Foro Bandolera
Pequeños relatos escenas Sara y Miguel (Francino boys)
#0
11/08/2011 11:14
Como creo que tenemos bastantes escenas a la espera y no creo que se nos concedan y nuestra imaginación da para mucho, abro un post para pequeños relatos y os animo a ello. De entrada os pongo uno y os iré poniendo de vez en cuando de otras escenas. Solo os pido les pongáis un título y los iré añadiendo con el nº de comentario por si a alguien le viene en gusto leer alguno en concreto.
Las escenas pueden ser muy sensuales sin caer en la vulgaridad.....e incluso encajar en horario infantil....no se ve nada de nada y se puede insinuar mucho, mucho.... Espero os guste la idea.
Edito: voy a ir poniendo el nombre de l@s autoras/es ya que hay historias que se siguen, así os será más fácil identificarlas.
DESPERTAR A MEDIANOCHE ---com. 1---- mcfree
MIGUEL GC DE DIA--AMANTE DE NOCHE ----com. 14 ---- bocadefresa
AMOR BAJO LA LLUVIA --- com. 26 ---- mcfree
AMANECER ---com. 33 ----- bocadefresa
EL DESCUBRIMIENTO ----com. 42 ....bocadefresa
EL REGALO --- com. 49-50 merry
CENA ENTRE AMIGOS CON SORPRESA--- com.56 ---mcfree
LA VUELTA DE MIGUEL ROMERO --- com.63-64 ---- merry
AMOR CAMPESTRE.. com. 84---- fann3
VISITA INESPERADA.... com. 85 mcfree
QUE HACER.... com. 95--- arunda
EN EL JARDIN.... com. 105---- bocadefresa
CARTA DE SARI A MIGUEL.... com. 106-----yulan
LA HUIDA DE MIGUEL ROMERO (cap.1).... com. 112---fann3
A TRAVÉS DE LOS BARROTES.... com. 124----mcfree
EL ANGEL DE LA GUARDA.... com. 129 ----merry
NO PUEDO MAS.... com. 141 ---arunda
LA DECISION (cap.2).... com.142 ---- fann3
LA NOTICIA (cap.3).... com.143 ... fann3
EL INTRUSO (cap.1).... com.145-146 ---- merry
BAILE EN ARAZANA.... com.156-157 ---mcfree
NOCHE A CABALLO Y LUNA LLENA.... com.160 ---killo
EL INTRUSO (cap.2).... com.164 ---- merry
NOCHE PASION EN EL CUARTEL .... com.168 ---- fann3
DIA LIBRE DE MIGUEL.... com. 175 ---mcfree
RECONCILIACION.... com. 176-179 ---imos10
LA CHARLA.... com. 194-195 ---- merry
BOSCO 1 : BOSCO Y EL SACO DE BOXEO 210-211-212 ---- FichaRoja
BOSCO 2 : LOS VAQUEROS DE BOSCO 237-238-239-240 ---- FichaRoja
EL PRIMER BESO 255 ---- Forajida
RECRIMINACIONES 265-267-268-269-270-271-272 ---- FichaRoja
ENFADO DE SARA.... com. 289 ---mcfree
BOSCO 3 : UN DIA NORMAL ... 302-303 ---- FichaRoja
BOSCO Y SU TESTIGO PRINCIPAL ... 314-315-316 ---- Xana40
LA PACA.... com. 326 ---mcfree
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.1).... com.350 ---Allana
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.2).... com.358-359-360-361 ---Allana
BOSCO 4 : COMPLICACIONES INESPERADAS... 386-387-397-398 ---- FichaRoja
EL AMANECER.... com. 413-414-421 ---bocadefresa
BOSCO 5 : VOLVIENDO A LAS ANDADAS... 423-424-425 ---- FichaRoja
LOS SIETE PECADOS CAPITALES... 447-448-453-454-464-465-466 ---- FichaRoja
LA RECONCILIACION DESPUES DE LA VERDAD... 461-462-463 ---- Silvania20
EL DIA LIBRE DE MIGUEL ..... 478-479-480 ---- Silvania20
EL DESPERTAR DE UNA NUEVA VIDA.... com. 490-493 ---bocadefresa
EMPEZAR DE NUEVO..... 507--- FichaRoja
PERDER LA CABEZA.....508-509-510 ---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- AMANECER ...... 519-520---- FichaRoja
BOSCO .. FINALES FELICES/INFELICES ...... 529-530---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- DESEO ...... 533-534-535-536---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- ENTREGA ...... 544-545-546-549-550---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- MUNDO REAL ...... 555-556-557-558---- FichaRoja
Las escenas pueden ser muy sensuales sin caer en la vulgaridad.....e incluso encajar en horario infantil....no se ve nada de nada y se puede insinuar mucho, mucho.... Espero os guste la idea.
Edito: voy a ir poniendo el nombre de l@s autoras/es ya que hay historias que se siguen, así os será más fácil identificarlas.
DESPERTAR A MEDIANOCHE ---com. 1---- mcfree
MIGUEL GC DE DIA--AMANTE DE NOCHE ----com. 14 ---- bocadefresa
AMOR BAJO LA LLUVIA --- com. 26 ---- mcfree
AMANECER ---com. 33 ----- bocadefresa
EL DESCUBRIMIENTO ----com. 42 ....bocadefresa
EL REGALO --- com. 49-50 merry
CENA ENTRE AMIGOS CON SORPRESA--- com.56 ---mcfree
LA VUELTA DE MIGUEL ROMERO --- com.63-64 ---- merry
AMOR CAMPESTRE.. com. 84---- fann3
VISITA INESPERADA.... com. 85 mcfree
QUE HACER.... com. 95--- arunda
EN EL JARDIN.... com. 105---- bocadefresa
CARTA DE SARI A MIGUEL.... com. 106-----yulan
LA HUIDA DE MIGUEL ROMERO (cap.1).... com. 112---fann3
A TRAVÉS DE LOS BARROTES.... com. 124----mcfree
EL ANGEL DE LA GUARDA.... com. 129 ----merry
NO PUEDO MAS.... com. 141 ---arunda
LA DECISION (cap.2).... com.142 ---- fann3
LA NOTICIA (cap.3).... com.143 ... fann3
EL INTRUSO (cap.1).... com.145-146 ---- merry
BAILE EN ARAZANA.... com.156-157 ---mcfree
NOCHE A CABALLO Y LUNA LLENA.... com.160 ---killo
EL INTRUSO (cap.2).... com.164 ---- merry
NOCHE PASION EN EL CUARTEL .... com.168 ---- fann3
DIA LIBRE DE MIGUEL.... com. 175 ---mcfree
RECONCILIACION.... com. 176-179 ---imos10
LA CHARLA.... com. 194-195 ---- merry
BOSCO 1 : BOSCO Y EL SACO DE BOXEO 210-211-212 ---- FichaRoja
BOSCO 2 : LOS VAQUEROS DE BOSCO 237-238-239-240 ---- FichaRoja
EL PRIMER BESO 255 ---- Forajida
RECRIMINACIONES 265-267-268-269-270-271-272 ---- FichaRoja
ENFADO DE SARA.... com. 289 ---mcfree
BOSCO 3 : UN DIA NORMAL ... 302-303 ---- FichaRoja
BOSCO Y SU TESTIGO PRINCIPAL ... 314-315-316 ---- Xana40
LA PACA.... com. 326 ---mcfree
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.1).... com.350 ---Allana
COMO PUDISTE HACERME ÉSTO A MÍ (cap.2).... com.358-359-360-361 ---Allana
BOSCO 4 : COMPLICACIONES INESPERADAS... 386-387-397-398 ---- FichaRoja
EL AMANECER.... com. 413-414-421 ---bocadefresa
BOSCO 5 : VOLVIENDO A LAS ANDADAS... 423-424-425 ---- FichaRoja
LOS SIETE PECADOS CAPITALES... 447-448-453-454-464-465-466 ---- FichaRoja
LA RECONCILIACION DESPUES DE LA VERDAD... 461-462-463 ---- Silvania20
EL DIA LIBRE DE MIGUEL ..... 478-479-480 ---- Silvania20
EL DESPERTAR DE UNA NUEVA VIDA.... com. 490-493 ---bocadefresa
EMPEZAR DE NUEVO..... 507--- FichaRoja
PERDER LA CABEZA.....508-509-510 ---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- AMANECER ...... 519-520---- FichaRoja
BOSCO .. FINALES FELICES/INFELICES ...... 529-530---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- DESEO ...... 533-534-535-536---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- ENTREGA ...... 544-545-546-549-550---- FichaRoja
RELATO DE ADRIAN -- MUNDO REAL ...... 555-556-557-558---- FichaRoja
#481
14/09/2011 22:40
Chicas...muy bién...que no decaiga el foro...seguid con los relatos pooorfa, pooorfa....
#482
14/09/2011 22:47
BOCADEFRESA, muy bien... esas 4 cositas se las tiene que decir y 4 más también!!
Venga chicas, que no se diga que han podido con nosotras... y
Hay que levantar esto como sea!!!... jodo que parezco monitora de spinning esta noche y todo jajaajaja
Venga, vamos, dadle fuerte, ánimo, levantando el culo ..... ajjajajajajjajaja
Venga chicas, que no se diga que han podido con nosotras... y
Hay que levantar esto como sea!!!... jodo que parezco monitora de spinning esta noche y todo jajaajaja
Venga, vamos, dadle fuerte, ánimo, levantando el culo ..... ajjajajajajjajaja
#483
15/09/2011 00:18
Sara cogio la mano de Miguel y la puso sobre su vientre, él se estremecio, su hijo crecia en aquel hogar que entre los dos habian acomodado para él, un hogar que mes a mes irian amueblando despacito para que fuera comodo, feliz y calentito, ocupando ese lugar sagrado que solo ocupa el alma, sí, su hijo creceria seguro, fuerte, libre, feliz.
La miro, se miraron, no habia más que decir, se lo habian dicho todo, Miguel la acerco a él con sumo cuidado, ella se aferro a él como un naufrago a una tabla, se besaron, sus besos eran el alimento que necesitaban, echaron a andar hacia el cuarto sin dejar de besarse, Miguel cogia a su mujer en brazos, al llegar se sento en la cama, y dejo a Sara sentada en su regazo, la aparto un mechon de pelo y la acuno entre sus brazos , la beso los ojos, las mejilla, la nariz, la frente, los labios, bajo por su menton hacia el cuello y se entretuvo besandolo a poquitos, subio hacia el lobulo y su lengua recorrio la forma perfecta de su oreja, Sara gemia de placer y sus manos se paseaban por su pelo ensortijando sus dedos, volvio a su boca, Sara le esperaba para delleitarse en ellos, Miguel tumbo a Sara en la cama y las manos despertaron abriendo puertas hasta ese momento cerradas, las ropas cayeron al suelo en un desordenado ritual, y los cuerpos acoplados en perfecta armonia, dibujaban siluetas de amor en aquel atardecer, culminando un horizonte de montañas, desde la más pequeña hasta escalar la más alta, sus cuerpos eran el lienzo perfecto para pintar tanto amor, tanto deseo, tanto derroche, la noche le sorprendio amandose, y la luna se descalzó para no hacer ruido,miestras formaba una cuna perfecta con sus brazos y los mecia en su regazo de nacar.
El cuento de hadas era real, la historia de amor perduraria por los siglos de los siglos, como en un cuento los besos, como un suspiro en el aire, porque esto es amor de verdad y aquí no se muere nadie.
La miro, se miraron, no habia más que decir, se lo habian dicho todo, Miguel la acerco a él con sumo cuidado, ella se aferro a él como un naufrago a una tabla, se besaron, sus besos eran el alimento que necesitaban, echaron a andar hacia el cuarto sin dejar de besarse, Miguel cogia a su mujer en brazos, al llegar se sento en la cama, y dejo a Sara sentada en su regazo, la aparto un mechon de pelo y la acuno entre sus brazos , la beso los ojos, las mejilla, la nariz, la frente, los labios, bajo por su menton hacia el cuello y se entretuvo besandolo a poquitos, subio hacia el lobulo y su lengua recorrio la forma perfecta de su oreja, Sara gemia de placer y sus manos se paseaban por su pelo ensortijando sus dedos, volvio a su boca, Sara le esperaba para delleitarse en ellos, Miguel tumbo a Sara en la cama y las manos despertaron abriendo puertas hasta ese momento cerradas, las ropas cayeron al suelo en un desordenado ritual, y los cuerpos acoplados en perfecta armonia, dibujaban siluetas de amor en aquel atardecer, culminando un horizonte de montañas, desde la más pequeña hasta escalar la más alta, sus cuerpos eran el lienzo perfecto para pintar tanto amor, tanto deseo, tanto derroche, la noche le sorprendio amandose, y la luna se descalzó para no hacer ruido,miestras formaba una cuna perfecta con sus brazos y los mecia en su regazo de nacar.
El cuento de hadas era real, la historia de amor perduraria por los siglos de los siglos, como en un cuento los besos, como un suspiro en el aire, porque esto es amor de verdad y aquí no se muere nadie.
#484
15/09/2011 00:28
Gracias bocadefresa, me voy a la cama con una sonrisa.
#485
15/09/2011 00:29
Gracias Bocadefresa
#486
15/09/2011 07:09
Bocadefresa, ufffffffffffff, que escenón, madre mía, que bonito.
Síguelo por favor.
Besos, guapa.
Síguelo por favor.
Besos, guapa.
#487
15/09/2011 09:08
BOCADEFRESA
Esto es lo que nos merecíamos ...... gracias por escribirlo, a ver si me animo y el finde os cuelgo uno que tengo en mente.
Esto es lo que nos merecíamos ...... gracias por escribirlo, a ver si me animo y el finde os cuelgo uno que tengo en mente.
#488
15/09/2011 09:58
BOCADEFRESA, que ayer me había ido sólo con el primer trocito que escribiste.... eso es lo que queremos, es preciosoooooo... hace sonreír todo el rato y con la ultima frase hasta reír
#489
15/09/2011 10:21
BOCADEFRESA .
Esto es lo que todas estabamos esperando, lo que nos merecemos y lo que se merecen ellos dos.
Jajajaja, y la frase del final está genial, jajajajaj
Esto es lo que todas estabamos esperando, lo que nos merecemos y lo que se merecen ellos dos.
Jajajaja, y la frase del final está genial, jajajajaj
#490
15/09/2011 20:55
Pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó, pofavó seguiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiid
#491
16/09/2011 00:08
preciosooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooooo por fin algo alegreeeeeeee que leeeeeeeeeeeee
#492
16/09/2011 18:31
Alguna se siente con ánimos de escribir?...porfa....necesitamos algo que no sea triste
#493
16/09/2011 18:34
Jajajajajjaja, yo me trevo, pero es que casi no tengo tiempo.
Si queréis os pongo un relatillo que no tiene nada que ver con esta serie, pero cuyo protagonista está inspirado en alguien que todas conocemos muy bien, de hecho muchas de las foreras ya lo tienen via mail. Cheche, ¿no te lo he mandado a tí?
Bueno, si queréis lo pongo. El prota se llama Adrian. Las foreras que ya lo conocéis estáis bastante contentas con él, no?
Si queréis os pongo un relatillo que no tiene nada que ver con esta serie, pero cuyo protagonista está inspirado en alguien que todas conocemos muy bien, de hecho muchas de las foreras ya lo tienen via mail. Cheche, ¿no te lo he mandado a tí?
Bueno, si queréis lo pongo. El prota se llama Adrian. Las foreras que ya lo conocéis estáis bastante contentas con él, no?
#494
16/09/2011 19:02
Ains... Adrián... aiiinnssss, aaaaaiiinnnsss como echo de menos a Adrián (toma indirecta, directa ).... presentalo en sociedad FICHA, seguro que les encantará... creo que lo necesitamos aquí también
#495
16/09/2011 19:16
Jajaajajajaj, Juice, pues el capi 10 son dos pags, el epílogo.
Enredarme en el relato de Bosco fue su fin, claro que es que ya estaba todo dicho y más que dicho, que digo dicho, redicho, jajajajjajaaaja.
A ver si tengo tiempo y mato a Olga. Pero es que me da pena, con tanta muerte que tenemos últimamente, a ver si vamos a volver a recaer. Claro que, cuanto antes la mate, antes recuperamos a Bosco para la vida social, jajajjajajjajajaja, que mala me estoy volviendo.................. ¿Por qué será?
Enredarme en el relato de Bosco fue su fin, claro que es que ya estaba todo dicho y más que dicho, que digo dicho, redicho, jajajajjajaaaja.
A ver si tengo tiempo y mato a Olga. Pero es que me da pena, con tanta muerte que tenemos últimamente, a ver si vamos a volver a recaer. Claro que, cuanto antes la mate, antes recuperamos a Bosco para la vida social, jajajjajajjajajaja, que mala me estoy volviendo.................. ¿Por qué será?
#496
16/09/2011 19:25
MATALA sin contemplaciones...... quien nos interesa es él jajajajajjaaja
#497
17/09/2011 22:10
Pues lo prometido es deuda y, aunque algunas de vosotras ya lo conoceis, llegó la hora de presentar a Adrian en sociedad.
Espero que os guste. Que conste que voy a empezar directamente por la historia historia, me salto el primer capi y parte del segundo, que son de presentación y, tal y como están los ánimos, no nos hacen mucha falta. Vamos a ir directamente al grano, que es lo que importa. TAmbién habrá un poquito de censura en algunas, no, en una escena, así que, ya sabéis, quien lo quiera completo que me mande su mail.
Adrian es, simplemente...... Ya me direis vosotras quien es Adrian......
2. EMPEZAR DE NUEVO: Fragmento final:
Durante toda la semana la policía estuvo rondando por el edificio. Casi se acostumbró a verles allí, formaban parte del paisaje. El viernes por la tarde, antes de marcharse, oyó como uno de los agentes le comentaba a su secretaria que habían terminado con la investigación en el edificio y que ya no les molestarían más. Si necesitaban algo de los empleados les avisarían personalmente.
Marta volvió a su rutina habitual, uno de los vicepresidentes del Grupo tomó las riendas de la editorial, y ella siguió con su trabajo como si nada. Siguió con sus novelas, con sus entrevistas, con sus proyectos…. Y siguió yendo a las calas los fines de semana, para pasear entre las piedras o la arena, según donde estuviera, para sentir el mar entre sus pies.
Aquella tarde había vuelto a Cala Martina, hacía unas semanas que no iba por allí, la playa era de piedras y a veces se torcía los tobillos al caminar entre ellas, pero debía reconocer que el paisaje era majestuoso y le encantaba pasear por allí de vez en cuando. Caminó hasta el borde de uno de los acantilados y se sentó cerca de la orilla. Era invierno y el agua ya estaba demasiado fría para meter los pies. Simplemente caminaba por la orilla y disfrutaba del murmullo del mar cuando las olas rompían suavemente junto a ella. Había llevado consigo uno de los borradores que estaba leyendo, pero no le apetecía seguir con él, era insulso, así que lo dejó a un lado y comenzó a arrojar piedrecillas a la orilla.
- Buenas tardes, Sra. Gravin.
- Buenas tardes. – Marta levantó la cabeza para ver a quien la saludaba, aunque sabía perfectamente quien era sin siquiera mirarle…. Aquella voz….
- ¿Sigue gustándole pasear por la playa?
- Sí, sigue gustándome, inspector. ¿Y a usted? ¿No me ha seguido, verdad?
- No, no la he seguido, aunque no me habría importado hacerlo.
- Gracias a Dios, por un momento pensé que quería interrogarme de nuevo. ¿No le habría importado hacerlo?
- No, no me habría importado. Y tampoco me importaría seguir interrogándola, ciertamente hay algunas preguntas que querría que contestara.
- ¿Me sigue considerando sospechosa de la muerte de Bald?
- No, usted no es sospechosa, en absoluto.
- ¿Entonces?
- No tiene nada que ver con el caso. Ahora no estamos en el trabajo. Aquí no soy el inspector Reims, soy simplemente Adrian. – El alargó su mano hacia ella, que la estrechó cortésmente.
- Marta….
- Marta…. Muy sonoro, muy adecuado….
- ¿Muy adecuado?
- Sí, el nombre te va muy bien….
- Bueno, es el que siempre he tenido, no me imagino con otro…. ¿Por qué quiere interrogarme?
- ¿Por qué no me tuteas?
- Porque no nos conocemos….
- Ahora sí, nos hemos presentado. Tutéame, yo pienso hacerlo.
- Bien, te tutearé. ¿Qué haces aquí?
- Pasear por la playa…. Me gusta hacerlo…. Me gusta el mar…. Creo recordar que a ti también te gusta el mar….
- Sí, me gusta, mucho…. Lo echo de menos…. Sólo puedo venir cuando no trabajo….
- El mar está muy cerca de la ciudad, apenas a media hora….
- Sí, supongo que para quien no ha conocido otra cosa es muy cerca, pero yo antes vivía delante del mar, lo veía cada mañana, sabía que día haría sólo por el color del agua, no necesitaba mirar al cielo…. No puedo evitar echarlo de menos…. – Su voz se había vuelto triste de repente.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué que?
- ¿Por qué te marchaste?
- Motivos personales….
- Sí, es lo que dijiste cuando te interrogué. ¿Qué motivos personales?
- Discúlpame, pero no creo que sea asunto tuyo….
- Sí, tienes razón, no es asunto mío…. ¿Vino tu marido contigo?
- ¿Mi marido? – El le señaló el anillo que llevaba en el dedo. – El anillo…. No…. No estoy casada….
- ¿Y por qué llevas un anillo de casada?
- Supongo que es la costumbre…. No me lo quité cuando nos separamos….
- ¿Por qué? ¿Aún sigues pensando en él?
- No…. No tiene nada que ver…. Yo…. ¿Qué te importa?
- Perdona, no quería molestarte, supongo que tampoco es asunto mío….
- No, no lo es. Si me disculpas, tengo que marcharme. Buenas tardes….
El viento se había vuelto más fuerte y resultaba realmente algo molesto para Marta, aunque lo que de verdad le había molestado habían sido las preguntas de Adrian. No quería recordar aquella parte de su vida, era pasado. De repente el cielo se volvió gris y unas gotas comenzaron a caer sobre ellos. En menos de un segundo la tormenta se desató sobre la playa, sin darles tiempo a reaccionar. El tiró de su mano, animándola a correr. Ella le siguió, ¿adonde iban?
Espero que os guste. Que conste que voy a empezar directamente por la historia historia, me salto el primer capi y parte del segundo, que son de presentación y, tal y como están los ánimos, no nos hacen mucha falta. Vamos a ir directamente al grano, que es lo que importa. TAmbién habrá un poquito de censura en algunas, no, en una escena, así que, ya sabéis, quien lo quiera completo que me mande su mail.
Adrian es, simplemente...... Ya me direis vosotras quien es Adrian......
2. EMPEZAR DE NUEVO: Fragmento final:
Durante toda la semana la policía estuvo rondando por el edificio. Casi se acostumbró a verles allí, formaban parte del paisaje. El viernes por la tarde, antes de marcharse, oyó como uno de los agentes le comentaba a su secretaria que habían terminado con la investigación en el edificio y que ya no les molestarían más. Si necesitaban algo de los empleados les avisarían personalmente.
Marta volvió a su rutina habitual, uno de los vicepresidentes del Grupo tomó las riendas de la editorial, y ella siguió con su trabajo como si nada. Siguió con sus novelas, con sus entrevistas, con sus proyectos…. Y siguió yendo a las calas los fines de semana, para pasear entre las piedras o la arena, según donde estuviera, para sentir el mar entre sus pies.
Aquella tarde había vuelto a Cala Martina, hacía unas semanas que no iba por allí, la playa era de piedras y a veces se torcía los tobillos al caminar entre ellas, pero debía reconocer que el paisaje era majestuoso y le encantaba pasear por allí de vez en cuando. Caminó hasta el borde de uno de los acantilados y se sentó cerca de la orilla. Era invierno y el agua ya estaba demasiado fría para meter los pies. Simplemente caminaba por la orilla y disfrutaba del murmullo del mar cuando las olas rompían suavemente junto a ella. Había llevado consigo uno de los borradores que estaba leyendo, pero no le apetecía seguir con él, era insulso, así que lo dejó a un lado y comenzó a arrojar piedrecillas a la orilla.
- Buenas tardes, Sra. Gravin.
- Buenas tardes. – Marta levantó la cabeza para ver a quien la saludaba, aunque sabía perfectamente quien era sin siquiera mirarle…. Aquella voz….
- ¿Sigue gustándole pasear por la playa?
- Sí, sigue gustándome, inspector. ¿Y a usted? ¿No me ha seguido, verdad?
- No, no la he seguido, aunque no me habría importado hacerlo.
- Gracias a Dios, por un momento pensé que quería interrogarme de nuevo. ¿No le habría importado hacerlo?
- No, no me habría importado. Y tampoco me importaría seguir interrogándola, ciertamente hay algunas preguntas que querría que contestara.
- ¿Me sigue considerando sospechosa de la muerte de Bald?
- No, usted no es sospechosa, en absoluto.
- ¿Entonces?
- No tiene nada que ver con el caso. Ahora no estamos en el trabajo. Aquí no soy el inspector Reims, soy simplemente Adrian. – El alargó su mano hacia ella, que la estrechó cortésmente.
- Marta….
- Marta…. Muy sonoro, muy adecuado….
- ¿Muy adecuado?
- Sí, el nombre te va muy bien….
- Bueno, es el que siempre he tenido, no me imagino con otro…. ¿Por qué quiere interrogarme?
- ¿Por qué no me tuteas?
- Porque no nos conocemos….
- Ahora sí, nos hemos presentado. Tutéame, yo pienso hacerlo.
- Bien, te tutearé. ¿Qué haces aquí?
- Pasear por la playa…. Me gusta hacerlo…. Me gusta el mar…. Creo recordar que a ti también te gusta el mar….
- Sí, me gusta, mucho…. Lo echo de menos…. Sólo puedo venir cuando no trabajo….
- El mar está muy cerca de la ciudad, apenas a media hora….
- Sí, supongo que para quien no ha conocido otra cosa es muy cerca, pero yo antes vivía delante del mar, lo veía cada mañana, sabía que día haría sólo por el color del agua, no necesitaba mirar al cielo…. No puedo evitar echarlo de menos…. – Su voz se había vuelto triste de repente.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué que?
- ¿Por qué te marchaste?
- Motivos personales….
- Sí, es lo que dijiste cuando te interrogué. ¿Qué motivos personales?
- Discúlpame, pero no creo que sea asunto tuyo….
- Sí, tienes razón, no es asunto mío…. ¿Vino tu marido contigo?
- ¿Mi marido? – El le señaló el anillo que llevaba en el dedo. – El anillo…. No…. No estoy casada….
- ¿Y por qué llevas un anillo de casada?
- Supongo que es la costumbre…. No me lo quité cuando nos separamos….
- ¿Por qué? ¿Aún sigues pensando en él?
- No…. No tiene nada que ver…. Yo…. ¿Qué te importa?
- Perdona, no quería molestarte, supongo que tampoco es asunto mío….
- No, no lo es. Si me disculpas, tengo que marcharme. Buenas tardes….
El viento se había vuelto más fuerte y resultaba realmente algo molesto para Marta, aunque lo que de verdad le había molestado habían sido las preguntas de Adrian. No quería recordar aquella parte de su vida, era pasado. De repente el cielo se volvió gris y unas gotas comenzaron a caer sobre ellos. En menos de un segundo la tormenta se desató sobre la playa, sin darles tiempo a reaccionar. El tiró de su mano, animándola a correr. Ella le siguió, ¿adonde iban?
#498
17/09/2011 22:12
3. PERDER LA CABEZA: Fragmento 1:
Corrieron por la playa hasta un camino que bordeaba el acantilado y que les llevó a una casa que había sobre el mismo y que no se veía desde la playa. Era una vieja construcción de piedra con un porche enorme. Se la veía muy cuidada, hasta había macetones con plantas en un lateral del porche.
- No sabía que hubiera una casa aquí, no se ve desde la playa…. Hace meses que vengo y nunca la había visto….
- Pues es una pena, podrías haber subido a hacerle una visita a su dueño. Es un tipo de lo más agradable….
- ¿Le conoces?
- Sí, muy bien….
- Debe ser mayor, la casa es antigua, aunque está muy bien cuidada. ¿Vive aquí solo?
- Sí, le gusta la soledad y el mar… le gusta mucho el mar, siempre ha vivido frente al mar….
- Sí, le entiendo, el mar….
Ella se quedó pensativa, triste nuevamente, mirando la imponente vista que se disfrutaba desde aquel lugar. Se divisaban los acantilados circundantes, la playa de piedras e incluso alguna de las calas adyacentes. Hasta donde alcanzaba la vista todo era azul océano.
- Hey, Marta, ¿estás bien? – Ella asintió, sin responder. El estaba a su lado, mirándola a los ojos, perdiéndose en aquella mirada que tanto le atraía. – Puedes venir siempre que quieras…. – Ella asintió de nuevo, sin decir nada.
No quería decir nada, en realidad, no podía decir nada, se había perdido en aquellos ojos que la miraban con ternura, en aquella voz que la hacía vibrar sin saber por que…. Desde la primera vez que oyó aquella voz sintió que había algo especial en ella, algún matiz oculto en su timbre que la hacía sentirse en tensión, que la hacía sentir una corriente de excitación nerviosa. Aquella voz…. Era dulce y cálida, pero a la vez profundamente masculina y atrayente…. Era grave pero suave, profunda pero envolvente, sonora pero atimbrada…. Aquella voz….
El le apartó de la frente un mechón de cabello mojado que casi le tapaba los ojos. Ella le miraba sin decir nada, con la misma intensidad con la que antes miraba el océano que se abría ante ellos tras el acantilado. El tampoco dijo nada, sólo la miró. Se quedaron en silencio, mirándose, hasta que el estruendo de un trueno hizo que Marta se sobresaltara. Le siguió el resplandor de un brillante rayo que cayó sobre el mar.
- Entra, la tormenta puede durar horas….
- ¿No le importará al dueño?
- No, le conozco, vamos….
Entraron en la vivienda, que era realmente cálida y acogedora. El fuego brillaba en la chimenea del salón, una moderna chimenea de casete que habían instalado dentro de la original de piedra. Todo estaba decorado en cálidos tonos arena y terracota. El suelo era de losetas antiguas de barro y las paredes de la misma piedra que había en el exterior. Parecía sacada de un cuento de los Hermanos Grimm.
- Es preciosa…. Que buen gusto tiene su dueño…. Esta estancia es una maravilla….
- Gracias. Deberías cambiarte de ropa, te enfriarás.
- No tengo ropa en el coche y me mojaría más aún si fuera hasta allí. Está al final de la carretera de acceso, antes del camino de la playa.
- Te prestaré algo.
- ¿También tienes ropa aquí?
- Esta es mi casa, Marta.
- ¿Es tuya? ¿Por qué no lo dijiste?
- Estaba esperando a ver si te gustaba para decírtelo.
- Sí, me gusta, mucho. ¿De verdad vives aquí? Pero…. Es un lugar absolutamente maravilloso….
- Sí, lo sé. Por eso vivo aquí. Adoro el mar….
- Puedo entenderlo….
- Deberías secarte…. – Volvió a apartar un mechón de su cara, mirándola de nuevo a los ojos.
- Sí…. Tienes razón…. – No podía dejar de mirarle, ni de escucharle, aquella voz….
- Marta….
El tampoco podía dejar de mirarla, le tenía hipnotizado, aquellos ojos, aquella luz que desprendían, aquella boca…. Desde que la había conocido durante la investigación del caso de la editorial no había dejado de pensar en ella. Cuando le dijo que solía ir por Cala Martina deseó poder verla en la playa…. Desde entonces cada tarde había bajado un rato a la cala sólo para ver si la veía, pero hacía semanas desde su primer encuentro y ella no había vuelto por allí. Casi había perdido la esperanza de verla cuando de pronto, aquella tarde, allí estaba, al lado del acantilado, tirando piedras a la orilla….
Desde el día en que le conoció aquella voz la había atraído incomprensiblemente. Hacía semanas que no le había visto, desde que los agentes se marcharon del edificio de la editorial tras la muerte de Bald pero, aquella voz…. La habría reconocido en cualquier parte del mundo, aunque hiciera siglos que no hubiera vuelto a oírle, aunque hubiera sido en el lugar más insospechado, como hoy, aunque estuviera ciega sabría quien había ante ella sólo con oír esa voz….
- Marta…. Ven, te prestaré algo de ropa para que te cambies….
- Gracias. No es necesario, si me pongo ante el fuego mi ropa se secará pronto….
- No quiero que te enfríes….
- No, claro, me cambiaré, gracias.
Marta le acompañó hasta la que supuso que era su habitación, igual de acogedora y cálida que el salón, con una gran cama dominando la pared principal y un mueble bajo al lado, repleto de libros. Adrian sacó una camisa y un pantalón de un armario y se los tendió.
- No son de tu talla, pero al menos estarás seca.
- Gracias….
- El baño está ahí… - señaló la puerta de al lado de la del dormitorio.
Ella se cambió en el baño, mientras él lo hacía en el dormitorio. Cuando volvió a la habitación él llevaba una camiseta blanca con cuello de pico y un pantalón vaquero. Ella se había anudado la camisa en la cintura, para que no se le viera tan enorme y se había ajustado la cintura del pantalón con el cordel del chándal, pero aún así le quedaba grande.
- ¿Donde puedo poner la ropa mojada?
- La tenderemos al lado de la cocina, tengo un tendedero portátil. El patio no está techado.
- Vale.
- ¿Tienes hambre?
- Un poco, se ha hecho algo tarde y casi no he comido hoy….
- ¿Por qué?
- No me apetecía. A veces no como, se me olvida….
- Vaya, espero que no seas tan olvidadiza para todo…. si se te olvida comer puede olvidársete cualquier cosa….
- No me gusta comer sola….
- Bien, hoy cenarás conmigo….
- Gracias, otra vez….
- De nada.
Corrieron por la playa hasta un camino que bordeaba el acantilado y que les llevó a una casa que había sobre el mismo y que no se veía desde la playa. Era una vieja construcción de piedra con un porche enorme. Se la veía muy cuidada, hasta había macetones con plantas en un lateral del porche.
- No sabía que hubiera una casa aquí, no se ve desde la playa…. Hace meses que vengo y nunca la había visto….
- Pues es una pena, podrías haber subido a hacerle una visita a su dueño. Es un tipo de lo más agradable….
- ¿Le conoces?
- Sí, muy bien….
- Debe ser mayor, la casa es antigua, aunque está muy bien cuidada. ¿Vive aquí solo?
- Sí, le gusta la soledad y el mar… le gusta mucho el mar, siempre ha vivido frente al mar….
- Sí, le entiendo, el mar….
Ella se quedó pensativa, triste nuevamente, mirando la imponente vista que se disfrutaba desde aquel lugar. Se divisaban los acantilados circundantes, la playa de piedras e incluso alguna de las calas adyacentes. Hasta donde alcanzaba la vista todo era azul océano.
- Hey, Marta, ¿estás bien? – Ella asintió, sin responder. El estaba a su lado, mirándola a los ojos, perdiéndose en aquella mirada que tanto le atraía. – Puedes venir siempre que quieras…. – Ella asintió de nuevo, sin decir nada.
No quería decir nada, en realidad, no podía decir nada, se había perdido en aquellos ojos que la miraban con ternura, en aquella voz que la hacía vibrar sin saber por que…. Desde la primera vez que oyó aquella voz sintió que había algo especial en ella, algún matiz oculto en su timbre que la hacía sentirse en tensión, que la hacía sentir una corriente de excitación nerviosa. Aquella voz…. Era dulce y cálida, pero a la vez profundamente masculina y atrayente…. Era grave pero suave, profunda pero envolvente, sonora pero atimbrada…. Aquella voz….
El le apartó de la frente un mechón de cabello mojado que casi le tapaba los ojos. Ella le miraba sin decir nada, con la misma intensidad con la que antes miraba el océano que se abría ante ellos tras el acantilado. El tampoco dijo nada, sólo la miró. Se quedaron en silencio, mirándose, hasta que el estruendo de un trueno hizo que Marta se sobresaltara. Le siguió el resplandor de un brillante rayo que cayó sobre el mar.
- Entra, la tormenta puede durar horas….
- ¿No le importará al dueño?
- No, le conozco, vamos….
Entraron en la vivienda, que era realmente cálida y acogedora. El fuego brillaba en la chimenea del salón, una moderna chimenea de casete que habían instalado dentro de la original de piedra. Todo estaba decorado en cálidos tonos arena y terracota. El suelo era de losetas antiguas de barro y las paredes de la misma piedra que había en el exterior. Parecía sacada de un cuento de los Hermanos Grimm.
- Es preciosa…. Que buen gusto tiene su dueño…. Esta estancia es una maravilla….
- Gracias. Deberías cambiarte de ropa, te enfriarás.
- No tengo ropa en el coche y me mojaría más aún si fuera hasta allí. Está al final de la carretera de acceso, antes del camino de la playa.
- Te prestaré algo.
- ¿También tienes ropa aquí?
- Esta es mi casa, Marta.
- ¿Es tuya? ¿Por qué no lo dijiste?
- Estaba esperando a ver si te gustaba para decírtelo.
- Sí, me gusta, mucho. ¿De verdad vives aquí? Pero…. Es un lugar absolutamente maravilloso….
- Sí, lo sé. Por eso vivo aquí. Adoro el mar….
- Puedo entenderlo….
- Deberías secarte…. – Volvió a apartar un mechón de su cara, mirándola de nuevo a los ojos.
- Sí…. Tienes razón…. – No podía dejar de mirarle, ni de escucharle, aquella voz….
- Marta….
El tampoco podía dejar de mirarla, le tenía hipnotizado, aquellos ojos, aquella luz que desprendían, aquella boca…. Desde que la había conocido durante la investigación del caso de la editorial no había dejado de pensar en ella. Cuando le dijo que solía ir por Cala Martina deseó poder verla en la playa…. Desde entonces cada tarde había bajado un rato a la cala sólo para ver si la veía, pero hacía semanas desde su primer encuentro y ella no había vuelto por allí. Casi había perdido la esperanza de verla cuando de pronto, aquella tarde, allí estaba, al lado del acantilado, tirando piedras a la orilla….
Desde el día en que le conoció aquella voz la había atraído incomprensiblemente. Hacía semanas que no le había visto, desde que los agentes se marcharon del edificio de la editorial tras la muerte de Bald pero, aquella voz…. La habría reconocido en cualquier parte del mundo, aunque hiciera siglos que no hubiera vuelto a oírle, aunque hubiera sido en el lugar más insospechado, como hoy, aunque estuviera ciega sabría quien había ante ella sólo con oír esa voz….
- Marta…. Ven, te prestaré algo de ropa para que te cambies….
- Gracias. No es necesario, si me pongo ante el fuego mi ropa se secará pronto….
- No quiero que te enfríes….
- No, claro, me cambiaré, gracias.
Marta le acompañó hasta la que supuso que era su habitación, igual de acogedora y cálida que el salón, con una gran cama dominando la pared principal y un mueble bajo al lado, repleto de libros. Adrian sacó una camisa y un pantalón de un armario y se los tendió.
- No son de tu talla, pero al menos estarás seca.
- Gracias….
- El baño está ahí… - señaló la puerta de al lado de la del dormitorio.
Ella se cambió en el baño, mientras él lo hacía en el dormitorio. Cuando volvió a la habitación él llevaba una camiseta blanca con cuello de pico y un pantalón vaquero. Ella se había anudado la camisa en la cintura, para que no se le viera tan enorme y se había ajustado la cintura del pantalón con el cordel del chándal, pero aún así le quedaba grande.
- ¿Donde puedo poner la ropa mojada?
- La tenderemos al lado de la cocina, tengo un tendedero portátil. El patio no está techado.
- Vale.
- ¿Tienes hambre?
- Un poco, se ha hecho algo tarde y casi no he comido hoy….
- ¿Por qué?
- No me apetecía. A veces no como, se me olvida….
- Vaya, espero que no seas tan olvidadiza para todo…. si se te olvida comer puede olvidársete cualquier cosa….
- No me gusta comer sola….
- Bien, hoy cenarás conmigo….
- Gracias, otra vez….
- De nada.
#499
17/09/2011 22:14
3. PERDER LA CABEZA: Fragmento 2:
Prepararon una ensalada y un poco de carne y cenaron sentados en la mesa de la cocina, mientras tomaban una cerveza para acompañar la cena.
- No te pega nada….
- ¿El qué?
- Beber de la botella….
- ¿Por qué? Me gusta beber la cerveza de la botella, tiene mejor sabor que servida, además, tú también lo haces….
- Yo no soy una señorita….
- Ni yo tampoco….
- ¡Vaya¡ ¿Y, que eres?
- Una mujer….
- Sí, creo que me había percatado de ello….
Terminaron la cena en silencio, pero Marta lo que quería era que él le hablara, que le dijera lo que fuera, que desgranara su voz para ella. Quería oír su voz, sentir su voz, notar como toda la estancia se llenaba con las vibraciones que producía aquella garganta al pronunciar cada sonido, como reverberaban las paredes con su tono pausado, como cada fibra de su cuerpo se ponía en tensión con cada palabra….
- ¿Qué libro estás leyendo?
- ¿Cómo dices?
- ¿Qué estás leyendo? Tienes un mueble lleno de libros al lado de la cama y una estantería también repleta de ellos en el salón…. Ya sabes, es a lo que me dedico, deformación profesional….
- Estoy leyendo un libro de cuentos de Lovecraft….
- Vaya, todo un clásico….
- ¿Te gusta Lovecraft?
- Lo he leído, pero reconozco que no me gustan las historias de miedo….
- No pareces una mujer asustadiza….
- Y no lo soy, ¿me leerías un fragmento?
- Claro, puedo prestarte el libro si quieres….
- No, sólo quiero saber si oyéndolo en vez de leyéndolo me resulta menos aterrador….
- Claro. Sentémonos en el salón y te leeré un fragmento….
A Marta, pedirle que leyera para ella le pareció una excusa genial para oír su voz sin tener que dar explicaciones o sin tener que preguntarle más de lo debido. Lovecraft… bueno, no era de sus preferidos, de hecho le daba bastante miedo, pero mejor eso que nada.
A él le pareció extraño que ella quisiera que le leyera un fragmento de aquel libro de cuentos, sobre todo después de reconocer que le daban miedo aquellas historias, pero habría hecho cualquier cosa que ella le hubiera pedido, así que se sentó frente a ella y comenzó a leer. Le leyó un cuento completo, sin levantar siquiera la vista del libro, sin pausa, simplemente concentrándose en las letras de la página que tenía delante. Si la miraba sabía que ya no podría seguir leyendo, se perdería en sus ojos, en su boca, en su cara, se perdería en ella. ¿Qué tenía aquella mujer que le hacía sentirse así?
El terminó de leer el cuento para ella y levantó la vista, mientras cerraba el libro y lo dejaba en la mesita que había junto al sillón donde estaba sentado. Ella le miraba fijamente, casi sin pestañear, extasiada por completo por aquella voz. ¿Qué era lo que tenía aquella voz que la atraía de esa manera? Se levantó, se acercó a él y le tocó los labios con los dedos, acariciando suavemente aquella boca, apenas una mínima caricia, queriendo cerciorarse de que él existía de verdad y no se había vuelto loca, de que aquella voz existía realmente, de que aquel sonido no era producto de su imaginación.
Le sorprendió aquel gesto que ella acababa de tener, aquella caricia a sus labios. Le miraba como si no le viera en realidad. ¿Qué estaba pasando por su mente? Pero si aquella caricia le había sorprendido aún le sorprendió más lo que ella hizo a continuación. Se sentó en su regazo, pegó la boca a su oído y le susurró apenas: “háblame”, poniendo su cara junto a la boca masculina. Estaba tan sorprendido que, al principio, no supo que decir, pero en un instante recuperó la compostura y se apresuró a cumplir sus deseos. ¿Qué quería que le dijera? ¿De qué quería que le hablara? ¿Qué podía interesarle? Se le ocurrió que quizá le gustaría saber como había conseguido aquella casa y como la había arreglado hasta que quedara como deseaba, así que comenzó a hablarle de la casa, de su amor por el mar, de su vida allí, rodeado de aquella naturaleza siempre cambiante.
Prepararon una ensalada y un poco de carne y cenaron sentados en la mesa de la cocina, mientras tomaban una cerveza para acompañar la cena.
- No te pega nada….
- ¿El qué?
- Beber de la botella….
- ¿Por qué? Me gusta beber la cerveza de la botella, tiene mejor sabor que servida, además, tú también lo haces….
- Yo no soy una señorita….
- Ni yo tampoco….
- ¡Vaya¡ ¿Y, que eres?
- Una mujer….
- Sí, creo que me había percatado de ello….
Terminaron la cena en silencio, pero Marta lo que quería era que él le hablara, que le dijera lo que fuera, que desgranara su voz para ella. Quería oír su voz, sentir su voz, notar como toda la estancia se llenaba con las vibraciones que producía aquella garganta al pronunciar cada sonido, como reverberaban las paredes con su tono pausado, como cada fibra de su cuerpo se ponía en tensión con cada palabra….
- ¿Qué libro estás leyendo?
- ¿Cómo dices?
- ¿Qué estás leyendo? Tienes un mueble lleno de libros al lado de la cama y una estantería también repleta de ellos en el salón…. Ya sabes, es a lo que me dedico, deformación profesional….
- Estoy leyendo un libro de cuentos de Lovecraft….
- Vaya, todo un clásico….
- ¿Te gusta Lovecraft?
- Lo he leído, pero reconozco que no me gustan las historias de miedo….
- No pareces una mujer asustadiza….
- Y no lo soy, ¿me leerías un fragmento?
- Claro, puedo prestarte el libro si quieres….
- No, sólo quiero saber si oyéndolo en vez de leyéndolo me resulta menos aterrador….
- Claro. Sentémonos en el salón y te leeré un fragmento….
A Marta, pedirle que leyera para ella le pareció una excusa genial para oír su voz sin tener que dar explicaciones o sin tener que preguntarle más de lo debido. Lovecraft… bueno, no era de sus preferidos, de hecho le daba bastante miedo, pero mejor eso que nada.
A él le pareció extraño que ella quisiera que le leyera un fragmento de aquel libro de cuentos, sobre todo después de reconocer que le daban miedo aquellas historias, pero habría hecho cualquier cosa que ella le hubiera pedido, así que se sentó frente a ella y comenzó a leer. Le leyó un cuento completo, sin levantar siquiera la vista del libro, sin pausa, simplemente concentrándose en las letras de la página que tenía delante. Si la miraba sabía que ya no podría seguir leyendo, se perdería en sus ojos, en su boca, en su cara, se perdería en ella. ¿Qué tenía aquella mujer que le hacía sentirse así?
El terminó de leer el cuento para ella y levantó la vista, mientras cerraba el libro y lo dejaba en la mesita que había junto al sillón donde estaba sentado. Ella le miraba fijamente, casi sin pestañear, extasiada por completo por aquella voz. ¿Qué era lo que tenía aquella voz que la atraía de esa manera? Se levantó, se acercó a él y le tocó los labios con los dedos, acariciando suavemente aquella boca, apenas una mínima caricia, queriendo cerciorarse de que él existía de verdad y no se había vuelto loca, de que aquella voz existía realmente, de que aquel sonido no era producto de su imaginación.
Le sorprendió aquel gesto que ella acababa de tener, aquella caricia a sus labios. Le miraba como si no le viera en realidad. ¿Qué estaba pasando por su mente? Pero si aquella caricia le había sorprendido aún le sorprendió más lo que ella hizo a continuación. Se sentó en su regazo, pegó la boca a su oído y le susurró apenas: “háblame”, poniendo su cara junto a la boca masculina. Estaba tan sorprendido que, al principio, no supo que decir, pero en un instante recuperó la compostura y se apresuró a cumplir sus deseos. ¿Qué quería que le dijera? ¿De qué quería que le hablara? ¿Qué podía interesarle? Se le ocurrió que quizá le gustaría saber como había conseguido aquella casa y como la había arreglado hasta que quedara como deseaba, así que comenzó a hablarle de la casa, de su amor por el mar, de su vida allí, rodeado de aquella naturaleza siempre cambiante.
#500
17/09/2011 22:16
3. PERDER LA CABEZA: Fragmento 3:
Ella escuchaba aquellos sonidos que el susurraba en su oído como si se tratara del mar que la mecía al dormirse. Cada palabra que él pronunciaba era como un cántico en sus oídos, como un bálsamo para su alma, como si la brisa acariciara su corazón y lo hiciera dejar de gritar. El siguió hablando y ella siguió abrazada a su pecho hasta que, de pronto, el paró de hablarle. Ella no dijo nada, pero siguió abrazada a él.
- Marta, ¿estás dormida?
- No.
- ¿Te encuentras bien?
- Sí.
- ¿Estás segura? - Ella deshizo aquel abrazo para mirarle de nuevo. Volvió a tocar sus labios y le sonrió. El cogió su mano y la besó, dulcemente, en la palma. Ella volvió a sonreír. – Marta….
- Estoy bien, de verdad, sé que esto debe haberte parecido un poco raro pero…. No estoy loca, es sólo que…. Tu voz….
- ¿Un poco raro?
- Muy raro…. Perdóname, no pretendía nada extraño es sólo que… cuando hablas, tú… yo…. No sé ni como explicarlo…. Quizá sí estoy volviéndome loca…. Nunca había hecho nada como esto…. Discúlpame, por favor….
- ¿Por qué? En realidad me ha gustado que te acercaras a mí. Si he de ser sincero, me ha encantado abrazarte y… bueno, nunca me habían tocado los labios, no sé, ha sido raro, sí, pero me ha gustado…. ¿Pensabas besarme?
- ¿Besarte?
- Sí. Cuando te acercaste y me tocaste la boca pensé que lo siguiente sería besarme, pero no lo hiciste….
- No, no pensé en besarte, si casi no te conozco….
- Tampoco como para abrazarme y lo has hecho….
- En realidad no te he abrazado….
- Sí lo has hecho….
- Sí, pero ese no es el concepto, la verdad es que yo me he abrazado a ti…. Yo…. No sé porque me he comportado así en realidad…. Todo ha sido como un sueño, una nebulosa, había algo que me empujaba hacia ti…. Tú…. Tu voz, era tu voz…. Cuando escucho tu voz es como si nada más existiera, como si no hubiera nada más a lo que prestar atención, como si el mundo se parara…. Es tu voz….
- ¿Mi voz?
- No puedo explicarlo, pero debe haber algún tipo de vibración electromagnética que produce tu voz y que hace que mi cerebro se comporte de forma extraña….
- ¿Vibración electromagnética? Marta, no hace falta que te inventes excusas si quieres abrazarme o tocarme, de hecho me encanta que lo hagas….
- No, no es una excusa, no me lo invento, es…. Oh, no lo entiendes, no es por ti…. O quizá si es por ti…. Yo sólo quería oírte….
Ella se levantó y salió al porche. La tormenta había amainado, pero seguía cayendo una fina llovizna. Marta inspiró profundamente. El olor a tierra mojada le gustaba. ¿Estaba volviéndose loca? Nada de lo que había hecho esa noche podía considerarse normal. ¿Besarle? Ni se lo había planteado pero, claro que le habría gustado besarle. No recordaba haber conocido a nadie como aquel hombre…. Era alto, guapo, atlético… su sonrisa podría hacer palidecer al sol y sus ojos… sus ojos eran dos luceros azules que podrían iluminar la noche más oscura si se lo propusiera…. Pero no era por su aspecto físico por lo que la atraía, no, aunque fuera muy atractivo, probablemente el hombre más atractivo que hubiera conocido en mucho tiempo, no era eso lo que la hacía acercarse a él, eso no tenía nada que ver…. Era su voz… aquella voz… todo se detenía cuando ella escuchaba aquella voz….
Adrian salió al porche, se colocó tras ella y la sujetó por la cintura. Ella cerró los ojos al sentir como la tocaba. No dijo nada, sólo se quedó allí con ella, contemplando como la fina lluvia se fundía con el mar. Era bastante más alto que ella, de forma que su cabeza quedaba a la altura de la zona superior del pecho masculino. Marta se giró lentamente, sin mirarle, y se abrazó de nuevo a él. Se sentía bien entre sus brazos, sobre su pecho. No podía pedirle de nuevo que le hablara, bastante le había hablado ya esta noche, así que simplemente no dijo nada y se dedicó a oír los latidos de su corazón.
El cambió su cintura por su pelo y lo acarició con una mano, mientras sonreía ante su gesto. Esta vez no le había pedido que le hablara, pero seguro que quería que lo hiciera. Así que no quería besarle, ¡que decepción¡ El si quería que lo hiciera. ¿Y si la besaba él? No, mejor no. No quería asustarla. Quería que se quedara allí esa noche y si la besaba probablemente saldría huyendo.
- Es tarde, Marta. Deberíamos ir a descansar. Mañana puedo hablarte todo lo que quieras.
- Tienes razón, es tarde. Gracias.
- ¿Por qué?
- Por no asustarte de mí.
- ¿Debería asustarme?
- No, pero reconozco que esta noche me comportado de una manera un tanto extraña, si te soy sincera, me siento un poco rara conmigo misma, nunca había hecho nada como esto….
- Así que te vuelvo loca….
- Bueno, sí, no en ese sentido, pero sí, un poco loca….
- Vaya, vaya…. Pues me alegro, siempre creí que te caía mal durante la investigación en tu editorial….
- Me trataste como a una sospechosa, no me gustó…. Pero no me caías mal…. En realidad me pareciste un tipo interesante….
- Así que interesante….
- Ya sabes, tu voz….
- Siempre pensé que te gustaría por mi cuerpo….
- Siento decepcionarte, pero no me interesa tu cuerpo….
- Que desilusión…. A mí me interesa mucho el tuyo….
- Gracias, pero no….
- De acuerdo. A dormir, señorita, se ha hecho tarde. Mañana desayunaremos viendo salir el sol, verás que hermosa vista del amanecer podremos disfrutar…. - La cogió de la mano y la llevó hasta la habitación. – Yo duermo en el lado derecho de la cama. El izquierdo es todo para ti.
- ¿Voy a dormir contigo?
- ¿Algún problema?
- Por mí, no.
- Entonces, buenas noches.
El se quitó la ropa y se metió en la cama. Ella sólo se quitó el pantalón y le imitó, intentando permanecer lo más lejos posible de él. Lo que querría en realidad sería girar hacia él y abrazarle, pero no quería darle una impresión equivocada. Bastante se había acercado a él aquella noche y demasiado bien se había tomado él su actitud, como para dar pie a algún equívoco ahora. Pero no hizo falta que ella se acercara, porque fue él quien se puso a su espalda, la cogió por la cintura y la abrazó contra su cuerpo.
- Buenas noches, amante del mar.
- Buenas noches.
Se quedaron dormidos, uno junto a otro, sintiendo al otro, deseando más, pero sin atreverse a pedirlo. Suficiente para un primer encuentro, suficiente hasta la mañana siguiente, suficiente por unas horas. Ya se vería que sucedía al despertar.
Ella escuchaba aquellos sonidos que el susurraba en su oído como si se tratara del mar que la mecía al dormirse. Cada palabra que él pronunciaba era como un cántico en sus oídos, como un bálsamo para su alma, como si la brisa acariciara su corazón y lo hiciera dejar de gritar. El siguió hablando y ella siguió abrazada a su pecho hasta que, de pronto, el paró de hablarle. Ella no dijo nada, pero siguió abrazada a él.
- Marta, ¿estás dormida?
- No.
- ¿Te encuentras bien?
- Sí.
- ¿Estás segura? - Ella deshizo aquel abrazo para mirarle de nuevo. Volvió a tocar sus labios y le sonrió. El cogió su mano y la besó, dulcemente, en la palma. Ella volvió a sonreír. – Marta….
- Estoy bien, de verdad, sé que esto debe haberte parecido un poco raro pero…. No estoy loca, es sólo que…. Tu voz….
- ¿Un poco raro?
- Muy raro…. Perdóname, no pretendía nada extraño es sólo que… cuando hablas, tú… yo…. No sé ni como explicarlo…. Quizá sí estoy volviéndome loca…. Nunca había hecho nada como esto…. Discúlpame, por favor….
- ¿Por qué? En realidad me ha gustado que te acercaras a mí. Si he de ser sincero, me ha encantado abrazarte y… bueno, nunca me habían tocado los labios, no sé, ha sido raro, sí, pero me ha gustado…. ¿Pensabas besarme?
- ¿Besarte?
- Sí. Cuando te acercaste y me tocaste la boca pensé que lo siguiente sería besarme, pero no lo hiciste….
- No, no pensé en besarte, si casi no te conozco….
- Tampoco como para abrazarme y lo has hecho….
- En realidad no te he abrazado….
- Sí lo has hecho….
- Sí, pero ese no es el concepto, la verdad es que yo me he abrazado a ti…. Yo…. No sé porque me he comportado así en realidad…. Todo ha sido como un sueño, una nebulosa, había algo que me empujaba hacia ti…. Tú…. Tu voz, era tu voz…. Cuando escucho tu voz es como si nada más existiera, como si no hubiera nada más a lo que prestar atención, como si el mundo se parara…. Es tu voz….
- ¿Mi voz?
- No puedo explicarlo, pero debe haber algún tipo de vibración electromagnética que produce tu voz y que hace que mi cerebro se comporte de forma extraña….
- ¿Vibración electromagnética? Marta, no hace falta que te inventes excusas si quieres abrazarme o tocarme, de hecho me encanta que lo hagas….
- No, no es una excusa, no me lo invento, es…. Oh, no lo entiendes, no es por ti…. O quizá si es por ti…. Yo sólo quería oírte….
Ella se levantó y salió al porche. La tormenta había amainado, pero seguía cayendo una fina llovizna. Marta inspiró profundamente. El olor a tierra mojada le gustaba. ¿Estaba volviéndose loca? Nada de lo que había hecho esa noche podía considerarse normal. ¿Besarle? Ni se lo había planteado pero, claro que le habría gustado besarle. No recordaba haber conocido a nadie como aquel hombre…. Era alto, guapo, atlético… su sonrisa podría hacer palidecer al sol y sus ojos… sus ojos eran dos luceros azules que podrían iluminar la noche más oscura si se lo propusiera…. Pero no era por su aspecto físico por lo que la atraía, no, aunque fuera muy atractivo, probablemente el hombre más atractivo que hubiera conocido en mucho tiempo, no era eso lo que la hacía acercarse a él, eso no tenía nada que ver…. Era su voz… aquella voz… todo se detenía cuando ella escuchaba aquella voz….
Adrian salió al porche, se colocó tras ella y la sujetó por la cintura. Ella cerró los ojos al sentir como la tocaba. No dijo nada, sólo se quedó allí con ella, contemplando como la fina lluvia se fundía con el mar. Era bastante más alto que ella, de forma que su cabeza quedaba a la altura de la zona superior del pecho masculino. Marta se giró lentamente, sin mirarle, y se abrazó de nuevo a él. Se sentía bien entre sus brazos, sobre su pecho. No podía pedirle de nuevo que le hablara, bastante le había hablado ya esta noche, así que simplemente no dijo nada y se dedicó a oír los latidos de su corazón.
El cambió su cintura por su pelo y lo acarició con una mano, mientras sonreía ante su gesto. Esta vez no le había pedido que le hablara, pero seguro que quería que lo hiciera. Así que no quería besarle, ¡que decepción¡ El si quería que lo hiciera. ¿Y si la besaba él? No, mejor no. No quería asustarla. Quería que se quedara allí esa noche y si la besaba probablemente saldría huyendo.
- Es tarde, Marta. Deberíamos ir a descansar. Mañana puedo hablarte todo lo que quieras.
- Tienes razón, es tarde. Gracias.
- ¿Por qué?
- Por no asustarte de mí.
- ¿Debería asustarme?
- No, pero reconozco que esta noche me comportado de una manera un tanto extraña, si te soy sincera, me siento un poco rara conmigo misma, nunca había hecho nada como esto….
- Así que te vuelvo loca….
- Bueno, sí, no en ese sentido, pero sí, un poco loca….
- Vaya, vaya…. Pues me alegro, siempre creí que te caía mal durante la investigación en tu editorial….
- Me trataste como a una sospechosa, no me gustó…. Pero no me caías mal…. En realidad me pareciste un tipo interesante….
- Así que interesante….
- Ya sabes, tu voz….
- Siempre pensé que te gustaría por mi cuerpo….
- Siento decepcionarte, pero no me interesa tu cuerpo….
- Que desilusión…. A mí me interesa mucho el tuyo….
- Gracias, pero no….
- De acuerdo. A dormir, señorita, se ha hecho tarde. Mañana desayunaremos viendo salir el sol, verás que hermosa vista del amanecer podremos disfrutar…. - La cogió de la mano y la llevó hasta la habitación. – Yo duermo en el lado derecho de la cama. El izquierdo es todo para ti.
- ¿Voy a dormir contigo?
- ¿Algún problema?
- Por mí, no.
- Entonces, buenas noches.
El se quitó la ropa y se metió en la cama. Ella sólo se quitó el pantalón y le imitó, intentando permanecer lo más lejos posible de él. Lo que querría en realidad sería girar hacia él y abrazarle, pero no quería darle una impresión equivocada. Bastante se había acercado a él aquella noche y demasiado bien se había tomado él su actitud, como para dar pie a algún equívoco ahora. Pero no hizo falta que ella se acercara, porque fue él quien se puso a su espalda, la cogió por la cintura y la abrazó contra su cuerpo.
- Buenas noches, amante del mar.
- Buenas noches.
Se quedaron dormidos, uno junto a otro, sintiendo al otro, deseando más, pero sin atreverse a pedirlo. Suficiente para un primer encuentro, suficiente hasta la mañana siguiente, suficiente por unas horas. Ya se vería que sucedía al despertar.