cintura. El le sujetó las piernas, juntas, mientras con sus manos recorría toda la extensión de las mismas, acariciándolas, presionándolas, haciéndole sentir su contacto. Siguió por sus muslos hasta llegar a sus caderas, donde paró la exploración. Se había inclinado sobre ella y su cabeza quedaba a la altura del ombligo femenino. Comenzó a besar aquella zona, a lamerla, a morderla con dulzura, arrancando gemidos entrecortados de sus labios. Después su boca fue subiendo por su pecho hasta llegar a sus senos y dedicarles nuevamente caricias y besos, haciéndola retorcerse de placer y de deseo. El continuó la ascensión hasta su boca, donde se perdió buscando su lengua y jugueteando con ella entre nuevos gemidos.
#537
22/09/2011 12:33
Ainsssssss FichaRoja, lo que habría ganado la serie contigo de guionista.
Tus relatos en su linea GENIALES
Estos días que no estés los echaremos de menos y sobre todo a ti.
De momento yo sigo siendo fan incondicional de Francino Boys
Tus relatos en su linea GENIALES
Estos días que no estés los echaremos de menos y sobre todo a ti.
De momento yo sigo siendo fan incondicional de Francino Boys
#538
22/09/2011 12:33
Ficha cariño ya te lo dije en un privado, pero te lo digo otra vez tienes una mano de oro a la hora de escribirnos un relato!!! Muy bonito, me encantan tofos tus relatos!! Besitos!!!!
#539
22/09/2011 12:33
6. ENTREGA: Fragmento 4:
Estaba sobre ella, pegado a su cuerpo, pero cuidando de no aplastarla, para que pudiera moverse si era lo que quería. No estaba desnudo, aún no, llevaba el pantalón vaquero…. Aquel pantalón vaquero que llevaba el día de la playa, que se le ajustaba y le hacía un culo tan interesante…. Estaba desvariando, le tenía allí, sobre ella, besándola, y ella pensaba en como le quedaba el pantalón, cuando lo que de verdad quería era quitárselo…. Quitarle el pantalón, quitarle la ropa interior, acariciarle, besarle, hacerle gemir de placer…. Le empujó con las manos, haciendo que se separara de ella. El la miró extrañado, pero sin dejar de sonreír. Ella le empujó más, haciendo que se incorporara. Se puso de rodillas en la cama, frente a él y le empujó hasta que se puso en pie. Ella siguió de rodillas, en la cama. Se acercó a él y le besó el pecho, mientras sus manos descendían por los costados hasta sus caderas. Le había soltado el cinturón en el salón, así que solo tuvo que desabrochar los botones del pantalón y tirar desde las caderas para quitárselo. Mientras lo hacía le miraba con deseo, sonriéndole. Cuando el comprendió sus intenciones abrió los brazos y se dejó hacer. Le bajó el pantalón poniéndose a su espalda y a continuación hizo lo mismo con su ropa interior hasta que se la quitó. Siguió a su espalda, admirando su culo, que tanto le gustaba vestido. Le gustaba aún más desnudo. Era firme, duro…. Lo acarició con los dedos y después con las uñas, haciendo que él gimiera de placer. Le empujó para que se recostara sobre la cama pero, cuando él intentó girarse, ella se lo impidió, haciendo que se tumbara de espaldas.
- Shhhhh…. Déjame disfrutar de ti…. – Le susurró al oído mientras besaba su cuello, su espalda, y bajaba por su espina dorsal de nuevo hasta sus glúteos.
Apretó suavemente su culo con las manos, masajeándolo, sintiéndolo. Besó el centro de su columna y siguió descendiendo con su boca hasta llegar de nuevo a sus glúteos. Mordisqueó suave y dulcemente la zona alta de los mismos, arrancando de su garganta gemidos entrecortados. Siguió acariciándole y pasó de su culo a sus muslos, a la cara interna de sus muslos, haciéndole gemir de nuevo. Bajó hasta sus rodillas, sus piernas y hasta sus pies, acariciando la piel con las uñas y haciéndole sentir que una suave pero excitante corriente eléctrica corría por su piel allá donde ella le tocaba. No podía evitar que los gemidos salieran de su garganta, no podía controlar el placer y el deseo que ella estaba provocándole. ¿Qué estaba haciéndole ahora? Estaba mordiéndole los dedos de los pies, para lamerlos suavemente después y volver a arrancar gemidos de su garganta. Su lengua recorrió el empeine de su pie y después jugueteó con el maleolo de su tobillo, haciéndole sentir de nuevo aquella corriente de excitación. Sus labios ascendieron por la cara interna de su pierna, hasta su rodilla, hasta morder con suavidad la zona interna de la parte posterior de su rodilla, generando más electricidad en su cuerpo. Siguió subiendo por su muslo, besándolo, mordiéndolo, lamiéndolo, hasta que llegó de nuevo cerca de sus glúteos, y volvió a acariciarlos.
El estaba total y completamente extasiado con sus caricias. Jamás le habían tocado como ella había hecho, jamás nadie había masajeado su cuerpo de esa manera, en lugares tan insospechados y tan placenteros como ella le había hecho descubrir. No sabía que los píes pudieran ser una zona tan erógena, ni los tobillos, ni las rodillas…. Ella agarró sus caderas, mientras se inclinaba sobre él y le susurraba al oído… “gírate”. El obedeció inmediatamente, se dio la vuelta y ella le contempló desde un lado de la cama en toda su plenitud. Su excitación era algo más que manifiesto, pero eso no era lo que más le llamaba la atención. La armonía de su cuerpo era lo que la impresionaba, la proporción exacta de sus medidas, el equilibrio entre su torso, sus caderas y sus piernas era lo que la estaba volviendo loca. ¿Cómo era posible que existiera tanta belleza más allá de las esculturas clásicas? ¿Cómo había podido esconder un cuerpo como aquel todo este tiempo? ¿Cómo nunca se había fijado en eso en los momentos en que había estado con él? ¡ Que cuerpo ¡ Y era todo suyo, estaba allí, tumbado ante ella, esperando a que siguiera con sus caricias, brindándole su disfrute para lo que ella quisiera…. Y, ¿qué quería? Quería tocarle, acariciarle nuevamente, hacerle sentir todo el placer que pudiera proporcionarle, quería besar aquel cuerpo, morderlo, lamerlo, comérselo entero si era preciso, tal era el deseo que le provocaba aquella visión.
Se puso de nuevo a los pies de la cama para iniciar otra vez la secuencia de caricias besos y mordiscos en sus pies, en sus piernas, en sus muslos. Le arrancó suspiros entrecortados y gemidos de placer que la hicieron sonreír ante la evidencia de que estaba excitándole sobremanera. Cuando llegó a la parte alta de sus muslos paró la exploración, no quería seguir allí, no por el momento. Su miembro viril la atraía poderosamente, pero aún no era el momento de dedicarse a él, aún tenía que arrancarle más gemidos antes de hacer que estallara sin remedio. Se apoyó sobre su vientre y le acarició el torso con las uñas, dejando regueros de piel incendiada a su paso. El no sabía como era posible sentir más con cada caricia, desear más con cada contacto de su boca, querer que no dejara de tocarle nunca. Bajó de su torso a su vientre, acariciándolo con sus uñas para después besarlo y morder la zona de su cintura. Las manos siguieron bajando por sus caderas, parándose en el reborde óseo de las mismas, acariciándolo con mimo y haciéndole sentir de nuevo aquella corriente de electricidad y deseo al mismo tiempo. Acarició la zona bajo su ombligo, primero con los dedos, después con las uñas y, finalmente, con su boca, besando, lamiendo, mordiendo toda su zona púbica, pero teniendo mucho cuidado de no tocar su zona genital. Eso lo reservaba para el final, quería que él se lo pidiera, que él lo quisiera, que le dijera que lo hiciera. Subió de nuevo hacia su pecho, besándole, hacia su cuello, mordiéndolo con suavidad, a su cara, siguiendo el ángulo de su mandíbula y finalmente hasta su boca…. Le miró, sonriéndole, y después le besó, con suavidad, con deleite, con dulzura y contención, simplemente saboreándole, degustándole, disfrutando de su boca…. Se abrazó a su pecho y le miró de nuevo, a un centímetro de su cara, su boca perdida en la de él, simplemente rozándose.
- No puedo corresponderte, Marta….
- No importa, no tienes porque hacerlo….
- No, no quiero decir en cuanto a sentimientos…. No se trata de eso…. Estoy loco por ti….
- Gracias, me gusta oírlo….
- Pero no puedo darte ni la centésima parte de lo que tú me has dado….
- No tienes que darme nada….
- Me has hecho sentir cosas que no sabía que existían, has hecho que sienta partes de mi cuerpo que ni siquiera sabía que eran sensibles, has tocado cada fibra nerviosa de mi piel y la has enardecido como nadie…. No puedo corresponderte como mereces….
Estaba sobre ella, pegado a su cuerpo, pero cuidando de no aplastarla, para que pudiera moverse si era lo que quería. No estaba desnudo, aún no, llevaba el pantalón vaquero…. Aquel pantalón vaquero que llevaba el día de la playa, que se le ajustaba y le hacía un culo tan interesante…. Estaba desvariando, le tenía allí, sobre ella, besándola, y ella pensaba en como le quedaba el pantalón, cuando lo que de verdad quería era quitárselo…. Quitarle el pantalón, quitarle la ropa interior, acariciarle, besarle, hacerle gemir de placer…. Le empujó con las manos, haciendo que se separara de ella. El la miró extrañado, pero sin dejar de sonreír. Ella le empujó más, haciendo que se incorporara. Se puso de rodillas en la cama, frente a él y le empujó hasta que se puso en pie. Ella siguió de rodillas, en la cama. Se acercó a él y le besó el pecho, mientras sus manos descendían por los costados hasta sus caderas. Le había soltado el cinturón en el salón, así que solo tuvo que desabrochar los botones del pantalón y tirar desde las caderas para quitárselo. Mientras lo hacía le miraba con deseo, sonriéndole. Cuando el comprendió sus intenciones abrió los brazos y se dejó hacer. Le bajó el pantalón poniéndose a su espalda y a continuación hizo lo mismo con su ropa interior hasta que se la quitó. Siguió a su espalda, admirando su culo, que tanto le gustaba vestido. Le gustaba aún más desnudo. Era firme, duro…. Lo acarició con los dedos y después con las uñas, haciendo que él gimiera de placer. Le empujó para que se recostara sobre la cama pero, cuando él intentó girarse, ella se lo impidió, haciendo que se tumbara de espaldas.
- Shhhhh…. Déjame disfrutar de ti…. – Le susurró al oído mientras besaba su cuello, su espalda, y bajaba por su espina dorsal de nuevo hasta sus glúteos.
Apretó suavemente su culo con las manos, masajeándolo, sintiéndolo. Besó el centro de su columna y siguió descendiendo con su boca hasta llegar de nuevo a sus glúteos. Mordisqueó suave y dulcemente la zona alta de los mismos, arrancando de su garganta gemidos entrecortados. Siguió acariciándole y pasó de su culo a sus muslos, a la cara interna de sus muslos, haciéndole gemir de nuevo. Bajó hasta sus rodillas, sus piernas y hasta sus pies, acariciando la piel con las uñas y haciéndole sentir que una suave pero excitante corriente eléctrica corría por su piel allá donde ella le tocaba. No podía evitar que los gemidos salieran de su garganta, no podía controlar el placer y el deseo que ella estaba provocándole. ¿Qué estaba haciéndole ahora? Estaba mordiéndole los dedos de los pies, para lamerlos suavemente después y volver a arrancar gemidos de su garganta. Su lengua recorrió el empeine de su pie y después jugueteó con el maleolo de su tobillo, haciéndole sentir de nuevo aquella corriente de excitación. Sus labios ascendieron por la cara interna de su pierna, hasta su rodilla, hasta morder con suavidad la zona interna de la parte posterior de su rodilla, generando más electricidad en su cuerpo. Siguió subiendo por su muslo, besándolo, mordiéndolo, lamiéndolo, hasta que llegó de nuevo cerca de sus glúteos, y volvió a acariciarlos.
El estaba total y completamente extasiado con sus caricias. Jamás le habían tocado como ella había hecho, jamás nadie había masajeado su cuerpo de esa manera, en lugares tan insospechados y tan placenteros como ella le había hecho descubrir. No sabía que los píes pudieran ser una zona tan erógena, ni los tobillos, ni las rodillas…. Ella agarró sus caderas, mientras se inclinaba sobre él y le susurraba al oído… “gírate”. El obedeció inmediatamente, se dio la vuelta y ella le contempló desde un lado de la cama en toda su plenitud. Su excitación era algo más que manifiesto, pero eso no era lo que más le llamaba la atención. La armonía de su cuerpo era lo que la impresionaba, la proporción exacta de sus medidas, el equilibrio entre su torso, sus caderas y sus piernas era lo que la estaba volviendo loca. ¿Cómo era posible que existiera tanta belleza más allá de las esculturas clásicas? ¿Cómo había podido esconder un cuerpo como aquel todo este tiempo? ¿Cómo nunca se había fijado en eso en los momentos en que había estado con él? ¡ Que cuerpo ¡ Y era todo suyo, estaba allí, tumbado ante ella, esperando a que siguiera con sus caricias, brindándole su disfrute para lo que ella quisiera…. Y, ¿qué quería? Quería tocarle, acariciarle nuevamente, hacerle sentir todo el placer que pudiera proporcionarle, quería besar aquel cuerpo, morderlo, lamerlo, comérselo entero si era preciso, tal era el deseo que le provocaba aquella visión.
Se puso de nuevo a los pies de la cama para iniciar otra vez la secuencia de caricias besos y mordiscos en sus pies, en sus piernas, en sus muslos. Le arrancó suspiros entrecortados y gemidos de placer que la hicieron sonreír ante la evidencia de que estaba excitándole sobremanera. Cuando llegó a la parte alta de sus muslos paró la exploración, no quería seguir allí, no por el momento. Su miembro viril la atraía poderosamente, pero aún no era el momento de dedicarse a él, aún tenía que arrancarle más gemidos antes de hacer que estallara sin remedio. Se apoyó sobre su vientre y le acarició el torso con las uñas, dejando regueros de piel incendiada a su paso. El no sabía como era posible sentir más con cada caricia, desear más con cada contacto de su boca, querer que no dejara de tocarle nunca. Bajó de su torso a su vientre, acariciándolo con sus uñas para después besarlo y morder la zona de su cintura. Las manos siguieron bajando por sus caderas, parándose en el reborde óseo de las mismas, acariciándolo con mimo y haciéndole sentir de nuevo aquella corriente de electricidad y deseo al mismo tiempo. Acarició la zona bajo su ombligo, primero con los dedos, después con las uñas y, finalmente, con su boca, besando, lamiendo, mordiendo toda su zona púbica, pero teniendo mucho cuidado de no tocar su zona genital. Eso lo reservaba para el final, quería que él se lo pidiera, que él lo quisiera, que le dijera que lo hiciera. Subió de nuevo hacia su pecho, besándole, hacia su cuello, mordiéndolo con suavidad, a su cara, siguiendo el ángulo de su mandíbula y finalmente hasta su boca…. Le miró, sonriéndole, y después le besó, con suavidad, con deleite, con dulzura y contención, simplemente saboreándole, degustándole, disfrutando de su boca…. Se abrazó a su pecho y le miró de nuevo, a un centímetro de su cara, su boca perdida en la de él, simplemente rozándose.
- No puedo corresponderte, Marta….
- No importa, no tienes porque hacerlo….
- No, no quiero decir en cuanto a sentimientos…. No se trata de eso…. Estoy loco por ti….
- Gracias, me gusta oírlo….
- Pero no puedo darte ni la centésima parte de lo que tú me has dado….
- No tienes que darme nada….
- Me has hecho sentir cosas que no sabía que existían, has hecho que sienta partes de mi cuerpo que ni siquiera sabía que eran sensibles, has tocado cada fibra nerviosa de mi piel y la has enardecido como nadie…. No puedo corresponderte como mereces….
#540
22/09/2011 12:36
6. ENTREGA: Fragmento 5:
No necesito que lo hagas…. Sólo quería disfrutar de ti…. Yo…. Te deseaba…. te deseo…. Sigo deseándote hasta lo indecible…. Tu cuerpo es perfecto, pide a gritos que lo toquen, que lo mimen, que le proporcionen placer…. Sólo quería disfrutarlo contigo….
- Tu cuerpo es lo perfecto…. Tus manos, tus labios, tu lengua…. Tus besos, tus caricias, tus dedos en mi piel, tus uñas…. ¿Dónde has aprendido esto?
- No lo había aprendido, sólo me he dejado llevar…. No había hecho esto antes con nadie….
- Me has besado los pies…. No tienes idea del placer que sentí…. Casi me desmayo del susto cuando te metiste mis dedos en la boca…. Jamás pensé que pudiera ser tan placentero….
- Hay cosas más placenteras aún….
- ¿Más que lo que me has hecho?
- Hay partes de tu cuerpo que no he tocado….
- Sí, una parte en concreto, diría yo….
- Varias partes, en realidad….
- ¿Quieres tocarlas?
- Quiero que me lo pidas….
- Tócame, bésame, cómeme, hazme lo que quieras…. Haz lo que quieras pero pon tus benditas manos en mi cuerpo y mátame de placer….
- Tus deseos son órdenes….
Ella le besó de nuevo, apasionadamente primero, más suavemente después e hizo que sus manos bajaran de nuevo a su vientre, acariciándolo con mimo, dejando regueros de piel incendiada al contacto con sus uñas, bajando hasta su sexo, acariciándolo suavemente, notando su vigor y su fuerza. El suspiró. Había suspirado más esta noche que en toda su vida. Jamás había tenido una experiencia sexual como aquella. Dios, estaba volviéndole loco, completamente loco, no podría resistirlo mucho más. *****
- Basta, por favor…. Basta…. No puedo más….
Se incorporó hasta que pudo cogerla por los brazos y la arrastró sobre él hasta que sus ojos quedaron enfrentados y sus bocas a la misma altura. Asaltó su boca y la besó hasta que no quedó ni un solo rincón por explorar, hasta que le dolieron los labios de tanto apretar, hasta que pudo recuperar la respiración. La mantuvo sobre él, sujetándola con sus piernas, fijando sus caderas con sus manos, mientras besaba su cuello y buscaba su pecho. La recolocó sobre su cuerpo hasta que quedó sentada sobre él, rodeándole con sus piernas, abrazando su cuello con las manos…. El deshizo ese abrazo para que se inclinara hacia atrás y le permitiera acariciarla con más facilidad. Deslizó las manos por su cuerpo, por su pecho, por sus senos, proporcionándole suaves caricias, leves toques, haciendo que se arqueara ante él pidiendo más. Sustituyó sus manos por sus labios, besando su pecho, lamiendo sus senos, mordisqueando sus pezones hasta arrancar gemidos de placer de su garganta. Hizo que sus manos se posaran en sus caderas, acariciando sus prominencias óseas, como ella le había mostrado y ella volvió a gemir. Después las deslizó hasta la cara interna de sus muslos, presionando con los dedos y ella cerró los ojos ante las sensaciones que le provocaba, con más gemidos. La sujetó por la cintura mientras besaba su cuello y su cara, sintiendo que, aunque lo había intentado, ya no podía contenerse más, ya no podía esperar más, ya no podía posponerlo más. Necesitaba tenerla, necesitaba hacerla suya, necesitaba poseerla finalmente. Necesitaba que ella quisiera que lo hiciera, que se lo pidiera, que le confesara que se moría por sentirle dentro como él lo hacía por metérsele dentro. Necesitaba expresarlo con palabras y que ella hiciera lo mismo.
- No puedo más, Marta, no puedo…. Quiero tenerte, hacerte mía….
- Hazlo…. Quiero sentirte, tenerte, que me tengas…. No necesitas mi permiso, simplemente hazlo….
- Quiero que me lo digas, quiero oírlo de tus labios, quiero ver como tus ojos se licuan de deseo al sentirme dentro de ti….
- Métete dentro, Adrian…. Métete dentro de mi cuerpo como te has metido dentro de mi alma…. Lléname con tu deseo…. Hazlo…. Quiero que te me metas dentro….
- Tus deseos son órdenes para mí….
Nunca se lo habían pedido, nunca había necesitado que lo hicieran, pero ahora…. Ahora todo era distinto porque era ella, ahora quería oírlo, porque era ella quien lo decía, ahora quería sentirlo, porque era ella quien lo producía…. Ella….
La penetró con cuidado pero decididamente, haciéndola gemir ante su envite. Se movió dentro de ella, con lentitud al principio, imprimiendo un ritmo más fuerte después, meciéndola entre vaivenes de deseo. Ella comenzó a contraerse rítmicamente, constantemente, incesantemente, haciéndole sentir que le exprimía con cada movimiento de contracción, haciendo que el contacto entre sus sexos aumentara con cada envite, haciendo que se sintiera aún más pleno. Los movimientos fueron aumentando de ritmo, de cadencia, de intensidad…. Los suspiros se volvieron gemidos y éstos gritos ahogados contra el cuello del otro…. Hasta que culminaron aquella experiencia, hasta que se fundieron en una sola piel, hasta que se entregaron en un mismo instante, hasta que se sintieron satisfechos con lo que habían dado, con lo que habían recibido…. Hasta que recuperaron la respiración lentamente, hasta que se perdieron el uno en los ojos del otro, hasta que se olvidaron de que el mundo seguía girando porque no existía nada más allá de ellos mismos y su universo particular.
No necesito que lo hagas…. Sólo quería disfrutar de ti…. Yo…. Te deseaba…. te deseo…. Sigo deseándote hasta lo indecible…. Tu cuerpo es perfecto, pide a gritos que lo toquen, que lo mimen, que le proporcionen placer…. Sólo quería disfrutarlo contigo….
- Tu cuerpo es lo perfecto…. Tus manos, tus labios, tu lengua…. Tus besos, tus caricias, tus dedos en mi piel, tus uñas…. ¿Dónde has aprendido esto?
- No lo había aprendido, sólo me he dejado llevar…. No había hecho esto antes con nadie….
- Me has besado los pies…. No tienes idea del placer que sentí…. Casi me desmayo del susto cuando te metiste mis dedos en la boca…. Jamás pensé que pudiera ser tan placentero….
- Hay cosas más placenteras aún….
- ¿Más que lo que me has hecho?
- Hay partes de tu cuerpo que no he tocado….
- Sí, una parte en concreto, diría yo….
- Varias partes, en realidad….
- ¿Quieres tocarlas?
- Quiero que me lo pidas….
- Tócame, bésame, cómeme, hazme lo que quieras…. Haz lo que quieras pero pon tus benditas manos en mi cuerpo y mátame de placer….
- Tus deseos son órdenes….
Ella le besó de nuevo, apasionadamente primero, más suavemente después e hizo que sus manos bajaran de nuevo a su vientre, acariciándolo con mimo, dejando regueros de piel incendiada al contacto con sus uñas, bajando hasta su sexo, acariciándolo suavemente, notando su vigor y su fuerza. El suspiró. Había suspirado más esta noche que en toda su vida. Jamás había tenido una experiencia sexual como aquella. Dios, estaba volviéndole loco, completamente loco, no podría resistirlo mucho más. *****
- Basta, por favor…. Basta…. No puedo más….
Se incorporó hasta que pudo cogerla por los brazos y la arrastró sobre él hasta que sus ojos quedaron enfrentados y sus bocas a la misma altura. Asaltó su boca y la besó hasta que no quedó ni un solo rincón por explorar, hasta que le dolieron los labios de tanto apretar, hasta que pudo recuperar la respiración. La mantuvo sobre él, sujetándola con sus piernas, fijando sus caderas con sus manos, mientras besaba su cuello y buscaba su pecho. La recolocó sobre su cuerpo hasta que quedó sentada sobre él, rodeándole con sus piernas, abrazando su cuello con las manos…. El deshizo ese abrazo para que se inclinara hacia atrás y le permitiera acariciarla con más facilidad. Deslizó las manos por su cuerpo, por su pecho, por sus senos, proporcionándole suaves caricias, leves toques, haciendo que se arqueara ante él pidiendo más. Sustituyó sus manos por sus labios, besando su pecho, lamiendo sus senos, mordisqueando sus pezones hasta arrancar gemidos de placer de su garganta. Hizo que sus manos se posaran en sus caderas, acariciando sus prominencias óseas, como ella le había mostrado y ella volvió a gemir. Después las deslizó hasta la cara interna de sus muslos, presionando con los dedos y ella cerró los ojos ante las sensaciones que le provocaba, con más gemidos. La sujetó por la cintura mientras besaba su cuello y su cara, sintiendo que, aunque lo había intentado, ya no podía contenerse más, ya no podía esperar más, ya no podía posponerlo más. Necesitaba tenerla, necesitaba hacerla suya, necesitaba poseerla finalmente. Necesitaba que ella quisiera que lo hiciera, que se lo pidiera, que le confesara que se moría por sentirle dentro como él lo hacía por metérsele dentro. Necesitaba expresarlo con palabras y que ella hiciera lo mismo.
- No puedo más, Marta, no puedo…. Quiero tenerte, hacerte mía….
- Hazlo…. Quiero sentirte, tenerte, que me tengas…. No necesitas mi permiso, simplemente hazlo….
- Quiero que me lo digas, quiero oírlo de tus labios, quiero ver como tus ojos se licuan de deseo al sentirme dentro de ti….
- Métete dentro, Adrian…. Métete dentro de mi cuerpo como te has metido dentro de mi alma…. Lléname con tu deseo…. Hazlo…. Quiero que te me metas dentro….
- Tus deseos son órdenes para mí….
Nunca se lo habían pedido, nunca había necesitado que lo hicieran, pero ahora…. Ahora todo era distinto porque era ella, ahora quería oírlo, porque era ella quien lo decía, ahora quería sentirlo, porque era ella quien lo producía…. Ella….
La penetró con cuidado pero decididamente, haciéndola gemir ante su envite. Se movió dentro de ella, con lentitud al principio, imprimiendo un ritmo más fuerte después, meciéndola entre vaivenes de deseo. Ella comenzó a contraerse rítmicamente, constantemente, incesantemente, haciéndole sentir que le exprimía con cada movimiento de contracción, haciendo que el contacto entre sus sexos aumentara con cada envite, haciendo que se sintiera aún más pleno. Los movimientos fueron aumentando de ritmo, de cadencia, de intensidad…. Los suspiros se volvieron gemidos y éstos gritos ahogados contra el cuello del otro…. Hasta que culminaron aquella experiencia, hasta que se fundieron en una sola piel, hasta que se entregaron en un mismo instante, hasta que se sintieron satisfechos con lo que habían dado, con lo que habían recibido…. Hasta que recuperaron la respiración lentamente, hasta que se perdieron el uno en los ojos del otro, hasta que se olvidaron de que el mundo seguía girando porque no existía nada más allá de ellos mismos y su universo particular.