Pequeños relatos escenas Sara y Miguel (Francino boys)

Ficha lo que a Marta le pasa con la voz de Adrian a mi me pasa cuando te leo, me quedo embobada y con ganas de más. Encantada de conocer a Adrian me gusta mucho seguro que podría ser uno de los Francisno boys.

Jajajjaajja Caleiro, me sacas los colores.

Sí, de hecho Adrian ES un Francino Boy, MI Francino Boy. Que maravilla de hombre, ainsssssssssssssssssssssssssss..............................

Ficha cariño, por favor mandamelo enterito, que este también me va a gustar mucho, pero mucho muchisiiiiiiiiimo y sigue que no se si voy a poder dormir esta noche sin saber que pasa con ellos leñe.


QUIERO OIR ESA VOZ, por Diosssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssssss

Me encantaaaaa!!!!
Puedes mandarmelo a mi tambien???
Graciasssss

Bocadefresa, hasta ahora no me habia animado a entrar al post y leer los nuevos relatos. Maravilloso lo que has escrito. Nos han robado la posibilidad de ver a sara contándole a Miguel que va a ser padre, pero gracias a ti y a las demás compañeras, podemos imaginárnoslo. Menuda escena de los dos en el dormitorio... tienes una forma poética de describir la situación

Arriba...

hollaa yo tmb quieroo esa historiaa xfaa este es mi correo [email protected] y las q tangann xfaa

Fichaaa me leiiel relatoo de adrian q pusiste en el post fantasticoo cuando puedas m lo mands completitoo xfaa

RELATO DE ADRIAN:

4. AMANECER: FRAGMENTO 1:

Cuando despertó estaba abrazada a su pecho. Aún no había amanecido, pero no tardaría en hacerlo. Se levantó con cuidado de no despertarle y fue a la cocina para preparar el desayuno. Era lo menos que podía hacer dada su amabilidad de la noche anterior para con ella. Se sentía extraña. Apenas conocía a aquel hombre, pero sentía que podía confiar en él.

- Buenos días, madrugadora.
- Buenos días.
- ¿Has descansado?
- Sí, gracias. La verdad es que he dormido muy bien.
- Me alegro. Yo también. – Se acercó a ella y la besó ligeramente en la frente. - ¿Preparada para el espectáculo?

Marta asintió con la cabeza y él le sonrió. Cogió dos tazas, las llenó de café y le tendió una. Luego la cogió de la mano y la hizo ir hasta la puerta del porche. Antes de abrir la puerta sacó una manta de un baúl y después, se sentaron en el banco del porche, envolviéndose con la manta. Hacía algo de frío, pero recostada de nuevo contra el pecho masculino y envuelta en la manta, ella no lo notaba. El había pasado una mano nuevamente por su cintura y la estrechaba contra su cuerpo.

Efectivamente, visto desde allí, el amanecer resultó un espectáculo fascinante. El sol salió desde el mar y ascendió sobre uno de los acantilados matizando el paisaje con suaves rayos de luz amarilla que pronto se convirtieron en haces blancos y radiantes. La superficie del mar fue cambiando poco a poco del negro al gris y después a distintos tonos de azul, hasta volverse casi turquesa con la ascensión del astro. La piedra de los acantilados circundantes refulgía con los incipientes rayos solares, mostrándose en toda su magnificencia. Era realmente un espectáculo increíblemente placentero.

- ¿Precioso, verdad?
- Fascinante. Creo que nunca había visto un amanecer como este. Absolutamente fascinante. Eres muy afortunado de poder disfrutar de esto cada día.
- La verdad es que no siempre vivo aquí, a veces estoy en la ciudad.
- Pues es una lástima. No creo que haya una vista mejor que esta en ninguna parte.
- Sí, es una vista impresionante. – Ella tuvo un escalofrío. - ¿Tienes frío?
- No, no tengo frío.
- Estás temblando….
- Debe ser la emoción del momento….

El le sujetó el mentón mientras la miraba a los ojos. Ella había dejado de temblar. ¿Por qué no? Estaba deseando hacerlo desde la noche anterior, se moría por besarla, por probar sus labios, por saborear su boca. ¿Qué podía perder? Nada. En el peor de los casos ella le pararía y, en el mejor, se cobraría un beso. Así que, sin dejar de mirarla se acercó a ella y la besó, dulcemente, suavemente, apenas un roce a aquellos labios que tanto había deseado. Ella no dijo nada, simplemente sonrió ante su gesto. El la abrazó más estrechamente y siguieron contemplando el ascenso del sol sobre los acantilados.

- ¿Qué te apetece hacer hoy? – Adrian rompió el silencio al cabo de un rato. – Tenemos todo el día libre….
- Me gustaría pasear, siempre voy a las calas, pero no he visto el paisaje desde los acantilados, me gustaría tener otra perspectiva de la costa….
- Muy bien, tus deseos son órdenes. Paseo por los acantilados…. Vamos…. – Tironeó de la manta para destaparla.
- ¿Tan pronto? Pensaba que descansaríamos un rato más, aún es temprano….
- Bien, descansaremos un poco más. Voy a tomar otro café, ¿quieres uno?
- Sí, gracias. De hecho preferiría tomarlo dentro, he de reconocer que tengo algo de frío….
- ¿Por qué no lo has dicho?
- No quería romper la magia del momento….
- Deberías haberte vestido, así no habrías tenido frío. Sólo llevas mi camisa…. No es que no me guste tu atuendo, pero no es lo más adecuado para estar en el porche contemplando el amanecer….
- Me vestiré….
- No, no es necesario. Dentro de casa no tendrás frío, vamos….

La cogió de la mano, la llevó hasta el sofá del salón e hizo que se recostara en él, tapándola con la manta. El sirvió dos cafés y volvió al salón. Ella se había girado hacia un lado y daba la impresión de estar dormida. Se sentó a su lado, en el suelo, mirándola y sonriendo. Parecía una chiquilla revoltosa con aquella camisa que le quedaba grande. Abrió los ojos y le miró.

- ¿Qué miras?
- A ti….
- No hay nada que ver….
- No es cierto, hay mucho que ver…. Creí que te habías dormido….
- Sólo había cerrado los ojos….
- ¿Qué veías? ¿El amanecer?
- No, imaginaba justo el momento contrario. Veía como sería el anochecer, como la luz disminuiría poco a poco y el mar se volvería de nuevo negro y oscuro….
- También es un momento hermoso…. Puedes venir a verlo cuando quieras….
- Gracias.
- Ven….

El se levantó e hizo que ella se recolocara para poder sentarse a su lado y poder sostenerla contra él. Le gustaba sentir su contacto. Ella estaba incómoda, así que se sentó y recostó su cabeza contra el hombro masculino mientras disfrutaba de su café. El le rodeó la cintura y así estuvieron durante un tiempo, hasta que el sol entró a raudales por las ventanas anunciando que la mañana ya estaba instalada en ese nuevo día.

RELATO DE ADRIAN:

4. AMANECER: FRAGMENTO 2:


Caminaron por los acantilados, disfrutando del paisaje. Adrian le mostró algunas de las cuevas que había en la zona, pero ella no quiso entrar en ninguna, no le gustaban los espacios oscuros y húmedos. El le contó viejas historias de piratas y juntos pasaron una agradable mañana. Cuando volvieron a la casa ella sintió que era el momento de despedirse. Lo había pasado muy bien con él, pero al día siguiente tenía que volver al trabajo y a la rutina habitual.

- Muchas gracias, Adrian. Lo he pasado realmente bien. Debo marcharme.
- Sí, mañana volvemos a la realidad, al trabajo y al estrés habitual. Yo también lo he pasado muy bien. Espero que algún día vuelvas a visitarme.
- Me encantaría hacerlo.
- Cuando quieras….
- Adiós, Adrian….
- Hasta pronto, Marta….

Se sonrieron y ella salió al porche para mirar por última vez aquel paisaje antes de marcharse. El salió tras ella y la sujetó por la cintura. Ella reclinó la cabeza contra su pecho. Después se giró y puso una mano sobre la mejilla masculina.

- Nos vemos….
- Desde luego….
- Cuídate….

Bajó la mano y se giró de nuevo para marcharse, pero él la detuvo, sujetándola de nuevo por la cintura. Se acercó a su oído y apenas susurró unas palabras….

- No te vayas….

Ese susurro hizo que la recorriera un escalofrío de placer. Aquella voz susurrando en su oído era más de lo que podía desear, su voz…. No podía quedarse, no debía hacerlo….

- No puedo quedarme…. Nos vemos….
- Nos vemos….

El la dejó marchar, lo había intentado, pero ella no había querido. No quería que se marchara, le habría gustado que se quedara con él, que compartiera otra noche con él, aunque no estuviera con él, pero dormir abrazado a ella. ¿Qué le estaba pasando con ella? ¿Se estaba volviendo loco? Ella decía que su voz la hacía comportarse de manera extraña, pero él se comportaba de forma absolutamente irracional ante su sola presencia. Le había costado lo indecible controlarse para no tomarla en cualquiera de los momentos en que la tuvo a su lado, en que la estrechó contra su pecho, en que la sintió cerca. La noche pasada con ella había sido una tortura para su cuerpo, pero aún así la había disfrutado hasta lo indecible. Sentirla a su lado, aunque no pudiera tocarla, le colmaba como hacía mucho que no sentía. ¿Qué tenía aquella mujer?

El le había pedido que se quedara, pero no podía hacerlo. Si se quedaba con él otra noche no se resistiría a besarle y ello les llevaría a querer más, a dar más, a entregarse y no podía permitírselo. Lo que menos le convenía ahora era una historia con un hombre, aunque fuera este hombre, aunque se tratara de esta voz. No podía, debía centrarse en su trabajo y dejar atrás cualquier idea romántica. Ella sabía muy bien adonde llevaban los deseos románticos, al desastre, lo había comprobado en su propia carne y no estaba dispuesta a volver a pasar por ello. Mejor alejar la tentación.

Me encantaaaaaaaa
FichaRoja, sigue por favorrrrr
Qué historia tan romantica, por tdoooooooo
Yo me hubiera quedado seguuuuuuro
Graciassssss!!!

Bocadefresa, PRECIOSO tu relato !!! Graciass

FichaRoja, Qué te puedo decir ??? Que me ha encantado y que quiero que me lo envies, por favor. Gracias, porque sé que lo harás.

Ficharoja continua cuando puedas tu historia es una preciosidad y de un romanticismo q......... me tiemblan hasta las piernas.

Aayyy, Ficharoja, quiero más de esta historia.
Vas a poner más, ¿Verdad?
Si no enviamela por email, por favor!!!!!!

jajaj ficha adrian a arrasao jajja y pensa que a estao en tu disco duro ay a la sombra jajaja
verdad que os gusta chicas jajja ???? si es que kien no kiere escucha de nuevo su voz

Fichaa rojaaa FANTASTICOO TRABAJOO... en serio excelntee tu relatoo cuando puedass me lo enviass xfaa

Qué fuerza de voluntad para alejarse de Adrián que tal como lo cuentas da ganas de comérselo enterito ja ja ja

Venga pa'riba!!! que hay mucha tontería por ahí y los buenos post bajando NO WAY!

Y que hoy el dia va de muertes, aquí está la de Olga, no hay dia mejor que hoy para ponerla. A partir de ahora Bosco renacerá de sus cenizas.

RELATO DE BOSCO: LO QUE TODAS QUEREMOS VER:


CAPITULO 7. FINALES INFELICES: Fragmento 1:


Siento hacer esto, pero tengo que recuperar a Bosco para la vida pública y para nuestra salud mental, que es lo principal en estos momentos de pena y tribulación por la pérdida de otro personaje que nos ha hecho soñar durante mucho tiempo. Nos aferramos a ellos (los personajes) porque necesitamos creer en algo más allá de lo que tenemos cerca en estos momentos y, cuando se marchan, dejan un vacío que hace que se nos llenen los ojos de lágrimas, que nuestros corazones griten de tristeza y que sintamos que nos quedamos huérfanas por un tiempo.

De veras que siento ser tan cruel, pero “amar significa no decir nunca lo siento” y no hay sentimiento más intenso que el amor. Sé que este fragmento es muy triste y de antemano pido a quien haya sufrido una pérdida de este tipo que no lo lea, pues ahondar en la herida no ayuda a salir del pozo en el que nos sume el dolor de la pérdida definitiva.

Todos, más o menos cerca, hemos sufrido la marcha de alguien que, en sus últimos momentos, tuvo más fortaleza de la que nosostros pudimos mostrar y que nos enseñó que el amor es un sentimiento infinito que va más allá del tiempo, del lugar y de las personas.

Para todos ellos, mi más sincera admiración y mi amor.




7. FINALES INFELICES:

Había sido la etapa más feliz de su vida, sin ninguna duda, la más feliz. Olga había hecho que su vida estuviera llena de felicidad, de alegría, de ilusión. Pero todo se había roto, todo había acabado, todo había sido un sueño y ahora había despertado y se moría por dentro. Se moría de desesperación, se moría de pena, se moría de miedo y de rabia…. Porque ella se moría, literalmente, Olga se moría y no podía hacer nada para evitarlo…. Ni siquiera podía enfrentarlo, le superaba, era algo que le superaba por completo….

Unos meses antes ella había comenzado a sufrir fuertes dolores de cabeza que no se quitaban con analgésicos. No quería ir al médico, decía que no era nada pero, finalmente, ante la insistencia de él, consultó a un especialista. Tras varios estudios a los que la sometieron, el diagnóstico no pudo ser más demoledor: un tumor cerebral inoperable e intratable que acabaría con su vida en pocos meses.

El se hundió en el instante en que el médico les comunicó la noticia, se hundió en el dolor, se hundió en la incertidumbre, se hundió en el pozo más hondo que jamás habría pensado que pudiera existir. Y ella estuvo ahí para él, como siempre, a su lado, cogiendo su mano, besando sus labios, abrazándose a su pecho…. Ahí…. Hasta que él volvió de donde quiera que hubiera estado mientras recuperaba las fuerzas para enfrentar el destino, mientras recomponía su alma y su corazón para ser el pilar en el que ella pudiera apoyarse, para estar con ella y soportar su marcha durante el tiempo que pudiera quedarle.
¿Cómo iba a vivir sin ella? ¿Cómo iba a enfrentar la pérdida? ¿Cómo podría seguir adelante si ella era lo que hacía que quisiera levantarse cada día? ¿En qué iba a ocupar su tiempo? ¿En que iba a gastar sus fuerzas? ¿Que iba a hacer con su vida ahora? ¿Cómo seguir adelante sin ella? ¿Cómo enfrentar la vida sin ella? ¿Cómo vivir sin ella?

RELATO DE BOSCO: LO QUE TODAS QUEREMOS VER:

CAPITULO 7. FINALES INFELICES: Fragmento 2:

Se había despertado temprano, ella seguía dormida, a su lado. ¡Estaba tan hermosa….¡ Se quedó mirándola hasta que ella despertó. Su dedo siguió la curva de su cara y le sonrió dulcemente. Ella le cogió la mano y la besó en la palma. Sus manos…. Adoraba aquellas manos…. El se tumbó de nuevo a su lado, poniendo la cara a la altura de la de ella, acercándose hasta rozar sus labios y se quedó así, junto a ella, sin dejar de mirarla.

- Eres preciosa….
- No es verdad, pero gracias….
- Sí lo es….
- Tú si eres alguien hermoso, muy hermoso, por dentro y por fuera….
- Aduladora….
- Mira quien habló…. Estás haciendome la pelota con esas palabras…. ¿Qué es lo que quieres de mi?
- Quiero todo de ti….
- Eso ya lo tienes….
- Me refiero a ahora, te quiero ahora, quiero todo de ti ahora….
- ¿Todo?
- Todo…. Quiero tu cuerpo, quiero tu alma, quiero tu vida entera…. Soy egoísta, recuerdas, la avaricia es uno de mis pecados, quiero todo de ti….
- Tus pecados…. Mmmmm…. Recuerdo aquella conversación…. La avaricia no era el que más me interesaba de tus pecados….
- Y, ¿cual era?
- Si no recuerdo mal, la lujuria…. Me moría por tu cuerpo…. Me muero por tu cuerpo…. – Ella se mordió el labio antes siquiera de terminar de pronunciar aquella frase…. Mala elección de palabras….
- Olga…. No….
- Lo siento, lo siento…. No debí decir eso…. Lo siento, de verdad…. No me hagas caso…. – Puso la mano en la mejilla masculina mientras le besaba dulcemente, intentando borrar el gesto de tristeza que se había dibujado en su rostro.
- Amar significa no decir nunca lo siento….
- Sí, yo te lo enseñé, veo que al menos sí has aprendido algo estando conmigo….
- He aprendido muchas cosas….
- Pues lo que quiero es que sean esas cosas las que se queden en tu corazón y que borres esa sonrisa triste de tu cara. No me gusta verte triste, lo sabes….
- Lo sé…. – Le sonrió…. – Si no recuerdo mal estábamos hablando de la lujuria…. No me importaría hacer algo respecto a ese pecado si quieres cometerlo….
- ¿No te importaría?
- No…. Estaría más que encantado de hacer algo al respecto….
- Pues sí hay algo que me gustaría que hicieras….
- ¿Y es….?
- Amame….

Le susurró aquella palabra mientras le miraba con devoción, mientras con su mano acariciaba su cuello y le atraía hacia ella, mientras con sus labios dibujaba caricias junto a su oído. Amame…. Ya la amaba, la amaba más que a nada en el mundo, más que a nada en su vida, más que a nada que hubiera tenido jamás. La amaba por encima de todo y de todos, incluso de él mismo, la amaba….

Se perdió en su boca, en sus ojos, en su cuerpo, se perdió con ella mientras la amaba como nunca, mientras la amaba para siempre, mientras hacía que cada fibra de su ser vibrara de emoción y disfrute ante sus caricias, ante sus mimos, ante su pasión. La hizo gemir de deseo, la hizo arquearse contra él, la hizo pedirle más y le dio todo lo que tenía. La amó con sus ojos, con sus labios, con sus manos, con todo su cuerpo…. La amó con el corázon y con el alma, la amó como nunca antes porque le dio todo lo que tenía aún sin que ella lo pidiera, porque la sintió como nunca, porque vibró con ella como nunca…. Porque el sentimiento le desbordó, le hizo vibrar de emoción, le hizo sentir que su lugar era con ella, siempre con ella, sintiéndola a ella….

Ella sintió sus caricias como jamás antes, como nunca antes, como si fuera la primera vez que la hacía vibrar de emoción a pesar de tantos encuentros que habían tenido antes. Porque la desbordó el sentimiento, porque le sintió como nunca en cada caricia, porque hizo vibrar cada fibra de su ser…. Porque era amor, AMOR, era el amor, era su amor, porque él era suyo y ella de él…. Porque se pertenecían, porque se daban el uno al otro, porque compartían…. Porque era él…. El….

Cuando los gemidos se hubieron dejado de escuchar, cuando los suspiros decrecieron en intensidad, cuando los corazones consiguieron acompasar su ritmo y las respiraciones fueron poco a poco serenándose, sus miradas siguieron perdidas la una en la otra, diciendose con los ojos todo lo que ya se habían dicho con los labios, todo lo que ya se habían dicho con las manos, todo lo que se habían dicho con las caricias…. Y aún así, sintieron que necesitaban expresar con palabras aquel sentimiento, que necesitaban decirse lo que estaban sintiendo, que necesitaban vocalizar lo que les llenaba el alma…. Y ambos, al unísono, apenas en un susurro, pronunciaron aquellas palabras que tanto tiempo antes les habían unido para siempre y que, ahora, les separaban para siempre…. “Te amo”.

Apoyó su frente en la de él, mientras pronunciaba de nuevo esas palabras, “te amo”, y cerró los ojos, abrazada a él, mientras oía como él le susurraba también “te amo” y con esas dos palabras y una sonrisa en los labios, se marchó para siempre, perdida en su abrazo y en su amor, sintiendo que él le había dado toda su vida, igual que había hecho ella con él, darle todo, hasta su último aliento.


FIN.