Pequeños relatos escenas Sara y Miguel (Francino boys)

Ostras Ficharoja, mi Ficharoja, nuestra ficharoja, eres la sumun de las sumun

Ya estas poniendo la contunuación echando leches, si hace falta yo voy a hacerte alguna guardia,

Imos , si tiene continuación, la intentare poner luego

Os voy a confesar una cosa, yo me llamo Mamen, jajajajajajajajajajajaj solo os digo eso

Jajajaja, Bocadefresa, era obvio que "la tal Mamen" eras tú, jajajajajaja.

FICHAROJA, BOCADEFRESA.................. sólo puedo decir una cosa.........SEGUID POR FAVORRRR.
Jajaja, esto sí que es un vicio.
BOCADEFRESA, jajaja, fíjate que no me sorprende que te llames Mamen, jajajaja.
De verdad, chicas, geniales vuestras histórias, sois unas máquinas escribiendo..........

kissme... pásate por el post de obsesión con bandolera......estás en busca y captura jajajajaj

Que relatos más chulos !! Sois unas escritoras fantásticas !!

¿¿¿¿¿¿qué me dices, camisablanca???????????????
Allá me voy ahora mismo........ aunque no sé si entrar.... eso de busca y captura me da mucho miediiiiiito..............

Bueno, más bien en peligro de muerte jajajaja

KISSME cuidado!! Faraona va a por ti!! jajajajajjajaja

No me asusteisssssssssss, por favorrrrrrrr, que no encuentro el post de lo nerviosita que me estoy poniendo.........
pero si FARAONA y yo somos colegas........ creo........... ayy, ay, ay, qué miedooooooo

El post está un poquito más abajo...


ay que me meoo jajajjajjaja

KISSME, yo en su lugar tb querría matarte... todo hay que decirlo... HUYE mientras puedas!

jajajajajajajajajaj, ¡¡YA LO HE VISTO!!!!!!!!
Pues, la verdad, es que no me extraña que le entren ganas de cruzar media España pa matarme............. ¡¡¡A MI ME PASARÍA LO MISMO!!!!!!

Bocadefresa
Ficharoja que tension!!!!!!!!! Olga me da que no se fia
Kissme,Kissme interrunpiendo a Faraona en lo mejor de su sueño.....eso no se hace

precioso " bosco haciendo de enfermero " jajaja
la pobre de olga no se fia ni un pelo yo creo que tiene miedo miedo a enamorarse y que bosco la deje tira

Como haga como el Bosco de la serie que deja a su novia una semana antes de casarse y se morrea con la nueva delante de las narices de su ex..............pues como para no fiarse, la verdad. Pero el Bosco de Ficha es más hombre, creo yo.

Ya me he puesto al día con la lectura de vuestros relatos. Me encantan de verdad, además cada una le dáis un estilo diferente, propio, y me gusta.
Gracias a todas.

Ya se que vas liada Ficha, pero espero que no tardes mucho en volver a sorprendernos con tu Bosco particular que a mi me tiene loquita XDDDDD................

Bueno, chicas, para que os alegréis un poco. Falta mucho de este capi, pero no tengo más por el momento.

6. LOS SIETE PECADOS CAPITALES: Fragmento 1:

Había vuelto al trabajo como si nada hubiera ocurrido. No había tenido ningún problema físico y había podido desempeñar su labor con normalidad. En un par de ocasiones tuvo que arriesgarse un poco durante alguna persecución a un delincuente y él le dijo que tuviera cuidado, pero nada más. Le había pedido que fuera despacio y era lo que él hacía, ir despacio, demasiado despacio, diría ella. No se había vuelto a quedar con ella más allá de la última noche antes de volver a trabajar y no estaba de muy buen humor.

No es que ella no quisiera todo lo que él le había dicho que quería, pero no quería que fuera así, no como respuesta a la culpabilidad que sentía tras haber perdido al bebé. Quería que estuviera con ella por ella misma, no porque se sintiera culpable, pero él parecía no entenderlo, de hecho se enfadó bastante con sus palabras y se comporta de manera correcta pero distante. De acuerdo, si lo que quería era distanciarse, no había ningún problema. Realmente entre ellos no había habido nada más allá de un acercamiento durante el tiempo en que ella estuvo enferma y así parecía que iba a seguir, nada.

Estaba cansado, hastiado, enfadado y desencantado con ella. No lo quería en su vida, estaba claro. Después de la conversación que mantuvieron la última noche que pasaron juntos, él no había vuelto a quedarse con ella, ni a decirle que se quedara con él, ni a invitarla a comer más allá de lo estrictamente necesario por compromisos profesionales. Quería que fuera ella quien diera el primer paso, pero no lo hacía. Se mostraba tan distante o más que él. Muy bien…. El podía jugar tan fuerte como ella quisiera, tanto e incluso más de lo que ella quisiera si era necesario. Si se trataba de un juego de poder para ver quien era capaz de aguantar más, lo tenía claro, él podría más, mucho más, todo más.

Ahora, maltratar aquel viejo saco se había convertido en algo habitual. Cada día lo golpeaba sin piedad hasta caer rendido, hasta sentir que parte de su rabia y de su malestar salían fuera, hasta que le dolían las manos y los pies por los golpes. A veces salía a correr hasta que sus piernas no le respondían…. Se había convertido en habitual que hiciera cualquier cosa que le dejara físicamente extenuado para que su cuerpo no le pidiera a gritos que fuera a encontrarse con ella, que la buscara, que saciara la sed que tenía de ella. No estar con ella llegaba a producirle dolor físico, pero ella había puesto las reglas y él no iba a romperlas. Si quería algo suyo tendría que pedirlo.

El estaba poniéndoselo muy difícl, mucho. Ella había puesto los límites pero no pensó que él se quedaría tan lejos de ellos, muy al contrario, pensó que se los saltaría, todos, pero no lo había hecho. Y lo quería era que se los saltara, que llamara a su puerta, que la abrazara, que estuviera con ella. ¿Por qué tenía que comportarse de ese modo? ¿Tan malo era tener unos límites? ¿Tan malo era querer ir despacio y hacer las cosas bien por una vez? ¿Tan poco había sentido con ella que hacía semanas que no le había visto más allá del trabajo? ¿Dónde estaba todo aquello que decía sentir? ¿Dónde aquellas ganas de compartir, de dar, de recibir, de estar a su lado? ¿Dónde?

O quizá todo había sido un espejismo, quizá sólo era culpabilidad por lo que había pasado, quizá ella le dio la excusa perfecta para huir…. De acuerdo, si romper la baraja era lo que quería, por ella no habia ningún problema, pero tendría que decírselo a la cara. No iba a permitirle que se fuera de su lado como si nada hubiera pasado, no podía ser todo o nada, que era lo que parecía que él pretendía. No, no iba a permitirlo, iba a tener que darle muchas explicaciones.

Viernes tarde de nuevo. Otro fin de semana que pasaría en soledad. Habia estado tentado de invitarla a cenar, pero se había mostrado tan distante con él como de costumbre en las últimas semanas, así que descartó la idea y se fue sólo a casa. Estaba golpeando el saco, como de costumbre, castigándolo, machacándolo, descargando contra él toda su impotencia. Porque ahora ya ni siquiera era rabia lo que sentía, era impotencia, era frustración, era agonía. Lo empujó tan fuerte una de las veces que, al volver a su lugar con el movimiento de péndulo, le golpeó, tirándolo al suelo. Su garganta emitió un grito de rabia y sorpresa al caer, quedando tumbado sobre el suelo, cansado, vencido, extenuado mentalmente. Quedó allí tendido, con los ojos abiertos, mirando al techo, sin hacer nada, sin querer pensar en nada, intentando que su mente quedara tan en blanco como el techo que miraba.

Aquella tarde había tenido la sensación de que él quería decirle algo, de que había intentado acercarse a ella, de que iba a hablarle por una vez más allá de una cuestión meramente laboral. Habían terminado su jornada, habían coincidido a la salida de la comisaría y él se había quedado mirándola como si no hubiera otra cosa en el mundo que mirar, traspasándola con esa mirada, pero finalmente se había ido sin decir nada, sin hablarle, sin acercarse. ¿Por qué? ¿Por qué le hacía esto? ¿Por qué la alejaba de esta manera? ¿Qué era lo que quería, volverla loca? ¿Qué quería, que fuera ella quien diera el primer paso? ¿Qué se rebajara? ¿Qué reconociera que se había equivocado? ¿Qué admitiera que estaba por él? Idiota, idiota, idiota…. Era un idiota y ella lo era aún más por haber permitido que esto pasara…. De acuerdo, de acuerdo, de acuerdo…. Capitularía, se humillaría, lo reconocería todo, todo, pero se moría por volver a sentirle a su lado y no podía esperar a que él volviera a dar el primer paso. Bien, sería ella quien lo hiciera. ¿Qué era lo peor que podía pasar, que la despreciara? Al menos sabría a que atenerse…. Ahora ni siquiera sabía si él lo hacía por despecho o porque ya no le interesaba….

6. LOS SIETE PECADOS CAPITALES: Fragmento 2:


Seguía allí tumbado, en el suelo, mirando al techo, intentando recuperar la respiración, intentando no pensar, mientras su corazón gritaba de rabia e impotencia. Arggggggggggg…………… idiota, idiota, idiota…. Por haber querido estar con ella, por haber dejado que jugara con él, por haber querido cuidarla a pesar de su rechazo…. Idiota, una y mil veces idiota….

Sonaba el timbre, pero no hizo ni caso. Siguió allí tirado, pensando en otra tarde en la que sonaba el timbre, en aquella tarde en que estuvo con ella por primera vez, aquella vez en que lo único que pudo susurrarle al verla fue “te deseo”. Aquella tarde en que le ató a ella para siempre, aquella tarde en que le dio lo que necesitaba, aquella tarde en que supo ver en él lo que nadie veía…. Aquella tarde…. Seguían llamando al timbre, pero él seguía sin hacer caso. ¡Que le importaba nada ya¡ ahora no solo llamaban al timbre, sino que estaban aporreando la puerta, gritando que abriera, ¿qué diablos? Tenía la música alta, pero no como para molestar a nadie…. ¿Qué era lo que pasaba? Abrió finalmente….

Ella llamaba al timbre, pero él no respondía. Estaba en casa, la música estaba puesta, no tan alta como ella solía pero podía oírla perfectamente desde el rellano de la escalera. Llamó varias veces, pero él no abrió. ¿No pensaba dejarla pasar? Volvió a llamar con insistencia, sin respuesta. Cuando se cansó de llamar sin que él le hiciera caso comenzó a aporrear la puerta. Era un comportamiento completamente fuera de lo racional, pero estaba rabiosa por su falta de respuesta. Golpeó la puerta con los puños una y otra vez, mientras le gritaba que le abriera.

- ¡Abreme, abreme, hazlo de una maldita vez…¡ ¡Abreme la puerta¡ ¡Abreme¡

Se levantó del suelo, con un suspiro de resignación y abrió la puerta. Ella estaba allí, con el puño en alto, gritando que le abriera, con la cara desencajada y los ojos rabiosos. Cerró la boca en cuanto le vio, aunque realmente hubiera querido abrirla más de lo que lo había hecho al gritar. Fue de nuevo como un deja´vu. El estaba allí, apoyado en el marco de la puerta, sin camiseta, su cuerpo perlado por el sudor, el pantalón a la cadera…. Pero su mirada era distinta, era una mirada triste, perdida, como ausente…. ¿Dónde estaba aquella mirada segura, casi altanera, aquella determinación que solía haber en sus ojos? ¿Dónde estaba su gallardía, su altivez, su casi chulería….? ¿Dónde estaba el hombre que la había enamorado? Ahora sólo le parecía una copia y triste y desesperada de aquel que hacía que perdiera el sueño.

No dijo nada, simplemente la miró, sin hablar, perdiendose en sus ojos. Estaba allí, delante de él, gritándole que le abriera la puerta, triste, cansada, casi desencajada podría decir. Allí, en su puerta, mirandole con incertidumbre, con un interrogante en la mirada, ¿con miedo? Ella no dijo nada, ninguno lo hizo, simplemente se miraron durante casi una eternidad, se perdieron en los ojos del otro, se quedaron abstraidos en la mirada del otro, se quedaron prendados en el otro, en silencio, sólo mirándose. Ella bajó el puño que había quedado en el aire cuando el le abrió. El cogió su muñeca y tiró de ella hacia dentro, cerrando la puerta y apoyándose en ella, sin dejar de mirarla, sin hablar. Ella se acercó y se abrazó a su pecho. Apoyó la cara contra su pecho y se quedó allí, contra él, escuchando los latidos de su corazón.

Poco a poco el fue resbalando hasta el suelo, apoyándose contra la puerta al hacerlo, hasta quedar sentado, con ella pegada a su pecho, recostada sobre él, abrazándole. Ninguno dijo nada, sólo disfrutaron del placer de tener el contacto del otro, del placer de sentir el abrazo del otro, del placer de saberse con el otro. Ninguno habló, pero ambos corazones gritaron de desesperación. Ambos sintieron que aquel abrazo era algo largamente deseado, que aquella cercanía era algo que habían deseado hasta la extenuación, que aquella proximidad era lo que siempre querían disfrutar. Aquel abrazo….


Continuará............... Cuando pueda..............

Gracias hoy más que nunca, así me voy a dormir, con muy buen sabor de boca y solo gracias a ti Ficha. Un besazo.

Gracias Ficharoja por ese relato de Bosco, es maravilloso, de PE me da igual que se quede con Eva como si no, porque yo espero que conozca a Olga